4. Diferenciación entre los caminos verdaderos y falsos y las iglesias verdaderas y falsas
Las palabras relevantes de Dios:
¿Cuál es el principio más fundamental en la búsqueda del camino verdadero? Debes ver si existe o no la obra del Espíritu Santo en este camino, si estas palabras son la expresión de la verdad, de quién se da testimonio y lo que pueden traerte. Distinguir entre el camino verdadero y el falso requiere de varios aspectos de conocimiento fundamental, el más fundamental de los cuales es decir si está presente o no la obra del Espíritu Santo. Porque la esencia de la creencia de la gente en Dios es la creencia en el Espíritu de Dios, e incluso su creencia en Dios encarnado se debe a que esta carne es la personificación del Espíritu de Dios, lo que significa que tal creencia sigue siendo la creencia en el Espíritu. Existen diferencias entre el Espíritu y la carne, pero debido a que esta carne proviene del Espíritu, y es la Palabra hecha carne, entonces en lo que el hombre cree sigue siendo la esencia inherente de Dios. Por eso, al diferenciar si este es o no el camino verdadero, por sobre todo se tiene que observar si tiene o no la obra del Espíritu Santo, después de lo cual se debe ver si existe o no la verdad en este camino. La verdad es el carácter de vida de la humanidad normal, es decir, lo que fue requerido del hombre cuando Dios lo creó en el principio, a saber: la humanidad normal por completo (incluyendo el sentido humano, la percepción, la sabiduría y el conocimiento básico de ser hombre). Es decir, debes analizar si este camino puede llevar o no a la gente a una vida de humanidad normal, si la verdad dicha es o no requerida de acuerdo con la realidad de la humanidad normal, si esta verdad es o no práctica y real, y si es o no la más oportuna. Si existe verdad en ello, entonces será capaz de llevar a las personas a experiencias normales y prácticas; la gente, por otra parte, se hace cada vez más normal, su sentido humano se vuelve cada vez más completo, su vida en la carne y la vida espiritual se vuelven cada vez más ordenadas, y sus emociones se hacen cada vez más normales. Este es el segundo principio. Hay otro principio, que se refiere a si la gente tiene o no un conocimiento cada vez mayor de Dios, y si experimenta este tipo de obra y verdad y puede inspirar el amor por Dios en ellos y acercarlos cada vez más a Dios. En esto se puede medir si este es o no el camino verdadero. Lo más fundamental es si este camino es realista más que sobrenatural, y si es o no capaz de proporcionar vida al hombre. Si se ajusta a estos principios, puede llegarse a la conclusión de que este camino es el camino verdadero. Digo estas palabras, no para obligaros a aceptar otros caminos en vuestras futuras experiencias, ni tampoco como una predicción de que habrá obra de otra nueva era en el futuro. Yo las digo para que vosotros podáis estar seguros de que el camino de hoy es el camino verdadero, de modo que no estéis solo parcialmente seguros en cuanto a vuestras creencias en la obra de hoy y seáis incapaces de obtener una profunda comprensión sobre ella. Incluso hay muchos que, a pesar de sentirse seguros, aún son seguidores de forma confusa; tal certeza no contiene ningún principio, y estas personas deben ser eliminadas tarde o temprano. Incluso aquellos que son seguidores especialmente ardientes, son tres partes seguros y cinco partes inseguros, lo que demuestra que no tienen ninguna base. Debido a que vuestro calibre es demasiado pobre y vuestra base demasiado superficial, vosotros no tenéis ninguna comprensión de la diferenciación. Dios no repite Su obra, Él no hace obras que no sean realistas, Él no hace exigencias excesivas al hombre, y Él no hace obra que vaya más allá del sentido del hombre. Toda la obra que hace está dentro del ámbito del sentido normal del hombre, y no supera el sentido de la humanidad normal, y Su obra se hace de acuerdo a las necesidades normales del hombre. Si se trata de la obra del Espíritu Santo, la gente se hace cada vez más normal, y su humanidad se vuelve cada vez más normal. La gente gana un conocimiento cada vez mayor de su carácter satánico corrupto y de la sustancia del hombre, y también gana un anhelo cada vez mayor de la verdad. Es decir, la vida del hombre crece y crece, y el carácter corrupto del hombre llega a ser cada vez más capaz