Conocer la obra de Dios II
Palabras diarias de Dios Fragmento 188
Como creyentes en Dios, cada uno de vosotros debéis apreciar cómo habéis obtenido la mayor exaltación y salvación al recibir la obra de Dios en los últimos días y la obra de Su plan, que realiza hoy en ti. Dios ha hecho de este grupo de personas el único foco de Su obra a través de todo el universo. Él ha sacrificado toda la sangre de Su corazón por vosotros; Él ha reclamado y os ha dado toda la obra del Espíritu en todo el universo. Es por eso que sois los afortunados. Más aun, Él ha trasladado Su gloria de Israel, Su pueblo elegido, a vosotros, y hará que el propósito de Su plan se manifieste completamente a través de este grupo. Por lo tanto, vosotros sois los que vais a recibir la herencia de Dios y, es más, sois los herederos de la gloria de Dios. Tal vez todos recordáis estas palabras: “Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación”. Todos habéis oído estas palabras antes, sin embargo, ninguno de vosotros comprendió su verdadero significado. Hoy, sois profundamente conscientes de su verdadero sentido. Dios cumplirá estas palabras durante los últimos días y se cumplirán en aquellos que han sido brutalmente perseguidos por el gran dragón rojo en la tierra donde yace enroscado. El gran dragón rojo persigue a Dios y es Su enemigo, y por lo tanto, en esta tierra, los que creen en Dios son sometidos a humillación y opresión y, como resultado, estas palabras se cumplirán en este grupo de personas, vosotros. Al embarcarse en una tierra que se opone a Dios, toda Su obra se enfrenta a tremendos obstáculos y cumplir muchas de Sus palabras lleva tiempo; así, la gente es refinada a causa de las palabras de Dios, lo que también forma parte del sufrimiento. Es tremendamente difícil para Dios llevar a cabo Su obra en la tierra del gran dragón rojo, pero es a través de esta dificultad que Dios realiza una etapa de Su obra, para manifestar Su sabiduría y acciones maravillosas, y usa esta oportunidad para hacer que este grupo de personas sean completadas. Dios lleva a cabo Su obra de purificación y conquista mediante el sufrimiento, el calibre y todo el carácter satánico de las personas en esta tierra inmunda, para, de esta manera obtener la gloria y así ganar a los que dan testimonio de Sus obras. Este es el significado completo de todos los sacrificios que Dios ha hecho por este grupo de personas. Es decir, Dios hace la obra de conquista a través de aquellos que se oponen a Él, y solo así se puede poner de manifiesto el gran poder de Dios. En otras palabras, sólo los que están en la tierra impura son dignos de heredar la gloria de Dios, y solo esto puede resaltar el gran poder de Dios. Es por eso que es de la tierra impura y de aquellos que viven en ella de donde se obtiene la gloria de Dios. Tal es Su voluntad. La etapa de la obra de Jesús era la misma; Él solamente podía obtener gloria entre aquellos fariseos que lo persiguieron. Si no hubiese sido por la persecución de los fariseos y por la traición de Judas, Jesús no habría sido ridiculizado ni calumniado, ni mucho menos crucificado, y por tanto no hubiese obtenido la gloria. Donde Dios obra en cada era, y donde Él realiza Su obra en la carne, allí es donde Él obtiene la gloria y donde gana a quienes Él tiene intención de ganar. Este es el plan de la obra de Dios, y esta es Su gestión.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?
Palabras diarias de Dios Fragmento 189
En el plan de Dios de varios miles de años, dos partes de obra se realizan en la carne. En primer lugar está la obra de la crucifixión, por la cual Él obtiene gloria; la otra es la obra de la conquista y la perfección en los últimos días, por la cual Él obtiene gloria. Esta es la gestión de Dios. Entonces, no consideréis un tema sencillo la obra de Dios ni la labor que os ha encomendado. Todos vosotros sois herederos del eterno y mucho más extraordinario peso de la gloria de Dios, y esto fue ordenado especialmente por Él. De las dos partes de Su gloria, una se manifiesta en vosotros; la totalidad de una de las partes de la gloria de Dios ha sido conferida a vosotros para que sea vuestra herencia. Esta es la exaltación de Dios y también el plan que Él predeterminó hace mucho tiempo. Dada la magnitud de la obra que Dios ha hecho en la tierra donde reside el gran dragón rojo, si esta obra se trasladara a otra parte, hace mucho tiempo que hubiese dado grandes frutos y que hubiese sido aceptada fácilmente por el hombre. Además, esta obra sería demasiado fácil de aceptar para los clérigos de Occidente que creen en Dios, porque la etapa de la obra de Jesús sirve como precedente. Por este motivo Dios no puede alcanzar esta etapa de la obra de ganar la gloria en otro lugar, cuando la obra es apoyada por la gente y reconocida por las naciones, la gloria de Dios no puede arraigarse. Esta es, precisamente, la extraordinaria importancia que esta etapa de la obra contiene en esta tierra. No hay ni una sola persona entre vosotros que esté protegida por la ley; por el contrario, sois sancionados por ella. Incluso más problemático es que la gente no os entienda. Ya sean vuestros familiares, vuestros padres, amigos o colegas, nadie os comprende. Cuando sois abandonados por Dios os es imposible seguir viviendo en la tierra pero, aun así, las personas no pueden soportar estar lejos de Dios, lo cual es el significado de Su conquista sobre las personas y es la gloria de Dios. Lo que habéis heredado en el presente supera lo dado a los apóstoles y profetas a lo largo de las eras, y es incluso más grande que lo dado a Moisés y Pedro. Las bendiciones no se pueden obtener en un día o dos; deben ser ganadas por medio de gran sacrificio. Lo cual quiere decir que debéis poseer un amor que ha sido sometido al refinamiento, debéis poseer una gran fe y debéis tener las muchas verdades que Dios requiere que alcancéis. Es más, debéis volveros hacia la justicia, sin sentirse intimidados ni evasivos, y debéis tener un amor por Dios que sea constante hasta la muerte. Debéis tener determinación, ha de haber cambios en vuestro carácter vital, vuestra corrupción debe ser sanada y debéis aceptar todas las orquestaciones de Dios sin quejaros, e incluso debéis ser obedientes hasta la muerte. Esto es lo que debéis alcanzar, este es el objetivo final de Dios y lo que Dios solicita a este grupo de personas. Ya que Él os da, Él sin duda va a pediros cosas a cambio y sin duda tendrá exigencias adecuadas. Por tanto, hay razón para toda la obra que Dios hace, lo que demuestra por qué, una y otra vez, Dios lleva a cabo una obra que establece altos estándares y requisitos exigentes. Es por esto que debéis estar llenos de fe en Dios. En resumen, toda la obra de Dios se hace por vuestro bien, para que podáis ser dignos de recibir Su herencia. Esto no es tanto por el bien de la propia gloria de Dios, sino por el bien de vuestra salvación y para el perfeccionamiento de este grupo de personas que han sufrido tan profundamente en la tierra impura. Deberíais comprender la voluntad de Dios. Y por eso exhorto a los muchos ignorantes que no tienen ni visión ni sentido: no pongáis a Dios a prueba y no os resistáis más. Dios ya ha soportado sufrimientos que el hombre jamás ha soportado, y hace mucho soportó por el hombre una humillación incluso mayor. ¿A qué más no podéis renunciar? ¿Qué podría ser más importante que la voluntad de Dios? ¿Qué podría estar por encima del amor de Dios? Ya es bastante difícil para Dios llevar a cabo Su obra en esta tierra impura. Si, además de esto, el hombre transgrede a sabiendas e intencionadamente, la obra de Dios tendrá que ser extendida. En resumen, esto no es conveniente ni beneficia a nadie. Dios no está limitado por el tiempo; Su obra y Su gloria están primero. Por tanto, no importa el tiempo que requiera, Él pagará cualquier precio por Su obra. Este es el carácter de Dios: Él no descansará hasta que se realice Su obra. Su obra solo terminará cuando obtenga la segunda parte de Su gloria. Si, en todo el universo, Dios no finaliza la segunda parte de Su obra de obtener gloria, Su día nunca llegará, Su mano nunca dejará a Sus elegidos, Su gloria nunca descenderá sobre Israel y Su plan nunca concluirá. Deberíais ser capaces de ver la voluntad de Dios y deberíais ver que la obra de Dios no es tan simple como la creación de los cielos y la tierra y de todas las cosas. Esto es porque la obra del presente es la transformación de los que han sido corrompidos, que están aletargados hasta un grado extremo; es para purificar a los que fueron creados pero procesados por Satanás. No es la creación de Adán o Eva, y menos todavía es la creación de la luz o la creación de toda planta y animal. Dios purifica las cosas que han sido corrompidas por Satanás y luego las vuelve a ganar. Se convierten en cosas que le pertenecen a Él y se convierten en Su gloria. Esto no es como el hombre imagina, no es tan sencillo como la creación de los cielos y la tierra y de todas las cosas en ellos, o la obra de maldecir a Satanás y enviarlo al abismo, más bien es la obra de transformar al hombre, de transformar lo que es negativo en positivo, hacer que las cosas negativas que no le pertenecen a Él en cosas positivas que sí le pertenecen. Esta es la verdad detrás de esta etapa de la obra de Dios. Debéis entender esto y evitar simplificar las cosas en exceso. La obra de Dios no es como ninguna obra ordinaria. Su maravilla y sabiduría están más allá de la mente del hombre. Dios no crea todas las cosas durante esta etapa de obra, pero tampoco las destruye. En cambio, Él transforma todas las cosas que creó y purifica todas las cosas que han sido contaminadas por Satanás. Y así Dios se embarca en una gran empresa, que constituye toda la importancia de la obra de Dios. ¿Ves que la obra de Dios es realmente tan simple en estas palabras?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?
Palabras diarias de Dios Fragmento 190
La obra de gestión de seis mil años de Dios está dividida en tres etapas: la Era de la Ley, la Era de la Gracia y la Era del Reino. Estas tres fases de la obra son todas por el bien de la salvación de la humanidad, es decir, son para la salvación de la humanidad que ha sido gravemente corrompida por Satanás. Sin embargo, al mismo tiempo, también son para que Dios pueda entablar batalla con Satanás. Por tanto, como la obra de salvación está dividida en tres fases, también lo está la batalla contra Satanás, y estos dos aspectos de la obra de Dios se llevan a cabo simultáneamente. La batalla con Satanás es, en realidad, para la salvación de la humanidad y, al no ser esta obra algo que se pueda realizar con éxito en una sola fase, esta batalla también se divide en fases y periodos; se libra la guerra contra Satanás de acuerdo con las necesidades del hombre y la extensión de la corrupción que Satanás ha ejercido en él. En la imaginación del hombre, quizás crea que en esta batalla Dios tomará las armas contra Satanás, del mismo modo en que lo hacen dos ejércitos que combaten entre sí. Esto es meramente lo que el intelecto del hombre es capaz de imaginar; es una idea supremamente imprecisa y poco realista; sin embargo, es lo que el ser humano cree. Y como afirmo aquí que el medio de la salvación del hombre es a través de la batalla con Satanás, la persona imagina que así es como se desarrolla la batalla. La obra de salvación del hombre consta de tres etapas; es decir, que la batalla con Satanás se ha dividido en tres etapas para derrotarlo de una vez y para siempre. Sin embargo, la verdad interna de la totalidad de la obra de la batalla contra Satanás es que sus efectos se logran a través de varios pasos de la obra: concediéndole gracia al hombre y convirtiéndose en la ofrenda por su pecado, perdonándolos, conquistándole y haciéndole perfecto. En realidad, la batalla con Satanás no significa tomar las armas contra él, sino la salvación del hombre, la obra de su vida y el cambio de su carácter para poder dar testimonio de Dios. Así es como se derrota a Satanás, mediante la transformación del carácter corrupto del hombre. Una vez vencido, es decir, cuando el hombre haya sido completamente salvado, entonces el humillado Satanás será atado por completo y, de ese modo, el hombre habrá sido totalmente salvado. Así, la esencia de la salvación del hombre es la guerra con Satanás, y esta guerra se refleja principalmente en dicha salvación. La etapa de los últimos días, en la que el hombre va a ser conquistado, es la última etapa de la batalla con Satanás, y también es la obra de la completa salvación del hombre del campo de acción de Satanás. El significado interior de la conquista del hombre es el regreso de la personificación de Satanás —el hombre que ha sido corrompido por él— al Creador luego de ser conquistado, por medio de lo cual renegará de Satanás y volverá por completo a Dios. De este modo, el ser humano habrá sido completamente salvado. Así, la obra de conquista es la última en la batalla contra Satanás y la fase final de la gestión de Dios por el bien de la derrota de Satanás. Sin esta obra, la plena salvación del hombre sería imposible en última instancia, también sería imposible la derrota total de Satanás y la humanidad no sería nunca capaz de entrar en el maravilloso destino, o liberarse de la influencia de Satanás. Por consiguiente, la obra de salvación del hombre no puede concluir antes de que la batalla mencionada haya acabado, porque el núcleo central de la obra de gestión de Dios es por el bien de la salvación de la humanidad. La humanidad primitiva estaba en las manos de Dios, pero a causa de la tentación y la corrupción de Satanás, el hombre fue atado por Satanás y cayó en las manos del maligno. Satanás se convirtió, pues, en el objeto que debía ser derrotado en la obra de gestión de Dios. Al haber tomado posesión del hombre, y al ser este el capital que Dios utiliza para llevar a cabo toda gestión, si el hombre debe salvarse tendrá que ser arrebatado de las manos de Satanás; esto significa que el hombre debe ser tomado de vuelta tras haber sido retenido cautivo por Satanás. Así, Satanás debe ser derrotado mediante cambios en el antiguo carácter del hombre, cambios que restauran su sentido original de razón. De este modo, el hombre, que ha sido tomado cautivo, puede ser recuperado de las manos de Satanás. Si el hombre es liberado de la influencia y la esclavitud de Satanás, entonces este será avergonzado y el ser humano será rescatado en última instancia y Satanás derrotado. Al quedar el hombre libre de la oscura influencia de Satanás, se convertirá en los despojos de toda esta batalla y Satanás será objeto de castigo una vez acabada la batalla; después de esto, toda la obra de la salvación de la humanidad habrá concluido.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso
Palabras diarias de Dios Fragmento 191
Dios se ha encarnado en China continental, o, en palabras de los compatriotas de Hong Kong y Taiwán, en el “interior”. Cuando Dios descendió del cielo a la tierra, nadie ni en el cielo ni en la tierra fue consciente de esto, pues este es el verdadero significado de que Dios regrese de un modo oculto. Él ha estado obrando y viviendo en la carne durante mucho tiempo; sin embargo, nadie ha sido consciente de ello. Incluso hasta el día de hoy, nadie lo reconoce. Tal vez esto seguirá siendo un enigma eterno. Esta vez, la venida de Dios en la carne es algo de lo que ningún ser humano puede ser consciente. Independientemente de qué tan grande y poderoso sea el impacto de la obra del Espíritu, Dios siempre permanece impasible, sin revelarse jamás. Se puede decir que es como si esta etapa de Su obra estuviera ocurriendo en el ámbito celestial. Aunque sea algo evidente para todos los que tengan ojos para ver, nadie lo reconoce. Cuando Dios concluya esta etapa de Su obra, la humanidad entera romperá con su actitud habitual[1] y despertará de su largo sueño. Recuerdo que Dios dijo en una ocasión: “Venir en la carne esta vez es como caer en la guarida del tigre”. Lo que esto significa es que, como en esta ronda de la obra de Dios Él viene en la carne y, además, nace en la morada del gran dragón rojo, aún más que antes, se enfrenta a un peligro extremo al venir a la tierra en esta época. Se enfrenta con cuchillos, pistolas, porras y garrotes; se enfrenta a la tentación; se enfrenta a multitudes que tienen rostros con intenciones asesinas. Se arriesga a que lo maten en cualquier momento. Dios vino y trajo ira consigo. Sin embargo, vino para llevar a cabo la obra de perfección; es decir, vino con el fin de llevar a cabo la segunda parte de Su obra, que continúa después de la obra de redención. Por el bien de esta etapa de Su obra, Dios ha dedicado todos sus pensamientos y cuidados, y está usando todos los medios imaginables para evitar los ataques de la tentación, ocultándose con humildad y sin alardear jamás de Su identidad. Al rescatar al hombre de la cruz, Jesús solo estaba cumpliendo la obra de redención; no estaba realizando la obra de perfección. Así, solo se estaba llevando a cabo la mitad de la obra de Dios, y acabar la obra redentora solo fue la mitad de la totalidad de Su plan. Cuando la nueva era estaba a punto de empezar y la antigua comenzaba a desvanecerse, Dios Padre empezó a reflexionar sobre la segunda parte de Su obra y a hacer preparativos para ella. Esta encarnación en los últimos días no fue claramente profetizada en el pasado y, por tanto, sentó las bases para el creciente secretismo que rodeó esta vez la venida de Dios en la carne. Al amanecer, sin que las multitudes lo supieran, Dios vino a la tierra e inició Su vida en la carne. Las personas no fueron conscientes de la llegada de este momento. Quizás todas estaban dormidas; tal vez muchos de los que estaban despiertos y vigilantes esperaban, y es posible que muchos estuvieran orando en silencio a Dios en el cielo. Sin embargo, entre todas estas personas, ni una sola supo que Dios ya había llegado a la tierra. Dios obró así para llevar a cabo Su obra sin contratiempos y para lograr mejores resultados, y, también, para prevenir todavía más tentaciones. Cuando se rompa el sueño primaveral del hombre, la obra de Dios llevará ya mucho tiempo acabada y Él se marchará, poniendo fin a Su vida de vagar por la tierra y residir en ella. Ya que la obra de Dios requiere que Él actúe y hable en Su propia persona, y porque el hombre no tiene forma de intervenir, Dios ha soportado un sufrimiento extremo para venir a la tierra a hacer Él mismo la obra. El ser humano es incapaz de sustituir a Dios en Su obra. Por esta razón, Dios enfrentó peligros varios miles de veces mayores que los de la Era de la Gracia, para bajar a la tierra donde mora el gran dragón rojo con el fin de llevar a cabo Su propia obra, poniendo todo Su pensamiento y cuidado, para redimir a este grupo de gente empobrecida, este grupo de personas envueltas en una montaña de estiércol. Aunque nadie sabe de la existencia de Dios, a Él no le preocupa, porque esto beneficia enormemente Su obra. Ya que todos son crueles y malvados en extremo, ¿cómo habrían de tolerar Su existencia? Esa es la razón por la que, habiendo venido a la tierra, Dios mantiene Su silencio. No importa que el hombre se haya hundido en los peores excesos de la crueldad, Dios no se lo toma a pecho, sino que solo sigue haciendo la obra que necesita llevar a cabo para cumplir la más importante comisión que el Padre celestial le ha confiado. ¿Quién de entre vosotros ha reconocido la hermosura de Dios? ¿Quién muestra más consideración por la carga de Dios Padre que Su Hijo? ¿Quién es capaz de entender la voluntad de Dios Padre? En el cielo, el Espíritu de Dios Padre está a menudo atribulado, y Su Hijo en la tierra ora constantemente a favor de la voluntad de Dios Padre, con una preocupación que hace pedazos Su corazón. ¿Hay alguien que sepa del amor de Dios Padre por Su Hijo? ¿Hay alguien que conozca el corazón con el que el amado Hijo extraña a Dios Padre? Sin poder decidir entre el cielo y la tierra, ambos están constantemente mirando fijamente al otro desde lejos, siguiéndose mutuamente en Espíritu. ¡Oh humanidad! ¿Cuándo tendréis en consideración el corazón de Dios? ¿Cuándo comprenderéis Su intención? El Padre y el Hijo siempre han dependido uno del otro. ¿Por qué, entonces, deberían separarse, estando uno arriba, en el cielo, y, el otro, abajo, en la tierra? El Padre ama a Su hijo y el Hijo ama a Su Padre. Entonces, ¿por qué el Padre debe esperar al Hijo con tan profundo y doloroso anhelo? Tal vez no han estado separados durante mucho tiempo, pero ¿quién sabe cuántos días y noches ha estado el Padre anhelando con un doloroso anhelo, y durante cuánto tiempo ha estado añorando el rápido regreso de Su amado Hijo? Él observa, se sienta en silencio y espera; no hay nada de lo que haga que no sea para el rápido regreso de Su amado Hijo. El Hijo que ha vagado hasta los confines de la tierra: ¿cuándo se reunirán? Aunque, una vez juntos, lo estarán por toda la eternidad, ¿cómo puede Él soportar los miles de días y noches de separación, uno arriba, en el cielo, y, el otro, abajo en la tierra? Las décadas en la tierra parecen miles de años en el cielo. ¿Cómo podría Dios Padre no estar preocupado? Cuando Dios viene a la tierra, experimenta las incontables vicisitudes del mundo humano, tal y como lo hace el hombre. Dios es inocente; así pues, ¿por qué habría de ser obligado a soportar el mismo sufrimiento que el hombre? No es de sorprender que Dios Padre anhele con tanta urgencia a Su Hijo; ¿quién puede entender el corazón de Dios? Él le da demasiado al hombre; ¿cómo puede el hombre corresponderle suficientemente al corazón de Dios? Con todo, el ser humano le da muy poco a Dios. ¿Cómo podría no preocuparse Dios en vista de todo esto?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (4)
Nota al pie:
1. “Romperá con su actitud habitual” se refiere a cómo cambian las nociones y puntos de vista sobre Dios una vez que las personas han llegado a conocerlo.
Palabras diarias de Dios Fragmento 192
Prácticamente nadie entre los hombres entiende la urgencia que existe en el ánimo de Dios, porque el calibre de los seres humanos es demasiado bajo y su espíritu es bastante torpe, y, así, ninguno presta atención ni piensa en lo que Dios está haciendo. Por esta razón, Dios está constantemente inquieto por el hombre, como si la naturaleza bestial de este pudiera estallar en cualquier momento. A partir de esto se puede ver con mayor claridad que la venida de Dios a la tierra está acompañada por tentaciones extremadamente grandes. Pero en aras de completar a un grupo de personas, Dios, colmado de gloria, puso al hombre al tanto de todas Sus intenciones, sin esconderle nada. Él ha decidido firmemente completar este grupo de personas y, así, sea cual sea la dificultad o la tentación, Él mira hacia otro lado y lo pasa todo por alto. Él se limita a hacer Su propia obra en silencio, y cree firmemente que, un día, cuando Dios tenga la gloria, el hombre le conocerá, y, que, cuando el hombre haya sido completado por Dios, entenderá por completo Su corazón. Ahora mismo puede haber personas que estén tentando a Dios, malinterpretándolo o culpándolo; Él no se toma nada de esto en serio. Cuando Él descienda a la gloria, todas las personas entenderán que todo lo que Dios hace tiene como objetivo la felicidad de la humanidad, y comprenderán que todo lo que Dios hace es para que la humanidad pueda sobrevivir mejor. Dios viene, y trae la tentación, y también viene y trae majestad e ira. Para cuando Dios deje al hombre, Él ya tendrá la gloria, y se marcha colmado de gloria y con el gozo del regreso. El Dios que obra en la tierra no se toma las cosas a pecho, por mucho que las personas lo rechacen. Él simplemente sigue llevando a cabo Su obra. La creación que hizo Dios del mundo se remonta a miles de años. Él ha venido a la tierra a realizar una cantidad inconmensurable de obra y ha experimentado plenamente el rechazo y la difamación por parte del mundo humano. Nadie celebra la llegada de Dios; lo reciben con frialdad. A lo largo de estos varios miles de años de dificultades, la conducta del hombre ha lastimado a Dios muy profundamente. Él ya no presta atención a la rebeldía de las personas, sino que elaboró otro plan para transformar y purificar al hombre. La burla, la calumnia, la persecución, la tribulación, el sufrimiento de la crucifixión, la exclusión por parte del hombre, etcétera, que Dios ha enfrentado desde que vino en la carne: Él ha probado lo suficiente de todo esto, y, en lo que se refiere a las dificultades del mundo humano, Dios, que ha venido en la carne, ha sufrido todo esto al máximo. Desde hace mucho, el Espíritu de Dios Padre en el cielo ha sentido que esto que ve es insoportable y, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, espera que Su amado Hijo regrese. Lo único que Él desea es que la humanidad escuche y obedezca, y, habiendo sentido la más grande vergüenza delante de Su carne, sea capaz de dejar de rebelarse contra Él. Lo único que desea es que la humanidad sea capaz de creer que Dios existe. Hace tiempo que dejó de plantearle grandes exigencias al hombre, porque Él ha pagado un precio demasiado alto, pero el hombre descansa tranquilo[1] y para nada se toma Su obra en serio.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (4)
Nota al pie:
1. “Descansa tranquilo” significa que las personas son indiferentes a la obra de Dios y no la consideran importante.
