La obra de los últimos días es separar a todos según su especie, y concluir el plan de gestión de Dios, porque el tiempo está cerca y el día de Dios ha llegado. Dios trae a todos los que entran en Su reino, todos los que le son leales hasta el final, a la era de Dios mismo. Sin embargo, antes de la llegada de la era de Dios mismo, la obra de Dios no es la de observar las acciones del hombre ni la de indagar sobre la vida de este, sino la de juzgar la desobediencia del hombre, porque Dios purificará a todos los que vengan ante Su trono. Todos los que han seguido los pasos de Dios hasta el día de hoy son los que acuden ante el trono de Dios, y siendo esto así, cada persona que acepta la obra de Dios en su fase final es el objeto de Su purificación. En otras palabras, todo el que acepta la obra de Dios en su fase final es el objeto del juicio de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad
Cristo de los últimos días usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la sustancia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tales como el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como la sabiduría y el carácter de Dios, etc. Todas estas palabras están dirigidas a la sustancia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios se refieren a que el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al realizar Su obra del juicio, Dios no aclara simplemente la naturaleza del hombre con unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Todos estos métodos diferentes de exposición, de trato y poda no pueden ser sustituidos con palabras corrientes, sino con la verdad de la que el hombre carece por completo. Solo los métodos de este tipo pueden llamarse juicio; solo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido por Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra del juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra del juicio realizada por Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad
En los últimos días, Dios usa, principalmente, la palabra para perfeccionar al hombre. No usa señales ni prodigios para oprimir o convencer al hombre. Esto no puede poner de manifiesto el poder de Dios. Si Él solo mostrara señales y prodigios, sería imposible poner de manifiesto Su realidad y, por tanto, sería imposible perfeccionar al hombre. Dios no hace al hombre perfecto con señales y prodigios, sino que usa la palabra para regarlo y pastorearlo, tras lo cual se logra la completa obediencia del ser humano y su conocimiento de Dios. Este es el objetivo de la obra que Él lleva a cabo y de las palabras que pronuncia. Dios no usa el método de la demostración de señales y prodigios para perfeccionar al hombre, sino que usa palabras y muchos métodos diferentes en Su obra para tal menester. Ya sea el refinamiento, el trato, la poda o la provisión de palabras, Dios habla desde muchas perspectivas diferentes para hacer al hombre perfecto y darle un mayor conocimiento de la obra, la sabiduría y la maravilla de Dios. […] Ya he dicho antes que un grupo de vencedores es ganado de Oriente: vencedores que proceden de la gran tribulación. ¿Qué significan estas palabras? Significan que estas personas que han sido ganadas sólo obedecieron de verdad después de pasar por el juicio y el castigo, de ser tratados y podados, y tras todo tipo de refinamiento. La fe de estas personas no es vaga ni abstracta, sino práctica. No han visto señales ni prodigios ni milagros; no hablan de letras y doctrinas incomprensibles ni de percepciones profundas, sino que tienen realidad y las palabras de Dios, y un conocimiento verdadero de Su realidad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todo se logra por la palabra de Dios
¿A través de qué método se logra el perfeccionamiento del hombre por parte de Dios? Se logra por medio de Su carácter justo. El carácter de Dios se compone, principalmente, de la justicia, la ira, la majestad, el juicio y la maldición, y Él perfecciona al hombre, principalmente, por medio de Su juicio. Algunas personas no entienden y preguntan por qué Dios sólo puede perfeccionar al hombre por medio del juicio y la maldición. Dicen: “Si Dios maldijera al hombre, ¿acaso no moriría el hombre? Si Dios juzgara al hombre, ¿acaso el hombre no sería condenado? Entonces, ¿cómo puede todavía ser perfeccionado?”. Esas son las palabras de la gente que no conoce la obra de Dios. Lo que Dios maldice es la desobediencia del hombre y lo que Él juzga son sus pecados. Aunque Él habla con severidad y de manera implacable, revela todo lo que hay dentro del hombre y a través de estas palabras severas revela lo que es sustancial dentro del hombre pero a través de ese juicio le da al hombre un conocimiento profundo de la sustancia de la carne y, así, el hombre se somete delante de Dios. La carne del hombre es del pecado y de Satanás; es desobediente y es el objeto del castigo de Dios. Así pues, para permitirle al hombre conocerse a sí mismo, las palabras del juicio de Dios deben sobrevenirle y debe emplearse todo tipo de refinamiento; solo entonces puede ser efectiva la obra de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer la hermosura de Dios
La creencia en Dios exige obediencia a Él y que se experimente Su obra. Él ha realizado mucha obra; se podría decir que, para las personas, todo es perfeccionamiento, refinamiento y, más aún, castigo. No ha habido un solo paso de la obra de Dios que haya estado en sintonía con las nociones humanas; lo que las personas han disfrutado son las duras palabras de Dios. Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira. Sin embargo, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como criaturas, las personas deberían cumplir con los deberes que les corresponden, y mantenerse firmes en el testimonio de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían defender el testimonio correspondiente, y hacerlo de manera contundente por Dios. Una persona que hace esto es una vencedora. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es ser un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como “vencedores” son los que siguen siendo capaces de mantenerse firmes en el testimonio y de conservar su confianza y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y mientras estén bajo su asedio, es decir, cuando se encuentren entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro ante Dios y tu amor genuino por Él pase lo que pase, entonces te estás manteniendo firme en el testimonio delante de Él, y esto es a lo que Él se refiere con ser un “vencedor”.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios
Dios pretende usar una parte de la obra de los espíritus malignos para perfeccionar a una parte de la humanidad, permitiendo que estas personas puedan distinguir plenamente las iniquidades de los demonios de modo que toda la humanidad pueda conocer verdaderamente a sus “antepasados”. Solo de esta manera pueden liberarse por completo los seres humanos, no solo abandonando a las futuras generaciones de los demonios, sino, incluso, a los ancestros de estos. Este es el verdadero propósito de Dios al derrotar por completo al gran dragón rojo de modo que toda la humanidad conozca la verdadera forma del gran dragón rojo, para que se arranque por completo la máscara y vea su verdadera forma. Esto es lo que Dios quiere lograr, es la meta final de toda la obra que Él ha llevado a cabo en la tierra y es lo que Él aspira a lograr en toda la humanidad. A esto se le llama movilizar todas las cosas para que sirvan el propósito de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 41
Cuando comienzo formalmente Mi obra, todas las personas se mueven cuando Yo me muevo, de tal manera que, en todo el universo, las personas se mantienen ocupadas siguiendo el mismo paso que Yo; hay “júbilo” por todo el universo y el hombre es impulsado por Mí. Como consecuencia, el gran dragón rojo mismo es puesto por Mí en un estado de frenesí y de desconcierto y sirve a Mi obra, y, a pesar de no estar dispuesto, es incapaz de seguir sus propios deseos, pero no le queda otra opción más que someterse a Mi control. En todos Mis planes, el gran dragón rojo es Mi contraste, Mi enemigo, y, también, Mi sirviente; así pues, nunca he flexibilizado Mis “requisitos” con respecto a él. Por lo tanto, la etapa final de la obra de Mi encarnación se completa en su casa. De esta manera, el gran dragón rojo es más capaz de darme un servicio apropiadamente, por medio de lo cual Yo lo conquistaré y completaré Mi plan. Mientras obro, todos los ángeles se embarcan conmigo en la batalla decisiva, resueltos a cumplir Mis deseos en la etapa final, para que la gente en la tierra se someta ante Mí como los ángeles y no tenga deseo alguno de oponerse a Mí, ni de hacer nada para rebelarse contra Mí. Estas son las dinámicas de Mi obra a lo largo del universo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 29
Tal vez todos recordáis estas palabras: “Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”. Todos habéis oído estas palabras antes, sin embargo, ninguno de vosotros comprendió su verdadero significado. Hoy, sois profundamente conscientes de su verdadero sentido. Dios cumplirá estas palabras durante los últimos días y se cumplirán en aquellos que han sido brutalmente perseguidos por el gran dragón rojo en la tierra donde yace enroscado. El gran dragón rojo persigue a Dios y es Su enemigo, y por lo tanto, en esta tierra, los que creen en Dios son sometidos a humillación y opresión y, como resultado, estas palabras se cumplirán en este grupo de personas, vosotros. Al embarcarse en una tierra que se opone a Dios, toda Su obra se enfrenta a tremendos obstáculos y cumplir muchas de Sus palabras lleva tiempo; así, la gente es refinada a causa de las palabras de Dios, lo que también forma parte del sufrimiento. Es tremendamente difícil para Dios llevar a cabo Su obra en la tierra del gran dragón rojo, pero es a través de esta dificultad que Dios realiza una etapa de Su obra, para manifestar Su sabiduría y acciones maravillosas, y usa esta oportunidad para hacer que este grupo de personas sean completadas. Dios lleva a cabo Su obra de purificación y conquista mediante el sufrimiento, el calibre y todo el carácter satánico de las personas en esta tierra inmunda, para, de esta manera obtener la gloria y así ganar a los que dan testimonio de Sus obras. Este es el significado completo de todos los sacrificios que Dios ha hecho por este grupo de personas. Es decir, Dios hace la obra de conquista a través de aquellos que se oponen a Él, y solo así se puede poner de manifiesto el gran poder de Dios. En otras palabras, sólo los que están en la tierra impura son dignos de heredar la gloria de Dios, y solo esto puede resaltar el gran poder de Dios. Es por eso que es de la tierra impura y de aquellos que viven en ella de donde se obtiene la gloria de Dios. Tal es Su voluntad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?
El hombre será hecho completamente perfecto en la Era del Reino. Después de la obra de conquista, el hombre será sometido al refinamiento y la tribulación. Los que puedan vencer y mantenerse firmes en el testimonio durante esta tribulación son los que al final serán hechos completos; son los vencedores. Durante esta tribulación, al hombre se le exige aceptar este refinamiento y este refinamiento es la última ocasión de la obra de Dios. Es la última vez que el hombre será refinado antes de la consumación de toda la obra de la gestión de Dios y todos los que sigan a Dios deben aceptar esta prueba final y deben aceptar este último refinamiento. Los que son asediados por la tribulación no tienen la obra del Espíritu Santo y la guía de Dios, pero los que han sido realmente conquistados y ciertamente buscan a Dios, al final se mantienen firmes; son los que poseen humanidad y verdaderamente aman a Dios. No importa qué haga Dios, estos victoriosos no serán despojados de las visiones y seguirán poniendo en práctica la verdad sin fallar en su testimonio. Son los que al final emergerán de la gran tribulación.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre