Digresión seis: Resumen de la calidad humana de los anticristos y de su esencia-carácter (III)
III. La esencia-carácter de los anticristos
A. Perversidad
2. Lo que hacen los anticristos hacia Dios
Durante la última reunión, compartimos y resumimos principalmente la esencia-carácter de un anticristo, y de las seis actitudes de la humanidad corrupta, elegimos tres rasgos para su disección: sentir aversión por la verdad, crueldad y perversidad. La última vez hablamos sobre la perversidad y, mediante una disección de las manifestaciones perversas de los anticristos —en concreto, que sus pensamientos están continuamente llenos de maldad— identificamos a los anticristos y confirmamos su esencia-carácter perversa por medio de dichas manifestaciones. Diseccionamos el hecho de que sus pensamientos están continuamente llenos de maldad a partir de dos aspectos: en primer lugar, qué tienen en mente cuando interactúan con los demás y qué enfoques y manifestaciones revelan en su esencia corrupta; en segundo lugar, qué piensan acerca de Dios. Finalmente, hablamos sobre cómo tratan a las personas. En cuanto a las ideas, nociones, opiniones y motivaciones que poseen los anticristos, e incluso las acciones predefinidas hacia Dios que tienen en la cabeza, es algo de lo que ya hablamos un poco la última vez: por ejemplo, la duda, el escrutinio, ¿y qué más? (La sospecha y la cautela). La duda, el escrutinio, la sospecha y la cautela. Ahora, hablemos acerca de la verificación de Dios por parte de los anticristos.
e. Verificación
¿Cuáles son las manifestaciones de la verificación? ¿Qué enfoques o pensamientos manifiestan un estado o una esencia de verificación? (Si he cometido una transgresión o hecho algo malo, siempre quiero interpelar a Dios, exigir una respuesta clara y saber si tendré un desenlace o un destino favorable). Esto tiene que ver con los pensamientos. Entonces, en general, cuando alguien habla, actúa o se enfrenta a algo, ¿cuáles de sus manifestaciones son muestras de verificación? Cuando alguien ha cometido una transgresión y piensa que Dios podría recordar o condenar esta, y se siente inseguro porque no sabe si Dios realmente lo condenará o no, idea una manera de verificarlo para ver cuál es en realidad Su postura. Primero, ora, y si no logra la iluminación ni el esclarecimiento, piensa en abandonar por completo sus anteriores métodos de búsqueda. En el pasado, siempre hacía las cosas de manera superficial, de modo que dedicaba solo el 30 % de su esfuerzo cuando podría haber empleado el 50 %, o el 10 % cuando podría haber destinado el 30 %. Ahora, si puede dedicar el 50 % de su esfuerzo, lo hace. Realiza trabajos sucios y agotadores que otros evitan, los lleva a cabo delante de los demás y se asegura de que la mayoría de los hermanos y hermanas lo vean. Sobre todo, quiere saber qué opina Dios del asunto y si es posible redimir su transgresión. Cuando se enfrenta a dificultades o situaciones que la mayoría de las personas no pueden superar, desea saber qué hará Dios, si lo esclarecerá y lo guiará. Si es capaz de sentir Su presencia y favor especial, considera que Dios no ha recordado ni condenado su transgresión, y eso demuestra que puede perdonarla. Si se esfuerza de esa manera y paga ese precio, si su actitud cambia de manera significativa, pero aún no siente la presencia de Dios y ciertamente no nota ninguna diferencia perceptible respecto a antes, entonces es posible que Dios haya condenado la transgresión que cometió y ya no lo quiera. Dado que Dios no lo quiere, cuando realice su deber en el futuro, no le dedicará demasiado esfuerzo. Si Dios todavía lo quiere, no lo condena y aún tiene esperanzas de recibir bendiciones, cumplirá su deber con cierto grado de sinceridad. ¿Son esas manifestaciones e ideas un tipo de verificación? ¿Es ese un enfoque concreto? (Sí). Acabáis de mencionar solo un aspecto teórico, pero no habéis discutido los detalles de la manifestación de la verificación de Dios ni qué enfoques y planes en particular tienen en el corazón las personas así en relación con este asunto, y tampoco habéis expuesto cuáles son las opiniones y estados de los anticristos al llevar a cabo dicha verificación.
Algunas personas carecen constantemente de todo tipo de conocimiento y experiencia respecto de la omnipotencia de Dios y Su escrutinio de las profundidades del corazón humano. Dado que tampoco logran percibir de manera genuina que Dios escruta el corazón humano, resulta natural que estén llenos de dudas al respecto. Aunque sus deseos subjetivos los llevan a querer creer que Dios escruta las profundidades del corazón humano, no poseen evidencias concluyentes. En consecuencia, planean ciertas cosas en el corazón y comienzan simultáneamente a ejecutarlas e implementarlas. Mientras las llevan a cabo, observan continuamente si de verdad Dios es conocedor o no de tales cosas, si estas saldrán a la luz, y si, en caso de que permanezcan callados, alguien podrá descubrirlas, o si Dios podrá ponerlas en evidencia en un entorno determinado. Por supuesto, las personas corrientes pueden albergar dudas en mayor o en menor medida sobre la omnipotencia de Dios y Su escrutinio de las profundidades del corazón humano, pero los anticristos no simplemente se muestran vacilantes, sino que están llenos de dudas y al mismo tiempo se cuidan de Dios en extremo. Por consiguiente, desarrollan diversos enfoques destinados a verificar a Dios. Debido a que no solo ponen en duda que Dios escrute el corazón humano, sino que además niegan ese hecho, a menudo piensan en ciertos asuntos. A continuación, con algo de temor o un sentimiento inexplicable de horror, difunden a escondidas estos pensamientos en privado, lo que desorienta a algunas personas. Mientras tanto, van exponiendo poco a poco pero continuamente sus argumentos e ideas. A medida que van exponiéndolos, observan si Dios entorpece su comportamiento o lo pone al descubierto. Si Dios lo pone al descubierto o lo define, dan un paso atrás presurosamente y cambian de enfoque. Si parece que nadie se ha dado cuenta de ello y ninguna persona es capaz de descubrirlos ni de captar su esencia, se convencen todavía más plenamente en el corazón de que tanto su intuición como su conocimiento de Dios son acertados. En su opinión, el escrutinio por parte de Dios del corazón humano básicamente no existe. ¿Qué tipo de enfoque es ese? El enfoque de verificación.
Debido a su carácter naturalmente perverso, los anticristos nunca hablan ni actúan con franqueza. No adoptan una postura honesta y sincera al ocuparse de los asuntos ni tampoco se expresan con honestidad ni actúan con una actitud sentida. Nada de lo que dicen o hacen es franco, sino retorcido y subrepticio, y nunca expresan sus pensamientos ni sus motivaciones de forma directa. Consideran que, si lo hicieran, quedarían en evidencia y serían descubiertos, sus ambiciones y deseos saldrían a la luz, y las demás personas no los verían como importantes o nobles, y tampoco los admirarían ni venerarían. Por eso, siempre tratan de ocultar y esconder sus motivos y deseos indignos. Entonces, ¿cómo hablan y actúan? Utilizan diversos métodos. Los anticristos adoptan un enfoque similar al que hace referencia un dicho conocido entre los no creyentes: “sondear una situación”. Cuando quieren hacer algo y defienden cierta opinión o postura, nunca lo expresan directamente. En lugar de eso, utilizan ciertos procedimientos, como métodos sutiles o indagatorios, o sonsacan a las personas para obtener la información que buscan. Debido a su carácter perverso, los anticristos nunca buscan la verdad ni desean entenderla. Su única preocupación es su propia fama, beneficio y estatus, así que se involucran en actividades que pueden proporcionárselos y evitan aquellas que no les ofrecen tales cosas. Emprenden con entusiasmo actividades relacionadas con la reputación, el estatus, el reconocimiento y la gloria, mientras que evitan otras que salvaguardan la obra de la iglesia o que podrían lastimar a otros. Por lo tanto, los anticristos no afrontan nada con una actitud de búsqueda; por el contrario, utilizan el método de verificación para sondear las cosas y luego decidir si proceder o no. Así de astutos y perversos son. Por ejemplo, cuando quieren saber qué tipo de personas son a los ojos de Dios, no se evalúan a sí mismos a través de Sus palabras para llegar a conocerse mejor. En lugar de eso, indagan a su alrededor y prestan atención en busca de insinuaciones, analizan el tono y la postura de los líderes y de lo Alto, y buscan en las palabras de Dios para averiguar cuál es Su decisión con respecto al final de las personas como ellos. Utilizan esas sendas y métodos para ver dónde encajan dentro de la casa de Dios y averiguar cuál será su futuro desenlace. ¿No implica eso cierta naturaleza de verificación? Por ejemplo, después de que las poden, algunas personas, en lugar de examinar las razones de dicha poda, analizar las actitudes corruptas y los errores que revelaron durante el transcurso de sus acciones y determinar qué aspectos de la verdad deben buscar para conocerse mejor y corregir los errores que cometieron, dan a los demás una falsa impresión y utilizan medios indirectos para averiguar cuál es la verdadera postura de lo Alto con respecto a ellas. Otro ejemplo es que, después de que las poden, enseguida mencionan un tema insignificante y lo consultan con lo Alto, con el fin de observar qué tono utiliza, si tiene paciencia, si las preguntas que plantean serán respondidas con seriedad, si adoptará una actitud más indulgente hacia ellas, si les encomendará tareas, si seguirá teniéndolas en alta estima y qué piensa realmente lo Alto sobre los errores que cometieron anteriormente. Todos estos enfoques son un tipo de verificación. En resumen, cuando la gente se enfrenta a tales situaciones y exhibe esas manifestaciones, ¿son conscientes en el corazón? (Sí). Entonces, cuando sois conscientes y queréis hacer esas cosas, ¿cómo lo gestionáis? Primeramente, en el nivel más elemental, ¿puedes rebelarte contra ti mismo? Cuando llega el momento, a algunos les resulta difícil hacerlo; lo meditan y dicen: “De ninguna manera. Esta vez están en juego mis bendiciones y mi desenlace. No puedo rebelarme contra mí mismo. Lo haré a la próxima”. Cuando llega la siguiente vez y se enfrentan nuevamente a un problema relacionado con sus bendiciones y su desenlace, aún no son capaces de hacerlo. Tales personas poseen sentido de la conciencia y, aunque no tengan la esencia-carácter de un anticristo, les sigue pareciendo un asunto muy problemático y peligroso. Los anticristos, por el contrario, a menudo albergan esos pensamientos y viven en ese estado, pero nunca se rebelan contra sí mismos, porque carecen de sentido de la conciencia. Incluso si alguien los desenmascara, los poda y señala su estado, insisten y no se rebelan en absoluto contra sí mismos ni se odian por ello, y tampoco se desprenden de ese estado ni lo resuelven. Cuando se aparta a algunos anticristos, piensan: “El hecho de que te aparten parece algo normal, pero es un poco vergonzoso. Si bien no es un tema importante, hay algo crucial de lo que no puedo desprenderme. Si se me aparta, ¿significa que la casa de dios ya no me cultivará? Entonces, ¿qué tipo de persona seré a los ojos de dios? ¿Todavía tendré esperanza? ¿Seguiré siendo del todo útil en la casa de dios?”. Reflexionan sobre esto y elaboran un plan: “Tengo diez mil yuanes, y ahora es el momento de usarlos. Ofreceré este dinero a modo de ofrenda y veré si es posible que la actitud de lo alto hacia mí cambie un poco y si pueden concederme algún tipo de favor. Si la casa de dios acepta el dinero, significa que aún tengo esperanza. Si lo rechaza, eso demostrará que no la tengo, y haré otros planes”. ¿Qué tipo de enfoque es ese? De verificación. En resumen, la verificación es una manifestación relativamente evidente de la esencia-carácter perversa. Las personas utilizan diversos medios para obtener la información que desean, tener certeza y luego lograr tranquilidad. Existen múltiples formas de verificar, por ejemplo, utilizar palabras para sonsacar información a Dios, usar cosas para verificarlo, pensar y dar vueltas a las cosas en la cabeza. ¿Cuál es vuestra forma más común de verificar a Dios? (A veces, cuando oro a Dios, analizo Su actitud hacia mí y evalúo si tengo paz en el corazón. Uso ese método para verificarlo). Ese método se utiliza con bastante frecuencia. Otro, es observar si alguien tiene algo que decir en la plática durante la reunión, si Dios proporciona esclarecimiento o iluminación, y utilizarlo para verificar si Dios todavía está con ellos, si aún los ama. También, a fin de evaluar la postura que Dios adopta hacia ellos, durante el transcurso del cumplimiento de su deber, las personas se fijan en si Dios los esclarece o los guía y si conciben pensamientos, ideas o perspectivas especiales. Todos estos métodos son bastante frecuentes. ¿Alguno más? (Si me he propuesto algo ante Dios en la oración, pero no lo cumplo, observo si Su forma de tratarme está relacionada con el juramento que hice). Esa es también otra forma de verificar. Sea cual sea el método que la gente utilice para tratar a Dios, si dicho trato les genera un cargo de conciencia y luego adquieren cierto conocimiento con respecto a esas acciones y actitudes y pueden corregirlas de inmediato, el problema no es tan significativo, sino que se trata de una actitud corrupta normal. En cambio, si alguien es capaz de tratarlo así de forma sistemática y obstinada, e incluso sabe que no es correcto y que Dios lo detesta, pero sigue haciéndolo y no se rebela jamás ni renuncia a ello, estamos ante la esencia de un anticristo. La esencia-carácter de los anticristos es diferente a la de la gente corriente, porque nunca reflexionan sobre sí mismos ni buscan la verdad, sino que de manera constante y obstinada utilizan diversos métodos para verificar a Dios, Su postura hacia las personas, Sus conclusiones con respecto a alguien y Sus pensamientos e ideas acerca del pasado, presente y futuro de una persona. Nunca buscan las intenciones de Dios ni la verdad, ni mucho menos la manera de someterse a esta para lograr un cambio en su carácter. El propósito detrás de todas sus acciones es indagar acerca de los pensamientos y las ideas de Dios; así son los anticristos. Este carácter que presentan es claramente perverso. Cuando participan en esas acciones y manifiestan esas conductas, no sienten la más mínima culpa ni remordimiento. Aunque encuentren la relación entre sí mismos y tales cosas, no muestran ni arrepentimiento ni intención de desistir, sino que persisten en sus modos. En su trato con Dios, en su postura y su enfoque, resulta evidente que consideran que Dios es su adversario. En sus pensamientos y opiniones, no existe ninguna idea ni actitud que tienda a conocer a Dios, amarlo, someterse a Él o temerlo; se limitan a tratar de obtener la información que desean de Dios y utilizar sus propios métodos y medios para determinar cuál es la postura exacta de Dios hacia ellos y cómo los define. Lo más grave es que, aunque ajusten sus propios enfoques a las palabras de revelación de Dios y tengan una mínima conciencia de que Dios detesta ese comportamiento y de que eso no es lo que una persona debería hacer, nunca se dan por vencidos.
En el pasado, existía un precepto en la casa de Dios: en el caso de aquellos que habían sido expulsados o echados, si posteriormente manifestaban un arrepentimiento sincero y continuaban leyendo las palabras de Dios, divulgando el evangelio y dando testimonio de Dios, mostrándose verdaderamente arrepentidos, podían ser readmitidos en la iglesia. Hubo alguien que, tras su expulsión, cumplió con estos criterios, y la iglesia envió a una persona a buscarlo para hablar con él y decirle que había sido admitido de nuevo en la iglesia. Al enterarse, se alegró bastante, pero pensó: “¿Me aceptan sinceramente o existe alguna intención oculta? ¿De verdad ha visto dios que estoy arrepentido? ¿Me ha mostrado misericordia y perdonado de manera sincera? ¿De verdad mis acciones del pasado han quedado en el olvido?”. No se lo creyó y pensó: “Aunque quieran que regrese, debo contenerme y no aceptar de inmediato. No debo actuar como si hubiera sufrido mucho y hubiera sido sumamente desafortunado durante estos años posteriores a la expulsión. Debo actuar con cierta reserva y no preguntar nada más volver dónde puedo participar en la vida de la iglesia ni qué deberes puedo realizar. No debo dar la impresión de estar demasiado entusiasmado. Aunque en mi interior me siento particularmente feliz, debo mantener la calma y ver si la casa de dios de verdad quiere que regrese o si simplemente está siendo poco sincera a fin de utilizarme para ciertas tareas”. Con esto en mente, dijo: “Durante este tiempo, después de ser expulsado, reflexioné y me di cuenta de que los errores que cometí fueron muy graves. Las pérdidas que ocasioné a los intereses de la casa de dios fueron inmensas, y nunca podré compensarlas. Verdaderamente, soy un diablo y un satanás al que dios ha maldecido. De todas maneras, mi autorreflexión no ha concluido. Dado que la casa de dios quiere que vuelva, debo comer y beber aún más las palabras de Dios, reflexionar más sobre mí mismo y conocerme mejor. En este momento, no soy digno de regresar a la casa de dios, de cumplir con mi deber en esta ni de reunirme con mis hermanos y hermanas, e indudablemente me da mucha vergüenza enfrentarme a dios. Solo regresaré a la iglesia cuando sienta que mi autoconocimiento y mi autorreflexión son suficientes, para que todos puedan validarme”. Mientras lo decía, se sentía también muy inquieto, pensando: “Solo estoy fingiendo con estas palabras. ¿Qué pasará si los líderes coinciden en no permitirme regresar a la iglesia? ¿No estaría acabado?”. En realidad, estaba muy nervioso, pero aun así tenía que hablar de esa manera y fingir que no tenía tantas ganas de volver a la iglesia. ¿Cuál era el propósito de sus palabras? (Verificar si la iglesia era sincera al aceptar su regreso). ¿Es necesario? ¿No es eso lo que harían los satanases y los diablos? ¿Se comportaría una persona normal de esa manera? (No). Una persona normal no lo haría. Tras haber recibido una oportunidad tan maravillosa, resulta perverso que pudiera dar semejante paso. Ser readmitido en la iglesia es una expresión del amor y la misericordia de Dios, y debería reconocer y reflexionar sobre su propia corrupción y defectos, a fin de buscar maneras de compensar las deudas del pasado. Si así y todo alguien es capaz de verificar a Dios de esa manera y tratar Su misericordia de ese modo, ¡realmente no valora Su bondad! La gente desarrolla tales ideas y enfoques debido a su esencia perversa. Básicamente, cuando las personas verifican a Dios, lo que manifiestan y revelan teóricamente siempre está relacionado, entre otras cosas, con la verificación de Sus pensamientos, así como de Sus puntos de vista y definiciones con respecto a las personas. Si la gente busca la verdad, se rebelará contra esas prácticas y se desprenderá de ellas, y actuará y se comportará según los principios-verdad. Sin embargo, aquellos que poseen la esencia-carácter de un anticristo no solo no pueden renunciar a esas prácticas ni las encuentran detestables, sino que a menudo se agradecen a sí mismos por poseer tales medios y métodos. Puede que piensen: “Mirad qué listo soy. No soy necio como vosotros, que solo sabéis someteros a dios y a la verdad y obedecerlos. ¡No soy en absoluto como vosotros! Trato de usar medios y métodos para descubrir estas cosas. Aun cuando tenga que someterme y obedecer, seguiré llegando al fondo de las cosas. Ni se os ocurra pensar que podéis ocultarme nada ni engañarme ni tomarme por tonto”. Este es su pensamiento y opinión. Los anticristos nunca muestran sumisión, temor, sinceridad, ni mucho menos lealtad en su trato hacia el Dios encarnado. Con esto acaba nuestro debate acerca de las manifestaciones relacionadas con la verificación.
f. Hacer exigencias
El siguiente punto corresponde a las exigencias que los anticristos hacen a Dios y, con respecto a esto, existen más manifestaciones concretas. Se puede describir a los anticristos como eso que dicen los no creyentes de que “no mueven un dedo si no hay recompensa”. ¿Qué más? (“No soltar al halcón hasta ver la liebre”). No soltar al halcón hasta ver la liebre. Si hay beneficio, van a por él, pero si no lo hay, no se mueven. Sea cual sea la situación, tienen que sopesarla en su mente y piensan: “¿Qué ventaja importante puedo obtener al hacer esto? ¿Cuánto beneficio podría obtener? ¿Vale la pena pagar un precio tan alto por ello? Si pago un gran precio, pero al final otros terminan beneficiándose y no tengo la oportunidad de lucirme, definitivamente no lo haré”. ¿No es esa la actitud de los anticristos hacia la comisión y las exigencias de Dios? Si se proponen realizar un pequeño esfuerzo en el cumplimiento de sus deberes sin obtener beneficio alguno, y padecen cierto sufrimiento pero no reciben ninguna gracia, reaccionan para sus adentros de manera inmediata y dicen: “Me esforcé mucho. ¿Por qué no obtuve ningún beneficio? ¿Es rentable el negocio de mi familia o no?”. Si hacen cálculos y se dan cuenta de que sus ingresos son mayores que los del mes anterior, siguen saliendo a predicar el evangelio, sin temor pese a los riesgos que ello conlleva. Sin embargo, en cuanto surge un problema con el negocio familiar y sus ganancias son notablemente menores a las del mes anterior, enseguida se quejan y dudan de Dios en el corazón, y piensan: “Dios, no fui perezoso ni taimado al cumplir con mi deber, y tampoco lo hice de manera superficial. Este mes viajé más y trabajé más arduamente que el mes pasado. ¿Por qué has dejado de bendecir a mi familia? ¿Por qué no está yendo bien el negocio familiar?”. Su actitud hacia Dios y hacia Su comisión cambia instantáneamente, y piensan: “Si tú no bendices a mi familia, no me culpes por cumplir con mi deber de manera superficial. El próximo mes no me esforzaré tanto. Si se supone que debo levantarme a las cinco, me levantaré a las seis, y si debo salir a las ocho, saldré a las diez. Antes podía convertir a cinco destinatarios del evangelio al mes; ahora, solo convertiré a dos. ¡Con eso bastará!”. ¿Qué están calculando? Si lo que invierten y aportan es equivalente a lo que Dios les da. Además, solo consideran que es rentable y vale la pena sufrir y pagar un precio si lo que Dios les da supera con creces lo que ellos piden y desean. De lo contrario, sea cual sea la tarea o el deber que la casa de Dios les asigne, su forma de tratarlos siempre es la misma: actúan de manera superficial, saliendo del paso y haciendo lo mínimo indispensable siempre que pueden, y nunca jamás muestran un ápice de sinceridad. Esta manifestación corresponde tanto a hacer exigencias como a negociar. Las personas solo hacen exigencias cuando hay que llegar a un acuerdo; si no existe ningún acuerdo al que llegar, no tienen exigencias.
