3. Qué diferencias hay entre creer en Dios y creer en la religión

Las palabras relevantes de Dios:

¿Qué es la creencia en la religión? ¿Qué es la creencia en Dios? ¿Existe alguna diferencia? ¿Cuáles son las características comunes y destacadas de la religión? En general, ¿cómo define la gente la creencia en la religión? Esta consiste en cambios en el comportamiento, cambios en conductas tales como reñir con los demás o maldecirlos, malversar, explotar a los demás y aprovecharse de ellos, o cometer pequeños robos y hurtos. En general se refiere a los cambios de comportamiento. Cuando alguien cree en la religión, trata de comportarse bien, de ser una buena persona; estos son comportamientos externos. ¿Qué hay de la religión como muleta psicológica? ¿Qué sucede con el ámbito de la mente? Con la fe, uno tiene una muleta psicológica. Así puede definirse la creencia en la religión: comportarse bien y tener una muleta psicológica, nada más. En lo que se refiere a detalles como si existe realmente aquel en el que creen, qué es Él exactamente y qué exige de ellos, la gente usa la inferencia y la imaginación. A la creencia con tal base se le llama creencia en la religión. La creencia en la religión implica principalmente buscar un cambio de comportamiento y tener una muleta psicológica, pero ¿implica algún cambio en la senda de la vida de una persona? No se produce el más mínimo cambio en la senda, el propósito o la dirección de la vida de una persona, ni en la base sobre la que vive. ¿Y qué es creer en Dios? ¿Qué es lo que Dios define y requiere como creer en Él? (Creer en Su soberanía). Es creer que existe y creer en Su soberanía, eso es lo más fundamental. ¿Qué requiere Dios de las personas en lo referente a su creencia en Él? ¿Con qué está relacionado? (Con ser personas honestas, tener una humanidad normal, buscar la verdad, buscar la transformación del carácter y buscar conocer a Dios). ¿Y se le exige algo a las personas respecto a su comportamiento externo? Externamente, se te requiere que tengas una decencia básica de santidad y vivas una humanidad normal. ¿Y cuál es la definición de creer en Dios? Creer en Dios es obedecer las palabras de Dios; es existir, vivir y cumplir con el deber de acuerdo con las palabras pronunciadas por Dios, y participar en todas las actividades de la humanidad normal. Lo que esto implica es que creer en Dios es seguirle, hacer lo que Él quiere que hagas y vivir como Dios quiere que vivas. Creer en Dios es seguir Su camino. Y al hacerlo, ¿acaso el propósito y la dirección de la vida de las personas no son completamente diferentes a los de aquellos que creen en la religión? ¿Qué implica la creencia en Dios? La gente debería vivir una humanidad normal; debería obedecer las palabras de Dios, sin importar lo que Dios le pida que haga; y debería practicar de acuerdo con Sus palabras. Todo esto implica las palabras de Dios. ¿Qué son las palabras de Dios? (La verdad). Creer en Dios implica la verdad; es la fuente, y el camino correcto de vida; implica la senda por la que la gente camina en la vida. ¿Acaso la creencia en la religión implica algo de esto? No. Para creer en la religión, basta con comportarse bien externamente, contenerse, someterse a las reglas y tener una muleta psicológica. Si uno se comporta bien y tiene apoyo y muletas psíquicas, ¿cambia su camino en la vida? (No). Algunas personas dicen: “Creer en la religión y creer en Dios es lo mismo”. Creen en la religión, ¿pero siguen a Dios? La creencia en la religión es simplemente la búsqueda de un cambio de comportamiento, es solo la búsqueda de una muleta psicológica, y no implica ninguna verdad. A consecuencia de esto, no puede haber ningún cambio en el carácter de estas personas. Son incapaces de poner en práctica la verdad o de sufrir cualquier cambio sustancial, y no tienen verdadero conocimiento de Dios. Cuando alguien cree en la religión, sin importar lo bueno que sea su comportamiento, lo robusta que sea su muleta psicológica, ¿a quién sigue? ¿Sigue a Dios? (No). Entonces, ¿a quién siguen? Siguen a Satanás. ¿Y qué base tiene lo que viven, lo que buscan, desean y practican en sus vidas, aquello en lo que confían? Esa base es enteramente el carácter corrupto de Satanás y su esencia. El modo en que se comportan y tratan a los demás va en consonancia con la lógica y la filosofía de vida de Satanás; todo lo que dicen es una mentira desprovista de la más mínima verdad; no han logrado la menor transformación en su carácter satánico, y continúan siguiendo a Satanás. Su visión de la vida, sus valores, su forma de manejar las cosas y los principios de sus acciones son todas expresiones de su naturaleza satánica; solo ha habido una pequeña transformación en su comportamiento externo; no ha habido la más mínima alteración en su camino de vida, en su modo de vivir o en su perspectiva. Si crees de verdad en Dios, ¿qué cambios se han producido en ti después de creer en Él durante varios años? Los cimientos de tu vida sufren una transformación. ¿Sobre qué base vives? ¿Qué rige lo que haces y dices cada día? ¿En qué se basa todo esto? (Todo se basa en las palabras de Dios y en la verdad). Por ejemplo, tal vez ya no digas mentiras, ¿cuál es la base de esto? ¿Por qué ya no hablas de esa manera? (Porque a Dios no le gusta). Hay una base sobre la cual ya no hablas o actúas de esa manera, y esa base es la palabra de Dios, lo que Dios pide, y la verdad. Entonces, ¿tiene esa persona el mismo camino de vida? He aquí un resumen: ¿qué es la creencia en la religión? ¿Y qué es la creencia en Dios? Cuando la gente cree en la religión, sigue a Satanás; cuando cree en Dios, sigue a Dios. Esa es la diferencia. Actualmente cumples con el deber en la casa de Dios; ¿crees en la religión o en Dios? ¿Cuál es la diferencia? ¿De qué depende? Depende de la senda por la que vayas. Si aspiras a portarte bien, a tener apoyo psicológico, a cumplir las normas y urdir tramas en tu beneficio y no buscas la verdad lo más mínimo, sino que simplemente quieres ser aparentemente agradable y no se produce la menor transformación de tu esencia-naturaleza ni de tu carácter corrupto, entonces crees en la religión. Los que creen en Dios son capaces de aceptar todas las verdades que expresa Dios; son capaces de hacer introspección y llegar a conocerse a sí mismos de acuerdo con la verdad y de arrepentirse sinceramente y, al final, logran vivir de acuerdo con las palabras de Dios, obedecer a Dios y adorarlo; estas personas son los únicos creyentes verdaderos en Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La creencia en la religión nunca llevará a la salvación

¿Cuál es la diferencia entre creer en Dios y creer en la religión y la religiosidad? Todo el mundo tiene la idea de que si una persona cree en la religión es porque carece de medios para su subsistencia y puede que tenga dificultades en casa. Si ese no es el caso, lo que quieren es encontrar algo en lo que apoyarse, buscar un sustento espiritual. A menudo la creencia en la religión no es más que procurar que la gente sea benevolente, ofrezca ayuda y sea amable con los demás, haga más buenas obras para acumular virtudes, no cometa asesinatos ni incendios, no haga nada malo, no golpee a la gente ni la maldiga, no robe o hurte ni engañe o estafe a los demás. Tal es el concepto de “creencia en la religión” que existe en la mente de todos. ¿Cuánto de este concepto de creencia en la religión existe hoy dentro de vuestros corazones? ¿Sabéis si tener estos pensamientos supone creer en la religión? ¿Existe una diferencia entre el estado de tener fe y el estado de creer en la religión? ¿Cuál es la diferencia entre creer en la religión y creer en Dios? Cuando comenzaste a creer en Dios, puede que pensaras que creer en la religión y creer en Dios eran la misma cosa. Pero ahora que llevas creyendo en Dios más de cinco años, ¿en realidad qué consideras que es tener fe? ¿Hay alguna diferencia con la creencia en la religión? Creer en la religión significa seguir ciertos rituales para proporcionar felicidad y consuelo al espíritu. No tiene que ver con cuestiones como qué senda recorre la gente, con qué medios subsiste o cómo viven sus vidas. Es decir, no hay ningún cambio en tu corazón, en tu mundo interior; sigues siendo tú, y tu naturaleza y esencia siguen siendo las mismas. No has aceptado las verdades que vienen de Dios y las has convertido en tu vida, sino que te has limitado a hacer algunas buenas obras o a seguir ceremonias y reglas. Te has limitado a realizar algunas actividades relacionadas con la creencia en la religión; solo eso, nada más. Entonces, ¿a qué se refiere la creencia en Dios? Significa un cambio en tu forma de vivir en este mundo, significa que ya se ha producido un cambio en el valor de tu existencia y tus objetivos en la vida. Al principio, vivías para cosas como honrar a tus antepasados, destacar entre los demás, tener una buena vida y luchar por la fama y la fortuna. Hoy has abandonado esas cosas. Ya no sigues a Satanás, sino que deseas renunciar a él, dejar a un lado esa tendencia malvada. Sigues a Dios, lo que aceptas es la verdad, y la senda que recorres es la de buscar la verdad. La dirección de tu vida ha cambiado completamente. Se trata de enfocar la vida de manera diferente, de tener una forma de vida distinta, de seguir al Creador, de aceptar y someterse a las reglas y arreglos del Creador, de aceptar Su salvación y, finalmente, lograr convertirse en un verdadero ser creado. ¿Acaso no es eso cambiar tu forma de vida? Es lo absolutamente opuesto a tu búsqueda anterior, a tu forma de vida y a las motivaciones e intenciones detrás de todo lo que hacías; se opone completamente, ni siquiera juega en el mismo campo.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Aquello concreto en lo que las personas han confiado para vivir

