El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de filosofía que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna
Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de recibir la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos. También te digo que si te resistes al Cristo de los últimos días y si reniegas de Él, entonces no habrá nadie que pueda soportar las consecuencias en tu lugar. Además, a partir de este día no tendrás otra oportunidad para obtener la aprobación de Dios; incluso si tratas de redimirte tú mismo, nunca más volverás a contemplar el rostro de Dios. Porque al que tú te resistes no es un hombre, lo que niegas no es algún ser diminuto, sino a Cristo. ¿Sabes cuáles serán las consecuencias de esto? No habrás cometido un pequeño error, sino que habrás cometido un crimen atroz. Y así les aconsejo a todos que no tengan una reacción violenta contra la verdad, o hagan críticas descuidadas, porque solo la verdad te puede dar la vida y nada excepto la verdad te puede permitir volver a nacer y contemplar el rostro de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna
Muchos tienen una mala sensación acerca de la segunda encarnación de Dios, ya que a las personas les resulta difícil creer que Dios se haría carne para hacer la obra del juicio. Sin embargo, debo decirte que la obra de Dios a menudo excede en gran medida las expectativas del hombre y es difícil que las mentes de los humanos la acepten. Pues las personas son simplemente gusanos sobre la tierra, mientras que Dios es el Supremo que llena el universo; la mente del hombre es como un foso de agua fétida que solo cría gusanos, mientras que cada etapa de la obra dirigida por los pensamientos de Dios es la síntesis de la sabiduría de Dios. Las personas desean constantemente contender con Dios, a lo que Yo digo que resulta evidente quién es el que saldrá perdiendo al final. Os exhorto a que no os creáis más valiosos que el oro. Si otros pueden aceptar el juicio de Dios, ¿por qué tú no? ¿Cómo de alto estás respecto a los demás? Si otros pueden inclinar sus cabezas ante la verdad, ¿por qué no puedes hacerlo tú también? La obra de Dios tiene un impulso incontenible. Él no repetirá la obra de juicio de nuevo por la “contribución” que has hecho, y te sentirás abrumado por el arrepentimiento al dejar escapar tan buena oportunidad. ¡Si no crees Mis palabras, entonces solo espera a que el gran trono blanco en el cielo te juzgue! Debes saber que todos los israelitas rechazaron y negaron a Jesús y, sin embargo, el hecho de la redención de Jesús del hombre aún se extendió por el universo y hasta los confines de la tierra. ¿No es esto una realidad que Dios forjó hace mucho tiempo? Si todavía estás esperando a que Jesús te lleve al cielo, entonces digo que eres un obstinado pedazo de madera muerta[a]. Jesús no reconocerá a un creyente falso como tú que es desleal a la verdad y que solo busca bendiciones. Por el contrario, no mostrará piedad al arrojarte al lago de fuego para que ardas durante decenas de miles de años.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad
a. Un pedazo de madera muerta: un modismo chino que significa “sin remedio”.
Os digo, aquellos que creen en Dios por las señales pertenecen sin duda a la categoría que será destruida. Los que son incapaces de recibir las palabras de Jesús, que ha vuelto a la carne, son sin duda la progenie del infierno, los descendientes del arcángel, la categoría que será sometida a la destrucción eterna. Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese será el momento del final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malvados. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando solo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Solo aquellos que persisten en la creencia de que “El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo” se verán sometidos al castigo eterno, porque solo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero y la vida. Y por tanto, solo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados? El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; solo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por la senda de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos personas con razón y que aceptan la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que solo una de cada diez mil de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida. Quizás, habiendo leído solo unas pocas frases, algunas personas condenarán ciegamente estas palabras, diciendo: “Esto no es nada más que algún esclarecimiento del Espíritu Santo”, o “Este es un falso Cristo que ha venido a engañar a la gente”. ¡Los que dicen tales cosas están cegados por la ignorancia! ¡Entiendes demasiado poco