Los anticristos nunca han albergado en el corazón la más mínima sinceridad ni lealtad hacia la comisión de Dios, la obra de la casa de Dios ni sus propios deberes. Solo utilizan su propio intelecto, energía, tiempo y el sufrimiento físico y el precio que pagan a cambio de satisfacer sus deseos de bendiciones, recibir las recompensas que anhelan, y, por supuesto, obtener paz, alegría, estabilidad interior, felicidad familiar en esta vida e incluso comodidad en su entorno, así como la estima, admiración y valoración positiva de los demás. En resumen, los anticristos nunca cumplen con sus deberes en la casa de Dios con sinceridad, y no ofrecen ni una pizca de lealtad. Tanto si soportan dificultades y pagan un precio como si salen del paso de manera superficial, su objetivo final es exigir a Dios aquello que anhelan a fin de complacer sus propios deseos. De ahí que, cada vez que se enfrentan a la adversidad, a la poda o a personas, acontecimientos y cosas que les desagradan, piensen inmediatamente: “¿Afecta la aparición de estas cosas a mis intereses? ¿Tendrán algún impacto en mi reputación? ¿Influirán en mis oportunidades y mi desarrollo en el futuro?”. Sin importar si durante el cumplimiento del deber sus manifestaciones son positivas o negativas, sea como sea, nunca actúan de acuerdo con los principios-verdad. Solo piensan en términos de intercambios comerciales, calculando el valor de lo que pagan y ofrecen como si fueran empresarios, y evaluando cuántos beneficios pueden rendir sus inversiones. Puede que algunos digan: “Creemos en Dios para obtener la verdad y la vida, a fin de alcanzar la salvación”. Los anticristos, en cambio, piensan: “¿Cuánto vale la salvación? ¿Y la comprensión de la verdad? Estas cosas no tienen valor. Lo realmente valioso es obtener cien veces más en esta vida y la vida eterna en el mundo venidero. Lo que sí es un beneficio realmente importante es, en esta vida, que los demás te ensalcen, te aprecien y que te honren por ser grande en la casa de dios, y en el mundo venidero, tener autoridad sobre todas las naciones”. Esa es la ambición de los anticristos, un cálculo que hacen en lo más profundo de su corazón, detrás del desempeño de su deber. Este cálculo está repleto de transacciones y exigencias. Su escasa “sinceridad” hacia su deber y hacia Dios tiene como único objetivo garantizar que Dios les conceda la vida eterna, los proteja de las catástrofes, les otorgue bendiciones y gracia, y satisfaga todos sus deseos. Por lo tanto, el corazón de los anticristos está repleto de diversas exigencias hacia Dios, lo que colectivamente se denomina hacer exigencias. Excepto la verdad, los anticristos desean todo, tanto cosas materiales como inmateriales.
Hay algunos anticristos que en algún momento hicieron una pequeña contribución a los hermanos y hermanas o a la iglesia. Por ejemplo, puede que hayan asumido ciertas tareas de riesgo en la iglesia o que hayan acogido a hermanos y hermanas que no podían regresar a su hogar. Si a esto le sumamos el período de tiempo relativamente largo que llevan creyendo en Dios, la mayoría de la gente puede considerarlos personas con méritos y cualificaciones. Al mismo tiempo, ellos mismos se sienten superiores y en ventaja. Confían en su antigüedad y se jactan de ello diciendo: “Llevo creyendo en dios muchos años y he hecho algunas contribuciones a su casa. ¿No debería dios tratarme de manera especial? Por ejemplo, la gente disfruta de la bendición de ir al extranjero. Si se tiene en cuenta la antigüedad de las personas, ¿no debería yo tener prioridad? Debido a que he hecho una contribución a la casa de dios, debería tener prioridad y recibir un trato especial, y no debería ser evaluado conforme a los principios”. Algunas personas incluso han sido encarceladas y, al encontrarse sin hogar tras su puesta en libertad, piensan que la casa de Dios debería tratarlas de manera especial. Por ejemplo, consideran que esta debería suministrarles dinero para ayudarlos a comprar una casa, hacerse responsable de su sustento en la segunda mitad de su vida o satisfacer todas las necesidades materiales que planteen. Si lo necesitan, la casa de Dios debería proporcionarles un automóvil. Si tienen problemas médicos, la casa de Dios debería comprarles suplementos para la salud. ¿No se aprovechan de su antigüedad y presumen de su preparación? Estas personas creen que han hecho contribuciones, así que hacen exigencias a Dios de manera abierta y descarada. Piden coches, casas y una vida lujosa. Incluso piden a los hermanos y hermanas que se encarguen por ellos de ciertos asuntos y recados de forma gratuita y de esta manera los convierten en sus sirvientes o esclavos. ¿No se han convertido en personas que viven a costa de la iglesia? Tu fe en Dios es en realidad por tu propio bien, y vas a prisión por ti mismo. Cualquier deber que cumplas es tu responsabilidad. Cuando realizas tu deber y obtienes la verdad, es por tu bien. Tu fe en Dios es voluntaria, nadie te obliga. Obtener la vida es por tu propio bien, no por el de los demás. Incluso si has asumido ciertas tareas de riesgo para la casa de Dios o la iglesia, ¿se lo considera un mérito? No es un mérito; es lo que debes hacer. Es Dios quien te eleva y te da tal oportunidad; es una bendición que proviene de Dios. No es algo que debas usar como un capital para vivir a costa de la iglesia. Entonces, ¿son anticristos esas personas? En concreto, esas personas no pueden compartir ninguna realidad-verdad, y cuando están con hermanos y hermanas que llevan menos tiempo creyendo y son más jóvenes, solo hablan de sus experiencias del pasado y alardean de su preparación; carecen de cualquier enseñanza o conocimiento sobre experiencias de vida valiosas. No edifican a los demás, sino que se dan aires de grandeza y actúan con altivez y petulancia. Son incapaces de asumir cualquier tipo de trabajo significativo en la casa de Dios y no pueden cumplir con sus verdaderos deberes de manera adecuada. Aun así, viven de la iglesia y extienden las manos para hacer exigencias a Dios. ¿No es una desfachatez? En términos de preparación, ¿acaso no estoy Yo más capacitado que vosotros? ¿Me he dado aires de superioridad frente a vosotros? ¿Os he pedido algo? (No). Entonces, ¿por qué los anticristos hacen tales cosas? Porque no tienen vergüenza. Cuando aceptan sus deberes, solo piensan en transacciones. Al cumplir con sus deberes, no cuentan con el punto de vista adecuado y no los consideran deberes ni obligaciones ni algo que un ser creado deba hacer. Aunque puedan llevar a cabo algunos deberes, padecer cierto sufrimiento y pagar un precio, ¿qué es lo que piensan en el corazón? Piensan: “Nadie más puede hacer esta tarea. Si la hago, me haré famoso en la casa de dios, me valorarán dondequiera que vaya y estaré capacitado para disfrutar de lo mejor en todos lados. Me convertiré en alguien importante en la casa de dios, seré capaz de conseguir lo que quiera y nadie se atreverá a decir nada porque tengo la preparación necesaria”. Debido a su calidad humana, no existe posibilidad alguna de que los anticristos traten a Dios, a Su comisión o a la obra de la casa de Dios con la más mínima sinceridad o voluntad. Aunque aparenten estar dispuestos y ser capaces de sobrellevar el sufrimiento y pagar un precio, inmediatamente después se disponen a extender las manos para hacer exigencias y pedir recompensas a Dios, procurando vivir a costa de la iglesia y sacar provecho en todas partes. Por lo tanto, a juzgar por sus tácticas, es absolutamente adecuado definir la esencia-carácter de los anticristos como perversa. Los pensamientos y puntos de vista que albergan respecto a sus deberes y la comisión de Dios son perversos, no se ajustan a la verdad, y ciertamente no se corresponden con el estándar de la conciencia.
