N. Acerca de cómo buscar el cambio en el carácter y la perfección por Dios
504. El cambio en el carácter del hombre se logra a través de muchos tipos distintos de la obra de Dios; sin estos cambios en el carácter del hombre, este sería incapaz de dar testimonio de Dios y no podría ser conforme a Sus intenciones. El cambio en el carácter del hombre significa que se ha liberado de la atadura de Satanás y de la influencia de la oscuridad, y que se ha convertido de verdad en un modelo y un espécimen de la obra de Dios, que ha llegado a ser un testigo Suyo y alguien que es conforme a Sus intenciones. Hoy, el Dios encarnado ha venido a hacer Su obra en la tierra, y exige que el hombre logre conocerle, someterse a Él y dé testimonio de Él; debe conocer Su obra práctica y normal, debe someterse a todas Sus palabras y Su obra que no concuerdan con los conceptos del hombre, y debe dar testimonio de toda Su obra de salvación del hombre y todos los hechos que Él hace para conquistar al hombre. Los que dan testimonio de Dios tienen que poseer un conocimiento de Él; solo este tipo de testimonio es preciso, práctico y el único que puede avergonzar a Satanás. Dios usa a aquellos que han llegado a conocerle pasando por Su juicio, Su castigo y Su poda, para que den testimonio de Él; Él usa a los que han sido corrompidos por Satanás para que den testimonio de Él; de este modo también usa a aquellos cuyo carácter ha cambiado y que se han ganado así Sus bendiciones, para que den testimonio de Él. No necesita que el hombre lo alabe de palabra, ni necesita la alabanza y el testimonio de quienes son de la clase de Satanás, que no han sido salvados por Él. Solo aquellos que conocen a Dios son aptos para dar testimonio de Él y aquellos cuyo carácter ha sido transformado también lo son. Dios no permitirá que el hombre cause vergüenza a Su nombre deliberadamente.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él
505. El carácter de una persona no puede cambiarlo solo ella; deben someterse al juicio y castigo, y al sufrimiento y refinamiento de las palabras de Dios, o ser disciplinadas y podadas por Sus palabras. Solo entonces pueden lograr la sumisión y lealtad a Dios y dejar de ser indiferentes hacia Él. Es bajo el refinamiento de las palabras de Dios que el carácter de las personas cambia. Solo a través del desenmascaramiento, el juicio, la disciplina y la poda de Sus palabras ya no se atreverán a actuar precipitadamente, sino que se volverán calmadas y compuestas. El punto más importante es que podrán someterse a las palabras actuales de Dios y a Su obra. Incluso si esto no coincide con las nociones humanas, que podrán hacer a un lado estas nociones y someterse por intencionadamente. En el pasado, el discurso sobre el cambio de carácter se refería principalmente a ser capaz de rebelarse contra uno mismo, permitir que la propia carne sufra, disciplinar el propio cuerpo y deshacerse de las preferencias carnales, que es un tipo de cambio de carácter. Hoy, todo el mundo sabe que la verdadera expresión de un cambio de carácter es someterse a las palabras actuales de Dios y conocer de verdad Su nueva obra. De esta manera, el conocimiento anterior de Dios por parte de las personas, influenciado por sus propias nociones, puede ser eliminado y pueden conseguir un verdadero conocimiento de Dios y sumisión a Él. Solo esta es una expresión genuina de un cambio de carácter.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado son los que han entrado en la realidad de las palabras de Dios
506. Cambiar el carácter del hombre comienza con el conocimiento de su esencia y a través de cambios en su pensamiento, su naturaleza y su perspectiva mental: por medio de cambios fundamentales. Solo así se lograrán cambios verdaderos en el carácter del hombre. La causa profunda de que surjan actitudes corruptas en el hombre es la desorientación, la corrupción y el veneno de Satanás. El hombre ha sido atado y controlado por Satanás, y sufre el atroz daño que este le ha infligido a su pensamiento, su moral, su percepción y su razón. Es precisamente debido a que las cosas fundamentales del hombre han sido corrompidas por Satanás y son diametralmente distintas a cómo Dios las creó originalmente, que el hombre se opone a Dios y no puede aceptar la verdad. Por ende, los cambios en el carácter del hombre deben comenzar con cambios en su pensamiento, su percepción y su razón que cambien su conocimiento de Dios y su conocimiento de la verdad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Tener un carácter invariable es estar enemistado con Dios
507. En su vida, si el hombre quiere ser purificado y lograr cambios en su carácter, si quiere vivir una vida que tenga sentido y cumplir bien su deber como ser creado, entonces debe aceptar el castigo y el juicio de Dios, y no debe dejar que se aparten de él la disciplina de Dios ni Sus azotes, para que se pueda liberar de la manipulación y la influencia de Satanás y pueda vivir en la luz de Dios. Sabe que el castigo y el juicio de Dios son la luz, y la luz de la salvación del hombre, así como que para el hombre no hay mejor bendición ni mayor gracia o protección. El hombre vive bajo la influencia de Satanás y existe en la carne; si no es limpiado y no recibe la protección de Dios, entonces el hombre se hará cada vez más depravado. Si quiere amar a Dios, entonces debe ser limpiado y salvado. Pedro oró: “Dios, cuando me tratas benignamente me deleito y siento consuelo; cuando me castigas, siento aún más consuelo y alegría. Aunque sea débil y soporte un sufrimiento incalculable, aunque haya lágrimas y tristeza, sabes que esta tristeza se debe a mi rebeldía y a mi debilidad. Lloro porque no puedo satisfacer Tus intenciones, siento pena y arrepentimiento porque soy insuficiente para Tus exigencias, pero estoy dispuesto a alcanzar este ámbito; estoy dispuesto a hacer todo lo que pueda para satisfacerte. Tu castigo me ha traído protección y me ha dado la mejor salvación; Tu juicio eclipsa Tu tolerancia y paciencia. Sin Tu castigo y juicio, no disfrutaría de Tu misericordia y piedad amorosa. Hoy veo más que nunca que Tu amor ha trascendido los cielos y ha superado a todas las demás cosas. Tu amor no solo es misericordia y piedad amorosa; es más que eso, es castigo y juicio. He ganado mucho de Tu castigo y juicio. Sin Tu castigo y juicio, ni una sola persona sería limpiada y ni una sola persona podría experimentar el amor del Creador”.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio
508. Si deseas ser perfeccionado, entonces primero debes ser favorecido por Dios, pues Él perfecciona a aquellos a quienes favorece y a los que son conformes a Sus intenciones. Si deseas ser conforme a las intenciones de Dios, entonces debes tener un corazón que se someta a Su obra, debes esforzarte por buscar la verdad y aceptar el escrutinio de Dios en todas las cosas. ¿Acaso todo lo que haces ha pasado por el escrutinio de Dios? ¿Es correcta tu intención? Si tu intención es correcta, entonces Dios te elogiará; si tu intención es incorrecta, esto muestra que lo que tu corazón ama no es a Dios, sino a la carne y a Satanás. Por lo tanto, debes utilizar la oración como una forma de aceptar el escrutinio de Dios en todas las cosas. Cuando oras, aunque Yo no esté delante de ti en persona, el Espíritu Santo está contigo y estás orando tanto a Mí como al Espíritu de Dios. ¿Por qué crees en esta carne? Crees porque Él posee el Espíritu de Dios. ¿Creerías en esta persona si no tuviera el Espíritu de Dios? Cuando crees en esta persona, crees en el Espíritu de Dios. Cuando temes a esta persona, temes al Espíritu de Dios. La fe en el Espíritu de Dios es la fe en esta persona, y la fe en esta persona es también la fe en el Espíritu de Dios. Cuando oras, sientes que el Espíritu de Dios está contigo y que Dios está frente a ti; por lo tanto, oras a Su Espíritu. Hoy en día, la mayoría de las personas tienen demasiado temor a presentar sus acciones delante de Dios; aunque puedes engañar a Su carne, no puedes engañar a Su Espíritu. Cualquier asunto que no pueda resistir el escrutinio de Dios está en conflicto con la verdad y debe hacerse a un lado; no hacerlo así es cometer un pecado contra Dios. Así pues, debes poner tu corazón delante de Dios en todo momento: cuando oras, cuando hablas y te comunicas con tus hermanos y hermanas, y cuando llevas a cabo tu deber y te dedicas a tus asuntos. Cuando cumples con tus funciones, Dios está contigo y, siempre que tu intención sea correcta y sea para la obra de la casa de Dios, Él aceptará todo lo que hagas; debes dedicarte sinceramente a cumplir con tus funciones. Si, cuando oras, tienes un corazón amante de Dios y buscas el cuidado, la protección y el escrutinio de Dios, si todo esto es tu intención, tus oraciones serán eficaces. Por ejemplo, si, cuando oras en las reuniones, abres tu corazón y oras a Dios, y le dices lo que hay en tu corazón sin falsedades, entonces con toda seguridad tus oraciones serán eficaces. Si tienes un sincero corazón amante de Dios, entonces hazle este juramento: “Dios, que estás en los cielos, en la tierra y entre todas las cosas, yo te juro: que Tu Espíritu examine todo lo que hago, y me proteja y me cuide en todo momento, y que haga posible que todo lo que hago permanezca en Tu presencia. Si mi corazón dejara de amarte alguna vez o si alguna vez te traicionara, castígame y maldíceme con gran severidad. ¡No me perdones ni en este mundo ni en el próximo!”. ¿Te atreves a hacer semejante juramento? Si no te atreves, esto muestra que eres tímido y que aún te amas a ti mismo. ¿Tenéis esta determinación? Si verdaderamente tenéis esta determinación, debéis hacer este juramento. Si tienes la determinación de hacer semejante juramento, Dios satisfará tu determinación. Cuando haces un juramento a Dios, Él escucha. Dios determina si eres pecador o justo conforme a la medida de tu oración y tu práctica. Este es, ahora, el proceso de perfeccionaros y, si verdaderamente tienes fe en que serás perfeccionado, entonces llevarás delante de Dios todo lo que haces y aceptarás Su escrutinio. Si haces algo excesivamente rebelde o si traicionas a Dios, entonces Él hará que tu juramento se cumpla, y, así, sin importar lo que te suceda, ya sea la perdición o el castigo, es cosa tuya. Hiciste el juramento, así que debes cumplirlo. Si haces un juramento, pero no lo cumples, sufrirás la perdición. Como el juramento era tuyo, Dios hará que tu juramento se cumpla. Algunos tienen miedo después de orar y se lamentan: “¡Todo ha terminado! Mi oportunidad de entregarme al libertinaje se ha ido. Mi oportunidad de hacer cosas malvadas se ha ido. ¡Mi oportunidad de entregarme a mis antojos mundanos se ha ido!”. Estas personas siguen amando la mundanidad y el pecado, y, ciertamente, sufrirán la perdición.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios perfecciona a quienes son conformes a Sus intenciones