Palabras diarias de Dios Fragmento 193
Cuando Dios retornó al tercer cielo en la Era de la Gracia, Su obra de redimir a toda la humanidad ya había pasado a su parte final. Lo único que quedó en la tierra fue la cruz que Jesús cargaba a Su espalda, el lino fino con el que lo envolvieron, la corona de espinas y la túnica escarlata que Él vistió (los objetos con los que los judíos se burlaron de Él). Es decir, después de que la obra de la crucifixión de Jesús provocara un gran revuelo, las cosas se volvieron a calmar. Desde entonces, los discípulos de Jesús continuaron Su obra, con el pastoreo y el riego de las iglesias en todas partes. El contenido de su obra era el siguiente: le pidieron a todas las personas que se arrepintieran, confesaran sus pecados, y se bautizaran; y todos los apóstoles salieron a difundir la historia íntima, la versión sin adornos, de la crucifixión de Jesús, y así nadie podía evitar sino postrarse ante Jesús para confesar sus pecados; y además, los apóstoles fueron a todas partes a transmitir las palabras de Jesús. A partir de entonces comenzó la edificación de las iglesias en la Era de la Gracia. Lo que hizo Jesús durante esa era fue también con el fin de hablar de la vida del hombre y la voluntad del Padre celestial, aunque al tratarse de una era diferente muchos de esos dichos y prácticas diferían en gran manera de los de hoy. Sin embargo, su esencia es la misma. Son, precisa y exactamente, la obra del Espíritu de Dios en la carne. Esa clase de obra y declaraciones han continuado hasta hoy, y esta clase de cosas se siguen compartiendo entre las instituciones religiosas actuales, y no han cambiado en absoluto. Cuando concluyó la obra de Jesús y las iglesias ya habían entrado en la senda correcta de Jesucristo, Dios inició sin embargo Su plan para otra etapa de Su obra, que era el asunto de Su venida en la carne en los últimos días. Tal y como lo ve el hombre, la crucifixión de Dios ya había concluido la obra de Su encarnación, redimió a toda la humanidad y esto le permitió tomar posesión de las llaves del Hades. Todos piensan que Su obra se ha cumplido por completo. De hecho, desde la perspectiva de Dios, solo se había realizado una pequeña parte de Su obra. Lo único que había hecho era redimir a la humanidad; no la había conquistado, y menos aún había cambiado el rostro satánico del hombre. Por esta razón, Dios afirma: “Aunque Mi encarnación pasó por el dolor de la muerte, esa no fue la meta total de Mi encarnación. Jesús es Mi amado Hijo y fue clavado en la cruz por Mí, pero no concluyó exhaustivamente Mi obra. Solo llevó a cabo una porción de ella”. Así, Dios inició la segunda ronda de planes para continuar con la obra de la encarnación. La intención última de Dios consistía en perfeccionar y ganarse a todas las personas rescatadas de las garras de Satanás, que es la razón por la cual Dios se preparó, una vez más, para hacer frente a los peligros de venir en la carne. Lo que se quiere decir con “encarnación” se refiere al Único que no acarrea gloria (porque la obra de Dios aún no ha terminado), pero aparece en la identidad del Hijo amado y Él es Cristo, en quien Dios se complace. Esa es la razón por la que se dice “haciendo frente al peligro”. La encarnación tiene un poder diminuto, y debe actuar con gran cautela[1], y Su poder está muy lejos de la autoridad del Padre en el cielo; Él solo cumple el ministerio de la carne y lleva a cabo la obra y la comisión de Dios Padre sin involucrarse en otra obra y solo cumple una parte de ella. Por esta razón Dios fue llamado “el Cristo” en cuanto vino a la tierra; este es el significado integrado del nombre. La razón por la que se dice que la venida está acompañada de tentaciones es que solo se está completando un pedazo de la obra. Además, la razón por la que Dios Padre solo lo llama “Cristo” e “Hijo amado”, pero no le ha dado toda la gloria, es precisamente porque la encarnación viene a realizar un pedazo de la obra, no a representar al Padre en el cielo, sino más bien a cumplir el ministerio del Hijo amado. Cuando este complete toda la comisión que ha aceptado sobre Sus hombros, el Padre le dará entonces gloria plena junto con la identidad de Padre. Se puede decir que este es el “código celestial”. Como aquel que ha venido en la carne y el Padre en el cielo están en dos reinos diferentes, solo se miran el uno al otro en Espíritu, el Padre velando por el Hijo amado, pero este siendo incapaz de ver al Padre desde lejos. Como las funciones de las que es capaz la carne son minúsculas y puede ser potencialmente asesinado en cualquier momento, se puede decir que su venida está llena del mayor peligro. Este es el equivalente a la renuncia por parte de Dios de Su amado Hijo al dejarlo en las fauces del tigre, donde Su vida está en peligro, colocándolo en un lugar en el que Satanás está más concentrado. Incluso en esas serias circunstancias, Dios siguió entregando a Su Hijo amado al pueblo de un lugar lleno de inmundicia y libertinaje para que ellos lo “criaran hasta la edad adulta”. Esto se debe a que hacer esto es la única manera de que la obra de Dios parezca adecuada y natural, el único modo en que se cumplen todos los deseos de Dios Padre y de completar la última parte de Su obra entre la humanidad. Jesús sólo llevó a cabo una etapa de la obra de Dios Padre. Debido a la barrera impuesta por la encarnación y a las diferencias en la obra a completar, Jesús mismo no sabía que habría un segundo retorno a la carne. Así pues, ningún expositor o profeta de la Biblia se atrevió a profetizar claramente que Dios se encarnaría nuevamente en los últimos días; esto es, que vendría de nuevo en la carne para llevar a cabo la segunda parte de Su obra en ella. Por tanto, nadie se dio cuenta de que Dios ya se había escondido desde hacía mucho tiempo en la carne. No es de sorprender que solo después de que Jesús resucitó y ascendió al cielo aceptó esta comisión; así pues, no existe una profecía clara acerca de la segunda encarnación de Dios y es imponderable para la mente humana. En los muchos libros de profecía que tiene la Biblia, no hay palabras que mencionen esto claramente, pero cuando Jesús vino a obrar, ya había habido una profecía clara que decía que una virgen estaría encinta y daría a luz a un hijo, lo cual significaba que Él fue concebido por medio del Espíritu Santo. Incluso así, Dios siguió diciendo que esto ocurrió con riesgo de muerte, así que cuánto más sería ese riesgo en la actualidad. No es de extrañar que Dios diga que esta encarnación conlleva el riesgo de peligros miles de veces mayores que los de la Era de la Gracia. En muchos lugares, Dios ha profetizado que Él va a ganar a un grupo de vencedores en la tierra de Sinim. Como es en la parte oriental del mundo que se han de ganar a los vencedores, entonces el lugar donde Dios pone Sus pies en Su segunda encarnación es, sin lugar a duda, la tierra de Sinim, el lugar exacto donde descansa enrollado el gran dragón rojo. Allí ganará Dios a los descendientes del gran dragón rojo para que quede totalmente derrotado y avergonzado. Dios va a despertar a estas personas tan cargadas de sufrimiento, las activará por completo hasta que estén completamente despiertas, y para que salgan de la niebla y rechacen al gran dragón rojo. Despertarán de su sueño, reconocerán la sustancia del gran dragón rojo, se volverán capaces de entregar su corazón por entero a Dios, se levantarán de la opresión de las fuerzas de la oscuridad, se pondrán de pie en el Oriente del mundo y se convertirán en la prueba de la victoria de Dios. Solo de esta manera ganará Dios la gloria. Precisamente por esta razón trajo Dios la obra, que llegó a su fin en Israel, a la tierra donde el gran dragón rojo descansa enrollado y, casi dos mil años después de partir, ha venido de nuevo en la carne para seguir con la obra de la Era de la Gracia. A simple vista del hombre, Dios está inaugurando una nueva obra en la carne. Pero, desde el punto de vista de Dios, está prosiguiendo con la obra de la Era de la Gracia, pero solo tras un interregno de unos cuantos miles de años y con el cambio de la ubicación y el programa de Su obra. Aunque el aspecto del cuerpo de la carne que Dios ha adoptado en la obra de hoy parece ser totalmente diferente de Jesús, derivan de la misma esencia y raíz, y proceden de la misma fuente. Es posible que tengan muchas diferencias externas, pero las verdades internas de Su obra son completamente idénticas. Después de todo, las eras son tan distintas como la noche y el día. Entonces, ¿cómo puede la obra de Dios seguir un patrón inalterable? ¿O cómo pueden las diferentes etapas de Su obra obstaculizarse la una a la otra?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (6)
Nota al pie:
1. “Tiene un poder diminuto, y debe actuar con gran cautela” indica que las dificultades de la carne son demasiadas, y la obra completada muy limitada.
Palabras diarias de Dios Fragmento 194
Al hombre le ha llevado hasta hoy entender que no solo carece de la provisión de vida espiritual y de la experiencia de conocer a Dios, sino, lo que es de mayor importancia vital, de los cambios en su carácter. Debido a que el hombre desconoce por completo la historia y la antigua cultura de su propia raza, el resultado es que el hombre no sabe nada acerca de la obra de Dios. Todos los hombres esperan poder estar apegados a Dios en lo profundo del corazón, pero como la carne del hombre es desmesuradamente corrupta, tanto insensible como torpe, esto ha hecho que no sepa nada en absoluto sobre Dios. Al venir en medio de los hombres hoy, el propósito de Dios no es otro que transformar sus pensamientos y espíritus, así como la imagen de Dios que han tenido en su corazón durante millones de años. Él aprovechará esta oportunidad para perfeccionar al hombre. Es decir, por medio del conocimiento humano, Él cambiará la forma en que la gente llega a conocerlo y su actitud hacia Él, permitiendo al hombre que tenga un nuevo comienzo triunfante al llegar a conocer a Dios y así se logre renovar y transformar el espíritu humano. El trato y la disciplina son los medios, mientras que conquistar y renovar son los objetivos. Disipar los pensamientos supersticiosos que el hombre ha mantenido sobre el Dios impreciso siempre ha sido la intención de Dios, y, últimamente, esto se ha convertido también en el propósito de urgencia para Él. Ojalá que todas las personas adopten una visión a largo plazo al considerar esta situación. Cambiad la forma en que cada persona experimenta para que esta urgente intención de Dios pueda materializarse pronto, y para que la última etapa de la obra de Dios en la tierra pueda acabarse perfectamente. Ofreced a Dios la lealtad que os corresponde darle y por última vez consolad Su corazón. Entre los hermanos y las hermanas, espero que ninguno esquive esta responsabilidad, o meramente finja dejarse llevar por la inercia. Dios viene en carne esta vez como respuesta a una invitación y como respuesta punzante a la condición del hombre. Es decir, Él viene a suplirle al hombre lo que necesita. Cualquiera que sea su calibre o su crianza, en resumen, Él le permitirá ver la palabra de Dios y, a partir de esta, ver Su existencia y Su manifestación, y aceptar que Dios le perfeccione cambiando los pensamientos y las nociones del hombre, de manera que el rostro original de Dios esté firmemente arraigado en las profundidades del corazón del ser humano. Este es el único deseo de Dios en la tierra. Independientemente de lo grande que sea la naturaleza innata del hombre o de lo pobre que sea su sustancia, o de cuál fuera realmente el comportamiento del hombre en el pasado, Dios no les presta atención a estas cosas. Solo espera que el ser humano renueve por completo la imagen que tiene de Él en el interior de su corazón, y que llegue a conocer la sustancia de la humanidad, y así alcance la transformación de la perspectiva ideológica del hombre y este sea capaz de anhelarlo desde la profundidad y despierte apego eterno hacia Él. Esta es la única exigencia que Dios le hace al hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (7)
Palabras diarias de Dios Fragmento 195
He dicho tantas veces que la obra de Dios de los últimos días se ha hecho para alterar el espíritu de cada persona y cambiar su alma, de manera que su corazón, que ha sufrido un gran trauma, sea reformado, y rescatar así su alma tan profundamente dañada por el mal; esto es para despertar el espíritu de las personas, para descongelar su frío corazón y permitirles ser rejuvenecidos. Esta es la mayor voluntad de Dios. Dejad a un lado la conversación respecto a lo noble y lo profundo de la vida y las experiencias del hombre; cuando el corazón de las personas haya sido despertado, cuando hayan sido despertados de sus sueños, y conozcan por completo el daño forjado por el gran dragón rojo, la obra del ministerio de Dios habrá concluido. El día en que Su obra acabe es también el día en que el hombre empieza oficialmente a recorrer la senda correcta de la creencia en Dios. En ese momento, el ministerio de Dios habrá llegado a su fin: la obra del Dios encarnado habrá acabado por completo; el hombre empezará a desempeñar, oficialmente, el deber que debería realizar: llevará a cabo su ministerio. Estos son los pasos de la obra de Dios. Debéis, pues, buscar a tientas vuestra senda para entrar basándoos en el fundamento de conocer estas cosas. Todo esto es lo que debéis comprender. La entrada del hombre solo mejorará cuando se hayan producido cambios en lo profundo de su corazón, porque la obra de Dios es la salvación completa del hombre —ese que ha sido redimido, que sigue viviendo bajo las fuerzas de oscuridad, y que nunca se ha despertado— de este lugar de reunión de los demonios. Esto es para que el hombre pueda ser liberado del pecado a lo largo de los siglos, sea amado por Dios, abata por completo al gran dragón rojo, establezca el reino de Dios y traiga un pronto reposo a Su corazón; es para desahogar, sin reservas, el odio que hincha vuestro pecho; para erradicar esos gérmenes mohosos, para permitiros que dejéis esta vida que no es distinta a la de un buey o un caballo; que no seáis más esclavos, que el gran dragón rojo deje de pisotearos y de daros órdenes de manera arbitraria; ya no perteneceréis a esta nación fracasada ni al abyecto gran dragón rojo; ya no os esclavizará más. Con seguridad, Dios hará pedazos el nido de los demonios, y estaréis al lado de Dios; le pertenecéis a Él y no a este imperio de esclavos. Hace mucho que Dios aborrece a esta oscura sociedad con todas Sus fuerzas. Rechina los dientes, ansioso por plantar Sus pies sobre esta perversa y odiosa serpiente antigua, para que nunca más se levante y no vuelva a maltratar más al hombre. No disculpará sus actos del pasado, no tolerará que engañe al hombre, y ajustará cuentas por cada uno de sus pecados a lo largo de los siglos. Dios no dejará en lo más mínimo que este cabecilla de todo mal[1] se salga de rositas; lo destruirá por completo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (8)
Nota al pie:
1. “Cabecilla de todo mal” se refiere al viejo diablo. Esta frase expresa una extremada aversión.
Palabras diarias de Dios Fragmento 196
Muchas son las noches insomnes que Dios ha soportado por el bien de la obra de la humanidad. Desde lo más alto hasta las más bajas profundidades, Él ha descendido al infierno viviente en el que el hombre mora para pasar Sus días con él, nunca se ha quejado de la mezquindad que hay entre los hombres, nunca le ha reprochado a este su desobediencia, sino que ha soportado la mayor humillación mientras lleva personalmente a cabo Su obra. ¿Cómo podría Dios pertenecer al infierno? ¿Cómo podría pasar Su vida allí? Sin embargo, por el bien de toda la humanidad, y para que toda ella pueda hallar descanso pronto, Él ha soportado la humillación, y sufrido la injusticia para venir a la tierra, y entró personalmente en el “infierno” y el “Hades”, en el foso del tigre, para salvar al hombre. ¿De qué forma está el hombre cualificado para oponerse a Dios? ¿Qué razón tiene para quejarse de Dios? ¿Cómo puede tener el descaro de mirar a Dios? El Dios del cielo ha venido a esta, la más sucia de las tierras de vicio, y nunca ha desahogado Sus agravios ni se ha quejado del hombre, sino que acepta en silencio los estragos[1] y la opresión del hombre. Nunca ha devuelto el golpe ante las exigencias poco razonables del hombre, nunca le ha hecho requerimientos excesivos ni irrazonables. Simplemente realiza toda la obra que requiere el hombre sin queja alguna: enseñar, iluminar, reprochar, el refinamiento de las palabras, recordar, exhortar, consolar, juzgar y revelar. ¿Cuál de Sus pasos no ha sido para la vida del hombre? Aunque ha eliminado las perspectivas y la suerte del hombre, ¿cuál de los pasos que Dios ha llevado a cabo no ha sido para su destino? ¿Cuál de ellos no ha sido por el bien de la supervivencia humana? ¿Cuál de ellos no ha sido para liberarlo de este sufrimiento y de la opresión de las fuerzas oscuras tan negras como la noche? ¿Cuál de ellos no es por el bien del hombre? ¿Quién puede entender el corazón de Dios, que es como el de una madre amorosa? ¿Quién puede entender el ansioso corazón de Dios? El apasionado corazón de Dios y Sus ardientes expectativas han recibido a cambio fríos corazones, miradas insensibles e indiferentes y con las reprimendas y los insultos repetidos del hombre; han sido correspondidos con cortantes observaciones, sarcasmo y menosprecio, con el ridículo del hombre, con su pisoteo y su rechazo, con su malentendido, sus gemidos, su distanciamiento y su evitación; con nada más que engaños, ataques y amargura. Las palabras cálidas han sido enfrentadas con un ceño feroz y el frío desafío de mil dedos recriminatorios. Dios no puede sino soportar, con la cabeza inclinada, servir a las personas como un buey dispuesto[2]. Muchos soles y lunas, muchas veces ha mirado a las estrellas, muchas veces se ha marchado al alba y regresado al anochecer, y dando vueltas en la cama, ha soportado agonía mil veces mayores que el dolor de Su partida del lado de Su Padre, sufrido los ataques, la ruptura, la trata y la poda del hombre. La humildad y el ocultamiento de Dios se han visto correspondidos por el prejuicio[3] del hombre, con los criterios y el trato injustos del hombre y la manera silenciosa en que Dios trabaja en secreto, Su paciencia y Su tolerancia han recibido a cambio la avariciosa mirada del hombre; este intenta golpear a Dios hasta la muerte, sin remordimiento, y pisotearlo en el suelo. La actitud del hombre en su trato hacia Dios es de “rara inteligencia”, y Dios, a quien el hombre intimida y desdeña, está aplastado bajo los pies de decenas de millares de personas, mientras que el hombre mismo se levanta hasta lo más alto, como si quisiera ser el rey del castillo, tomar el poder absoluto[4], recibir audiencia detrás de una pantalla, para dejar a Dios como el aplicado y cumplidor director entre bastidores, al que no se le permite defenderse ni causar problema. Dios interpreta el papel del “Último Emperador”, tiene que ser una marioneta[5], desprovista de toda libertad. Los hechos del hombre son indecibles, ¿cómo, pues, está cualificado para exigirle a Dios tales o cuales cosas? ¿De qué manera está cualificado para proponerle sugerencias a Dios? ¿Cómo está cualificado para exigir que Dios se compadezca de sus debilidades? ¿De qué forma es apto para recibir la misericordia de Dios, Su magnanimidad y Su perdón, una y otra vez? ¿Dónde está su conciencia? Hace mucho que le rompió el corazón a Dios, que se lo dejó hecho pedazos. Dios vino en medio de los hombres, rebosante de alegría y entusiasmo, y esperaba que el hombre fuera caritativo con Él, aunque solo fuera con un poco de calidez. A pesar de ello, el corazón de Dios tarda en ser consolado por el hombre; lo único que ha recibido es un bombardeo[6] de ataques y tormento. El corazón del hombre es demasiado codicioso, su deseo demasiado grande; nunca puede ser saciado, siempre es tramposo e imprudente; nunca le permite a Dios libertad alguna ni derecho a la palabra, ni le deja a Dios más opción que someterse a la humillación, y permitir que el hombre lo manipule como quiera.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (9)
Notas al pie:
1. “Estragos” se usa para exponer la desobediencia de la humanidad.
2. “Han sido enfrentadas con un ceño feroz y el frío desafío de mil dedos recriminatorios […] con la cabeza inclinada, servir a las personas como un buey dispuesto” era, originalmente, una sola frase, pero aquí se divide en dos con el fin de dejar las cosas más claras. La primera parte de la frase se refiere a las acciones del hombre, mientras que la segunda indica el sufrimiento experimentado por Dios, y que Él es humilde y está escondido.
3. “Prejuicio” se refiere a la conducta desobediente de las personas.
4. “Tomar el poder absoluto” alude a la conducta desobediente de las personas. Se exaltan a sí mismas, engrilletan a otras, hacen que las sigan y sufran por ellas. Son fuerzas hostiles a Dios.
5. “Marioneta” se usa para ridiculizar a aquellos que no conocen a Dios.
6. “Un bombardeo” se usa para subrayar la baja conducta de las personas.
Palabras diarias de Dios Fragmento 197
La encarnación de Dios ha conmocionado a todas las religiones y esferas, ha “sumido en el caos” el orden original de los círculos religiosos y ha sacudido el corazón de todos los que anhelan la aparición de Dios. ¿Quién no está adorando? ¿Quién no ansía ver a Dios? Él ha estado personalmente en medio de los hombres durante muchos años, aunque este nunca se haya dado cuenta de ello. Hoy, Dios mismo se ha aparecido y ha demostrado Su identidad a las masas. ¿Cómo podría tal cosa no traer deleite al corazón del hombre? Dios compartió una vez los gozos y las tristezas con el hombre, y hoy se ha reunido con la humanidad, compartiendo historias de los tiempos pasados con él. Después de que Él saliera de Judea, las personas no pudieron hallar rastro de Él. Anhelan, una vez más, encontrarse con Dios; poco saben que hoy ya lo han hecho, y que se han reunido con Él. ¿Cómo no agitaría esto los recuerdos del ayer? Hace dos mil años hoy, Simón Barjona, descendiente de los judíos, contempló a Jesús el Salvador, comió en la misma mesa que Él, y después de seguirlo durante muchos años, sintió profundo afecto hacia Él: lo amó desde el fondo de su corazón; amó al Señor Jesús profundamente. El pueblo de Judea no supo nada de cómo este bebé de cabello dorado, nacido en un frío pesebre, fue la primera imagen de la encarnación de Dios. Todos pensaron que era igual a ellos; nadie pensó que fuera diferente; ¿cómo podían las personas reconocer a este Jesús común y corriente? El pueblo de Judea lo veía como un hijo judío de esa época. Nadie lo consideró como un Dios amoroso ni hicieron nada, sino exigirle ciegamente, pedirle que les concediera ricas y abundantes gracias, paz y gozo. Lo único que sabían era que, como un millonario, Él poseía todo lo que uno podía desear jamás. Con todo, las personas nunca lo trataron como alguien a quien amaran; las personas de aquel tiempo no lo amaron, solo protestaban contra Él y le hicieron exigencias irracionales. Él nunca se resistió, sino que, constantemente, dio gracias al hombre, aunque este no lo conociera. No hizo nada, sino darle al ser humano, en silencio, calidez, amor y misericordia, e incluso más, le dio un nuevo medio de práctica, y sacó al hombre de los lazos de la ley. El hombre no lo amaba; solo lo envidiaba, y reconocía Sus talentos excepcionales. ¿Cómo podía la ciega humanidad saber lo grande que era la humillación sufrida por el amoroso Jesús, el Salvador, cuando vino en medio de la humanidad? Nadie consideró Su sufrimiento, nadie conoció Su amor por Dios Padre, y nadie pudo conocer Su soledad. Aunque María fue Su madre biológica, ¿cómo podía conocer los pensamientos internos del misericordioso Señor Jesús? ¿Quién supo del indecible sufrimiento que soportó el Hijo del hombre? Tras hacerle peticiones, las personas de ese tiempo lo relegaron fríamente al fondo de su mente y lo echaron fuera. Por tanto, vagó por las calles, día tras día, año tras año, a la deriva durante muchos años hasta que cumplió treinta y tres años. Esos duros años habían sido largos y breves a la vez. Cuando las personas lo necesitaban, lo invitaban a sus casas con cara sonriente, e intentaban exigirle cosas. Después de que Él les hubiera hecho Su contribución, lo echaban fuera de inmediato. Las personas comían lo que Su boca proporcionaba, bebían Su sangre, disfrutaban de las gracias que Él les concedía; sin embargo, también se oponían a Él, porque nunca habían sabido quién les había dado la vida. En última instancia, lo clavaron en una cruz, y aun así Él no abrió Su boca. Incluso hoy, sigue en silencio. Las personas comen Su carne, beben Su sangre; comen la comida que Él hace para ellos, y caminan por el camino que Él les ha abierto, aunque siguen pretendiendo rechazarlo; en realidad, tratan al Dios que les ha dado la vida como enemigo y, en su lugar, se comportan con quienes son esclavos como ellos como el Padre celestial. En esto, ¿no se oponen deliberadamente a Él? ¿Cómo llegó Jesús a morir en la cruz? ¿Lo sabéis? ¿No fue traicionado por Judas, quien estaba cerca de Él, lo había comido, bebido y había disfrutado de Él? ¿No lo traicionó Judas porque Jesús no era más que un maestro normal e insignificante? Si las personas hubieran visto realmente que Jesús era extraordinario, y Aquel que era del cielo, ¿cómo habrían podido clavarlo vivo en la cruz durante veinticuatro horas, hasta que no le quedó aliento en Su cuerpo? ¿Quién puede conocer a Dios? Las personas no hacen nada, sino disfrutar de Dios con insaciable avaricia, pero nunca lo han conocido. Se les dio la mano, y se tomaron el brazo, e hicieron a “Jesús” totalmente obediente a sus mandatos, a sus órdenes. ¿Quién ha mostrado alguna vez algo del camino de la misericordia hacia este Hijo del hombre, que no tiene donde reposar Su cabeza? ¿Quién ha pensado jamás en unir fuerzas con Él para cumplir la comisión de Dios Padre? ¿Quién ha guardado un pensamiento para Él? ¿Quién ha sido considerado con Sus dificultades? Sin el más mínimo amor, el hombre ha tirado de Él de un lado para otro; el hombre no sabe de dónde vino su luz y su vida, y no hace nada sino planear en secreto cómo crucificar, una vez más, al “Jesús” de hace dos mil años, quien ha experimentado el dolor en medio de los hombres. ¿De verdad inspira “Jesús” tanto odio? ¿Se ha olvidado ya todo lo que Él hizo? El odio que se aglutinó durante miles de años acabará brotando. ¡Sois crías de los judíos! ¿Cuándo ha sido “Jesús” hostil hacia vosotros, para que lo odiarais tanto? ¡Él ha hecho y hablado tanto! ¿No ha sido nada de esto para beneficio vuestro? Os ha dado Su vida sin pedir nada a cambio; os ha dado Su totalidad. ¿De verdad seguís queriendo coméroslo vivo? Se ha entregado por completo a vosotros sin retener nada, sin tan siquiera disfrutar de la gloria del mundo, de la calidez, el amor y todas las bendiciones en medio de los hombres. ¡Las personas son tan malas con Él! Él no ha gozado jamás de todas las riquezas sobre la tierra; dedica la totalidad de Su corazón sincero y apasionado al hombre; ha consagrado Su totalidad a la humanidad. ¿Y quién le ha dado alguna vez afecto? ¿Quién le ha dado consuelo? El hombre ha amontonado toda la presión sobre Él, le ha entregado todo el infortunio. Le ha impuesto las experiencias más desafortunadas entre los hombres; lo culpa por toda la injusticia y Él lo ha aceptado tácitamente. ¿Ha protestado alguna vez ante alguien? ¿Le ha pedido a alguien una pequeña recompensa? ¿Quién ha mostrado alguna compasión hacia Él? Como personas normales, ¿quién de vosotros no tuvo una infancia romántica? ¿Quién no tuvo una colorida juventud? ¿Quién de vosotros no ha tenido el afecto de sus seres queridos? ¿Quién no tiene el amor de familiares y amigos? ¿Quién no tiene el respeto de los demás? ¿Quién carece de una cálida familia? ¿A quién le falta el consuelo de sus confidentes? ¿Ha disfrutado Él alguna vez de algo de esto? ¿Quién le ha proporcionado alguna vez un poco de afecto? ¿Una pizca de consuelo? ¿Quién le ha mostrado un poco de moralidad humana? ¿Quién ha sido tolerante con Él? ¿Quién lo ha acompañado durante los tiempos difíciles? ¿Quién ha pasado con Él la vida dura? El hombre no ha relajado nunca los requisitos que le hace; sencillamente, le exige sin ningún escrúpulo como si, habiendo venido al mundo del hombre, Él tuviera que ser el buey o el caballo del hombre, su prisionero, y tuviera que darle Su todo. De no ser así, el hombre no lo perdonará nunca, será siempre duro con Él, jamás lo llamará Dios ni lo tendrá en alta estima. El hombre es demasiado severo en su actitud hacia Dios, como si se propusiera atormentar a Dios hasta la muerte. Solo después de esto aflojará sus requisitos a Dios; de no ser así, el hombre nunca bajará los estándares de sus exigencias a Dios. ¿Cómo podría Dios no despreciar a este tipo de hombre? ¿No es esta la tragedia de hoy? La conciencia del hombre no se ve por ninguna parte. Sigue diciendo que le retribuirá a Dios Su amor, pero lo disecciona y lo tortura hasta la muerte. ¿No es esta la “receta secreta” de su fe en Dios, transmitida por sus antepasados? No hay lugar donde no se encuentre a los “judíos”. Hoy siguen haciendo lo mismo, continúan oponiéndose a Dios, aunque creen que lo están exaltando. ¿Cómo los propios ojos del hombre podrían conocer a Dios? ¿Cómo podría el ser humano, que vive en la carne, tratar como Dios al Dios encarnado que ha venido del Espíritu? ¿Quién de entre los hombres podría conocerlo? ¿Dónde está la verdad en medio de los hombres? ¿Dónde está la verdadera justicia? ¿Quién es capaz de conocer el carácter de Dios? ¿Quién puede competir con el Dios de los cielos? No es de sorprender que, cuando ha venido entre los hombres, nadie lo ha conocido y ha sido rechazado. ¿Cómo puede el hombre tolerar la existencia de Dios? ¿Cómo puede permitir que la luz eche fuera las tinieblas del mundo? ¿No procede todo esto de la honorable devoción del hombre? ¿No es su virtuosa entrada? ¿Acaso la obra de Dios no está centrada en torno a la entrada del hombre? Me gustaría que combinarais la obra de Dios con la entrada del hombre, que asegurarais la buena relación entre el hombre y Dios, y que llevarais a cabo el deber que debería realizar el hombre, según la mejor de vuestras capacidades. ¡De esta forma, la obra de Dios llegará posteriormente a su fin, cuando Él obtiene gloria!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (10)
Palabras diarias de Dios Fragmento 198
Hoy, Yo obro en el pueblo escogido de China, para revelar la totalidad de su carácter rebelde y para desenmascarar toda su fealdad, y esto brinda el contexto para decir todo lo que necesito decir. Posteriormente, cuando lleve a cabo el siguiente paso de la obra de conquistar todo el universo, usaré Mi juicio hacia vosotros para juzgar la injusticia de todos en todo el universo, porque vosotros sois los representantes de los rebeldes en medio de la humanidad. Los que no puedan dar un paso al frente se convertirán en simples contrastes y objetos para servir, mientras que los que puedan hacerlo serán usados. ¿Por qué digo que los que no pueden dar un paso al frente solo servirán como contrastes? Porque Mis palabras presentes y Mi obra presente tienen como objetivo vuestro pasado, y porque os habéis convertido en los representantes y en el epítome de los rebeldes entre toda la humanidad. Después, llevaré estas palabras que os conquistan a otros países y las usaré para conquistar a las personas de esos lugares; sin embargo, tú no las habrás ganado. ¿No haría eso de ti un contraste? El carácter corrupto de toda la humanidad, los actos rebeldes del hombre y las imágenes y los rostros feos del hombre, todo ello se registra hoy en las palabras que se utilizan para conquistaros. Entonces usaré estas palabras para conquistar a las personas de cada nación y denominación, porque vosotros sois el arquetipo, el precedente. Sin embargo, no me dispuse a abandonaros intencionadamente; si fracasas en hacerlo bien en tu búsqueda y, por tanto, demuestras que eres incurable, ¿no serías, simplemente, un objeto de servicio y un contraste? En una ocasión dije que Mi sabiduría se ejerce con base en los ardides de Satanás. ¿Por qué dije eso? ¿No es esa la verdad detrás de lo que estoy diciendo y haciendo ahora? Si no puedes dar un paso al frente, si no eres perfeccionado sino castigado, ¿no te convertirías en un contraste? Quizás has sufrido mucho en su momento, pero sigues sin entender nada; ignoras todo acerca de la vida. Aunque has sido castigado y juzgado, no has cambiado en absoluto y, muy en el fondo, no has obtenido la vida. Cuando llegue el momento de poner a prueba tu obra, experimentarás una prueba tan feroz como el fuego y una tribulación aún mayor. Este fuego convertirá en cenizas todo tu ser. Como alguien que no posee vida, alguien sin una onza de oro puro en su interior, atrapado aún en el antiguo carácter corrupto y que ni siquiera puede hacer un buen trabajo siendo un contraste, ¿cómo podrías no ser descartado? ¿Puede una persona que vale menos que un penique, y que no posee vida, tener alguna utilidad para la obra de conquista? Cuando llegue ese momento, ¡vuestros días serán más duros que los de Noé y Sodoma! Tus oraciones no te servirán de nada entonces. ¿Cómo puedes regresar después y empezar de nuevo a arrepentirte cuando la obra de salvación ya haya terminado? Una vez que se haya llevado a cabo toda la obra de salvación, no habrá más; lo que habrá será el inicio de la obra de castigo de los malvados. Tú te resistes, te rebelas, y haces cosas que sabes que son malas. ¿No eres el objetivo del duro castigo? Yo te estoy explicando esto con todo detalle hoy. Si eliges no escuchar, cuando el desastre te sobrevenga más adelante, ¿no será demasiado tarde si recién en ese momento empiezas a sentir remordimiento y comienzas a creer? Te estoy dando una oportunidad de arrepentirte hoy, pero no estás dispuesto a hacerlo. ¿Cuánto quieres esperar? ¿Hasta el día del castigo? Yo no recuerdo hoy tus transgresiones del pasado; te perdono una y otra vez y me aparto de tu lado negativo y miro únicamente al positivo, porque todas Mis palabras y Mi obra presentes tienen el propósito de salvarte y Yo no tengo malas intenciones hacia ti. Sin embargo, tú te niegas a entrar; no puedes distinguir el bien del mal y no sabes apreciar la bondad. ¿Acaso esas personas no esperan simplemente la llegada del castigo y la justa retribución?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (1)
Palabras diarias de Dios Fragmento 199
Cuando Moisés golpeó la roca y brotó de ella el agua conferida por Jehová, fue gracias a su fe. Cuando David tocó la lira para alabarme, a Mí, Jehová —con el corazón lleno de alegría— fue gracias a su fe. Cuando Job perdió su ganado que llenaba las montañas y enormes cantidades de riqueza y su cuerpo se cubrió de dolorosas llagas, fue debido a su fe. Cuando él pudo escuchar Mi voz, la voz de Jehová, y ver Mi gloria, la gloria de Jehová, fue gracias a su fe. Que Pedro haya podido seguir a Jesucristo, fue debido a su fe. Que pudiera ser clavado en la cruz por Mí y dar testimonio glorioso de Mí, también fue debido a su fe. Cuando Juan vio la imagen gloriosa del Hijo del hombre, fue debido a su fe. Cuando vio la visión de los últimos días, fue, aún más, a causa de su fe. La razón por la que las así llamadas “multitudes de las naciones gentiles” han obtenido Mi revelación y han llegado a tener conocimiento de que Yo he regresado en la carne para llevar a cabo Mi obra entre los hombres, también es a causa de su fe. ¿Acaso todos los que son golpeados por Mis severas palabras —y que, sin embargo, encuentran en ellas consuelo y son salvados— no lo han hecho por causa de su fe? Las personas han recibido muchas cosas debido a su fe, y no siempre es una bendición. Quizá no reciban la clase de felicidad y gozo que sintió David o quizá Jehová no les otorgue agua como hizo con Moisés. Por ejemplo, en el caso de Job, este fue bendecido por Jehová a causa de su fe, pero también sufrió desgracias. Ya sea que recibas una bendición o sufras una desgracia, ambos son acontecimientos benditos. Sin la fe, no serías capaz de recibir esta obra de conquista, y, mucho menos ver los actos de Jehová manifestados ante tus ojos hoy. No serías capaz de ver, y, menos aún, podrías recibir. Estos azotes, estas calamidades, y todos los juicios, si no te sobrevinieran, ¿serías capaz de ver hoy los actos de Jehová? Hoy, la fe es la que te permite ser conquistado, y es el que seas conquistado lo que te permite creer en cada acto de Jehová. Es solo debido a la fe que recibes este tipo de castigo y juicio. Por medio de ellos, eres conquistado y perfeccionado. Sin la clase de castigo y de juicio que estás recibiendo hoy, tu fe sería en vano, porque no conocerías a Dios; sin importar lo mucho que creyeras en Él, tu fe seguiría siendo solo una expresión vacía sin fundamento en la realidad. Es solo después de que recibes esta obra de conquista, una obra que te hace completamente obediente, que tu fe se vuelve verdadera y confiable, y tu corazón se vuelve hacia Dios. Aunque sufras gran juicio y maldición debido a esta palabra, “fe”, tienes una fe verdadera, y recibes la cosa más verdadera, real y preciosa. Esto se debe a que solo en el transcurso del juicio ves el destino final de las creaciones de Dios; es en este juicio que ves que el Creador ha de ser amado; es en esa obra de conquista que contemplas el brazo del Creador; es en esta conquista que llegas a comprender plenamente la vida humana; es en esta conquista que obtienes la senda correcta de la vida humana y llegas a comprender el verdadero significado del término “hombre”; es solo en esta conquista que ves el carácter justo del Todopoderoso y Su hermoso y glorioso rostro; es en esta obra de conquista donde aprendes sobre el origen del hombre y entiendes la “historia inmortal” de toda la humanidad; es en esta conquista donde llegas a comprender quiénes son los antepasados de la humanidad y cuál es el origen de la corrupción de esta; es en esta conquista donde recibes gozo y consuelo, así como reprensión, disciplina y palabras de reproche interminables por parte del Creador hacia la humanidad que Él creó; es en esta obra de conquista que recibes bendiciones, así como las calamidades que el hombre se merece… ¿No se debe todo esto a ese poquito de fe que tienes? Y ¿acaso no creció tu fe después de obtener estas cosas? ¿No has ganado una cantidad enorme? No solo has escuchado la palabra de Dios y visto Su sabiduría, sino que también has experimentado personalmente cada paso de Su obra. Quizás dirías que, si no tuvieras fe, no sufrirías este tipo de castigo o juicio. Pero deberías saber que, sin fe, no solo serías incapaz de recibir esta clase de castigo o este tipo de cuidado por parte del Todopoderoso, sino que también perderías para siempre la oportunidad de encontrarte con el Creador. No conocerías nunca el origen de la humanidad y jamás comprenderías la importancia de la vida humana. Incluso si tu cuerpo muriera y tu alma partiera, seguirías sin entender todos los actos del Creador, y, mucho menos, sabrías que Él hizo tan grande obra en la tierra después de crear a la humanidad. Como miembro de esta humanidad que Él creó, ¿estás dispuesto a caer de esta forma en las tinieblas por ignorancia y a sufrir el castigo eterno? Si te separas del castigo y el juicio de hoy, ¿con qué te encontrarás? ¿Piensas que una vez separado del juicio presente serás capaz de escapar de esta vida difícil? ¿No es verdad que si dejas “este lugar”, lo que encontrarás es un doloroso tormento o maltratos crueles infligidos por el diablo? ¿Podrías encontrar días y noches insoportables? ¿Piensas que solo porque escapas a este juicio hoy puedes evadir para siempre esa tortura futura? ¿Qué te encontrarás en el camino? ¿Puede ser verdaderamente el Shangri-La que esperas? ¿Piensas que puedes escapar al castigo eterno futuro simplemente huyendo de la realidad de la forma en que lo haces ahora? Después de hoy, ¿podrás encontrar alguna vez este tipo de oportunidad y esta clase de bendición? ¿Podrás encontrarlas cuando te sobrevenga el desastre? ¿Podrás encontrarlas cuando toda la humanidad entre en el reposo? Tu feliz vida actual y tu pequeña familia armoniosa, ¿pueden sustituir tu destino eterno futuro? Si tienes fe verdadera y si obtienes mucho debido a tu fe, entonces, todo eso es lo que tú —un ser creado— deberías ganar y también lo que deberías haber tenido en primer lugar. Nada es más beneficioso para tu fe y para tu vida que esa clase de conquista.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (1)
Palabras diarias de Dios Fragmento 200
Hoy deberías saber cómo ser conquistado y cómo se comportan las personas después de haberlo sido. Puedes decir que has sido conquistado, pero ¿puedes obedecer hasta la muerte? Debes ser capaz de seguir hasta el mismo final independientemente de si hay algunas perspectivas y no debes perder la fe en Dios independientemente del entorno. En última instancia, debes lograr dos aspectos del testimonio: el testimonio de Job —la obediencia hasta la muerte— y el testimonio de Pedro —el amor supremo a Dios—. Por un lado, debes ser como Job: él perdió todas sus posesiones materiales y estaba agobiado por el dolor de la carne, pero no abandonó el nombre de Jehová. Este fue el testimonio de Job. Pedro fue capaz de amar a Dios hasta la muerte. Cuando fue crucificado y enfrentó la muerte, siguió amando a Dios; no pensó en sus propias perspectivas ni tuvo esperanzas hermosas o pensamientos extravagantes, y sólo buscó amar a Dios y obedecer todas Sus disposiciones. Así es el estándar que debes lograr para que se pueda considerar que has dado testimonio, para convertirte en alguien que ha sido perfeccionado tras haber sido conquistado. Hoy, si las personas conociesen verdaderamente su propia esencia y estatus, ¿seguirían buscando perspectivas y esperanzas? Lo que deberías saber es esto: independientemente de si Dios me hace perfecto, debo seguirlo; todo lo que Él hace ahora es bueno y lo hace por mi bien, y para que nuestro carácter pueda cambiar y podamos librarnos de la influencia de Satanás; para permitirnos nacer en la tierra de la inmundicia y, aun así, librarnos de la impureza, sacudirnos la inmundicia y la influencia de Satanás; para dejarla atrás. Por supuesto, esto es lo que se requiere de ti, pero para Dios es simplemente conquista, que se hace para que las personas tomen la determinación de obedecer y puedan someterse a todas las orquestaciones de Dios. De esta forma se conseguirán las cosas. Hoy, la mayoría de las personas ya han sido conquistadas, pero dentro de ellas sigue habiendo mucha rebeldía y desobediencia. El verdadero nivel de las personas sigue siendo demasiado bajo, y ellas solo pueden llenarse de vigor si hay esperanzas y expectativas; si carecen de esperanzas y expectativas, se vuelven negativas e, incluso, piensan en abandonar a Dios. Además, las personas no tienen un gran deseo de buscar vivir una humanidad normal. Esto es inaceptable. Por tanto, debo seguir hablando de conquista. De hecho, el perfeccionamiento tiene lugar al mismo tiempo que la conquista: cuando eres conquistado, también se logran los primeros efectos de ser perfeccionado. Donde existe una diferencia entre ser conquistado y ser perfeccionado, es de acuerdo con el grado de cambio en las personas. Ser conquistado es el primer paso de ser perfeccionado y no significa que hayan sido perfeccionados completamente, ni demuestra que Dios haya ganado totalmente a la persona. Después de que alguien haya sido conquistado, se producen algunos cambios en su carácter, pero distan mucho de ser como los que tienen lugar en aquellos ganados completamente por Dios. Hoy, lo que se hace es la obra inicial de perfeccionar a las personas —conquistarlas— y si no consigues ser conquistado, entonces no hay forma de poder ser perfeccionado y ganado completamente por Dios. Solo obtendrás unas pocas palabras de juicio y castigo, pero estas no podrán cambiar del todo tu corazón. Así pues, serás uno de aquellos que son descartados; no será diferente de contemplar un suntuoso banquete sobre la mesa, pero no comerlo. ¿No es un escenario trágico para ti? Así pues, debes buscar cambios: tanto si es ser conquistado como perfeccionado, ambos aspectos tienen relación con si se producen cambios en ti, y si eres o no obediente; y esto determina si puedes o no ser ganado por Dios. Que sepas que “ser conquistado” y “ser hecho perfecto” se basan simplemente en la magnitud del cambio y la obediencia, así como en cuán puro es tu amor a Dios. Lo que se requiere hoy es que puedas ser completamente perfeccionado, pero al principio debes ser conquistado; debes tener un conocimiento suficiente del juicio y el castigo de Dios, debes tener la fe de seguir y ser alguien que busca cambiar y el conocimiento de Dios. Solo entonces serás alguien que busque ser hecho perfecto. Deberíais entender que en el transcurso del perfeccionamiento seréis conquistados, y en el transcurso de ser conquistados, seréis perfeccionados. Hoy puedes buscar ser perfeccionado o buscar cambios en tu humanidad externa y mejoras en tu calibre; pero es de principal importancia que puedas entender que todo lo que Dios hace hoy tiene significado y es beneficioso: te permite a ti, que naciste en una tierra de inmundicia, escapar de ella y sacudírtela, te permite superar la influencia de Satanás y dejar atrás su oscura influencia. Centrándote en estas cosas estás protegido en esta tierra de inmundicia. En última instancia, ¿qué testimonio se te pedirá que des? Naciste en una tierra de inmundicia, pero eres capaz de volverte santo, para no volver a ser manchado por la inmundicia, para vivir bajo el campo de acción de Satanás, pero despojarte de su influencia; para que Satanás no te posea ni te hostigue y para que vivas en las manos del Todopoderoso. Este es el testimonio y la prueba de la victoria en la batalla con Satanás. Eres capaz de abandonar a Satanás: ya no revelas caracteres satánicos en lo que manifiestas; por el contrario, vives lo que Dios exigió que el hombre lograra cuando lo creó: humanidad normal, razón normal, entendimiento normal, determinación normal de amar a Dios y lealtad a Él. Tal es el testimonio dado por una criatura de Dios. Dices: “Nacimos en una tierra de inmundicia, pero gracias a la protección de Dios, a Su liderazgo, a que nos ha conquistado, nos hemos librado de la influencia de Satanás. Que podamos obedecer hoy es también el efecto de ser conquistados por Dios, y no porque seamos buenos o porque lo amamos de forma natural. Porque Él nos escogió y nos predestinó, hemos sido conquistados hoy, somos capaces de dar testimonio de Él y podemos servirle; así también, gracias a que Él nos escogió y nos protegió, hemos sido salvados y librados del campo de acción de Satanás y podemos dejar atrás la inmundicia y ser purificados en la nación del gran dragón rojo”.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (2)
Palabras diarias de Dios Fragmento 201
La obra de los últimos días rompe con todas las reglas e, independientemente de si eres maldito o castigado, mientras ayudes a Mi obra, y seas beneficioso para la obra de conquista de hoy, e independientemente de que seas un descendiente de Moab o la progenie del gran dragón rojo, siempre que puedas llevar a cabo el deber de una criatura de Dios en esta etapa de la obra y lo hagas lo mejor que puedas, el efecto debido se conseguirá. Tú eres la progenie del gran dragón rojo y eres un descendiente de Moab; en resumen, todos los que son de carne y hueso son criaturas de Dios, y el Creador los hizo. Tú eres una criatura de Dios, no deberías tener elección alguna, y esta es tu obligación. Por supuesto, hoy la obra del Creador va dirigida a todo el universo. Independientemente de quién desciendas, por encima de todo, eres una de las criaturas de Dios; vosotros —los descendientes de Moab— formáis parte de las criaturas de Dios; la única diferencia es que sois de un valor inferior. Dado que hoy la obra de Dios se lleva a cabo entre todas las criaturas y está dirigida a todo el universo, el Creador es libre de seleccionar a cualquier persona, asunto o cosa con el fin de hacer Su obra. No le preocupa de quién desciendas; mientras seas una de Sus criaturas y mientras seas beneficioso para Su obra —la obra de conquista y testimonio—, Él llevará a cabo Su obra en ti sin titubeos. Esto destroza las nociones tradicionales de las personas, que son que Dios nunca obrará entre los gentiles, especialmente entre los que han sido malditos y son inferiores; en el caso de los que han sido maldecidos, todas las generaciones futuras que vienen de ellos también serán malditas para siempre y nunca tendrán la oportunidad de salvarse; Dios nunca descenderá y obrará en una tierra gentil, y nunca pondrá el pie en una tierra de inmundicia, porque Él es santo. La obra de Dios de los últimos días ha hecho añicos todas estas nociones. Que sepas que Dios es el Dios de todas las criaturas, Él tiene el dominio sobre los cielos, la tierra y todas las cosas y no sólo es el Dios del pueblo de Israel. Así pues, esta obra en China es de la mayor importancia y ¿no se extenderá entre todas las naciones? El gran testimonio del futuro no se limitará a China; si Dios os conquistara sólo a vosotros, ¿podrían ser convencidos los demonios? Estos no entienden el ser conquistados ni el gran poder de Dios, y solo cuando el pueblo escogido de Dios por todo el universo vea los efectos definitivos de esta obra, serán conquistadas todas las criaturas. Nadie es más retrógrado o corrupto que los descendientes de Moab. Solo si estas personas pueden ser conquistadas, ellas que son las más corruptas, que no reconocieron a Dios ni creyeron que existe un Dios han sido conquistadas, y reconocen a Dios en sus bocas, lo alaban y son capaces de amarlo, será este el testimonio de la conquista. Aunque no sois Pedro, vivís su imagen, sois capaces de poseer su testimonio y el de Job, y este es el mayor testimonio. Finalmente dirás: “No somos israelitas, sino los descendientes abandonados de Moab; no somos Pedro, cuyo calibre somos incapaces de tener, ni Job, y ni siquiera podemos compararnos con la determinación de Pablo de sufrir por Dios y dedicarse a Él, y somos muy retrógrados; por tanto, no estamos cualificados para disfrutar de las bendiciones de Dios. Él ha seguido levantándonos hoy; así que debemos satisfacerlo y, aunque somos de un calibre o una cualificación insuficientes, estamos dispuestos a satisfacer a Dios —tenemos esta determinación—. Somos los descendientes de Moab, y estábamos malditos. Dios lo decretó y somos incapaces de cambiarlo, pero nuestro vivir y nuestro conocimiento pueden cambiar, y estamos decididos a satisfacer a Dios”. Cuando tomes esta determinación, se demostrará que has testificado de haber sido conquistado.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (2)
Palabras diarias de Dios Fragmento 202
El efecto deseado de la obra de conquista es, por encima de todo, que la carne del hombre deje de rebelarse; es decir, que la mente del hombre obtenga un nuevo conocimiento de Dios, que su corazón obedezca totalmente a Dios y que aspire a ser para Él. Que las personas cambien su temperamento o su carne no cuenta como que han sido conquistadas. Cuando el pensamiento, la conciencia y la razón del hombre cambien —es decir, cuando toda tu actitud mental cambie—, ese será el momento en el que Dios te habrá conquistado. Cuando has decidido obedecer y has adoptado una nueva mentalidad; cuando ya no traes ninguna de tus nociones o intenciones a las palabras y a la obra de Dios, y cuando tu cerebro puede pensar con normalidad —es decir, cuando puedes esforzarte por Dios de todo corazón— en ese momento eres el tipo de persona plenamente conquistada. En el ámbito de la religión, muchas personas sufren bastante a lo largo de toda su vida: someten su cuerpo y cargan su cruz, e, incluso, ¡siguen sufriendo y soportando incluso al borde de la muerte! Algunos siguen ayunando en la mañana de su muerte. Durante toda su vida se niegan a sí mismos buena comida y ropa, enfocándose sólo en sufrir. Son capaces de someter su cuerpo y abandonar su carne. Su espíritu para soportar el padecimiento es elogiable. Pero su pensamiento, sus nociones, su actitud mental y, de hecho, su vieja naturaleza, ninguno de estos ha sido en absoluto objeto de tratamiento. Carecen del verdadero conocimiento de sí mismos. Su imagen mental de Dios es la tradicional de un Dios vago. Su determinación de sufrir por Él procede de su celo y el buen temperamento de su humanidad. Aunque creen en Él, no lo conocen ni saben Su voluntad. Simplemente trabajan y sufren ciegamente por Dios. No le dan ningún valor al discernimiento, se preocupan poco por cómo asegurarse de que su servicio cumpla realmente la voluntad de Dios, y menos aún, son conscientes de cómo lograr conocer a Dios. El Dios al que sirven no es Dios en Su imagen inherente, sino un Dios que han imaginado, un Dios del que han oído hablar, o del que solamente han leído en leyendas escritas. Luego usan su fértil imaginación y su devoción para sufrir por Dios y emprender la obra de Dios que Él quiere llevar a cabo. Su servicio es demasiado impreciso, tanto que prácticamente ninguno de ellos es realmente capaz de servir conforme a la voluntad de Dios. Independientemente de con cuánto gusto sufran, su perspectiva original sobre el servicio y la imagen mental que tienen de Dios siguen inalteradas, porque no han pasado por el juicio, el castigo, el refinamiento y el perfeccionamiento de Dios ni nadie los ha guiado haciendo uso de la verdad. Aun si creen en Jesús el Salvador, ninguno de ellos ha visto jamás al Salvador. Sólo lo conocen a través de leyendas y habladurías. En consecuencia, su servicio sólo equivale a servir aleatoriamente con los ojos cerrados, como un ciego que sirve a su padre. Al final, ¿qué puede lograrse con ese servicio? ¿Y quién lo aprobaría? De principio a fin, su servicio sigue siendo el mismo; sólo reciben lecciones creadas por el hombre y basan su servicio únicamente en su naturalidad y sus preferencias. ¿Qué recompensa podría traer esto? Ni siquiera Pedro, quien vio a Jesús, sabía cómo servir conforme a la voluntad de Dios; sólo llegó a saberlo al final, en su vejez. ¿Qué dice esto acerca de esos ciegos que no han experimentado el más mínimo trato o poda y que no han tenido a nadie que los guíe? ¿No es el servicio de muchos entre vosotros hoy como el de estas personas ciegas? Todos los que no han recibido juicio, poda o trato, y que no han cambiado, ¿acaso no han sido conquistados de forma incompleta? ¿De qué sirven tales personas? Si tu pensamiento, tu conocimiento de la vida y tu conocimiento de Dios no muestran un cambio nuevo y en verdad no obtienes nada, ¡entonces nunca conseguirás nada destacado en tu servicio! Sin una visión y un nuevo conocimiento de la obra de Dios, no eres conquistado. Tu forma de seguir a Dios será entonces como la de aquellos que sufren y ayunan: ¡será de poco valor! ¡Precisamente porque hay poco testimonio en lo que hacen digo que su servicio es fútil! Durante toda la vida esas personas sufren y pasan tiempo en prisión; siempre están soportando, amando, y siempre cargan con la cruz; son ridiculizados y el mundo los rechaza; experimentan todo tipo de dificultades y, aunque son obedientes hasta el final, siguen sin ser conquistados y no pueden ofrecer testimonio de su conquista. Han sufrido mucho pero, en su interior, no conocen en absoluto a Dios. No se ha tratado ninguno sus viejos pensamientos, sus viejas nociones, sus prácticas religiosas, su conocimiento producido por el hombre ni sus ideas humanas. No hay ni una pizca de nuevo conocimiento en ellos. Ni un poco del conocimiento que tienen de Dios es verdadero o preciso. Han malinterpretado Su voluntad. ¿Le sirve esto a Dios? Fuera cual fuera tu conocimiento de Dios en el pasado, si sigue siendo el mismo hoy y sigues basando tu conocimiento de Dios en tus propias nociones e ideas sin importar lo que Él haga, es decir, que si no posees un entendimiento nuevo y verdadero de Dios y si no logras conocer la verdadera imagen y el verdadero carácter de Dios, y si tu conocimiento de Dios sigue siendo guiado por un pensamiento feudal supersticioso y sigue naciendo de la imaginación y nociones humanas, entonces no has sido conquistado. Las muchas palabras que ahora te digo tienen el fin de hacerte saber, de dejar que este conocimiento te lleve a un conocimiento nuevo y preciso. También tienen el fin de erradicar las viejas nociones y conocimiento que albergas, para que puedas adquirir nuevo conocimiento. Si verdaderamente comes y bebes Mis palabras, tu conocimiento cambiará considerablemente. Siempre que comas y bebas las palabras de Dios con un corazón obediente, tu perspectiva cambiará por completo. Siempre que seas capaz de aceptar los repetidos castigos, tu vieja mentalidad cambiará poco a poco. Si tu vieja mentalidad se sustituye totalmente con la nueva, tu práctica también cambiará en consecuencia. De esta manera, tu servicio estará cada vez más enfocado y podrá cumplir cada vez más la voluntad de Dios. Si puedes cambiar tu vida, tu conocimiento de la vida humana y tus muchas nociones sobre Dios, tu naturalidad disminuirá gradualmente. Esto, y nada menos que esto, es el efecto que se logra cuando Dios conquista a las personas; es el cambio que ocurre en las personas. Si, al creer en Dios, lo único que sabes es someter a tu cuerpo, y soportar y sufrir, y no sabes si eso es correcto o incorrecto, y, mucho menos, en beneficio de quién lo haces, ¿cómo puede esta práctica llevar a un cambio?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (3)
Palabras diarias de Dios Fragmento 203
¿Qué significa ser perfeccionado? ¿Qué significa ser conquistado? ¿Qué criterios se deben cumplir para que la gente sea conquistada? ¿Y qué criterios se deben cumplir para ser perfeccionado? Conquistar y perfeccionar tienen el propósito de hacer que el hombre sea completo, de forma que este pueda ser restaurado a su semejanza original, y quedar liberado de su carácter satánico corrupto y de la influencia de Satanás. Esta conquista llega pronto en el proceso de obrar al hombre; de hecho, es el primer paso de la obra. Perfeccionar es el segundo, y es la obra de conclusión. Cada ser humano debe someterse al proceso de ser conquistado; de lo contrario, no tendrían manera de conocer a Dios, no serían conscientes de que hay un Dios, es decir, sería imposible para ellos reconocerlo. Y si la gente no le reconoce, también es imposible que Dios los haga completos, ya que no cumples los criterios para esta compleción. Si ni siquiera reconoces a Dios, entonces ¿cómo puedes conocerle? ¿Cómo puedes buscarlo? Tampoco serás capaz de dar testimonio de Él, y menos aún tendrás la fe para satisfacerlo. Por tanto, para cualquiera que quiera ser hecho completo, el primer paso debe ser someterse a la obra de conquista. Esta es la primera condición. Pero tanto la conquista como el perfeccionamiento son necesarios para obrar en la gente y perfeccionarla, y cada uno es parte de la obra de gestionar al hombre. Se exigen ambos pasos para hacer de alguien una persona completa; y ninguno puede ser obviado. Es cierto que “ser conquistado” no suena muy bien, pero en realidad el proceso de conquista de alguien es el de cambiarlo. Una vez que has sido conquistado, tu carácter corrupto puede no haber sido completamente erradicado, pero lo habrás conocido. Por medio de la obra de conquista habrás llegado a conocer tu humanidad inferior y también mucha de tu propia desobediencia. Aunque serás incapaz de descartar estas cosas o cambiarlas dentro del corto período de la obra de conquista, llegarás a conocerlas, y esto establecerá el fundamento para tu perfección. Así pues, la conquista y el perfeccionamiento se llevan a cabo para cambiar a las personas, para liberarlas de su carácter satánico corrupto de forma que puedan darse plenamente a Dios. Ser conquistado es meramente el primer paso en cambiar el carácter de las personas, además del primer paso para que las personas se entreguen totalmente a Dios, y es un paso inferior al de ser perfeccionado. El carácter vital de una persona conquistada cambia mucho menos que el de una persona perfeccionada. Ser conquistado y ser perfeccionado son cosas conceptualmente diferentes entre sí porque son distintas fases de la obra y porque les exigen a las personas diferentes estándares; la conquista se los exige más bajos y el perfeccionamiento se los exige más elevados. Los perfeccionados son personas justas, hechas santas; son cristalizaciones de la obra de gestionar al hombre, o productos finales. Aunque no son humanos perfectos, son personas que buscan vivir vidas llenas de sentido. Los conquistados, entretanto, sólo reconocen verbalmente que Dios existe; reconocen que Dios se ha encarnado, que la Palabra ha aparecido en la carne y que Dios ha venido a la tierra para llevar a cabo la obra de juicio y castigo. También reconocen que el juicio y el castigo de Dios, así como Su golpe y refinamiento son todos beneficiosos para el hombre. Acaban de comenzar a tener una especie de semejanza humana. Tienen alguna perspectiva de la vida, pero les sigue resultando confusa. En otras palabras, están justo empezando a poseer humanidad. Estos son los efectos de ser conquistado. Cuando las personas entran en la senda de la perfección, su viejo carácter es capaz de cambiar. Además, sus vidas siguen creciendo y entran gradualmente más a fondo en la verdad. Son capaces de aborrecer al mundo y a todos aquellos que no persiguen la verdad. Se aborrecen especialmente a sí mismas, pero más que eso, se conocen claramente a sí mismas. Están dispuestas a vivir por la verdad y hacen que su objetivo sea perseguirla. No están dispuestas a vivir en los pensamientos generados por sus propios cerebros, y sienten aborrecimiento por la propia santurronería, la soberbia, y el engreimiento del hombre. Hablan con un fuerte sentido del decoro, manejan las cosas con discernimiento y sabiduría, y son leales y obedientes a Dios. Si experimentan un momento de castigo y juicio, no sólo no se vuelven pasivas o débiles, sino que están agradecidas por este castigo y juicio de Dios. Creen que no pueden pasar sin el castigo y el juicio de Dios, que los protege. No buscan una fe de paz y gozo ni de buscar pan para satisfacer el hambre. Tampoco buscan disfrutes carnales fugaces. Esto es lo que ocurre en aquellos que son perfeccionados. Después de que las personas son conquistadas, reconocen que hay un Dios, pero ese reconocimiento se manifiesta en ellos en un número limitado de modos. ¿Qué significa realmente que la Palabra aparezca en la carne? ¿Qué significa la encarnación? ¿Qué ha hecho Dios encarnado? ¿Cuáles son la meta y el significado de Su obra? Después de experimentar tanto de Su obra, de Sus hechos en la carne, ¿qué has ganado? Solo serás alguien conquistado después de entender todas estas cosas. Si dices únicamente que reconoces que hay un Dios pero no renuncias a lo que deberías renunciar y eres incapaz de abandonar los disfrutes carnales que debes abandonar, sino que en su lugar sigues codiciando las comodidades carnales como siempre lo has hecho, y si eres incapaz de deshacerte de ninguno de los prejuicios contra los hermanos y hermanas, y no pagas lo que debes al llevar a cabo muchas prácticas simples, entonces eso demuestra que sigues sin ser conquistado. En ese caso, aunque haya mucho que entiendas, no servirá de nada. Los conquistados son personas que han conseguido algunos cambios iniciales y una entrada inicial. Experimentar el juicio y el castigo de Dios hace que las personas tengan un conocimiento inicial de Él y un entendimiento inicial de la verdad. Puede que seas incapaz de entrar completamente en la realidad de verdades más profundas y detalladas, pero en tu vida real puedes poner en práctica muchas verdades rudimentarias, como las que implican a tus disfrutes carnales o tu estatus personal. Todo esto es el efecto que se consigue en la gente durante el proceso de ser conquistado. Los cambios en el carácter en los conquistados, por ejemplo su forma de vestir y presentarse y cómo viven, todo eso puede cambiar. Su perspectiva de la creencia en Dios cambia, tienen claras las metas de su búsqueda, y tienen determinaciones más altas. Durante la obra de conquista, se producen cambios pertinentes en su carácter vital. Hay cambios, pero son superficiales, preliminares, y muy inferiores a los cambios en el carácter y las metas de la búsqueda de aquellos que han sido perfeccionados. Si en el transcurso de ser conquistada, el carácter de una persona no cambia en absoluto y no obtienen ninguna verdad, entonces ¡esta persona es basura y completamente inútil! ¡Las personas que no han sido conquistadas no pueden ser perfeccionadas! Si una persona sólo busca ser conquistada, entonces no pueden ser hechos totalmente completos, aunque en su carácter exhiban ciertos cambios pertinentes durante la obra de conquista. Ellos también perderán las verdades iniciales que obtuvieron. Existe una inmensa diferencia entre el cambio de carácter que se produce en los conquistados y los perfeccionados. Pero ser conquistado es el primer paso en el cambio; es el fundamento. La ausencia de este cambio inicial demuestra que una persona no conoce realmente en absoluto a Dios, ya que este conocimiento viene del juicio, y tal juicio es un elemento principal de la obra de conquista. Así que, todos los que son perfeccionados, primero han de ser conquistados; si no, no habrá manera de que sean perfeccionados.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (4)
Palabras diarias de Dios Fragmento 204
Hoy, os amonesto de este modo por el bien de vuestra propia supervivencia, para que Mi obra avance sin problemas y Mi obra inaugural en el universo entero pueda llevarse a cabo de manera más adecuada y perfecta, revelando Mis palabras, autoridad, majestad y juicio a las personas de todos los países y naciones. La obra que llevo a cabo entre vosotros es el comienzo de Mi obra a lo largo de todo el universo. A pesar de que ahora ya es el tiempo de los últimos días, sabed que los “últimos días” no es más que un nombre para una era: al igual que la Era de la Ley y la Era de la Gracia, se refiere a una era e indica una era completa, en lugar de unos pocos años o meses finales. Sin embargo, los últimos días son considerablemente diferentes de la Era de la Gracia y de la Era de la Ley. La obra de los últimos días no se lleva a cabo en Israel, sino entre los gentiles; es la conquista ante Mi trono de gente de todas las naciones y tribus fuera de Israel, para que Mi gloria pueda llenar todo el cosmos y el firmamento a lo largo del universo. Es para que Yo pueda obtener una mayor gloria, para que todas las criaturas de la tierra puedan transmitir Mi gloria a todas las naciones, de generación en generación por siempre, y todas las criaturas en el cielo y en la tierra puedan ver toda la gloria que Yo he obtenido en la tierra. La obra realizada durante los últimos días es la obra de conquista. No es la guía de las vidas de todas las personas sobre la tierra, sino la conclusión de la milenaria e imperecedera vida de sufrimiento de la humanidad en la tierra. Como consecuencia, la obra de los últimos días no puede ser similar a los varios miles de años de obra en Israel, ni puede ser como los varios años de obra en Judea que continuó durante dos milenios hasta la segunda encarnación de Dios. La gente de los últimos días solo se encuentra con la reaparición del Redentor en la carne y recibe la obra y las palabras personales de Dios. No pasarán dos mil años antes de que los últimos días lleguen a su fin; son breves, como el tiempo en el que Jesús llevó a cabo la obra de la Era de la Gracia en Judea. Esto se debe a que los últimos días son la conclusión de toda la era. Son la terminación y el fin del plan de gestión de Dios de seis mil años, y concluyen el viaje de sufrimiento de la vida de la humanidad. No llevan a toda la humanidad hacia una nueva era ni permiten que la vida de la humanidad continúe. Eso no tendría ninguna relevancia para Mi plan de gestión o para la existencia del hombre. Si la humanidad continuara de esta manera, entonces tarde o temprano sería totalmente devorada por el diablo y esas almas que me pertenecen serían al final arruinadas por sus manos. Mi obra tiene una duración de apenas seis mil años y prometí que, de igual manera, el control del maligno sobre toda la humanidad no duraría más de seis mil años. Así que ya no queda tiempo. No voy a seguir ni voy a retrasarme por más tiempo: durante los últimos días, aplastaré a Satanás, recobraré toda Mi gloria y recuperaré todas las almas que me pertenecen en la tierra, de manera que estas almas afligidas puedan escapar del mar de sufrimiento y, así, concluirá toda Mi obra en la tierra. A partir de este día, nunca más me haré carne en la tierra y nunca más Mi Espíritu, que lo controla todo, obrará sobre la tierra. Sólo voy a rehacer la humanidad en la tierra, una humanidad que sea santa y que sea Mi ciudad fiel en la tierra. Pero debéis saber que Yo no voy a aniquilar al mundo entero ni a toda la humanidad. Mantendré ese tercio restante, el tercio que me ama y que ha sido conquistado completamente por Mí, y haré que este tercio sea fructífero y se multiplique en la tierra, al igual que lo hicieron los israelitas bajo la ley, alimentándolos con abundancia de ovejas y ganado y todas las riquezas de la tierra. Esta humanidad permanecerá conmigo para siempre; sin embargo, no será la raza humana deplorablemente sucia de hoy, sino una raza humana que sea una asamblea de todos los que han sido ganados por Mí. Una humanidad como esta no será dañada, perturbada ni asediada por Satanás y será la única raza humana que exista sobre la tierra después de que Yo haya triunfado sobre Satanás. Es la humanidad que hoy ha sido conquistada por Mí y que ha obtenido Mi promesa. Por lo que la raza humana que ha sido conquistada en los últimos días será también la humanidad que permanecerá y obtendrá Mis bendiciones eternas. Será la única evidencia de Mi triunfo sobre Satanás y los únicos botines de la batalla contra Satanás. Yo salvo estos botines de guerra del campo de acción de Satanás y son la única cristalización y fruto de Mi plan de gestión de seis mil años. Ellos provienen de todas las naciones y denominaciones, y de cada lugar y país en todo el universo. Son de diferentes razas y tienen diferentes idiomas, costumbres y colores de piel, y están extendidos a lo largo de todas las naciones y denominaciones de toda la tierra e incluso de cada rincón del mundo. Finalmente, se reunirán para formar una raza humana completa, una asamblea de hombres inalcanzable por las fuerzas de Satanás. Aquellos entre los hombres que no hayan sido salvados ni conquistados por Mí se hundirán en silencio en las profundidades del mar y arderán consumidos por Mis llamas por toda la eternidad. Voy a aniquilar a esta antigua humanidad supremamente inmunda, tal como aniquilé a los varones primogénitos y al ganado de Egipto y dejé solo a los israelitas, que comieron carne de cordero, bebieron sangre de cordero y marcaron los dinteles de sus puertas con sangre de cordero. ¿Acaso las personas que han sido conquistadas por Mí y que son de Mi familia no son las mismas que comen la carne del Cordero, que soy Yo, y beben la sangre del Cordero, que soy Yo, y que han sido redimidas por Mí y me adoran? ¿No están estas personas acompañadas siempre de Mi gloria? ¿No están ya aquellos que no tienen la carne del Cordero, que soy Yo, hundidos en silencio en las profundidades del mar? Hoy os oponéis a Mí y hoy Mis palabras son iguales a las pronunciadas por Jehová a los hijos y nietos de Israel. Sin embargo, la dureza en el fondo de vuestros corazones está acumulando Mi ira, trayendo más sufrimiento sobre vuestra carne, más juicio sobre vuestros pecados y más ira sobre vuestra injusticia. ¿Quién podría salvarse de Mi día de la ira cuando me tratáis hoy de esta manera? ¿La injusticia de quién podría escapar de Mis ojos de castigo? ¿Los pecados de quién podrían escapar de Mis manos, las del Todopoderoso? ¿El desafío de quién podría escapar de Mi juicio, el del Todopoderoso? Yo, Jehová, así hablo a vosotros, los descendientes de la familia de los gentiles, y las palabras que os digo rebasan todas las declaraciones de la Era de la Ley y de la Era de la Gracia; sin embargo, vosotros sois más duros que todo el pueblo de Egipto. ¿Acaso no acumuláis Mi ira mientras hago Mi obra reposadamente? ¿Cómo podéis escapar ilesos de Mi día, el del Todopoderoso?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Nadie que sea de la carne puede escapar del día de la ira
Palabras diarias de Dios Fragmento 205
Debéis dedicaros por completo a Mi obra. Debéis hacer obra que me beneficie. Estoy dispuesto a explicaros todo lo que no entendéis de forma que podáis obtener de Mí todo aquello de lo que carecéis. Aunque vuestros defectos son demasiado numerosos para contarlos, estoy dispuesto a seguir realizando la obra que debería estar realizando en vosotros, concediéndoos Mi última misericordia, de forma que podáis beneficiaros de Mí y obtener la gloria ausente en vosotros y que el mundo nunca ha visto. He obrado durante muchos años, pero nunca nadie entre la humanidad me ha conocido. Deseo contaros secretos que nunca he contado a nadie.
Entre los humanos, fui el Espíritu que no podían ver, el Espíritu con el que nunca podrían contactar. Debido a Mis tres etapas de obra en la tierra (creación del mundo, redención y destrucción), aparezco entre ellos para realizar Mi obra en diferentes momentos (nunca públicamente). La primera vez que vine entre los humanos fue durante la Era de la Redención. Por supuesto, vine a la familia judía; así, los primeros en ver a Dios en la tierra fueron los judíos. La razón por la que llevé a cabo esta obra en persona fue porque quise usar Mi carne encarnada como una ofrenda por el pecado en Mi obra redentora. Así que los primeros en verme fueron los judíos de la Era de la Gracia. Esa fue la primera vez que obré en la carne. En la Era del Reino, Mi obra es conquistar y perfeccionar, por lo que realizo de nuevo Mi obra de pastoreo en la carne. Esta es Mi segunda vez obrando en la carne. En las dos etapas finales de la obra, aquello con lo que las personas contactan ya no es el Espíritu invisible e intocable, sino una persona que es el Espíritu materializado como carne. Así pues, a los ojos del hombre, vuelvo a ser un humano sin el aspecto y el sentimiento de Dios. Además, el Dios que las personas ven no es sólo un varón, sino también mujer, lo que es aún más asombroso y desconcertante para ellas. Una y otra vez, Mi obra extraordinaria ha destrozado viejas creencias sostenidas durante muchos, muchos años. ¡Las personas están atónitas! Dios no es sólo el Espíritu Santo, el Espíritu, el Espíritu siete veces intensificado, o el Espíritu que todo lo engloba, sino también es un ser humano, un humano normal, un humano excepcionalmente común. No es sólo varón, sino también mujer. Son parecidos en que ambos nacieron de humanos, y distintos en que uno fue concebido por el Espíritu Santo y el otro nació de un humano, aunque derivado directamente del Espíritu. Son parecidos en que ambas carnes encarnadas de Dios llevan a cabo la obra de Dios Padre, y distintos en que uno hizo la obra de redención mientras el otro hizo la de conquista. Ambos representan a Dios Padre, pero uno es el Redentor lleno de gracia y misericordia, y el otro es el Dios de la justicia lleno de ira y juicio. Uno es el Comandante Supremo que lanzó la obra de redención, mientras el otro es el Dios justo que cumple la obra de conquista. Uno es el Principio, el otro el Final. Uno es carne sin pecado, mientras el otro es carne que completa la redención, que continúa la obra y que nunca es pecaminoso. Ambos son el mismo Espíritu, pero moran en carnes diferentes y nacieron en lugares diferentes, y están separados por varios miles de años. Sin embargo, toda Su obra es mutuamente complementaria, nunca conflictiva, y se puede hablar de ellas en el mismo contexto. Ambos son personas, pero uno fue un bebé varón y el otro una niña recién nacida. Durante estos muchos años, lo que las personas han visto no es sólo el Espíritu y no sólo un ser humano, un varón, sino también muchas cosas que no están de acuerdo con las nociones humanas; así, los humanos no pueden desentrañarme totalmente. Siguen creyendo y dudando de Mí a medias, como si Yo existiera, pero como si fuera también un sueño ilusorio, razón por la cual hasta hoy, las personas siguen sin saber qué es Dios. ¿Puedes resumirme realmente en una simple frase? ¿Te atreves a decir realmente: “Jesús no es otro que Dios y Dios no es otro que Jesús”? ¿Eres realmente tan atrevido como para decir: “Dios no es otro que el Espíritu y el Espíritu no es otro que Dios”? ¿Dices tan a gusto: “Dios es solamente un ser humano vestido de carne”? ¿Tienes verdaderamente la valentía de afirmar: “La imagen de Jesús es la gran imagen de Dios”? ¿Eres capaz de usar tu elocuencia para explicar exhaustivamente el carácter y la imagen de Dios? ¿De verdad te atreves a decir: “Dios sólo creó a los hombres, no a las mujeres, a Su imagen”? Si dices esto, entonces ninguna mujer estaría entre Mis escogidos, ni mucho menos sería una clase de humanidad. ¿Sabes ahora realmente lo qué es Dios? ¿Es Dios un humano? ¿Es Dios un Espíritu? ¿Es Dios realmente un varón? ¿Sólo Jesús puede completar la obra que yo voy a hacer? Si sólo eliges una de las anteriores para resumir Mi esencia, entonces eres un fiel creyente extremadamente ignorante. Si obrara como carne encarnada una vez y sólo una, ¿me delimitaríais? ¿De verdad puedes entenderme por completo con sólo un vistazo? ¿De verdad puedes resumirme completamente basándote en aquello a lo que has estado expuesto toda tu vida? Si hiciera obra similar en Mis dos encarnaciones, ¿cómo me percibiríais? ¿Me dejaríais clavado en la cruz para siempre? ¿Podría ser Dios tan simple como aseguras?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Cuál es tu entendimiento de Dios?
Palabras diarias de Dios Fragmento 206
Una etapa de la obra de las dos eras anteriores tuvo lugar en Israel y la otra en Judea. En general, ninguna etapa de esta obra abandonó Israel y cada etapa fue llevada a cabo entre el primer pueblo escogido. Consecuentemente, los israelitas creen que Jehová Dios solo es el Dios de los israelitas. Como Jesús obró en Judea, donde llevó a cabo la obra de la crucifixión, los judíos lo consideran el Redentor del pueblo judío. Ellos piensan que Él es únicamente el Rey de los judíos y de ningún otro pueblo, que Él no es el Señor que redime a los ingleses, o a los estadounidenses, sino el que redime a los israelitas, y que redimió a los judíos en Israel. En realidad, Dios es el Amo de todas las cosas. Él es el Dios de toda la creación. No es tan solo el Dios de los israelitas ni el de los judíos; es el Dios de toda la creación. Las dos etapas anteriores de Su obra tuvieron lugar en Israel, lo que ha dado lugar a que las personas tengan ciertas nociones. Las personas creen que Jehová hizo Su obra en Israel y que Jesús mismo llevó a cabo Su obra en Judea, y que, adicionalmente, se encarnó para obrar, y cualquiera que sea el caso, esta obra no se extendió más allá de Israel. Dios no obró en los egipcios o los indios; solo lo hizo en los israelitas. Las personas se forman así diversas nociones y delimitan la obra de Dios dentro de un ámbito determinado. Dicen que, cuando Dios obra, debe hacerlo en medio del pueblo escogido y en Israel; que salvo por los israelitas, Dios no obra en nadie más, ni hay mayor alcance de Su obra. Son especialmente estrictos al mantener a raya a Dios encarnado y no le permiten moverse más allá de los límites de Israel. ¿No son todos estos conceptos meramente humanos? Dios hizo los cielos, la tierra y todas las cosas, toda la creación; ¿cómo podría entonces limitar Su obra únicamente a Israel? En ese caso, ¿para qué haría toda la creación? Él creó el mundo entero y ha llevado a cabo Su plan de gestión de seis mil años, no solo en Israel, sino también en cada persona del universo. Independientemente de si vive en China, los Estados Unidos, el Reino Unido o Rusia, toda persona es descendiente de Adán; Dios las ha hecho a todas. Ninguna de ellas puede escaparse de los límites de la creación, y ninguna puede quitarse la etiqueta de “descendiente de Adán”. Todas son criaturas de Dios, y todas son la descendencia de Adán; también son los descendientes corruptos de Adán y Eva. No solo los israelitas son la creación de Dios, sino todas las personas; la cuestión es que algunos han sido maldecidos, y otros bendecidos. Los israelitas tienen muchas cosas agradables; Dios obró en ellos al principio porque eran los menos corruptos. Los chinos no pueden compararse con ellos; son muy inferiores. Así pues, Dios obró inicialmente entre el pueblo de Israel, y la segunda etapa de Su obra solo se llevó a cabo en Judea, y esto dio lugar a muchas nociones y normas entre los hombres. De hecho, si Dios tuviera que actuar de acuerdo con nociones humanas, solo sería el Dios de los israelitas y, así, sería incapaz de expandir Su obra a las naciones gentiles, porque solo sería el Dios de los israelitas y no el Dios de toda la creación. Las profecías dijeron que el nombre de Jehová sería engrandecido entre las naciones gentiles, que se difundiría en ellas. ¿Por qué se profetizó esto? Si Dios fuera solo el Dios de los israelitas, solo obraría en Israel. Además, no difundiría esta obra, y no haría tal profecía. Como sí la hizo, extenderá, sin duda alguna, Su obra entre las naciones gentiles y entre todas las naciones y pueblos. Como afirmó esto, lo debe hacer. Este es Su plan, porque Él es el Señor que creó los cielos y la tierra y todas las cosas, y el Dios de toda creación. Independientemente de si obra entre los israelitas o por toda Judea, la obra que hace es la de todo el universo y toda la humanidad. La obra que hace hoy en la nación del gran dragón rojo —en una nación gentil— sigue siendo la de toda la humanidad. Israel pudo ser la base para Su obra en la tierra; de igual forma, China puede también convertirse en la base para Su obra entre las naciones gentiles. ¿No ha cumplido ahora la profecía de que “el nombre de Jehová será engrandecido entre las naciones gentiles”? El primer paso de Su obra entre las naciones gentiles es esta obra que Él hace en la nación del gran dragón rojo. Que Dios encarnado obre en esta tierra y entre estas personas malditas contradice particularmente las nociones humanas; estas personas son las más humildes de todas, no valen nada y Jehová las abandonó inicialmente. Las personas pueden ser abandonadas por otras personas, pero si las abandona Dios, entonces no habrá nadie con menos estatus y con menos valor. El que una criatura de Dios sea poseída por Satanás o abandonada por la gente es muy doloroso; pero el que una criatura sea abandonada por el Creador significa que su estatus no puede ser más bajo. Los descendientes de Moab fueron maldecidos y nacieron en ese país atrasado; sin duda, de entre toda la gente bajo la influencia de las tinieblas, los descendientes de Moab son las personas con el estatus más bajo. Por tanto, como estas personas han tenido el estatus más bajo, la obra realizada en ellas es la más capaz de destruir las nociones humanas, y es también la más beneficiosa para todo este plan de gestión de seis mil años de Dios. Hacer esta obra entre estas personas es la mejor manera de destruir las nociones humanas, y con esto Dios lanza una era; con esto destruye todas las nociones humanas; con esto termina la obra de toda la Era de la Gracia. Su primera obra se llevó a cabo en Judea, dentro de los límites de Israel; entre las naciones gentiles no hizo obra alguna para lanzar una era nueva. La etapa final de obra no solo se lleva a cabo entre los gentiles, sino que, más aún, entre esas personas que han sido maldecidas. Este aspecto es la evidencia más capaz de humillar a Satanás y así, Dios “se vuelve” el Dios de toda la creación en el universo, el Señor de todas las cosas, el objeto de adoración para todo lo que tenga vida.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios es el Señor de toda la creación
Palabras diarias de Dios Fragmento 207
Hay actualmente algunos que siguen sin entender qué obra nueva ha empezado Dios. Él ha dado paso a un nuevo comienzo entre las naciones gentiles. Él ha empezado una era nueva y ha iniciado obra nueva, y está haciendo esta obra entre los descendientes de Moab. ¿No es esta Su obra más nueva? Nadie ha experimentado jamás esta obra en toda la historia. Nadie ha oído de ella ni tan siquiera, y ni mucho menos la ha apreciado. La sabiduría, el prodigio, la inescrutabilidad, la grandeza y la santidad de Dios se manifiestan a través de esta etapa de obra: la obra de los últimos días. ¿No es esta una obra nueva que destruye las nociones humanas? Hay algunos que piensan así: “Si Dios maldijo a Moab y dijo que abandonaría a sus descendientes, ¿cómo podría salvarlos ahora?”. Estos son los gentiles que fueron malditos por Dios y expulsados de Israel; los israelitas los llamaban “perros gentiles”. En la opinión de todos, no son solo perros gentiles, sino aun peor, los hijos de destrucción; es decir, no son el pueblo escogido de Dios. Aunque hayan nacido dentro de los límites de Israel, no forman parte de su pueblo y fueron expulsados a naciones gentiles. Son las personas más bajas de todas. Precisamente porque son los más bajos entre la humanidad, Dios lleva a cabo Su obra de lanzar una nueva era entre ellos, pues ellos representan a la humanidad corrupta. La obra de Dios es selectiva y enfocada; la obra que Él hace en estas personas hoy es también obra que se realiza en la creación. Noé era una criatura de Dios, así como sus descendientes. Cualquiera en el mundo que sea de carne y hueso es una criatura de Dios. La obra de Dios va dirigida a toda la creación; no depende de si uno es maldecido después de haber sido creado. Su obra de gestión se dirige a toda la creación, no a esas personas escogidas que no han sido malditas. Como Dios desea llevar a cabo Su obra en medio de Su creación, Él lo hará sin duda hasta su terminación exitosa, y Él obrará entre esas personas que son beneficiosas para Su obra. Por tanto, destruye todas las convenciones cuando obra entre las personas; ¡para Él, las palabras “maldito”, “castigado” y “bendito” no tienen sentido! El pueblo judío es bueno, y también lo es el pueblo escogido de Israel; son personas de calibre y humanidad buenos. Al principio, Jehová lanzó Su obra entre ellos y llevó a cabo Su obra más antigua, pero no tendría sentido hacer la obra de conquistarlos en la actualidad. Aunque ellos también pueden ser parte de la creación y tienen muchos aspectos positivos, no tendría sentido llevar a cabo esta etapa de la obra entre ellos. Dios no sería capaz de conquistar a las personas, ni podría convencer a toda la creación, y esto es justamente el motivo por el que Su obra pasó a estas personas de la nación del gran dragón rojo. Lo más importante aquí es Su lanzamiento de una era, Su destrucción de todas las normas y todas las nociones humanas y Su finalización de la obra de toda la Era de la Gracia. Si Su obra actual se llevara a cabo entre los israelitas, cuando Su plan de gestión de seis mil años llegara a su fin, todos creerían que Dios es solo el Dios de los israelitas, que solo estos son el pueblo escogido de Dios, que solo ellos merecen heredar la bendición y la promesa de Dios. La encarnación de Dios durante los últimos días en la nación gentil del país del gran dragón rojo cumple Su obra en la que Dios es el Dios de toda la creación; completa toda Su obra de gestión, y acaba la parte central de Su obra en la nación del gran dragón rojo. El núcleo de estas tres etapas de obra es la salvación del hombre, concretamente, hacer que toda la creación adore al Creador. Por tanto, cada etapa de obra tiene mucho sentido; Dios no hace nada que no tenga sentido o valor. Por un lado, esta etapa de la obra da paso a una nueva era y concluye las dos anteriores; por otro, destruye todas las nociones humanas y todas las viejas formas de creencia y conocimiento humanos. La obra de las dos eras anteriores se llevó a cabo de acuerdo a conceptos humanos diferentes; esta etapa, sin embargo, los elimina por completo, conquistando de esta forma completamente a la humanidad. A través de la conquista de los descendientes de Moab y la obra llevada a cabo entre ellos, Dios conquistará a todas las personas en todo el universo. Esta es la importancia más profunda de esta etapa de Su obra, y el aspecto más valioso de ella. Aunque ahora sepas que tu propio estatus es bajo y que vales poco, seguirás sintiendo que te has encontrado con la cosa más gozosa: has heredado una gran bendición, recibido una gran promesa, y puedes ayudar a realizar esta gran obra de Dios. Has contemplado Su verdadero rostro, conoces Su carácter inherente, y haces Su voluntad. Las dos etapas anteriores de la obra de Dios se llevaron a cabo en Israel. Si esta etapa de Su obra durante los últimos días también se llevase a cabo entre los israelitas, no solo toda la creación creería que solo estos eran el pueblo escogido de Dios, sino que todo el plan de gestión de Dios no conseguiría su efecto deseado. Durante el período en el que las dos etapas de Su obra se llevaron a cabo en Israel, no se realizó ninguna obra nueva, ni ninguna obra de lanzamiento de una nueva era, entre las naciones gentiles. La etapa de obra actual, la obra de lanzamiento de una era nueva, se lleva a cabo primero entre las naciones gentiles, y adicionalmente, se realiza inicialmente entre los descendientes de Moab, y así se lanza la era completa. Dios ha destruido cualquier conocimiento contenido en las nociones humanas y no ha permitido que quede nada de él. En Su obra de conquista ha destruido las nociones humanas, esas formas viejas y anteriores de conocimiento humano. Deja que las personas vean que con Dios no hay reglas, que no hay nada viejo en Él, que la obra que hace está totalmente liberada, es totalmente libre, y que Él acierta en todo lo que hace. Debes someterte completamente a cualquier obra que Él haga entre la creación. Toda la obra que hace tiene sentido y se lleva a cabo de acuerdo a Su propia voluntad y sabiduría, y no según las elecciones y nociones humanas. Si algo es beneficioso para Su obra, lo hace; si algo no lo es, no lo hace, ¡por muy bueno que sea! Él obra y selecciona a los destinatarios y el lugar de Su obra de acuerdo con el sentido y el propósito de esta. Él no se ciñe a normas pasadas cuando obra, ni sigue viejas fórmulas. En su lugar, planifica Su obra según su importancia. Al final, alcanzará un efecto auténtico y la meta prevista. Si no entiendes estas cosas hoy, esta obra no tendrá ningún efecto en ti.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios es el Señor de toda la creación
Palabras diarias de Dios Fragmento 208
¿Cómo de grande son los obstáculos a la obra de Dios? ¿Lo ha sabido alguien alguna vez? Con las personas enjauladas por matizaciones supersticiosas muy arraigadas, ¿quién es capaz de conocer el verdadero rostro de Dios? Con este conocimiento cultural atrasado, tan superficial y absurdo, ¿cómo podrían entender por completo las palabras pronunciadas por Dios? Incluso cuando se les habla cara a cara, y se les nutre de boca a boca, ¿cómo podrían comprender? En ocasiones, es como si las palabras de Dios hubieran caído en oídos sordos: las personas no tienen la más mínima reacción, menean la cabeza y no entienden nada. ¿Cómo podría esto no ser preocupante? Esta “distante[1] historia cultural antigua y este distante conocimiento cultural antiguo” han nutrido a un grupo tan inútil de personas. ¡La cultura antigua —preciosa herencia— es un montón de basura! ¡Hace mucho que se convirtió en una vergüenza eterna y no vale la pena mencionarla! Les ha enseñado a las personas los trucos y las técnicas de oponerse a Dios, y la “dirección ordenada y benévola”[2] de la educación nacional ha hecho que estas sean incluso más desobedientes a Dios. Cada parte de la obra de Dios es extremadamente difícil, y cada paso de ella sobre la tierra ha resultado angustioso para Dios. ¡Qué difícil es Su obra en la tierra! Los pasos de la obra de Dios en la tierra implican gran dificultad: por la debilidad, las deficiencias, la puerilidad, la ignorancia y todo lo del hombre, Dios hace planes meticulosos y consideraciones meditadas. El hombre es como un tigre de papel al que uno no se atreve a acosar ni a provocar; al más mero toque te muerde, o cae y pierde su camino, y es como si, a la más mínima pérdida de concentración, recayera o ignorara a Dios, o corriera a sus padres cerdos y perros para disfrutar de las cosas impuras de sus cuerpos. ¡Qué gran obstáculo! Prácticamente a cada paso de Su obra, Dios se somete a la tentación y en casi cada paso Dios corre gran peligro. Sus palabras son sinceras y honestas, sin malicia; aun así ¿quién está deseoso de aceptarlas? ¿Quién está dispuesto a someterse por completo? Esto le rompe el corazón a Dios. Él se afana día y noche por el hombre; le acosa la angustia por la vida del hombre, y se compadece de su debilidad. Ha sufrido muchos giros y vueltas en cada paso de Su obra, por cada palabra que pronuncia; siempre se encuentra entre la espada y la pared, y piensa en la debilidad, la desobediencia, la puerilidad y la vulnerabilidad del hombre día y noche… una y otra vez. ¿Quién ha sabido esto? ¿En quién puede confiar Él? ¿Quién sería capaz de entender? Él siempre aborrece los pecados del hombre, su falta de resistencia, su debilidad; siempre se preocupa por su vulnerabilidad, y contempla la senda que el ser humano tiene delante; siempre, al observar las palabras y las obras del hombre, se llena de misericordia e ira, y la vista de estas cosas siempre producen dolor en Su corazón. Después de todo, los inocentes se han ido haciendo insensibles; ¿por qué tendría Dios que hacerles siempre las cosas difíciles? El hombre débil está totalmente desprovisto de perseverancia; ¿por qué debería Dios tener siempre un enfado constante hacia él? El hombre débil y sin poder ya no tiene la menor vitalidad; ¿por qué debería Dios reprenderlo siempre por su desobediencia? ¿Quién puede resistir las amenazas de Dios en el cielo? Después de todo, el hombre es frágil, y Dios, en situación desesperada, ha empujado Su enfado en lo profundo de Su corazón, de manera que el hombre pueda reflexionar pausadamente sobre sí mismo. Con todo, el hombre, quien tiene graves dificultades, no tiene la menor comprensión de la voluntad de Dios. El hombre ha sido pisoteado bajo los pies del viejo rey de los demonios; con todo, es completamente inconsciente, siempre se pone en contra de Dios, o bien es tibio con Él. Dios ha pronunciado tantas palabras, con todo, ¿quién se las ha tomado alguna vez en serio? El hombre no entiende las palabras de Dios, pero permanece impertérrito, y sin anhelo. Nunca ha conocido de verdad la esencia del viejo diablo. Las personas viven en el Hades, en el infierno, pero creen vivir en el palacio del fondo del mar; son perseguidas por el gran dragón rojo, con todo, se creen “favorecidas”[3] por el país. El diablo los ridiculiza, pero ellos piensan que disfrutan de la maestría superlativa de la carne. ¡Qué montón de desgraciados sucios y miserables! El hombre se ha encontrado con el infortunio, pero no lo sabe y, en esta oscura sociedad, sufre contratiempo tras contratiempo[4], con todo, nunca ha despertado a ello. ¿Cuándo se despojará de su autobondad y su carácter servil? ¿Por qué es tan despreocupado del corazón de Dios? ¿Consiente en silencio esta opresión y dificultad? ¿Acaso no desea que llegue el día en que pueda cambiar la oscuridad por la luz? ¿No desea remediar, una vez más, las injusticias hacia la rectitud y la verdad? ¿Está dispuesto a observar, y a no hacer nada cuando las personas reniegan de la verdad y tergiversan los hechos? ¿Está dispuesto a seguir soportando este maltrato? ¿Está dispuesto a ser un esclavo? ¿A perecer a manos de Dios junto con los esclavos de este estado fallido? ¿Dónde está tu determinación? ¿Dónde está tu ambición? ¿Y tu dignidad? ¿Dónde está tu integridad? ¿Tu libertad? ¿Acaso estás dispuesto a dar toda tu vida[5] por el gran dragón rojo, el rey de los demonios? ¿Te hace feliz dejar que te torture hasta la muerte? El rostro de lo profundo es caótico y oscuro, mientras que la gente común que sufre tanta aflicción clama al cielo y se queja en la tierra. ¿Cuándo será capaz el hombre de mantener erguida su cabeza? El hombre está flaco y demacrado, ¿cómo podría contender con este diablo cruel y tirano? ¿Por qué no entrega su vida a Dios lo antes posible? ¿Por qué todavía vacila? ¿Cuándo puede terminar la obra de Dios? Así, sin rumbo, intimidado y oprimido, finalmente habrá pasado toda su vida en vano; ¿por qué tiene tanta prisa por llegar, y está tan apresurado por irse? ¿Por qué no guarda algo precioso que darle a Dios? ¿Ha olvidado los milenios de odio?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra y la entrada (8)
Notas al pie:
1. “Distante” se usa en tono de burla.
2. “Dirección ordenada y benévola” se utiliza en tono burlón.
3. “Favorecidas” se usa para burlarse de las personas que parecen acartonadas y no tienen conciencia de sí mismas.
4. “Contratiempo tras contratiempo” indica que las personas nacieron en la tierra del gran dragón rojo y que son incapaces de mantener la cabeza en alto.
5. “A dar toda tu vida” se utiliza en un sentido despectivo.
Palabras diarias de Dios Fragmento 209
La senda de hoy no es fácil de caminar. Se podría decir que es difícil de encontrar y, a través de los tiempos, ha sido extremadamente raro lograrlo. Sin embargo, ¿quién habría pensado que la carne del hombre por sí sola sería suficiente para llevarlo a la ruina? La obra de hoy es ciertamente preciosa como lluvia de primavera y valiosa como la bondad de Dios hacia el hombre. Sin embargo, si el hombre no conoce el propósito de Su obra actual ni entiende la esencia de la humanidad, entonces ¿cómo se puede hablar de su preciosidad y valía? La carne no les pertenece a los propios humanos, así que nadie puede ver claramente cuál será su destino en realidad. No obstante, deberías saber bien que el Señor de la creación regresará a la humanidad, que fue creada, a su posición original y restaurará su imagen original desde el momento de su creación. El Señor recobrará por completo el aliento que sopló en el hombre, recuperará sus huesos y carne y devolverá todo al Señor de la creación. Él transformará y renovará por completo a la humanidad y recuperará del hombre toda la herencia, que no pertenece a la humanidad, sino a Dios, y nunca más se la entregará a la humanidad. Esto es porque, para empezar, ninguna de esas cosas perteneció a la humanidad. Él todo lo recuperará: pero esto no es un saqueo injusto, sino que está destinado a restaurar el cielo y la tierra a sus estados originales, además de transformar y renovar al hombre. Este es el destino razonable para el hombre, aunque tal vez no será una reapropiación de la carne después de que ha sido castigada, como las personas podrían imaginar. Dios no quiere los esqueletos de la carne después de su destrucción; Él quiere los elementos originales del hombre, que pertenecieron a Dios en el principio. Por consiguiente, no aniquilará a la humanidad ni erradicará completamente la carne del hombre, porque la carne del hombre no es su propiedad privada. Sino más bien el apéndice de Dios, quien gestiona la humanidad. ¿Cómo podría Él aniquilar la carne del hombre para Su “disfrute”? A estas alturas, ¿has dejado ir de verdad toda esa carne tuya que ni siquiera vale un centavo? Si pudieras comprender el treinta por ciento de la obra de los últimos días (ese mero treinta por ciento significa comprender la obra del Espíritu Santo hoy, así como la obra de Dios sobre la palabra, en los últimos días), entonces no seguirías “sirviendo” o siendo “filial” a tu carne, que ha sido corrupta muchos años, como es hoy el caso. Debes ver claramente que los humanos ahora han avanzado a un estado sin precedentes y ya no seguirán rodando hacia delante, como las ruedas de la historia. Tu carne mohosa hace mucho que está cubierta de moscas, así que ¿cómo puede tener el poder de dar marcha atrás a las ruedas de la historia que Dios ha permitido que continúen hasta el día de hoy? ¿Cómo puede hacer que el reloj mudo de los últimos días vuelva a funcionar y lograr que sus manecillas se sigan moviendo en el sentido correcto? ¿Cómo puede volver a transformar el mundo que parece envuelto en densa niebla? ¿Puede tu carne revivir las montañas y los ríos? ¿Puede tu carne, que tiene solo una pequeña función, realmente restaurar la clase de mundo humano que has anhelado? ¿Puedes verdaderamente educar a tus descendientes para que se conviertan en “seres humanos”? ¿Ahora lo entiendes? ¿A qué pertenece tu carne exactamente? La intención original de Dios para salvar al hombre, para perfeccionar al hombre y para transformar al hombre no fue darte una hermosa patria o traer un reposo tranquilo a la carne del hombre; fue por el bien de Su gloria y Su testimonio, para el mejor disfrute de la humanidad en el futuro y para que pronto pudiera reposar. Aun así, no fue para tu carne, porque el hombre es el capital de la gestión de Dios, y la carne del hombre es simplemente un apéndice. (Un hombre es un objeto tanto con espíritu como con cuerpo, mientras que la carne es solo un elemento que se pudre. Esto quiere decir que la carne es una herramienta para usar en el plan de gestión). Deberías saber que el que Dios perfeccione, complete y gane a los hombres no trae nada sino espadas y golpes para su carne, además de sufrimiento sin fin, conflagración, juicio, castigo y maldiciones sin misericordia, y pruebas sin límite. Tal es la historia interna y la verdad sobre la obra de gestionar al hombre. Sin embargo, todas estas cosas están dirigidas contra la carne del hombre y todas las flechas de hostilidad se dirigen sin piedad hacia la carne del hombre (porque el hombre es inocente). Todo esto es por el bien de Su gloria y testimonio y para Su gestión. Esto se debe a que Su obra no es solamente por el bien de la humanidad, sino además por todo el plan y para cumplir Su voluntad original cuando Él creó a la humanidad. Por lo tanto, tal vez el noventa por ciento de las experiencias del hombre son sufrimientos y pruebas de fuego, y hay muy pocos, o incluso ninguno, de esos días dulces y felices que la carne del hombre ha anhelado. Más incapaz aún es el hombre de disfrutar momentos felices en la carne, pasando preciados momentos con Dios. La carne es inmunda así que lo que la carne del hombre ve o disfruta no es nada sino el castigo de Dios, que el hombre encuentra desfavorable, como si le faltara un sentido común. Esto es porque Dios manifestará Su carácter justo, el cual el hombre no prefiere, y Él no tolera las ofensas del hombre y desprecia a los enemigos. Dios abiertamente revela todo Su carácter a través de cualquier medio necesario, concluyendo así la obra de Su batalla de seis mil años con Satanás, ¡la obra de la salvación de toda la humanidad, y la destrucción del Satanás de la antigüedad!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El propósito de gestionar a la humanidad
Palabras diarias de Dios Fragmento 210
Los últimos días han llegado, y en los países alrededor del mundo reina la confusión. Hay desorden político, por todos lados están apareciendo hambrunas, pestilencias, inundaciones y sequías. Hay una catástrofe en el mundo del hombre; los cielos han hecho bajar el desastre. Estas son las señales de los últimos días. Pero para las personas, parece como un mundo de regocijo y esplendor; se está volviendo así cada vez más. El corazón de las personas se siente atraído a él y muchas personas están atrapadas y son incapaces de librarse de él; una gran cantidad de personas será engañada por los que están involucrados en superchería y brujería. Si no te esfuerzas por progresar, no tienes ideales y no te has arraigado en la senda verdadera las mareas crecientes de pecado te arrastrarán. China es el país más atrasado de todos, es la tierra donde el gran dragón rojo se encuentra enroscado, tiene la mayor cantidad de personas que adoran ídolos y que están involucradas en la brujería, tiene la mayor cantidad de templos y es un lugar donde residen los demonios inmundos. Naciste de esto, fuiste educado por eso y arraigado en su influencia; has sido corrompido y torturado por esto, pero después de ser despertado, lo abandonaste y Dios te ganó por completo. Esta es la gloria de Dios y, por eso esta etapa de la obra tiene gran importancia. Dios ha hecho una obra de tan grande escala, ha hablado tantas palabras y Él, en última instancia, os ganará por completo; esta es una parte de la obra de la gestión de Dios y vosotros sois el “botín de la victoria” de la batalla de Dios con Satanás. Cuánto más entendáis la verdad y mejor sea vuestra vida de iglesia, más será postrado el gran dragón rojo. Estos son asuntos del mundo espiritual, son las batallas del mundo espiritual y cuando Dios es victorioso, Satanás será avergonzado y caerá. Esta etapa de la obra de Dios tiene una importancia tremenda. Dios hace la obra de tal magnitud y salva completamente a este grupo de personas; para que puedas escapar de la influencia de Satanás, vivir en la tierra santa, vivir en la luz de Dios y tener el liderazgo y la guía de la luz. Entonces tu vida tiene sentido. Lo que coméis y vestís es diferente a lo de los incrédulos, disfrutáis las palabras de Dios y lleváis una vida significativa, y ¿qué disfrutan ellos? Disfrutan sólo el “legado ancestral” y su “espíritu nacional”. ¡No tienen el menor vestigio de humanidad! Vuestros vestidos, palabras y acciones, todo es diferente de lo suyo. En última instancia, escaparéis por completo de lo vil, ya no seréis atrapados en la tentación de Satanás y ganaréis la provisión diaria de Dios. Siempre debéis ser precavidos. Aunque vivís en un lugar inmundo, no estáis manchados con la inmundicia y podéis vivir juntos a Dios, recibiendo Su gran protección. Dios os ha escogido entre todos en esta tierra amarilla. ¿No sois las personas más bendecidas? Eres un ser creado, debes por supuesto adorar a Dios y buscar una vida con significado. Si no adoras a Dios, sino que vives en tu carne inmunda, ¿no eres solo una bestia, vestida de humano? Como eres un ser humano, ¡te debes gastar para Dios y soportar todo el sufrimiento! El pequeño sufrimiento que estás experimentando ahora, lo debes aceptar con alegría y con confianza y vivir una vida significativa como Job y Pedro. En este mundo, el hombre usa la ropa del diablo, come la comida del diablo, trabaja y sirve bajo el campo de acción del diablo, pisoteado completamente en su inmundicia. Si no captas el significado de la vida u obtienes el camino verdadero, entonces, ¿qué significado tiene vivir así? Vosotros sois personas que buscáis la senda correcta, los que buscáis mejorar. Sois personas que os levantáis en la nación del gran dragón rojo, aquellos a quienes Dios llama justos. ¿No es esa la vida con mayor sentido?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (2)