En cualquier deber que desempeñen, los anticristos siguen sus propios deseos y buscan fama y estatus personales. Nunca buscan la verdad ni reflexionan sobre sí mismos. Si en su trabajo surge alguna irregularidad o problema, la postura que adoptan no tiende a buscar ni aceptar la verdad. En lugar de eso, tratan constantemente de ocultar los hechos, de preservar su imagen y vanagloria y de lucirse en cada momento para ganarse la estima de los demás. En pocas palabras, tienen el corazón repleto de perversidad, de la filosofía de Satanás y de nociones y figuraciones humanas, y desprovisto de cualquier cosa que concuerde con la verdad. Los anticristos jamás buscan la verdad en los deberes que realizan, ni tienen la intención de someterse a los arreglos de la obra de la casa de Dios. Se atienen en todo momento a su propia manera de hacer las cosas y actúan de acuerdo con sus preferencias personales. Sin importar la tarea en cuestión, hacen cálculos en el corazón para ver cómo pueden salir beneficiados. Solo valoran qué deberes pueden realizar para conseguir fama, beneficio, estatus, el aprecio de los demás y algo de honor. Una vez que llevan a cabo sus deberes, esperan que sus logros queden documentados en el libro de Dios, llevan una cuenta mental de ellos y se aseguran de que cada contribución esté bien anotada y que nada se pase por alto. Consideran que cuanto más trabajo hagan y mayores sean sus contribuciones, más esperanzas tendrán de entrar en el reino y recibir recompensas y coronas. Las posturas y los puntos de vista que los anticristos albergan con respecto a sus deberes son tal que así. No hacen más que pensar en transacciones y exigencias; ¿acaso eso no pone claramente al descubierto su esencia-naturaleza? ¿Por qué solo piensan en transacciones y en hacer exigencias a Dios? La razón es porque su esencia-carácter es perversa; esto es absolutamente cierto. Se puede ver a partir de las ideas y las opiniones que tienen respecto a sus deberes, las cuales confirman plenamente que su esencia-carácter es perversa. Sin importar cuánta verdad se comparta ni la manera en la que el carácter corrupto de la gente quede en evidencia y se diseccione, los anticristos no dan muestras de conocer su esencia-carácter. No solo se niegan a aceptar la verdad, sino que también desarrollan resentimiento en el corazón. Cuando sienten que sus esperanzas de recibir bendiciones y recompensas se han desvanecido, creen que Dios juega sucio y piensan que la exposición y la disección de Dios son un intento deliberado de negar las recompensas, lo que hace que las personas se esfuercen en vano por Dios y finalmente no obtengan nada. Su corazón no solo carece de un entendimiento positivo de la obra de Dios y la verdad, sino que también desarrolla nociones y malentendidos, lo que intensifica su resistencia a Dios. Por lo tanto, conforme se disecciona el carácter y la esencia satánicos de la raza humana corrupta, y a medida que se exponen las argucias, motivaciones y propósitos de Satanás, mayor es la aversión y el odio por la verdad que sienten los anticristos. ¿Por qué ocurre esto? Porque creen que, cuanto más se comparta la verdad, menor será su esperanza de recibir bendiciones. A medida que se comparte la verdad, ven que la senda de intercambiar sufrimiento y esfuerzo por recompensas y coronas no resulta viable, y esto los llevará a creer que no tienen esperanza de recibir bendiciones. Cuanto más se comparte la verdad de esta manera y cuanto más se realiza este tipo de exposición, menos interés muestran en creer en Dios. Al ver que nada de lo que Dios menciona hace referencia a cuánto sufrimiento y sacrificio se necesita para obtener una recompensa equivalente, y que Él no ha dicho nada sobre entrar en el reino de los cielos gracias únicamente a trabajar duro, piensan que su senda de hacer transacciones con Dios ha llegado a su fin. En lo más profundo, sienten que no son más que el blanco al cual Dios está decidido a castigar, el miedo los perturba y piensan que sus días están contados, como si el fin estuviera cerca. ¿Cómo os sentís después de escuchar un sermón detrás del otro donde se pone al descubierto a los anticristos? Os veo a todos con la cabeza gacha. ¿Os sentís un poco desanimados? ¿Os habéis dado cuenta de que estáis recorriendo la senda de los anticristos? ¿Están vuestros pensamientos repletos de esas ideas perversas de negociar con Dios? ¿Lo habéis notado ahora? ¿Podéis revertir rápidamente la situación? (Yo también pienso que necesito cambiar lo antes posible; no puedo seguir viviendo con estas actitudes propias de un anticristo). Aunque todos tenéis las actitudes de los anticristos y la intención de negociar con Dios y recibir bendiciones, aún no sois anticristos. Por eso, debéis buscar la verdad sin demora para resolver el problema, alejaros del borde del abismo y emprender la senda de la búsqueda de la verdad. ¿Acaso no se resolverá así el problema? Tener el carácter de los anticristos y recorrer su senda es un problema que puede resolverse con facilidad. Siempre y cuando puedas aceptar la verdad, reflexionar sobre ti mismo, conocer el carácter corrupto que posees en tu interior, entender la esencia del problema de perseguir fama, beneficio y estatus, y luego abandones ese método de búsqueda erróneo, renuncies al punto de vista equivocado sobre la fe en Dios, te deshagas de la intención de recibir bendiciones, creas en Dios solo con el propósito de perseguir la verdad y convertirte en una nueva persona, persigas únicamente transformarte en alguien que se someta a Dios, y solo adores a Dios, sin idolatrar ni seguir a los humanos, tu estado se normalizará gradualmente. No hay duda de que entrarás en la senda de la búsqueda de la verdad. A lo que debes temer es a no aceptar la verdad, a sentir aversión por ella y a, pese a saber que negociar con Dios es incorrecto y que buscar fama, beneficio y estatus también lo es, seguir siendo terco y no arrepentirte nunca. En ese caso, tienes la esencia-naturaleza de un anticristo y debes ser descartado. Si cometes muchas maldades, te enfrentarás al castigo.
La diferencia entre los anticristos y los humanos corruptos corrientes radica en que, para los anticristos, perseguir la fama, el beneficio, el estatus y las bendiciones, así como negociar con Dios, no es solo una manifestación pasajera o esporádica, sino que se guían por esas cosas. Solo eligen una senda, la senda de los anticristos, y viven de acuerdo con la naturaleza de los anticristos y las filosofías satánicas. Los humanos corruptos corrientes son capaces de elegir una segunda opción y recorrer la senda de la búsqueda de la verdad, pero a los anticristos no les gusta la verdad y no tienen tal necesidad. Su naturaleza está repleta de filosofías satánicas, y no tomarán la decisión correcta. Nunca aceptarán la verdad; persistirán en sus errores hasta el final, y no cambiarán de rumbo ni se arrepentirán. Saben que están repletos de tratos que hacer con Dios, que lo verifican y antagonizan con Él a cada instante. Sin embargo, tienen sus motivos y piensan: “¿Qué tiene de malo? Exigir a dios algunas bendiciones materiales y disfrutar de ciertos beneficios del estatus no son acciones deshonrosas. No he cometido ningún asesinato ni provocado ningún incendio, y tampoco me he resistido a dios en público. Por supuesto, he estado trabajando para establecer un reino independiente y he actuado de manera algo arbitraria, pero no he dañado ni herido a nadie, no he perjudicado la obra de la casa de dios ni le he ocasionado pérdidas”. ¿No es incorregible? Por mucho que la casa de Dios les hable sobre la verdad o los exponga y los pode, se niegan a admitir sus errores; es algo incorregible. Esa es la esencia de los anticristos. No les importa si los calificas de malvados o perversos, y persisten en su maldad y su perversidad. Eso demuestra que los anticristos son individuos impenitentes a ultranza. ¿Querrías seguir hablando sobre la verdad con ese tipo de personas? Ni siquiera saben distinguir entre las cosas positivas y las negativas. ¿Qué les puedes decir? No hay nada que decir. Los anticristos rebosan una esencia-carácter perversa y viven sumidos en ese carácter. Su naturaleza inherente consiste en verificar a Dios y hacer transacciones con Él, y nadie los puede cambiar; se mantienen inalterables en cualquier situación. ¿Por qué no cambian? Porque, independientemente de cuántas verdades se les comunique, por muy comprensibles y esclarecedoras que sean las palabras utilizadas, no son conscientes del problema real. No pueden entender ni saben qué es la verdad, y tampoco saben qué son las cosas negativas; esa es la razón.
Los anticristos realizan transacciones con Dios en relación con diversos asuntos y le hacen exigencias al respecto. Por supuesto, sus exigencias abarcan una multitud de cosas tangibles e intangibles, materiales y no materiales, del presente y del futuro. Siempre y cuando puedan imaginarlo, piensen que son merecedores de ello y sea algo que deseen, hacen exigencias a Dios sin ningún tipo de vergüenza, y esperan que Él las satisfaga. Por ejemplo, cuando realizan un deber en particular, a fin de destacar y convertirse en una figura excepcional, tener la oportunidad de ser el centro de atención y obtener el estatus deseado, así como el aprecio de más personas, esperan que Dios les otorgue algunas habilidades especiales. Cuando le oran, dicen: “Oh, dios, estoy dispuesto a llevar a cabo mi deber con lealtad. Después de aceptar este deber de tu parte, pienso todos los días en cómo llevarlo a cabo adecuadamente. Estoy dispuesto a dedicarle la energía de toda una vida, a ofrecerte mi juventud y todo lo que tengo y a soportar dificultades por ello. Por favor, durante el cumplimiento de este deber, concédeme palabras para hablar, otórgame inteligencia y sabiduría, y permíteme mejorar mis habilidades profesionales y mis capacidades”. Tras expresar su lealtad y plantear su punto de vista, los anticristos acuden inmediatamente a Dios para pedirle tales cosas. Aunque son intangibles y la gente considera que es razonable pedírselas a Dios, ¿no constituye eso una manera de hacer transacciones y exigencias? (Sí). ¿Cuál es el objetivo de esa transacción? ¿Cuál es la esencia que estamos diseccionando? Los anticristos no son en absoluto sinceros con respecto a los deberes que Dios les ha encomendado, ni tampoco tienen la intención de mostrar lealtad al cumplirlos. Antes de llevarlos a cabo, sus pensamientos giran en torno a cómo aprovechar la oportunidad para exhibir sus talentos y ganar fama entre las personas, en lugar de utilizarla para realizar sus deberes adecuadamente y buscar las verdades que deben entender y los principios que deben buscar en el cumplimiento de dichos deberes. Así que, cuando los anticristos se presentan ante Dios para orar, en primer lugar buscan y piden cosas que beneficien su reputación y estatus, como inteligencia, sabiduría, una perspectiva única, habilidades sobresalientes, la apertura de sus ojos espirituales, etc. No las quieren para comprender la verdad ni para ofrecer su sinceridad y cumplir bien con sus deberes. Claramente, estas peticiones están cargadas de negociaciones y exigencias y, aun así, siguen pensando que lo que hacen está justificado. En el caso de este tipo de oración y esta clase de transacciones que las personas realizan, aun cuando sufran y paguen un precio durante el cumplimiento de su deber y aunque le dediquen algo de tiempo y energía, ¿aceptará Dios dicho cumplimiento? Desde la perspectiva de Dios, Él no aceptará en absoluto semejante cumplimiento del deber, porque en estas personas no hay sinceridad, lealtad y sin duda tampoco auténtica sumisión. Se puede decir entonces que su deseo subjetivo es perseguir el estatus y la fama, así como el aprecio y la admiración de los demás, y que durante el transcurso del cumplimiento de sus deberes no se ha producido ninguna mejora en su entrada en la vida ni ningún cambio en su carácter.