509. Existe una regla para el perfeccionamiento de las personas por parte de Dios, y es que Él te esclarece usando una parte deseable de ti, de forma que tengas una senda para practicar, y puedas apartarte de todos los estados negativos, para ayudar a tu espíritu a alcanzar la liberación, y hacerte más capaz de amarlo. Así, eres capaz de desechar el carácter corrupto de Satanás. Eres sencillo y abierto, estás dispuesto a conocerte y a poner en práctica la verdad. Dios sin duda va a bendecirte, así que cuando eres débil y negativo, Él te esclarece doblemente, te ayuda a conocerte más, a estar más dispuesto a arrepentirte por ti mismo, y a ser más capaz de practicar las cosas que deberías practicar. Solo de esta forma puede estar tranquilo y en paz tu corazón. Aquel que normalmente presta atención a conocer a Dios, a conocerse a sí mismo, que presta atención a su propia práctica, será capaz de recibir con frecuencia la obra de Dios, así como Su guía y Su esclarecimiento. Aunque una persona así pueda encontrarse en un estado negativo, es capaz de cambiar las cosas de inmediato, ya sea debido a la acción de la conciencia o al esclarecimiento de la palabra de Dios. El cambio de carácter de una persona siempre se consigue cuando ella conoce su estado real, el carácter y la obra de Dios. Una persona que esté dispuesta a conocerse y a abrirse será capaz de practicar la verdad. Esta clase de persona es una persona leal a Dios; y la persona que es leal a Dios tiene entendimiento de Él, ya sea este entendimiento profundo o superficial, escaso o abundante. Esta es la justicia de Dios, y es algo que las personas alcanzan; es su propia ganancia. Una persona que tiene conocimiento de Dios es alguien que tiene una base, que tiene visión. Esta clase de persona está segura respecto a la carne de Dios, y está segura respecto a la palabra de Dios y la obra de Dios. Independientemente de cómo obre o hable Dios, o de cómo otras personas causen perturbaciones, ella puede ser firme y mantenerse firme en su testimonio para Dios. Cuanto más sea así la persona, más puede llevar a cabo la verdad que entiende. Como ella siempre está practicando la palabra de Dios, obtiene más entendimiento de Él, y posee la determinación para siempre mantenerse firme en su testimonio para Dios.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados
510. Al creer en Dios, si las personas desean la transformación de su carácter, entonces no se deben separar de la vida real. En la vida real, debes conocerte, rebelarte contra ti mismo, practicar la verdad, así como aprender los principios, el sentido común y las reglas de conducta propia en todas las cosas antes para poder lograr la transformación gradual. Si solo te enfocas en el conocimiento teórico y solo vives entre ceremonias religiosas sin profundizar en la realidad, sin entrar en la vida real, entonces nunca entrarás en la realidad, nunca conocerás a ti mismo, la verdad ni a Dios y siempre serás ciego e ignorante. La obra de Dios de salvar a la gente no consiste en permitirles tener vidas humanas normales tras un breve periodo de tiempo ni en transformar sus nociones y doctrinas erróneas. Más bien, Su propósito es cambiar el antiguo carácter de la gente, cambiar la totalidad de su antigua forma de vida y cambiar su pensamiento y actitud mental. Enfocarse solo en la vida de iglesia no cambiará los viejos hábitos de vida de las personas ni cambiará las viejas maneras de las que han vivido por tanto tiempo. Pase lo que pase, las personas no se deben desprender de la vida real. Dios pide que las personas vivan una humanidad normal en la vida real, no sólo en la vida de iglesia; que vivan la verdad en la vida real, no sólo en la vida de iglesia; y que cumplan sus funciones en la vida real, no sólo en la vida de iglesia. Para entrar en la realidad, uno debe enfocar todo hacia la vida real. Si, al creer en Dios, las personas no pueden llegar a conocerse a sí mismas mediante la entrada en la vida real, y si no pueden vivir la humanidad normal en la vida real, entonces se convertirán en fracasos. Todos los que se rebelan contra Dios son personas que no pueden entrar en la vida real. Todos son personas que hablan de la humanidad, pero viven la naturaleza de los demonios. Todos son personas que hablan de la verdad, pero viven las doctrinas. Aquellos que no pueden vivir la verdad en la vida real son los que creen en Dios, pero Él los desdeña. Tienes que practicar tu entrada en la vida real, conocer tus propias deficiencias, rebeldía e ignorancia y conocer tu humanidad anormal y tus debilidades. De esa manera, tu conocimiento se integrará en tu condición y dificultades presentes. Sólo este tipo de conocimiento es real y puede permitirte comprender verdaderamente tu propia condición y lograr una transformación del carácter.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debatiendo la vida de iglesia y la vida real
511. Comer y beber las palabras de Dios, practicar la oración, aceptar la carga de Dios y las tareas que Él te encomienda, todo esto es para que pueda haber una senda delante de ti. Cuanta más carga tengas por la comisión de Dios, más fácil será que Él te perfeccione. Algunas personas no están dispuestas a coordinarse con otras en el servicio a Dios, aunque hayan sido llamadas a hacerlo; estas son personas perezosas que solo desean deleitarse en las comodidades. Cuanto más se te pida que sirvas en coordinación con otras personas, más experiencia adquirirás. Debido a que tienes más cargas y experiencias, tendrás más oportunidades de ser perfeccionado. Por tanto, si puedes servir a Dios con sinceridad, serás considerado con Su carga; así pues, tendrás más oportunidades de que Él te perfeccione. Es justo ese grupo de personas el que actualmente está siendo perfeccionado. Cuanto más te conmueva el Espíritu Santo, más tiempo dedicarás a ser considerado con la carga de Dios, más serás perfeccionado por Él y más te ganará Él, hasta que, al final, te convertirás en alguien a quien Dios utiliza. En la actualidad, hay algunas personas que no llevan cargas por la iglesia. Estas personas son flojas y descuidadas, y solo les preocupa su propia carne. Son extremadamente egoístas y, también, ciegas. Si no puedes ver este asunto con claridad, no llevarás ninguna carga. Cuanto más considerado seas con las intenciones de Dios, mayor será la carga que Él te confiará. Las personas egoístas no están dispuestas a sufrir tales cosas ni a pagar el precio y, como resultado, perderán oportunidades para que Dios las perfeccione. ¿Acaso no se están haciendo daño a sí mismas? Si eres alguien considerado con las intenciones de Dios, desarrollarás una carga verdadera para la iglesia. De hecho, en lugar de considerar que esto es una carga que llevas para la iglesia, sería mejor que la consideraras como una carga que llevas para tu propia vida, porque el propósito de esta carga que desarrollas para la iglesia es que utilices estas experiencias para que Dios te perfeccione. Por tanto, quien lleve la mayor carga para la iglesia, quien lleve una carga para la entrada en la vida, será a quien Dios perfeccionará. ¿Has visto esto claramente? Si la iglesia con la que estás se encuentra esparcida como la arena, pero tú no te sientes ni preocupado ni inquieto e incluso haces la vista gorda cuando tus hermanos y hermanas no comen ni beben normalmente las palabras de Dios, entonces no estás llevando carga alguna. A Dios no le gustan tales personas. La clase de personas que a Él le agradan tienen hambre y sed de justicia y son consideradas con Sus intenciones. Por tanto, debéis ser considerados con la carga de Dios, aquí y ahora; no debes esperar que Dios revele Su carácter justo a toda la humanidad para ser considerado con Su carga. ¿No sería demasiado tarde entonces? Esta es una buena oportunidad para que Dios te perfeccione. Si dejas que esta oportunidad se te escape de las manos, lo lamentarás por el resto de tu vida, del mismo modo que Moisés no pudo entrar en la buena tierra de Canaán y lo lamentó por el resto de su vida y murió con remordimientos. Una vez que Dios haya revelado Su carácter justo a todas las personas, te llenarás de remordimiento. Aunque Dios no te castigue, te castigarás tú mismo por tu propio remordimiento. Algunas personas no están convencidas de esto, pero si tú no lo crees, simplemente espera y observa. Hay algunas personas cuyo único propósito es que se cumplan estas palabras. ¿Estás dispuesto a sacrificarte por estas palabras?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sé considerado con las intenciones de Dios para alcanzar la perfección
