El origen de la prosperidad del Relámpago Oriental

16 Ene 2021

Cada vez que se habla del Relámpago Oriental, muchos hermanos y hermanas en el Señor se sienten perplejos: a medida que la comunidad religiosa en su conjunto está cada vez más desolada y degenerada, cuando todas las denominaciones son cada vez más cautas y conservadoras al condenar y rechazar el Relámpago Oriental, ¿por qué el Relámpago Oriental no sólo no se está quedando desolado y decadente, sino que crece como una ola imparable que recorre la China continental e incluso se ha expandido más allá de las fronteras de China a países y regiones del extranjero, pues cada vez lo acepta más gente en todo el mundo? Ante este hecho, la gente religiosa está completamente perpleja, mientras que en realidad el motivo es bastante simple: lo que todas las sectas religiosas llaman el Relámpago Oriental es el Salvador, Jesús de los últimos días que ha regresado desde los cielos sobre una “nube blanca”; ¡es Dios mismo que ha vuelto a la carne y es verdadero y real! Lo que trae Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, es la obra de juicio que transforma el carácter del hombre y lo purifica para que la humanidad pueda alcanzar la salvación y ser perfeccionada. Dios Todopoderoso declara todas las verdades que purifican, salvan y perfeccionan a la humanidad. Por esta razón, aunque todas las sectas religiosas del mundo se opongan, ataquen, persigan, blasfemen o condenen a Dios encarnado de los últimos días o Su obra, no hay persona ni fuerza que pueda llegar a impedir o reprimir lo que Él desea lograr. La autoridad, el poder, la omnipotencia y la sabiduría de Dios son insuperables para las fuerzas de Satanás.