de cambiar, todo lo cual es el significado de que Dios se convierta en la vida del hombre. Si un camino es incapaz de revelar aquellas cosas que son la sustancia del hombre, es incapaz de cambiar el carácter del hombre y, más aún, es incapaz de traer a la gente ante Dios o de proporcionarle una verdadera comprensión de Dios, e incluso hace que su humanidad se vuelva cada vez más inferior y su sentido cada vez más anormal, entonces este no debe ser el camino verdadero, y puede que sea obra de un espíritu maligno, o sea el camino antiguo. En pocas palabras, no puede pertenecer a la obra actual del Espíritu Santo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios
En cada etapa de la obra de Dios existen también las correspondientes exigencias para el hombre. Todos los que están dentro de la corriente del Espíritu Santo poseen la presencia y disciplina del Espíritu Santo, y los que no están dentro de la corriente del Espíritu Santo están bajo el mando de Satanás y carecen de la obra del Espíritu Santo. Las personas que están en la corriente del Espíritu Santo son las que aceptan la nueva obra de Dios y cooperan en la nueva obra de Dios. Si las que están dentro de esta corriente no pueden cooperar ni poner en práctica la verdad que Dios exige durante este tiempo, serán disciplinadas y, en el peor de los casos, el Espíritu Santo las abandonará. Las que aceptan la nueva obra del Espíritu Santo vivirán dentro de la corriente del Espíritu Santo, y recibirán el cuidado y la protección del Espíritu Santo. Las que están dispuestas a poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo las esclarece, y las que no están dispuestas a poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo las disciplina y hasta pueden ser castigadas. Independientemente de qué clase de persona sean, siempre que estén dentro de la corriente del Espíritu Santo, Dios asumirá la responsabilidad de todas las que aceptan Su nueva obra por el bien de Su nombre. Los que glorifican Su nombre y están dispuestos a poner en práctica Sus palabras, recibirán Sus bendiciones; los que lo desobedecen y no ponen en práctica Sus palabras recibirán Su castigo. Las personas que están en la corriente del Espíritu Santo son las que aceptan la nueva obra y, como han aceptado la nueva obra, deben cooperar de manera adecuada con Dios y no deben actuar como rebeldes que no llevan a cabo su deber. Esta es la única exigencia que Dios le hace al hombre. No así a las personas que no aceptan la nueva obra: ellas están fuera de la corriente del Espíritu Santo y la disciplina y la amonestación del Espíritu Santo no se les aplican. Estas personas viven todo el día dentro de la carne, viven dentro de sus mentes y todo lo que hacen es según la doctrina que se produce fruto del análisis y la investigación de sus propios cerebros. Esto no es lo que requiere la nueva obra del Espíritu Santo, mucho menos es la cooperación con Dios. Los que no aceptan la nueva obra de Dios son despojados de la presencia de Dios y, además, están desprovistos de las bendiciones y de la protección de Dios. La mayoría de sus palabras y acciones se aferran a las exigencias del pasado de la obra del Espíritu Santo; son doctrina, no la verdad. Tal doctrina y reglas son suficientes para probar que la reunión de estas personas no es más que religión; no son los elegidos ni los objetos de la obra de Dios. La asamblea de todos los que están entre ellos solo se puede llamar un gran congreso de religión y no se puede llamar iglesia. Este es un hecho inalterable. No tienen la nueva obra del Espíritu Santo; lo que hacen parece oler a religión, lo que viven parece estar repleto de religión; no poseen la presencia y la obra del Espíritu Santo, mucho menos son elegibles para recibir la disciplina o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Todas estas personas son cadáveres inertes y gusanos desprovistos de espiritualidad. No tienen conocimiento de la rebelión y oposición del hombre, no tienen conocimiento de toda la maldad del hombre, mucho menos conocen toda la obra de Dios y la actual voluntad de Dios. ¡Todas son ignorantes, personas viles, son escoria, no aptas para ser llamadas creyentes! Nada de lo que hacen tiene relación con la gestión de Dios, mucho menos puede perjudicar los planes de Dios. Sus palabras y acciones son demasiado repugnantes, patéticas y simplemente