512. El Espíritu Santo tiene una senda que recorrer en cada persona, y a cada una le concede la oportunidad de ser perfeccionada. A través de tu negatividad, se te hace conocer tu corrupción y, después, al sacar de ti la negatividad, encontrarás una senda de práctica; todas estas son maneras en las que eres perfeccionado. Además, por medio de la dirección y la iluminación continuas de algunas cosas positivas en tu interior, cumplirás proactivamente tu función, crecerás en percepción, y ganarás discernimiento. Cuando tus condiciones son buenas, estás especialmente dispuesto a leer la palabra de Dios, a orar a Él, y puedes relacionar los sermones que oyes con tus propios estados. En ocasiones así, Dios te esclarece e ilumina en tu interior, y hace que te des cuenta de algunas cosas del aspecto positivo. Así es como eres perfeccionado en el aspecto positivo. En estados negativos, eres débil y negativo; sientes que no tienes a Dios en tu corazón, pero Él te ilumina, y te ayuda a encontrar una senda para practicar. Salir de esto es alcanzar la perfección en el aspecto negativo. Dios puede perfeccionar al hombre tanto en los aspectos positivos como en los negativos. Depende de si puedes experimentar y de si buscas que Dios te perfeccione. Si verdaderamente buscas que Dios te perfeccione, entonces lo negativo no te puede quitar nada, sino que te puede traer cosas que son más reales y te puede hacer más capaz para saber qué es lo que falta dentro de ti y más capaz de comprender tus estados reales y ver que el hombre no tiene nada y no es nada; si no experimentas pruebas, no sabes esto, y siempre vas a sentir que estás por encima de los demás y que eres mejor que todos los demás. A través de todo esto vas a ver que todo lo que pasó antes, Dios lo hizo y Dios lo protegió. La entrada a las pruebas te deja sin amor ni fe, te falta oración y no puedes cantar himnos; y, sin darte cuenta, en medio de esto llegas a conocerte. Dios tiene muchos medios para perfeccionar al hombre. Emplea toda clase de ambientes para podar el carácter corrupto del hombre y usa varias cosas para poner al hombre al descubierto; en un sentido poda al hombre, en otro pone al hombre al descubierto y en otro revela al hombre, escarbando y revelando los “misterios” en las profundidades del corazón del hombre, y mostrándole al hombre su naturaleza revelando muchos de sus estados. Dios perfecciona al hombre a través de muchos métodos —por medio de la revelación, por medio de la poda, por medio del refinamiento y el castigo— para que el hombre pueda saber que Dios es práctico.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados
513. Por ahora, lo que vosotros deberíais buscar principalmente es ser perfeccionados por Dios en todas las cosas, a través de todas las personas, acontecimientos y cosas a los que os enfrentáis, para que más de lo que es Dios sea forjado en vosotros. Primero debéis recibir la herencia de Dios en la tierra, solo entonces os convertís en elegibles para heredar más y mayores bendiciones de Dios. Todas estas son cosas que deberíais buscar y entender antes que todo lo demás. Cuanto más busquéis ser perfeccionados por Dios en todas las cosas, más podréis ver la mano de Dios en todas las cosas, con el resultado de que, a través de diferentes perspectivas y en diferentes asuntos, buscaréis activamente entrar en el ser de la palabra de Dios y en la realidad de Su palabra. No puedes estar conforme con estados negativos tales como simplemente no cometer pecados, o no tener nociones, filosofía para los asuntos mundanos ni voluntad humana. Dios perfecciona al hombre de múltiples maneras; en todos los asuntos yace la posibilidad de ser perfeccionado, y Él puede perfeccionarte no solo en términos positivos, sino también en términos negativos, para hacer más abundante tu ganancia. Cada día hay oportunidades para ser perfeccionado y ocasiones para ser ganado por Dios. Después de experimentar así por un tiempo, estarás muy cambiado y entenderás naturalmente muchas cosas que antes ignorabas. No habrá necesidad de instrucciones de otros, sin que lo sepas, Dios te esclarecerá para que recibas esclarecimiento en todas las cosas y entres en todas tus experiencias en detalle. Sin duda, Dios te guiará para que no vires a derecha o izquierda y emprenderás así el camino para ser perfeccionado por Él.
[…] Si deseáis ser perfeccionados por Dios, debéis aprender cómo experimentar en todas las cosas y ser capaces de obtener esclarecimiento en todo lo que os ocurre. Sea malo o bueno, debe proporcionarte beneficio y no debe volverte negativo. En cualquier caso, deberías poder considerar las cosas desde la perspectiva de Dios y no analizarlas y estudiarlas desde la perspectiva del hombre (esto sería una desviación en tu experiencia). Si experimentas así, entonces tu corazón se llenará de las cargas de tu vida, vivirás constantemente en la luz del semblante de Dios, sin desviarte fácilmente en tu práctica. Las personas así tienen un brillante futuro por delante. Existen muchas oportunidades de ser perfeccionados por Dios. Todo depende de si vosotros sois personas que realmente amáis a Dios y de si poseéis la determinación de ser perfeccionados por Dios, de ser ganados por Él y recibir Sus bendiciones y herencia. La mera determinación no es suficiente; debéis tener mucho conocimiento, si no siempre os estaréis desviando en vuestra práctica. Dios está dispuesto a perfeccionaros a cada uno de vosotros. En la actualidad, aunque la mayoría de personas ya ha aceptado la obra de Dios por mucho tiempo, se han limitado a disfrutar al máximo de la gracia de Dios y sólo están dispuestas a permitir que Dios les dé un poco de las comodidades de la carne, sin embargo no están dispuestas a recibir más verdades y más elevadas. Esto muestra que el corazón del hombre sigue siendo ajeno a esto. Aunque la obra del hombre, su servicio y su corazón amante de Dios tienen menos impurezas, por lo que respecta a su sustancia interna y su pensamiento retrógrado, el hombre todavía busca constantemente la paz y el disfrute de la carne y no se preocupa nada por cuáles puedan ser las condiciones y las intenciones de Dios al perfeccionar al hombre. Y así, las vidas de la mayoría son todavía vulgares y decadentes. Sus vidas no han cambiado en lo más mínimo, simplemente no contemplan la fe en Dios como algo de importancia, es como si sólo tuvieran fe en aras de otros, actuando por inercia y sobreviviendo como pueden, a la deriva, en una existencia sin propósito. Pocos son los que buscan entrar en la palabra de Dios en todas las cosas, ganar más cosas y más ricas, convertirse en los poseedores de mayores riquezas en la casa de Dios hoy, y recibir más bendiciones de Dios. Si buscas ser perfeccionado por Dios en todas las cosas y eres capaz de recibir lo que Dios ha prometido en la tierra, si buscas ser esclarecido por Dios en todas las cosas y no dejar que los años pasen inadvertidos ociosamente, esta es la senda ideal para que entres activamente. Sólo así serás merecedor de ser perfeccionado por Dios y elegible para serlo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Promesas a aquellos que son perfeccionados
514. El Espíritu Santo no solo obra en ciertas personas a las que Dios usa, sino que, además, lo hace en la iglesia. Podría estar obrando en cualquier persona. Él puede obrar en ti en el presente y tú experimentarás esta obra. Durante el siguiente periodo, puede obrar en otra persona, en cuyo caso, debes darte prisa en seguirlo; cuanto más de cerca sigas la luz del presente, más podrá crecer tu vida. No importa qué clase de persona sea alguien, si el Espíritu Santo obra en ella, debes seguirla. Asimila sus experiencias a través de las tuyas de una manera práctica, y recibirás cosas incluso más elevadas. Por medio de este tipo de práctica, progresarás con mayor rapidez. Esta es la senda de la perfección para el hombre y una manera mediante la cual la vida crece. La senda para ser perfeccionado se alcanza mediante tu sumisión a la obra del Espíritu Santo. No sabes a través de qué clase de persona Dios obrará para perfeccionarte, ni a través de qué persona, acontecimiento o cosa te permitirá ganar o ver las cosas. Si puedes transitar por este camino que es el correcto, eso muestra que hay gran esperanza de que seas perfeccionado por Dios. Si no puedes hacerlo, esto muestra que tu futuro es sombrío y carece de luz. Una vez que emprendas el camino correcto, te serán reveladas todas las cosas. No importa lo que el Espíritu Santo les revele a otros, si procedes según el conocimiento que ellos tienen para experimentar las cosas por tu cuenta, entonces se convertirá en una parte de tu vida y podrás proveer a otros a partir de ella. Los que proveen a otros repitiendo palabras como loros son personas que no han tenido ninguna experiencia; debes aprender a descubrir, a través del esclarecimiento y la iluminación de otros, una senda de práctica, antes de que puedas empezar a hablar de tu propia experiencia y conocimiento reales. Esto será más provechoso para tu propia vida. Debes experimentar de esta manera, sometiéndote a todo lo que viene de Dios. Debes buscar las intenciones de Dios en todas las cosas y aprender las lecciones en todas las cosas, para que tu vida pueda crecer. Esta clase de práctica permite el más rápido progreso.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que se someten a Dios con un corazón sincero, sin duda serán ganados por Él
515. ¿Estás verdaderamente dispuesto a ser perfeccionado? Si estás verdaderamente dispuesto a ser perfeccionado por Dios, tendrás el valor de dejar de lado tu carne, podrás poner en práctica las palabras de Dios y no serás ni negativo ni débil. Podrás someterte a todo lo que provenga de Dios y presentar ante Él todas tus acciones, ya sean delante de los demás o a sus espaldas. Si te comportas como una persona honesta y practicas la verdad en todas las cosas, entonces serás alguien que va a ser perfeccionado. Esas personas falsas que actúan de una manera frente a los demás y de otra a sus espaldas no están dispuestas a ser perfeccionadas. Son todos hijos de la perdición y la destrucción; no le pertenecen a Dios, sino a Satanás. ¡No son la clase de personas escogidas por Dios! Si tus acciones y tu conducta no pueden presentarse ante Dios o no son escrutados por el Espíritu de Dios, esto evidencia que algo está mal en ti. Solo si aceptas el juicio y el castigo de Dios y te centras en la transformación de tu carácter, podrás emprender la senda que conduce al perfeccionamiento. Si estás verdaderamente dispuesto a ser perfeccionado por Dios y a seguir Su voluntad, entonces debes someterte a toda Su obra, sin una sola queja, sin hacer juicios arbitrarios ni llegar a conclusiones tales sobre Su obra. Estos son los requisitos mínimos para ser perfeccionado por Dios. El requisito necesario para todo aquel que busca ser perfeccionado por Él es el siguiente: actuar con un corazón amante de Dios en todas las cosas. ¿Qué significa actuar con un corazón amante de Dios? Significa que todas tus acciones y tu conducta puedan presentarse ante Dios. Y, como tienes las intenciones correctas, ya sea que tus acciones estén bien o mal, no tienes temor de mostrárselas a Dios o a tus hermanos y hermanas, y te atreves a hacer un juramento ante Dios. Debes presentar todas tus intenciones, pensamientos e ideas ante Dios para Su observación: si practicas esto y entras de esta manera, entonces habrá un rápido progreso en tu vida.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que se someten a Dios con un corazón sincero, sin duda serán ganados por Él
516. Si quieres que Dios te use y te perfeccione, debes poseer todo aspecto de la verdad: la determinación de sufrir, la fe, la paciencia, la sumisión, así como la capacidad de buscar la verdad y entender las intenciones de Dios, la capacidad de ser considerado con Su pesar y Sus intenciones meticulosas, y más. Perfeccionar a una persona no es fácil, y cada refinamiento que experimentas requiere de tu fe y de tu amor. Si quieres ser perfeccionado por Dios, no basta con simplemente ir de acá para allá y tampoco basta con solamente esforzarse por Dios. Debes poseer muchas cosas para ser capaz de convertirte en alguien perfeccionado por Dios. Cuando te enfrentas a sufrimientos debes ser capaz de no considerar la carne ni quejarte contra Dios. Cuando Él se esconda de ti, debes ser capaz de tener la fe para seguirlo, de mantener tu amor anterior sin permitir que flaquee o desaparezca. Independientemente de lo que Dios haga, debes dejar que instrumente como Él desee y maldecir tu propia carne en lugar de quejarte de Él. Cuando te enfrentas a las pruebas, debes estar dispuesto a soportar el dolor de renunciar a lo que amas y a llorar amargamente para satisfacer a Dios. Solo esto es amor y fe verdaderos. Independientemente de cuál sea tu estatura real, debes poseer primero esta determinación de sufrir, esta fe verdadera y tener la determinación de rebelarte contra la carne. Deberías estar dispuesto a sufrir personalmente y a experimentar pérdidas en tus intereses personales con el fin de satisfacer las intenciones de Dios. Debes ser capaz de sentir arrepentimiento en tu corazón. En el pasado no fuiste capaz de satisfacer a Dios, y ahora, puedes arrepentirte. Ni una sola de estas cosas puede faltar y Dios te perfeccionará a través de ellas. Si careces de estas condiciones, no puedes ser perfeccionado.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben pasar por el refinamiento
517. Una transformación en el carácter se refiere, principalmente, a la transformación en la naturaleza de una persona. Las cosas propias de la naturaleza de una persona no pueden percibirse mediante las conductas externas. Están directamente relacionadas con el valor y el significado de su existencia, con la perspectiva que tiene una persona sobre la vida y sus valores, están relacionadas con las cosas que se encuentran en lo profundo de su alma y con su esencia. Si una persona es incapaz de aceptar la verdad, no pasará por una transformación en estos aspectos. Solo al experimentar la obra de Dios, al entrar plenamente en la verdad, al cambiar sus valores y su perspectiva sobre la existencia y la vida, al alinear su punto de vista sobre las cosas con la palabra de Dios y al volverse capaz de someterse por completo a Él y serle leal, puede decirse que el carácter de alguien se ha transformado. Actualmente, puede parecer que haces cierto esfuerzo, puedes ser resiliente ante las dificultades mientras haces tu deber, puedes ser capaz de llevar a cabo los arreglos del trabajo provenientes de lo Alto o puedes ir dondequiera que se te pida que vayas. A simple vista, puede parecer que eres bastante obediente, pero cuando ocurre algo que no está de acuerdo con tus nociones, tu rebeldía sale a la luz. Por ejemplo, no te sometes a que te poden y eres aún menos sumiso cuando ocurre un desastre natural o provocado por el hombre; incluso encuentras dentro de ti la forma de quejarte de Dios. Por lo tanto, esa pizca de sumisión y de cambio en el exterior es solo un pequeño cambio en el comportamiento. Se da un poco de cambio, pero no es suficiente para contar como la transformación de tu carácter. Puedes ser capaz de recorrer muchas sendas, sufrir muchas penurias y soportar grandes humillaciones; puedes sentirte muy cerca de Dios, y el Espíritu Santo puede hacer alguna obra en ti. Sin embargo, cuando Dios te pide que hagas algo que no es conforme con tus nociones, es posible que no te sometas, sino que busques excusas, te rebeles y te resistas a Dios, y en momentos difíciles incluso le cuestiones y luches contra Él. ¡Esto sería un problema grave! Mostraría que todavía tienes una naturaleza que se resiste a Dios, que no entiendes realmente la verdad, y que no has experimentado ningún cambio en tu carácter-vida en absoluto. Después de haber sido destituidas o echadas, algunas personas aún se atreven a juzgar a Dios y decir que no es justo. Incluso discuten con Dios y contraatacan, difundiendo por dondequiera que vayan sus nociones sobre Dios y su insatisfacción respecto a Él. Estas personas son diablos malvados que se resisten a Dios. Las personas que tienen una naturaleza diabólica no cambiarán nunca y deben ser abandonadas. Solo aquellos que pueden buscar y aceptar la verdad en cada situación y someterse a la obra de Dios tienen la esperanza de obtener la verdad y lograr un cambio de carácter. En tus experiencias, debes aprender a discernir entre los estados que exteriormente parecen normales. Puedes sollozar y llorar durante la oración, o sentir que tu corazón ama mucho a Dios y que está muy cerca de Él, pero estos estados son solo obra del Espíritu Santo y no significan que seas alguien que ama a Dios. Si puedes amar y someterte a Dios incluso cuando el Espíritu Santo no está obrando y cuando Dios hace cosas que no concuerdan con tus propias nociones, solo entonces eres una persona que realmente ama a Dios. Solamente entonces eres una persona cuyo carácter-vida ha cambiado. Tan solo una persona así posee la realidad-verdad.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Lo que se debe saber sobre cómo transformar el propio carácter
518. La transformación del carácter propio no es un cambio en la conducta, ni un cambio externo fingido, ni una transformación temporal producto del entusiasmo. Por muy buenos que sean estos cambios, no pueden sustituir a la transformación en el carácter-vida, ya que estos cambios externos pueden lograrse mediante el esfuerzo humano, pero la transformación en el carácter-vida no puede lograrse únicamente mediante el esfuerzo propio. Para lograrlo se requiere experimentar el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de Dios, así como la perfección del Espíritu Santo. Aunque las personas que creen en Dios muestran algún comportamiento bueno, ni una sola de ellas se somete y ama de verdad a Dios ni puede seguir Su voluntad. ¿A qué se debe esto? La razón es que esto requiere una transformación en el carácter-vida, y un mero cambio en el comportamiento dista mucho de ser suficiente. Un cambio de carácter significa que tienes conocimiento y experiencia de la verdad, y que esta se ha convertido en tu vida, que puede dirigir y dominar tu vida y todo lo que tiene que ver contigo. Esto es una transformación en tu carácter-vida. Solo las personas que poseen la verdad como vida son aquellas cuyo carácter ha cambiado. En el pasado, puede que hubiera algunas verdades que no pudieras poner en práctica cuando las comprendiste, pero ahora puedes practicar cualquier aspecto de la verdad que comprendas sin obstáculos ni dificultad. Cuando practicas la verdad, te sientes lleno de paz y felicidad, pero si no puedes practicar la verdad, sientes dolor y tu conciencia se ve perturbada. Puedes practicar la verdad en todo, vivir según las palabras de Dios y tener una base para vivir. Esto significa que has cambiado tu carácter. Ahora puedes desprenderte fácilmente de tus nociones e imaginaciones, tus preferencias y búsquedas carnales, y aquellas cosas que antes no podías dejar atrás. Sientes que las palabras de Dios son realmente buenas y que practicar la verdad es lo mejor que puedes hacer. Esto significa que tu carácter ha cambiado. Un cambio de carácter parece muy sencillo, pero en realidad es un proceso que implica mucha experiencia. Durante este periodo, las personas necesitan soportar muchas dificultades, tienen que someter el propio cuerpo y rebelarse contra su carne, también necesitan sufrir el juicio, el castigo, la poda, las pruebas y el refinamiento, y además necesitan experimentar muchos fracasos, caídas, luchas internas y tormentos dentro de su corazón. Solo después de estas experiencias, las personas pueden tener cierta comprensión de su propia naturaleza, pero una cierta comprensión no produce de inmediato un cambio completo; tienen que pasar por un largo período de experiencia antes de al fin poder despojarse poco a poco de sus actitudes corruptas. Por eso se necesita toda una vida para cambiar el carácter propio. Por ejemplo, si revelas corrupción en un asunto, ¿puedes practicar inmediatamente la verdad cuando te das cuenta de ello? No, no puedes. En esta etapa de entendimiento, otros te podan, y luego tu entorno te obliga y te fuerza a actuar de acuerdo con los principios-verdad. A veces, sigues sin resignarte a hacerlo y te dices a ti mismo: “¿Tengo que hacerlo así? ¿Por qué no puedo hacerlo como quiero? ¿Por qué siempre se me pide que practique la verdad? No quiero hacer esto, ¡estoy cansado!”