Cuando les ocurren cosas, los anticristos enseguida comienzan a urdir estrategias, hacer cálculos y formular planes en el corazón. Son como contables: hacen transacciones con Dios para todo, desean muchas cosas y le plantean numerosas exigencias. En resumen, a los ojos de Dios, todos estos requerimientos son irrazonables; no son lo que tiene pensado dar a las personas, ni lo que estas deberían recibir, porque esas cosas no aportan el más mínimo beneficio a su búsqueda de un cambio de carácter o de la obtención de la salvación. Incluso en el caso de que, durante el desempeño de tus deberes, Dios te proporcione algo de claridad o ideas nuevas relacionadas con tu profesión, la finalidad de eso no es satisfacer tu deseo de hacerle exigencias y mucho menos incrementar tu popularidad o el prestigio que tengas entre la gente. Después de recibir esa luz y ese esclarecimiento de Dios, una persona normal los aplica en su deber, lo que le permite mejorar el cumplimiento de este, comprender los principios con mayor precisión y experimentar gradualmente y de primera mano la obtención de esa gran iluminación, esclarecimiento y gracia de Dios durante el desempeño de sus deberes; todo esto es obra de Dios. Cuanto más experimenta, más siente que lo que Dios hace es grandioso, y más se da cuenta de que no tiene nada de qué presumir, que todo se debe a la gracia y la guía de Dios. Esto es algo que una persona normal es capaz de sentir y reconocer. Sin embargo, los anticristos son diferentes. Por mucho esclarecimiento e iluminación que Dios les brinde, ellos consideran que todo es mérito suyo. Un día, cuando hacen recuento de sus contribuciones y acuden a Dios para exigirle recompensas, cuando saldan cuentas con Él, Dios retira Su esclarecimiento e iluminación, y los anticristos quedan en evidencia. Todo lo que lograron hacer en el pasado fue gracias a la obra del Espíritu Santo y a la guía de Dios. No son diferentes a los demás; sin el esclarecimiento y la iluminación de Dios pierden sus dones, su inteligencia, su sabiduría, sus buenas ideas y grandes pensamientos; se convierten en unos inútiles y necios. Cuando los anticristos se enfrentan a tales situaciones y llegan a ese extremo, siguen sin darse cuenta de que su senda es errónea y sin ser conscientes de que han estado realizando transacciones con Dios y haciéndole exigencias de manera irrazonable. Continúan creyendo que son competentes y capaces de cualquier cosa, que merecen que los demás los tengan en gran estima, los admiren, los respeten, los apoyen y los exalten. Si no reciben todo eso, se desesperan y actúan incluso con más imprudencia, llenos de resentimiento tanto hacia Dios como hacia los hermanos y hermanas. Maldicen y se quejan de Dios en el corazón, dicen que es injusto, insultan a los hermanos y hermanas diciendo que no tienen conciencia y que los han dejado en la estacada, e incluso acusan a la casa de Dios de intentar deshacerse de ellos después de utilizarlos. ¿Qué clase de personas son? ¡Unos sinvergüenzas! ¿No son todos los anticristos así? ¿No suelen decir cosas de ese estilo? Dicen: “Cuando era útil y ocupaba un cargo importante, todos giraban a mi alrededor. Ahora que ya no tengo un puesto relevante, nadie me presta atención, todos me desprecian y cuando me hablan me muestran su desagrado”. ¿De dónde surgen estas palabras? ¿No están enraizadas en el carácter perverso de los anticristos? Su carácter perverso está repleto de negociaciones con las personas y con Dios, y hacen exigencias tanto a las personas como a Dios, como si dijeran: “Yo me ocupo de las cosas por vosotros, me esfuerzo, pago un precio y me preocupo en vuestro nombre, de manera que debéis dirigiros a mí con respeto y hablarme con cortesía. Tanto si tengo estatus como si no, siempre debéis recordar todo lo que he hecho, mantenerme en vuestra memoria para siempre y no dejarme jamás en el olvido; si me olvidáis, significa que carecéis de conciencia. Siempre que comáis o uséis cosas buenas, debéis pensar en mí, y siempre debo tener prioridad”. ¿Acaso los anticristos no hacen frecuentemente tales exigencias? (Sí). Puede que os hayáis topado con personas así, que dicen: “¿Quién imprimió los libros de las palabras de dios que leéis? ¿Quién los puso en vuestras manos? Si no fuera por mí, que arriesgo mi vida y me enfrento al peligro de ser arrestado, encarcelado o condenado a muerte, ¿podríais leerlos? Si no fuera por mí, que soporto adversidades y pago un precio para regaros, ¿podríais tener una vida de iglesia? Si no fuera por mí, que padezco sufrimientos y pago un precio por difundir el evangelio, ¿podría la iglesia ganar a tantas personas? Si no fuera por mí, que comparto las palabras de dios con vosotros todo el día, ¿tendríais una fe tan grande? Si no fuera por mí, que me ocupo a destajo para proporcionaros apoyo logístico, ¿podríais cumplir tranquilamente con vuestros deberes hoy en día? Si no fuera por mí, que estoy al frente de todo, ¿podría la obra de la iglesia haber avanzado hasta el punto en el que se encuentra en la actualidad?”. Al escuchar esto, parece como si, sin ellos, la obra de la casa de Dios no pudiera progresar y el mundo se detuviese. ¿No es esa la mentalidad de los anticristos? ¿Cuál es su propósito al pronunciar esas palabras en voz alta? ¿Se atribuyen el mérito de las cosas, o se lamentan y se quejan? Creen que la casa de Dios ya no los necesita, que los hermanos y hermanas los han descuidado, que la casa de Dios es injusta con las personas, que no los provee de nada, no los respeta ni les permite envejecer allí. ¿No hay también un elemento de insulto en lo que gritan? Cuando les dicen a los demás que carecen de conciencia, los están insultando. ¿Qué servicio prestan los anticristos en realidad? Todo lo que hacen es perturbador y trastornador, y todo lo que dicen desorienta. Carecen de humanidad; son diablos. ¿Por qué debería alguien hacer un ejercicio de conciencia con respecto a ellos? ¿Serviría de algo? (No). ¿Por qué no? ¿Es posible entender la verdad si los sigues? (No). ¿Qué obtienen todos los que adoran y siguen a los anticristos? Tanto ellos como los anticristos traicionan a Dios, y estos últimos los conducen al infierno. ¿Cómo se ven a sí mismos los anticristos? (Como si fueran Dios). Es un pensamiento desvergonzado. Las personas deberían tener conciencia con respecto a Dios, pero Él nunca les exige que la tengan; solo les pide que comprendan la verdad, que sean capaces de practicarla y alcanzar la salvación, y que sean seres creados aptos. ¿Cuándo os he pedido que penséis en mí y me guardéis un poco de comida cuando esta sea buena, o que penséis en mí cuando os encontréis en un lugar agradable? ¿Cuándo he sentido celos al veros comer bien, vivir bien y ser felices? ¿Cuándo os he dicho que no tenéis conciencia? Sin embargo, los anticristos son capaces de decir tales cosas y de insultar a las personas diciendo que no tienen conciencia. ¿No es eso una falta total de vergüenza? Cuando la casa de Dios los aparta, cuando los hermanos y hermanas ya no les demuestran el mismo entusiasmo que antes, son capaces de decir esas cosas, plantear sus quejas a gritos y maldecir a las personas y a Dios. Les salen todo tipo de cosas por la boca, y su naturaleza demoníaca queda completamente al descubierto. Estas son las diversas manifestaciones que revela el carácter perverso de los anticristos. Tienen el corazón repleto de acuerdos a los que llegar con Dios, y eso los lleva a hacerle diversas exigencias y demandas. Cuando los anticristos son ascendidos o destituidos, cuando la casa de Dios los coloca en un puesto importante o no, todas esas diferentes manifestaciones que surgen de ellos están relacionadas con su esencia perversa; esto es totalmente cierto.
g. Negación, condena, juicio y blasfemia
A continuación, hablemos sobre los términos negación, condena, juicio y blasfemia. Debido a que los anticristos están llenos de dudas sobre Dios, no muestran interés alguno en las verdades que Él expresa. Sus corazones están llenos de aversión y odio, y nunca admiten que Cristo es la verdad y mucho menos muestran sumisión alguna. Como en su interior a menudo dudan y sospechan de Dios, formándose con frecuencia nociones y diversos conceptos sobre las acciones de Dios, constantemente realizan valoraciones de manera no intencionada, y piensan: “¿Existe dios realmente? ¿Qué quiere decir con lo que expresa? Si estas palabras se evalúan desde el punto de vista del conocimiento y la doctrina, ¿cómo deberían entenderse? ¿Qué quiere decir dios con estas cosas? ¿Qué quiere decir al usar estos términos? ¿A quién se dirige?”. Investigan e investigan y, tras años de esta indagación, aún no logran ver la verdad más crucial en las palabras que Dios expresa ni en la obra que realiza: que Él es la verdad, el camino y la vida. No pueden entenderlo ni verlo. Cuando la gente dice que todas las palabras de Dios son la verdad, los anticristos reflexionan y piensan: “¿Son todas sus palabras la verdad? ¿No son solo simples palabras o enunciados corrientes? No hay nada profundo en ellos”. Al observar la obra de Dios, piensan: “No veo el aura de dios en lo que hace en la iglesia o entre sus escogidos. Dicen que dios es soberano sobre todas las cosas, pero no puedo verlo. No importa si uso una lupa o un telescopio astronómico, no puedo ver la forma de dios y, por más que busque, no puedo descubrir sus acciones. Así que, por ahora, no puedo confirmar al 100 % si dios de verdad existe. Pero, si digo que él no existe, he escuchado que en el mundo existen cosas raras y paranormales; así que, en ese caso, dios debería existir. Aunque ¿cómo es dios en realidad? ¿Cómo actúa? No lo sé. La forma más sencilla de saberlo es ver qué les hace y les dice a aquellos que lo siguen”. A través de la observación, ven que la casa de Dios a menudo poda a las personas, que las asciende y destituye con frecuencia, y que a menudo se participa en charlas, debates, intercambios y demás sobre diferentes deberes y el trabajo relacionado con diversas profesiones. Piensan: “¿No son todos estos asuntos cosas que hace la gente? Nada de ello es sobrenatural; todo es muy normal, y no puedo ver ni sentir cómo obra el espíritu de dios. Si no puedo sentirlo, ¿no se podría decir que la obra del espíritu santo no existe? ¿No es todo una imaginación de la conciencia y la mente de las personas? Si la obra del espíritu santo no existe, ¿existe el espíritu de dios realmente? También parece dudoso. Si el espíritu de dios no existe, entonces, ¿de verdad existe dios? No estoy seguro”. Después de cinco años de experiencia, no llegan a confirmarlo y, tras diez o incluso quince años de experiencia, siguen sin lograrlo. ¿Qué tipo de personas son estas? Han quedado en evidencia. Son incrédulos. Estos incrédulos holgazanean así por la casa de Dios, se dejan llevar. Si otros difunden el evangelio, ellos también lo hacen; si los demás cumplen con sus deberes, ellos también. Si se les presenta la posibilidad de un ascenso, piensan que pueden “ocupar un cargo” en la casa de Dios y, en aras del estatus, son capaces de hacer cierto esfuerzo. Al mismo tiempo, también pueden hacer fechorías imprudentemente y causar trastornos y perturbaciones; si son miembros corrientes de la iglesia sin ningún estatus, pueden encontrar maneras de tomar atajos y hacen ciertos trabajos solo para aparentar. A esto se le llama “holgazanear”. ¿Por qué uso este término? Porque en sus corazones albergan dudas y negación hacia Dios, mantienen una actitud de negación hacia la existencia y la esencia de Dios, y esto los lleva a cumplir con sus deberes en la casa de Dios de mala gana. No comprenden y siempre reflexionan para sí: “¿Qué sentido tiene cumplir con mi deber y seguir a dios de esta manera? No estoy ganando dinero en un trabajo ni viviendo una vida normal. Algunos jóvenes dedican incluso toda su vida a entregarse a Dios, pero ¿qué ganarán con ello? Así que mejor primero observo. Si realmente puedo llegar al fondo de todo y percibo que tengo esperanzas de recibir bendiciones, no será en vano que me esfuerce y me entregue. En caso de que no pueda recibir las palabras precisas de dios ni llegar al fondo del asunto, no pierdo nada por holgazanear. Después de todo, no me cansaré ni habré dado demasiado”. ¿No es esto más que holgazanear? No son sinceros en nada de lo que hacen, no pueden perseverar ni sobresalir en nada, y tampoco son capaces de pagar el precio de manera genuina. Ese es el significado de holgazanear. Aunque holgazaneen, sus pensamientos no están ociosos, tienen mucho de qué ocuparse. Están llenos de nociones y de ideas sobre muchas cosas que Dios hace y, en el caso de muchas cosas que no se ajustan a sus propias nociones, las evalúan en su corazón utilizando conocimientos, leyes, moral social, cultura tradicional y demás. A pesar de toda su valoración, no solo no ven la verdad a través de la evaluación ni encuentran los principios para practicar la verdad, sino que acaban elaborando todo tipo de condenas, juicios e incluso blasfemias hacia Dios y Su obra. ¿Qué juzgan los anticristos en primer lugar? Dicen: “Las personas deciden todo el trabajo de la casa de dios; los humanos hacen todo. No veo a dios obrar ni al espíritu santo guiar o dirigir nada en absoluto”. ¿No es este un enunciado propio de los incrédulos? Afirmar que las personas lo hacen todo pone al descubierto muchos problemas. Por ejemplo, si la casa de Dios elige y cultiva a alguien que no es de su agrado, sus corazones no se doblegan. ¿Pueden los anticristos someterse de veras? (No). Entonces, ¿qué harán? Intentarán socavarla. Si esto falla y ninguno de los hermanos y hermanas los escucha o los apoya, comenzarán a condenarla y dirán: “La casa de dios es injusta y carece de principios en su forma de tratar a las personas. Hay muchos caballos veloces, pero pocos que sepan reconocerlos”. ¿Qué significa esto? Implica que ellos son caballos veloces, pero lamentablemente la casa de Dios carece de alguien que pueda identificarlos. Después de condenar esta acción de la casa de Dios que no se ajusta con sus nociones, comenzarán a difundir cosas como rumores, nociones y negatividad. Por supuesto, todas sus palabras serán duras. Puede que incluso algunos digan: “Estos tipos son educados, bien parecidos, visten bien y viven en la ciudad; nosotros somos de pueblo, tenemos cierto talento, pero no somos capaces de expresarnos ni de comunicarnos con lo alto; no nos es fácil conseguir ascensos. Todos aquellos que lo logran son elocuentes, se les da bien halagar y poseen estrategias. En cambio, yo no me expreso bien ni soy elocuente, y tener solo talentos interiores es inútil. Así que, en la casa de dios, el dicho ‘Hay muchos caballos veloces, pero pocos que sepan reconocerlos’ es aplicable tanto como en el mundo”. ¿Qué significa este enunciado? ¿No es esto juzgar? Emiten juicios sobre la obra de la casa de Dios y los difunden entre bambalinas. En su forma de abordar a Dios, Su obra, Sus expresiones, Sus palabras, Su carácter y Sus diversas formas de obrar, los anticristos utilizan conocimientos y filosofía para evaluar, investigar y razonar acerca de ellos. Al final, llegan a una conclusión errónea. Por lo tanto, en sus corazones nunca aceptan, comprenden ni reflexionan en serio sobre ninguna de las palabras que Dios ha dicho. En cambio, consideran que estas no son más que un mero tipo de teoría o palabras agradables. Cuando surgen problemas, no toman las palabras de Dios como base y principio para ver, definir y medir cada asunto. En su lugar, utilizan las perspectivas humanas y las teorías y las filosofías de Satanás para juzgarlos. Llegan a la conclusión de que nada es conforme a sus propias nociones y que ninguna de las palabras que Dios expresa ni las acciones que Él realiza son de su agrado. Al final, desde la perspectiva de los anticristos, todo lo que Dios hace es condenado.
