I

¡Oh, Dios! Te has hecho carne para venir entre los hombres y nos has traído el camino de la vida eterna.

Todas Tus palabras son la verdad y juzgan y purifican nuestro carácter corrupto.

Tus palabras tienen autoridad y nos salvan de la influencia de Satanás.

Tu amor está muy arraigado en nuestro corazón; Tu pueblo compone nuevas canciones para alabarte.

¡Dios Todopoderoso, te alabamos! ¡Dios Todopoderoso, te alabamos!

El crecimiento de cada persona de Tu pueblo es inseparable del riego y el pastoreo de Tus palabras.

El corazón de cada persona de Tu pueblo está lleno de amor y cariño por Ti.

Has ganado por completo todo nuestro ser, ¿cómo podríamos no cantarte?

II

¡Oh, Dios! Tu justicia está por encima de los cielos y Tu ira incinera la era del mal.

Tus palabras revelan Tu omnipotencia y renuevan los cielos, la tierra y todas las cosas, llenándolas de vitalidad.

Has ganado toda la gloria, triunfado sobre Satanás y derrotado a todos los enemigos.

Todo Tu pueblo regresa ante Tu trono, disfruta de Tu abundancia y exalta Tus maravillosas obras.

¡Dios Todopoderoso, te alabamos! ¡Dios Todopoderoso, te alabamos!

En cada momento de la vida y la muerte, Tus palabras nos guían para superar el tormento de Satanás.

Cada rotundo testimonio exalta Tu infinita omnipotencia y sabiduría.

Tus palabras son la verdad, logran todo, limpian y perfeccionan a un grupo de personas y las convierten en vencedores.

Todo el universo clama para alabarte, ¡y esas voces de alabanza nunca se acallarán!

de Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos