La aparición y la obra de Dios

Palabras diarias de Dios  Fragmento 46

Ha llegado alabanza a Sion, y la morada de Dios ha aparecido. El glorioso y santo nombre, alabado por todos los pueblos, se difunde. ¡Ah, Dios Todopoderoso! La Cabeza del universo, Cristo de los últimos días, Él es el Sol brillante que se ha levantado sobre el Monte Sion, que se eleva con majestad y grandeza por encima de todo el universo…

¡Dios Todopoderoso! Clamamos a Ti con júbilo; bailamos y cantamos. ¡Tú eres verdaderamente nuestro Redentor, el gran Rey del universo! Has hecho un grupo de vencedores y has cumplido el plan de gestión de Dios. Todos los pueblos correrán a este monte. ¡Todos los pueblos se arrodillarán delante del trono! Tú eres el único y solo Dios verdadero y mereces la gloria y el honor. ¡Toda la gloria, la alabanza y la autoridad sean para el trono! La fuente de vida fluye del trono, regando y alimentando a las multitudes del pueblo de Dios. La vida cambia cada día; nueva luz y revelaciones nos siguen, ofreciendo constantemente nuevos entendimientos sobre Dios. En medio de las experiencias, llegamos a la certidumbre completa acerca de Dios. Sus palabras se manifiestan constantemente, se manifiestan dentro de quienes están en lo correcto. ¡Somos, en verdad, sumamente bendecidos! Estamos cara a cara con Dios cada día, nos comunicamos con Él en todas las cosas y le damos la soberanía sobre todo. Ponderamos con cuidado la palabra de Dios, nuestro corazón descansa en Dios y, así, vamos ante Dios, donde recibimos Su luz. Todos los días, en nuestras vidas, acciones, palabras, pensamientos e ideas, vivimos dentro de la palabra de Dios, podemos ejercer el discernimiento en todo momento. La palabra de Dios guía la hebra por el ojo de la aguja; las cosas ocultas adentro de nosotros, de forma inesperada, aparecen una tras otra. La comunicación con Dios no acepta retraso; Dios pone al descubierto nuestros pensamientos e ideas. En cada momento, estamos viviendo ante el trono de Cristo, donde se nos somete a juicio. Cada lugar de nuestro cuerpo permanece ocupado por Satanás. El día de hoy, el templo de Dios debe ser purificado con el fin de recuperar Su soberanía. Para ser completamente poseídos por Dios, debemos pasar por una batalla de vida o muerte. Solo cuando nuestros antiguos yos han sido crucificados puede reinar soberana la vida resucitada de Cristo.

¡Ahora, el Espíritu Santo prepara una carga en cada uno de nuestros rincones para lanzar una batalla por la recuperación! Siempre que estemos listos para negarnos a nosotros mismos y dispuestos para cooperar con Dios, Dios nos iluminará y purificará desde adentro en todo momento y reclamará de nuevo eso que Satanás ha ocupado, para que podamos ser completados por Dios tan rápido como sea posible. No perdamos tiempo y siempre vivamos dentro de la palabra de Dios. Seamos edificados con los santos, seamos introducidos al reino y entremos a la gloria junto con Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 1

Palabras diarias de Dios  Fragmento 47

La iglesia de Filadelfia ha tomado forma, lo cual se debe, por completo, a la gracia y la misericordia de Dios. El amor a Dios surge en el corazón de innumerables santos, quienes no vacilan en su viaje espiritual. Se aferran a su creencia de que el único Dios verdadero se ha hecho carne, que Él es la Cabeza del universo que manda sobre todas las cosas: esto lo confirma el Espíritu Santo ¡y es tan inamovible como las montañas! ¡Y jamás cambiará!

¡Oh, Dios Todopoderoso! Hoy eres Tú quien ha abierto nuestros ojos espirituales, permitiéndole al ciego ver, al cojo caminar y a los leprosos ser sanados. Eres Tú quien ha abierto la ventana que da al cielo y nos ha permitido percibir los misterios del mundo espiritual. Que Tus santas palabras permeen en nosotros y que seamos salvados de nuestra humanidad, que fue corrompida por Satanás; esa es Tu inestimable gran obra y Tu inestimable y gran misericordia. ¡Somos Tus testigos!

Durante mucho tiempo has permanecido escondido, humilde y silenciosamente. Has pasado por la resurrección de la muerte y por el sufrimiento de la crucifixión; y has experimentado las alegrías y las tristezas de la vida humana, así como la persecución y la adversidad. Has experimentado y probado el dolor del mundo humano y has sido abandonado por la era. Dios encarnado es Dios mismo. En aras de la voluntad de Dios, nos has salvado del estercolero, sosteniéndonos con Tu mano derecha y otorgándonos libremente Tu gracia. No escatimas en dolores, y has forjado Tu vida en nosotros; el precio que has pagado con Tu sangre, sudor y lágrimas se cristaliza en los santos. Somos el producto de[a] Tus meticulosos esfuerzos; somos el precio que has pagado.

¡Oh, Dios Todopoderoso! Es gracias a Tu amorosa bondad y misericordia, Tu justicia y majestad, Tu santidad y humildad, que todos los pueblos se inclinarán ante Ti y te adorarán por toda la eternidad.

Hoy, Tú has hecho completas a todas las iglesias —la iglesia de Filadelfia— y, así, has cumplido Tu plan de gestión de 6000 años. Los santos pueden someterse humildemente delante de Ti, conectados en espíritu y siguiéndose en amor, unidos al origen de la fuente. El agua viva de vida fluye sin cesar, limpia y purifica todo el lodo y el agua inmunda que hay en la iglesia, y así purifica, una vez más, Tu templo. Hemos llegado a conocer al verdadero Dios práctico, hemos caminado dentro de Sus palabras, reconocido nuestras propias funciones y deberes y hemos hecho todo lo posible por esforzarnos en aras de la iglesia. Siempre en silencio delante de Ti, debemos prestar atención a la obra del Espíritu Santo para que Tu voluntad no se obstruya en nosotros. Entre los santos hay amor mutuo, y las fortalezas de algunos compensarán los defectos de otros. Pueden caminar en el espíritu en todo momento, esclarecidos e iluminados por el Espíritu Santo. Ellos ponen en práctica la verdad inmediatamente después de comprenderla. Van al compás de la nueva luz y siguen los pasos de Dios.

Coopera con Dios de manera activa; dejarlo tomar el control es caminar con Él. Todas nuestras ideas, nociones, opiniones y enredos seculares desaparecen en el aire como humo. Dejamos que Dios reine en nuestro espíritu, caminamos con Él, y, así, obtenemos trascendencia, venciendo al mundo, y nuestro espíritu vuela libre y alcanza la liberación: este es el resultado de que Dios Todopoderoso sea Rey. ¿Cómo podemos no bailar y cantar alabanzas, ofreciendo nuestras alabanzas, ofreciendo nuevos himnos?

En verdad hay muchas maneras de alabar a Dios: clamar Su nombre, acercarse a Él, pensar en Él, orar-leer, participar en enseñanza, contemplar y ponderar, orar y, también, cantar alabanzas. En este tipo de alabanzas hay gozo y hay unción; hay poder en la alabanza, y también hay una carga. Hay fe en la alabanza y un nuevo discernimiento.

Coopera de manera activa con Dios, sirve en coordinación y conviértete en uno, satisface las intenciones de Dios Todopoderoso, apresúrate a convertirte en un cuerpo espiritual santo, pisotea a Satanás y ponle fin a su destino. La iglesia de Filadelfia ha sido arrebatada a la presencia de Dios y se manifiesta en Su gloria.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 2

Nota al pie:

a. El texto original no contiene la frase “el producto de”.


Palabras diarias de Dios  Fragmento 48

El Rey triunfante está sentado sobre Su glorioso trono. Ha llevado a cabo la redención y ha dirigido a todo Su pueblo para aparecer en gloria. Sostiene el universo en Sus manos; con Su sabiduría y Su poder divinos, ha edificado y establecido a Sion. Con Su majestad juzga al mundo pecaminoso; ha juzgado a todas las naciones y a todos los pueblos, a la tierra, a los mares y a todas las cosas vivas en ellos, así como a aquellos que están ebrios con el vino de la promiscuidad. Dios los juzgará indudablemente y, sin lugar a duda, se enojará con ellos; y en esto se revelará Su majestad, cuyo juicio es instantáneo, y se emitirá sin retraso. El fuego de Su ira consumirá, con toda certeza, sus crímenes atroces, y vendrá sobre ellos la calamidad en cualquier momento; no conocerán vía de escape alguna ni tendrán lugar donde esconderse; llorarán y rechinarán los dientes, y traerán la destrucción sobre sí mismos.

Los amados hijos triunfantes de Dios permanecerán, indudablemente, en Sion, para no abandonarla nunca. Las multitudes escucharán Su voz atentamente, prestarán cuidadosa atención a Sus acciones, y el sonido de sus alabanzas no cesará jamás. ¡El único Dios verdadero ha aparecido! Estaremos seguros respecto a Él en espíritu y lo seguiremos de cerca; nos apresuraremos con toda nuestra fuerza y no vacilaremos más. El fin del mundo se está revelando ante nosotros; la vida apropiada de la iglesia, así como las personas, los asuntos y las cosas que nos rodean, están intensificando, incluso ahora, nuestro entrenamiento. ¡Démonos prisa en recuperar nuestros corazones que tanto aman al mundo! ¡Démonos prisa en recuperar nuestra visión que está tan oscurecida! Vamos a quedarnos donde estamos para no sobrepasar los límites. Vamos a cerrar nuestra boca para caminar en la palabra de Dios, y dejar de disputar nuestras propias ganancias y pérdidas. ¡Ah, dejad ir vuestra afición codiciosa por el mundo secular y la riqueza! ¡Ah, libraos del apego a vuestros maridos, hijos e hijas! ¡Ah, dadles la espalda a vuestras opiniones y prejuicios! ¡Ah, despertad! ¡El tiempo es corto! Levantad la mirada, levantad la mirada, desde el interior del espíritu, y dejad que Dios tome el control. Pase lo que pase, no os convirtáis en otra esposa de Lot. ¡Qué lamentable es ser desechado! ¡Muy lamentable, ciertamente! ¡Ah, despertad!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 3

Palabras diarias de Dios  Fragmento 49

Los montes y los ríos cambian, las aguas fluyen a lo largo de su cauce, y la vida del hombre no perdura tanto como lo hacen la tierra y el cielo. ¡Solo Dios Todopoderoso es la vida eterna y resucitada, que continúa generación tras generación, por siempre! Todas las cosas y todos los acontecimientos están en Sus manos, y Satanás está bajo Sus pies.

Hoy, que Dios nos libere de las garras de Satanás se debe a Su selección predeterminada. Él es ciertamente nuestro Redentor. De hecho, la eterna vida resucitada de Cristo ha sido forjada en nuestro interior, y nos ha destinado a conectar con la vida de Dios, a que de verdad podamos ser capaces de estar cara a cara con Él, comerlo, beberlo y disfrutarlo. Esta es la generosa ofrenda que ha hecho Dios a costa de la sangre de su corazón.

Las estaciones vienen y van, pasan a través del viento y la escarcha, se topan con tantos de los sufrimientos, persecuciones y tribulaciones de la vida, con tantos rechazos y calumnias del mundo, tantas falsas acusaciones del gobierno. Sin embargo, ni la fe de Dios ni Su resolución decrecen en lo más mínimo. Está dedicado incondicionalmente a la voluntad de Dios y a Su gestión y Su plan, a que estos se cumplan. Él deja Su propia vida a un lado. No escatima esfuerzos por las multitudes de Su pueblo, lo alimenta y riega con esmero. Independientemente de lo benignos o difíciles que seamos, solo debemos someternos ante Él y la vida resucitada de Cristo cambiará nuestra vieja naturaleza… Él trabaja incansable por todos estos hijos primogénitos y se priva de alimento y descanso. Durante tantos días y noches, ya sea en el calor abrasador o el frío helado, Él vigila incondicionalmente en Sion.

El mundo, el hogar, el trabajo y todo lo demás ya perdidos por completo, alegremente, por voluntad propia y sin que los placeres mundanos tengan nada que ver con Él… Las palabras de Su boca traspasan nuestro interior y exponen las cosas ocultas en lo profundo de nuestros corazones. ¿Cómo no podemos estar convencidos? Cada frase que sale de Su boca se puede hacer realidad en nosotros en cualquier momento. Cualquier cosa que hagamos, en Su presencia o escondidos de Él, no hay nada que no sepa, nada que Él no entienda. Todo será revelado ante Él, a pesar de nuestros propios planes y disposiciones.

Al sentarnos ante Él, sintiendo gozo en nuestro espíritu, calmados y tranquilos, aunque siempre nos sintamos vacíos y realmente en deuda con Dios: este es un prodigio inimaginable e imposible de lograr. ¡El Espíritu Santo es suficiente para demostrar que Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero! ¡Es una prueba indiscutible! ¡Nosotros, en este grupo, estamos indescriptiblemente bendecidos! De no ser por la gracia y la misericordia de Dios, solo podríamos caer en la perdición y seguir a Satanás. ¡Solo Dios Todopoderoso puede salvarnos!

¡Ah, Dios Todopoderoso, el Dios práctico! Eres Tú quien has abierto nuestros ojos espirituales, nos has permitido contemplar los misterios del mundo espiritual. Las perspectivas del reino no tienen límites. Mantengámonos vigilantes mientras esperamos. El día no puede estar muy lejos.

Las llamas de la guerra se arremolinan, el humo del cañón llena el aire, el tiempo se vuelve más caluroso, el clima cambia, una plaga se propagará y las personas solo pueden morir, sin esperanzas de sobrevivir.

¡Ah, Dios Todopoderoso, el Dios práctico! Eres nuestra fortaleza inexpugnable. Eres nuestro refugio. Nos acurrucamos bajo Tus alas, y la calamidad no puede alcanzarnos. Tal es Tu divina protección y cuidado.

¡Todos alzamos nuestras voces en canto, cantamos alabanzas, y el sonido de estas resuena por todo Sion! Dios Todopoderoso, el Dios práctico, ha preparado para nosotros ese destino glorioso. Mantente vigilante, ¡oh, mantente vigilante! Todavía no es demasiado tarde.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 5

Palabras diarias de Dios  Fragmento 50

Desde el momento en que se ha dado testimonio de Dios Todopoderoso, el Rey del reino, el alcance de la gestión de Dios se ha revelado por completo por todo el universo. No solo se ha dado testimonio de la aparición de Dios en China, sino que se ha dado testimonio del nombre de Dios Todopoderoso en todas las naciones y lugares. Todos ellos están clamando este santo nombre, buscando la comunión con Dios por todos los medios posibles, comprendiendo la voluntad de Dios Todopoderoso y sirviéndole en colaboración en la iglesia. Esta es la manera maravillosa en la que obra el Espíritu Santo.

Los idiomas de las diversas naciones difieren entre sí, pero hay un único Espíritu. Este Espíritu aúna a las iglesias por todo el universo y es uno absoluto con Dios, sin la menor diferencia. Esto es algo que está fuera de duda. El Espíritu Santo las llama ahora y Su voz las despierta. Es la voz de la misericordia de Dios. ¡Todas están clamando el santo nombre de Dios Todopoderoso! También alaban y cantan. En la obra del Espíritu Santo no puede haber jamás desviación alguna; estas personas hacen cualquier cosa por avanzar por la senda correcta; no se echan atrás, las maravillas se amontonan unas sobre otras. Esto es algo que a las personas les resulta difícil imaginar e imposible de especular.

¡Dios Todopoderoso es el Rey de la vida en el universo! Está sentado en el trono glorioso y juzga al mundo, lo domina todo y gobierna a todas las naciones; todos los pueblos se arrodillan ante Él, oran a Él, se acercan a Él y se comunican con Él. Independientemente de cuánto tiempo se haya creído en Dios, de lo elevado que sea el estatus o de lo grande que sea la antigüedad, si os oponéis a Dios en el corazón, entonces debéis ser juzgados, debéis postraros ante Él y expresar mediante sonidos una súplica dolorosa; de hecho, esto es cosechar los frutos de los actos propios. Este sonido de lamento es el que se produce al ser atormentado en el lago de fuego y azufre, y es el clamor de estar siendo reprendido con la vara de hierro de Dios; este es el juicio ante el trono de Cristo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 8

Palabras diarias de Dios  Fragmento 51

La aparición de Dios ya ha surgido en todas las iglesias. Es el Espíritu quien habla, Él es un fuego abrasador, Él lleva majestad y está juzgando; Él es el Hijo del hombre, vestido con una túnica que llega hasta Sus pies y un cinto de oro ceñido en Su pecho. Su cabeza y Sus cabellos son blancos como la lana, y Sus ojos son como llamas; Sus pies se asemejan al bronce bruñido, como si se hubieran forjado en un horno; y Su voz es como el sonido de muchas aguas. ¡Tiene en Su diestra siete estrellas, una aguda espada de doble filo en Su boca y Su rostro brilla como el sol ardiente!

El Hijo del hombre ha sido testificado, Dios mismo ha sido revelado abiertamente, la gloria de Dios se ha emitido, ¡y brilla como el sol cuando resplandece! Su rostro glorioso brilla resplandecientemente; ¿los ojos de quién osan tratarlo con desafío? ¡La resistencia lleva a la muerte! No se muestra ni la más mínima pizca de misericordia por nada de lo que penséis en vuestro corazón, por ninguna palabra que pronunciéis ni en nada de lo que hagáis. Todos llegaréis a entender y a ver lo que habéis obtenido: ¡nada excepto Mi juicio! ¿Acaso puedo tolerar cuando no ponéis vuestro esfuerzo en comer y beber Mis palabras, sino que interrumpís arbitrariamente y destruís Mi construcción? ¡Yo no trataré a esta clase de persona amablemente! ¡Si tu comportamiento se degenera de forma más grave, te consumirás en las llamas! El Dios todopoderoso se manifiesta en un cuerpo espiritual, sin la menor pizca de carne o sangre que conecte la cabeza con los dedos de los pies. ¡Él trasciende el mundo-universo, sentado sobre el glorioso trono en el tercer cielo, administrando todas las cosas! El universo y todas las cosas están en Mis manos. Si Yo lo digo, será. Si Yo lo ordeno, así se hará. Satanás está bajo Mis pies; ¡está en el abismo sin fondo! Cuando emita Mi voz, el cielo y la tierra pasarán, y quedarán en nada. Todas las cosas serán renovadas, y esto es una verdad inmutable y absolutamente cierta. Yo he vencido al mundo, así como a todos los malos. Yo me siento aquí y os hablo; y todos los que tienen oídos deberían escuchar y todos los que viven deberían aceptar.

Los días llegarán a su fin; todas las cosas del mundo quedarán en nada y todas las cosas nacerán de nuevo. ¡Recordad esto! ¡No lo olvidéis! ¡No puede haber ambigüedad! ¡El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras permanecerán! Permitidme exhortaros una vez más: ¡No corráis en vano! ¡Despertad! ¡Arrepentíos y la salvación está cerca! Yo ya he aparecido entre vosotros y he alzado Mi voz. Mi voz ha surgido ante vosotros, cada día os confronta, cara a cara, y cada día es fresca y nueva. Tú me ves y Yo te veo. Te hablo continuamente, estoy cara a cara contigo. Sin embargo, tú me rechazas y no me conoces; ¡Mis ovejas pueden oír Mi voz pero vosotros seguís dudando! ¡Vosotros dudáis! Vuestro corazón se ha vuelto insensible, vuestros ojos están cegados por Satanás, y no podéis ver Mi rostro glorioso; ¡qué lamentables sois! ¡Qué lamentables!

Los siete Espíritus ante Mi trono han sido enviados a todos los rincones de la tierra y Yo enviaré a Mi Mensajero para hablar a las iglesias. Yo soy justo y fiel; Yo soy el Dios que examina las partes más profundas del corazón humano. El Espíritu Santo habla a las iglesias y son Mis palabras las que fluyen desde dentro de Mi Hijo; ¡todos los que tengan oídos deben escuchar! ¡Todos los que vivan deben aceptar! Solo come y bebe de ellas y no tengas dudas. ¡Todos los que obedecen y prestan atención a Mis palabras recibirán grandes bendiciones! Todos los que buscan Mi rostro con sinceridad tendrán sin duda nueva luz, nuevo esclarecimiento y nuevas perspectivas; todo será fresco y nuevo. Mis palabras se te aparecerán en cualquier momento y abrirán los ojos de tu espíritu de forma que puedas ver todos los misterios del mundo espiritual y que el reino está entre los hombres. Entra en el refugio y toda la gracia y las bendiciones estarán sobre ti, el hambre y las plagas no podrán tocarte. Los lobos, serpientes, tigres y leopardos no podrán hacerte daño. ¡Tú irás conmigo, caminarás conmigo y entrarás conmigo a la gloria!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 15

Palabras diarias de Dios  Fragmento 52

¡Dios Todopoderoso! ¡Su cuerpo glorioso aparece abiertamente, el cuerpo santo espiritual surge y Él es el Dios mismo, totalmente completo! El mundo y la carne son transformados y Su transfiguración en el monte es la persona de Dios. Él lleva la corona de oro sobre Su cabeza; Su ropa es de un blanco puro, un cinto de oro ciñe Su pecho y el mundo y todas las cosas son el estrado de Sus pies. Sus ojos son como llamas, la aguda espada de doble filo está en Su boca y tiene las siete estrellas en Su diestra. El camino al reino es ilimitadamente resplandeciente, y Su gloria surge y brilla; las montañas están alegres y las aguas ríen, y el sol, la luna y las estrellas giran en su disposición ordenada, ¡dando la bienvenida al único Dios verdadero cuyo retorno triunfante anuncia la conclusión de Su plan de gestión de seis mil años! ¡Todos saltad y danzad con gozo! ¡Vitoread! ¡El Dios todopoderoso se sienta en Su trono glorioso! ¡Cantad! ¡El estandarte victorioso del Todopoderoso se alza bien alto sobre el majestuoso y magnífico monte Sion! ¡Todas las naciones vitorean, todos los pueblos cantan, el monte Sion ríe con alegría, y la gloria de Dios ha surgido! Ni siquiera en sueños he pensado que vería el rostro de Dios, pero hoy lo he visto. Cara a cara con Él, cada día, le pongo al descubierto mi corazón. Él provee con abundancia comida y bebida. La vida, las palabras, las acciones, los pensamientos, las ideas; Su gloriosa luz los ilumina a todos. Él guía cada paso del camino y Su juicio sobreviene de inmediato a todo corazón rebelde.

Comer, morar y vivir junto a Dios, estar junto a Él, caminar juntos, disfrutar juntos, obtener gloria y bendiciones juntos, compartir el reinado con Dios y existir juntos en el reino; ¡oh, qué placer! ¡Oh, cuán dulce! Estamos cara a cara con Él cada día, hablando con Él cada día, conversando constantemente, y recibiendo nuevo esclarecimiento y nuevas perspectivas cada día. Nuestros ojos espirituales se abren y lo vemos todo, todos los misterios del espíritu nos son revelados. La vida santa es muy tranquila. Corre rápido y no te detengas, sigue adelante continuamente, hay una vida más maravillosa por delante. No te sientas satisfecho con tan solo probar algo dulce, sino busca siempre entrar en Dios. Él lo abarca todo y es abundante, y tiene todas las cosas de las que carecemos. Coopera proactivamente y entra en Él, y nada será lo mismo de nuevo. Nuestra vida será trascendente y ninguna persona, problema, o cosa podrá perturbarnos.

¡Transcendencia! ¡Transcendencia! ¡Verdadera trascendencia! ¡La vida trascendente de Dios está en el interior y todas las cosas se han vuelto realmente relajadas! Trascendemos el mundo y las cosas mundanas, sin sentir apego alguno a esposos o hijos. Trascendemos el control de la enfermedad y de los entornos. Satanás no se atreve a molestarnos. Trascendemos completamente todos los desastres. ¡Esto es permitir que Dios tome posesión del reinado! Pisoteamos a Satanás bajo nuestros pies, somos testigos por la iglesia, y exponemos totalmente el feo rostro de Satanás. La construcción de la iglesia está en Cristo, y el cuerpo glorioso ha surgido; ¡esto es vivir en el arrebatamiento!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 15

Palabras diarias de Dios  Fragmento 53

Dios Todopoderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz, ¡nuestro Dios es Rey! Dios Todopoderoso pone Sus pies en el monte de los Olivos. ¡Qué hermoso es eso! ¡Escucha! Nosotros, los vigilantes, alzamos nuestras voces; con ellas cantamos juntos, porque Dios ha regresado a Sion. Con nuestros propios ojos vemos la desolación de Jerusalén. Prorrumpamos en bullicio gozoso y cantemos al unísono, porque Dios nos ha traído consuelo y ha redimido a Jerusalén. Dios ha desnudado Su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, ¡la persona real de Dios ha aparecido! Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.

¡Oh, Dios Todopoderoso! Los siete Espíritus han sido enviados desde Tu trono a todas las iglesias para revelar todos Tus misterios. Sentado sobre Tu trono de gloria, has gestionado Tu reino y lo has hecho firme y estable con justicia y rectitud, y Tú has sometido a todas las naciones ante Ti. ¡Oh, Dios Todopoderoso! Tú has soltado el cinturón de los reyes, has abierto de par en par las puertas de la ciudad delante de Ti, para no cerrarlas jamás. Porque Tu luz ha venido y Tu gloria se levanta y emite su resplandor. La oscuridad cubre la tierra y las densas tinieblas están sobre las personas. ¡Oh, Dios! Sin embargo, te nos has aparecido y has brillado Tu luz sobre nosotros, y Tu gloria se verá en nosotros; todas las naciones vendrán a Tu luz y los reyes a Tu resplandor. Tú levantas los ojos y miras a Tu alrededor: Tus hijos se reúnen ante Ti, y vienen de lejos; Tus hijas son llevadas en los brazos. ¡Oh, Dios Todopoderoso! Tu gran amor nos ha alcanzado; Tú eres quien lidera nuestro avance por el camino a Tu reino, y son Tus santas palabras las que nos penetran.

¡Oh, Dios Todopoderoso! ¡Te damos gracias y te alabamos! Déjanos mirarte, ser testigos de Ti, exaltarte y cantarte con un corazón sincero, calmado y sin división. No seamos sino de un mismo sentir y edifiquémonos juntos; y conviértenos pronto en aquellos que son según Tu corazón para ser utilizados por Ti. ¡Que Tu voluntad se cumpla, sin obstáculos, sobre la tierra!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 25

Palabras diarias de Dios  Fragmento 54

¡Dios Todopoderoso es el Dios verdadero y completo, omnipotente, que todo lo logra! Él no solo sostiene las siete estrellas, sino que está dotado con los siete Espíritus, tiene siete ojos, abre los siete sellos y también el rollo; además, administra las siete plagas y las siete copas, y revela los siete truenos. ¡También hace mucho tiempo hizo sonar las siete trompetas! Todas las cosas que Él creó e hizo completas deberían alabarlo, darle gloria y exaltar Su trono. ¡Oh, Dios Todopoderoso! ¡Tú eres todo, Tú lo has logrado todo y, contigo, todo es completo, brillante, emancipado, libre, fuerte y poderoso! No hay nada escondido ni oculto; contigo todos los misterios se revelan. Además, ¡Tú has juzgado a las multitudes de Tus enemigos, revelas Tu majestad, manifiestas Tu fuego consumidor, exhibes Tu ira y despliegas Tu gloria sin precedentes, eterna, totalmente infinita! Todos los pueblos deberían despertar para aclamar y cantar sin reservas, ensalzando a este Dios todopoderoso, absolutamente auténtico, vivo, abundante, glorioso y verdadero que es desde la eternidad y hasta la eternidad. Su trono debería ser exaltado constantemente; Su santo nombre, alabado y glorificado. ¡Esta es Mi voluntad eterna —la voluntad de Dios— y es una bendición infinita que Él nos revela y nos concede! ¿Quién, entre nosotros, no lo hereda? Para heredar las bendiciones de Dios, uno debe exaltar Su santo nombre y venir para rodear Su trono en adoración. Su fuego consumidor derretirá a todos los que van delante de Él con otros motivos e intenciones. Hoy es el día en que Sus enemigos serán juzgados y también es el día en que perecerán. Más aún, también es el día en el que Yo, Dios Todopoderoso, seré revelado y obtendré gloria y honor. ¡Oh, pueblos todos! ¡Levantaos rápidamente a ensalzar, y dar la bienvenida a Dios Todopoderoso que, desde tiempos inmemoriales y por toda la eternidad, nos envía bondad, implementa la salvación y nos concede bendiciones, hace a Sus hijos completos y consuma con éxito Su reino! ¡Este es el acto maravilloso de Dios! Esta es la predestinación y disposición eternas de Dios: que Él mismo ha venido a salvarnos, a hacernos completos y a traernos a la gloria.

Todos los que no se levantan y dan testimonio son los antepasados de los ciegos y los reyes de la ignorancia. Se convertirán en los eternamente ignorantes, en los insensatos perpetuos; en los eternamente muertos que están ciegos. ¡Por eso nuestros espíritus deberían despertar! ¡Todos los pueblos deberían levantarse! Aclamad, alabad y ensalzad sin cesar al Rey de gloria, al Padre de misericordia, al Hijo de redención, a los siete Espíritus abundantes, y al Dios Todopoderoso que trae el majestuoso fuego consumidor y el juicio justo, quien es totalmente autosuficiente, abundante, todopoderoso y completo. ¡Su trono será exaltado eternamente! Toda la gente debería ver que esto es la sabiduría de Dios, Su maravillosa senda de salvación y el cumplimiento de Su gloriosa voluntad. Si no nos levantamos y damos testimonio, una vez que haya pasado el momento ya no habrá vuelta atrás. Que obtengamos bendiciones o infortunios se decide en esta etapa actual de nuestro viaje, según lo que hacemos, lo que pensamos y lo que vivimos ahora. ¿Cómo deberíais actuar? Dad testimonio de Dios, y exaltadlo eternamente; ¡exaltad a Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días; el Dios eterno, único, verdadero!

¡De ahora en adelante, deberíais ver claramente que todos los que no dan testimonio de Dios —los que no dan testimonio de este Dios único y verdadero, así como los que albergan dudas sobre Él— están todos enfermos, muertos y son quienes desafían a Dios! Las palabras de Dios ya se han demostrado desde tiempos antiguos: Todos los que no se reúnen conmigo se dispersan, y los que no están conmigo están contra Mí. ¡Esta es una verdad inalterable, grabada en piedra! Quienes no dan testimonio de Dios son lacayos de Satanás. Estas personas vienen a perturbar y engañar a los hijos de Dios, a interrumpir Su gestión, ¡y deben morir a espada! Todo aquel que tenga buenas intenciones hacia ellos, busca su propia destrucción. Deberíais escuchar y creer en las declaraciones del Espíritu de Dios, caminar por la senda del Espíritu de Dios y vivir las palabras del Espíritu de Dios. Es más, ¡deberíais exaltar el trono del Dios Todopoderoso hasta el fin de los tiempos!

¡Dios Todopoderoso es el Dios de los siete Espíritus! Él es también el Dios de los siete ojos y las siete estrellas; ¡Él abre los siete sellos y abre el rollo en su totalidad! Ha hecho sonar las siete trompetas; las siete copas y las siete plagas están en Sus manos, para soltarlas según Su voluntad. ¡Oh, los siete truenos que siempre han sido sellados! ¡Ha llegado el momento de revelarlos! ¡Él, que traerá los siete truenos, ya ha aparecido ante nuestros ojos!

¡Dios Todopoderoso! Contigo todo está emancipado y es libre; no hay dificultades, ¡y todo fluye con suavidad! Nada se atreve a obstruirte ni a obstaculizarte, y todo se somete a Ti. ¡Todos los que no se sometan, morirán!

¡Dios Todopoderoso, el Dios de los siete ojos! Todo está perfectamente claro, brillante y al descubierto, y todo está revelado y manifestado. Con Él, todo es claro como el cristal, y no sólo Dios mismo es así, sino que Sus hijos también lo son. ¡Nadie, ningún objeto ni asunto, puede ocultarse ante Él y Sus hijos!

¡Las siete estrellas de Dios Todopoderoso son resplandecientes! Él ha perfeccionado a la iglesia. Él establece a los mensajeros de Su iglesia y toda ella está dentro de Su provisión. Él abre la totalidad de los siete sellos, y Él mismo hace que se cumplan Su plan de gestión y Su voluntad. ¡El rollo es el lenguaje espiritual arcano de Su gestión, y ha sido desplegado y revelado por Él!

Todas las personas deben escuchar Sus siete trompetas que resuenan. Con Él, todo se pone al descubierto, para nunca más estar oculto, y ya no hay más dolor. ¡Todo se revela y todo es victorioso!

¡Las siete trompetas de Dios Todopoderoso son trompetas manifiestas, gloriosas y victoriosas! ¡También son las trompetas que juzgan a Sus enemigos! ¡En medio de Su triunfo, Su cuerno está siendo exaltado! ¡Él rige sobre todo el universo!

Él ha preparado las siete copas de las plagas, apunta a Sus enemigos y las desata en un torrente extremo, y esos enemigos serán consumidos en las llamas de Sus fuegos ardientes. Dios Todopoderoso muestra el poder de Su autoridad, y todos Sus enemigos perecen. Los siete truenos finales ya no serán sellados delante de Dios Todopoderoso; ¡todos están revelados! ¡Todos están revelados! ¡Él da muerte a Sus enemigos con los siete truenos, estabilizando la tierra y haciendo que ella le rinda servicio, para no ser nunca más devastada!

¡Dios Todopoderoso y justo! ¡Te alabamos eternamente! ¡Tú mereces alabanza infinita, y aclamación y exaltación eternas! ¡Tus siete truenos no sólo son para Tu juicio, sino que son más para Tu gloria y Tu autoridad, para completar todas las cosas!

¡Todos los pueblos celebran delante del trono, exaltando y alabando a Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días! ¡Sus voces sacuden a todo el universo como el trueno! Absolutamente todas las cosas existen gracias a Él y surgen por Él. ¿Quién se atreve a no atribuirle por completo toda la gloria, el honor, la autoridad, la sabiduría, la santidad, la victoria y las revelaciones? ¡Esto es el cumplimiento de Su voluntad, y la conclusión de la construcción de Su gestión!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 34

Palabras diarias de Dios  Fragmento 55

¡Siete truenos salen del trono, hacen temblar el universo, ponen cabeza abajo el cielo y la tierra y resuenan por los cielos! El sonido penetra los oídos y las personas no pueden escapar de él ni esconderse de él. Estallan truenos y relámpagos y, en un instante, el cielo y la tierra se transforman, y las personas están al borde de la muerte. Luego, a la velocidad de la luz, ¡el cosmos entero queda envuelto en una violenta tormenta que cae del cielo! En los rincones más recónditos de la tierra, como una minuciosa ducha, no permite que quede una sola mancha, pues lo lava todo de la cabeza a los pies; nada puede esconderse de ella y nadie se puede resguardar de ella. ¡El retumbar de los truenos, como destellos de relámpago, brilla con un frío resplandor y hace que los hombres tiemblen de miedo! La afilada espada de doble filo derriba a los hijos de la rebelión, y el enemigo hace frente a la catástrofe sin un lugar donde esconderse; quedan aturdidos por la ráfaga de viento y lluvia, y, tambaleándose por el golpe, caen muertos de inmediato en las aguas que fluyen y son arrastrados. Solo hay muerte, y no hay manera de que sobrevivan. Los siete truenos emanan de Mí y dan a conocer Mi intención, que es derribar a los hijos mayores de Egipto, castigar a los malvados y limpiar Mis iglesias, para que todos puedan tener afinidad entre sí, ser leales a sí mismos y estar unidos a Mi corazón, y, así, todas las iglesias en el cosmos se puedan edificar en una sola. Este es Mi propósito.

El trueno resuena, y el sonido de los lamentos retumba a su paso. Algunos despiertan de su letargo y, sumamente alarmados, buscan en lo profundo de su alma y vuelven de prisa ante el trono. Cesan sus desenfrenados engaños y sus actos atroces; no es demasiado tarde para que esas personas despierten. Yo observo desde el trono. Observo las profundidades del corazón de los hombres. Salvo a quienes me desean sincera y ardientemente y me apiado de ellos. Salvaré por toda la eternidad a los que me aman en su corazón más que a todo lo demás, a los que entienden Mi voluntad y que me siguen hasta el final del camino. Mi mano los mantendrá seguros para que no se encuentren con esta escena y no sufran ningún daño. Algunos, cuando ven esta visión de relámpagos centelleantes, tienen una tristeza inefable en su corazón y se lamentan en extremo. Si persisten en comportarse de esta manera, será demasiado tarde para ellos. ¡Oh, todos y todo! Todo se hará. Este también es uno de Mis medios de salvación. Salvo a los que me aman y derribo a los malvados. Hago que Mi reino sea firme y estable en la tierra y hago saber a todas las naciones y a todos los pueblos, a todos en el universo y en los confines de la tierra, que Yo soy majestad, que Yo soy fuego furioso, que Yo soy el Dios que escudriña en los rincones más profundos del corazón de cada hombre. De este momento en adelante, el juicio del gran trono blanco se revela abiertamente a las masas y a todos los pueblos; ¡se anuncia que el juicio ha comenzado! No cabe duda de que todos aquellos cuyas palabras no son sinceras, aquellos que dudan y no se atreven a estar seguros, aquellos que pierden el tiempo y que comprenden Mis deseos, pero no están dispuestos a ponerlos en práctica, todos ellos deben ser juzgados. Vosotros debéis examinar cuidadosamente vuestras propias intenciones y motivos y asumir vuestro lugar apropiado; practicad Mis palabras con sinceridad, valorad vuestra experiencia de vida y no actuéis con un entusiasmo superficial, sino haced que vuestra vida crezca, madure, sea estable y experimentada; solo entonces seréis conforme a Mi corazón.

Negad a los lacayos de Satanás y a los espíritus malévolos que perturban y destruyen lo que construyo la oportunidad de explotar las cosas para su beneficio. Deben ser severamente limitados y restringidos; solo pueden ser tratados por medio de una espada afilada. Los peores deben ser arrancados de raíz de inmediato para evitar problemas futuros. Y la iglesia será perfeccionada, libre de toda deformidad, y será saludable, llena de vitalidad y energía. Después del relámpago centelleante, los truenos resuenan. No debéis ser negligentes y no debéis rendiros, sino hacer todo lo que podáis para poneros al día y, con toda seguridad, podréis ver lo que hace Mi mano, lo que tengo la intención de ganar, lo que tengo la intención de descartar, lo que tengo la intención de perfeccionar, lo que tengo la intención de arrancar de raíz, lo que tengo la intención de derribar; todo esto se desarrollará ante vuestros ojos y os permitirá ver claramente Mi omnipotencia.

Desde el trono hasta el universo y los confines de la tierra, los siete truenos resuenan. Un gran grupo de personas serán salvadas y se someterán ante Mi trono. Siguiendo esta luz de vida, las personas buscan una forma de sobrevivir y no pueden evitar venir a Mí, arrodillarse en adoración, y, con su boca, clamar el nombre del verdadero Dios todopoderoso y dar voz a sus súplicas. Sin embargo, en el caso de aquellos que se resisten a Mí, de aquellos que endurecen su corazón, el trueno resuena en sus oídos y, sin duda, deben perecer. Este es, simplemente, el resultado que les espera. Mis hijos amados que salen triunfantes se quedarán en Sion y todos los pueblos verán lo que obtendrán, y una inmensa gloria aparecerá delante de vosotros. Esta es, en verdad, una gran bendición, y es una dulzura difícil de describir.

La manifestación de los siete truenos es la salvación de aquellos que me aman, que me desean con un corazón sincero. Todos los que me pertenecen y a quienes he predestinado y escogido pueden venir bajo Mi nombre. Pueden oír Mi voz, que es Dios llamándolos. Que los que están en los confines de la tierra vean que Yo soy justo, que Yo soy fiel, que Yo soy bondad amorosa, que Yo soy compasión, que Yo soy majestad, que soy fuego furioso y, finalmente, que soy juicio despiadado.

Que todos en el mundo vean que Yo soy el Dios verdadero y completo. Todos los hombres están plenamente convencidos y ninguno se atreve a resistirse a Mí otra vez, ni a juzgarme o difamarme nuevamente. De lo contrario, de inmediato vendrán sobre ellos maldiciones y el desastre les sobrevendrá. Solo pueden llorar y crujir los dientes, habiendo traído su propia destrucción.

Que todos los pueblos lo sepan, y que se sepa por todo el universo, en los confines de la tierra, en cada hogar y que lo sepan todas las personas: Dios Todopoderoso es el único Dios verdadero. Todos, uno tras otro, caerán al suelo de rodillas y me adorarán; ¡incluso los niños que acaban de aprender a hablar clamarán “Dios Todopoderoso”! Esos funcionarios que ejercen el poder verán también con sus propios ojos al Dios verdadero que aparece delante de ellos, y también se postrarán en adoración, implorando misericordia y perdón, pero, ciertamente, es demasiado tarde, pues el tiempo de su muerte ha llegado. Solo pueden ser exterminados y sentenciados al abismo insondable. Pondré fin a toda la era y fortaleceré Mi reino aún más. ¡Todas las naciones y pueblos se someterán ante Mí por toda la eternidad!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 35

Palabras diarias de Dios  Fragmento 56

Dios todopoderoso y verdadero, el Rey en el trono, gobierna todo el universo, enfrenta a todas las naciones y a todos los pueblos; y todo bajo el cielo brilla con la gloria de Dios. Todas las cosas vivas del universo y hasta los confines de la tierra verán. ¡Las montañas, los ríos, los lagos, las tierras, los océanos y todos los seres vivientes han abierto sus cortinas de par en par a la luz del rostro del verdadero Dios y son revividos, como si despertaran de un sueño, como si fueran retoños que se abren paso a través de la tierra!

¡Ah! El único Dios verdadero aparece ante el mundo. ¿Quién se atreve a tratarlo con resistencia? Todos tiemblan de miedo. Todos están completamente convencidos y todos ruegan el perdón repetidamente. ¡Todas las personas caen de rodillas delante de Él y todas las bocas lo adoran! Los continentes y los océanos, las montañas, los ríos, ¡todas las cosas lo alaban sin cesar! La primavera viene con sus cálidas brisas y trae una suave lluvia primaveral. Al igual que todas las personas, las corrientes de los arroyos fluyen con pesar y alegría, y derraman lágrimas de deuda y autorreproche. ¡Los ríos, los lagos, el oleaje y las marejadas, todos están cantando, loando el nombre santo del Dios verdadero! ¡El sonido de alabanza resuena con gran claridad! Las cosas viejas que una vez fueron corrompidas por Satanás, todas y cada una de ellas, serán renovadas y cambiadas, y entrarán en un ámbito completamente nuevo…

Esta es la trompeta santa, ¡y ha comenzado a sonar! Escúchala. Ese sonido, tan dulce, es la declaración del trono que anuncia a todas las naciones y pueblos que el tiempo ha llegado, que ha llegado el final. Mi plan de gestión ha finalizado. Mi reino ha aparecido abiertamente sobre la tierra. Los reinos del mundo se han convertido en Mi reino, el reino de Dios. Mis siete trompetas resuenan desde el trono, ¡y cosas asombrosas ocurrirán! Las personas que se encuentran en los confines de la tierra correrán juntas desde toda dirección con la fuerza de una avalancha y el poder de los rayos […].

Veo con alegría a Mi pueblo, que escucha Mi voz y se reúne proveniente de cada nación y tierra. ¡Todas las personas, manteniendo siempre al Dios verdadero en su boca, alaban y saltan de alegría sin parar! Dan testimonio al mundo y el sonido de su testimonio del Dios verdadero es como el estruendo de muchas aguas. Todas las personas se amontonarán en Mi reino.

¡Mis siete trompetas suenan y despiertan a los que duermen! Levántate rápido, no es demasiado tarde. ¡Mira tu vida! Abre tus ojos y ve qué hora es. ¿Qué hay que buscar? ¿Qué hay que pensar? ¿Y a qué hay que aferrarse? ¿Nunca has considerado la diferencia en valor entre ganar Mi vida y ganar todas las cosas que amas y a las que te aferras? Deja de ser obstinado y deja de retozar. No pierdas esta oportunidad. ¡Este momento no volverá! Levántate enseguida, practica ejercitar tu espíritu, usa varias herramientas para llegar a comprender y frustrar cada complot y truco de Satanás; y triunfa sobre Satanás, para que tu experiencia de vida pueda ser más profunda y puedas vivir Mi carácter, de modo que tu vida madure y sea experimentada, y tú siempre sigas Mis pasos. ¡Impávido, sin debilidad, siempre avanzando, paso a paso, directo hasta el final del camino!

Cuando las siete trompetas vuelvan a sonar, será la llamada a juicio, el juicio de los hijos de la rebelión, el juicio de todas las naciones y todos los pueblos, y cada nación se rendirá ante Dios. El glorioso rostro de Dios sin duda aparecerá delante de todas las naciones y todos los pueblos. Todas las personas estarán completamente convencidas y clamarán al Dios verdadero sin cesar. El Dios todopoderoso será más glorioso, y Mis hijos compartiremos la gloria y el reinado, juzgando a todas las naciones y todos los pueblos, castigando a los malvados, salvando y teniendo misericordia hacia quienes Me pertenecen, y haciendo que el reino sea sólido y estable. ¡A través del sonido de las siete trompetas, una gran cantidad de personas serán salvadas, y regresarán ante Mí para arrodillarse y adorar con alabanza constante!

¡Cuando las siete trompetas suenen una vez más, será el fin de la era, el toque de trompeta de victoria sobre el diablo Satanás, la salva que anuncia el comienzo de una vida que se vive abiertamente en el reino sobre la tierra! Qué sonido tan elevado, este sonido que reverbera alrededor del trono, este toque de trompeta que sacude el cielo y la tierra, que es la señal de la victoria de Mi plan de gestión, que es el juicio de Satanás; ¡sentencia a este viejo mundo completamente a la muerte, al regreso al abismo sin fondo! Este toque de trompeta significa que la puerta de la gracia está a punto de cerrarse, que la vida del reino comenzará en la tierra, lo cual es correcto y apropiado. Dios salva a los que lo aman. Una vez que regresen a Su reino, las personas en la tierra enfrentarán la hambruna y pestilencia; y las siete copas de Dios y las siete plagas entrarán en vigor, una tras otra. ¡El cielo y la tierra pasarán, pero Mi palabra, no!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 36

Palabras diarias de Dios  Fragmento 57

El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono. Aquellos que no reciben el agua de la vida siempre seguirán siendo cadáveres, juguetes de Satanás e hijos del infierno. ¿Cómo pueden, entonces, contemplar a Dios? Si sólo tratas de aferrarte al pasado, si sólo tratas de mantener las cosas como están quedándote quieto, y no tratas de cambiar el estado actual y descartar la historia, entonces, ¿no estarás siempre en contra de Dios? Los pasos de la obra de Dios son vastos y poderosos, como olas agitadas y fuertes truenos, pero te sientas y pasivamente esperas la destrucción, apegándote a tu locura y sin hacer nada. De esta manera, ¿cómo puedes ser considerado alguien que sigue los pasos del Cordero? ¿Cómo puedes justificar al Dios al que te aferras como un Dios que siempre es nuevo y nunca viejo? ¿Y cómo pueden las palabras de tus libros amarillentos llevarte a una nueva era? ¿Cómo pueden llevarte a buscar los pasos de la obra de Dios? ¿Y cómo pueden llevarte al cielo? Lo que sostienes en tus manos es la letra que solo puede darte consuelo temporal, no las verdades que pueden darte la vida. Las escrituras que lees solo pueden enriquecer tu lengua y no son palabras de filosofía que te ayudan a conocer la vida humana, y menos aún los senderos que te pueden llevar a la perfección. Esta discrepancia, ¿no te lleva a reflexionar? ¿No te hace entender los misterios que contiene? ¿Eres capaz de entregarte tú mismo al cielo para encontrarte con Dios? Sin la venida de Dios, ¿te puedes llevar tú mismo al cielo para gozar de la felicidad familiar con Dios? ¿Todavía sigues soñando? Sugiero entonces que dejes de soñar y observes quién está obrando ahora, quién está llevando a cabo ahora la obra de salvar al hombre durante los últimos días. Si no lo haces, nunca obtendrás la verdad y nunca obtendrás la vida.

Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de recibir la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos. También te digo que si te resistes al Cristo de los últimos días y si reniegas de Él, entonces no habrá nadie que pueda soportar las consecuencias en tu lugar. Además, a partir de este día no tendrás otra oportunidad para obtener la aprobación de Dios; incluso si tratas de redimirte tú mismo, nunca más volverás a contemplar el rostro de Dios. Porque al que tú te resistes no es un hombre, lo que niegas no es algún ser diminuto, sino a Cristo. ¿Sabes cuáles serán las consecuencias de esto? No habrás cometido un pequeño error, sino que habrás cometido un crimen atroz. Y así les aconsejo a todos que no tengan una reacción violenta contra la verdad, o hagan críticas descuidadas, porque solo la verdad te puede dar la vida y nada excepto la verdad te puede permitir volver a nacer y contemplar el rostro de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna

Palabras diarias de Dios  Fragmento 58

Que Mis misterios se revelen y manifiesten abiertamente y ya no se oculten, se debe por entero a Mi gracia y misericordia. Además, que Mi palabra aparezca entre los hombres, y ya no esté oculta, se debe también a Mi gracia y misericordia. Amo a todos los que se esfuerzan sinceramente y se dedican a Mí. Odio a todos los que nacen de Mí pero no me conocen y hasta se resisten a Mí. No abandonaré a nadie que esté sinceramente por Mí, sino que doblaré las bendiciones de esa persona. Castigaré doblemente a los ingratos que transgreden Mi bondad y no los dejaré escapar fácilmente. En Mi reino no hay tortuosidad, engaño ni mundanidad, es decir, no hay hedor a muerte. En lugar de eso, todo es rectitud y justicia; todo es pureza y apertura, nada hay oculto o escondido. Todo es frescura, todo es gozo y todo es edificación. Quien siga hediendo a muerte no puede de ninguna manera permanecer en Mi reino, y en cambio será gobernado por Mi vara de hierro. Todos los interminables misterios, desde tiempos inmemoriales hasta el día de hoy, se os revelan plenamente a vosotros, el grupo de personas que son ganadas por Mí en los últimos días. ¿No os sentís bendecidos? Los días en que todo se revela abiertamente son, además, los días en que compartís Mi reinado.

El grupo de personas que de verdad reinan como reyes dependen de Mi predestinación y selección, y no existe absolutamente ninguna voluntad humana en ello. Cualquiera que se atreva a tomar parte en esto debe sufrir un golpe de Mi mano, y tales personas serán objeto de Mis furiosas llamas; esa es otra faceta de Mi justicia y majestad. He dicho que Yo gobierno todas las cosas, soy el Dios sabio que ejerce plena autoridad y no soy indulgente con nadie; soy completamente despiadado, estoy del todo desprovisto de sentimientos personales. Trato a cualquiera (no importa lo bien que hable, no escapará de Mí) con Mi justicia, rectitud y majestad, al tiempo que permito que todos vean mejor la maravilla de Mis actos, así como lo que estos significan. Uno por uno, castigué a los espíritus malignos por los diversos actos que cometen, los arrojé uno a uno al pozo sin fondo. Esta obra la terminé antes de que empezaran los tiempos, dejándolos sin una posición, sin un lugar para hacer su obra. Ninguno de Mis escogidos, los predestinados y elegidos por mí, puede ser poseído por espíritus malignos y, en cambio, siempre serán santos. En cuanto a los que no he predestinado y seleccionado, los entregaré a Satanás y no les permitiré perdurar más tiempo. En todos los aspectos, Mis decretos administrativos implican Mi justicia y Mi majestad. No dejaré ir ni siquiera a uno solo de aquellos en los que obra Satanás, sino que los arrojaré junto con sus cuerpos al Hades, pues odio a Satanás. No lo perdonaré con facilidad, al contrario, lo destruiré completamente, sin darle la menor oportunidad de realizar su obra. Aquellos a quienes Satanás ha corrompido hasta cierto punto (es decir, aquellos que son objetos del desastre) están bajo el sabio arreglo de Mi propia mano. No creáis que esto ha sucedido como resultado de la ferocidad de Satanás; ¡sabed que soy el Dios Todopoderoso que gobierna el universo y todas las cosas! Para Mí, no hay problemas que no se puedan resolver, y menos aún existe algo que no pueda cumplirse ni palabra alguna que no pueda declararse. Los humanos no deben actuar como Mis consejeros. Cuidado con ser herido por Mi mano y arrojado al Hades. ¡Esto te digo! Aquellos que ahora están cooperando proactivamente conmigo son los más inteligentes, y evitarán pérdidas y escaparán del dolor del juicio. Todos estos son Mis arreglos, predestinados por Mí. No hagas comentarios indiscretos y no hables pomposamente, pensando que eres magnífico. ¿Acaso no sucede todo esto a través de Mi predestinación? Vosotros, que pretendéis ser mis consejeros, ¡no conocéis la vergüenza! No conocéis vuestra propia estatura; ¡qué patéticamente insignificante es eso! Aun así, pensáis que no es para tanto, y no os conocéis a vosotros mismos. Una y otra vez hacéis oídos sordos a Mis palabras, hacéis que Mis minuciosos esfuerzos sean vanos y no os dais cuenta de que son manifestaciones de Mi gracia y misericordia. Más bien, tratáis de mostrar vuestra propia inteligencia una y otra vez. ¿Recordáis esto? ¿Qué castigo debe recibir la gente que se cree tan lista? Indiferentes y desleales a Mis palabras, sin grabarlas en vuestros corazones, me usáis como excusa para hacer esto o aquello. ¡Malhechores! ¿Cuándo seréis capaces de tener en cuenta plenamente a Mi corazón? No le tenéis consideración, así que llamaros “malhechores” no es maltrataros. ¡Os define perfectamente!

Hoy os estoy mostrando, una por una, las cosas que antes estuvieron ocultas. El gran dragón rojo es arrojado al abismo y destruido completamente, porque mantenerlo no serviría para nada. Eso significa que no puede servir a Cristo. De aquí en adelante, las cosas rojas ya no existirán; poco a poco, deben desaparecer por completo. Hago lo que digo; esta es la conclusión de Mi obra. Desechad las nociones humanas; todo lo que he dicho, lo he hecho. Quien intenta dárselas de listo solo atrae destrucción y desprecio sobre sí mismo, no quiere vivir. Por lo tanto, te satisfaré, y por supuesto no me quedaré con tales personas. De aquí en adelante, la excelencia de la población aumentará, mientras que todos los que no cooperen proactivamente conmigo serán arrastrados a la nada. Aquellos a los que he aprobado son los que perfeccionaré, y no desecharé ni a uno solo. No hay contradicciones en lo que digo. Los que no cooperen proactivamente conmigo sufrirán más castigos, aunque, en última instancia, seguramente los salvaré. Para entonces, sin embargo, el alcance de sus vidas será muy diferente. ¿Quieres ser una persona así? ¡Levántate y coopera conmigo! Desde luego, no trataré mal a nadie que se esfuerce sinceramente por Mí. En cuanto a los que se dedican en serio a Mí, les otorgaré todas Mis bendiciones. ¡Ofrécete a Mí por completo! Lo que comes, la ropa que te pones y tu futuro están en Mis manos; lo arreglaré todo de tal modo que puedas tener un gozo sin fin que jamás se te agotará. Esto se debe a que he dicho: “A aquellos que sinceramente se entregan por Mí, Yo te bendeciré con toda certeza en gran manera”. A todas las personas que se esfuercen sinceramente por Mí les llegarán todas las bendiciones.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 70

Palabras diarias de Dios  Fragmento 59

Todo el pueblo me aclama, todo el pueblo me alaba; todas las bocas nombran al único Dios verdadero, toda la gente alza sus ojos para observar Mis obras. El reino desciende al mundo de los hombres, Mi persona es rica y abundante. ¿Quién no celebraría por esto? ¿Quién no danzaría con alegría por esto? ¡Oh, Sion! ¡Levanta tu triunfante bandera para celebrarme! ¡Canta tu triunfante canción de victoria y esparce Mi santo nombre! ¡Todas las cosas hasta los confines de la tierra! ¡Corred a purificaros en sacrifico para Mí! ¡Constelaciones de los cielos! ¡Corred de regreso a vuestros lugares y mostrad Mi poderoso poder en el firmamento! ¡Atiendo a las voces del pueblo en la tierra, que derrama amor y reverencia infinitos por Mí en canción! En este día, mientras todas las cosas rejuvenecen, desciendo al mundo de los hombres. ¡En este momento, en esta precisa encrucijada, todas las flores florecen con desenfreno, todos los pájaros cantan con una misma voz, todas las cosas palpitan de júbilo! En el sonido del saludo del reino, el reino de Satanás se colapsa, destruido en el coro resonante del himno del reino. ¡Y nunca más se levantará!

¿Quién en la tierra se atreve a levantarse y resistirse? Al descender a la tierra traigo ardor, traigo ira, traigo todos los desastres. ¡Los reinos terrenales ahora son Mi reino! Arriba en el cielo, las nubes dan vueltas y se hinchan; bajo el cielo, lagos y ríos surgen y producen gozosos una melodía inspiradora. Animales en reposo salen de sus guaridas y todos los pueblos que duermen son despertados por Mí. ¡El día que todos los pueblos han esperado finalmente ha llegado! ¡Me ofrecen las canciones más hermosas!

En este momento hermoso, en este tiempo emocionante,

los cielos arriba y todo bajo el cielo alaba ahora. ¿Quién no se emocionaría por esto?

¿Quién no se regocijaría por esto? ¿Quién no derramaría lágrimas en esta ocasión?

El cielo no es el mismo cielo, ahora es el cielo del reino.

La tierra no es la tierra que era, sino que ahora es tierra santa.

Después de que ha pasado una fuerte lluvia, el inmundo viejo mundo es renovado por completo.

Las montañas cambiando… las aguas cambiando…

La gente también cambiando… todas las cosas cambiando…

¡Montañas tranquilas! ¡Levantaos y bailad para Mí!

¡Aguas estancadas! ¡Fluid libremente!

¡Hombres dormilones! ¡Levantaos en sus búsquedas!

He venido… Y reino…

Todos verán con sus propios ojos Mi rostro, todos oirán con sus propios oídos Mi voz,

experimentarán por ellos mismos la vida en el reino…

Tan dulce… Tan hermosa…

Inolvidable… Inolvidable…


En el ardor de Mi ira, el gran dragón rojo lucha;

en Mi majestuoso juicio, los demonios muestran sus verdaderas formas;

a Mis palabras severas, todos sienten profunda vergüenza, y no tienen donde esconderse.

Recordando el pasado, cómo se burlaron de Mí,

sin dejar jamás de presumir, sin dejar de desafiarme.

Hoy, ¿quién no llorará? ¿Quién no siente remordimiento?

Todo el mundo-universo está lleno de lágrimas…

Lleno de los sonidos de regocijo… lleno de voces que ríen…

Alegría incomparable… Alegría sin igual…


Lluvia ligera golpeteando… pesada nieve ondeando al caer…

La gente mezclando tristeza y alegría… algunas riendo…

algunas sollozando… y algunas celebrando…

Como si la gente hubiera olvidado… si es una primavera nublada y lluviosa,

un verano de flores florecientes, un otoño de cosecha abundante,

un invierno frío como el hielo y la escarcha, nadie sabe…

En el cielo las nubes flotan suavemente, en la tierra los mares se agitan.

Los hijos agitan sus brazos… todo el pueblo mueve sus pies en una danza…

Los ángeles están trabajando… los ángeles están pastoreando…

La gente de la tierra rebosa algarabía, la vida en la tierra se multiplica.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Himno del Reino

Palabras diarias de Dios  Fragmento 60

Toda persona de la humanidad debería aceptar el escrutinio de Mi Espíritu, examinar detenidamente cada una de sus palabras y acciones, y, además, contemplar Mis maravillosas obras. ¿Cómo os sentís en el momento de la llegada del reino a la tierra? Cuando Mis hijos y Mi pueblo afluyen a Mi trono, comienzo formalmente el juicio delante del gran trono blanco. Es decir, cuando comienzo Mi obra en la tierra en persona y cuando la era del juicio se acerca a su fin, empiezo a dirigir Mis palabras a todo el universo y lanzo la voz de Mi Espíritu a todo el universo. A través de Mis palabras, limpiaré a todas las personas y las cosas entre todo lo que está en el cielo y en la tierra, de forma que la tierra ya no sea inmunda y licenciosa, sino un reino santo. Renovaré todas las cosas, a fin de que sean provistas para Mi uso, a fin de que no tengan más el aliento terrenal, y ya no estén manchadas con el sabor del suelo. En la tierra, el hombre ha ido a tientas en busca del objetivo y los orígenes de Mis palabras, y ha observado Mis obras, pero nadie ha conocido nunca realmente los orígenes de Mis palabras y nadie ha contemplado realmente lo maravilloso de Mis obras. Es hasta hoy, cuando vengo personalmente entre los hombres y pronuncio Mis palabras, que el hombre tiene un poco de conocimiento de Mí y elimina el sitio que “Yo” ocupo en sus pensamientos, y en cambio crea un lugar para el Dios práctico en su conciencia. El hombre tiene nociones y está lleno de curiosidad; ¿quién no querría ver a Dios? ¿Quién no querría encontrarse con Él? No obstante, la única cosa que ocupa un lugar definido en el corazón del hombre es el Dios que este siente que es ambiguo y abstracto. ¿Quién se daría cuenta de esto si Yo no se lo dijera claramente? ¿Quién creería verdaderamente, con certeza y sin una pizca de duda, que Yo, en verdad, existo? Existe una inmensa diferencia entre el “Yo” en el corazón del hombre y el “Yo” de la realidad, y nadie es capaz de establecer comparaciones entre ellos. Si Yo no me hubiera hecho carne, el hombre nunca me habría conocido, e, incluso si hubiera llegado a hacerlo, ¿no seguiría siendo tal conocimiento una noción? Cada día camino entre el flujo incesante de personas y opero a diario dentro de cada una de ellas. Cuando el hombre me vea realmente, será capaz de conocerme en Mis palabras, y comprenderá los medios por los que hablo, así como Mis intenciones.

Cuando el reino llega formalmente a la tierra, ¿qué, entre todas las cosas, no permanece en silencio? ¿Quién, entre todas las personas, no tiene miedo? Camino por todas partes a lo largo del mundo-universo y lo dispongo todo personalmente. En este momento, ¿quién no sabe que Mis obras son maravillosas? Mis manos sostienen todas las cosas, pero también estoy sobre todas ellas. ¿No son, hoy, Mi encarnación y Mi presencia personal entre los hombres el verdadero significado de Mi humildad y ocultamiento? Por fuera, muchas personas me aplauden como bueno y me alaban como hermoso, pero ¿quién me conoce de verdad? ¿Por qué pido hoy que me conozcáis? ¿No es Mi objetivo avergonzar al gran dragón rojo? No deseo obligar al hombre a alabarme, sino hacer que me conozca, a través de lo cual llegará a amarme y, por tanto, alabarme. Dicha alabanza es digna de ser llamada así, y no son palabras vacías; solo una alabanza así puede alcanzar Mi trono y elevarse a los cielos. Como el hombre ha sido tentado y corrompido por Satanás, y como las nociones y el pensamiento se han adueñado de él, me he hecho carne con el fin de conquistar personalmente a toda la humanidad, exponer todas las nociones del hombre y destrozar su pensamiento. Como consecuencia, el hombre ya no se pavonea delante de Mí ni me sirve más usando sus propias nociones; así, el “Yo” de sus nociones se desvanece completamente. Cuando el reino viene, lo primero que hago es comenzar esta etapa de la obra, y lo hago en medio de Mi pueblo. Como pueblo Mío que sois nacidos en el país del gran dragón rojo, sin duda no hay solo un poco o una parte de su veneno dentro de vosotros. Así pues, esta etapa de Mi obra se centra, principalmente, en vosotros, y este es un aspecto de la importancia de Mi encarnación en China. La mayoría de las personas son incapaces de comprender incluso un fragmento de las palabras que pronuncio, y, cuando lo hacen, su entendimiento es borroso y confuso. Este es un punto de inflexión en el método a través del cual hablo. Si todas las personas fueran capaces de leer Mis palabras y entender su significado, entonces ¿quién entre los hombres podría ser salvo y no ser arrojado al Hades? Cuando el hombre me conozca y obedezca será cuando Yo descanse, y será el momento justo en el que él podrá comprender el significado de Mis palabras. Hoy, vuestra estatura es demasiado pequeña —casi lastimosamente pequeña, ni siquiera digna de ser elevada— por no hablar del conocimiento que tenéis de Mí.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 11

Palabras diarias de Dios  Fragmento 61

Cuando el relámpago surge desde el Oriente —que es, precisamente, el momento en el que comienzo a pronunciar Mis palabras—, en el momento en el que surge el relámpago, todo el universo se ilumina y ocurre una transformación en todas las estrellas. Es como si toda la raza humana fuera clasificada. Bajo el resplandor de este rayo de luz que proviene del Oriente, la humanidad entera se revela en su forma original; sus ojos están deslumbrados y no saben qué hacer, y, menos aún, cómo ocultar sus horribles rasgos. Son también como animales que huyen de Mi luz y se refugian en cuevas en la montaña; sin embargo, ninguno de ellos puede ocultarse de Mi luz. Todos los seres humanos están asombrados; todos esperan, todos observan. Con el advenimiento de Mi luz, todos se regocijan por el día en que nacieron, e, igualmente, todos maldicen ese día. Las emociones contradictorias son imposibles de articular; las lágrimas de autocastigo forman ríos y son arrastradas por el fuerte torrente, y desaparecen en un instante sin dejar rastro. Una vez más, Mi día se acerca a toda la humanidad, despertándola otra vez, dándole otro nuevo comienzo. Mi corazón late, y, siguiendo el ritmo de Mis latidos, las montañas saltan de alegría, las aguas danzan gozosas y las olas chocan contra los arrecifes rocosos. Es difícil expresar lo que hay en Mi corazón. Quiero hacer que todas las cosas inmundas queden reducidas a cenizas bajo Mi mirada; quiero hacer que todos los hijos de la desobediencia desaparezcan de Mi vista para que su existencia no perdure más. No solo he llevado a cabo un nuevo comienzo en la morada del gran dragón rojo, sino que también he emprendido una nueva obra en el universo. Pronto, los reinos de la tierra pasarán a ser Mi reino; pronto, los reinos de la tierra dejarán de existir para siempre debido a Mi reino, porque Yo ya he conseguido la victoria, porque he regresado triunfante. El gran dragón rojo ha agotado todos los medios concebibles para perturbar Mi plan, esperando borrar Mi obra sobre la tierra, pero ¿puedo desanimarme por sus estratagemas engañosas? ¿Puedo temer perder la confianza por sus amenazas? Nunca ha existido un solo ser en el cielo o en la tierra que Yo no haya tenido en la palma de Mi mano; ¿cuánto más se aplica esto al gran dragón rojo, este instrumento que me sirve como contraste? ¿No es también un objeto a ser manipulado por Mis manos?

Durante Mi encarnación en el mundo humano, la humanidad ha llegado —bajo Mi guía y sin darse cuenta— a este día, y ha llegado a conocerme inconscientemente. Sin embargo, en lo que se refiere a cómo recorrer la senda que hay delante, nadie tiene idea, nadie es consciente y, menos aún, tiene una pista sobre la dirección en la que esa senda lo llevará. Solo con la vigilancia del Todopoderoso alguien podrá caminar por la senda hasta el final; solo con el relámpago de Oriente como guía alguien podrá cruzar el umbral que lleva a Mi reino. Nunca ha habido entre los hombres uno que haya visto Mi rostro, que haya visto el relámpago en el Oriente; ¿cuánto menos alguien que haya oído las declaraciones que provienen de Mi trono? De hecho, desde tiempos antiguos, ningún ser humano ha entrado en contacto directo con Mi persona; solo hoy, ahora que he venido al mundo, los hombres tienen la oportunidad de verme. Pero incluso ahora, los hombres siguen sin conocerme, y solo miran Mi rostro y oyen Mi voz, pero no entienden cuál es Mi significado. Todos los seres humanos son así. Al ser parte de Mi pueblo, ¿no sentís un profundo orgullo cuando veis Mi rostro? ¿Y no sentís vergüenza absoluta porque no me conocéis? Yo camino entre los hombres y vivo entre ellos, porque me he hecho carne y he venido al mundo humano. Mi objetivo no es, simplemente, permitir que la humanidad mire Mi carne; lo más importante es permitir que la humanidad me conozca. Es más, por medio de Mi carne encarnada, condenaré a la humanidad por sus pecados; a través de Mi carne encarnada, venceré al gran dragón rojo y destruiré su guarida.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 12

Palabras diarias de Dios  Fragmento 62

A lo largo del universo, las personas celebran la llegada de Mi día y los ángeles caminan entre todo Mi pueblo. Cuando Satanás causa problemas, los ángeles siempre ayudan a Mi pueblo debido a su servicio en el cielo. El diablo no los engaña por la debilidad humana sino que, como resultado de la arremetida de las fuerzas de la oscuridad, se esfuerzan más todavía para experimentar la vida del hombre a través de la neblina. Todo Mi pueblo se somete bajo Mi nombre y nunca nadie se levanta para oponerse abiertamente a Mí. Gracias a las labores de los ángeles, el hombre acepta Mi nombre y todos están en medio de la corriente de Mi obra. ¡El mundo está cayendo! ¡Babilonia está paralizada! ¡Oh, el mundo religioso! ¿Cómo no podría ser destruido por Mi autoridad en la tierra? ¿Quién sigue atreviéndose a desobedecerme y a oponerse a Mí? ¿Los escribas? ¿Todos los funcionarios religiosos? ¿Los gobernantes y las autoridades sobre la tierra? ¿Los ángeles? ¿Quién no celebra la perfección y la plenitud de Mi cuerpo? Entre todos los pueblos, ¿quién no canta Mis alabanzas sin cesar? ¿Quién no está indefectiblemente feliz? Yo vivo en la tierra de la guarida del gran dragón rojo, pero esto no me hace temblar de miedo ni huir, porque todo su pueblo ya ha empezado a aborrecerlo. Nunca nada ha cumplido con su “deber” delante del dragón por el bien del dragón; en cambio, todas las cosas actúan como les place y cada una sigue su propio camino. ¿Cómo no iban a perecer los países de la tierra? ¿Cómo no iban a caer? ¿Cómo no iba a vitorear Mi pueblo? ¿Cómo no iba a cantar con gozo? ¿Es esto la obra del hombre? ¿Son las obras de sus manos? Yo le di al hombre la raíz de su existencia y le proveí cosas materiales; pero él no está satisfecho con sus circunstancias actuales y pide entrar en Mi reino. Pero ¿cómo podría entrar tan fácilmente en Mi reino sin haber pagado un precio, y siendo reacio a ofrecer su devoción abnegada? En lugar de exigir algo al hombre, le pongo requisitos, de forma que Mi reino en la tierra pueda llenarse de gloria. Yo he guiado al hombre hasta la era presente; él existe en esta condición y vive en medio de la guía de Mi luz. Si no fuera así, ¿quién, entre las personas de la tierra, conocería sus perspectivas? ¿Quién entendería Mi voluntad? Yo añado Mis disposiciones a los requisitos del hombre; ¿no es esto acorde con las leyes de la naturaleza?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 22

Palabras diarias de Dios  Fragmento 63

En el reino, las innumerables cosas de la creación comienzan a revivir y a recuperar su fuerza vital. Debido a los cambios en el estado de la tierra, los límites entre una tierra y otra también empiezan a cambiar. Yo he profetizado que, cuando la tierra se divida de la tierra, y la tierra se una a la tierra, este será el tiempo en que Yo haré pedazos a todas las naciones. En ese momento, renovaré toda la creación y repartiré todo el universo, poniéndolo, así, en orden, y transformando lo viejo en nuevo. Este es Mi plan y estas son Mis obras. Cuando todas las naciones y los pueblos del mundo regresen delante de Mi trono, tomaré toda la abundancia del cielo y se la concederé al mundo humano, de manera que, gracias a Mí, ese mundo rebose de una abundancia sin igual. No obstante, mientras el viejo mundo continúe existiendo, lanzaré Mi furia sobre sus naciones, promulgaré abiertamente Mis decretos administrativos por todo el universo, y enviaré castigo a quienquiera que los viole:

Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y, así, ve todas las obras que en todo el universo Yo he llevado a cabo. Los que van en contra de Mi voluntad —es decir, los que se oponen a Mí con las acciones del hombre— caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las innumerables estrellas de los cielos y las haré de nuevo, y, gracias a Mí, el sol y la luna serán renovados; los cielos ya no serán más como eran y las innumerables cosas que hay sobre la tierra serán renovadas. Todo será hecho completo por medio de Mis palabras. Las muchas naciones que hay en el universo serán divididas de nuevo y reemplazadas por Mi reino, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y todas ellas se convertirán en un reino que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados y Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás; es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, todos quedarán reducidos a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán, en grados diferentes, a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la humanidad será separada según su propia especie y recibirá castigos proporcionales a sus acciones. Todos aquellos que se han opuesto a Mí, perecerán; en cuanto a aquellos cuyos actos en la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo debido a la forma como se han comportado. Yo me revelaré a los innumerables pueblos y naciones, y, con Mi propia voz, resonaré sobre la tierra, proclamando la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos.

Conforme Mi voz aumenta en intensidad, también observo el estado del universo. A través de Mis palabras, las innumerables cosas de la creación son, todas, renovadas. El cielo cambia y la tierra, también. La humanidad queda expuesta en su forma original, y, lentamente, cada persona se separa según su especie, y encuentra, sin saberlo, su camino de vuelta al seno de su familia. Quedaré muy complacido con esto. Estoy libre de interrupciones e, imperceptiblemente, Mi gran obra se lleva a cabo y las innumerables cosas de la creación se transforman. Cuando creé el mundo, moldeé todas las cosas según su especie, y coloqué todas las cosas que tenían forma junto a las de su especie. A medida que se acerque el final de Mi plan de gestión, restauraré el estado anterior de la creación; lo restauraré todo a la forma como estaba originalmente y lo cambiaré todo a profundidad, para que todo retorne al seno de Mi plan. ¡El tiempo ha llegado! La última etapa de Mi plan está a punto de cumplirse. ¡Oh, viejo mundo impuro! ¡Sin duda, caerás bajo Mis palabras! ¡Sin duda, Mi plan te reducirá a nada! ¡Oh, las innumerables cosas de la creación! Todos obtendréis nueva vida en Mis palabras; ¡tendréis a vuestro Señor soberano! ¡Oh, nuevo mundo, puro e inmaculado! ¡Revivirás, sin duda, en Mi gloria! ¡Oh, Monte Sion! No estés más en silencio. ¡He regresado triunfante! Desde el interior de la creación, escudriño toda la tierra. Sobre la tierra, la humanidad ha comenzado una nueva vida y ha obtenido nueva esperanza. ¡Oh, pueblo mío! ¿Cómo puedes no volver a la vida en Mi luz? ¿Cómo no saltas de alegría bajo Mi guía? ¡Las tierras gritan de júbilo; las aguas resuenan con alegres risas! ¡Oh, el Israel resucitado! ¿Cómo puedes no sentir orgullo por causa de Mi predestinación? ¿Quién ha llorado? ¿Quién se ha lamentado? El antiguo Israel ha dejado de existir y el Israel de hoy se ha levantado en el mundo, erguido e imponente, y se ha puesto en pie en el corazón de toda la humanidad. ¡Hoy Israel obtendrá, sin duda, la fuente de la existencia por medio de Mi pueblo! ¡Oh, odioso Egipto! ¿Será posible que sigas estando en Mi contra? ¿Cómo puedes aprovecharte de Mi misericordia e intentas escapar a Mi castigo? ¿Cómo puedes no existir en Mi castigo? Todos los que amo vivirán, sin duda, eternamente, y a todos los que están contra Mí, con toda seguridad, los castigaré por toda la eternidad. Porque Yo soy un Dios celoso y no perdonaré fácilmente a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Oriente del mundo con justicia, majestad, ira y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 26

Palabras diarias de Dios  Fragmento 64

Cuando los ángeles tocan música en alabanza a Mí, esto no puede sino provocar Mi compasión por el hombre. De repente Mi corazón se llena de tristeza y me es imposible deshacerme de esta dolorosa emoción. En las alegrías y tristezas de ser separado del hombre para luego reunirme con él, no podemos intercambiar sentimientos. Separados arriba en el cielo y abajo en la tierra, son pocas las ocasiones en las que el hombre y yo podemos encontrarnos. ¿Quién puede liberarse de la nostalgia por los antiguos sentimientos? ¿Quién puede dejar de recordar el pasado? ¿Quién no albergaría la esperanza de la continuación de los sentimientos pasados? ¿Quién no anhelaría Mi regreso? ¿Quién no anhelaría Mi reencuentro con el hombre? Mi corazón está profundamente atribulado y el espíritu del hombre está profundamente preocupado. Aunque somos iguales en espíritu, no podemos estar juntos a menudo y no nos podemos ver con frecuencia. Así pues, la vida de toda la humanidad está profundamente afligida y carente de vitalidad, ya que el hombre siempre me ha anhelado. Es como si los seres humanos fueran objetos arrojados desde el cielo; claman Mi nombre desde la tierra y levantan la vista a Mí desde el suelo, pero ¿cómo pueden escapar de las fauces del lobo hambriento? ¿Cómo se pueden liberar de sus amenazas y tentaciones? ¿Cómo pueden no sacrificarse a sí mismos los seres humanos en obediencia a los arreglos de Mi plan? Cuando suplican en voz alta, les volteo Mi rostro; ya no puedo soportar continuar viendo eso; sin embargo, ¿cómo podría no escuchar su clamor sollozante? Corregiré las injusticias del mundo humano. Llevaré a cabo Mi obra con Mis propias manos por todo el mundo, prohibiendo a Satanás que dañe otra vez a Mi pueblo, prohibiendo a los enemigos que hagan otra vez lo que les plazca. Me convertiré en Rey en la tierra y moveré allá Mi trono, haciendo que todos Mis enemigos se postren ante Mí y confiesen sus crímenes. Mi tristeza está mezclada con mi ira; pisotearé a todo el universo hasta aplastarlo, sin pasar por alto a nadie e infundiendo el terror en el corazón de Mis enemigos. Dejaré toda la tierra en ruinas y haré que Mis enemigos caigan entre ellas para que, a partir de entonces, ya no puedan corromper a la humanidad. Mi plan ya está determinado y nadie, sin importar quién sea, debe cambiarlo. Mientras deambulo en pomposa majestuosidad arriba del universo, toda la humanidad será renovada, y todo será revivido. El hombre ya no llorará y ya no clamará a Mí por ayuda. Entonces Mi corazón se regocijará y el pueblo regresará a Mí en celebración. Todo el universo, de arriba abajo, se estremecerá de júbilo…

El día de hoy, entre las naciones del mundo, estoy llevando a cabo la obra que me he propuesto lograr. Me muevo entre la humanidad, realizando toda Mi obra como la planeé, y toda la humanidad está separando las diversas naciones de acuerdo con Mi voluntad. Las personas en la tierra tienen fija su atención en su propio destino, pues el día se acerca, sin duda, y los ángeles hacen sonar sus trompetas. Ya no habrá más retrasos y toda la creación, por consiguiente, comenzará a bailar de júbilo. ¿Quién puede extender Mi día a voluntad? ¿Un terrícola? ¿Las estrellas en el cielo? ¿Los ángeles? Cuando Yo hago una declaración para comenzar la salvación del pueblo de Israel, Mi día se acerca a toda la humanidad. Todos los hombres temen el regreso de Israel. Cuando Israel regrese, será Mi día de gloria y también será el día en que todo cambie y se renueve. A medida que el juicio justo se acerca de forma inminente a todo el universo, todos los hombres se vuelven más tímidos y temerosos, porque en el mundo humano la justicia es insólita. Cuando aparezca el Sol de justicia, el Oriente será iluminado, y después este iluminará a todo el universo, alcanzando a todos. Si el hombre puede realmente implementar Mi justicia, ¿qué habría que temer? Todo Mi pueblo espera la llegada de Mi día; todos anhelan la venida de Mi día. Esperan que Yo retribuya a toda la humanidad y disponga su destino en Mi papel de Sol de justicia. Mi reino está tomando forma arriba del universo entero y Mi trono ejerce el dominio sobre el corazón de cientos de millones de personas. Con la ayuda de los ángeles, Mi gran logro pronto dará fruto. Todos Mis hijos y Mi pueblo esperan ansiosamente Mi regreso, anhelando que Me reúna con ellos, para nunca más volver a separarnos. ¿Cómo podría la multitudinaria población de Mi reino no correr los unos hacia los otros celebrando con júbilo que Yo esté junto a ellos? ¿Puede ser una reunión para la cual no es necesario pagar un precio? Soy honorable a los ojos de todos los hombres; soy proclamado en las bocas de todos. Cuando regrese, además, conquistaré a todas las fuerzas enemigas. ¡El momento ha llegado! ¡Pondré Mi obra en marcha, reinaré supremo entre los hombres! ¡Estoy en el punto de retorno! ¡Y estoy a punto de irme! Esto es lo que todos están esperando, lo que desean. ¡Permitiré que toda la humanidad contemple la llegada de Mi día y todos le darán la bienvenida al arribo de Mi día con júbilo!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 27

Palabras diarias de Dios  Fragmento 65

En el día en que todas las cosas fueron resucitadas, Yo vine entre los hombres, y he pasado días y noches maravillosos con ellos. Sólo en este punto el hombre siente un poco de Mi cercanía, y, a medida que su interacción conmigo se hace más frecuente, él ve algo de lo que Yo tengo y soy; como resultado, obtiene cierto conocimiento sobre Mí. Entre toda la gente, levanto la cabeza y miro, y todos ellos me ven. Sin embargo, cuando al mundo le sobreviene el desastre, de inmediato se ponen ansiosos y Mi imagen se desvanece de su corazón; presos de pánico por la llegada de la catástrofe, no prestan atención alguna a Mis exhortaciones. Muchos años he pasado entre los hombres; sin embargo, el hombre siempre ha permanecido ignorante y nunca me ha conocido. Hoy le digo esto con Mi propia boca, y hago que todas las personas se presenten ante Mí para recibir algo de Mí, pero siguen manteniéndose distanciados de Mí, y, por tanto, no me conocen. Cuando Mis pasos caminen a través del universo y hasta los confines de la tierra, el hombre comenzará a reflexionar sobre sí mismo, y toda la gente vendrá a Mí, se inclinará ante Mí y me adorará. Este será el día en que obtenga gloria, el día de Mi regreso y también el día de Mi partida. Ahora, ya he comenzado Mi obra entre toda la humanidad; me he embarcado formalmente a través de todo el universo en el final de Mi plan de gestión. De ahora en adelante, los que no sean prudentes estarán sujetos a ser sumergidos dentro del castigo sin piedad y esto podría ocurrir en cualquier momento. Esto no es porque Yo no tenga corazón, sino que es un paso de Mi plan de gestión; todo debe suceder de acuerdo con los pasos de Mi plan, y ningún hombre puede cambiar esto. Cuando comienzo formalmente Mi obra, todas las personas se mueven cuando Yo me muevo, de tal manera que, en todo el universo, las personas se mantienen ocupadas siguiendo el mismo paso que Yo; hay “júbilo” por todo el universo y el hombre es impulsado por Mí. Como consecuencia, el gran dragón rojo mismo es puesto por Mí en un estado de frenesí y de desconcierto y sirve a Mi obra, y, a pesar de no estar dispuesto, es incapaz de seguir sus propios deseos, pero no le queda otra opción más que someterse a Mi control. En todos Mis planes, el gran dragón rojo es Mi contraste, Mi enemigo, y, también, Mi sirviente; así pues, nunca he flexibilizado Mis “requisitos” con respecto a él. Por lo tanto, la etapa final de la obra de Mi encarnación se completa en su casa. De esta manera, el gran dragón rojo es más capaz de darme un servicio apropiadamente, por medio de lo cual Yo lo conquistaré y completaré Mi plan. Mientras obro, todos los ángeles se embarcan conmigo en la batalla decisiva, resueltos a cumplir Mis deseos en la etapa final, para que la gente en la tierra se someta ante Mí como los ángeles y no tenga deseo alguno de oponerse a Mí, ni de hacer nada para rebelarse contra Mí. Estas son las dinámicas de Mi obra a lo largo del universo.

El propósito y la importancia de Mi llegada entre los hombres es salvar a toda la humanidad, traer a toda la humanidad de regreso a Mi casa, volver a unir el cielo con la tierra y hacer que el hombre transmita las “señales” entre el cielo y la tierra, porque tal es la función inherente al hombre. Para cuando creé a la humanidad, ya tenía todo listo para ella, y, posteriormente, permití que recibiera, de acuerdo con Mis requisitos, las riquezas que le otorgué. Por eso digo que es bajo Mi guía que toda la humanidad ha llegado hasta el día de hoy. Y todo esto forma parte de Mi plan. Entre toda la humanidad, un incontable número de personas yace bajo la protección de Mi amor, y un número incontable vive bajo el castigo de Mi odio. Aunque todos oran a Mí, todavía no son capaces de cambiar sus circunstancias presentes; una vez que han perdido la esperanza, sólo pueden dejar que la naturaleza siga su curso y dejen de desobedecerme, porque esto es todo lo que el hombre puede lograr. Cuando se trata del estado en el que se encuentra la vida del hombre, este aún tiene que encontrar la vida verdadera; él aún no ha visto la injusticia, la desolación y las condiciones miserables del mundo, y, por tanto, si no fuera por el advenimiento del desastre, la mayoría de las personas seguirían abrazando a la Madre Naturaleza y continuarían absortos en los sabores de la “vida”. ¿No es esta la realidad del mundo? ¿No es esta la voz de la salvación de la que Yo hablo al hombre? ¿Por qué entre la humanidad no ha habido nadie que me haya amado de verdad? ¿Por qué el hombre me ama únicamente en medio del castigo y las pruebas, pero nadie me ama mientras está bajo Mi protección? He impartido Mi castigo a la humanidad muchas veces. Los hombres le echan un vistazo, pero, luego, lo ignoran, y no lo estudian ni lo contemplan en ese momento, y, por tanto, todo lo que viene sobre el hombre es el juicio inmisericorde. Este es sólo uno de Mis métodos a través de los cuales obro, pero sigue teniendo el propósito de cambiar al hombre y hacer que me ame.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 29

Palabras diarias de Dios  Fragmento 66

Yo gobierno en el reino, y, aún más, Yo gobierno en el universo entero; soy tanto el Rey del reino como el Director del universo. A partir de este momento, voy a reunir a todos los que no son los elegidos y comenzaré Mi obra entre los gentiles, y anunciaré Mis decretos administrativos a todo el universo, a fin de poder embarcarme exitosamente en el siguiente paso de Mi obra. Utilizaré el castigo para difundir Mi obra entre los gentiles; es decir que usaré la fuerza contra todos aquellos que son gentiles. Naturalmente, esta obra se llevará a cabo al mismo tiempo que Mi obra entre los elegidos. Cuando Mi pueblo gobierne y ejerza el poder en la tierra, también será el día en que todas las personas de la tierra hayan sido conquistadas, y, además, será el momento de Mi descanso, y sólo entonces me apareceré ante todos los que han sido conquistados. Me aparezco ante el reino santo y me oculto de la tierra de la inmundicia. Todos los que hayan sido conquistados y se hayan vuelto obedientes ante Mí podrán ver Mi rostro con sus propios ojos y oír Mi voz con sus propios oídos. Esta es la bendición para aquellos que nazcan en los últimos días; esta es la bendición predestinada por Mí, y ningún hombre la puede alterar. Hoy obro de esta manera en aras de la obra del futuro. Toda Mi obra está interrelacionada; en toda ella hay un llamado y una respuesta: nunca se ha detenido un paso abruptamente, y nunca se ha dado un paso independiente a los demás. ¿No es esto así? ¿No es la obra del pasado la base de la obra de hoy? ¿No son las palabras del pasado las precursoras de las palabras de hoy? ¿No son los pasos del pasado el origen de los pasos de hoy? Cuando Yo abro formalmente el rollo es cuando las personas de todo el universo son castigadas, cuando las personas de todo el mundo se someten a Mis pruebas, el tiempo en el que Mi obra alcanza su punto culminante; todas las personas viven en una tierra sin luz y todas viven en medio de las amenazas que les genera su entorno. En otras palabras, es la vida que el hombre nunca ha experimentado desde el momento de la creación hasta el momento presente, y nadie a lo largo de las eras ha “disfrutado” jamás de este tipo de vida, y por eso digo que he hecho un trabajo que nunca antes se ha hecho. Este es el verdadero estado de las cosas y este es el significado interno. Debido a que Mi día se acerca a toda la humanidad, porque no parece distante, sino que ya se encuentra justo frente a los ojos del hombre, ¿quién podría no sentir temor como resultado? ¿Y quién podría no deleitarse en esto? La inmunda ciudad de Babilonia finalmente ha llegado a su fin; el hombre se ha encontrado con un mundo completamente nuevo otra vez, y el cielo y la tierra han sido cambiados y renovados.