Algunos anticristos siempre desean ejercer el poder en la casa de Dios, pero carecen de calibre y habilidades especiales, así que inevitablemente terminan realizando tareas triviales en esta, como limpiar, distribuir artículos y otros quehaceres simples y rutinarios. En resumidas cuentas, este tipo de personas definitivamente no pueden llegar a ser líderes de la iglesia, predicadores ni nada parecido. Aun así, no se conforman con ser discípulos corrientes u ocuparse de lo que consideran un trabajo mediocre, porque están llenas de ambición. ¿Cómo se manifiesta estar lleno de ambición? Quieren averiguar, preguntar, estar informadas y, en especial, interferir en cada asunto grande o pequeño de la casa de Dios. Si hay algún trabajo que requiere su mano de obra, siempre preguntan: “¿Cómo va la impresión de los libros para nuestra casa de dios? ¿Qué tal va la selección del director de cine de nuestra iglesia? ¿Quién es el actual director? ¿Quién escribe los guiones? ¿Quién es el líder del distrito, cómo es?”. ¿Qué se proponen cuando preguntan sobre todo esto? ¿Es necesario que pregunten acerca de estos asuntos o que se involucren en ellos? (No). Todos ellos son asuntos generales que no guardan relación con la verdad. ¿Por qué estas personas “bienintencionadas” siempre están preguntando? ¿De verdad están preocupadas o simplemente no tienen nada mejor que hacer? Ni una cosa ni la otra. Lo hacen porque tienen ambiciones y quieren escalar posiciones y asumir el poder. ¿Pueden darse cuenta de que es ambición y deseo de hacerse con el poder? No, no pueden; carecen de esa razón. Debido a su humanidad abominable y su escaso calibre, no pueden lograr nada ni desempeñar siquiera el deber más simple adecuadamente. A lo largo del desempeño de sus deberes, constantemente, se portan mal, están ociosas, se dan al esparcimiento e incluso preguntan sobre diversos asuntos. Al final, las echan debido a estas manifestaciones. ¿Es correcto que la casa de Dios las eche? (Sí). ¿Las echan porque se preocupan en exceso o debido a que son muy curiosas? (No). Las expulsaron y no las permitieron seguir holgazaneando porque no se ocupaban de los asuntos adecuados y querían en todo momento vivir a costa de la casa de Dios. No podían hacer nada bien, así que no valía la pena retenerlas. ¿Acaso no son incrédulos? ¿No deberían echarlas? Cuando les llegó el momento de que las echasen, se inquietaron y solo entonces buscaron los principios-verdad y preguntaron: “Debo buscar cuáles son en realidad los principios que la casa de dios aplica para echar y expulsar a las personas: ¿con qué fundamento me echan?”. Debes responderles: “Alguien como tú, que ama el ocio y odia el trabajo, que causa perturbaciones y destrucción en todo lo que hace, encaja completamente con los principios para echar a alguien”. ¿No resulta sumamente ridículo que busquen los principios para que echen a la gente después de cometer tantas maldades y no entender qué tipo de personas son? (Sí). A algunas personas como estas las han echado, mientras que a otras las han enviado a iglesias corrientes. No son aptas para cumplir deberes en la casa de Dios y carecen de condiciones para hacerlo. ¿Puede la gente de este tipo darse cuenta de que lo que Dios hizo es conforme a la verdad? Me atrevo a decir que los anticristos jamás se darán cuenta, porque son incrédulos y condenan y juzgan cualquier cosa positiva que esté de acuerdo con la verdad. El anticristo, que siempre tiene ganas de preguntar, está lleno de ambición y busca constantemente ascender más alto, pero carece de sinceridad y lealtad en el cumplimiento de sus propios deberes, se sienta en el suelo y llora a gritos cuando lo expulsan y dice: “Nadie entiende que en mi interior tengo buenas intenciones, ni que soy sincero y leal. ¿Por qué me expulsan? ¡Me han hecho daño, y no lo acepto! Nadie se preocupa tanto por dios, y en su casa nadie es tan leal como yo. Confunden mi gran fervor y bondad con malas intenciones. ¡Dios es muy injusto!”. ¿Acaso no es esto un alegato de inocencia? ¿Alguna de sus palabras es algo que deba decir el hombre? ¿Alguna de ellas es conforme a los hechos reales? (No). Todas son palabras faltas de razón, absurdas, propias de incrédulos, llenas de quejas, agravios y condena. Así es como se ponen en evidencia. Si no los expulsaran, continuarían fingiendo y aspirarían a ser los amos de la casa de Dios. ¿Es esa la forma en la que se comportaría un amo? ¿Acaso un verdadero amo tendría este tipo de berrinches? ¿Gestionaría la casa de Dios de esta manera? Les pidieron que limpiaran, pero andaban de un lado a otro sin hacer nada. Les pidieron que hicieran la comida, pero no estaban dispuestos a cocinarle ni siquiera a dos personas. Tenían miedo de cansarse y consideraban que era un trabajo de baja categoría, así que ¿qué otra cosa pueden hacer? ¿Son capaces de algo más aparte de ser líderes y dar órdenes? ¿No es razonable que la casa de Dios se deshaga de ellos? (Sí). Es completamente razonable, pero aun así siguen maldiciendo entre bambalinas, teniendo berrinches y comportándose como mujeres revoltosas. ¿Acaso no son anticristos? Esta es la manifestación de la esencia-carácter de los anticristos. Cuando se enfrentan a situaciones que no son conformes a sus intereses o preferencias, cuando se topan con cosas que no satisfacen sus deseos ni sus afanes, ¿se someten en lo más mínimo? ¿Son capaces de buscar la verdad? ¿Pueden calmarse, confesar sus pecados y arrepentirse? No, no pueden. Su reacción inmediata es alzarse y clamar en contra de Dios, llenos de palabras de condena, juicio, blasfemia y maldición. Piensan: “Si la casa de dios no me quiere, bien. Tú no muestras piedad, así que no me culpes por ser desalmado. ¡Dejémonos de miramientos y veamos quién es más implacable!”. ¿Es esto una manifestación de buscar la verdad? ¿Es una manifestación que debería tener un ser creado normal? (No). Entonces, ¿qué tipo de manifestación es esta? ¿Cómo deberían tratar a Dios aquellos que creen en Él y lo siguen genuinamente? Deben someterse a Él de manera sincera e incondicional. Solo los enemigos de Dios —Satanás y los diablos— negarían, condenarían, juzgarían, blasfemarían y maldecirían a Dios, llegando incluso a clamar en su contra y oponerse a Él. Incluso aunque en este momento no puedas aceptar este hecho y tengas cien razones para alegar que la casa de Dios te ha tratado injustamente, si tienes racionalidad, humanidad y siquiera un mínimo temor de Dios, ¿podrías tratarlo a Él de esa manera? ¡En absoluto! Si alguien es capaz de hacerlo, ¿tiene siquiera una pizca de conciencia? ¿Posee algo de humanidad? ¿Siente algo de temor de Dios? (No). Obviamente, no es parte del rebaño de Dios. Nunca ha tratado a Dios como su Amo; nunca lo ha considerado su Dios. En su corazón, Él es su enemigo, no es su Dios. Los enemigos de Dios son los anticristos y Satanás; por otra parte, los anticristos son enemigos de Dios; son satanases y diablos. Los anticristos nunca aceptarán nada de lo que Dios haga y nunca responderán con un “amén” a ninguna palabra que Dios diga. Esa es la esencia del enemigo de Dios —Satanás— y esta es la esencia innata de los anticristos. Sin ton ni son, son hostiles a Dios y capaces de condenarlo. ¿Acaso no es esto perversidad? Es perverso de cabo a rabo.