. Experimentar la obra de Dios requiere pasar por el siguiente proceso: de ser reacio a practicar la verdad, a practicarla de buena gana; de la negatividad y la debilidad, a la fortaleza y a la capacidad de rebelarse contra la carne. Cuando las personas llegan a un determinado punto de experiencia y luego pasan por algunas pruebas, refinamiento y al final llegan a comprender las intenciones de Dios y algunas verdades, en ese momento estarán en cierto modo felices y dispuestas a actuar de acuerdo con los principios-verdad. Al inicio, las personas son reacias a practicar la verdad. Tomemos como ejemplo hacer con devoción los deberes propios: tienes cierto entendimiento acerca de realizar tus deberes y ser devoto a Dios, y también tienes algo de entendimiento de la verdad, pero ¿cuándo podrás ser devoto por completo? ¿Cuándo podrás hacer tus deberes tanto de palabra como de obra? Esto requerirá un proceso. Durante este proceso podrías padecer muchas dificultades. Tal vez algunas personas te poden y otras te critiquen. Todo el mundo tendrá sus ojos puestos en ti, te escrutará, y será entonces cuando empieces a comprender que te equivocas, que eres tú quien lo ha hecho mal, que es inaceptable la ausencia de devoción en la ejecución de tu deber y que no has de ser superficial. El Espíritu Santo te esclarecerá desde dentro y te reprochará cuando cometas un error. Durante este proceso, llegarás a comprender algunas cosas sobre ti mismo y sabrás que tienes demasiadas impurezas, que albergas demasiados motivos personales y que tienes demasiados deseos inmoderados cuando haces tus deberes. Una vez que hayas entendido la esencia de estas cosas, si puedes ir delante de Dios en oración y tener un arrepentimiento verdadero, podrás purificarte de esas cosas corruptas. Si frecuentemente buscas la verdad de esta manera para resolver tus propios problemas prácticos, poco a poco pondrás los pies en la senda correcta de la fe; empezarás a tener verdaderas experiencias de vida y tu carácter corrupto empezará a purificarse poco a poco. Cuanto más se purifique tu carácter corrupto, más se transformará tu carácter-vida.
Aunque ahora muchas personas están realizando sus deberes, en esencia, ¿cuántas los hacen saliendo del paso? ¿Cuántas personas pueden aceptar la verdad y hacer sus deberes según los principios-verdad? ¿Cuántas personas realizan sus deberes de acuerdo con los requisitos de Dios después de que su carácter haya cambiado? Al examinar más estas cosas, podrás saber si realmente cumples con el estándar al ejecutar tu deber, y también podrás notar claramente si ha cambiado tu carácter. No es sencillo lograr la transformación del propio carácter; no supone simplemente algunos cambios de conducta, adquirir algo de conocimiento de la verdad, saber hablar algo sobre la experiencia propia con cada aspecto de la verdad ni hacer algunos cambios o volverse un poco sumisos después de haber sido disciplinados. Estas cosas no constituyen una transformación del carácter-vida. ¿Por qué digo esto? Aunque hayas cambiado un poco, sigues sin poner en práctica la verdad de forma genuina. Tal vez te comportas así porque te hallas temporalmente en un entorno adecuado y la situación lo permite, o porque tus circunstancias actuales te han apremiado. Además, cuando estás de buen humor, cuando tu estado es normal y tienes la obra del Espíritu Santo, puedes practicar la verdad. Pero supongamos que estás en medio de una prueba, cuando estás sufriendo como Job en medio de tus pruebas, o bien te enfrentas a la prueba de la muerte. Cuando esto llegue, ¿seguirás siendo capaz de practicar la verdad y de mantenerte firme en el testimonio? ¿Podrás decir algo como lo que dijo Pedro: “Incluso si muriese después de conocerte, ¿cómo podría no hacerlo gustoso y feliz?”? ¿Qué valoraba Pedro? Lo que Pedro valoraba era la sumisión, y consideraba que el conocimiento de Dios era lo más importante, por lo que fue capaz de someterse hasta la muerte. La transformación en el carácter no se produce de la noche a la mañana; se necesita toda una vida de experiencia para lograrlo. Comprender la verdad es un poco más fácil, pero ser capaz de practicarla en diversos contextos es difícil. ¿Por qué la gente siempre tiene problemas para poner en práctica la verdad? De hecho, todas estas dificultades están directamente relacionadas con las actitudes corruptas de las personas, y todas ellas son obstáculos que provienen de las actitudes corruptas. Por lo tanto, tienes que sufrir mucho y pagar un precio para poder poner en práctica la verdad. Si no tuvieras actitudes corruptas, no tendrías que sufrir y pagar un precio para practicar la verdad. ¿Acaso no es un hecho evidente? A veces puede parecer que pones en práctica la verdad, pero, en realidad, la naturaleza de tus actos no lo demuestra. Al seguir a Dios, mucha gente es capaz de dejar de lado su familia y profesión y realizar el deber y, por tanto, cree estar practicando la verdad. Sin embargo, jamás son capaces de ofrecer un testimonio vivencial genuino. ¿Qué sucede aquí exactamente? Para evaluarlos según las nociones humanas, parecen estar practicando la verdad, pero Dios no reconoce que lo que están haciendo sea practicarla. Si las cosas que haces tienen detrás motivaciones personales y están adulteradas, entonces es probable que te desvíes de los principios, y no se puede decir que estás practicando la verdad; se trata solo de un tipo de conducta. En sentido estricto, es probable que Dios condene este tipo de conducta tuya; no la aprobará ni la recordará. Para continuar diseccionando esto en su esencia y origen, eres alguien que hace el mal, y estas conductas externas tuyas constituyen una oposición a Dios. A simple vista, no estás trastornando ni perturbando nada y no has hecho ningún daño real. Parece ser lógico y razonable, pero, por dentro, existen intenciones y contaminantes humanos, y su esencia es la de hacer el mal y resistirse a Dios. Por lo tanto, deberías determinar si ha habido un cambio en tu carácter y si estás poniendo en práctica la verdad usando las palabras de Dios y viendo los motivos que están detrás de tus acciones. No depende de si tus actos se adecúan a las imaginaciones y pensamientos humanos o se adaptan a tus gustos; esas cosas no son importantes. Más bien, depende de que Dios diga si te conformas o no a Sus intenciones, si tus acciones poseen o no la realidad-verdad y si cumplen o no con Sus estándares requeridos. Evaluarte en función de los requisitos de Dios es lo único exacto. La transformación del carácter y la práctica de la verdad no son tan fáciles y sencillas como las personas imaginan. ¿Entendéis esto ahora? ¿Tenéis alguna experiencia con esto? Cuando se trata de la esencia de un problema, puede que no la entendáis; vuestra entrada ha sido excesivamente superficial. Corréis de acá para allá todo el día del amanecer al ocaso, os levantáis temprano y os acostáis tarde, pero no habéis logrado la transformación de vuestro carácter-vida ni podéis captar lo que es dicha transformación de carácter. Esto significa que vuestra entrada es demasiado superficial, ¿no es cierto? Independientemente de cuánto tiempo llevéis creyendo en Dios, puede que no percibáis la esencia y las cosas profundas que tengan que ver con la transformación del carácter. ¿Puede decirse que tu carácter ha cambiado? ¿Cómo sabes si Dios te aprueba o no? Como mínimo, te sentirás excepcionalmente firme en tu corazón con respecto a todo lo que haces, sentirás que el Espíritu Santo te guía, te esclarece y obra en ti cuando realizas tus deberes, cuando llevas a cabo cualquier obra en la casa de Dios, o en general; tus acciones irán de la mano de las palabras de Dios y, cuando poseas cierto grado de experiencia, sentirás que lo que hiciste en el pasado era relativamente adecuado. No obstante, si después de ganar experiencia durante un tiempo sientes que algunas de las cosas que hiciste en el pasado no fueron adecuadas, si estás insatisfecho con ellas y sientes que no concordaban con la verdad, esto demuestra que todo lo que hiciste fue en resistencia a Dios. Demuestra que tu servicio estuvo lleno de rebeldía, de resistencia y de conductas humanas, y que has fracasado por completo a la hora de lograr cambios en el carácter.