Cuando me aparezco ante todas las naciones y todos los pueblos, las nubes blancas se agitan en el cielo y me envuelven. También cantan las aves en la tierra y bailan con alegría para Mí, acentuando la atmósfera de la tierra, y, así, hacen que todas las cosas que hay en ella cobren vida, que ya no “vayan a la deriva lentamente y hacia abajo”, sino que, al contrario, vivan en medio de una atmósfera de vitalidad. Cuando estoy en medio de las nubes, el hombre percibe vagamente Mi rostro y Mis ojos, y en ese momento siente un poco de miedo. En el pasado, él ha escuchado registros históricos sobre Mí por medio de leyendas, y, como resultado, él solo cree la mitad sobre Mí, y de la otra mitad, duda. Él no sabe dónde estoy o cuán grande es Mi rostro. ¿Es tan ancho como el mar o tan inmenso como los verdes pastizales? Nadie sabe estas cosas. Es solo cuando el hombre ve Mi rostro entre las nubes hoy que siente que ese Yo de la leyenda es real, y, de esta manera, tiene una disposición un poco más favorable hacia Mí, y es solo debido a Mis acciones que su admiración por Mí es un poco mayor. Pero el hombre aún no me conoce, y sólo ve una parte de Mí en las nubes. Acto seguido, extiendo Mis brazos y se los muestro al hombre. El hombre está sorprendido y se cubre la boca con las manos, profundamente temeroso de ser derribado por Mi mano, y, así, añade un poco de reverencia a su admiración. El hombre fija su mirada sobre cada uno de Mis movimientos, con un profundo temor a ser derribado por Mí cuando no esté prestando atención; sin embargo, ser observado por el hombre no me restringe, y continúo haciendo la obra que está en Mis manos. Es solo en todas las obras que realizo que el hombre muestra algo de aceptación hacia Mí, y, así, se acerca poco a poco a Mí para asociarse conmigo. Cuando la totalidad de Mí sea revelada al hombre, el hombre verá Mi rostro y, a partir de ese momento, ya no me ocultaré ni me esconderé de él. A lo largo de todo el universo apareceré públicamente ante todas las personas, y todos los que sean de carne y hueso contemplarán todas Mis obras. Todos los que sean del espíritu, con seguridad vivirán en paz en Mi casa, y, sin duda, disfrutarán de maravillosas bendiciones conmigo. Todos por quienes me preocupo con seguridad escaparán del castigo, y, con certeza, evitarán el dolor del espíritu y la agonía de la carne. Apareceré públicamente delante de todos los pueblos y gobernaré y ejerceré Mi poder para que el hedor de los cadáveres ya no impregne el universo; en vez de ello, Mi fresca fragancia se extenderá por el mundo entero; porque Mi día se acerca, el hombre está despertando, todo en la tierra está en orden, y ya han pasado los días de sobrevivencia de la tierra, ¡porque Yo he llegado!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 29

Palabras diarias de Dios  Fragmento 67

Llenaré el empíreo con las manifestaciones de Mis acciones y haré que todo en la tierra caiga postrado bajo Mi poder, implementando, así, Mi plan para la “unidad global” y para que este deseo mío rinda frutos de modo que la humanidad ya no “vague sin rumbo fijo” sobre la faz de la tierra, sino que encuentre sin demora un destino adecuado. Yo me preocupo por la raza humana en todos los sentidos, haciéndolo para que toda la humanidad pronto venga a vivir a una tierra de paz y felicidad, para que los días de sus vidas ya no sean tristes ni desolados y para que Mi plan no se reduzca a nada sobre la tierra. Como el hombre existe ahí, construiré Mi nación sobre la tierra, porque una parte de la manifestación de Mi gloria está sobre la tierra. Arriba en el cielo, pondré en orden Mi ciudad y, así, renovaré todo tanto arriba como abajo. Colocaré todo lo que existe tanto arriba como abajo del cielo en una sola unidad para que todas las cosas en la tierra se unan con todo lo que está en el cielo. Este es Mi plan, es lo que lograré en la era final. ¡Que nadie interfiera con esta parte de Mi obra! Difundir Mi obra entre las naciones gentiles es la última parte de Mi obra en la tierra. Nadie es capaz de desentrañar la obra que llevaré a cabo, y, debido a esto, las personas están muy confundidas. Y porque estoy activamente ocupado en Mi obra en la tierra, las personas aprovechan la oportunidad para “entretenerse”. Para impedir que sean demasiado rebeldes, primero las he colocado bajo Mi castigo para que soporten la disciplina del lago de fuego. Este es un paso en Mi obra y usaré el poder del lago de fuego para realizarlo, de otra manera sería imposible llevar a cabo Mi obra. Haré que los seres humanos en todo el universo se sometan delante de Mi trono, dividiéndolos en diferentes categorías de acuerdo a Mi juicio, clasificándolos de acuerdo a estas categorías y ordenándolos más a fondo en sus familias para que la totalidad de la humanidad cese de desobedecerme, y caiga, en cambio, en un arreglo limpio y ordenado de acuerdo a las categorías que he nombrado; ¡que nadie se desplace al azar! He llevado a cabo nueva obra en todo el universo; en todo el universo la humanidad entera está deslumbrada y boquiabierta por Mi aparición repentina, y sus horizontes se expandieron enormemente debido a que he aparecido a los ojos de todos. ¿No es así hoy?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 43

Palabras diarias de Dios  Fragmento 68

Estoy divulgando Mi obra entre las naciones gentiles. Mi gloria destella por todo el universo; todas las personas estrella-estrella-punto-punto llevan Mi voluntad dentro de sí y son dirigidas por Mi mano y emprenden las tareas que he asignado. A partir de este momento, he entrado a una nueva era, llevando a todos los hombres a otro mundo. Cuando regresé a Mi “tierra natal”, comencé otra parte de la obra en Mi plan original, para que el hombre me conociera con mayor profundidad. Contemplo el universo en su totalidad y veo que[a] es un momento oportuno para Mi obra, por lo que me apresuro por todas partes y hago Mi nueva obra sobre el hombre. Después de todo, esta es una nueva era y he traído nuevas obras para llevar a más nuevas personas a la nueva era y hacer a un lado a un mayor número de aquellas a las que descartaré. En la nación del gran dragón rojo, he llevado a cabo una etapa de una obra insondable para los seres humanos, haciendo que se mezan en el viento, después de lo cual muchos se alejan silenciosamente con el soplo del viento. En verdad, este es la “terreno” que estoy a punto de limpiar; es lo que anhelo y también es Mi plan. Porque muchos malvados han entrado con sigilo mientras estoy obrando, pero no tengo ninguna prisa por ahuyentarlos. Más bien, los dispersaré cuando sea el momento adecuado. Sólo después de eso seré la fuente de vida, permitiendo que los que verdaderamente me aman reciban de Mí el fruto de la higuera y la fragancia del lirio. En la tierra del polvo, donde Satanás reside temporalmente, no queda oro puro, sólo arena, y así, frente a estas circunstancias, llevo a cabo tal etapa de la obra. Debes saber que lo que Yo obtengo es oro puro y refinado, no arena. ¿Cómo pueden los malvados permanecer en Mi casa? ¿Cómo puedo permitir que los zorros sean parásitos en Mi paraíso? Empleo todos los métodos concebibles para ahuyentarlos. Antes de que Mi voluntad sea revelada, nadie sabe lo que voy a hacer. Aprovechando esta oportunidad, ahuyento a esos malvados y ellos se ven obligados a abandonar Mi presencia. Esto es lo que hago con los malvados, pero aún habrá un día en el que ellos harán el servicio por Mí. El deseo de obtener bendiciones que tienen los hombres es excesivamente fuerte; por lo tanto, volteo Mi cuerpo y muestro Mi semblante glorioso a los Gentiles, para que todos los hombres vivan en un mundo propio y se juzguen a sí mismos, mientras Yo sigo diciendo las palabras que debo decir y les proporciono a los hombres lo que necesitan. Cuando los hombres entren en razón, hará mucho tiempo que habré difundido Mi obra. Luego expresaré Mi voluntad a los hombres y comenzaré la segunda parte de Mi obra sobre los hombres, dejando que todos me sigan de cerca para colaborar con Mi obra y permitiendo que los hombres hagan todo lo posible para realizar conmigo la obra que debo hacer.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los siete truenos retumban: profetiza que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo

Nota al pie:

a. El texto original no contiene la frase “veo que”.


Palabras diarias de Dios  Fragmento 69

Ninguno tiene fe en que verán Mi gloria; no los obligo, y más bien retiro Mi gloria de la humanidad y la llevo a otro mundo. Cuando los hombres se arrepientan una vez más, entonces tomaré Mi gloria y se la mostraré a más personas de fe. Este es el principio por el cual obro. Porque hay un tiempo en el que Mi gloria abandona Canaán y también hay un tiempo en el que Mi gloria abandona a los elegidos. Asimismo, hay un tiempo en el que Mi gloria abandona toda la tierra, haciendo que se desvanezca y se sumerja en la oscuridad. Ni aun la tierra de Canaán verá la luz del sol; todos los hombres perderán su fe, pero ninguno podrá soportar abandonar la fragancia de la tierra de Canaán. Sólo cuando entro en el nuevo cielo y la nueva tierra tomo la otra parte de Mi gloria y la revelo primero en la tierra de Canaán, haciendo que resplandezca un destello de luz en toda la tierra, que se encuentra sumida en la alquitranada oscuridad de la noche, para permitir que toda la tierra venga a la luz; que los hombres de toda la tierra vengan a fortalecerse con el poder de la luz, permitiendo que Mi gloria aumente y aparezca de nuevo en cada nación; y que toda la humanidad se dé cuenta de que hace mucho tiempo Yo vine al mundo humano y que hace mucho tiempo llevé Mi gloria desde Israel al oriente; porque Mi gloria brilla desde el oriente y fue traída de allí desde la Era de la Gracia hasta nuestros días. Pero fue desde Israel que Yo partí y desde allí que llegué al oriente. Sólo cuando la luz del oriente se vuelva gradualmente blanca, la oscuridad a través de la tierra comenzará a convertirse en luz, y sólo entonces el hombre descubrirá que hace mucho tiempo salí de Israel y que estoy volviendo a levantarme en el oriente. Habiendo descendido una vez a Israel y partido luego de allí, no puedo volver a nacer en Israel, porque Mi obra guía todo el universo y, lo que es más, el relámpago brilla directamente del oriente al occidente. Por esta razón, he descendido en el oriente y llevado Canaán al pueblo del oriente. Llevaré a los pueblos de toda la tierra a la nación de Canaán, y por eso sigo emitiendo declaraciones en la tierra de Canaán para controlar todo el universo. En este momento, no hay luz en toda la tierra a excepción de Canaán y todos los hombres están en peligro por el hambre y el frío. Le di Mi gloria a Israel y luego la retiré, y así llevé a los israelitas al oriente, así como a toda la humanidad. Los he traído a todos a la luz para que puedan reunirse y asociarse con ella, y que ya no tengan que buscarla. Dejaré que todos los que están buscando vuelvan a ver la luz y vean la gloria que tuve en Israel; les haré ver que hace mucho tiempo descendí sobre una nube blanca en medio de la humanidad, que vean las innumerables nubes blancas y frutos en sus racimos abundantes y, más aún, que vean a Jehová Dios de Israel. Dejaré que vean al Maestro de los judíos, al Mesías anhelado y a la aparición completa de Mí, quien ha sido perseguido por los reyes a lo largo de las eras. Obraré en todo el universo y realizaré una obra maravillosa, revelando toda Mi gloria y todas Mis acciones al hombre en los últimos días. Mostraré Mi semblante glorioso en toda su plenitud a quienes han esperado muchos años por Mí, a quienes han anhelado que Yo llegue sobre una nube blanca, a Israel, que ha anhelado que Yo aparezca de nuevo, y a toda la humanidad que me persigue, para que todos sepan que hace mucho tiempo retiré Mi gloria y la llevé al oriente, y ya no está en Judea. ¡Porque ya han llegado los últimos días!

Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen estruendos interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Hago que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no lo adora a Él, que es grande en poder? Mi voz se extenderá por toda la tierra; me enfrentaré a Mi pueblo elegido y les diré más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada como si acabase de venir al mundo un recién nacido. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al “Monte de los Olivos” del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mi voz y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión: ¡que cada nación me adore, que cada lengua me reconozca, que todos los hombres depositen su fe en Mí y que todas las personas se sometan a Mí!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los siete truenos retumban: profetiza que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo

Palabras diarias de Dios  Fragmento 70

Durante varios milenios, el hombre ha anhelado poder presenciar la llegada del Salvador. El hombre ha anhelado contemplar a Jesús el Salvador montado en una nube blanca mientras desciende, en persona, entre aquellos que lo han añorado y anhelado durante miles de años. El hombre ha deseado también que el Salvador regrese y se reúna con ellos; es decir, deseó que Jesús el Salvador, que ha estado separado de la gente miles de años, regrese y lleve a cabo una vez más la obra de redención que Él hizo entre los judíos, que sea compasivo y amoroso con los hombres, que perdone sus pecados y cargue con ellos e incluso que cargue con todas las transgresiones del hombre y lo libre del pecado. Lo que el hombre anhela es que Jesús el Salvador sea el mismo que antes, un Salvador que sea adorable, amable y venerable, que nunca esté airado con el hombre ni le haga reproches, sino que perdone y soporte todos los pecados del hombre y que incluso, como antes, muera en la cruz una vez más por el hombre. Desde que Jesús se marchó, los discípulos que lo siguieron, además de todos los santos que fueron salvos en Su nombre, lo han estado añorando y esperando desesperadamente. Todos aquellos que fueron salvos por la gracia de Jesucristo durante la Era de la Gracia han estado anhelando ese día exultante en los últimos días, cuando Jesús el Salvador descienda sobre una nube blanca para aparecerse ante todas las personas. Por supuesto, este también es el deseo colectivo de todos aquellos que aceptan el nombre de Jesús el Salvador en el presente. Todo aquel en el universo que sabe de la salvación de Jesús el Salvador ha estado anhelando desesperadamente que Jesucristo llegue repentinamente para cumplir lo que dijo cuando estuvo en la tierra: “Llegaré tal como me fui”. El hombre cree que, después de la crucifixión y la resurrección, Jesús volvió al cielo sobre una nube blanca para ocupar Su lugar a la diestra del Altísimo. De forma parecida, Jesús descenderá de nuevo sobre una nube blanca (esta nube se refiere a la nube sobre la que Jesús cabalgó cuando regresó al cielo) entre aquellos que lo han anhelado desesperadamente durante miles de años, y Él tendrá la imagen y vestimenta de los judíos. Después de aparecerse al hombre, Él le concederá comida y hará que el agua viva brote para él y vivirá en medio de él, lleno de gracia y lleno de amor, vívido y real. Todas esas nociones son lo que cree la gente. Sin embargo, Jesús el Salvador no hizo esto; hizo lo contrario de lo que el hombre concibió. No llegó entre los que habían anhelado Su regreso ni se les apareció a todos los pueblos mientras cabalgaba sobre la nube blanca. Él ya ha llegado, pero el hombre no lo sabe y sigue siendo ignorante. El hombre solamente está esperándolo sin propósito, sin darse cuenta de que Él ya ha descendido sobre una “nube blanca” (la nube que es Su Espíritu, Sus palabras, todo Su carácter y todo lo que Él es) y está ahora entre un grupo de vencedores que Él formará durante los últimos días. El hombre no sabe esto: a pesar de todo el afecto y amor que el santo Salvador Jesús tiene hacia el hombre, ¿cómo puede obrar en esos “templos” habitados por la inmundicia y los espíritus inmundos? Aunque el hombre ha estado esperando Su llegada, ¿cómo podría Él aparecer a aquellos que comen la carne de los injustos, que beben la sangre de los injustos y visten las ropas de los injustos, que creen en Él, pero que no lo conocen y que constantemente lo chantajean? El hombre solo sabe que Jesús el Salvador está lleno de amor y rebosante de compasión y que Él es la ofrenda por el pecado, llena de redención. Sin embargo, el hombre no tiene idea de que Él es Dios mismo, que rebosa de justicia, majestad, ira y juicio, que está dotado de autoridad y lleno de dignidad. Por tanto, aunque el hombre ansiosamente anhela y ansía el regreso del Redentor, y hasta sus oraciones conmueven el “cielo”, Jesús el Salvador no se aparece a quienes creen en Él, pero no lo conocen.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Salvador ya ha regresado sobre una “nube blanca”