Palabras diarias de Dios Fragmento 211
Hoy en día, la obra que llevo a cabo en vosotros pretende introduciros en una vida con una humanidad normal; es la obra de inicio de una nueva era y de llevar a la humanidad a la vida de la nueva era. Paso a paso, llevo a cabo y desarrollo esta obra directamente entre vosotros: os enseño cara a cara, os tomo de la mano, os cuento lo que no entendéis, os otorgo cuanto os falta. Puede decirse que toda esta obra es vuestra provisión de vida, la cual, además, os guía hacia una vida con una humanidad normal; está destinada ex profeso a proveer sustento de vida a este grupo de personas en los últimos días. Para Mí, toda esta obra está destinada a concluir la antigua era y marcar el comienzo de una nueva; en cuanto a Satanás, me hice carne precisamente para derrotarlo. La obra que ahora realizo entre vosotros es vuestro sustento de hoy y vuestra salvación a tiempo, pero en los próximos años os contaré todas las verdades, todo el camino de la vida, e incluso la obra del futuro; con esto os bastará para que experimentéis las cosas normalmente el día de mañana. Todas Mis palabras son cuanto os he confiado. No hago ninguna otra exhortación; hoy, todas las palabras que os dirijo son Mi exhortación a vosotros, pues hoy no tenéis experiencia en muchas de las palabras que digo ni entendéis su significado interior. Algún día vuestras experiencias se materializarán como he dicho hoy. Estas palabras son vuestras visiones de hoy y aquello de lo que dependeréis en el futuro; son sustento de vida hoy y una exhortación para el futuro, y no podría haberla mejor. Esto es así porque el tiempo que tengo para obrar en la tierra no es tanto como el que tenéis vosotros para experimentar Mis palabras; Yo simplemente estoy terminando Mi obra, mientras que vosotros estáis buscando la vida, un proceso que implica un largo recorrido vital. Solo después de experimentar muchas cosas podréis recibir plenamente el camino de la vida; solo entonces entenderéis el significado interno de Mis palabras de hoy. Cuando tengáis Mis palabras en vuestras manos, cuando cada uno haya recibido todas Mis comisiones, una vez que os haya encomendado todo lo que debo y cuando la obra de las palabras haya llegado a su fin, con independencia de cuánto efecto haya tenido, también se habrá implantado la voluntad de Dios. A diferencia de lo que imaginas, no te tienes que transformar hasta cierto punto; Dios no obra de acuerdo con tus nociones.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (7)
Palabras diarias de Dios Fragmento 212
En los últimos días, Dios se hizo carne para hacer la obra que debía hacer, y llevar a cabo Su ministerio de palabras. Él vino en persona a obrar entre los seres humanos con el propósito de perfeccionar a esas personas que son conformes a Su corazón. Desde el momento de la creación hasta hoy, Él solamente ha llevado a cabo esta clase de obra durante los últimos días. Dios se ha encarnado solamente durante los últimos días para hacer una obra a tan gran escala. Aunque Él soporta dificultades que a las personas les resultaría difícil soportar y, aunque Él es un gran Dios que sin embargo tiene la humildad para convertirse en un hombre corriente, ningún aspecto de Su obra se ha retrasado y Su plan no ha caído en lo más mínimo presa del caos. Él está haciendo la obra según Su plan original. Uno de los propósitos de esta encarnación es conquistar a personas, otro es perfeccionar a las personas a las que ama. Él desea ver con Sus propios ojos a las personas que perfecciona, y constatar por Sí mismo cómo las personas que Él perfecciona dan testimonio por Él. No hay que perfeccionar a una persona ni a dos. En cambio, se trata de un grupo que forman muy pocas personas. Las personas de este grupo proceden de diversos países y de diversas nacionalidades del mundo. El propósito de hacer tanta obra es obtener a este grupo de personas, lograr el testimonio que estos dan de Él, y obtener la gloria que Él puede obtener de ellos. Dios no realiza obra que no tenga significado o que no tenga valor. Puede decirse que, al hacer tanta obra, el objetivo de Dios es perfeccionar a todos los que Él desea perfeccionar. En el tiempo libre que Él tenga aparte de esto, eliminará a los malvados. Debes saber que Él no hace esta gran obra por quienes son malos; al contrario, Él se entrega en Su totalidad por ese pequeño número de personas que han de ser perfeccionadas por Él. La obra que Él hace, las palabras que Él pronuncia, los misterios que Él revela, Su juicio y Su castigo son todos por causa de ese pequeño número de personas. Él no se hizo carne por los que son malos, y ni mucho menos provoca esta gente malvada una gran ira en Él. Él dice verdad, y habla de la entrada, por aquellos que han de ser perfeccionados; Él se hizo carne por ellos, y por ellos concede Sus promesas y bendiciones. La verdad, la entrada y la vida en humanidad de las que Él habla no se obran en beneficio de los que son malos. Él quiere evitar hablarles a los que son malos. En su lugar, desea conceder todas las verdades a los que han de ser perfeccionados. Pero Su obra exige que, por el momento, se les permita disfrutar a los malos de algunas de Sus riquezas. Los que no llevan a cabo la verdad, no satisfacen a Dios e interrumpen Su obra son todos malos. No pueden ser perfeccionados, y Dios los aborrece y los rechaza. Por el contrario, las personas que ponen en práctica la verdad, pueden satisfacer a Dios y se gastan enteramente por la obra de Dios son las personas que Él va a perfeccionar. Aquellos a los que Dios quiere completar no son otros que este grupo de personas, y la obra que Él hace es por el bien de estas personas. La verdad de la que Él habla va dirigida a las personas que están dispuestas a ponerla en práctica. Él no habla a las personas que no ponen en práctica la verdad. El incremento de conocimiento profundo y el crecimiento del discernimiento a los que Él alude van dirigidos a las personas que pueden llevar a cabo la verdad. Cuando Él habla de quienes han de ser perfeccionados, es a estas personas a las que se refiere. La obra del Espíritu Santo se dirige a las personas que están dispuestas a practicar la verdad. Cosas como poseer sabiduría y humanidad se dirigen a las personas que están dispuestas a poner en práctica la verdad. Puede que aquellos que no ejercen la verdad oigan muchas palabras sobre ella, pero como por naturaleza son personas muy malvadas que no están interesadas en la verdad, al oírlas entienden sólo doctrinas, palabras y teorías vacías sin el menor valor para su entrada en la vida. Ninguna de ellas es leal a Dios; todas ellas son personas que ven a Dios, pero no pueden obtenerlo; están todas condenadas por Él.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados
Palabras diarias de Dios Fragmento 213
La meta principal de la obra de conquista es limpiar a la humanidad para que el hombre pueda poseer la verdad, ¡porque el hombre entiende muy poco de la verdad! Hacer la obra de conquista en estas personas tiene el más profundo significado. Todos habéis caído bajo la influencia de las tinieblas y habéis sido dañados profundamente. La meta de esta obra, entonces, es capacitaros para conocer la naturaleza humana y, así, vivir la verdad. Ser perfeccionados es algo que todos los seres creados deberían aceptar. Si la obra de esta etapa implicase solo perfeccionar personas, entonces podría hacerse en Gran Bretaña, Estados Unidos o Israel; podría hacérseles a las personas de cualquier nación. Pero la obra de conquista es selectiva. El primer paso de la obra de conquista es a corto plazo; además, se usará para humillar a Satanás y conquistar todo el universo. Esta es la obra preliminar de conquista. Se puede decir que cualquier criatura que cree en Dios puede ser perfeccionada porque ser perfeccionado es algo que alguien puede lograr solo después de un cambio a largo plazo. Pero ser conquistado es diferente. El espécimen y el modelo a ser conquistados deben ser los que estén más rezagados, los que vivan en las tinieblas más oscuras; deben ser los más envilecidos, los menos dispuestos a reconocer a Dios y los más desobedientes a Dios. Esta es exactamente la clase de persona que puede dar testimonio de haber sido conquistada. La meta principal de la obra de conquista es derrotar a Satanás, mientras que la meta principal de perfeccionar a las personas es ganarlas. Es para capacitar a la gente para que tenga testimonio después de haber sido conquistada que esta obra de conquista se ha llevado a cabo aquí, en personas como vosotros. El objetivo es tener personas que den testimonio después de haber sido conquistadas. Estas personas conquistadas serán usadas para lograr la meta de humillar a Satanás. Así que ¿cuál es el principal método de conquista? El castigo, el juicio, las maldiciones y la revelación, usando un carácter justo para conquistar a las personas para que estén completamente convencidas debido al carácter justo de Dios. Usar la realidad y la autoridad de la palabra para conquistar a las personas y convencerlas completamente: esto es lo que significa ser conquistado. Quienes han sido perfeccionados no solo son capaces de lograr la obediencia después de haber sido conquistados, sino que también son capaces de tener el conocimiento de la obra de juicio, cambiar su carácter y llegar a conocer a Dios. Experimentan el camino de amar a Dios y se llenan de la verdad. Aprenden a experimentar la obra de Dios, se vuelven capaces de sufrir por Él y tienen su propia voluntad. Los perfeccionados son aquellos que tienen un entendimiento real de la verdad gracias a que han experimentado la palabra de Dios. Los conquistados son aquellos que conocen la verdad pero no han aceptado el significado real de ella. Después de haber sido conquistados, obedecen, pero su obediencia es todo el resultado del juicio que recibieron. No tienen absolutamente ningún entendimiento del significado real de muchas verdades. Reconocen la verdad verbalmente pero no han entrado en ella; comprenden la verdad, pero no la han experimentado. La obra hecha sobre aquellos que están siendo perfeccionados incluye castigos y juicios, junto con la provisión de la vida. Una persona que valora entrar en la verdad es una persona a ser perfeccionada. La diferencia entre los que van a ser perfeccionados y los que van a ser conquistados radica en si entraron en la verdad. Los perfeccionados son los que comprenden la verdad, han entrado en la verdad y están viviendo la verdad; las personas que no pueden ser perfeccionadas son las que no comprenden la verdad y no entran en la verdad, es decir, aquellos que no están viviendo la verdad. Si tales personas son ahora capaces de obedecer completamente, entonces son conquistadas. Si los conquistados no buscan la verdad, si siguen, pero no viven la verdad, si perciben y escuchan la verdad pero no valoran vivir la verdad, no pueden ser perfeccionados. Las personas que van a ser perfeccionadas practican la verdad de acuerdo a los requisitos de Dios a lo largo del camino a la perfección. A través de esto, satisfacen la voluntad de Dios y son perfeccionados. Cualquiera que sigue hasta el final antes de que la obra de conquista concluya es un conquistado, pero no se puede decir que sea un perfeccionado. “Los perfeccionados” son los que, después de que la obra de conquista termina, son capaces de seguir la verdad y ser ganados por Dios. Son los que, después de que la obra de conquista termina, permanecen firmes en la tribulación y viven la verdad. Lo que distingue ser conquistado de ser perfeccionado son las diferencias en los pasos de la obra y las diferencias en el grado en el cual las personas entienden y entran en la verdad. Todos aquellos que no se han embarcado en el camino de la perfección, o sea aquellos que no poseen la verdad, en última instancia, serán descartados. Solo aquellos que poseen la verdad y viven la verdad pueden ser ganados por Dios. Es decir, aquellos que viven a imagen de Pedro son los perfeccionados, mientras que todos los demás son los conquistados. La obra hecha en aquellos que están siendo conquistados consiste en colocar las maldiciones, el castigo y la exposición de la ira y lo que les llega es la justicia y las maldiciones. Obrar en tal persona es revelar sin ceremonias ni modales, revelar el carácter corrupto que hay dentro de ella de tal manera que la misma persona lo reconozca y esté completamente convencida. Una vez que el hombre se hace completamente obediente, la obra de conquista termina. Incluso si la mayoría de las personas siguen sin buscar entender la verdad, la obra de conquista habrá terminado.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo los perfeccionados pueden vivir una vida significativa
Palabras diarias de Dios Fragmento 214
¿Cómo perfecciona Dios al hombre? ¿Cuál es el carácter de Dios? ¿Y qué contiene Su carácter? Para aclarar todas estas cosas: se lo llama difundir el nombre de Dios, dar testimonio de Él y exaltar a Dios. El hombre, sobre la base de conocer a Dios logrará, en última instancia, que su carácter de vida sea transformado. Cuanto más trato y refinamiento atraviese el hombre, mayor será su vigor; y cuanto más numerosos sean los pasos de la obra de Dios, más perfeccionado será el hombre. Hoy, en la experiencia del hombre, cada paso de la obra de Dios contraataca las nociones del hombre y todo excede al intelecto humano y supera sus expectativas. Dios provee todo lo que el ser humano necesita, y en todos los sentidos esto está en desacuerdo con las nociones del hombre. Cuando eres débil, Dios pronuncia Sus palabras. Solo así puede proveerte vida. Contraatacando tus nociones, te hace aceptar el trato de Dios, y solo así puedes despojarte de tu corrupción. Hoy, en un aspecto, Dios encarnado obra dentro de un estado de divinidad, pero en otro lo hace en un estado de humanidad normal. Cuando dejes de poder negar ninguna de las obras que Dios realiza, cuando puedas someterte, no importa qué diga o haga Dios en el estado de humanidad normal; cuando puedas someterte y entender independientemente de qué tipo de normalidad Él manifieste, y cuando hayas tenido experiencia real, solo entonces podrás saber con seguridad que Él es Dios, solo entonces dejarás de producir conceptos y solo entonces podrás seguirlo hasta el final. En la obra de Dios hay sabiduría, y Él sabe cómo el hombre puede mantenerse firme en el testimonio de Dios. Sabe dónde está la debilidad vital del hombre y las palabras que Él pronuncia pueden golpearte justo en tu debilidad vital, pero también usa Sus palabras majestuosas y sabias para que te mantengas firme en el testimonio de Él. Así son los milagrosos hechos de Dios. La obra que Él realiza es inimaginable para el intelecto del hombre. Qué clases de corrupción posee el hombre, siendo carne, y las cosas que conforman su sustancia se revelan a través del juicio de Dios y dejan al hombre sin un lugar donde esconderse de su vergüenza.
Dios realiza la obra de juicio y castigo para que el hombre pueda conocerle, y por el bien de Su testimonio. Sin Su juicio sobre el carácter corrupto del ser humano, el hombre no podría conocer Su carácter justo que no permite ofensa, y no podría apartarse de su viejo conocimiento de Dios para adoptar el nuevo. Por el bien de Su testimonio y de Su gestión, Él hace pública Su totalidad, capacitando así al hombre para lograr el conocimiento de Dios, que su carácter sea transformado y que dé resonante testimonio de Él por medio de Su aparición pública. El cambio en el carácter del hombre se logra a través de distintos tipos de la obra de Dios; sin estos cambios en el carácter del hombre, este sería incapaz de dar testimonio de Dios y no podría ser conforme a Su corazón. El cambio en el carácter del hombre significa que se ha liberado de la atadura de Satanás y de la influencia de la oscuridad, y que se ha convertido de verdad en un modelo y una muestra de la obra de Dios, que ha llegado a ser un testigo suyo y alguien que es conforme a Su corazón. Hoy, el Dios encarnado ha venido a hacer Su obra en la tierra, y exige que el hombre logre conocerle, obedecerle, y dé testimonio de Él; que conozca Su obra práctica y normal, que obedezca todas Sus palabras y Su obra que no concuerdan con los conceptos del hombre, y dé testimonio de toda Su obra de salvación del hombre, y todos los hechos que Él hace para conquistar al hombre. Los que dan testimonio de Dios tienen que poseer un conocimiento de Él; solo este tipo de testimonio es preciso, práctico y el único que puede avergonzar a Satanás. Dios usa a aquellos que han llegado a conocerle pasando por Su juicio y Su castigo, por Su trato y Su poda, para que den testimonio de Él; Él usa a los que han sido corrompidos por Satanás para que den testimonio de Él; así también usa a aquellos cuyo carácter ha cambiado y que se han ganado, así, Sus bendiciones, para que den testimonio de Él. No necesita que el hombre lo alabe de palabra, ni necesita la alabanza y el testimonio de quienes son de la clase de Satanás, que no han sido salvados por Él. Solo aquellos que conocen a Dios son aptos para dar testimonio de Él y aquellos cuyo carácter ha sido transformado también lo son. Dios no permitirá que el hombre acarree vergüenza sobre Su nombre deliberadamente.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él
Palabras diarias de Dios Fragmento 215
Recuerda la escena bíblica en la que Dios lanzó la destrucción sobre Sodoma y piensa también cómo la esposa de Lot acabó siendo una estatua de sal. Piensa cómo se arrepintió de sus pecados el pueblo de Nínive en cilicio y cenizas y recuerda lo que siguió después de que los judíos clavasen a Jesús en la cruz hace 2000 años. Los judíos fueron expulsados de Israel y huyeron a países alrededor del mundo. Muchos fueron asesinados y todo el pueblo judío se vio sometido al dolor sin precedentes de la aniquilación de su nación. Habían crucificado a Dios —cometieron un pecado atroz— e irritaron Su carácter. Se les hizo pagar por lo que hicieron y se les hizo cargar con todas las consecuencias de sus actos. Condenaron a Dios, lo rechazaron y, por tanto, solo tenían un destino: ser castigados por Dios. Esta fue la amarga consecuencia y el desastre en el que sus gobernantes sumergieron al país y a la nación.
Hoy, Dios ha regresado al mundo para realizar Su obra. Su primera parada es el exponente del régimen dictatorial: China, el acérrimo bastión del ateísmo. Dios ha ganado un grupo de personas con Su sabiduría y poder. Durante este período, el partido gobernante en China lo ha perseguido por todos los medios y lo ha sometido a un gran sufrimiento, sin un lugar donde poder apoyar la cabeza, incapaz de encontrar refugio. A pesar de esto, Dios aún continúa la obra que pretende hacer: alza Su voz y difunde el evangelio. Nadie puede desentrañar la omnipotencia de Dios. En China, un país que considera a Dios como enemigo, Él no ha cesado nunca Su obra. Por el contrario, más personas han aceptado Su obra y Su palabra, porque Dios salva a todos y cada uno de los miembros de la humanidad en la mayor medida posible. Confiamos en que ningún país ni ningún poder puede interponerse en el camino de lo que Dios quiere lograr. Aquellos que obstruyen Su obra, se resisten a Su palabra e interrumpen y perjudican Su plan terminarán castigados por Él. El que resista la obra de Dios será enviado al infierno; cualquier país que se resista a la obra de Dios, será destruido; cualquier nación que se levante para oponerse a la obra de Dios será barrida de esta tierra y dejará de existir. Insto a las personas de todas las naciones, de todos los países e incluso de todas las industrias a escuchar la voz de Dios, contemplar Su obra y prestar atención al destino de la humanidad, con el fin de hacer que Dios sea el más santo, el más honorable, el superior y el único objeto de adoración entre la humanidad, y permitir así a toda la humanidad vivir bajo la bendición de Dios, así como los descendientes de Abraham vivieron bajo la promesa de Jehová, y como Adán y Eva, a quienes Dios creó primero, vivieron en el jardín del Edén.
La obra de Dios avanza como una poderosa ola. Nadie puede demorarlo ni detener Su marcha. Solo aquellos que escuchan Sus palabras con atención y lo buscan y tienen sed de Él pueden seguir Sus huellas y recibir Su promesa. Aquellos que no, sufrirán un desastre abrumador y un castigo bien merecido.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice II: Dios preside el destino de toda la humanidad
Palabras diarias de Dios Fragmento 216
La obra de gestión de Dios comenzó en la creación del mundo, y el hombre se encuentra en el centro de esta obra. Puede decirse que la creación de todas las cosas por parte de Dios es en beneficio del hombre. Como la obra de Su gestión abarca miles de años y no se lleva a cabo simplemente en cuestión de minutos o segundos o en un abrir y cerrar de ojos ni a lo largo de un año o dos, Él tuvo que crear más cosas necesarias para la supervivencia del hombre, como el sol, la luna, todo tipo de criaturas vivientes, alimentos y un entorno hospitalario. Este fue el comienzo de la gestión de Dios.
Después de eso, Dios le entregó la humanidad a Satanás, y el hombre vivió bajo su campo de acción, lo cual llevó gradualmente a la obra de Dios de la primera era: la historia de la Era de la Ley… A lo largo de varios miles de años durante la Era de la Ley, la humanidad se acostumbró a la guía de esta y la dio por hecho. Poco a poco, las personas dejaron el cuidado de Dios. Y así, aunque seguían la ley, también adoraban a ídolos y llevaban a cabo actos malvados. Quedaron sin la protección de Jehová y se limitaron a vivir su vida delante del altar en el templo. De hecho, la obra de Dios los había abandonado hacía mucho, y aunque los israelitas seguían apegándose a la ley, pronunciaban el nombre de Jehová y hasta creían con orgullo que solo ellos eran el pueblo de Jehová y Sus escogidos, la gloria de Dios los abandonó silenciosamente…
Cuando Dios lleva a cabo Su obra, siempre abandona un lugar en silencio y lleva a cabo con delicadeza la nueva obra que inicia en otra parte. Esto les parece increíble a las personas, que están adormecidas. Siempre han valorado lo viejo y han visto las cosas nuevas y poco familiares con hostilidad o como un fastidio. Y así, cualquiera que sea la nueva obra que Dios lleve a cabo, desde el principio hasta el final, el hombre es el último, entre todas las cosas, en saber de ella.
Como siempre ha ocurrido, después de la obra de Jehová en la Era de la Ley, Dios empezó Su nueva obra de la segunda etapa: asumir la carne —encarnarse como hombre durante diez, veinte años— y hablar y hacer Su obra entre los creyentes. Pero nadie lo sabía, sin excepción, y solo un pequeño número de personas reconocía que Él era Dios hecho carne después de que el Señor Jesús fuera crucificado y resucitara. […] En cuanto se completó la segunda etapa de la obra de Dios —después de la crucifixión—, Su obra de recuperar al hombre del pecado (es decir, de las manos de Satanás) se cumplió. Y así, a partir de ese momento, la humanidad solo tenía que aceptar al Señor Jesús como el Salvador y sus pecados les serían perdonados. Nominalmente hablando, los pecados del hombre ya no eran una barrera para que alcanzara su salvación y se presentara delante de Dios, ni eran ya la ventaja por la que Satanás acusaba al hombre. Esto se debe a que Dios mismo había llevado a cabo obra real, se había convertido en la semejanza y la muestra de la carne pecaminosa, y Él mismo era la ofrenda por el pecado. De esta forma, el hombre descendió de la cruz y fue redimido y salvado a través de la carne de Dios: la semejanza de esta carne pecaminosa. Y así, después de haber sido tomado en cautiverio por Satanás, el hombre se acercó un paso más a aceptar la salvación de Dios delante de Él. Por supuesto, esta etapa de la obra fue más profunda y desarrollada que la gestión de Dios durante la Era de la Ley.
Esa es la gestión de Dios: entregar a la humanidad a Satanás —una humanidad que no sabe qué es Dios, qué es el Creador, cómo adorar a Dios o por qué es necesario someterse a Él— y permitir que Satanás lo corrompa. Entonces, paso a paso, Dios recupera al hombre de las manos de Satanás, hasta que el hombre adora plenamente a Dios y rechaza a Satanás. Esta es la gestión de Dios. Puede sonar a cuento mítico y parecer desconcertante. Las personas sienten que esto es un cuento mítico porque no tienen ni idea de cuánto le ha ocurrido al hombre a lo largo de los últimos milenios y, mucho menos, cuántas historias han ocurrido en el cosmos y en el firmamento. Además, se debe a que no pueden apreciar el mundo más asombroso y atemorizante que existe más allá del mundo material, pero que sus ojos mortales les impiden ver. Esto le parece incomprensible al hombre porque no entiende la importancia de la salvación de la humanidad por parte de Dios o la importancia de Su obra de gestión, ni tampoco cómo Dios desea que sea la humanidad en última instancia. ¿Desea que la humanidad no sea corrompida en absoluto por Satanás, como lo fueron Adán y Eva? ¡No! El propósito de la gestión de Dios es ganar a un grupo de personas que adoren a Dios y se sometan a Él. Aunque estas personas han sido corrompidas por Satanás, ya no lo ven como su padre; reconocen el repugnante rostro de Satanás y lo rechazan, y vienen delante de Dios para aceptar Su juicio y Su castigo. Llegan a saber lo que es feo y cómo contrasta con aquello que es santo, y reconocen la grandeza de Dios y la maldad de Satanás. Una humanidad como esta no trabajará más para Satanás ni lo adorará ni lo consagrará. Es porque se trata de un grupo de personas que han sido ganadas por Dios de verdad. Esta es la importancia de la obra de Dios de gestionar a la humanidad. Durante esta obra de gestión de este tiempo, la humanidad es el objeto tanto de la corrupción de Satanás como de la salvación de Dios, y el hombre es el producto por el que pelean Dios y Satanás. Al mismo tiempo que Dios lleva a cabo Su obra, recupera poco a poco al hombre de las manos de Satanás y, así, el hombre se acerca cada vez más a Dios…
Y después vino la Era del Reino, que es una etapa más práctica de la obra y, sin embargo, es también la más difícil de aceptar para el hombre. Esto se debe a que, cuanto más se acerca el hombre a Dios, más se acerca a él Su vara, y Su rostro se revela con mayor claridad al hombre. Después de la redención de la humanidad, el hombre regresa oficialmente a la familia de Dios. El hombre pensó que este era el momento de disfrutar; sin embargo, es objeto de un ataque frontal total por parte de Dios, de tal magnitud que nadie pudo haberlo previsto jamás. Resulta que es un bautismo que el pueblo de Dios tiene que “disfrutar”. Con ese trato, las personas no tienen más opción que detenerse y pensar para sí: “yo soy el cordero, perdido durante muchos años, por el cual Dios pagó mucho para volverlo a comprar; entonces, ¿por qué me trata Él así? ¿Es esta la forma en la que Dios se ríe de mí y me pone en evidencia?…”. Con el paso de los años, el hombre se ha curtido y ha experimentado la dureza del refinamiento y el castigo. Aunque el hombre ha perdido la “gloria” y el “romance” de tiempos pasados, sin saberlo, ha llegado a entender los principios de la conducta humana y a apreciar los años de devoción de Dios para salvar a la humanidad. El hombre comienza lentamente a aborrecer su propia barbarie. Empieza a odiar lo salvaje que es, todas las malinterpretaciones y exigencias irracionales que ha hecho de Dios. El reloj no puede volver atrás en el tiempo. Los acontecimientos del pasado se convierten en los pesarosos recuerdos del hombre, y las palabras y el amor de Dios pasan a ser la fuerza impulsora de la nueva vida del hombre. Las heridas de este se curan día tras día, su fortaleza vuelve y se pone en pie y mira el rostro del Todopoderoso… solo para descubrir que Él siempre ha estado a mi lado, y que Su sonrisa y Su hermoso rostro siguen siendo muy conmovedores. Su corazón se sigue preocupando por la humanidad que Él creó, y Sus manos siguen siendo tan cálidas y poderosas como lo fueron en el principio. Es como si el hombre regresara al jardín del Edén pero, esta vez, ya no escucha las tentaciones de la serpiente ni se aleja del rostro de Jehová. El hombre se arrodilla ante Dios, contempla Su rostro sonriente y ofrece su sacrificio más valioso: ¡Oh! ¡Mi Señor, mi Dios!