Muchas personas creen que aquello que condene la mayoría de la gente no puede ser el camino verdadero, pero ¿coincide este punto de vista con la verdad? Echad la vista atrás a la Era de la Gracia, cuando Dios vino encarnado para comenzar Su nueva obra en Judea. De principio a fin, la comunidad religiosa judía lo persiguió, blasfemó contra Él y lo condenó. Hizo todo lo que pudo para ejecutar al Señor Jesús. Al final se confabularon con Roma para que el Señor Jesús fuera capturado y clavaron al misericordioso Señor Jesús en la cruz. Incluso tras la resurrección y ascensión al cielo del Señor Jesús siguieron inventándose toda clase de rumores e incriminaron y calumniaron a Juan, Pablo y los demás apóstoles y discípulos, llamándolos “la secta de los nazarenos” y “herejes y sectarios”. La comunidad religiosa judía hizo todo lo posible por capturar y perseguir a los discípulos del Señor Jesús. Pero la sabiduría de Dios siempre se ejerce en base a las trampas de Satanás; ¿cómo iba a ser capaz Satanás de impedir o destruir Su obra? Debido a la persecución y la deportación desenfrenadas del Imperio romano, los discípulos se vieron obligados a huir a varios países y, asimismo, la salvación del Señor Jesús se extendió hasta los confines de la tierra. Hermanos y hermanas, pensemos una cosa: ¿por qué tantas personas se opusieron al Señor Jesús y rechazaron Su camino en aquel entonces? ¿Quizá porque el Señor Jesús no traía el camino verdadero? ¿Quizá porque no era la salvación de Dios lo que difundían los discípulos y apóstoles del Señor Jesús de aquel entonces? ¿Quizá porque lo que la gente abandonó y a lo cual se oponía no era el camino de Dios? ¿Seguro que no podemos sopesar el camino verdadero en función de cuánta gente lo apoya? No consideréis como falso un camino porque la mayoría de la gente se oponga a él. Si es la obra de Dios, aunque el mundo entero se oponga y renuncie a él, no se puede negar el camino verdadero traído por Dios; no hay excepciones. Si creemos en Dios y lo hemos seguido durante muchos años pero no entendemos Su obra, es fácil que nos veamos engañados y atrapados por los diversos rumores y falacias espurios que difunde Satanás. Pasar de creyente a seguidor de Satanás, servir a Dios pero también oponerse a Él, ¿acaso no acarrea esto nada más que dolor y tristeza a una persona? Muchas personas no estudian el camino verdadero con un corazón humilde e inquisitivo, simplemente siguen al rebaño y hacen lo mismo que todas los demás. Aunque otras personas juzguen o ataquen a Dios y Su obra, simplemente repiten como loros esas mismas palabras y las obedecen ciegamente. Esto es algo muy peligroso. Si siguen así, terminarán por encontrarse en un camino sin retorno. Hace mucho tiempo, cuando los discípulos del Señor Jesús predicaban el evangelio en el templo y recibían la oposición de las masas, un hombre llamado Gamaliel, maestro de la ley, exhortó al pueblo judío: “Por tanto, en este caso os digo: no tengáis nada que ver con estos hombres y dejadlos en paz, porque si este plan o acción es de los hombres, perecerá; pero si es de Dios, no podréis destruirlos; no sea que os halléis luchando contra Dios” (Hechos 5:38-39). ¿No debería servir esto de advertencia a los creyentes de hoy también? Actualmente, en estos últimos días, Dios ha vuelto a encarnarse en China, una nación donde ateos y revolucionarios ejercen el poder y que es el mismísimo nido del gran dragón rojo, para iniciar Su obra de juicio comenzando por Su casa. Dios declara las verdades para juzgar y purificar a la humanidad cuyo propósito es salvar al hombre completamente de la oscura influencia de Satanás. Al final Dios llevará a los hombres a Su reino y alcanzarán un hermoso destino. Pero ha vuelto a aparecer en escena la tragedia histórica de la oposición judía al Señor Jesús. Como Dios realiza Su nueva obra de los últimos días en respuesta a las nociones de la gente de las distintas sectas religiosas, estas personas no reciben el regreso del Señor Jesús. Por el contrario, difunden toda clase de doctrinas retorcidas y rumores falaces. Calumnian a Dios encarnado y Su obra y condenan la obra del Dios encarnado de los últimos días como “secta satánica” o “herejía”. Incluso llegan a confabularse con el Gobierno comunista chino para perseguir y detener a Dios encarnado. Sus actos no difieren de los de la comunidad religiosa judía que antiguamente incriminaba y perseguía al Señor Jesús. Sin embargo, el camino verdadero es, después de todo, el camino verdadero. La obra de Dios es, después de todo, la obra de Dios. Con independencia de cómo las diversas sectas religiosas se opongan a la obra de Dios de los últimos días y la condenen, la buena nueva de Su reino se ha extendido, no obstante, por la China continental, lo que ha sacudido las entrañas de la comunidad religiosa y del mundo entero.

Entonces, ¿por qué se oponen tantos creyentes al camino verdadero? Hay dos razones principales para ello: 1) Las personas no entienden la dirección de la obra del Espíritu Santo ni comprenden la frase “La obra de Dios siempre avanza”. No tienen la menor conciencia de que deben buscar la obra actual de Dios; simplemente evalúan la nueva obra de Dios por lo que Él hizo anteriormente. Si no están de acuerdo con lo que ven, considerarán la nueva obra de Dios una “herejía” o una “secta satánica”. 2) Las personas tienen un carácter arrogante y farisaico. En absoluto buscan la nueva obra de Dios con un corazón humilde. Por el contrario, se empeñan en ceñirse a sus propios puntos de vista, creen que sus opiniones son las mismas que las de Dios y son totalmente incapaces de aceptar la verdad. Así, al iniciar Dios Su nueva era, Su nueva obra se ha topado con la oposición de la gente, no a consecuencia de una equivocación en el camino de Dios ni en Su nueva obra, sino porque la gente no entiende Su obra y porque es incapaz de buscar la verdad debido a su arrogancia y fariseísmo. Será absurdo y ridículo que estimemos que este no es el camino verdadero sólo porque la mayoría de los creyentes se han opuesto a la nueva obra de Dios y renunciado a ella. Desde luego, sufriremos un perjuicio eterno si perdemos la salvación de Dios de los últimos días a consecuencia de esto y será, sin duda, un error irreparable y mortal.