La forma más simple de describir la creencia en Dios es confiar en que hay un Dios y, sobre esta base, seguirlo, obedecerlo, aceptar Su dominio, orquestaciones y arreglos, escuchar Sus palabras, vivir y hacerlo todo de acuerdo con ellas, ser un verdadero ser creado, y temerlo y rechazar el mal; solo esto es la verdadera creencia en Dios. Esto es lo que significa seguir a Dios. Dices que sigues a Dios, pero en Tu corazón no aceptas las palabras de Dios ni Su dominio, orquestaciones y arreglos. Si siempre tienes nociones respecto a lo que hace Dios, y siempre lo malinterpretas y te quejas de ello; si siempre estás insatisfecho y mides y abordas lo que hace usando tus propias nociones e imaginaciones; si siempre tienes tu propio entendimiento, esto causará problemas. No estás experimentando la obra de Dios, y no tienes forma de seguirle de verdad. Eso no es creer en Dios.

¿Qué es exactamente la creencia en Dios? ¿Equivale la creencia en la religión a la creencia en Dios? Cuando la gente cree en la religión, sigue a Satanás. Solo cuando creen en Dios siguen a Dios, y solo aquellos que siguen a Cristo creen de verdad en Él. ¿Es alguien que nunca aceptará las palabras de Dios como su vida una persona que cree en Dios? No sirve de nada, ni importa cuántos años hayan creído en Dios. Alguien que siempre esté dedicado al ritual religioso en su fe, pero no practique la verdad, no es un creyente en Dios y Él no los reconoce. ¿Sobre qué base te reconoce Dios? Que te reconozca depende de si actúas en todos los asuntos según Sus exigencias. Tu reconocimiento se produce de acuerdo con Sus palabras, no según cuántos cambios haya en tu comportamiento exterior ni cuánto tiempo pasas corriendo de aquí para allá por Él, sino según la senda que caminas y si buscas la verdad. Hay muchos que dicen que creen en Dios y pronuncian palabras de alabanza para Él, pero en sus corazones no aman las palabras pronunciadas por Dios ni están interesados en la verdad. En sus corazones siempre creen que solo si viven de acuerdo con las filosofías de Satanás y las diversas doctrinas del mundo exterior serán normales y podrán protegerse a sí mismos, que solo viviendo así darán valor a sus vidas en este mundo. ¿Es así alguien que cree en Dios y lo sigue? Todos los dichos de grandes figuras de renombre suenan especialmente filosóficos y son particularmente capaces de engañar a la gente. Si los tratas como la verdad y los acatas como máximas; pero, cuando se trata de las palabras de Dios, las palabras más corrientes de Dios, que exigen que sean una persona honesta, que te ciñas escrupulosamente a tu puesto asignado y cumplas el deber de un ser creado, y te mantengas firme. Eres incapaz de practicar estas palabras y no las tratas como la verdad, entonces no eres un seguidor de Dios. Puedes decir que has practicado Sus palabras, pero si Dios te presiona para que digas la verdad y te pregunta: “¿Qué has practicado? ¿Quién dijo las palabras que practicas? ¿Cuál es la base de los principios a los que te adhieres?”. Si esa base no son las palabras de Dios, entonces son las palabras de Satanás; lo que vives son las palabras de Satanás. Sin embargo, sigues diciendo que practicas la verdad y satisfaces a Dios, ¿acaso no es esto una blasfemia contra Él? Dios dice que la gente debe ser honesta, sin embargo, hay quienes no reflexionan sobre qué implica ser honesto, cómo deben practicar la honestidad o cuáles de las cosas que viven y revelan no son honestas y cuáles sí lo son. No contemplan la esencia de la verdad en las palabras de Dios, sino que al encontrarse un libro de los incrédulos y leerlo, dicen: “Estas son buenas palabras, incluso mejores que las de Dios. ‘Las personas inocentes siempre prevalecen’, ¿no es eso lo mismo que dijo Dios? ¡Esta también es la verdad!”. Así que se atienen a esas palabras. ¿Qué es lo que viven cuando cumplen con estas palabras? ¿Son capaces de vivir la realidad de la verdad? ¿Existen muchas personas así? Adquieren un poco de conocimiento, leen unos pocos libros y adquieren un poco de perspectiva, y escuchan algún famoso refrán o dicho popular y lo tratan como la verdad. Actúan de acuerdo con estas palabras, y las aplican a sus deberes y a sus vidas de creencia en Dios, e incluso piensan que esto le satisface. ¿Acaso no es esto un juego de manos? ¿No es un engaño? ¡Es una blasfemia! Hay mucho de esto en la gente. Se atienen a las doctrinas populares que suenan bien y parecen correctas como si fueran la verdad. Dejan de lado las palabras de Dios, no les prestan atención y, no importa cuántas veces las lean, no se las toman a pecho ni las consideran la verdad. ¿Se trata de alguien que cree en Dios? ¿Acaso siguen a Dios? Tales personas creen en la religión, ¡siguen a Satanás! En sus corazones piensan que hay filosofía en las palabras dichas por Satanás, que esas palabras tienen un profundo significado, son sagradas, dichos sabios y, sin importar a qué más puedan renunciar, nunca serían capaces de dejarlas de lado. Para ellos sería como perder la vida o que les arrancaran el corazón. ¿Qué clase de persona es esta? Es una persona que sigue a Satanás.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La creencia en la religión nunca llevará a la salvación