El amor y la compasión de Dios impregnan cada detalle de Su obra de gestión, e independientemente de si las personas son o no capaces de entender las buenas intenciones de Dios, Él sigue llevando a cabo sin descanso la obra que se propuso cumplir. Sin importar cuánto entienden las personas sobre la gestión de Dios, todos pueden apreciar los beneficios y la ayuda que ha traído dicha obra al hombre. Quizás hoy no hayas sentido nada del amor o la vida suministrada por Dios, pero mientras no lo abandones ni renuncies a tu determinación de buscar la verdad, vendrá un día en el que la sonrisa de Dios se te revelará. Porque la meta de la obra de gestión de Dios consiste en recuperar a las personas que se encuentran bajo el campo de acción de Satanás, y no abandonar a las que han sido corrompidas por este y se oponen a Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice III: El hombre sólo puede salvarse en medio de la gestión de Dios
Palabras diarias de Dios Fragmento 217
Todas las personas necesitan entender el propósito de Mi obra en la tierra; es decir, lo que al final deseo obtener y el nivel que debo alcanzar en esta obra antes de que pueda completarse. Si después de caminar conmigo hasta hoy, las personas no entienden de qué se trata Mi obra, entonces ¿acaso no han caminado conmigo en vano? Si las personas me siguen deben conocer Mi voluntad. He estado obrando en la tierra durante miles de años y, hasta la fecha, sigo realizando Mi obra de este modo. Aunque Mi obra contiene muchos proyectos, su propósito permanece inmutable; aunque Yo esté lleno de juicio y castigo hacia el hombre, lo que hago sigue siendo en aras de salvarlo, de difundir mejor Mi evangelio y de expandir más Mi obra entre todas las naciones gentiles, una vez que el hombre se haya completado. Así pues, hoy, en una época en la que muchas personas desde hace mucho tiempo han caído en una consternación profunda, Yo sigo adelante con Mi obra; sigo adelante con la obra que debo llevar a cabo para juzgar y castigar al hombre. A pesar de que el hombre está harto de lo que digo y de que no tenga deseos de preocuparse por Mi obra, Yo sigo llevando a cabo Mi deber, pues el propósito de Mi obra sigue inmutable y Mi plan original no será quebrantado. La función de Mi juicio consiste en permitirle al hombre obedecerme mejor, y la función de Mi castigo es permitirle al hombre ser transformado de forma más eficaz. Aunque lo que hago es en aras de Mi gestión, jamás he hecho nada que no haya sido beneficioso para el hombre, pues quiero lograr que todas las naciones más allá de Israel sean obedientes como los israelitas y quiero convertirlos en verdaderos seres humanos para así poder establecerme en las tierras fuera de Israel. Esta es Mi gestión; es la obra que estoy realizando entre las naciones gentiles. Aun ahora, muchos siguen sin entender Mi gestión porque estas cosas no les interesan y solo se preocupan por su propio futuro y destino. Sin importar lo que Yo diga, siguen siendo indiferentes a la obra que realizo, en lugar de enfocarse exclusivamente en el destino del mañana. Si las cosas siguen así, ¿cómo puede expandirse Mi obra? ¿Cómo puede difundirse Mi evangelio por todo el mundo? Sabed que, cuando Mi obra se difunda, Yo os dispersaré y os castigaré, tal como Jehová castigó a cada una de las tribus de Israel. Todo esto se hará para que Mi evangelio pueda difundirse por toda la tierra, para que Mi obra pueda difundirse a las naciones gentiles, para que Mi nombre pueda ser engrandecido por adultos y niños por igual y para que Mi santo nombre sea exaltado en boca de las personas de todas las tribus y naciones. Esto es así para que, en esta era final, Mi nombre pueda ser exaltado entre las naciones gentiles, para que Mis acciones sean vistas por los gentiles y para que me llamen el Todopoderoso en virtud de Mis acciones, y para que Mis palabras se cumplan pronto. Haré que todas las personas sepan que no solo soy el Dios de los israelitas, sino que también soy el Dios de todas las naciones de los gentiles, incluso de aquellas a las que he maldecido. Permitiré que todos vean que Yo soy el Dios de toda la creación. Esta es Mi mayor obra, el propósito del plan de Mi obra para los últimos días y la única obra que se ha de llevar a cabo en los últimos días.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de difundir el evangelio es también la obra de salvar al hombre
Palabras diarias de Dios Fragmento 218
La obra que he estado gestionando durante miles de años se revela por completo al hombre recién durante los últimos días. Recién ahora he revelado al hombre el misterio completo de Mi gestión, y el hombre ha conocido el propósito de Mi obra y, además, ha llegado a comprender todos Mis misterios. Ya le he dicho al hombre todo lo que le preocupa sobre el destino. Ya le he revelado al hombre todos Mis misterios, misterios que estuvieron ocultos durante más de 5900 años. ¿Quién es Jehová? ¿Quién es el Mesías? ¿Quién es Jesús? Vosotros deberíais saber todo esto. Mi obra gira en torno a estos nombres. ¿Lo habéis entendido? ¿Cómo debería proclamarse Mi santo nombre? ¿Cómo debería difundirse Mi nombre a cualquiera de las naciones que me han invocado por cualquiera de Mis nombres? Mi obra se está expandiendo y Yo la difundiré en toda su plenitud a todas y cada una de las naciones. Como Mi obra ya se ha llevado a cabo en vosotros, Yo os aniquilaré tal como Jehová aniquiló a los pastores de la casa de David en Israel, y terminaréis esparcidos por todas las naciones. Porque en los últimos días, aplastaré a todas las naciones hasta hacerlas añicos y haré que sus pueblos sean distribuidos de nuevo. Cuando vuelva a regresar, ya las naciones habrán sido divididas según las fronteras establecidas por Mis llamas ardientes. En ese momento, me volveré a manifestar a la humanidad como el sol abrasador y me mostraré abiertamente a ella a la imagen del Santo a quien nunca ha visto y caminaré entre las naciones multitudinarias, tal como Yo, Jehová, caminé una vez entre las tribus judías. A partir de ese momento, guiaré a la humanidad en su vida sobre la tierra. Ahí, la humanidad sin duda contemplará Mi gloria y también verá con toda seguridad una columna de nubes en el aire que los guiará en su vida, porque me apareceré en los lugares santos. El hombre verá Mi día de justicia y también Mi manifestación gloriosa. Esto sucederá cuando Yo reine sobre toda la tierra y lleve a Mis muchos hijos a la gloria. En todas partes en la tierra los hombres se inclinarán y Mi tabernáculo se erigirá firmemente en medio de la humanidad, sobre la roca de la obra que llevo a cabo hoy. Las personas me servirán también en el templo. Haré pedazos el altar, cubierto de cosas sucias y detestables, y lo edificaré de nuevo. Corderos y terneros recién nacidos serán apilados sobre el altar sagrado. Derribaré el templo actual y construiré uno nuevo. El templo que hoy existe, lleno de personas aborrecibles, se desplomará, y el que Yo edificaré estará lleno de siervos leales a Mí. Una vez más, se pondrán de pie y me servirán por el bien de la gloria de Mi templo. Sin duda, veréis el día en el que recibo inmensa gloria y también veréis el día en el que derribe el templo y construya uno nuevo. Además, seguramente veréis el día de la llegada de Mi tabernáculo al mundo de los hombres. Mientras destruyo el templo, traeré también mi tabernáculo al mundo de los hombres, mientras contemplan Mi descenso. Después de aplastar a todas las naciones, las reuniré de nuevo y, a partir de ese momento, edificaré Mi templo y estableceré Mi altar, para que todos puedan ofrecerme sacrificios, me sirvan en Mi templo y se dediquen fielmente a Mi obra en las naciones gentiles. Serán como los israelitas del presente, ataviados con una túnica sacerdotal y una corona, con Mi gloria, la de Jehová, en medio de ellos, y con Mi majestad rondando y morando con ellos. Mi obra en las naciones gentiles también se ejecutará del mismo modo. Como fue Mi obra en Israel, así será Mi obra en las naciones gentiles, porque expandiré Mi obra en Israel y la extenderé a las naciones gentiles.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de difundir el evangelio es también la obra de salvar al hombre
Palabras diarias de Dios Fragmento 219
Este es el momento en el que Mi Espíritu lleva a cabo una gran obra y es el momento en el que comienzo Mi obra entre las naciones gentiles. Más aún, es el momento en el que clasifico a todos los seres creados, poniendo a cada uno en su categoría respectiva, para que Mi obra pueda proceder con mayor rapidez y efectividad. Y, así, lo que os pido sigue siendo que cada uno ofrezca todo su ser a toda Mi obra y, además, que discernáis claramente y tengáis la certeza de toda la obra que Yo he realizado en ti, y que pongas todas tus fuerzas en Mi obra para que esta pueda ser más efectiva. Esto es lo que debes entender. Desistid de pelear entre vosotros, de buscar buna senda de retorno o las comodidades de la carne, las cuales retrasarían Mi obra y tu maravilloso futuro. Lejos de protegerte, hacer eso traería destrucción sobre ti. ¿No sería esto una necedad de tu parte? Aquello que hoy disfrutas con avidez es, precisamente, lo que está arruinando tu futuro, mientras que el dolor que hoy sufres es justamente lo que te protege. Debes ser claramente consciente de estas cosas a fin de evitar caer preso de las tentaciones de las que te será difícil liberarte y evitar tropezar en la densa niebla y ser incapaz de encontrar el sol. Cuando la densa niebla se disipe, te encontrarás en medio del juicio del gran día. Para entonces, Mi día se habrá acercado a la humanidad. ¿Cómo escaparás a Mi juicio? ¿Cómo podrás soportar el calor abrasador del sol? Cuando concedo Mi abundancia sobre el hombre, él no la atesora en su seno, sino que la echa a un lado a un lugar donde nadie la notará. Cuando Mi día descienda sobre el hombre, él ya no podrá descubrir Mi abundancia ni encontrar las amargas palabras de la verdad que le pronuncié hace mucho tiempo. Gemirá y llorará, porque ha perdido la claridad de la luz y ha caído en la oscuridad. Lo que hoy veis es meramente la afilada espada de Mi boca. No habéis visto la vara en Mi mano ni la llama con la que quemo al hombre, y por ello seguís siento altivos y desmedidos en Mi presencia. Es por eso que todavía peleáis conmigo en Mi casa, negando con vuestra lengua humana lo que Yo he pronunciado con Mi boca. El hombre no me teme y, aunque sigue enemistándose conmigo hasta el día de hoy, sigue sin sentir ningún temor. Tenéis la lengua y los dientes de los injustos en vuestra boca. Vuestras palabras y vuestras acciones son como las de la serpiente que incitó a Eva a pecar. Os exigís unos a otros ojo por ojo y diente por diente, y lucháis en Mi presencia para arrebatar estatus, fama y fortuna para vosotros mismos, pero no sabéis que Yo observo en secreto vuestras palabras y acciones. Antes siquiera de que vengáis ante Mí, Yo ya habré explorado el fondo mismo de vuestro corazón. El hombre siempre quiere escapar del agarre de Mi mano y eludir la observación de Mis ojos, pero Yo nunca he esquivado sus palabras o sus acciones. En lugar de eso, deliberadamente permito que esas palabras y acciones entren en Mis ojos para poder castigar la injusticia del hombre y ejecutar el juicio sobre su rebeldía. Así, las palabras y acciones secretas del hombre permanecen siempre ante Mi trono de juicio y Mi juicio no ha abandonado nunca al hombre, porque su rebeldía es excesiva. Mi obra consiste en quemar y purificar todas las palabras pronunciadas y las acciones realizadas por el hombre en presencia de Mi Espíritu. De este modo[a], cuando Yo abandone la tierra, las personas seguirán siendo leales a Mí y continuarán sirviéndome como hacen Mis siervos santos en Mi obra, permitiendo que Mi obra prosiga en la tierra hasta el día en que quede completada.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de difundir el evangelio es también la obra de salvar al hombre
Nota al pie:
a. El texto original no contiene la frase “De este modo”.
Palabras diarias de Dios Fragmento 220
¿Habéis visto qué obra cumplirá Dios en este grupo de personas? Dios dijo en una ocasión que, incluso en el Reino Milenario, las personas todavía deben seguir Sus declaraciones y, en el futuro, las declaraciones de Dios todavía guiarán directamente la vida del hombre en la buena tierra de Canaán. Cuando Moisés estuvo en el desierto, Dios lo instruyó y le habló directamente. Desde el cielo Dios envió comida, agua y maná para que las personas lo disfrutaran, y hoy todavía es así: Dios personalmente ha enviado cosas para comer y beber para que las personas las disfruten y Él ha enviado personalmente maldiciones para castigar a las personas. Y así, cada paso de Su obra Dios lo lleva a cabo personalmente. Hoy, la gente busca que ocurran hechos, busca ver señales y maravillas, y es posible que todas esas personas sean descartadas, porque la obra de Dios cada vez es más práctica. Nadie sabe que Dios ha descendido del cielo; tampoco son conscientes de que Dios ha enviado comida y tónicos del cielo; con todo, Dios verdaderamente existe y las conmovedoras escenas del Reino Milenario que las personas se imaginan también son las declaraciones personales de Dios. Esto es un hecho y solo esto se considera gobernar con Dios en la tierra. Reinar con Dios en la tierra se refiere a la carne. Lo que no es de la carne no existe en la tierra, y por eso todos los que se centran en ir al tercer cielo lo hacen en vano. Un día, cuando todo el universo regrese a Dios, el centro de Su obra en todo el cosmos seguirá Sus declaraciones; en otro lugar, algunas personas llamarán por teléfono, algunas tomarán un avión, algunas tomarán un barco al otro lado del mar y otras usarán láser para recibir las declaraciones de Dios. Todos estarán adorando y deseosos; todos se acercarán a Dios y se congregarán con Dios, y todos adorarán a Dios, y todo esto serán las obras de Dios. ¡Recuerda esto! De cierto, Dios nunca volverá a empezar en otro lugar. Dios cumplirá este hecho: Él hará que todas las personas en todo el universo vengan ante Él y adoren al Dios que está en la tierra, y Su obra en otros lugares cesará y las personas se verán obligadas a buscar el camino verdadero. Será como José: todos fueron a él por comida y se postraron ante él porque él tenía cosas para comer. Con el fin de evitar la hambruna, las personas serán obligadas a buscar el camino verdadero. Toda la comunidad religiosa sufrirá una severa hambruna y solo el Dios de hoy es la fuente de agua viva, que posee la fuente que siempre fluye provista para el disfrute del hombre, y las personas vendrán y dependerán de Él. Ese será el tiempo cuando las acciones de Dios sean reveladas y cuando Dios obtenga gloria; todas las personas en todo el universo adorarán a este “ser humano” común y corriente. ¿No será este el día de la gloria de Dios? Un día, los pastores ancianos enviarán telegramas buscando el agua de la fuente de agua viva. Ellos serán ancianos, pero aun así vendrán a adorar a esta persona, a quien despreciaron. Con sus bocas lo reconocerán y en sus corazones confiarán en Él; ¿no es esto una señal y una maravilla? Cuando todo el reino se regocije será el día de la gloria de Dios, y a cualquiera que venga a vosotros y reciba la buena noticia de Dios, Dios lo bendecirá, y a los países y a las personas que lo hagan Dios los bendecirá y los cuidará. La dirección futura será así: los que obtengan las declaraciones de la boca de Dios tendrán una senda para caminar en la tierra, y sean hombres de negocios o científicos o educadores o industriales, los que estén sin las palabras de Dios tendrán dificultades en dar siquiera un solo paso y serán obligados a buscar el camino verdadero. Esto es lo que quiere decir “Con la verdad caminarás por todo el mundo; sin la verdad, no irás a ningún lado”. Los hechos son así: Dios usará el Camino (lo cual se refiere a todas Sus palabras) para dirigir todo el universo y gobernar y conquistar a la humanidad. Las personas siempre están esperando un gran cambio en los medios por los cuales obra Dios. Para hablar claramente, Dios controla a las personas por medio de las palabras y debes hacer lo que Él dice, lo desees o no; este es un hecho objetivo y todos lo deben obedecer y, de igual manera, es algo inexorable y conocido por todos.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Reino Milenario ha llegado
Palabras diarias de Dios Fragmento 221
Las palabras de Dios se difundirán entre incontables hogares, llegarán a ser conocidas por todos y sólo entonces Su obra se difundirá por todo el universo. Es decir, si la obra de Dios debe difundirse por todo el universo, entonces Sus palabras deben difundirse. En el día de la gloria de Dios, las palabras de Dios mostrarán su poder y autoridad. Cada una de Sus palabras desde tiempos inmemoriales hasta hoy se cumplirá y se hará realidad. De esta manera, la gloria será para Dios en la tierra; es decir, Sus palabras reinarán en la tierra. Todos los que sean malvados serán castigados por las palabras de boca de Dios; todos los que sean justos serán benditos por las palabras que salen de Su boca, y todos serán establecidos y hechos completos por las palabras de Su boca. Él tampoco manifestará ninguna señal o maravilla; todo se cumplirá por Sus palabras y Sus palabras producirán hechos. Todos en la tierra celebrarán las palabras de Dios, ya sean adultos o niños, hombres, mujeres, viejos o jóvenes: todas las personas se someterán bajo las palabras de Dios. Las palabras de Dios aparecen en la carne, permitiendo que la gente las vea en la tierra, nítidas y realistas. Esto es lo que quiere decir que la Palabra se haga carne. Dios ha venido a la tierra principalmente para cumplir el hecho de que “la Palabra se hizo carne”, es decir, Él ha venido para que Sus palabras puedan ser emitidas desde la carne (no como en el tiempo de Moisés en el Antiguo Testamento, cuando la voz de Dios habló directamente desde el cielo). Después de eso, cada una de Sus palabras se cumplirá durante la Era del Reino Milenario, se volverán hechos visibles ante los ojos del hombre, y las personas los contemplarán con sus propios ojos sin la menor disparidad. Este es el significado supremo de la encarnación de Dios. Es decir, la obra del Espíritu se cumple a través de la carne y por medio de las palabras. Este es el verdadero significado de “la Palabra se hizo carne” y “la aparición de la Palabra en la carne”. Solo Dios puede hablar la voluntad del Espíritu y solo Dios en la carne puede hablar en nombre del Espíritu; las palabras de Dios se hacen claras en Dios encarnado y guían a todos los demás. Nadie está exento, todos existen dentro de este ámbito. Solo por estas declaraciones las personas pueden llegar a ser conscientes; los que no ganan de esta manera están soñando despiertos si piensan que pueden ganar las declaraciones del cielo. Tal es la autoridad demostrada en la carne encarnada de Dios y hace que todos crean en ella con total convicción. Ni siquiera los más venerables expertos y pastores religiosos pueden hablar estas palabras. Todos se deben someter a ellas y nadie podrá hacer otro comienzo. Dios usará palabras para conquistar el universo. Él hará esto, no por medio de Su carne encarnada, sino por medio de las declaraciones de boca de Dios hecho carne para conquistar a todas las personas en todo el universo; solo esto es el Verbo hecho carne y solo esto es la aparición de la Palabra en la carne. Tal vez, los humanos tengan la impresión de que Dios no ha realizado mucha obra, pero Dios solo tiene que declarar Sus palabras y ellas estarán completamente convencidas e impresionadas. Sin hechos, las personas gritan y chillan; con las palabras de Dios, se quedan calladas. Con toda seguridad Dios logrará este hecho, porque este es el plan de Dios establecido hace mucho tiempo: cumplir el hecho de la llegada de la Palabra a la tierra. De hecho, no hay necesidad de que Yo lo explique: la llegada del Reino Milenario a la tierra es la llegada de las palabras de Dios a la tierra. El descenso de la Nueva Jerusalén desde el cielo es la llegada de las palabras de Dios para vivir entre los hombres, para acompañar cada acción del hombre y todos sus pensamientos más secretos. Este también es un hecho que Dios cumplirá; esta es la belleza del Reino Milenario. Este es el plan que estableció Dios: Sus palabras aparecerán en la tierra por mil años, y manifestarán todos Sus hechos, y completarán toda Su obra en la tierra, después de lo cual esta etapa de la humanidad llegará a su fin.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Reino Milenario ha llegado
Palabras diarias de Dios Fragmento 222
Cuando Sinim se materialice en la tierra —cuando se materialice el reino— no habrá más guerra en la tierra; nunca más habrá hambrunas, plagas y terremotos; las personas dejarán de fabricar armas; todos vivirán en paz y estabilidad, y habrá interacciones normales entre las personas y entre los países. Con todo, el presente no tiene comparación con esto. Todo lo que hay bajo los cielos está en el caos; los golpes de estado empiezan a producirse poco a poco en cada país. Al emitir Dios Su voz, las personas cambian gradualmente y, de forma interna, cada país se destroza lentamente. Los sólidos fundamentos de Babilonia empiezan a temblar, como un castillo de arena, y al cambiar la voluntad de Dios, se producen tremendas alteraciones desapercibidas en el mundo, y toda suerte de señales aparece en cualquier momento, ¡para mostrar a las personas que el último día del mundo ha llegado! Este es el plan de Dios; estas son las etapas mediante las que Él obra, y cada país será hecho pedazos con seguridad. La vieja Sodoma será aniquilada por segunda vez y, así, Dios afirma: “¡El mundo está cayendo! ¡Babilonia está paralizada!”. Nadie, sino Dios mismo, es capaz de entender esto por completo; después de todo, hay un límite en el conocimiento de las personas. Por ejemplo, los ministros de asuntos internos podrían saber que las circunstancias presentes son inestables y caóticas, pero son incapaces de ocuparse de ellas. Solo pueden seguir la corriente y esperar en su corazón el día en el que puedan mantener la cabeza erguida; que llegue el día en el que el sol vuelva a salir por el Oriente, brille por toda la tierra y revierta el lamentable estado en el que se encuentran las cosas. Poco saben, sin embargo, que cuando el sol salga por segunda vez no saldrá para restaurar el viejo orden, sino que será un resurgimiento, un cambio riguroso. Ese es el plan de Dios para todo el universo. Él producirá un nuevo mundo, pero, por encima de todo, renovará primero al hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulos 22 y 23
Palabras diarias de Dios Fragmento 223
En el mundo, los terremotos son el principio del desastre. Primero, hago que el mundo, es decir la tierra, cambie y después siguen plagas y hambrunas. Este es Mi plan, y estos son Mis pasos y movilizaré todo para que me sirva para completar Mi plan de gestión. Por lo tanto, todo el mundo-universo será destruido, incluso sin Mi intervención directa. Cuando me hice carne por primera vez y fui clavado en la cruz, la tierra tembló tremendamente y será igual cuando llegue el final. Los terremotos comenzarán en el mismo momento en que Yo entre al reino espiritual desde la carne. Así que los hijos primogénitos de ninguna manera sufrirán por el desastre, mientras que aquellos que no son hijos primogénitos serán dejados para sufrir en el desastre. Por lo tanto, desde una perspectiva humana, todos están dispuestos a ser un hijo primogénito. En los presentimientos de las personas, esto no es para disfrutar bendiciones, sino para escapar del sufrimiento del desastre. Esta es la maquinación del gran dragón rojo. Sin embargo, nunca lo dejaré escapar. Le haré sufrir Mi castigo severo y, después, levantarse y rendirme servicio (esto se refiere a hacer a Mis hijos y Mi pueblo completos), haciendo que para siempre sea engañado por sus propias conspiraciones, que para siempre acepte Mi juicio y que para siempre acepte Mi quema. Este es el verdadero significado de hacer que los hacedores de servicio me alaben (es decir, usarlos para revelar Mi gran poder). ¡No le permitiré al gran dragón rojo entrar a escondidas a Mi reino ni le concederé el derecho de alabarme! (¡Porque él no es digno, nunca será digno!). ¡Sólo haré que el gran dragón rojo me preste servicio en la eternidad! Solo le dejaré que se postre ante Mí. (Aquellos que sean destruidos estarán mejor que los que estén en la perdición. La destrucción solo es una forma severa de castigo temporal, mientras que las personas que se encuentran en la perdición sufrirán severos castigos eternamente. Por esta razón, uso la frase “que se postre”. Debido a que estas personas entran a escondidas a Mi casa y disfrutan mucha de Mi gracia y poseen algo de conocimiento de Mí, uso castigos severos. En cuanto a aquellos fuera de Mi casa, se puede decir que los ignorantes no sufrirán). De acuerdo con sus nociones, las personas piensan que aquellos que son destruidos están peor que aquellos que se encuentran en la perdición, pero, por el contrario, los últimos tienen que ser severamente castigados para siempre y los que son destruidos regresarán a la nada por toda la eternidad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 108
Palabras diarias de Dios Fragmento 224
Cuando resuena la salva del reino, que es también cuando retumban los siete truenos, este sonido convulsiona los cielos y la tierra, sacude el empíreo y provoca que las fibras sensibles de cada humano vibren. El himno al reino se eleva ceremoniosamente en la tierra del gran dragón rojo, lo cual prueba que Yo he destruido esa nación y he establecido Mi reino. Todavía más importante es que Mi reino se establece en la tierra. En este momento, empiezo a enviar a Mis ángeles a cada una de las naciones del mundo para que puedan pastorear a Mis hijos, Mi pueblo; también es para cumplir con los requisitos del siguiente paso de Mi obra. Sin embargo, Yo vengo personalmente al lugar en el que el gran dragón rojo yace enroscado y compito con él. Una vez que toda la humanidad llegue a conocerme en la carne y sea capaz de ver Mis obras en la carne, la gran guarida del gran dragón rojo quedará reducida a cenizas y desaparecerá sin dejar rastro. Como el pueblo de Mi reino, y ya que odiáis hasta la médula al gran dragón rojo, debéis satisfacer Mi corazón con vuestras acciones y, de esta forma, avergonzar al dragón. ¿Sentís realmente que el gran dragón rojo es odioso? ¿Sentís realmente que es el enemigo del Rey del reino? ¿Tenéis realmente fe en que podéis dar un maravilloso testimonio de Mí? ¿En verdad tenéis confianza en que podéis derrotar al gran dragón rojo? Esto es lo que pido de vosotros; todo lo que necesito es que seáis capaces de llegar a este punto. ¿Podréis hacerlo? ¿Tenéis fe en que podéis lograrlo? ¿Qué son exactamente capaces de hacer los seres humanos? ¿No es mejor que lo haga Yo mismo? ¿Por qué digo que desciendo personalmente en el lugar en el que se libra la batalla? Lo que quiero es vuestra fe, no vuestras acciones. Todos los seres humanos son incapaces de aceptar Mis palabras de una forma directa, y, en cambio, simplemente las miran de reojo. ¿Os ha ayudado esto a alcanzar vuestras metas? ¿Habéis llegado a conocerme de esta forma? La verdad es que, de entre todos los hombres de la tierra, nadie es capaz de verme directamente a la cara y nadie es capaz de recibir el significado puro y no adulterado de Mis palabras. Por tanto, he puesto en marcha un proyecto sin precedentes sobre la tierra con el fin de alcanzar Mis metas y establecer la imagen verdadera de Mí mismo en el corazón de los hombres. De esta forma, pondré fin a la era en la que las nociones ejercen poder sobre las personas.
Hoy, no solo desciendo sobre la nación del gran dragón rojo; también vuelvo el rostro hacia todo el universo y provoco que todo el empíreo tiemble. ¿Existe algún lugar que no esté sujeto a Mi juicio? ¿Hay algún lugar que no exista bajo las calamidades que Yo hago descender sobre él? Dondequiera que voy, he esparcido todo tipo de “semillas de desastre”. Esta es una de las formas en las que obro y, sin duda, es un acto de salvación para la humanidad, y lo que les extiendo sigue siendo un tipo de amor. Deseo permitir que incluso más personas lleguen a conocerme y puedan verme, y, de esta forma, lleguen a venerar al Dios a quien no han podido ver durante tantos años, pero que, en este momento, es real. ¿Por qué razón creé el mundo? ¿Por qué, después de que los seres humanos se volvieron corruptos, no los aniquilé por completo? ¿Por qué razón toda la raza humana vive entre desastres? ¿Cuál fue Mi propósito al revestirme de carne? Cuando llevo a cabo Mi obra, la humanidad conoce no solo el sabor de lo amargo, sino, también, de lo dulce. De todas las personas que hay en el mundo, ¿hay alguna que no viva dentro de Mi gracia? Si no hubiera otorgado bendiciones materiales a los seres humanos, ¿quién en el mundo podría disfrutar de la abundancia? ¿Podría ser que permitiros tomar vuestro lugar como Mi pueblo sea una bendición? Si no fuerais Mi pueblo, sino, más bien, hacedores de servicio, ¿no estaríais viviendo en Mis bendiciones? Ninguno de vosotros es capaz de comprender el origen de Mis palabras. Los seres humanos, lejos de valorar los títulos que les he conferido, muchos de ellos, como consecuencia del título “hacedor de servicio”, albergan resentimiento en su corazón, y muchos, como consecuencia del título “Mi pueblo”, engendran amor por Mí en su corazón. Nadie debería tratar de engañarme. ¡Mis ojos lo ven todo! ¿Quién entre vosotros recibe de buen grado? ¿Quién entre vosotros expresa obediencia total? Si la salva al reino no resonase, ¿seríais verdaderamente capaces de someteros hasta el final? Lo que los seres humanos son capaces de hacer y de pensar, y hasta dónde son capaces de llegar, todo esto lo predeterminé hace mucho tiempo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 10
Palabras diarias de Dios Fragmento 225
A pesar de que la construcción del reino ha comenzado de manera formal, la salva al reino todavía tiene que sonar formalmente; ahora no es sino una profecía de lo que ha de venir. Cuando las personas hayan sido hechas completas y todas las naciones de la tierra se conviertan en el reino de Cristo, será el momento en que retumben los siete truenos. El hoy es un paso en dirección a esa etapa; se ha desencadenado el ataque hacia ese día. Este es el plan de Dios, y en el futuro cercano se llevará a cabo. Sin embargo, Dios ya ha cumplido todo lo que ha dicho. Por tanto, queda claro que las naciones de la tierra no son sino castillos en la arena que tiemblan cuando se acerca la marea alta: el último día es inminente y el gran dragón rojo se vendrá abajo y será aplastado por la palabra de Dios. Para asegurarse de que Su plan se lleve a cabo con éxito, los ángeles del cielo han descendido a la tierra y hacen su máximo esfuerzo por satisfacer a Dios. El Dios encarnado mismo se ha movilizado al campo de batalla para librar la guerra contra el enemigo. Cualquier lugar donde aparezca la encarnación es un lugar desde el cual el enemigo es exterminado. China será la primera en ser aniquilada; será devastada por la mano de Dios. Él no le dará cuartel a China. La prueba del colapso progresivo del gran dragón rojo se puede ver en la maduración continua del pueblo; esto es evidente y visible para cualquiera. La maduración del pueblo es una señal de la caída del enemigo. Esto es una pequeña explicación de lo que quiere decir “compito”. Así pues, Dios les ha recordado a las personas en numerosas ocasiones que den hermosos testimonios de Él para deshacer el estatus que tienen las nociones, que son la fealdad del gran dragón rojo, en el corazón de los seres humanos. Dios usa este tipo de recordatorios para avivar la fe de las personas y, al hacerlo, obtiene logros en Su obra. Esto es porque Dios ha declarado: “¿Qué son exactamente capaces de hacer los seres humanos? ¿No es mejor que lo haga Yo mismo?”. Todos los seres humanos son así; no solo son incapaces, sino que también se desalientan y decepcionan con facilidad. Por esta razón, no pueden conocer a Dios. Dios no solo revive la fe de la humanidad; también imbuye con fuerza, secreta y constantemente, a las personas.