Este carácter propio de un anticristo está presente en mayor o menor grado en cada persona, pero a través de la revelación de este carácter y de la senda que las personas eligen cuando creen, ¿podéis juzgar quién es un anticristo, quién es el que contribuye con su mano de obra y quién es un miembro del pueblo escogido de Dios que tiene la posibilidad de salvarse? (Aunque todos revelan el carácter de un anticristo, algunas personas, después de revelar su carácter corrupto, tienen sentido de la conciencia, se sienten culpables, pueden arrepentirse y practicar la verdad; esos son los que pueden salvarse. Sin embargo, aquellos que carecen de sentido de la conciencia, que incluso después de cometer errores creen que tienen razón, que se niegan obstinadamente a arrepentirse y rechazan la verdad por completo, son anticristos y no tienen ninguna probabilidad de salvarse). ¿Son correctas estas dos afirmaciones? (Sí). Básicamente, son correctas, pero no son suficientemente específicas. Aunque algunas personas también poseen el carácter de un anticristo, cuando se enfrentan a ciertas situaciones, son capaces de buscar la verdad, rebelarse contra la carne, experimentar arrepentimiento al reconocer su carácter corrupto, sentirse en deuda, dar un giro y practicar de acuerdo con los principios-verdad, eligiendo el camino correcto, practicar la verdad y, en última instancia, comprender la verdad y entrar en la realidad-verdad, logrando así someterse a Dios. Esas personas pueden salvarse y son el pueblo escogido de Dios. Existe otro tipo de persona que sabe que tiene el carácter de un anticristo, pero cuando aborda algunas circunstancias no se examina a sí misma. Cuando descubre que ha hecho algo mal, no tiene una comprensión genuina, no logra desarrollar en su interior un fuerte sentimiento de estar en deuda, es incapaz de arrepentirse y de dar un giro, y está atolondrada en lo que respecta a la verdad y la salvación. Estas personas están preparadas y dispuestas a contribuir con su mano de obra y a hacer lo que les pidan en la casa de Dios, pero no lo toman en serio. Aunque puede que a veces causen trastornos y perturbaciones, no son personas malvadas. Pueden aceptar la poda, pero al actuar nunca buscan la verdad de manera proactiva ni siguen los principios-verdad al abordar los asuntos. No les interesa comer ni beber de las palabras de Dios ni tampoco la verdad. Aunque pueden medianamente esforzarse en sus deberes, cuando se trata de perseguir la verdad les falta entusiasmo y no se interesan por hacerlo. Cuando llevan a cabo sus deberes, no muestran ninguna lealtad. Sin embargo, muestran cierta buena disposición y sinceridad. Pueden conocer diversas actitudes corruptas, pero, cuando afrontan situaciones, nunca reflexionan sobre sí mismas ni buscan convertirse en personas capaces de comprender la verdad y ponerla en práctica. Esta es la mano de obra. La última categoría es la de los anticristos. Son enemigos de Dios, de la verdad y de todo aquello que es positivo. Sus corazones están llenos de perversidad, clamores contra Dios y oposición hacia Él, y condena, juicio y blasfemia contra la rectitud, las cosas positivas y la verdad. No creen en la existencia de Dios ni en Su soberanía sobre todas las cosas, y son incluso más reacios a permitir que Dios sea soberano sobre el destino del hombre. Nunca se entienden a sí mismos, e independientemente de cuántos errores o transgresiones cometan, nunca los admiten ni se arrepienten ni dan un giro. Sus corazones carecen de remordimiento y rechazan completamente la verdad. Son anticristos. Para determinar a qué categoría pertenece una persona en general, es acertado valorar si tiene una actitud de aceptar la verdad. ¿A qué categoría pertenecéis? ¿Pertenecéis al pueblo escogido de Dios que puede salvarse, sois anticristos o sois mano de obra? ¿Os estáis convirtiendo en la primera categoría, o no encajáis en ninguna de ellas? Nadie queda fuera de estas categorías; todos pertenecen a una de las tres. Las personas malvadas que carecen de humanidad son las que poseen la esencia de los anticristos. Quienes tienen cierta humanidad, conciencia y razón, así como una calidad humana relativamente buena, quienes pueden perseguir y amar la verdad y las cosas positivas, quienes temen a Dios y son capaces de someterse a Él, ellos pueden salvarse; son el pueblo escogido de Dios. Aquellos cuya calidad humana no es particularmente buena ni mala, sino media, y no se interesan por la verdad ni están en absoluto dispuestos a perseguirla, pero cumplen con sus deberes con algo de sinceridad, son la mano de obra. Este es el criterio para la evaluación. ¿Puede un anticristo convertirse en mano de obra? (No). Entonces, ¿existe una categoría entre los que contribuyen con su mano de obra que pueda llegar a formar parte del pueblo escogido de Dios? (Sí). ¿Qué margen tienen para cambiar? (Es necesario que persigan la verdad). Quizá, tras más años de fe, más experiencias y encuentros, y un entendimiento de más verdades, pasen gradualmente de la etapa de ser mano de obra a ser parte del pueblo escogido de Dios. Como en este momento su entendimiento de la verdad es escaso y su fe en Dios es especialmente pequeña, tienen poco interés en cumplir con sus deberes y practicar la verdad. Carecen de la estatura necesaria para perseguir la verdad y no pueden desprenderse de sus ambiciones, deseos y demás necesidades de la carne. Por lo tanto, por ahora solo pueden permanecer en la etapa de mano de obra. Sin embargo, en términos relativos, estas personas tienen conciencia y aman las cosas positivas. A medida que poco a poco llegan a comprender la verdad, que su entorno cambia, que creen en Dios durante más tiempo, que sus experiencias son más profundas y que desarrollan una fe en Dios genuina, también empiezan gradualmente a ver la verdad y las cosas positivas con mayor claridad, la senda que deben seguir les resulta más evidente, se interesan más por la verdad y la aman cada vez más. Tales personas pueden emprender paulatinamente la senda de la salvación y llegar a pertenecer al pueblo escogido de Dios; tienen margen para mejorar y cambiar. Por otro lado, no es válido afirmar que aquellos que poseen la esencia de los anticristos pueden llegar a convertirse en el pueblo escogido de Dios y salvarse, porque la esencia de los anticristos es la de los demonios y los enemigos de Dios. Los anticristos nunca podrán cambiar.
Acabamos de hablar sobre la negación, la condena, el juicio y la blasfemia que revelan en su forma de tratar a Dios y Su obra a partir de su esencia-carácter perversa. Siempre que algo contradice sus nociones o perjudica a sus intereses, la respuesta inmediata de los anticristos es levantarse, resistirse y condenarlo, diciendo: “Esto está mal, lo hacen las personas, y no me doblegaré. Voy a presentar una queja y buscaré pruebas para aclarar el asunto. Haré pública mi postura, me defenderé, desentrañaré los pormenores de este asunto y veré quién es que causa problemas aquí, quién está arruinando mi buena reputación y las cosas buenas que estoy haciendo”. En el corazón de los anticristos, la frase “Las buenas intenciones de Dios están en todas las cosas” se convierte en un enunciado vacío, incapaz de guiar o cambiar sus medios, métodos y principios de actuación. Por el contrario, cuando se enfrentan a cualquier situación, confían en lo que les resulta natural y piensan en cada método y emplean todas sus habilidades y estrategias al actuar. Sin duda, lo que hacen es condenar, juzgar y blasfemar contra Dios. Los pensamientos de las personas están atestados de la lógica y las ideas de Satanás, sin verdad alguna que decir. Por lo tanto, cuando afrontan tales asuntos, las manifestaciones de los anticristos reflejan las de Satanás: los anticristos tratan a Dios de la misma manera que lo trata Satanás, y utilizan también cualquier medio o palabra que Satanás emplea contra Dios. De este modo, es evidente la esencia perversa de los anticristos, que son enemigos de Dios. Aunque se trate de alguien que lleva solo uno o dos días creyendo en Dios, ¿entiende en su mente y racionalidad humanas y normales la diferencia entre los humanos y Dios? (Sí). Como adulto que posee una humanidad normal, ¿sabe en su corazón cómo debe tratar a Dios? (Sí). ¿Existe un criterio dentro de la racionalidad humana para saber cuál es la manera más adecuada y respetuosa de tratar a una persona a la que se adora? (Sí). La gente tiende a hacer la pelota, a ser zalamero y a querer caer en gracia; incluso si esa persona las golpea o las maldice, encuentran la manera de ser dóciles y obedientes. Entonces, cuando se trata de sus padres, ¿saben cómo mostrar respeto y amor? ¿Se dan cuenta de qué comportamientos son dañinos o muestran odio? ¿Existe un criterio para evaluarlo? (Sí). Esto prueba que los humanos, los seres vivos cubiertos con piel humana, son distintos de los animales y están por encima de ellos. Sabes cómo respetar y amar a tus padres, ¿por qué no sabes entonces cómo tratar a Dios con amor y respeto? ¿Cómo puedes tratar a Dios de esta manera? ¿Acaso es propio de las personas normales condenar y juzgar alegremente y atreverse a blasfemar y maldecir como si nada? (No). Ni siquiera los animales se comportan así. Si una persona cría a un animal, incluso uno salvaje, y pasa tiempo con él, siempre que el animal reconozca quién es su dueño, lo tratará con respeto, como si fuera un pariente, un miembro de la familia, de manera distinta a la forma en que trata a otros animales o personas. Supongamos que fuiste su dueño y, después de pasar por dos o tres hogares diferentes, cuando lo vuelves a ver basta con que perciba tu olor para que enseguida se muestre cariñoso contigo. Incluso si se trata de un animal feroz, no te comerá. Su ferocidad es innata; proviene de la creación y predestinación de Dios. Es un instinto de supervivencia que Dios le otorgó, no es un carácter cruel o perverso. Es distinto del mal de los anticristos. Hubo dos personas que adoptaron a un cachorro de león. A medida que el león crecía, se les hacía difícil costear su dieta a base de carne, por lo que, cuando cumplió un año, lo liberaron de nuevo en su entorno natural. Tres años después, volvieron a encontrarse con el león. El león los vio desde cierta distancia y corrió hacia ellos con entusiasmo. Al principio, se preocuparon y pensaron: “¿No nos comerá? Es un león”. Sin embargo, el animal se les acercó, los abrazó como a unos amigos, y ellos también lo abrazaron y acariciaron. Luego, les presentó a los miembros de su familia y, cuando tuvieron que despedirse, se mostró reacio a separarse de ellos. Es posible ver este tipo de situación, en la que el más feroz de los animales salvajes, un carnívoro, interactúa amistosamente con los humanos. ¿No resulta esto absolutamente conmovedor? (Sí). Incluso en los animales feroces se puede ver su lado amigable, pero esto no ocurre con los anticristos. Debido a que poseen el carácter de Satanás y son personas con una esencia-carácter satánica, pueden, por ende, juzgar, condenar y blasfemar contra Dios. Esta postura conduce a sus correspondientes manifestaciones y, sobre todo, a ciertos enfoques. ¿No son los anticristos peores que los animales? Las personas saben cómo mostrar respeto y cariño amoroso a aquellos a quienes adoran, a sus familiares más cercanos y a sus padres, y conocen cuáles de sus acciones pueden herirlos o hacerles daño. Pueden evaluar esas cosas. Sin embargo, los anticristos son capaces de mostrar tales comportamientos hacia Dios, lo cual resulta totalmente indignante. Esto indica que la naturaleza propia de tales personas se corresponde con la esencia de los anticristos. Para ser precisos, son la personificación de Satanás, son satanases vivientes y diablos; no pertenecen al rebaño de Dios. ¿Acaso las ovejas de Dios lo maldecirían? ¿Lo condenarían? (No). ¿Por qué no? (Porque escuchan a Dios y se someten a Él). Por un lado, escuchan y se someten. La clave es su fe genuina en Dios. Si realmente crees en la identidad, el estatus y la esencia de Dios, independientemente de lo que Dios haga o cómo lo haga, aunque haga daño, no lo condenarás. Solo aquellos que de verdad creen en Dios, aquellos cuya fe en Él es genuina, ocupan el lugar de un ser creado y tratan a Dios constantemente como Dios. Es un hecho.