Palabras diarias de Dios  Fragmento 71

El plan de gestión de seis mil años de Dios está llegando a su fin y la puerta del reino ya se ha abierto a todos aquellos que buscan Su aparición. Queridos hermanos y hermanas, ¿qué estáis esperando? ¿Qué es lo que buscáis? ¿Estáis esperando que aparezca Dios? ¿Estáis buscando Sus huellas? ¡Cómo se anhela la aparición de Dios! ¡Y qué difícil es encontrar Sus huellas! En una era como esta, en un mundo como este, ¿qué debemos hacer para presenciar el día en que aparece Dios? ¿Qué debemos hacer para mantener el ritmo de los pasos de Dios? A cuestiones de esta clase se enfrentan todos los que están esperando que aparezca Dios. Vosotros las habéis considerado en más de una ocasión, pero ¿con qué resultado? ¿Dónde se aparece Dios? ¿Dónde están Sus huellas? ¿Tenéis las respuestas? Muchas personas responderían de esta manera: “Dios se aparece entre todos los que lo siguen, y Sus huellas están entre nosotros; ¡es así de sencillo!”. Cualquiera puede ofrecer una respuesta tópica, pero ¿entendéis vosotros a qué se refiere la aparición de Dios o Sus huellas? La aparición de Dios se refiere a Su llegada a la tierra en persona para hacer Su obra. Con Su propia identidad y carácter, y en la manera que es innata a Él, desciende entre la humanidad para llevar a cabo la obra de comenzar una era y terminar otra. Esta clase de aparición no es una especie de ceremonia. No es una señal, una imagen, un milagro o una especie de visión grandiosa y mucho menos una clase de proceso religioso. Es un hecho real y verdadero que cualquiera puede tocar y contemplar. Esta clase de aparición no es en aras de cumplir un trámite o de una labor a corto plazo, sino que es para una etapa en la obra de Su plan de gestión. La aparición de Dios siempre es significativa y siempre guarda relación con Su plan de gestión. A lo que se le llama “aparición” aquí es completamente diferente a la clase de “aparición” en la que Dios guía, lidera y esclarece al hombre. Cada vez que Él se revela, lleva a cabo una etapa de Su gran obra. Esta obra es diferente de la de cualquier otra era. El hombre no la puede imaginar y nunca la ha experimentado. Es una obra que da inicio a una nueva era y termina con la antigua, y es una forma nueva y mejorada de obrar para la salvación de la humanidad; más aún, es una obra que lleva a la humanidad a una nueva era. Esto es lo que significa la aparición de Dios.

Una vez hayáis entendido lo que significa la aparición de Dios, ¿cómo debéis buscar las huellas de Dios? Esta pregunta no es difícil de explicar: dondequiera que aparezca Dios, allí encontrarás Sus huellas. Tal explicación suena sencilla, pero no es tan fácil en la práctica porque muchas personas no saben dónde aparece Dios, mucho menos dónde está dispuesto a aparecer o dónde debería hacerlo. Algunos irreflexivamente creen que dondequiera que esté obrando el Espíritu Santo, ahí aparece Dios. O también creen que, dondequiera que haya figuras espirituales, ahí aparece Dios. O si no, creen que donde hay personas de alta reputación, ahí aparece Dios. Por el momento, dejemos de lado si tales creencias son correctas o están equivocadas. Para explicar tal cuestión debemos primero tener un objetivo claro: estamos buscando las huellas de Dios. No estamos buscando figuras espirituales, ni mucho menos estamos buscando figuras de renombre; estamos buscando las huellas de Dios. Por esta razón, ya que estamos buscando las huellas de Dios, nos corresponde a nosotros buscar la voluntad de Dios, Sus palabras y declaraciones; porque dondequiera que haya nuevas palabras dichas por Dios, allí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están Sus hechos. Donde está la expresión de Dios, ahí aparece, y donde aparece, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Al buscar las huellas de Dios, habéis ignorado las palabras “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y así, muchas personas, incluso cuando reciben la verdad, no creen que hayan encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; todavía menos puede Dios aparecer a instancias del hombre. Dios toma Sus propias decisiones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. Sea cual sea la obra que Él haga, no es necesario que la consulte con el hombre o busque su consejo, ni mucho menos que notifique de Su obra a cada persona. Este es el carácter de Dios, que debería además ser reconocido por todo el mundo. Si deseáis presenciar la aparición de Dios, seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero apartaros de vuestras propias nociones. No debes exigir que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis exigiros cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo debéis someteros a Su nueva obra; esto es lo que el hombre debe hacer. Ya que el hombre no es la verdad y no está dotado de la verdad, debe buscar, aceptar y obedecer.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era

Palabras diarias de Dios  Fragmento 72

Independientemente de si eres norteamericano, británico o de cualquier otra nacionalidad, debes salirte de los confines de tu propia nacionalidad, trascender a ti mismo y ver la obra de Dios desde la posición de un ser creado. De esta manera, no pondrás limitaciones a las huellas de Dios. Esto es porque, en la actualidad, mucha gente considera que es imposible que Dios aparezca en una nación en particular o entre cierta gente. ¡Qué profunda es la relevancia de la obra de Dios y qué importante es la aparición de Dios! ¿Cómo pueden medir esto las nociones y los pensamientos del hombre? Y por eso digo que debes derrumbar tus nociones de nacionalidad y etnicidad para buscar la aparición de Dios. Solo así no estarás restringido por tus propias nociones; solo así serás apto para darle la bienvenida a la aparición de Dios. De otro modo, siempre vas a permanecer en la oscuridad y nunca vas a obtener la aprobación de Dios.

Dios es el Dios de toda la raza humana. Él no se considera la propiedad privada de ninguna nación o pueblo, sino que se dedica a hacer Su obra tal como la ha planeado, sin ser confinado a ninguna forma ni a ninguna nación o pueblo. Tal vez nunca has imaginado esta forma, o tal vez tu actitud hacia ella sea la negación, o tal vez la nación donde Dios se revela a sí mismo y el pueblo entre el que se revela resulta que son discriminados por todo el mundo y son los más retrógrados de la tierra. Con todo, Dios tiene Su sabiduría. Con Su gran poder y por medio de Su verdad y carácter, Él ha ganado realmente a un grupo de personas que son de un mismo sentir con Él, y a un grupo de personas que Él deseó completar; un grupo conquistado por Él que, tras soportar toda clase de pruebas y tribulaciones y todas las formas de persecución, puede seguirlo a Él hasta el final. El objetivo de la aparición de Dios, que no está limitada a ninguna forma o nación, es permitirle completar Su obra tal como la ha planeado. Esto es como cuando Dios se hizo carne en Judea: Su objetivo fue completar la obra de la crucifixión al redimir a toda la raza humana. Sin embargo, los judíos creyeron que era imposible que Dios hiciera esto, y pensaron que era imposible que Dios se hiciera carne y asumiera la forma del Señor Jesús. Su “imposible” se convirtió en la base sobre la cual condenaron a Dios y se opusieron a Él y, finalmente, esto llevó a la destrucción de Israel. Hoy en día, muchas personas han cometido un error parecido. Proclaman con todas sus fuerzas la inminente aparición de Dios, sin embargo, al mismo tiempo condenan Su aparición; su “imposible” una vez más confina la aparición de Dios dentro de los límites de su imaginación. Y así he visto a mucha gente reírse a carcajadas salvajes y estridentes al toparse con las palabras de Dios. ¿Acaso es esta risa diferente a la condena y blasfemia de los judíos? No sois reverentes en presencia de la verdad y menos aún poseéis una actitud de anhelo. Lo único que hacéis es estudiar indiscriminadamente y esperar con despreocupación. ¿Qué podéis ganar con estudiar y esperar así? ¿Creéis que recibiréis la guía personal de Dios? Si no puedes discernir las declaraciones de Dios, ¿cómo puedes ser apto para presenciar la aparición de Dios? Dondequiera que Dios aparece, allí se expresa la verdad y estará la voz de Dios. Solo los que pueden aceptar la verdad podrán escuchar la voz de Dios y solo tales personas son aptas para presenciar la aparición de Dios. ¡Abandona tus nociones! Tranquilízate y lee con cuidado estas palabras. Si anhelas la verdad, Dios te esclarecerá y entenderás Su voluntad y Sus palabras. ¡Abandonad vuestras opiniones de lo que es “imposible”! Cuanto más crea la gente que algo es imposible, es más factible que ocurra, porque la sabiduría de Dios se eleva más alto que los cielos, los pensamientos de Dios son más altos que los pensamientos del hombre, y la obra de Dios trasciende los límites del pensamiento y las nociones del hombre. Cuanto más imposible sea algo, más verdad se puede buscar en ello; cuanto más lejos de las nociones y la imaginación del hombre resida algo, más contiene la voluntad de Dios. Esto es porque no importa dónde se revele Dios, Él sigue siendo Dios y Su esencia nunca cambiará por la ubicación o la forma de Su aparición. El carácter de Dios sigue igual, independientemente de dónde estén Sus huellas, y no importa dónde estén las huellas de Dios, Él es el Dios de toda la humanidad, igual que el Señor Jesús no es solo el Dios de los israelitas, sino que también es el Dios de toda la gente de Asia, Europa y América y, más aún, Él es el único Dios en todo el universo. ¡Así que busquemos la voluntad de Dios y descubramos Su aparición en Sus declaraciones, y mantengamos el ritmo de Sus pasos! Dios es la verdad, el camino y la vida. Sus palabras y Su aparición existen simultáneamente y Su carácter y Sus huellas siempre están abiertos en todo momento a la humanidad. Queridos hermanos y hermanas, espero que podáis ver la aparición de Dios en estas palabras, que comencéis a seguir Sus huellas a medida que avanzáis a largas zancadas hacia una nueva era ¡y entráis en el cielo y la tierra nuevos y hermosos que Dios ha preparado para los que esperan Su aparición!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice I: La aparición de Dios ha dado lugar a una nueva era

Palabras diarias de Dios  Fragmento 73

Dios guarda silencio y nunca se nos ha aparecido, sin embargo, Su obra nunca se ha detenido. Él inspecciona toda la tierra y manda sobre todas las cosas y contempla todas las palabras y acciones del hombre. Su gestión es conducida con pasos mesurados, y de acuerdo con Su plan, silenciosamente y sin un efecto dramático, pero Sus pasos avanzan cada vez más cerca de la humanidad, y Su tribunal se despliega en el universo a la velocidad de la luz, tras lo cual su trono desciende inmediatamente en mitad de nosotros. ¡Qué escena tan majestuosa es esta; qué cuadro tan imponente y solemne! Como una paloma, como un león rugiente, el Espíritu viene entre nosotros. Es sabiduría, es justicia y majestad, y Él llega entre nosotros subrepticiamente, ejerciendo autoridad y lleno de amor y misericordia. Nadie es consciente de Su llegada ni la acoge y, es más, nadie sabe todo lo que Él está a punto de hacer. La vida del hombre sigue sin cambios; su corazón no es diferente y los días transcurren como siempre. Dios vive entre nosotros, un hombre como cualquier otro, como uno de los seguidores más insignificantes y un creyente corriente. Él tiene Sus propias búsquedas, Sus propias metas y, es más, tiene una divinidad que ningún hombre ordinario posee. Nadie se ha dado cuenta de la existencia de Su divinidad, ni nadie ha percibido la diferencia entre Su esencia y la del hombre. Vivimos junto con Él, sin restricciones y sin temor, porque a nuestros ojos no es más que un creyente insignificante. Él observa todos nuestros movimientos, y todos nuestros pensamientos e ideas están expuestos ante Él. A nadie le interesa Su existencia; nadie se imagina nada sobre Su función y, es más, nadie tiene la menor sospecha sobre Su identidad. Lo único que hacemos es continuar con nuestras búsquedas como si Él no tuviera nada que ver con nosotros…

Por casualidad, el Espíritu Santo expresa un pasaje de palabras “por medio” de Él, y aunque parezca muy inesperado, sin embargo, lo reconocemos como una declaración de Dios y sin problemas lo aceptamos como de Dios. Esto es porque, independientemente de quién exprese estas palabras, siempre que vengan del Espíritu Santo las debemos aceptar y no las podemos negar. La siguiente declaración podría venir a través de mí, o a través de ti o de alguien más. Quienquiera que sea, todo es la gracia de Dios. Sin embargo, no importa quién sea, no podemos adorar a esta persona porque en cualquier caso, esta persona no puede ser Dios y por ningún motivo podemos escoger a una persona ordinaria como esa para que sea nuestro Dios. Nuestro Dios es demasiado grande y honorable; ¿cómo alguien tan insignificante podría representarlo? Es más, todos estamos esperando a que venga Dios y nos lleve de regreso al reino de los cielos, entonces, ¿cómo podría alguien tan insignificante ser apto para una tarea tan importante y ardua? Si el Señor viene otra vez, debe ser en una nube blanca, para que lo vean todas las multitudes. ¡Qué glorioso será eso! ¿Cómo es posible que Él pueda esconderse subrepticiamente entre un grupo de personas corrientes?

Y sin embargo es esta persona ordinaria, escondida entre la gente, la que está haciendo la nueva obra de salvarnos. Él no nos ofrece explicaciones, ni nos dice por qué ha venido, sino que simplemente hace con pasos mesurados la obra que tiene la intención de hacer, y de acuerdo con Su plan. Sus palabras y declaraciones cada vez se hacen más frecuentes. De consolar, exhortar, recordar y advertir a reprochar y disciplinar; en un tono gentil y amable, a palabras que son temibles y majestuosas. Todo le confiere compasión al hombre y le infunde estremecimiento. Todo lo que dice tiene un fuerte efecto en los secretos que están profundamente escondidos dentro de nosotros; Sus palabras lastiman nuestros corazones, nuestros espíritus, y nos dejan llenos de una vergüenza insoportable, apenas sabiendo dónde escondernos. Comenzamos a preguntarnos si el Dios que está en el corazón de esta persona realmente nos ama, y qué es exactamente lo que pretende. ¿Será que tal vez solo podremos ser arrebatados después de soportar tales sufrimientos? En nuestra mente estamos calculando… acerca del destino que está por venir y acerca de nuestra suerte futura. Aun así, tal como antes, ninguno de nosotros cree que Dios se ha hecho carne y ya ha obrado entre nosotros. Aunque nos ha acompañado mucho tiempo, aunque ya ha hablado muchas palabras cara a cara con nosotros, todavía no estamos dispuestos a aceptar a un hombre tan común como el Dios de nuestro futuro, y mucho menos estamos dispuestos a confiarle el control de nuestro futuro y destino a esta persona insignificante. De Él disfrutamos una provisión sin fin de agua viva, y a través de Él vivimos cara a cara con Dios. Pero solo somos agradecidos por la gracia del Señor Jesús que está en el cielo y nunca hemos puesto atención a los sentimientos de esta persona ordinaria que posee la divinidad. Sin embargo, como antes, Él hace Su obra escondido humildemente en la carne, expresando la voz de Su corazón interior, como si fuera insensible al rechazo de la humanidad, como si perdonara eternamente el infantilismo del hombre y su ignorancia, y fuera siempre tolerante con la irreverente actitud del hombre hacia Él.

Sin que nosotros lo sepamos, este hombre insignificante nos ha introducido un paso tras otro en la obra de Dios. Sufrimos un sinnúmero de pruebas, soportamos innumerables reprensiones y somos probados por la muerte. Aprendemos del carácter justo y majestuoso de Dios; disfrutamos, también, Su amor y compasión, y llegamos a valorar el gran poder y sabiduría de Dios; somos testigos de la hermosura de Dios y contemplamos el deseo ansioso de Dios de salvar al hombre. En las palabras de esta persona ordinaria, llegamos a conocer el carácter y la esencia de Dios, a entender la voluntad de Dios, a conocer la naturaleza y esencia del hombre, y a ver el camino de salvación y perfección. Sus palabras nos hacen “morir” y nos hacen “volver a nacer”; Sus palabras nos dan consuelo, pero también nos atormentan con la culpa y un sentimiento de deuda; Sus palabras nos dan alegría y paz, pero también nos causan infinito dolor. A veces somos como ovejas al matadero en Sus manos; a veces somos como la niña de Sus ojos y gozamos Su tierno amor; a veces somos como Sus enemigos, y ante Su mirada nos convertimos en ceniza por Su ira. Somos la raza humana a la que Él salvó; somos gusanos a Sus ojos, y somos los corderos perdidos que noche y día se empeña en encontrar. Él es misericordioso con nosotros, nos desprecia, nos levanta, nos consuela y nos exhorta, nos guía, nos esclarece, nos castiga y nos disciplina, y hasta nos maldice. Nunca deja de preocuparse por nosotros, noche y día, nos protege y cuida y nunca se aparta de nuestro lado, sino que derrama toda la sangre de Su corazón y paga cualquier precio por nosotros. Entre las declaraciones de este pequeño y común cuerpo de carne, hemos gozado la totalidad de Dios y contemplado el destino que Dios nos ha concedido. No obstante, la vanidad todavía crea problemas en nuestro corazón, y todavía seguimos sin estar dispuestos a aceptar activamente a una persona así como nuestro Dios. Aunque nos ha dado tanto maná, tanto para disfrutar, nada de esto puede ocupar el lugar del Señor en nuestro corazón. Honramos la identidad y el estatus especiales de esta persona solo con gran renuencia. Mientras Él no abra Su boca para pedirnos que reconozcamos que Él es Dios, nunca nos encargaríamos de reconocerlo como el Dios que pronto llegará y que sin embargo ha estado obrando entre nosotros hace tiempo.

