f. Cómo diferenciar entre recibir la obra de los espíritus malvados y estar poseído por estos
Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días
¿Cuál es la obra que proviene de Satanás? En la obra que proviene de Satanás, las visiones dentro de las personas son vagas; las personas no tienen una humanidad normal, los motivos detrás de sus acciones están equivocados y, aunque desean amar a Dios, siempre hay acusaciones en su interior y estas acusaciones y pensamientos provocan una perturbación constante en su interior, restringiendo el crecimiento de su vida e impidiéndoles ir delante de Dios en la condición normal. Es decir, tan pronto como la obra de Satanás está dentro de las personas, su corazón ya no puede estar en paz delante de Dios. Tales personas no saben qué hacer consigo mismas: cuando ven que las personas se reúnen, quieren huir y no pueden cerrar los ojos cuando otros oran. La obra de los malos espíritus arruina la relación normal entre el hombre y Dios y trastorna las visiones anteriores de las personas o su antigua senda de entrada en la vida; en su corazón nunca se pueden acercar a Dios, y siempre pasan cosas que les causan perturbaciones y las encadenan. Su corazón no puede encontrar la paz y se quedan sin fuerza para amar a Dios y su espíritu se hunde. Tales son las manifestaciones de la obra de Satanás. Las manifestaciones de la obra de Satanás son: que no puedas mantenerte firme y dar testimonio, lo que hace que te conviertas en alguien que está en falta delante de Dios y que no tiene lealtad hacia Él. Cuando Satanás perturba, pierdes el amor y la lealtad hacia Dios en tu interior, se te despoja de una relación normal con Él, no buscas la verdad ni el mejoramiento de ti mismo, involucionas, te haces pasivo, te complaces a ti mismo, das rienda suelta a la propagación del pecado y no aborreces el pecado; además, la interferencia de Satanás te vuelve disoluto, hace que el toque de Dios desaparezca dentro de ti y que te quejes de Él y te pongas en Su contra, lo que te lleva a cuestionar a Dios; incluso existe el riesgo de que lo abandones. Todo esto viene de Satanás.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra del Espíritu Santo y la obra de Satanás
Cuando las personas tienen conocimiento de Dios, se alegran de sufrir y vivir para Dios, y sin embargo, Satanás todavía controla las debilidades en su interior, aún es capaz de hacerlos sufrir, los espíritus malignos aún son capaces de obrar y causar perturbaciones en su interior, de hechizarlos, de trastornarlos y hacerlos sentir incómodos y completamente perturbados. En los pensamientos y en la conciencia de las personas hay cosas que son susceptibles de ser controladas y manipuladas por Satanás. Por eso, a veces estás enfermo o atribulado, hay momentos en que sientes que el mundo está desolado, o que no tiene sentido vivir, e incluso hay momentos en que puedes buscar la muerte y querer suicidarte. Es decir, estos dolores los maneja Satanás, y son la debilidad mortal del hombre. Algo que ha sido corrompido y pisoteado por Satanás puede seguir siendo utilizado por este; es la tuerca que Satanás hace girar. […] Cuando obran los espíritus malignos, no existe brecha que no exploten. Pueden hablar desde tu interior o a tu oído, o pueden perturbar tu mente e interrumpir tus pensamientos, adormeciéndote ante el roce del Espíritu Santo, impidiendo que lo sientas, y entonces los espíritus malignos empezarán a perturbarte, a sumir tus pensamientos en el caos y a hacerte perder el sentido, provocando incluso que tu alma abandone tu cuerpo. Esta es la obra que los espíritus malignos hacen en las personas, y estas corren un gran peligro si no pueden reconocer lo que realmente es.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El significado de que Dios pruebe el dolor mundano
Algunas personas dicen que el Espíritu Santo está obrando en ellas en todo momento. Esto es imposible. Si ellas dijeran que el Espíritu Santo está siempre con ellas, eso sería realista. Si ellas dijeran que su pensamiento y sentido son normales en todo momento, eso también sería realista y mostraría que el Espíritu Santo está con ellas. Si ellas dicen que el Espíritu Santo está siempre obrando dentro de ellas, que son esclarecidas por Dios y tocadas por el Espíritu Santo en todo momento y que obtienen nuevos conocimientos todo el tiempo, ¡entonces eso no es en absoluto normal! ¡Es totalmente sobrenatural! ¡Sin la más mínima duda, tales personas son espíritus malignos! Incluso cuando el Espíritu de Dios viene en la carne, hay momentos en los que Él debe comer y descansar, y mucho más aún los seres humanos. Aquellos que han sido poseídos por espíritus malignos parecen no tener la debilidad de la carne. Son capaces de abandonar y renunciar a todo, están exentos de emoción, son capaces de soportar el tormento y no sienten la menor fatiga, como si hubieran trascendido a la carne. ¿No es esto extremadamente sobrenatural? La obra de los espíritus malignos es sobrenatural, ¡ningún humano podría conseguir tales cosas! Aquellos a los que les falta discernimiento sienten envidia cuando ven a tales personas: dicen que tienen tanto vigor en su creencia en Dios, poseen una gran fe y ¡nunca muestran el menor signo de debilidad! De hecho, todas estas son manifestaciones de la obra de un espíritu maligno. Se debe a que las personas normales tienen inevitablemente debilidades humanas; este es el estado normal de aquellos que tienen la presencia del Espíritu Santo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (4)