Entonces, ¿cómo diferenciamos exactamente el camino verdadero del camino falso? La palabra de Dios nos ha dado los principios con que podemos diferenciarlos. Dios Todopoderoso dice: “El conocimiento de la obra de Dios no es una cuestión simple: Debes tener estándares y un objetivo de tu búsqueda, debes saber cómo se busca el camino verdadero, cómo medir si es o no es el camino verdadero, y si es o no es la obra de Dios. ¿Cuál es el principio más fundamental en la búsqueda del camino verdadero? Tienes que ver si es o no la obra del Espíritu Santo, si estas palabras son la expresión de la verdad, a quién han sido testificadas, y lo que pueden traerte. Distinguir entre el camino verdadero y el falso requiere de varios aspectos de los conocimientos fundamentales, el más fundamental de los cuales es decir si existe o no la obra del Espíritu Santo. Porque la esencia de la creencia del hombre en Dios es la creencia en el Espíritu de Dios, e incluso su creencia en Dios encarnado se debe a que esta carne es la personificación del Espíritu de Dios, lo que significa que tal creencia sigue siendo la creencia en el Espíritu. Existen diferencias entre el espíritu y la carne, pero debido a que esta carne proviene del Espíritu, y es la Palabra hecha carne, entonces en lo que el hombre cree sigue siendo la esencia inherente de Dios. Y, por ende, al diferenciar si éste es o no el camino verdadero, por sobre todo se tiene que observar si es o no la obra del Espíritu Santo, después de lo cual se debe ver si existe o no verdad en este camino. Esta verdad es el carácter de vida de la humanidad normal, es decir, lo que fue requerido del hombre cuando Dios lo creó en el principio, a saber: toda la humanidad normal (incluyendo el sentido humano, la percepción, la sabiduría y el conocimiento básico de ser hombre). Es decir, se necesita analizar si este camino lleva o no al hombre a una vida de humanidad normal, si la verdad dicha es o no requerida de acuerdo con la realidad de la humanidad normal, si esta verdad es o no práctica y actual, y si es o no es muy oportuna. Si existe verdad en ello, entonces será capaz de llevar al hombre a experiencias normales y prácticas; el hombre, por otra parte, se hace cada vez más normal, el sentido humano del hombre se vuelve cada vez más completo, la vida del hombre en la carne y la vida espiritual se vuelven cada vez más ordenadas, y las emociones del hombre se hacen cada vez más normales. Este es el segundo principio. Hay otro principio, que se refiere a si el hombre tiene o no un conocimiento cada vez mayor de Dios, si el que experimente este tipo de obra y verdad puede inspirar el amor de Dios en él y acercarlo cada vez más a Dios. En esto se puede medir si este es o no el camino verdadero. Lo más fundamental es si este camino es más realista que sobrenatural, y si es o no capaz de proporcionar vida al hombre. Si se ajusta a estos principios, puede llegarse a la conclusión de que este camino es el camino verdadero(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios). En las palabras de Dios Todopoderoso hay tres cosas que debemos tener en cuenta para poder distinguir el camino verdadero.

En primer lugar, mirar si tiene la obra del Espíritu Santo, lo cual es un punto crucial. Si es el camino verdadero, entonces es la obra de Dios mismo, por lo que indudablemente tiene la obra del Espíritu Santo y se apoya en Él. La razón por la que la gente cree en Dios encarnado es porque esta carne es la materialización del Espíritu de Dios, así que todo lo que Él hace es obra del Espíritu Santo y tiene la confirmación del Espíritu Santo. Por lo tanto, la gente cree en Él y lo sigue. Esto es igual que cuando el Señor Jesús lleva a cabo Su obra: aunque a simple vista pueda parecer que no es más que una persona común y corriente, sin embargo, a través de Su palabra y obra, el hombre ve la obra y el sustento del Espíritu Santo. Esto se debe a que toda la humanidad puede ver que la palabra y la obra del Señor Jesús están llenas de autoridad y poder. Él puede hacer que un ciego vea, que un paralítico camine y curaba a los leprosos. Puede utilizar cinco panes y dos peces para alimentar a cinco mil personas y hasta puede resucitar a los muertos. Puede observar las profundidades del corazón de los hombres para descubrir sus secretos más oscuros. Además, puede contarle a la humanidad los misterios del cielo. Al seguirlo, la gente recibe paz y alegría en el corazón. La gente sigue al Señor Jesús y reconoce que es el Mesías porque todo lo que Él hace es obra del Espíritu Santo. Podemos ver que si es el camino verdadero, tendrá la obra del Espíritu Santo. Por lo tanto, al analizar si un camino es el verdadero primero debemos ver si tiene la obra del Espíritu Santo.