A continuación, Dios empezó a hablarle a todo el universo. Dios no solo inició Su nueva obra en China, sino que, por todo el universo, empezó a realizar la nueva obra de hoy. En esta etapa de la obra, como Dios desea revelar todos Sus hechos por todo el mundo para que todos los seres humanos que lo han traicionado vengan nuevamente a someterse delante de Su trono, el juicio de Dios contendrá Su misericordia y Su bondad. Dios usa los acontecimientos actuales que ocurren en todo el mundo como oportunidades para hacer que los seres humanos sientan pánico, y los acicatea para que busquen a Dios de manera que puedan regresar para estar delante de Él. Así pues, Dios dice: “Esta es una de las formas en las que obro y, sin duda, es un acto de salvación para la humanidad, y lo que les extiendo sigue siendo un tipo de amor”.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 10
Palabras diarias de Dios Fragmento 226
Ejerzo Mi autoridad sobre la tierra, desplegando Mi obra en su totalidad. Todo lo que existe en Mi obra se refleja sobre la faz de la tierra; en la tierra, la humanidad nunca ha sido capaz de captar Mis movimientos en el cielo ni de reflexionar exhaustivamente sobre las órbitas y trayectorias de Mi Espíritu. La mayoría de los seres humanos sólo captan las minucias que yacen fuera del espíritu, sin ser capaces de comprender el estado real del espíritu. Las demandas que hago a la humanidad no proceden del Yo vago que soy en el cielo o del Yo imponderable que soy en la tierra; hago exigencias apropiadas de acuerdo con la estatura del hombre en la tierra. Nunca he metido a nadie en problemas y tampoco le he pedido a nadie que “exprima su sangre” para placer Mío; ¿podrían Mis exigencias limitarse únicamente a estas condiciones? De la infinidad de criaturas que existen sobre la tierra, ¿cuál no se somete a las disposiciones de las palabras que proceden de Mi boca? ¿Cuál de estas criaturas que viene delante de Mí no es completamente consumida por Mis palabras y Mi fuego ardiente? ¿Cuál de estas criaturas se atreve a “pavonearse” con orgulloso júbilo delante de Mí? ¿Cuál de estas criaturas no se postra frente a Mí? ¿Soy Yo el Dios que simplemente impone el silencio a la creación? De la infinidad de cosas en la creación, elijo aquellas que satisfacen Mi intención; de la infinidad de seres humanos de la humanidad, elijo a quienes les importe Mi corazón. Elijo la mejor de todas las estrellas, añadiendo con ello un débil rayo de luz a Mi reino. Voy caminando sobre la tierra dispersando Mi fragancia por todas partes, y en cada lugar dejo impregnada Mi forma. Cada lugar reverbera con el sonido de Mi voz. Por todas partes, la gente persiste en las hermosas escenas del ayer, ya que toda la humanidad está recordando el pasado…
Toda la humanidad anhela ver Mi rostro, pero cuando desciendo en persona sobre la tierra, todos detestan Mi llegada, y ahuyentan la llegada de la luz, como si Yo fuera el enemigo del hombre en el cielo. El hombre me recibe con una luz defensiva en los ojos y permanece constantemente alerta, profundamente temeroso de que Yo pueda tener otros planes para él. Debido a que los seres humanos me consideran un amigo desconocido, sienten como si Yo albergara la intención de matarlos indiscriminadamente. A los ojos del hombre, Yo soy un antagonista mortal. Habiendo probado Mi calidez en medio de la calamidad, el hombre, sin embargo, sigue sin ser consciente de Mi amor y sigue empeñado en ahuyentarme y desafiarme. Lejos de aprovechar su condición para emprender acciones en su contra, envuelvo al hombre en la calidez de un abrazo, lleno su boca con dulzura y pongo el alimento necesario en su estómago. Pero cuando Mi airada cólera sacuda las montañas y los ríos, a causa de la cobardía del hombre, ya no voy a concederle estas diferentes formas de auxilio. En este instante, me llenaré de ira, negando a todos los seres vivos la oportunidad de arrepentirse y, abandonando todas Mis esperanzas para el hombre, le impondré la retribución que tanto se merece. En ese momento, truenos y relámpagos destellarán y rugirán, como las olas del mar embravecido de ira, como decenas de miles de montañas desplomándose. Por su rebeldía, el hombre es derribado por los truenos y relámpagos, otras criaturas son eliminadas en los estallidos de truenos y relámpagos, todo el universo desciende abruptamente en el caos y la creación es incapaz de recuperar el aliento esencial de la vida. Las innumerables huestes que conforman la humanidad no pueden escapar al rugido del trueno; en medio de destellos de relámpagos, los seres humanos, horda tras horda, se desploman sobre la corriente que fluye rápidamente, para ser arrastrados por los torrentes que caen en cascada desde las montañas. De repente, el mundo de los “hombres” converge en el lugar del “destino” del hombre. Los cadáveres pasan flotando sobre la superficie del océano. La humanidad entera se aleja de Mí a causa de Mi ira, porque el hombre ha pecado contra la esencia de Mi Espíritu y su rebeldía me ha ofendido. Pero en los lugares sin agua, otros hombres siguen disfrutando, entre risas y cantos, las promesas que Yo les he hecho.
Cuando todas las personas están en silencio, Yo emito un rayo de luz delante de sus ojos. Inmediatamente después, los hombres tienen claridad mental y brillo en la mirada, y ya no están dispuestos a guardar silencio; de este modo, en su corazón se evoca de inmediato un sentimiento espiritual. Mientras esto ocurre, la humanidad entera es resucitada. Haciendo a un lado sus quejas no expresadas, todos los hombres vienen delante de Mí, habiendo ganado otra oportunidad para sobrevivir a través de las palabras que Yo proclamo. Esto se debe a que todos los seres humanos desean vivir sobre la faz de la tierra. Sin embargo, ¿quién entre ellos ha tenido la intención de vivir por Mi causa? ¿Quién entre ellos ha revelado alguna vez cosas espléndidas en sí mismo que ofrezca para Mi disfrute? ¿Quién entre ellos ha detectado alguna vez Mi atractivo aroma? Todos los seres humanos son cosas groseras y sin refinar: por fuera, parecen deslumbrar los ojos, pero su esencia no es amarme sinceramente, porque en los rincones profundos del corazón humano nunca ha existido ningún aspecto de Mí. Al hombre le falta demasiado: compararlo conmigo parece revelar un abismo tan grande como el que existe entre el cielo y la tierra. Aun así, Yo no ataco al hombre en sus puntos débiles y vulnerables, ni me burlo de él por sus deficiencias. Mis manos han estado obrando en la tierra por miles de años y todo el tiempo Mis ojos han estado vigilando a toda la humanidad. Pero nunca he tomado a la ligera ninguna vida humana para jugar con ella como si fuera un juguete. Observo el esfuerzo que ha hecho el hombre y entiendo el precio que ha pagado. Mientras está de pie frente a Mí, no deseo tomar al hombre desprevenido para castigarlo y tampoco deseo conferirle cosas indeseables. Más bien, durante todo este tiempo, Yo solo lo he proveído y le he suministrado. Así pues, todo lo que el hombre disfruta es Mi gracia; es toda la abundancia que proviene de Mi mano. Porque estoy en la tierra, el hombre nunca ha tenido que sufrir los tormentos del hambre. Más bien, permito que el hombre reciba de Mis manos las cosas que pueda disfrutar y permito que la humanidad viva en medio de Mis bendiciones. ¿No vive, acaso, toda la humanidad bajo Mi castigo? Así como hay abundancia en las profundidades de las montañas y una profusión de cosas que disfrutar en las aguas, ¿acaso las personas que viven dentro de Mis palabras no tienen hoy, aún más, alimento que apreciar y degustar? Estoy en la tierra y la humanidad goza de Mis bendiciones en la tierra. Cuando deje la tierra atrás, que será también cuando Mi obra finalice, la humanidad ya no recibirá Mi indulgencia debido a su debilidad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 17
Palabras diarias de Dios Fragmento 227
¿Realmente odiáis al gran dragón rojo? ¿Verdaderamente, sinceramente, lo odiáis? ¿Por qué os he preguntado eso tantas veces? ¿Por qué sigo haciéndoos esta pregunta una y otra vez? ¿Qué imagen hay en vuestro corazón del gran dragón rojo? ¿Realmente la habéis quitado? ¿Verdaderamente no lo consideráis vuestro padre? Todas las personas deberían percibir Mi intención en Mis preguntas. No es para provocar la ira de las personas ni para incitar la rebeldía entre los hombres ni para que el hombre pueda encontrar su propio camino de salida, sino para permitirles a todas las personas liberarse de la esclavitud del gran dragón rojo. Pero nadie debe estar ansioso. Mis palabras lograrán todo; ningún hombre puede participar y ninguno puede realizar la obra que Yo llevaré a cabo. Limpiaré el aire de todas las tierras y erradicaré de la tierra todo rastro de los demonios. Ya he comenzado y daré el primer paso de Mi obra de castigo en la morada del gran dragón rojo. Así, se puede ver que Mi castigo le ha sobrevenido a todo el universo, y que el gran dragón rojo y toda clase de espíritus inmundos no tendrán poder para escapar de Mi castigo, porque Yo observo todas las tierras. Cuando Mi obra en la tierra finalice —es decir, cuando la era del juicio llegue a su fin— castigaré formalmente al gran dragón rojo. Mi pueblo verá, sin duda, Mi justo castigo hacia el gran dragón rojo; verterá, sin duda, alabanzas por causa de Mi justicia y para siempre exaltará sin duda Mi santo nombre por causa de Mi justicia. De ahí que llevaréis a cabo formalmente vuestro deber y formalmente me alabaréis por todas las tierras, ¡por los siglos de los siglos!
Cuando la era del juicio llegue a su cúspide, no me apresuraré a concluir Mi obra, sino que integraré en ella la evidencia de la era del castigo y permitiré que todo Mi pueblo vea esta evidencia; esto dará mayor fruto. Esta evidencia es el medio por el cual castigo al gran dragón rojo y haré que Mi pueblo lo vea con sus propios ojos para que conozca más de Mi carácter. El momento en el que Mi pueblo me gozará será cuando el gran dragón rojo sea castigado. Hacer que el pueblo del gran dragón rojo se levante y se rebele contra él es Mi plan y este es el método por el cual perfecciono a Mi pueblo y es una gran oportunidad para que todo Mi pueblo crezca en la vida.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 28
Palabras diarias de Dios Fragmento 228
Cuando sale la luna brillante, al instante la tranquila noche se hace añicos. Aunque la luna esté hecha trizas, el hombre está de buen humor y se sienta en paz bajo la luz de la luna, admirando la hermosa escena bajo su luz. El hombre no puede describir sus emociones; es como si quisiera echar sus pensamientos al pasado, como si quisiera ver hacia el futuro, como si estuviera gozando el presente. Una sonrisa aparece en su rostro y entre el agradable aire se respira un aroma fresco; mientras una brisa suave comienza a soplar, el hombre detecta la rica fragancia y parece embriagado por ella, incapaz de despertarse. Este es el preciso instante en el que Yo he venido personalmente entre los hombres y el hombre tiene una mayor percepción del rico aroma y, así, todos los hombres viven en medio de esta fragancia. Estoy en paz con el hombre; el hombre vive en armonía conmigo; ya no tiene una perspectiva desviada de Mí; Yo ya no podo las deficiencias del hombre; ya no hay una expresión de angustia en el rostro del hombre y la muerte ya no amenaza a toda la humanidad. Hoy, avanzo junto con el hombre a la era del castigo, yendo con él, a su lado. Yo estoy llevando a cabo Mi obra; es decir, golpeo con Mi vara entre los hombres y esta cae sobre la rebeldía que habita en el hombre. A los ojos de este, Mi vara parece tener poderes especiales: cae sobre todos aquellos que son Mis enemigos y no los pasa por alto fácilmente; entre todos los que se oponen a Mí, la vara lleva a cabo su función inherente; todos los que están en Mis manos realizan su deber de acuerdo con Mi intención, y ellos nunca han desafiado Mis deseos ni cambiado su esencia. Como resultado, las aguas rugirán, las montañas se derrumbarán, los grandes ríos se desintegrarán, el hombre siempre será inestable, el sol se ensombrecerá, la luna se oscurecerá, el hombre ya no tendrá más días para vivir en paz, ya no habrán más tiempos de tranquilidad sobre la tierra, los cielos nunca más permanecerán en calma y en silencio y ya no soportarán más. Todas las cosas serán renovadas y recuperarán su apariencia original. Todos los hogares sobre la tierra serán hechos añicos y todas las naciones sobre la tierra serán destrozadas; se habrán ido los días de las reuniones entre esposo y esposa; nunca más se reunirán la madre y el hijo; nunca más se volverán a juntar el padre y la hija. Todo eso que solía ser sobre la tierra Yo lo aplastaré. No les doy a las personas la oportunidad de liberar sus emociones porque Yo no tengo emociones y he llegado a detestar a un grado extremo las emociones de la gente. Es a causa de las emociones entre las personas que he sido dejado de lado y, así, me he convertido en “otro” a sus ojos; es a causa de las emociones entre las personas que he sido olvidado; es por las emociones del hombre que él aprovecha la oportunidad para recoger su “conciencia”; es por las emociones del hombre que siempre está cansado de Mi castigo; es por las emociones del hombre que me llama injusto y parcial y dice que estoy haciendo caso omiso de los sentimientos del hombre en Mi manejo de las cosas. ¿También tengo parientes sobre la tierra? ¿Quién ha trabajado, como Yo, día y noche, sin pensar en la comida o el sueño, en aras de la totalidad de Mi plan de gestión? ¿Cómo podría el hombre compararse con Dios? ¿Cómo podría el hombre ser compatible con Dios? ¿Cómo podría Dios, que crea, ser de la misma clase que el hombre, que es creado? ¿Cómo podría Yo vivir y actuar siempre junto al hombre en la tierra? ¿Quién es capaz de sentir preocupación por Mi corazón? ¿Son estas las oraciones del hombre? Una vez estuve de acuerdo en unirme al hombre y caminar con él, y, sí, hasta este día el hombre ha vivido bajo Mi cuidado y protección, pero ¿llegará un día en que el hombre pueda separarse de Mi cuidado? Aunque el hombre nunca ha estado sobrecargado de preocupación por Mi corazón, ¿quién puede seguir viviendo en una tierra sin luz? Solo es por Mis bendiciones que el hombre ha vivido hasta el día de hoy.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 28
Palabras diarias de Dios Fragmento 229
Los países están en gran caos porque la vara de Dios ha comenzado a desempeñar su papel en la tierra. La obra de Dios se puede ver en el estado en el que se encuentra la tierra. Cuando Dios dice, “las aguas rugirán, las montañas se derrumbarán, los grandes ríos se desintegrarán”, esta es la obra inicial de la vara en la tierra, y el resultado es que “todos los hogares sobre la tierra serán hechos añicos y todas las naciones sobre la tierra serán destrozadas; se habrán ido los días de las reuniones entre esposo y esposa; nunca más se reunirán la madre y el hijo; nunca más se volverán a juntar el padre y la hija. Todo eso que solía ser sobre la tierra Yo lo aplastaré”. Ese será el estado general de las familias en la tierra. Naturalmente, no podría ser el estado de todas ellas, pero sí el de la mayoría de ellas. Por otro lado, se está refiriendo a las circunstancias que experimentarán las personas de esta corriente en el futuro. Predice que, una vez que han sufrido el castigo de las palabras y los incrédulos han sido sometidos a la catástrofe, ya no habrá relaciones familiares entre las personas en la tierra; todas ellas serán el pueblo de Sinim y todas serán fieles en el reino de Dios. Por lo tanto, se habrán ido los días de las reuniones entre esposo y esposa; nunca más se reunirán la madre y el hijo; nunca más se volverán a juntar el padre y la hija. Y, así, las familias de las personas en la tierra serán destrozadas, hechas jirones y esto será la obra final que Dios lleve a cabo en el hombre. Y, como Dios diseminará esta obra por todo el universo, aprovecha la oportunidad para aclararles a las personas la palabra “emoción”, y, así, les permite ver que la voluntad de Dios es destrozar a las familias de todas las personas y mostrar que Dios usa el castigo para resolver todas las “disputas familiares” entre la humanidad. Si no, no habría manera de dar por terminada la parte final de la obra de Dios en la tierra. La parte final de las palabras de Dios deja expuesta la mayor debilidad de la humanidad —todos viven en la emoción— y, por ello, Dios no evita ni una sola de ellas y expone los secretos escondidos en el corazón de todos los seres humanos. ¿Por qué a las personas les es tan difícil separarse de la emoción? ¿Acaso hacer esto sobrepasa los estándares de la conciencia? ¿Puede la conciencia cumplir la voluntad de Dios? ¿Puede la emoción ayudar a las personas durante la adversidad? A los ojos de Dios, la emoción es Su enemigo. ¿No se ha expuesto esto claramente en las palabras de Dios?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 28
Palabras diarias de Dios Fragmento 230
Todas las palabras de Dios contienen una parte de Su carácter. El carácter de Dios no puede expresarse plenamente en palabras, lo cual basta para mostrar cuánta riqueza hay en Él. Lo que las personas pueden ver y tocar es, después de todo, limitado, como lo es su habilidad. Aunque las palabras de Dios son claras, las personas son incapaces de entenderlas a plenitud. Toma estas palabras como ejemplo: “Bajo la luz del relámpago, cada animal es revelado en su verdadera forma. Así, también, iluminado por Mi luz, el hombre ha recuperado la santidad que una vez poseyó. ¡Oh, mundo corrupto del pasado! ¡Finalmente ha caído en el agua inmunda, y, hundiéndose bajo la superficie, se ha disuelto en el lodo!”. Todas las palabras de Dios contienen Su ser y aunque las personas son conscientes de ellas, nadie ha sabido nunca su significado. A los ojos de Dios, todos los que se resisten a Él son Sus enemigos; es decir, aquellos que pertenecen a los espíritus malignos son animales. A partir de esto se puede observar el verdadero estado de la Iglesia. Todos los hombres son iluminados por las palabras de Dios y, bajo su luz, se examinan a sí mismos sin estar sujetos a sermones o reprensiones o al despido directo de otros, sin estar sujetos a otras formas humanas de hacer las cosas, y sin que otros las señalen. Desde la “perspectiva microscópica”, ellos ven muy claramente cuánta enfermedad hay realmente en su interior. En las palabras de Dios, cada tipo de espíritu se clasifica y se revela en su forma original. Los espíritus de los ángeles cada vez se vuelven más iluminados y esclarecidos, de ahí las palabras de Dios sobre “haber recuperado la santidad que una vez poseyeron”. Estas palabras se basan en el resultado final logrado por Dios. Por el momento, por supuesto, este resultado todavía no puede alcanzarse plenamente; es solo una muestra a través de la cual puede verse la voluntad de Dios. Estas palabras bastan para mostrar que un gran número de personas se desmoronarán en las palabras de Dios y serán derrotadas en el proceso gradual de la santificación de todas las personas. Aquí “se ha disuelto en el lodo” no contradice que Dios destruya al mundo con fuego, y “relámpago” se refiere a la ira de Dios. Cuando Dios desate Su gran ira, el mundo entero experimentará, como resultado, todo tipo de desastres, como la erupción de un volcán. En lo alto, en el cielo, puede verse que en la tierra se aproxima todo tipo de calamidades a toda la humanidad, cada vez más cerca día con día. Si se mira la tierra desde arriba, la tierra presenta una variedad de escenas como las que preceden a un terremoto. El fuego líquido corre sin control, la lava fluye libremente, las montañas se mueven y una luz fría brilla por todas partes. El mundo entero se ha hundido en el fuego. Esta es la escena en la que Dios desencadena Su ira y es el momento de Su juicio. Nadie de carne y hueso podrá escapar. Por lo tanto, no se necesitarán guerras entre los países y conflictos entre las personas para destruir al mundo entero; más bien, el mundo “se regocijará en sí mismo conscientemente” dentro de la cuna del castigo de Dios. Nadie podrá escapar; cada persona, una por una, debe pasar por este calvario. Después de eso, todo el universo brillará una vez más con un resplandor santo y toda la humanidad comenzará una vez más una nueva vida. Y Dios reposará sobre el universo y bendecirá a toda la humanidad cada día. Los cielos no estarán insoportablemente desolados, sino que recuperarán la vitalidad que no han tenido desde la creación del mundo, y el “sexto día” venidero será cuando Dios comience una nueva vida. Tanto Dios como la humanidad entrarán en el reposo y el universo ya no será túrbido ni inmundo, sino que será renovado. Es por eso que Dios dijo: “La tierra ya no es mortalmente tranquila y silente; el cielo ya no está desolado y triste”. En el reino de los cielos nunca ha habido injusticia o emociones humanas ni ningún carácter corrupto de la humanidad, porque la perturbación de Satanás no está presente ahí. Todas las “personas” son capaces de entender las palabras de Dios y la vida en el cielo es una vida llena de gozo. Todos los que están en el cielo tienen sabiduría y la dignidad de Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 18
Palabras diarias de Dios Fragmento 231
Se puede decir que todas las declaraciones de hoy profetizan asuntos futuros; indican cómo Dios prepara el siguiente paso de Su obra. Dios casi ha terminado Su obra en las personas de la iglesia y después aparecerá ante todas las personas con ira. Como Dios dice: “Haré que las personas en la tierra reconozcan Mis acciones y, delante del ‘tribunal’, Mis obras serán probadas para que sean reconocidas entre las personas en toda la tierra, quienes se rendirán”. ¿Notaste algo en estas palabras? En ellas está el resumen de la siguiente parte de la obra de Dios. Primero, Dios hará que todos los perros guardianes que manejan el poder político se convenzan sinceramente y hará que retrocedan del escenario de la historia por su propia voluntad para nunca más pelear por estatus y nunca más involucrase en ardides ni intrigas. Esta obra se debe llevar a cabo por medio de Dios a través de producir varios desastres en la tierra. Pero no es cierto que Dios aparecerá. En este momento, la nación del gran dragón rojo seguirá siendo una tierra de inmundicia, y, por tanto, Dios no aparecerá, sino que solamente emergerá a través del castigo. Tal es el carácter justo de Dios, del cual nadie puede escapar. Durante este tiempo, todo el que habite en la nación del gran dragón rojo sufrirá calamidades, lo que, naturalmente, también incluye el reino en la tierra (la iglesia). Este es el momento preciso en el que los hechos se manifiestan y así es experimentado por todas las personas, y nadie puede escapar. Esto ha sido predestinado por Dios. Es precisamente por este paso de la obra que Dios dice: “Este es el momento de llevar a cabo grandes planes”. Porque, en el futuro, no habrá iglesia en la tierra, y debido a la llegada de la catástrofe, las personas solo podrán pensar en lo que está frente a ellas y abandonarán todo lo demás y será difícil para ellas gozar de Dios en medio de la catástrofe. Así pues, a las personas se les pide amar a Dios con todo su corazón durante este maravilloso tiempo, para que no pierdan la oportunidad. Cuando este hecho pase, Dios habrá derrotado por completo al gran dragón rojo y, así, la obra de testimonio del pueblo de Dios habrá llegado a su fin; posteriormente, Dios comenzará el siguiente paso de la obra y causará estragos en el país del gran dragón rojo y, finalmente, clavará a las personas al revés en la cruz en todo el universo, después de lo cual aniquilará a toda la humanidad; estos son los pasos futuros de la obra de Dios. Así pues, debéis buscar hacer vuestro máximo esfuerzo para amar a Dios en este ambiente tranquilo. En el futuro no tendréis más oportunidades de amar a Dios porque las personas sólo tienen la oportunidad de amar a Dios en la carne; cuando vivan en otro mundo, nadie hablará de amar a Dios. ¿No es esta la responsabilidad de un ser creado? Y, entonces, ¿cómo debéis amar a Dios durante los días de vuestra vida? ¿Has pensado alguna vez en esto? ¿Estás esperando hasta después de morir para amar a Dios? ¿No es esto una charla hueca? ¿Por qué no buscas amar a Dios hoy? ¿Amar a Dios mientras alguien está ocupado puede ser verdadero amor por Dios? La razón por la que se dice que este paso de la obra de Dios pronto llegará a su fin es porque Dios ya tiene testimonio ante Satanás. Por tanto, no hay necesidad de que el hombre haga nada; al hombre solamente se le pide que busque amar a Dios en los años que esté vivo; esta es la clave. Debido a que los requisitos de Dios no son elevados y a que hay una ansiedad ardiente en Su corazón, Él ha revelado un resumen del siguiente paso de la obra antes de que este paso termine, lo que claramente muestra cuánto tiempo queda; si Dios no estuviera ansioso en Su corazón, ¿diría estas palabras de una manera tan anticipada? Es porque el tiempo es corto que Dios obra de esta manera. Se espera que podáis amar a Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra mente y con toda vuestra fuerza, al igual que valoráis vuestra propia vida. ¿No es esta una vida de sumo significado? ¿Dónde más podríais encontrar el significado de la vida? ¿No estáis siendo demasiado ciegos? ¿Estás dispuesto a amar a Dios? ¿Es Dios digno del amor del hombre? ¿Son las personas dignas de la adoración del hombre? Así pues, ¿qué debéis hacer? Amar a Dios con valentía, sin reservas, y ver lo que Dios te hará. Ver si Él te matará. En suma, la tarea de amar a Dios es más importante que copiar y escribir cosas para Dios. Le debes dar el primer lugar a lo que es más importante para que tu vida pueda tener más valor y esté llena de felicidad, y después debes esperar la “sentencia” de Dios para ti. Me pregunto si tu plan incluye amar a Dios. Deseo que los planes de todos se conviertan en lo que Dios completa y todos lleguen a ser realidad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 42