Si durante la época actual emerge una persona capaz de exhibir señales y maravillas, echar fuera demonios, sanar a los enfermos y llevar a cabo muchos milagros, y si esta persona declara ser Jesús que ha venido, sería una falsificación producida por espíritus malignos que imitan a Jesús. ¡Recuerda esto! Dios no repite la misma obra. La etapa de la obra de Jesús ya ha sido completada, y Dios nunca más la acometerá. La obra de Dios es irreconciliable con las nociones del hombre; por ejemplo, el Antiguo Testamento predijo la venida de un Mesías, y el resultado de esta profecía fue la venida de Jesús. Como esto ya había ocurrido, sería erróneo que viniera otro Mesías de nuevo. Jesús ya ha venido una vez, y sería incorrecto que viniera de nuevo en esta ocasión. Hay un nombre para cada era, y cada nombre contiene una caracterización de esa era. En las nociones del hombre, Dios siempre debe hacer señales y maravillas, siempre debe sanar a los enfermos y echar fuera demonios, y siempre debe ser como Jesús. Pero esta vez Dios no es así en absoluto. Si durante los últimos días, Dios siguiera exhibiendo señales y maravillas, echara fuera demonios y sanara a los enfermos —si hiciera exactamente lo mismo que Jesús—, Dios estaría repitiendo la misma obra, y la de Jesús no tendría importancia ni valor. Así pues, Dios lleva a cabo una etapa de la obra en cada era. Una vez completada cada etapa de Su obra, los espíritus malignos la imitan pronto, y después de que Satanás empieza a pisarle los talones a Dios, este cambia a un método diferente. Una vez que Dios ha completado una etapa de Su obra, los espíritus malignos la imitan. Debéis tener claro esto.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conocer la obra de Dios hoy
Algunos están poseídos por espíritus malignos y claman vehementemente: “¡Soy Dios!”. Pero, al final, son revelados porque lo que representan es incorrecto. Representan a Satanás y el Espíritu Santo no les presta atención. Por muy alto que te exaltes o por muy fuerte que clames, sigues siendo un ser creado, que pertenece a Satanás. Yo nunca clamo: “¡Soy Dios! ¡Soy el amado Hijo de Dios!”. Pero la obra que realizo es la obra de Dios. ¿Es necesario que grite? No hay necesidad de exaltarse. Dios lleva a cabo Su obra por Sí mismo y no necesita que el hombre le conceda un estatus o un título honorífico: Su obra representa Su identidad y estatus. Antes de Su bautismo, ¿no era Jesús Dios mismo? ¿No era la carne encarnada de Dios? ¿Será posible que Él se convirtió en el único Hijo de Dios solo después de que se dio testimonio de Él? ¿Acaso no había un hombre llamado Jesús mucho antes de que Él comenzase Su obra? Tú no puedes crear nuevas sendas ni representar al Espíritu. No puedes expresar la obra del Espíritu ni las palabras que Él habla. No puedes realizar la obra de Dios mismo ni la del Espíritu. No tienes la capacidad de expresar la sabiduría, la maravilla y lo insondable de Dios ni todo el carácter por medio del cual Él castiga al hombre. Por tanto, sería inútil intentar afirmar ser Dios; solo tendrías el nombre y nada de la esencia. Dios mismo ha venido, pero nadie lo reconoce; sin embargo, Él sigue en Su obra y lo hace en representación del Espíritu. No importa si lo llamas hombre o Dios, Señor o Cristo o hermana. Pero la obra que Él lleva a cabo es la del Espíritu y representa la obra de Dios mismo. No le importa el nombre que el hombre le dé. ¿Puede ese nombre determinar Su obra? Independientemente de cómo lo llames, en lo que respecta a Dios, Él es la carne encarnada del Espíritu de Dios; representa al Espíritu y el Espíritu lo aprueba. Si eres incapaz de abrir paso a una nueva era o de finalizar la antigua o de marcar el inicio de una nueva era o de llevar a cabo una nueva obra, entonces, ¡no se te puede llamar Dios!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (1)