Si uno cree en Dios, pero no presta atención a Sus palabras, no acepta la verdad ni se somete a Sus disposiciones y orquestaciones; si únicamente exhibe determinadas buenas conductas, pero es incapaz de abandonar la carne y no cede nada en su orgullo o sus intereses; si, pese a que en apariencia cumple con el deber, sigue viviendo según sus actitudes satánicas, no ha renunciado en absoluto a las filosofías y maneras de vivir de Satanás y no se transforma, ¿cómo es posible que crea en Dios? Eso es fe en la religión. Las personas que son así abandonan las cosas y se esfuerzan superficialmente, pero la senda por la que van y el origen e inspiración de todo lo que hacen no se fundamentan en las palabras de Dios ni en la verdad; por el contrario, siguen actuando según sus fantasías, deseos y suposiciones subjetivas, y las filosofías y actitudes de Satanás continúan siendo el fundamento de su existencia y sus actos. En los asuntos cuya verdad no entienden, no la buscan; en los asuntos cuya verdad sí entienden, no la practican, ni enaltecen la grandeza de Dios ni valoran la verdad. Aunque teóricamente siguen a Dios, solo lo hacen de palabra; la esencia de sus actos no es sino la expresión de su carácter corrupto. No hay nada que indique que su motivación y su intención sean practicar la verdad y actuar de acuerdo con las palabras de Dios. Los que ante todo piensan en sus intereses, los que satisfacen sus deseos e intenciones en primer lugar, ¿siguen a Dios? (No). ¿Y pueden transformar su carácter los que no siguen a Dios? (No). Y si no pueden transformar su carácter, ¿no son patéticos? […] Cuando no tienen problemas, cuando todo les va bien, la mayoría de la gente siente que Dios es poderoso, justo y hermoso. Cuando Dios los pone a prueba, los trata, castiga y disciplina, cuando les pide que dejen de lado sus propios intereses, que le den la espalda a la carne y practiquen la verdad, cuando Dios obra en ellos y orquesta y reina sobre sus destinos y sus vidas, se rebelan y crean un distanciamiento entre ellos y Dios; crean un conflicto, un abismo entre ellos y Dios. En esos momentos, en sus corazones Dios no tiene la menor hermosura; no es en absoluto poderoso, pues lo que Él hace no cumple sus deseos. Dios los entristece, los perturba, les causa dolor y sufrimiento, les hace sentir inquietos. Por lo tanto, no se someten a Dios en absoluto, sino que se rebelan contra Él y lo rechazan. ¿Practican la verdad al hacer esto? ¿Están siguiendo el camino de Dios? ¿Siguen a Dios? No. Entonces, independientemente de lo numerosas que sean tus nociones e imaginaciones sobre la obra de Dios, de cómo actuaras previamente de acuerdo a tu propia voluntad y de que te rebelaras contra Él, si realmente buscas la verdad, aceptas el juicio y castigo de las palabras de Dios, aceptas ser podado y tratado por estas; y si, en todo lo que Él orquesta, eres capaz de seguir el camino de Dios, obedecer Sus palabras, buscar Su voluntad, practicar de acuerdo con ambas, ser capaz de buscar la sumisión y de dejar de lado tu propia voluntad, deseos, consideraciones, motivaciones y antagonismo hacia Él, ¡solo entonces estás siguiendo a Dios! Dices que sigues a Dios, pero todo lo que haces es según su propia voluntad. En todo lo que haces, tienes tus propios objetivos, tus propios planes; no lo dejas en manos de Dios. Entonces, ¿sigue Dios siendo tu Dios? Si Dios no es tu Dios, cuando dices que sigues a Dios, ¿acaso no son palabras vacías? ¿No son esas palabras un intento de engañar a la gente? Dices que sigues a Dios, pero todas tus acciones y comportamientos, tu perspectiva de vida, tus valores y la actitud y los principios con los que abordas y manejas los asuntos, vienen todos de Satanás; manejas todo esto según los principios y la lógica de Satanás. Entonces, ¿sigues a Dios?