El segundo aspecto que debemos sopesar al analizar si un camino es el verdadero es ver si tiene verdad y puede ir transformando el carácter de vida de una persona para que su humanidad llegue a ser más normal. Todos sabemos que Dios es la verdad, el camino y la vida y que cada etapa de Su nueva obra se basa en la verdad que Él declara al hombre, la cual le señala el camino que debe practicar en la nueva era. Dios garantiza al hombre las provisiones que necesita para la vida, a fin de que vaya viviendo una humanidad normal y recuperando la imagen y semejanza originales de cuando Dios lo creó. Esta es una característica evidente del camino verdadero. Es igual que cuando el Señor Jesús comenzó Su obra en la Era de la Gracia. En aquel momento declaró muchas verdades para que las personas las pusieran en práctica y les enseñó a amar al prójimo como a sí mismas, a cargar la cruz, a negarse a sí mismas y a perdonar a los demás setenta veces siete. El Señor Jesús ordenó al pueblo que adorara a Dios en espíritu y verdad. Todos los verdaderos creyentes pueden experimentar alguna transformación de su conducta externa gracias a las enseñanzas del Señor Jesús. Gracias al Señor Jesús pueden comportarse con humildad y paciencia y así tener algo de la imagen y semejanza de una persona normal. Por lo tanto, si es el camino verdadero, tendrá la expresión de la verdad. Esto puede hacer que cada vez sea más normal la razón humana de la persona y esta se parecerá más a lo que debe ser una persona de verdad.

El tercer aspecto que debemos analizar al sopesar el camino verdadero es ver si el camino puede hacer que la gente tenga mayor conocimiento de Dios y si puede inspirarla a amarlo y acercarla cada vez más a Él. Todos sabemos que si es el camino verdadero, entonces es la obra de Dios mismo y que Su obra declara inevitablemente Su carácter, así como todo lo que Él es y tiene. Cuando la gente experimenta la obra de Dios alcanza de forma natural una verdadera comprensión de Dios y concibe en su interior, por consiguiente, un corazón que lo ama. Esto es igual que en la Era de la Ley, cuando Jehová Dios promulgó leyes para orientar la vida de las personas en la tierra. Al experimentar Su obra conocieron que Jehová Dios era el único Dios verdadero. Además, conocieron la majestad y las maldiciones de Dios y que no debe ofenderse Su carácter, lo que suscitó en su interior un corazón que veneraba a Dios. En la Era de la Gracia, Dios encarnado vino a la tierra a realizar una etapa de Su obra para redimir a la humanidad. Al experimentar la obra del Señor Jesús, la gente conoció el carácter amoroso y misericordioso de Dios. La gente vio, asimismo, que Dios era a la vez Espíritu, pero que también podía adoptar una humilde forma humana, hacer milagros, curar enfermedades y expulsar a los demonios… Y toda esta obra que realizó el Señor Jesús hizo que la gente alcanzara un nuevo entendimiento de Dios que la inspiró a adorarlo en sus corazones. Por lo tanto, si es el camino verdadero hará que la gente entienda mejor a Dios y le inspirará una mayor comprensión del carácter de Dios.

Aunque la obra de Dios siempre avanza, si es la obra de Dios mismo y el camino verdadero, indudablemente tendrá y expresará los tres atributos mencionados. Es decir, el camino verdadero tendrá, sin duda, la obra del Espíritu Santo, declarará la verdad y hará que la gente alcance mayor comprensión de Dios y la acercará a Él. Por lo tanto, si diferenciamos el camino verdadero sopesando estos tres criterios, podremos distinguir cuál es verdadero y cuál falso, de modo que podremos ir puntualmente al compás de la obra actual de Dios y recibir la verdad, el camino y la vida, además de mayores promesas y bendiciones de Dios.