Dios continúa con Sus declaraciones, y Él emplea varios métodos y perspectivas para advertirnos sobre qué debemos hacer mientras, al mismo tiempo, da voz a Su corazón. Sus palabras llevan la energía de la vida, nos muestran el camino que debemos recorrer y nos permiten entender cuál es la verdad. Nos empiezan a atraer Sus palabras, comenzamos a enfocarnos en el tono y la manera en la que habla, y subconscientemente comenzamos a interesarnos en los sentimientos internos de esta persona que no tiene nada de especial. Vierte la sangre de su corazón al obrar para nosotras, pierde el sueño y el apetito por nosotros, llora por nosotros, suspira por nosotros, se queja en la enfermedad por nosotros, sufre humillación por el bien de nuestro destino y salvación, y nuestra insensibilidad y rebeldía le arrancan lágrimas y sangre del corazón. Esta forma de ser y de tener no pertenece a ninguna persona corriente y ninguno de los seres humanos corruptos las puede poseer o conseguir. Muestra una tolerancia y paciencia que no tiene ninguna persona ordinaria, y Su amor no lo posee ningún ser creado. Nadie excepto Él puede saber todos nuestros pensamientos, o tener un conocimiento tan claro y completo de nuestra naturaleza y esencia, o juzgar la rebeldía y corrupción de la humanidad, o hablarnos y obrar en nosotros así en nombre del Dios del cielo. Nadie aparte de Él está dotado de la autoridad, la sabiduría y la dignidad de Dios; el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, emana en su totalidad de Él. Nadie salvo Él nos puede mostrar el camino y traernos la luz. Nadie salvo Él puede revelar los misterios que Dios no ha revelado desde la creación hasta el día de hoy. Nadie salvo Él nos puede salvar de la esclavitud de Satanás y de nuestro carácter corrupto. Él representa a Dios, expresa el corazón interior de Dios, las exhortaciones de Dios y Sus palabras de juicio hacia toda la humanidad. Él ha comenzado una nueva época, una nueva era, y ha iniciado un nuevo cielo y una nueva tierra, una nueva obra, y nos ha traído esperanza, poniendo fin a la vida que llevábamos en la indefinición, y permitiendo a nuestro ser por entero, con total claridad, contemplar el camino de salvación. Él ha conquistado todo nuestro ser y ha ganado nuestro corazón. Desde ese momento en adelante, nuestra mente se hace consciente y nuestro espíritu parece haber sido revivido: esta persona común e insignificante, que vive entre nosotros y a la que hemos rechazado desde hace ya mucho tiempo, ¿no es este el Señor Jesús, que siempre está en nuestros pensamientos, despiertos o soñando, y a quien anhelamos noche y día? ¡Es Él! ¡Realmente es Él! ¡Él es nuestro Dios! ¡Él es la verdad, el camino y la vida! Él nos ha permitido vivir otra vez y ver la luz, y ha evitado que nuestro corazón se desvíe. Hemos regresado a la casa de Dios, hemos regresado ante Su trono, estamos cara a cara con Él, hemos sido testigos de Su rostro, y hemos visto el camino que está por delante. Ahora, Él ha conquistado nuestros corazones por completo; ya no dudamos quién es Él, ni nos oponemos a Su obra y Su palabra y nos postramos completamente ante Él. No queremos otra cosa que seguir las huellas de Dios por el resto de nuestras vidas, y ser hechos perfectos por Él, y recompensarle por Su gracia, y recompensar Su amor por nosotros, y obedecer Sus arreglos y disposiciones, y cooperar con Su obra, y hacer todo lo que podamos para completar lo que Él nos confíe.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice IV: Contemplando la aparición de Dios en Su juicio y Su castigo

Palabras diarias de Dios  Fragmento 74

No se puede hablar de Dios y del hombre en los mismos términos. Su esencia y Su obra son de lo más insondable e incomprensible para el hombre. Si Dios no realiza personalmente Su obra ni pronuncia Sus palabras en el mundo de los hombres, estos nunca serían capaces de entender Su voluntad. Y, así, incluso aquellos que le han dedicado toda su vida, serían incapaces de recibir Su aprobación. Si Dios no se pone a obrar, no importa qué tan bien lo haga el hombre, no servirá para nada, porque los pensamientos de Dios siempre serán más elevados que los del hombre, y Su sabiduría está más allá de la comprensión de este. Por tanto, afirmo que quienes aseguran “entender completamente” a Dios y Su obra son unos ineptos; todos son arrogantes e ignorantes. El hombre no debería definir la obra de Dios; además, no puede hacerlo. A los ojos de Dios, el hombre es tan insignificante como una hormiga, así que, ¿cómo puede este comprender Su obra? A los que les gusta parlotear y decir que “Dios no obra de esta o aquella manera” o “Dios es esto o aquello”, ¿acaso no están hablando con arrogancia? Todos deberíamos saber que Satanás ha corrompido al hombre, que es de carne. La naturaleza misma de la humanidad es oponerse a Dios. La humanidad no puede estar a la par de Dios, y, mucho menos, puede esperar ofrecer consejo para la obra de Dios. Respecto a cómo guía Él al hombre, esta es la obra de Dios mismo. Es adecuado que el hombre se someta, sin expresar esta o aquella opinión, pues no es más que polvo. Puesto que es nuestra intención buscar a Dios, no deberíamos sobreponer nuestras nociones a Su obra para consideración de Dios; todavía menos debemos emplear al máximo nuestro carácter corrupto para oponernos deliberadamente a la obra de Dios. ¿No nos convertiría esto en anticristos? ¿Cómo podrían esas personas creer en Dios? Puesto que creemos que existe un Dios, y puesto que deseamos satisfacerlo y verlo, deberíamos buscar el camino de la verdad, y un camino para ser compatibles con Él. No deberíamos permanecer en una oposición terca hacia Dios. ¿De qué servirían tales acciones?

Hoy, Dios ha llevado a cabo nueva obra. Puede que no seas capaz de aceptar estas palabras y tal vez te puedan parecer extrañas, pero te aconsejaría que no expusieras tu naturalidad, porque sólo aquellos que realmente tienen hambre y sed de justicia delante de Dios pueden obtener la verdad, y Él sólo puede esclarecer y guiar a aquellos que son verdaderamente devotos. Los resultados se obtienen al buscar la verdad con sobria tranquilidad, no con disputas y discordias. Cuando digo que “hoy Dios ha llevado a cabo nueva obra”, me estoy refiriendo al asunto de Su regreso a la carne. Quizás estas palabras no te incomodan, quizás las desprecies o quizás hasta sean de un gran interés para ti. Cualquiera que sea el caso, espero que todos los que verdaderamente anhelan que Dios aparezca puedan enfrentar este hecho y examinarlo con detenimiento, en lugar de sacar conclusiones al respecto. Esto es lo que haría una persona sabia.

Investigar algo así no es difícil, pero requiere que cada uno de nosotros conozca esta única verdad: Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, Él traerá la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Si el hombre pretende investigar si es la carne encarnada de Dios, entonces debe corroborarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, para corroborar si es o no la carne encarnada de Dios y si es o no el camino verdadero, la persona debe discernir basándose en Su esencia. Y, así, a la hora de determinar si se trata de la carne de Dios encarnado, la clave yace en Su esencia (Su obra, Sus declaraciones, Su carácter y muchos otros aspectos), en lugar de fijarse en Su apariencia externa. Si el hombre sólo analiza Su apariencia externa, y como consecuencia pasa por alto Su esencia, esto muestra que el hombre es ignorante. La apariencia externa no puede determinar la esencia; es más, la obra de Dios jamás puede ajustarse a las nociones del hombre. ¿No contradecía la apariencia exterior de Jesús las nociones del hombre? ¿No eran Su rostro y Sus vestiduras incapaces de proporcionar pista alguna sobre Su verdadera identidad? ¿Acaso los antiguos fariseos no se opusieron a Jesús precisamente porque solo miraron Su aspecto exterior y no se tomaron en serio las palabras de Su boca? Tengo la esperanza de que todos y cada uno de los hermanos y hermanas que buscan la aparición de Dios, no repetirán la tragedia histórica. No debéis convertiros en los fariseos de los tiempos modernos y clavar a Dios de nuevo en la cruz. Deberíais considerar cuidadosamente cómo darle la bienvenida al retorno de Dios y tener claridad acerca de cómo ser alguien que se somete a la verdad. Esta es la responsabilidad de todo aquel que está esperando que Jesús vuelva montado sobre una nube. Deberíamos frotarnos los ojos espirituales para aclararlos y no empantanarnos en palabras de exagerada fantasía. Deberíamos pensar en la obra práctica de Dios y echar un vistazo al aspecto práctico de Dios. No os dejéis llevar demasiado ni os perdáis en fantasías anhelando siempre el día en que el Señor Jesús descienda repentinamente sobre una nube entre vosotros, y os lleve a vosotros, que nunca lo habéis conocido o visto y que no sabéis cómo hacer Su voluntad. ¡Es mejor pensar en asuntos más prácticos!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio

Palabras diarias de Dios  Fragmento 75

¿Deseáis conocer la raíz de la oposición de los fariseos a Jesús? ¿Deseáis conocer la esencia de los fariseos? Estaban llenos de fantasías sobre el Mesías. Aún más, solo creían en su venida, pero no buscaban la verdad de la vida. Por tanto, incluso hoy siguen esperándole, porque no tienen conocimiento del camino de la vida ni saben cuál es el camino de la verdad. Decidme, ¿cómo podrían obtener la bendición de Dios tales personas insensatas, tozudas e ignorantes? ¿Cómo podrían contemplar al Mesías? Se opusieron a Jesús porque no conocían la dirección de la obra del Espíritu Santo ni el camino de la verdad mencionado por Jesús y, además, porque no entendían al Mesías. Y como nunca le habían visto ni habían estado en Su compañía, cometieron el error de aferrarse al mero nombre del Mesías mientras se oponían a Su esencia por todos los medios posibles. Estos fariseos eran tozudos y arrogantes en esencia, y no obedecían la verdad. El principio de su creencia en Dios era: por muy profunda que sea Tu predicación, por muy alta que sea Tu autoridad, no eres Cristo a no ser que te llames el Mesías. ¿No es esta creencia absurda y ridícula? Os pregunto de nuevo: ¿No es extremadamente fácil para vosotros cometer los errores de los antiguos fariseos, dado que no tenéis el más mínimo entendimiento de Jesús? ¿Eres capaz de discernir el camino de la verdad? ¿Puedes garantizar realmente que no te opondrás a Cristo? ¿Eres capaz de seguir la obra del Espíritu Santo? Si no sabes si te opondrás o no a Cristo, entonces Yo digo que ya estás viviendo al filo de la muerte. Los que no conocían al Mesías fueron todos capaces de oponerse a Jesús, de rechazarlo, de difamarlo. Las personas que no entienden a Jesús son capaces de rechazarlo y vilipendiarlo. Además, son capaces de ver el regreso de Jesús como el engaño de Satanás, y más personas condenarán el retorno de Jesús a la carne. ¿No os asusta todo esto? Lo que afrontáis será blasfemia contra el Espíritu Santo, la ruina de Sus palabras a las iglesias y el rechazo de todo lo expresado por Jesús. ¿Qué podéis obtener de Él si estáis tan confundidos? ¿Cómo podéis entender la obra de Jesús cuando Él vuelva a la carne sobre una nube blanca, si os negáis obstinadamente a ser conscientes de vuestros errores? Os digo esto: las personas que no reciben la verdad, pero que esperan ciegamente la llegada de Jesús sobre nubes blancas, blasfemarán sin duda contra el Espíritu Santo y pertenecen a la categoría que será destruida. Deseáis simplemente la gracia de Jesús, y solo queréis disfrutar el gozoso reino del cielo, pero nunca habéis obedecido Sus palabras ni habéis recibido la verdad expresada por Él cuando vuelve a la carne. ¿Qué ofreceréis a cambio de la realidad del regreso de Jesús sobre una nube blanca? ¿La sinceridad con la que cometéis repetidamente pecados, y después los confesáis una y otra vez? ¿Qué ofreceréis en sacrificio a Jesús, que vuelve sobre una nube blanca? ¿Los años de trabajo con los que os exaltáis a vosotros mismos? ¿Qué ofreceréis para hacer que el Jesús retornado confíe en vosotros? ¿Vuestra naturaleza arrogante, que no obedece ninguna verdad?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra

Palabras diarias de Dios  Fragmento 76

Vuestra lealtad es solo de palabra, vuestro conocimiento es simplemente intelectual y conceptual, vuestras labores son para obtener las bendiciones del cielo y, por tanto, ¿cómo debe ser vuestra fe? Incluso hoy, seguís haciendo oídos sordos a todas y cada una de las palabras de la verdad. No sabéis qué es Dios, qué es Cristo, cómo venerar a Jehová, cómo entrar en la obra del Espíritu Santo ni cómo distinguir entre la obra de Dios mismo y los engaños del hombre. Solo sabes condenar cualquier palabra de la verdad expresada por Dios que no se conforma a tus propios pensamientos. ¿Dónde está tu humildad? ¿Y tu obediencia? ¿Y tu lealtad? ¿Y tu actitud de buscar la verdad? ¿Y tu reverencia a Dios? Esto os digo, aquellos que creen en Dios por las señales pertenecen sin duda a la categoría que será destruida. Los que son incapaces de recibir las palabras de Jesús, que ha vuelto a la carne, son sin duda la progenie del infierno, los descendientes del arcángel, la categoría que será sometida a la destrucción eterna. Muchas personas pueden no preocuparse por lo que digo, pero aun así quiero decirle a cada uno de estos llamados santos que siguen a Jesús que, cuando lo veáis descendiendo del cielo sobre una nube blanca con vuestros propios ojos, esta será la aparición pública del Sol de justicia. Quizás será un momento de gran entusiasmo para ti, pero deberías saber que el momento en el que veas a Jesús descender del cielo será también el momento en el que irás al infierno a ser castigado. Ese será el momento del final del plan de gestión de Dios, y será cuando Él recompense a los buenos y castigue a los malvados. Porque Su juicio habrá terminado antes de que el hombre vea señales, cuando solo exista la expresión de la verdad. Aquellos que acepten la verdad y no busquen señales, y por tanto hayan sido purificados, habrán regresado ante el trono de Dios y entrado en el abrazo del Creador. Solo aquellos que persisten en la creencia de que “El Jesús que no cabalgue sobre una nube blanca es un falso Cristo” se verán sometidos al castigo eterno, porque solo creen en el Jesús que exhibe señales, pero no reconocen al Jesús que proclama un juicio severo y manifiesta el camino verdadero y la vida. Y por tanto, solo puede ser que Jesús trate con ellos cuando Él vuelva abiertamente sobre una nube blanca. Son demasiado tozudos, confían demasiado en sí mismos, son demasiado arrogantes. ¿Cómo puede recompensar Jesús a semejantes degenerados? El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; solo así os beneficiaréis. Os aconsejo que andéis con cuidado por la senda de la creencia en Dios. No saquéis conclusiones apresuradas; más aún, no seáis despreocupados y descuidados en vuestra creencia en Dios. Deberíais saber que, como mínimo, los que creen en Dios deben ser humildes y reverenciales. Los que han oído la verdad pero la miran con desdén son insensatos e ignorantes. Los que han oído la verdad, pero sacan conclusiones precipitadas o la condenan a la ligera, están asediados por la arrogancia. Nadie que crea en Jesús es apto para maldecir o condenar a otros. Deberíais ser todos personas con razón y que aceptan la verdad. Quizás, habiendo oído el camino de la verdad y leído la palabra de vida, creas que solo una de cada diez mil de estas palabras está en sintonía con tus convicciones y con la Biblia, y entonces deberías seguir buscando en esa diezmilésima parte de esas palabras. Sigo aconsejándote que seas humilde, no te confíes demasiado y no te exaltes mucho. Con esta exigua reverencia por Dios en tu corazón, obtendrás mayor luz. Si examinas detenidamente y contemplas repetidamente estas palabras, entenderás si son o no la verdad, y si son o no la vida. Quizás, habiendo leído solo unas pocas frases, algunas personas condenarán ciegamente estas palabras, diciendo: “Esto no es nada más que algún esclarecimiento del Espíritu Santo”, o “Este es un falso Cristo que ha venido a engañar a la gente”. ¡Los que dicen tales cosas están cegados por la ignorancia! ¡Entiendes demasiado poco de la obra y de la sabiduría de Dios, y te aconsejo que empieces de nuevo desde cero! No debéis condenar ciegamente las palabras expresadas por Dios debido a la aparición de falsos Cristos durante los últimos días ni ser personas que blasfeman contra el Espíritu Santo, porque teméis al engaño. ¿No sería esto una gran lástima? Si, después de mucho examen, sigues creyendo que estas palabras no son la verdad, no son el camino ni la expresión de Dios, entonces serás castigado en última instancia y te quedarás sin bendiciones. Si no puedes aceptar esa verdad hablada de forma tan llana y clara, ¿no eres indigno entonces de la salvación de Dios? ¿No eres alguien que no está suficientemente bendecido como para regresar ante el trono de Dios? ¡Piensa en ello! No seas imprudente e impetuoso, y no trates la creencia en Dios como un juego. Piensa en el bien de tu destino, en el bien de tus perspectivas, en el bien de tu vida, y no juegues contigo mismo. ¿Puedes aceptar estas palabras?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra

Anterior: Las tres etapas de la obra

Siguiente: El juicio en los últimos días

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.

Ajustes

  • Texto
  • Temas

Colores lisos

Temas

Fuente

Tamaño de fuente

Interlineado

Interlineado

Ancho de página

Índice

Buscar

  • Buscar en este texto
  • Buscar en este libro