indignas de mención. Nada de lo que hagan los que no están dentro de la corriente del Espíritu Santo tiene algo que ver con la nueva obra del Espíritu Santo. Por esto, no importa qué hagan, carecen de la disciplina del Espíritu Santo y, además, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Porque todas ellas son personas que no tienen amor por la verdad y el Espíritu Santo las ha rechazado y aborrecido. Se les llama hacedores de maldad porque caminan en la carne y hacen lo que les place bajo el anuncio de Dios. Mientras Dios obra, le son deliberadamente hostiles y corren en dirección opuesta a Él. El fracaso del hombre en cooperar con Dios es sumamente rebelde en sí mismo; entonces ¿no recibirán particularmente su justa retribución aquellas personas que deliberadamente se oponen a Dios?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre
Fragmentos de sermones y comunicaciones para referencia:
Si toda la comunidad religiosa no fuera hostil ni se opusiera a él, entonces este no sería el camino verdadero. Recuerda: la mayoría de las personas, e incluso el mundo, seguramente se opondrán al camino verdadero. Cuando el Señor Jesús vino por primera vez a hacer la obra y a predicar, ¿no se le opuso todo el judaísmo? Cada vez que Dios comienza una nueva obra, la humanidad corrupta tiene la mayor dificultad para aceptarla, porque la obra de Dios está en desacuerdo y refuta los conceptos de las personas; las personas carecen de la capacidad de entender y son incapaces de penetrar en el reino espiritual, y si no fuera por la obra del Espíritu Santo, no podrían aceptar el camino verdadero. Si se cree que es la obra de Dios, pero la comunidad religiosa no se opone a ella y carece de la oposición y la hostilidad del mundo, entonces esto prueba que la obra de Dios es falsa. ¿Por qué la humanidad es incapaz de aceptar la verdad? En primer lugar, el hombre es de la carne, es de una sustancia física. Las cosas físicas no pueden penetrar en el reino espiritual. ¿Qué significa “no poder penetrar en el reino espiritual”? Significa no poder ver los espíritus, sus actividades y el reino espiritual, no poder ver lo que Dios está haciendo y diciendo. Las personas estarían ciegas sobre lo que sucede en el reino espiritual. En el mundo físico, las personas sólo pueden ver las cosas materiales. No puedes ver qué espíritu hace qué obra en las personas ni ver lo que el Espíritu de Dios ha venido a hacer y decir. A veces puedes oír Su voz, pero no sabes de dónde viene; lees las palabras de Dios de un libro, pero sigues sin saber cómo o cuándo Dios dijo estas palabras, ni sabes lo que significan. Las personas no pueden penetrar en el reino espiritual, ni entender la fuente de las palabras de Dios y, por lo tanto, necesitan el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo y Su obra para entender la verdad. En segundo lugar, la humanidad se ha corrompido de una manera demasiado profunda y los miles de venenos de Satanás y la infinidad de conocimientos han llenado su interior; si evalúa todo utilizando diferentes filosofías y conocimientos satánicos, entonces nunca podrá establecer cuál es la verdad. Sin el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, el hombre sería incapaz de entender la verdad. Y así, el camino verdadero está inevitablemente sujeto a la persecución y el rechazo del hombre. ¿Por qué les es fácil a las personas aceptar el conocimiento y las filosofías de Satanás? En primer lugar, está de acuerdo con sus conceptos y los intereses de su carne y es beneficioso para su carne. Se dicen a sí mismas: “Aceptar un conocimiento como este me ayuda: me conseguirá un ascenso, me hará exitoso y me permitirá lograr cosas. Con un conocimiento como este las personas me admirarán”. Lo que beneficia a las personas está de acuerdo con sus conceptos. […] Al haber sido corrompidas hasta este punto, y siendo incapaces de penetrar en el reino espiritual, las personas sólo pueden oponerse a Dios y, por lo tanto, la obra de Dios se ha encontrado con el rechazo, la oposición y la condenación del hombre. Esto es normal. Si la obra de Dios no se hubiera encontrado con la condenación y la oposición del mundo y la humanidad, entonces esto demostraría que no es la verdad. Si todo lo dicho por Dios estuviera de acuerdo con los conceptos de las personas, ¿lo condenarían? ¿Se le opondrían? Seguramente no.