de la obra y de la sabiduría de Dios, y te aconsejo que empieces de nuevo desde cero! No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? Si, después de mucho examen, sigues creyendo que estas palabras no son la verdad, no son el camino ni la expresión de Dios, entonces serás castigado en última instancia y te quedarás sin bendiciones. Si no puedes aceptar esa verdad hablada de forma tan llana y clara, ¿no eres indigno entonces de la salvación de Dios? ¿No eres alguien que no está suficientemente bendecido como para regresar ante el trono de Dios? ¡Piensa en ello! No seas imprudente e impetuoso, y no trates la creencia en Dios como un juego. Piensa en el bien de tu destino, en el bien de tus perspectivas, en el bien de tu vida, y no juegues contigo mismo. ¿Puedes aceptar estas palabras?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra
Dios no quiere que más personas sean castigadas, sino que espera que más personas sean salvas y que más personas sigan el ritmo de Sus pasos y entren a Su reino. Pero si las personas se rehúsan a reconocer sus errores, si no pueden aceptar la verdad con un corazón humilde, sino que en vez de ello van fijándose en pequeñeces, tratando de encontrar defectos y fingiendo entender cuando realmente no entienden, entonces ellas serán las que saldrán perdiendo al final. La obra de Dios no espera a nadie. Su salvación no es como un pedazo de basura para ser dispuesta al azar sobre cualquier persona. Más bien está dirigida, con objetivo y por elección. Si no sabes estimarla, entonces las únicas cosas que te esperan serán el juicio y el castigo justos de Dios. Dios trata a todas las personas justamente; no importa tu edad, qué tan superior seas o incluso cuánto sufrimiento hayas pasado, el carácter justo de Dios está sin cambios para siempre a pesar de estas cosas. Dios no trata a nadie con alta estima ni tampoco favorece a nadie. Su actitud hacia las personas se basa en si pueden o no aceptar la verdad y si pueden aceptar Su nueva obra renunciando a todas las cosas. Si puedes recibir Su nueva obra y recibir la verdad que Él expresa, entonces serás capaz de obtener la salvación de Dios. Si estás orgulloso de tu estatus de veterano y alardeas de tu antigüedad, imponiéndole términos a Dios, entonces serás rechazado de la salvación de Dios. Al igual que los judíos que no pudieron aceptar a Jesucristo sino que sólo esperaban al Mesías, lo que al final les sucedió fue las maldiciones y la ira de Dios; esto es un hecho que está ahí para que todos lo vean. […]
[…] El conocimiento y los comportamientos externos de los fariseos no salvaron su relación con Jesucristo. Por el contrario, los dañó y fue su conocimiento y nociones, junto con la imagen de Dios en sus corazones, lo que los impulsó a condenar al Señor Jesús. Fueron sus imaginaciones y sus mentes las que los engañaron, las que cubrieron sus ojos espirituales, haciendo que no reconocieran al Mesías que ya había venido, que hicieran todo lo posible por encontrar evidencia y afianzarse para condenar al Señor Jesús. Esta es su horrible cara, usando la excusa de defender la obra original de Dios para condenar la obra realista de Dios en el presente. Por supuesto, este es un error que las personas que viven en cualquier era están propensas a cometer, usando viejas doctrinas y reglas para medir y condenar verdades que nunca antes han escuchado, pensando que se están adhiriendo al camino verdadero y manteniendo su pureza delante de Dios, que están siendo leales a Dios. Pero, ¿cuáles son los hechos? Dios continuamente está llevando a cabo Su nueva obra, continuando Su gestión, siempre nueva y nunca vieja. ¿Y qué hay en cuanto a las personas? Siempre creen profundamente en algunas cosas obsoletas que piensan que son la totalidad de las expresiones de Dios, dándose palmaditas en la espalda, hinchadas de arrogancia, esperando que Dios les otorgue recompensas con una actitud que cree que Dios nunca las desecharía, nunca las trataría mal. ¿Y cuál es el resultado? La obra de Dios continúa sin interrupciones, con más personas de la nueva era siguiéndolo y aceptando Su nueva obra, mientras que aquellas que esperan que Dios les otorgue recompensas, son eliminadas por la nueva obra de Dios y aún más personas caen en el castigo de Dios. Al momento en que su castigo comienza, su vida de creer en Dios ha terminado, y su final y su destino son llevados a su fin. Esto es algo que nadie desea ver, pero pasa sin darnos cuenta ante nuestros ojos. Así que, ¿depende esto del carácter de Dios que es tan despiadado o es que la búsqueda de las personas tiene la culpa? ¿Realmente no vale la pena que la humanidad se examine concienzudamente?
Ejemplos clásicos de castigo por resistirse a Dios Todopoderoso, Epílogo