477 Toma las palabras de Dios como la base de tu conducta
I
Sólo espero que no permitáis que Mis esfuerzos se vayan a la basura y, más que eso, que podáis comprender el atento cuidado que he brindado y tratéis Mis palabras como el fundamento de cómo os comportáis como seres humanos. Sean o no el tipo de palabras que estéis dispuestos a escuchar o que disfrutéis aceptarlas o que sólo las aceptéis con incomodidad, debéis tomarlas con seriedad. De lo contrario, vuestro carácter y comportamiento despreocupados e indiferentes realmente me entristecerán y, de hecho, me repugnarán.
II
De verdad, espero que todos vosotros podáis leer Mis palabras una y otra vez —miles de veces— y que, incluso, lleguéis a sabéroslas de memoria. Sólo de esa manera podréis cumplir Mis expectativas sobre vosotros. Sin embargo, ninguno de vosotros está viviendo así ahora. Por el contrario, todos estáis inmersos en una vida disoluta; una vida de comer y beber hasta reventar, y ninguno de vosotros usáis Mis palabras para enriquecer vuestro corazón y vuestra alma. Por esta razón, he llegado a una conclusión sobre el verdadero rostro de la humanidad: el hombre puede traicionarme en cualquier momento, y nadie puede ser absolutamente fiel a Mis palabras.
de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Un problema muy serio: la traición (1)