La comunicación desde lo Alto
Una iglesia está formada por los que Dios verdaderamente ha predestinado y escogido —se compone de los que aman la verdad, buscan la verdad y tienen la obra del Espíritu Santo—. Sólo cuando esas personas se congregan para comer y beber la palabra de Dios, llevar la vida de la iglesia, experimentar la obra de Dios y cumplir su deber como criaturas de Dios, puede ser una iglesia. Si una multitud escandalosa dice que verdaderamente cree en Dios, y ora y lee las palabras de Dios, pero no ama ni busca la verdad, y no tiene la obra del Espíritu Santo, y realiza ceremonias religiosas, entonces no es una iglesia. Con mayor precisión, las iglesias que no tienen la obra del Espíritu Santo no son iglesias; sólo son lugares religiosos y personas que realizan ceremonias religiosas. No son personas que verdaderamente obedecen a Dios y experimentan la obra de Dios. […]
[…]
[…] Una iglesia es una reunión de personas que verdaderamente creen en Dios y buscan la verdad y que en absoluto permite a los malvados —ellos no pertenecen a una iglesia—. Si un grupo de personas que no buscaron la verdad y no hicieron nada para poner la verdad en práctica se reúne, no sería una iglesia. Sería un lugar religioso o una multitud escandalosa. Una iglesia debe estar formada por personas que verdaderamente creen en Dios y buscan la verdad, que comen y beben las palabras de Dios y adoran a Dios, cumplen su deber, y experimentan la obra de Dios y han recibido la obra del Espíritu Santo. Sólo esto es una iglesia. Por lo tanto, cuando evalúes si es una iglesia verdadera, primero te debes fijar en qué clase de personas tiene. En segundo lugar, te debes fijar en si tiene o no la obra del Espíritu Santo; si su asamblea no tiene la obra del Espíritu Santo, no es una iglesia, y si no es una reunión de los que buscan la verdad, entonces no es una iglesia. Si una iglesia no tiene a alguien que verdaderamente busque la verdad, entonces esta iglesia no tiene la obra del Espíritu Santo; si hay una persona en ella que está dispuesta a buscar la verdad, y permanece en esa iglesia, entonces esa persona no puede ser salvada. Deberían dejar esa multitud escandalosa y buscar una iglesia tan pronto como puedan. Si, dentro de una iglesia, hay tres o cinco personas que buscan la verdad, y 30 o 50, que sólo son una multitud escandalosa, entonces esas tres o cinco personas que verdaderamente creen en Dios y buscan la verdad se deben reunir; si se juntan, su reunión sigue siendo una iglesia, una iglesia con menos miembros pero que es pura.
Sermones y enseñanzas sobre la entrada a la vida
El Espíritu Santo no ha perfeccionado ni edificado a los líderes y pastores en la comunidad religiosa mientras experimentan la obra de Dios, sino que, en cambio, se han vuelto líderes y pastores en la comunidad religiosa después de que se graduaron del seminario y que se les dio un diploma. No tienen la obra y la confirmación del Espíritu Santo, no tienen el más mínimo conocimiento verdadero de Dios y sus bocas no pueden hablar de nada sino de conocimiento teológico y teorías. En realidad, no han experimentado nada. Esas personas están completamente descalificadas para que Dios las use; ¿cómo podrían guiar al hombre ante Dios? Con arrogancia sostienen en alto la graduación del seminario como prueba de su propio derecho, hacen todo lo que pueden para hacer alarde de su conocimiento de la Biblia, son insoportablemente arrogantes, y por esto, Dios las condena y Dios las aborrece y han perdido la obra del Espíritu Santo. De esto no hay duda. Por qué la comunidad religiosa se ha convertido en el enemigo mortal de Cristo, es una pregunta que mueve a la reflexión. ¿Qué muestra que, en la Era de la Gracia, el judaísmo clavó a Jesucristo en la cruz? En la Era del Reino de los últimos días, la comunidad religiosa se une y dedica todos sus esfuerzos para oponerse a Dios y juzgar Su obra de los últimos días, niega y rechaza a Cristo encarnado de los últimos días, ha inventado varios rumores de Dios encarnado y de la iglesia de Dios, y ataca, denigra y blasfema contra Dios encarnado y la iglesia de Dios, y desde entonces ha clavado el Jesús que ha vuelto, el Cristo de los últimos días, a la cruz. Esto prueba que la comunidad religiosa desde hace mucho ha degenerado en fuerzas de Satanás que se oponen y se rebelan contra Dios. A la comunidad religiosa no la gobierna Dios, y mucho menos la gobierna la verdad; la gobiernan totalmente los humanos corruptos y, además, los anticristos.
Cuando las personas creen en Dios en un lugar religioso como este —uno que le pertenece a Satanás y que los demonios y los anticristos gobiernan y controlan— sólo pueden entender las doctrinas religiosas, sólo pueden seguir ceremonias y reglas religiosas y nunca van a entender la verdad, nunca van a experimentar la obra de Dios y son totalmente incapaces de ser salvadas. Esto es absoluto. Porque no hay nada de la obra del Espíritu Santo en los lugares religiosos y son lugares que le repugnan a Dios, que Dios aborrece y que Él condena y maldice. Dios nunca ha reconocido la religión, mucho menos la ha elogiado, y desde el tiempo de Jesús, Dios ha condenado a la comunidad religiosa. Por lo tanto, cuando crees en Dios debes encontrar lugares que tengan la obra del Espíritu Santo; sólo estas son verdaderas iglesias, y sólo en las verdaderas iglesias podrás escuchar la voz de Dios y descubrir las pisadas de la obra de Dios. Ese es el medio por el cual se busca a Dios.
La comunicación desde lo Alto