En estos últimos días, Dios lleva otra vez a cabo una nueva obra, declarando Sus palabras para realizar Su obra de juicio y purificación de la humanidad corrupta. Esta obra se realiza según Su plan y se basa en las necesidades reales de la gente de los últimos días. Es una nueva obra, más elevada, sobre la base de la obra del Señor Jesús. Si buscamos y estudiamos con atención y un corazón tranquilo, podremos ver que esta etapa de la nueva obra de Dios no sólo tiene la obra del Espíritu Santo, sino que además declara la verdad y nos permite tener una comprensión más auténtica, amplia y práctica del carácter de Dios y de todo lo que Él tiene y es. A continuación hablaremos de nuestras experiencias y nuestro entendimiento de la obra de Dios en los últimos días utilizando estos tres aspectos ya comentados como criterios para analizar el camino verdadero.

En primer lugar, el camino verdadero tiene la obra del Espíritu Santo. Dios Todopoderoso ha venido a iniciar la Era del Reino, ha llevado a cabo una nueva obra, ha declarado Su palabra para juzgar y purificar a la gente y ha provisto a la humanidad de las nuevas provisiones de vida. Uno por uno, los fieles de todos los grupos religiosos y sectas han vuelto a Dios Todopoderoso bajo Su nombre. Pese a la oposición, pese a los obstáculos que se han presentado, el evangelio de Dios de los últimos días ha surgido como las olas del océano y se ha extendido por toda la China continental. Todos los pueblos han ido dirigiéndose en marea a la montaña sagrada en un ambiente gozoso. Aunque cada uno de nosotros provenía de una denominación distinta, sin embargo podemos vivir juntos en armonía, ayudarnos unos a otros. Aquí no hay camarillas y la vida de la iglesia rebosa vitalidad. A los hermanos y hermanas les parece que las reuniones nunca son suficientes, y hay himnos para cantar y disfrutar y oraciones que nos iluminan. Cada vez que nos reunimos todos podemos recibir nuevas provisiones de la palabra de Dios Todopoderoso y conocer nuestras propias carencias y en la palabra de Dios encontramos el camino que debemos practicar. Los hermanos y hermanas rebosan fe y saben asumir la comisión de Dios con lealtad. Nuestro carácter corrupto se transforma a distintos niveles y podemos convivir normalmente y amarnos los unos a los otros según la palabra de Dios. Cuando nos encontramos con distintos puntos de vista, todos somos capaces de dejar de lado las propias opiniones y escuchar atentamente las ideas de otros y en la Iglesia nos sometemos a la autoridad de la verdad de la palabra de Dios. Pese a que en esta etapa de Su obra Dios no repite Su obra de la Era de la Gracia de curar a los enfermos y expulsar a los demonios, por la obra de Dios Todopoderoso vemos que Sus palabras tienen poder y autoridad. Si nos sometemos a la obra y las palabras de Dios Todopoderoso, podremos recibir esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo, apartarnos de nuestro estado de pasividad y debilidad y llevar a cabo activamente nuestro deber de seres creados, en consideración de los designios de Dios. Así, nuestros hermanos y hermanas pueden liberarse de los placeres carnales e ir rápidamente de un lado a otro a difundir el evangelio del reino de Dios con todo el corazón. Independientemente de cómo nos traten las diversas sectas religiosas o si nos rechazan, persiguen, pegan o maldicen, estamos dispuestos a soportar cualquier dificultad y seguimos, como de costumbre, cumpliendo la voluntad de Dios y predicando el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días. Se puede ver la autoridad y el poder de Dios Todopoderoso en la real conducta de los hermanos y hermanas. La obra de Dios Todopoderoso tiene la obra del Espíritu Santo y se apoya en Él. Sin embargo, aquellos que no han estado a la altura de la nueva obra de Dios, los de esas sectas religiosas varias, son envidiosos y conflictivos; hacen todo lo posible por unirse en contra de los demás. Viven en unas circunstancias en las que pueden estar haciendo el mismo trabajo, pero no por los mismos motivos, y todo esto basta para demostrar que la comunidad religiosa ya carece de la obra del Espíritu Santo. Dado que la Iglesia de Dios Todopoderoso tiene la obra del Espíritu Santo, se muestra así de llena de vitalidad, mientras que las diversas sectas religiosas están sombrías y desoladas y han perdido la obra del Espíritu Santo, en marcado contraste con la Iglesia de Dios Todopoderoso. Por lo tanto, es evidente cuál es el camino verdadero y cuál el antiguo.