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La creencia en la religión nunca llevará a la salvación

Si, en su fe en Dios, la gente trata la verdad como un conjunto de normas a las que se debe ceñir, ¿no será entonces su fe susceptible de reducirse a un montón de ceremonias religiosas? ¿Y cuáles son las diferencias entre tales ceremonias religiosas y el cristianismo? Estas personas puede que sean más profundas y progresivas en la forma de decir las cosas, pero si su fe se ha reducido a un conjunto de normas y un tipo de ceremonia, entonces, ¿no significa que se ha convertido en cristianismo? (Sí, así es). Hay diferencias entre las viejas enseñanzas y las nuevas, pero si las enseñanzas no son más que una especie de teoría y se han convertido meramente en una forma de ceremonia o norma para las personas y, de igual modo, si no pueden obtener la verdad de ella ni usarla para entrar en la realidad-verdad, entonces, ¿acaso no se ha convertido su fe en lo mismo que el cristianismo? En esencia, ¿no es eso cristianismo? (Sí, lo es). Entonces, en vuestro comportamiento y en el cumplimiento de los deberes, ¿en qué cosas tienes puntos de vista y condiciones que son iguales o similares a los de los creyentes en el cristianismo? (En lo que respecta a adherirse a las normas, y a dotarnos de letras y doctrinas). (A enfocarse en la apariencia de ser espiritual y exhibir buen comportamiento, y a ser devoto y humilde). Buscas mostrar un buen comportamiento exterior, hacer todo lo posible por envolverte en una especie de apariencia espiritual, y haces algunas cosas que son relativamente aprobadas en las nociones e imaginaciones humanas, y finges ser virtuoso. Desde lo alto del púlpito predicas letras y doctrinas, enseñando a hacer el bien, a ser virtuoso y a comprender la verdad; predicas doctrina espiritual, diciendo las cosas espirituales correctas; te das aires de ser espiritual y destilas una espiritualidad superficial en todo lo que dices y haces, pero en la práctica y en el desempeño del deber no buscas nunca la verdad. En cuanto te topas con un problema, actúas enteramente según la voluntad humana, dejando de lado a Dios. Nunca has actuado según el principio-verdad, ni tienes ni idea de qué es la verdad, cuáles son las intenciones de Dios o cuáles son los estándares que Él requiere del hombre; nunca te has tomado estos asuntos en serio y ni siquiera te has preocupado por ellos. ¿Acaso tales acciones externas y estados internos de la gente, es decir, este tipo de fe, abarca el temor a Dios y el rechazo del mal? Si no hay conexión entre la fe de la gente y la búsqueda de la verdad, entonces ¿creen o no creen en Dios? No importa cuántos años lleven las personas que no tienen conexión con la búsqueda de la verdad creyendo en Él, ¿pueden o no pueden temer de verdad a Dios y rehuir el mal? (No pueden). Entonces, ¿cuál es el comportamiento externo de tales personas? ¿Qué tipo de senda pueden seguir? (La senda de los fariseos). ¿Con qué pasan sus días equipándose? ¿Acaso no es con letras y doctrinas? ¿Acaso no pasan sus días armándose, revistiéndose con letras y doctrinas para parecerse más a los fariseos, más espirituales, y más parecidos a personas que supuestamente sirven a Dios? ¿Cuál es la naturaleza de todas estas obras? ¿Es adorar a Dios? ¿Es esa la auténtica fe en Él? (No, no lo es). Entonces, ¿qué están haciendo? Están engañando a Dios; sólo están siguiendo los pasos de un proceso y participando en ceremonias religiosas. Están agitando la bandera de la fe y realizando ritos religiosos, tratando de engañar a Dios para lograr su objetivo de ser bendecidos. Estas personas no adoran a Dios en absoluto. Al final, ¿acaso ese grupo de personas no terminará precisamente como quienes están dentro de la iglesia, que supuestamente sirven a Dios y que supuestamente creen en Dios y lo siguen?

