Pregunta 1: Sin embargo, el apóstol Pablo dijo una vez: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia […]” (2 Timoteo 4:7-8). Entonces, actuar según las palabras de Pablo implica que estamos haciendo la obra de Dios. En ese caso, sin duda podremos entrar en el reino de los cielos y obtener las recompensas.
Respuesta: Respecto a la cuestión de qué clase de personas pueden entrar en el reino de los cielos, el Señor Jesús dijo hace mucho, “sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Esto muestra absolutamente que la sustancia de Dios es la justicia y la santidad. La gente de Satán, sucia y corrupta, no puede entrar en el reino de los cielos. No obstante, Pablo dijo que pelear la buena batalla, llegar al final de la carrera y mantener la fe le permitiría entrar en el reino de los cielos y ser recompensado. Según Pablo, mientras el hombre obre para el Señor, puede entrar en el reino de los cielos, aunque no siga las palabras de Dios o no haya alcanzado la santidad. Entonces, ¿cómo debe reflejarse la justicia y santidad de Dios? Cuando Pablo dijo esto, se oponía a Dios. Negaba abiertamente las palabras del Señor Jesús e interrumpía y alteraba la obra de Dios. ¿Puede ser que pelear la buena batalla y correr la carrera que los hombres deben correr sea hacer la voluntad del Padre celestial? Mantener el nombre del Señor Jesús sin traicionar al Señor, ¿es eso hacer la voluntad del Padre celestial? Hacer la voluntad del Padre celestial es seguir las palabras de Dios, Sus mandamientos e instrucciones. Si la gente no practica según las palabras del Señor, no pueden estar haciendo la voluntad del Padre celestial, no importa lo que hagan o lo que sufran. Lo que dijo Pablo estaba basado completamente en sus propias concepciones e imaginaciones y mezclado con sus propias ambiciones y opiniones. Esto es suficiente para probar que Pablo no era una persona que hiciera la voluntad del Padre celestial. Si estaba haciendo la voluntad de Dios, ¿por qué no guió a los fieles para que obedecieran las palabras del Señor Jesús? ¿Por qué se limitó a lanzar una opinión como esa, tan contraria a las palabras del Señor Jesús? ¿Por qué obró en contra del Señor Jesús? Confundió y engañó a otros con sus propias absurdas concepciones, impidió a otros caminar por el sendero del Señor Jesús e hizo que Sus palabras parecieran vacías y sin significado. Hizo a los creyentes escuchar y traicionar al Señor. Esto prueba que Pablo no era alguien que buscaba la verdad o seguía la voluntad de Dios. Hermanos y hermanas, cuando buscamos la entrada en el reino de los cielos, debemos usar las palabras del Señor Jesús como regla porque el Señor Jesús es el Rey del reino de los cielos, sólo Sus palabras son la verdad, sólo ellas tienen autoridad. Sólo el Señor Jesús decide qué clase de personas pueden entrar en el reino de los cielos, Pablo era sólo un apóstol que difundió el evangelio. Él no era Cristo. Sus palabras no son la verdad. Por tanto, sus palabras no tienen peso. El Señor Jesús decide si Pablo puede entrar o no en el reino de los cielos, así que ¿cómo está cualificado Pablo para decidir si otras personas pueden entrar?
Extracto del guion de la película de “Recuerdos que escuecen”