En segundo lugar, el camino verdadero tiene la verdad y puede señalar a la gente la senda que debe practicar en la nueva era y facilitarle nuevas provisiones de vida. Su carácter de vida experimenta una transformación cada vez mayor y su humanidad se vuelve cada vez más normal. En Su obra de los últimos días, Dios Todopoderoso declara muchas verdades de muchos campos diferentes. Esto abarca las verdades acerca de la comprensión de la obra que hace Dios y también las verdades sobre cómo practicar y entrar durante la nueva era. Por ejemplo: el propósito de la gestión de Dios; los principios de Su obra; la verdad interna de las obras de Dios en las eras de la Ley y de la Gracia; cómo realiza Dios Su obra de juicio; la importancia de que Dios se encarne; cómo ha llegado la humanidad a ser como es ahora; cómo corrompe Satanás a la humanidad; cómo salva Dios a la humanidad; cómo será el destino futuro de la humanidad; cómo será el final de diversos tipos de personas; qué tipo de opiniones deben tener los creyentes; a qué debe aspirar su fe en Dios; por qué la gente que cree en Dios debe someterse a Él; por qué amar a Dios es la única forma de creer verdaderamente en Él; y cómo servir a Dios de un modo que cumpla Sus designios. La declaración de estas verdades por parte de Dios Todopoderoso nos ha permitido comprender mucho mejor los designios de Dios, así como tener un mejor entendimiento de nuestra naturaleza y esencia y de la realidad de nuestra corrupción. Además, estas verdades nos han permitido ver claramente la ruta hacia la transformación de nuestro carácter. Al experimentar la obra y la palabra de Dios Todopoderoso, por fin llegamos a comprender los aspectos confusos de nuestra antigua fe y conocemos que a pesar de haber recibido la redención y la abundante gracia de Dios, seguimos anhelando intensamente más placeres físicos y bendiciones materiales de Dios y maquinamos cómo lograr la fortuna de nuestros sueños a través de Él. Además, aunque nos movamos trabajando para Dios, lo hacemos para que nos bendiga y corone. Lo hacemos por la fama y la ganancia personales y en beneficio propio. No hacemos esas cosas para cumplir con nuestro deber de seres creados. Por más gracia o más bendiciones que recibamos de Dios, a poco que algo de lo que Él haga no coincida con nuestras nociones, inmediatamente nos oponemos y quejamos a Él. Incluso llegamos a oponernos públicamente a Dios y hasta a abandonarlo. Hace mucho que perdimos la conciencia y el raciocinio que teníamos en un principio en presencia de Dios. Satanás nos corrompió tanto que perdimos todo rastro de humanidad. Las verdades declaradas por Dios Todopoderoso nos permiten tener verdadero entendimiento de nuestra corrupción y podemos ver que somos egoístas, despreciables y faltos de humanidad. A su vez comprendemos la importancia de la obra de salvación de Dios sobre nosotros y entendemos que la salvación del hombre por parte de Dios está bien planificada. Nuestro espíritu comienza así a despertar poco a poco y nuestra conciencia y capacidad de pensar racionalmente empiezan a restablecerse día a día. Ya no buscamos satisfacer nuestra propia carne, ya no esperamos negociar con Dios. Por el contrario, sólo buscamos satisfacer los designios de Dios y ofrecerle todo lo que tenemos. De esta manera, como seres creados que somos, vamos recuperando la relación normal con el Creador. Cada vez amamos más a Dios, somos más sumisos y reverentes y por fin empezamos a parecer hombres más verdaderos. En resumen, Dios Todopoderoso nos concede a nosotros, el pueblo de los últimos días, las verdades que tan urgentemente necesitamos. Nos muestra el rumbo del camino en la nueva era, nos permite recibir las provisiones más reales que necesitamos para la vida. Todo esto demuestra que el camino de Dios Todopoderoso es el camino verdadero.