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519. Si una persona tiene muchos comportamientos buenos, no significa que posea las realidades-verdad. Solo practicando la verdad y actuando según los principios se pueden poseer las realidades-verdad. Solo temiendo a Dios y evitando el mal se pueden poseer las realidades-verdad. Algunas personas tienen entusiasmo, pueden hablar sobre doctrina, seguir los preceptos y hacer muchas cosas buenas, pero lo único que se puede decir de ellas es que poseen un poco de humanidad. Aquellos que pueden hablar sobre doctrina y siempre observan los preceptos no necesariamente pueden practicar la verdad. Aunque lo que dicen es correcto y parece que no tiene problemas, no tienen nada que decir en lo que respecta a la esencia de la verdad. Por tanto, por mucha doctrina que alguien pueda decir, no significa que comprenda la verdad, y por mucha doctrina que entienda, no puede resolver ningún problema. Todos los teóricos religiosos pueden explicar la Biblia, pero al final, todos fracasan porque no aceptan toda la verdad que Dios ha expresado. Las personas que han experimentado un cambio en su carácter son diferentes; han comprendido la verdad, poseen discernimiento en todos los asuntos, saben cómo actuar de acuerdo con las intenciones de Dios, con los principios-verdad, cómo hacer para satisfacer a Dios, y entienden la naturaleza de la corrupción que revelan. Cuando sus propias ideas y nociones se manifiestan, son capaces de discernir y rebelarse contra la carne. Así es como se manifiesta un cambio en el carácter. La principal manifestación de la gente que ha experimentado un cambio en el carácter es que las personas han llegado a comprender claramente la verdad, y cuando llevan a cabo las cosas, ponen en práctica la verdad con relativa precisión y su corrupción no se revela tan a menudo. Generalmente, aquellos cuyo carácter ha cambiado parecen ser particularmente razonables y tener discernimiento y, debido a su entendimiento de la verdad, no revelan tanta sentenciosidad ni arrogancia. Pueden desentrañar y discernir gran parte de la corrupción que se ha revelado en ellos, así que no dan pie a la arrogancia. Son capaces de tener una comprensión exacta de cuál es su lugar y qué cosas razonables hacer, de cómo ser diligentes, de qué decir y qué no decir, y de qué decir y qué hacer a qué personas. Así pues, las personas cuyo carácter ha cambiado son relativamente razonables y solo tales personas viven verdaderamente una semejanza humana. Al entender la verdad, pueden hablar y ver las cosas de acuerdo con la verdad, y se guían por principios en todo lo que hacen; no están sujetas a la influencia de ninguna persona, acontecimiento o cosa, y todas tienen su propio punto de vista y pueden mantener los principios-verdad. Su carácter es relativamente estable, no nadan entre dos aguas, e independientemente de las circunstancias en las que se encuentren, entienden cómo llevar a cabo su deber de manera adecuada y cómo comportarse para satisfacer a Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado no están centrados en qué hacer externamente para que los demás piensen bien de ellos; han obtenido claridad interna respecto a qué hacer para satisfacer a Dios. Por tanto, desde fuera puede parecer que no son entusiastas o que no han hecho nada importante, pero todo lo que hacen tiene sentido, es valioso y da resultados prácticos. Aquellos cuyo carácter ha cambiado poseen sin duda muchas realidades-verdad y esto puede confirmarse por sus perspectivas sobre las cosas y sus principios de acción. Los que no han obtenido la verdad no han sufrido absolutamente ningún cambio en su carácter-vida. ¿Cómo se logra exactamente una transformación de carácter? Satanás ha corrompido profundamente a los seres humanos, todos se oponen a Dios, y todos tienen esa naturaleza de resistencia a Dios. Él salva a las personas convirtiendo a aquellos que tienen la naturaleza de resistencia a Dios y que pueden oponerse a Él en los que pueden someterse a Dios y temerle. Esto es lo que significa ser alguien cuyo carácter se ha transformado. No importa lo corrupta que sea una persona o cuántas actitudes corruptas posea, mientras pueda aceptar la verdad, aceptar el juicio y el castigo de Dios y aceptar varias pruebas y refinamientos, tendrá una verdadera comprensión de Dios, y al mismo tiempo será capaz de ver claramente su propia esencia-naturaleza. Cuando se conozcan verdaderamente a sí mismos, serán capaces de odiarse a ellos mismos y a Satanás, y estarán dispuestos a rebelarse contra Satanás y a someterse completamente a Dios. Una vez que una persona tenga esta determinación, podrá perseguir la verdad. Si las personas tienen un verdadero conocimiento de Dios, si su carácter satánico está purificado y las palabras de Dios se arraigan en ellas y se han convertido en su vida y en la base de su existencia, si viven según las palabras de Dios y han cambiado completamente y se han convertido en personas nuevas, entonces esto constituye una transformación en su carácter-vida. Un cambio en el carácter no significa tener una humanidad madura y experimentada, ni que las actitudes externas de las personas sean más dóciles que antes, que antes solían ser arrogantes, pero ahora se comunican razonablemente, o que no solían escuchar a nadie, pero ahora pueden escuchar a los demás un poco. No se puede decir que esos cambios externos sean transformaciones en el carácter. Por supuesto, las transformaciones en el carácter incluyen tales manifestaciones, pero el ingrediente clave es que su vida ha cambiado por dentro. Esto se debe enteramente a que las palabras de Dios y la verdad se han arraigado dentro de ellos, gobiernan en su interior y se han convertido en su vida. Su visión de las cosas también ha cambiado. Pueden calar directamente lo que sucede en el mundo y con la humanidad, cómo Satanás corrompe a la humanidad, cuál es la esencia del gran dragón rojo y cómo este se opone a Dios. Pueden odiar en su corazón al gran dragón rojo, a Satanás, y pueden volverse completamente hacia Dios y seguirlo. Esto significa que su carácter-vida ha cambiado, y Dios los ha ganado. Los cambios en el carácter-vida son fundamentales, mientras que los cambios en el comportamiento son superficiales. Solo aquellos que han logrado cambios en el carácter-vida son los que han obtenido la verdad, y solo ellos han sido ganados por Dios.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte
520. Si deseas purificarte de la corrupción y someterte a una transformación de tu carácter-vida, debes tener amor por la verdad y ser capaz de aceptarla. ¿Qué significa aceptar la verdad? Aceptar la verdad significa que sea cual sea el tipo de carácter corrupto que tengas o los venenos del gran dragón rojo, los venenos de Satanás, que estén presentes en tu naturaleza, cuando las palabras de Dios desenmascaran estas cosas deberías admitirlas y someterte, no puedes hacer una elección diferente, y deberías conocerte a ti mismo en concordancia con las palabras de Dios. Esto significa ser capaz de aceptar las palabras de Dios y aceptar la verdad. Diga lo que diga Él, por muy severas que sean Sus declaraciones y sean cuales sean las palabras que emplee, puedes aceptarlas siempre que lo que Él diga sea la verdad y reconocerlas siempre que se ajusten a la realidad. Puedes someterte a las palabras de Dios sin importar la profundidad con la que las entiendas, y puedes aceptar y someterte a la luz del esclarecimiento del Espíritu Santo que tus hermanos y hermanas comparten. Cuando una persona así ha perseguido la verdad hasta cierto punto, puede obtenerla y alcanzar la transformación de su carácter. Aunque las personas que no aman la verdad tengan un poco de humanidad, puedan hacer algunas buenas cosas, renunciar y esforzarse por Dios, están confusas respecto a la verdad y no se la toman en serio, así que su carácter-vida nunca cambia. Puedes ver que Pedro tenía una humanidad similar a la de los otros discípulos, pero destacaba en su ferviente búsqueda de la verdad. Dijera lo que dijera Jesús, él reflexionaba sobre ello a conciencia. Jesús le preguntó: “Simón Barjona, ¿me amas?”. Pedro respondió con sinceridad: “Solamente amo al Padre que está en el cielo, pero no he amado al Señor en la tierra”. Luego lo comprendió, y pensó: “Esto no es correcto; el Dios de la tierra es el Dios del cielo. ¿No es el mismo Dios así en el cielo como en la tierra? Si únicamente amo al Dios del cielo, mi amor no es práctico; debo amar al Dios de la tierra, pues solo entonces será práctico mi amor”. De este modo, Pedro llegó a entender el verdadero significado de la palabra de Dios a partir de lo que Jesús le había preguntado. Para amar a Dios y que este amor sea práctico, hay que amar al Dios encarnado en la tierra. Amar al Dios vago e invisible no es realista ni práctico, mientras que amar al Dios práctico y visible es la verdad. A partir de las palabras de Jesús, Pedro recibió la verdad y entendió la intención de Dios. Evidentemente, la fe de Pedro en Dios se había centrado exclusivamente en la búsqueda de la verdad. En última instancia, consiguió amar al Dios práctico, al Dios de la tierra. Pedro era especialmente concienzudo al perseguir la verdad. Cada vez que Jesús le aconsejaba, reflexionaba concienzudamente acerca de Sus palabras. Puede que reflexionara sobre ellas durante meses, un año y hasta años antes de que el Espíritu Santo le diera esclarecimiento y entendiera la esencia de las palabras de Dios. Así, Pedro entró en la verdad y, al hacerlo, su carácter-vida se transformó y renovó.