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo si se vive constantemente ante Dios se puede caminar por la senda hacia la salvación

Si la senda que seguís es la misma que sigue la gente religiosa, eso os convierte en creyentes en el cristianismo; no creéis en Dios ni experimentáis Su obra. Algunos que hace mucho que no creen en Dios admiran a aquellos que sí, cuyo discurso es sólido. Los ven que están ahí sentados y pueden hablar fácilmente durante dos o tres horas. Se ponen a aprender de ellos términos y expresiones espirituales, así como la forma de hablar y comportarse de la persona. Luego se dedican a memorizar algunos pasajes de palabras espirituales y siguen así hasta que, un día, los años que llevan creyendo les bastan para sentarse a explicar sin parar, con elocuencia y detenimiento. Sin embargo, si se les escucha con atención, son todo tonterías, palabras vacías, meras letras y doctrinas, y está claro que son unos estafadores religiosos que se engañan a sí mismos y a los demás. ¡Qué triste! No debéis seguir esa senda, que, una vez pisada, trae la ruina y cuesta desandar. Valorar semejantes cosas, considerarlas la propia vida y emplearlas para compararse con los demás allá donde uno vaya; tener, aparte de un carácter satánico corrupto, algunas teorías espirituales y algunos elementos de hipocresía, esta persona no es simplemente repugnante, sino repugnante en grado sumo, nauseabunda y desvergonzada, y los demás no pueden ni verla. Por lo tanto, la denominación de aquellos que antaño seguían al Señor Jesús ahora se llama cristianismo. Es una denominación y, en lo tocante a su fe en Dios, no hacen más que mantener estrictamente la solemnidad. No hay ninguna transformación de su carácter de vida ni son personas que busquen la verdad; su búsqueda no es de la verdad, el camino y la vida que vienen de Dios, sino que aspiran a ser fariseos y son hostiles a Dios; este es el colectivo de personas actualmente definido como cristianismo. ¿Cómo llegó a denominarse “cristianismo” ese colectivo? Ocurrió porque se hacen pasar por santos, espirituales, bondadosos y auténticos seguidores de Dios, pero niegan toda verdad y la realidad de todas las cosas positivas que vienen de Dios. Utilizan palabras previamente pronunciadas por Dios para camuflarse, armarse y ocultarse, y acaban utilizándolas como una especie de capital para engañar a gente de todos lados con comida y bebida. Se ponen una máscara de creyentes en Dios y así se pavonean y estafan a otros, compiten y rivalizan con otras personas; para ellos, estas cosas son la gloria y son primordiales. Además, quieren recibir bendiciones y recompensas de Dios por medio de mentiras. Esta es la senda que siguen. Dado que siguen esta senda, su colectivo queda definido en último término como cristianismo. Ahora que lo pienso, ¿es bueno o malo el apelativo de “cristianismo”? Es un nombre vergonzoso y no tiene nada de glorioso ni de ilustre.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo quienes practican la verdad temen a Dios

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