En tercer lugar, el camino verdadero le da al hombre un nuevo entendimiento de Dios. Hermanos y hermanas, si podéis leer personalmente las palabras de Dios Todopoderoso y llegar a contactar con aquellos que han aceptado la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, no os será difícil descubrir que los hermanos y hermanas de la Iglesia de Dios Todopoderoso han adquirido un nuevo conocimiento y una comprensión más concreta de Dios gracias a su forma de buscar las verdades de Dios Todopoderoso. Al experimentar la obra y las palabras de Dios Todopoderoso entendemos el carácter justo de Dios y vemos que Su carácter inherente no sólo tiene amor y misericordia, sino también majestad e ira, y que Su carácter no tolera ninguna ofensa cometida por la humanidad. Al experimentar la obra y las palabras de Dios Todopoderoso vemos cómo Dios salva al hombre paso a paso y cómo utiliza Su sabiduría para vencer a Satanás y así adquirimos un conocimiento práctico de la omnipotencia, la sabiduría, la maravilla y la profundidad de Dios. Es más, también adquirimos una comprensión más práctica del atento designio de Dios de salvar a la humanidad, de Su verdadero amor por ella y de Su esencia de santidad y belleza. Experimentar la obra y la palabra de Dios Todopoderoso nos ayuda a aclarar muchas ideas erróneas que hemos tenido sobre Dios y a darnos cuenta de que Dios no pertenece a ninguna nación ni grupo étnico; Dios es el Creador, el Dios de todos los hombres. También entendemos que la obra de Dios es siempre nueva y nunca vieja y que no está sujeta a ninguna ley. Así se puede ver que la obra y las palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días pueden dar al hombre un entendimiento de Dios más profundo que el que pudo alcanzar en la Era de la Gracia, un entendimiento más práctico y amplio. Sólo la obra del propio Dios puede dar este resultado y sólo Dios mismo puede declarar a la humanidad Su carácter y todo lo que Él es y tiene. Sin duda, el camino de Dios Todopoderoso es el camino verdadero.

En resumen, el Relámpago Oriental, que ha recibido la oposición y condena de la comunidad religiosa, es el Señor Jesús que ha regresado a la carne en los últimos días: es Dios mismo, el único. Así pues, por más que las diversas sectas religiosas se hayan opuesto a él y lo hayan atacado y por más que las fuerzas de Satanás lo hayan menospreciado y condenado, no han podido impedir en lo más mínimo la expansión de la obra de Dios en los últimos días. En sólo diez años aproximadamente, el evangelio del reino de Dios Todopoderoso se ha extendido por toda la China continental. La palabra de Dios y el nombre de Dios se han difundido por centenares de millones de hogares. La gente de diversas denominaciones que busca la verdad y verdaderamente quiere a Dios ha vuelto ante Dios Todopoderoso. Millones de personas están disfrutando de la palabra de Dios, recibiendo Su juicio, purificación, salvación y perfeccionamiento y alabando Sus maravillosas obras. Dios ha formado un grupo de vencedores en China y ha ganado a un grupo de personas que se unen a Él en corazón y voluntad. La obra de Dios por fin ha concluido con Su glorificación y avanza rápidamente desde Oriente (China) al mundo occidental y la Iglesia de Dios Todopoderoso ha creado filiales en decenas de países, lo que cumple plenamente la profecía del Señor Jesús: “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre(Mateo 24:27). Compañeros en el Espíritu, abandonad rápidamente las nociones de vuestra imaginación y tratad de oír la voz de Dios; por favor, venid de verdad ante Dios: ¡Dios Todopoderoso espera tu regreso!

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