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521. La clave para lograr un cambio de carácter es conocer la propia naturaleza, y esto debe hacerse de acuerdo con la exposición de Dios. Solo en las palabras de Dios puede una persona llegar a conocer su naturaleza horrenda, los diversos venenos de Satanás que se encuentran en su naturaleza, su necedad e ignorancia y los elementos frágiles y negativos de su naturaleza. Después de que conozcas a fondo estas cosas y seas verdaderamente capaz de odiarte a ti mismo, de rebelarte contra la carne, de persistir en la práctica de las palabras de Dios, de persistir en la búsqueda de la verdad mientras haces tu deber para lograr un cambio de carácter y de convertirte en alguien que ama de verdad a Dios, te habrás embarcado en la senda de Pedro. Sin la gracia de Dios o el esclarecimiento y la guía del Espíritu Santo, sería difícil recorrer esta senda, pues, sin la verdad, las personas no pueden rebelarse contra sí mismas. Recorrer la senda de Pedro de ser perfeccionado depende principalmente de tener resolución, poseer fe y confiar en Dios. Además, una persona debe someterse a la obra del Espíritu Santo y nunca desviarse de las palabras de Dios en todas las cosas. Estos son los aspectos cruciales que nunca pueden ser vulnerados. Durante el transcurso de las propias experiencias, es muy difícil conocerse a uno mismo, y sin la obra del Espíritu Santo, no se obtendrá ningún resultado. Para recorrer la senda de Pedro, una persona debe centrarse en conocerse a sí misma y en transformar su carácter. La senda de Pablo no consistía en perseguir la vida ni en centrarse en el conocimiento propio, sino en poner especial atención a la realización de la obra y a la grandeza y el prestigio de la obra realizada. Su intención era intercambiar su obra y sufrimiento por las bendiciones y recompensas de Dios. Esta intención era incorrecta. Pablo no se centró en la vida ni le dio ninguna importancia a la transformación de su carácter. Se centró solo en las recompensas. El objetivo que perseguía era incorrecto; naturalmente, entonces, la senda que recorrió también era incorrecta. Esto fue provocado por su naturaleza arrogante y vanidosa. Es evidente que Pablo no poseía ni un ápice de verdad, ni tenía conciencia ni razón alguna. Al salvar y cambiar a las personas, Dios cambia principalmente el carácter de estas. El propósito de las palabras de Dios es provocar la transformación en el carácter de las personas, así como permitirles llegar a conocerlo y someterse a Él y que sean capaces de adorarlo de manera normal. Este es el propósito de las palabras y la obra de Dios. La manera de buscar de Pablo iba directamente en contra de las intenciones de Dios y entraba en conflicto con estas. Era completamente contraria a ellas. Sin embargo, la manera de buscar de Pedro era plenamente conforme a las intenciones de Dios. Pedro se centró en la vida y en los cambios de carácter, que es precisamente lo que Dios quiere lograr en las personas con Su obra. Por tanto, la senda de Pedro fue bendecida y aprobada por Dios, mientras que la senda de Pablo era precisamente la que Dios detestaba y maldecía porque iba en contra de Sus intenciones.
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522. La mayoría de las personas tienen un entendimiento muy superficial de sí mismas. No conocen en absoluto con claridad lo que hay en su naturaleza. Solo tienen conocimiento de algunos de los estados corruptos que revelan, de las cosas que es probable que hagan o de las carencias que tienen, y esto les hace pensar que se conocen a sí mismas. Si luego se atienen a unos cuantos preceptos, se aseguran de no cometer errores en ciertos ámbitos y logran evitar cometer ciertas transgresiones, llegan a pensar que poseen realidad en su fe en Dios y asumen que se salvarán. Esto no son más que figuraciones humanas. Si te atienes a esas cosas, ¿de verdad serás capaz de abstenerte de transgredir? ¿Habrás alcanzado de verdad un cambio en tu carácter? ¿Habrás vivido de verdad la semejanza de un ser humano? ¿Serás capaz de satisfacer a Dios de verdad? En absoluto. De eso no cabe duda. La gente debería tener un estándar alto en su fe en Dios: obtener la verdad y experimentar algunos cambios en su carácter-vida. Para ello, primero es necesario que las personas se esfuercen en conocerse a sí mismas. Si el conocimiento que una persona tiene de sí misma es demasiado superficial, esto no resolverá ningún problema en absoluto y su carácter-vida no cambiará en lo más mínimo. Debes conocerte a ti mismo a un nivel profundo. Esto significa conocer tu naturaleza y saber qué elementos contiene, dónde se originan estas cosas y de dónde provienen. Además, ¿eres realmente capaz de odiar estas cosas? ¿Has visto tu fea alma y tu naturaleza perversa? Si de veras vieras la verdad sobre ti mismo, te odiarías. Cuando te odies a ti mismo y luego intentes poner en práctica las palabras de Dios, serás capaz de rebelarte contra la carne y obtendrás la fuerza para practicar la verdad, y ya no lo sentirás como una lucha. ¿Por qué muchas personas actúan según sus preferencias carnales? Porque se consideran a sí mismas bastante buenas y sienten que sus acciones son muy adecuadas, están muy justificadas, no tienen ningún fallo e incluso son completamente correctas, por lo que actúan con seguridad en sí mismas. Cuando de veras sepan cuál es su naturaleza —lo fea, despreciable y lastimosa que es—, dejarán de tenerse en tan alta estima y de ser tan arrogantes, y ya no se sentirán tan complacidas consigo mismas. Pensarán: “Debo practicar algunas de las palabras de Dios con los pies firmemente plantados en la tierra. Si no, no estaré a la altura del estándar de ser humano y me avergonzaré de vivir en la presencia de Dios”. De veras se verán a sí mismas como pequeñas y verdaderamente insignificantes. En este punto, les resultará fácil practicar la verdad y se parecerán un poco a como debería ser un ser humano. Solo cuando una persona se odia de verdad a sí misma es capaz de rebelarse contra la carne. Si no se odia a sí misma, será incapaz de rebelarse contra ella. Odiarse de verdad a uno mismo no es tarea fácil. Para ello, hay varias cosas que una persona debe tener. Primero, debe poseer conocimiento de su naturaleza. Segundo, debe ver que es mediocre y lastimosa, que es extremadamente pequeña e insignificante, y debe ver su alma lastimosa y sucia. Cuando llega a ver plenamente lo que es en realidad —cuando se logra este resultado—, obtiene de verdad conocimiento de sí misma, y se puede decir que su conocimiento de sí misma es acertado. Solo en este punto puede odiarse a sí misma, incluso maldecirse, y sentir de verdad que Satanás ha corrompido profundamente a las personas, hasta el punto de que están desprovistas de cualquier semejanza humana. Un día, si de veras se enfrentan a la amenaza de morir, pensarán: “Este es el justo castigo de Dios. Dios es ciertamente justo. ¡Merezco morir!”. En este punto, no expresarán sus quejas, y mucho menos se quejarán de Dios; simplemente sentirán que son absolutamente mediocres, lastimosas, inmundas y corruptas, y que Dios debería descartarlas y destruirlas, y pensarán que un alma como la suya no es apta para vivir en la tierra. Por tanto, no se quejarán de Dios ni se resistirán a Él, y mucho menos lo traicionarán. Pero si no se conocen a sí mismas y aun así se consideran bastante buenas, entonces, cuando se acerque la amenaza de la muerte, pensarán: “Lo he hecho muy bien en mi fe. He perseguido la verdad con gran ahínco y me he sacrificado y he sufrido mucho, pero al final, dios me está dejando morir. No sé dónde está la justicia de dios. ¿Por qué me deja morir? Si incluso alguien como yo tiene que morir, ¿quién puede salvarse? ¿Acaso no está acabada toda la raza humana?”. En primer lugar, tendrán nociones sobre Dios. En segundo lugar, se quejarán de Él y no tendrán sumisión alguna. Son como Pablo, que no se conocía a sí mismo, ni siquiera cuando estaba a punto de morir. Cuando el castigo de Dios caiga sobre ellas, ya será demasiado tarde.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte
523. Cuando las personas entran en la senda de la perfección, su viejo carácter es capaz de cambiar. Además, sus vidas siguen creciendo y entran gradualmente más a fondo en la verdad. Son capaces de aborrecer al mundo y a todos aquellos que no persiguen la verdad. En particular, no solo se aborrecen a sí mismas, pero más que eso, se conocen claramente a sí mismas. Están dispuestas a vivir por la verdad, hacen que su objetivo sea perseguirla y no están dispuestas a vivir en los pensamientos de sus propios cerebros. Sienten aborrecimiento por la sentenciosidad, la soberbia, y la vanidad del hombre, hablan con un fuerte sentido del decoro, tienen discernimiento y sabiduría al afrontar las cosas, y son leales y sumisas a Dios. Si experimentan un momento de castigo y juicio, no sólo no se vuelven negativas o débiles, sino que están agradecidas por este castigo y juicio de Dios. Creen que no pueden pasar sin el castigo y el juicio de Dios, que los protege. No buscan una fe de paz y gozo ni de buscar comerse el pan y saciarse. Tampoco buscan disfrutes carnales temporales. Esto es lo que ocurre en aquellos que son perfeccionados.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (4)
524. Si una persona puede satisfacer a Dios al tiempo que realiza su deber, si basa sus palabras y sus acciones en principios y entra en la realidad de todos los aspectos de la verdad, entonces es una persona perfeccionada por Dios. Puede decirse que la obra y las palabras de Dios han logrado por completo su efecto en ella, que las palabras de Dios se han convertido en su vida, que ha obtenido la verdad y que es capaz de vivir según las palabras de Dios. Después de esto, la naturaleza de su carne —es decir, el fundamento mismo de su existencia original— se sacudirá y se derrumbará. Solo cuando las personas tienen las palabras de Dios como su vida es que se convierten en personas nuevas. Si las palabras de Dios se convierten en la vida de las personas, si la visión de la obra de Dios, Su desenmascaramiento y requisitos hacia la humanidad, y los estándares para una vida humana que Dios les exige a las personas cumplir se convierten en su vida, si las personas viven conforme a estas palabras y a estas verdades, entonces las palabras de Dios las perfeccionan. Tales personas han renacido y se han convertido en alguien nuevo a través de Sus palabras. Esta es la senda por la cual Pedro persiguió la verdad. Es la senda de ser perfeccionado. Pedro fue perfeccionado por las palabras de Dios, ganó la vida a partir de ellas, la verdad expresada por Dios se convirtió en su vida, y se convirtió en una persona que obtuvo la verdad.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo caminar por la senda de Pedro
525. Cuando las personas tengan una comprensión auténtica del carácter de Dios, cuando puedan ver que el carácter de Dios es real, que es verdaderamente santo y verdaderamente justo, y cuando puedan alabar la santidad y la justicia de Dios en su corazón, conocerán de verdad a Dios, y habrán obtenido la verdad. Solo aquellos que conocen a Dios viven en la luz. El efecto directo de conocer de verdad a Dios es poder amarlo y someterse de veras a Él. Cuando la gente de verdad conoce a Dios y comprende y obtiene la verdad, su visión del mundo y su perspectiva de la vida experimentan un cambio real, tras el cual tiene lugar una transformación real en su carácter-vida. Cuando la gente tiene los objetivos de vida correctos, puede perseguir la verdad y comportarse según la verdad, cuando se someten absolutamente a Dios y viven según Sus palabras, cuando se sienten con los pies en la tierra e iluminados hasta lo más hondo de su corazón y este está libre de oscuridad, así como cuando viven totalmente libres y liberados en la presencia de Dios, solo entonces obtienen una auténtica vida humana y solo entonces se convierten en aquellos que poseen la verdad y la humanidad. Además, todas las verdades que has entendido y ganado proceden de las palabras de Dios y de Dios mismo. Solo cuando obtengas la aprobación de Dios Altísimo, el Creador, y Él diga que eres un ser creado acorde al estándar y que vives con semejanza humana, tu vida tendrá el mayor significado.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la naturaleza del hombre
526. Si, en su creencia en Dios, el hombre no es serio acerca de los asuntos de la vida, no busca la entrada a la verdad, no busca los cambios en su carácter y mucho menos busca tener un conocimiento de la obra de Dios, entonces no puede ser perfeccionado. Si quieres ser perfeccionado, debes entender la obra de Dios. En particular, debes entender el significado de Su castigo y juicio, y por qué esta obra se lleva a cabo en el hombre. ¿Puedes aceptar esta obra? Durante el castigo de este tipo, ¿puedes alcanzar las mismas experiencias y conocimiento que Pedro? Si buscas tener un conocimiento de Dios y de la obra del Espíritu Santo, y buscas cambios en tu carácter, entonces tienes la oportunidad de ser perfeccionado.