Hay personas que, cuando no se presentan problemas, son bastante normales, hablan y conversan con bastante normalidad, parecen normales y no hacen nada malo. Sin embargo, cuando se leen las palabras de Dios en las reuniones, cuando se habla de la verdad, de pronto empiezan a comportarse de manera anormal. Algunas no soportan escuchar, otras se amodorran y las hay que se enferman y dicen que se sienten mal y no quieren seguir escuchando. Carecen de toda conciencia; ¿qué sucede aquí realmente? Las ha poseído un espíritu maligno. ¿Por qué, cuando las ha poseído un espíritu maligno, no hacen más que pronunciar las palabras “No quiero oírlo”? A veces la gente no entiende qué pasa aquí, pero un espíritu maligno lo tiene clarísimo. Este es el espíritu que albergan los anticristos. Les preguntas por qué son tan hostiles a la verdad, y dicen que no lo son y se niegan categóricamente a reconocerlo. Ahora bien, en su interior saben que no aman la verdad. Cuando no están leyendo las palabras de Dios, parecen normales en su relación con los demás. No podrías saber qué hay en su interior. Cuando tratan de leer las palabras de Dios, les salen las palabras “no quiero oírlo”; su naturaleza ha quedado desenmascarada y esto es lo que son. ¿Las palabras de Dios los han indignado, los han revelado o les han dado donde les duele? Nada de eso. Lo que ha sucedido es que, cuando todos están leyendo las palabras de Dios, dicen que no quieren oírlas. ¿No son malvados? ¿Qué significa ser malvado? Tener mucha hostilidad hacia algo y hacia las cosas positivas sin razón ni motivo aparente. Dicen: “En cuanto oigo las palabras de Dios, las rechazo; en cuanto oigo el testimonio de Dios, siento aversión y ni siquiera sé por qué. Cuando veo a alguien que busca la verdad o la ama, quiero desafiarlo, siempre quiero retarlo, hacerle daño sus espaldas, matarlo”. Son depravados por decir esto. A decir verdad, desde el principio, los anticristos nunca han tenido el espíritu de una persona normal ni una humanidad normal, eso es lo que sucede realmente.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 7: Son malvados, insidiosos y mentirosos (I)
Para que los hermanos y hermanas desarrollaran discernimiento y aprendieran una lección práctica, Dios dispuso que alguien que había sido poseído por un demonio viviera entre ellos. Al principio, la forma de hablar y de hacer las cosas de esta persona era normal, al igual que su razonamiento; no parecía alguien problemático en absoluto. Pero después de un periodo de contacto, los hermanos y hermanas descubrieron que todo lo que decía parecía irrelevante; no estaba ni aquí ni allí. Más tarde, se produjeron algunos sucesos “sobrenaturales”: siempre les decía a los hermanos y hermanas que había visto esto o aquello, o que Dios le había revelado esto o lo otro. Un día, por ejemplo, Dios le reveló que debía hacer bollos al vapor —tenía que hacerlo— y, el día después de aquello, resultó que tenía que salir, así que se llevó los bollos y no tuvo que preparar más comida. Al día siguiente, Dios le reveló en un sueño que debía ir al sur; había alguien esperándolo a nueve kilómetros y medio de allí. Fue a comprobarlo y allí mismo encontró a un creyente en Jesús que se había perdido; dio testimonio de este creyente de la obra de Dios en los últimos días, y lo aceptó. Siempre recibía revelaciones, siempre escuchaba una voz, siempre ocurrían sucesos sobrenaturales. Cada día, cuando se trataba de qué comer, dónde ir, qué hacer, con quién relacionarse, no seguía las normas de la vida humana normal ni buscaba las palabras de Dios como base o principio; tampoco buscaba personas con las que compartir. En lugar de eso, siempre aguardaba una voz, una revelación o un sueño. ¿Era normal esta persona? (No). Algunos vieron más allá de sus intenciones y dijeron: “Tal vez este tipo no vaya desnudo y desaliñado por la calle, pero estas son las manifestaciones de un espíritu maligno”. Sin prisa pero sin pausa, los hermanos y hermanas empezaron a calarlo, hasta el día en que su problema se volvió patente y entonces sí que acabó yendo por la calle desnudo y desaliñado, diciendo locuras. El demonio había aparecido; por fin salió todo a la luz. Entonces, ¿fueron capaces los hermanos y hermanas de ver más allá de sus intenciones durante este tiempo? ¿Comprendieron qué es un espíritu maligno, cuál es su obra y cuál es la manifestación de esta en las personas? (Sí). Algunas personas, por supuesto, adquirieron comprensión y discernimiento. A algunas probablemente les tomó el pelo y solo vieron cómo era realmente cuando tuvo su arrebato. Pero, independientemente de si fueron engañadas o vieron más allá de sus intenciones, si Dios no hubiera dispuesto este entorno para ellos, ¿les habría resultado tan claro lo que era la obra de un espíritu maligno? (No). Entonces, ¿cuál fue la importancia y el propósito de que Dios dispusiera este entorno e hiciera estas cosas exactamente? Sirvió para permitir a la gente desarrollar discernimiento práctico y aprender una lección: identificar a este tipo de personas. Si solo se le explicara a la gente qué es la obra de un espíritu maligno, como cuando un profesor enseña una lección, sin ningún ejercicio o práctica, solo obtendrían de ello teorías y palabras. El único modo de explicar claramente qué es la obra de un espíritu maligno y cuáles son sus manifestaciones específicas es cuando lo has presenciado en persona, viéndolo con tus propios ojos y oyéndolo con tus propios oídos. Y cuando vuelvas a toparte con personas como esta, serás capaz de identificarlas y rechazarlas; podrás abordar y manejar estos temas adecuadamente.
La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 15: No creen en la existencia de Dios y niegan la esencia de Cristo (I)