Para los que van a ser perfeccionados, es indispensable este paso de la obra de ser conquistados; solo cuando el hombre ha sido conquistado puede experimentar la obra de ser perfeccionado. No hay gran valor en solo desempeñar el papel de ser conquistado, ya que no te hará apto para que Dios te use. No tendrás los medios para cumplir tu rol de difundir el evangelio, porque no buscas la vida y no buscas el cambio ni la renovación de ti mismo, y por eso no tienes una experiencia real de vida. Durante esta obra paso a paso, hubo una vez que actuaste como servidor y como un contraste, pero si al final no buscas ser Pedro, y tu búsqueda no es de acuerdo al camino por el cual Pedro fue perfeccionado, entonces, naturalmente, no experimentarás cambios en tu carácter. Si eres alguien que busca ser perfeccionado, entonces habrás dado testimonio y dirás: “En esta obra paso a paso de Dios, he aceptado Su obra del castigo y el juicio, y aunque he soportado gran sufrimiento, he llegado a conocer cómo Dios perfecciona al hombre, he obtenido la obra que Él hace, he adquirido el conocimiento de Su justicia y Su castigo me ha salvado. Su carácter justo ha venido sobre mí y me ha traído bendiciones y gracia; es Su juicio y castigo lo que me ha protegido y purificado. Si Dios no me hubiera castigado y juzgado, y si Sus palabras duras no hubieran venido sobre mí, no hubiera llegado a conocer a Dios ni tampoco hubiera sido salvado. Hoy veo que, como ser creado, no solo uno disfruta de todas las cosas que el Creador hizo, sino que, lo más importante, todos los seres creados deben disfrutar el carácter justo de Dios y Su juicio justo, porque el carácter de Dios es digno de que el hombre lo disfrute. Como un ser creado al que Satanás ha corrompido, uno debe disfrutar el carácter justo de Dios. En Su carácter justo hay castigo y juicio y, es más, hay un gran amor. Aunque hoy soy incapaz de obtener completamente el amor de Dios, he tenido la buena fortuna de verlo y en esto he sido bendecido”. Esta es la senda que caminan los que experimentan ser perfeccionados, y este es el conocimiento del que hablan. Tales personas son las mismas que Pedro; tienen las mismas experiencias que Pedro. Tales personas son también las que han ganado la vida, y las que poseen la verdad. Cuando experimentan hasta el final, durante el juicio de Dios, seguramente se liberarán por completo de la influencia de Satanás, y Dios las ganará.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio
527. Lo que quiero son personas como Pedro, personas que buscan ser perfeccionadas. La verdad de hoy se les da a los que la anhelan y la buscan. Esta salvación se les otorga a los que anhelan que Dios los salve, y no solo está destinada a que vosotros la adquiráis. Su objetivo es también que Dios os pueda ganar. Ganáis a Dios con el fin de que Dios os pueda ganar. Hoy os he hablado estas palabras y vosotros las habéis escuchado y debéis practicar de acuerdo a estas palabras. Si al final ponéis en práctica estas palabras, os habré ganado por medio de ellas; al mismo tiempo, vosotros también habréis ganado estas palabras, es decir, habréis ganado esta salvación suprema. Una vez que estéis purificados, os habréis convertido en verdaderos seres humanos. Si no eres capaz de vivir la verdad, o de vivir a semejanza de uno que ha sido perfeccionado, entonces se puede decir que no eres un humano, sino un cadáver viviente, una bestia, porque no tienes la verdad, ¡lo que quiere decir que estás sin el aliento de Jehová, y por eso eres una persona muerta que no tiene espíritu! Aunque es posible dar testimonio después de haber sido conquistado, lo que ganas es solo una pequeña salvación y no te has vuelto un ser viviente que posee un espíritu. Aunque has experimentado el castigo y el juicio, tu carácter no se ha renovado ni cambiado como resultado; sigues siendo tu antiguo yo, todavía le perteneces a Satanás y no eres alguien que ha sido limpiado. Solo los que han sido perfeccionados son de valor, y solo las personas como estas han ganado una verdadera vida.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio
528. En tu futura senda de servicio, ¿cómo puedes satisfacer las intenciones de Dios? Un punto crucial es buscar entrar en la vida, buscar un cambio de carácter y buscar una entrada más profunda en la verdad; esta es la senda para lograr ser perfeccionado y ser adquirido por Dios. Todos vosotros sois los que recibís la comisión de Dios, pero ¿qué tipo de comisión es? Esto está relacionado con el siguiente paso de la obra, que va a ser una obra mayor que se lleva a cabo en todo el universo, así que ahora debéis buscar cambios en vuestro carácter-vida para que en el futuro verdaderamente podáis convertiros en la prueba de que Dios ha alcanzado la gloria por medio de Su obra y puede que os haya convertido en especímenes para Su obra futura. La búsqueda de hoy se orienta por completo a establecer las bases de la obra futura, para que puedas ser usado por Dios y dar testimonio de Él. Si haces que este sea el objetivo de tu búsqueda, podrás ganar la presencia del Espíritu Santo. Cuanto más alto fijes el objetivo de tu búsqueda, más podrás ser perfeccionado. Cuanto más busques la verdad, más obrará el Espíritu Santo. Cuanta mayor energía emplees para la búsqueda, más ganarás. El Espíritu Santo perfecciona a las personas de acuerdo con su estado interno. Algunas personas dicen que no están dispuestas a ser usadas o perfeccionadas por Dios, que solo quieren que su carne esté a salvo y no sufra ningún infortunio. Algunas personas no están dispuestas a entrar al reino, pero están dispuestas a descender al abismo sin fondo. En ese caso, Dios también te concederá tu deseo. Lo que sea que busques, Dios lo hará realidad. Así que, ¿qué estás buscando ahora? ¿Ser perfeccionado? ¿Se orientan tus acciones y comportamientos presentes a ser perfeccionado por Dios y ser adquirido por Él? Constantemente te debes medir de esta manera en tu vida diaria. Si dedicas tu corazón por completo a la búsqueda de una sola meta, definitivamente Dios te perfeccionará. Esta es la senda del Espíritu Santo. La senda en la que el Espíritu Santo guía a la gente se alcanza por medio de su búsqueda. Cuanto más anheles ser perfeccionado y ganado por Dios, más obrará el Espíritu Santo dentro de ti. Cuanto menos busques y cuanto más negativo y retrógrado seas, menos oportunidades tiene el Espíritu Santo para obrar; con el paso del tiempo, el Espíritu Santo te abandonará. ¿Deseas ser perfeccionado por Dios? ¿Deseas ser adquirido por Dios? ¿Deseas ser usado por Dios? Debéis buscar hacer todo por el bien de ser perfeccionados, ganados y usados por Dios, para que el universo y todo lo que hay puedan ver las acciones de Dios manifestadas en vosotros. Vosotros sois los amos de todas las cosas, y entre todo lo que existe, Dios gozará del testimonio y la gloria a través de vosotros. ¡Solo esto es lo que prueba que vosotros sois la generación más bendecida de todas!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado son los que han entrado en la realidad de las palabras de Dios