Ya hemos hablado sobre los anticristos que maldicen, se oponen y claman contra Dios. Algunos se oponen abiertamente, crean facciones, forman alianzas y fundan reinos independientes. Otros en secreto maldicen a Dios a puertas cerradas, algunos lo maldicen, se oponen y claman contra Él en sus corazones. Ya lo maldigan públicamente o para sus adentros, todos son anticristos; no son ovejas de Dios. Pertenecen a la calaña de Satanás y, sin lugar a duda, no son personas normales ni seres creados aptos. Cuando la mayoría de las personas se enfrentan a situaciones que no se ajustan a sus propias nociones o se topan con el juicio y castigo de Dios, solo se sienten molestas, confundidas e incapaces de aceptarlo. Expresan sus quejas o muestran intransigencia; incluso puede que se vuelvan negativas o haraganas, pero no llegan al punto de oponerse a Dios y clamar contra Él. Con el tiempo, a través de la oración, la lectura de las palabras de Dios, la ayuda de los hermanos y hermanas y la iluminación, la guía y la disciplina del Espíritu Santo, es posible que poco a poco cambien. Así responden los humanos corruptos corrientes cuando les suceden cosas. Los anticristos, por otro lado, carecen de estas manifestaciones positivas y no cambian su rumbo. Si una situación no es conforme a sus deseos, maldicen. Si la siguiente situación tampoco, también maldicen. Maldecir va de la mano con oponerse y clamar. Algunos anticristos incluso dicen: “Si no es posible que las personas como yo se salven, ¿quién puede?”. ¿No es esto clamar? ¿No es oponerse? (Sí, lo es). Es oponerse. No muestran ni una pizca de sumisión, y se atreven a clamar y a oponerse a Dios; son satanases. Terminemos aquí nuestra charla sobre las diversas manifestaciones de un carácter perverso.
B. Sentir aversión por la verdad
Ahora, vamos a hablar sobre el punto dos de la esencia-carácter de los anticristos: sentir aversión por la verdad. Ya hemos compartido bastantes detalles acerca de este punto, pero aquí principalmente clasificaremos a los anticristos mediante una disección de su esencia-carácter que siente aversión por la verdad. La principal característica de su carácter en lo que respecta a cómo abordan la verdad es la aversión, en lugar de un mero desinterés. El desinterés es solo una actitud relativamente leve hacia la verdad que no ha escalado al nivel de hostilidad, condena ni oposición. Se trata simplemente de una falta de interés por la verdad, una falta de deseo de prestarle atención. Dicen: “¿Qué cosas positivas? ¿Qué verdad? Aunque las obtenga, ¿qué importa? ¿Mejorarán mi vida o potenciarán mis habilidades?”. No están interesados en ellas y, por lo tanto, tampoco se preocupan de ellas, pero no llegan a sentir aversión. La aversión supone una actitud concreta. ¿Qué tipo de actitud? Tan pronto como escuchan hablar de cualquier cosa positiva o relacionada con la verdad, sienten odio y repulsión, se resisten y no están dispuestos a escuchar. Incluso puede que intenten encontrar pruebas para condenar y menospreciar la verdad. Esta es la esencia-carácter correspondiente a sentir aversión por la verdad.
Al igual que otras personas, los anticristos pueden leer las palabras de Dios, escuchar lo que Él dice y experimentar Su obra. A primera vista, parece que también son capaces de comprender el significado literal de las palabras de Dios, saber lo que Dios ha dicho y reconocer que estas palabras les permiten a las personas tomar la senda correcta y ser buenas. Sin embargo, para ellos, estas cosas no dejan de ser simplemente teóricas. ¿Qué significa que no dejan de ser teóricas? Es similar a cómo algunas personas podrían pensar que cierta teoría en un libro es válida, pero, al compararla con la vida real y reflexionar sobre las tendencias malignas, la corrupción humana y las diversas necesidades de toda la especie humana, encuentran que es poco práctica y que está desconectada de la vida real, y se dan cuenta de que no puede ayudar a las personas a adaptarse ni a seguir estas tendencias malignas y esta sociedad malvada. Por tanto, sienten que esta teoría es válida, pero es solo algo de lo que se puede hablar para satisfacer los deseos y fantasías humanas de cosas bellas. Por ejemplo, si a alguien le gusta el estatus y desea ser un alto cargo y que las personas lo glorifiquen y adoren, para lograr este objetivo debe recurrir a métodos atípicos como mentir, lucirse y pisotear a los demás, entre otros. No obstante, todas estas cosas son precisamente lo que la verdad condena. La verdad condena y niega estos deseos y ambiciones de los humanos. En la vida real, las personas piensan que destacarse es algo legítimo, pero Dios y la verdad condenan tales pretensiones. Por lo tanto, no son aceptadas en la casa de Dios; no hay lugar para que se concreten ni espacio para que se conviertan en realidad. A pesar de eso, ¿renuncian los anticristos a ellas? (No lo hacen). Exacto, no renuncian a ellas. Tan pronto como los anticristos se dan cuenta de ello, piensan: “Ahora entiendo. La verdad exige que las personas sean desinteresadas, que se sacrifiquen, que sean tolerantes y generosas, que dejen de lado su ego y vivan para los demás. Esta es la verdad”. Una vez que definen la verdad de esta manera, ¿desarrollan algún interés en ella, o repulsión? Sienten repulsión tanto hacia ella como hacia Dios, y dicen: “En todo momento, dios expresa la verdad, siempre pone al descubierto cosas impuras como los deseos y las ambiciones humanas, y constantemente deja en evidencia lo que está en el fondo de sus almas. Parece que dios habla sobre la verdad con el objetivo de privar a las personas de su búsqueda de estatus, deseos y ambiciones. En un primer momento, pensé que dios podía satisfacer los deseos de las personas, cumplir sus anhelos y sus sueños, y darles lo que quisieran. No me imaginé que fuera este tipo de dios. No parece tan grandioso. Tengo montones de ambiciones y deseos: ¿es posible que a dios le guste alguien como yo? A juzgar por lo que siempre ha dicho y al leer sus palabras entre líneas, parece que no le agradan las personas como yo, ni puede llevarse bien con alguien que se parece a mí. Al parecer no puedo llevarme bien con este tipo de dios práctico. ¿Por qué me resultan tan desagradables las palabras que dice, la obra que realiza, los principios en sus acciones y su carácter? Dios les pide a las personas que sean honestas, que tengan conciencia, que busquen, obedezcan y le teman cuando les ocurren cosas, y que se desprendan de sus ambiciones y deseos; ¡no puedo hacerlo! Lo que él exige no solo es incompatible con las nociones humanas, sino que también es insensible a los sentimientos humanos. ¿Cómo puedo creer en él?”. Después de darle tantas vueltas a las cosas de este modo, ¿desarrollan un sentimiento positivo hacia Dios o se alejan de Él? (Se alejan). Luego de experimentar cierto tiempo, los anticristos sienten cada vez más que las personas como ellos, que tienen ambiciones y deseos y están llenos de aspiraciones, no serán bienvenidas en la casa de Dios, que aquí no tienen lugar para hacer uso de sus habilidades y que en este lugar no pueden darles rienda suelta a sus aspiraciones. Piensan: “En la casa de dios, no puedo revelar mi excepcional talento. Nunca tendré la oportunidad de sobresalir. Dicen que carezco de comprensión espiritual, que no entiendo la verdad y que tengo el carácter de un anticristo. No solo no me han ascendido ni ocupo un cargo importante, sino que también me han condenado. ¿Qué mal hay en que establezca mi propio reino independiente? ¿Qué tiene de malo que castigue a otros? Dado que tengo poder, ¡debo actuar así! ¿Quién no se comportaría de esta manera si tuviera poder? Entonces, ¿qué problema hay con que me involucre en algún juego sucio y haga trampas durante las elecciones? ¿Acaso no hacen lo mismo todos los no creyentes? ¿Por qué no está permitido en la casa de dios? Incluso dicen que es un descaro. ¿Cómo es posible que puedan considerarlo como tal? El hombre lucha hacia arriba; el agua fluye hacia abajo. ¡Esto es aceptable! La casa de dios no es divertida. No obstante, la gente de este mundo es bastante cruel y no es fácil llevarse bien con ella. En cambio, las personas en la casa de dios se comportan un poco mejor. Si no hubiera un dios, sería magnífico pasar el tiempo aquí; si no hubiera un dios ni una verdad que rigiera a las personas, yo sería el jefe en la casa de dios, el amo y el rey”. Mientras cumplen con sus deberes en la casa de Dios, experimentan en todo momento diversas cosas, los podan continuamente, cambian entre distintos deberes, y finalmente se dan cuenta de algo, al decir: “En la casa de dios, todo lo que ocurre se mide y se resuelve utilizando la verdad. Siempre se enfatiza la verdad, y dios habla a cada rato de ella. ¡No puedo dar rienda suelta a mis aspiraciones aquí!”. Al llegar a este punto en sus experiencias, sienten cada vez más aversión por la verdad, por la verdad que reina, por el hecho de que todo lo que Dios hace es la verdad y por la búsqueda de la verdad. ¿Hasta qué punto sienten aversión por estas cosas? Ni siquiera quieren admitir ni aceptar las doctrinas de las verdades que en un primer momento admitieron, y en sus corazones sienten una repulsión extrema. Por lo tanto, en cuanto llega el momento de una reunión, se sienten cansados e inquietos. ¿Por qué están inquietos? Porque piensan: “Cada una de estas reuniones dura tres o cuatro horas, ¿cuándo se acabará? ¡Ya no quiero escuchar más!”. Hay una frase que puede describir su estado de ánimo, “están en ascuas”. Se dan cuenta de que, mientras la verdad reine en la casa de Dios, nunca tendrán la oportunidad de sobresalir, sino que siempre serán coartados, condenados y rechazados por todos, y que, sin importar lo capaces que sean, no les asignarán roles importantes. En consecuencia, la repugnancia que sienten hacia la verdad y hacia Dios se intensifica. Quizá alguien pregunte: “¿Por qué no sintieron repugnancia desde el principio?”. De hecho, la sintieron desde un principio, pero en ese momento todo en la casa de Dios les era desconocido. No se lo imaginaban, pero eso no quiere decir que no sintieran ni repugnancia ni aversión. En realidad, en su esencia-naturaleza sentían aversión por la verdad, pero simplemente no se habían dado cuenta. La esencia-naturaleza de estas personas siente sin lugar a duda aversión por la verdad. ¿Por qué lo afirmo? Porque, por naturaleza, aman la injusticia, la perversidad, el poder, las tendencias malignas, estar al cargo, controlar a los demás y todo este tipo de cosas negativas. A juzgar por estas cosas que aman, decididamente los anticristos sienten aversión por la verdad. Además, en cuanto a aquello por lo que se esfuerzan, lo hacen por el estatus, por lucirse, llevar una aureola sobre su cabeza, ser líderes entre las personas, ser majestuosos y poderosos, por tener prestigio y firmeza donde quiera que hablen y actúen, así como la capacidad para controlar a los demás. Se esfuerzan por todas estas cosas, y esto también es una manifestación de sentir aversión por la verdad. Además, a juzgar por su postura hacia ella, no importa cuánto escuchen, no les servirá de nada. Alguien podría preguntar: “¿Es porque tienen mala memoria?”. No, no es así. Algunos anticristos tienen excelente memoria, son especialmente elocuentes y pueden aplicar y presumir de lo que aprenden de inmediato. Aquellos que carecen de discernimiento podrían entonces pensar que estas personas tienen buen calibre y que el Espíritu Santo obra en ellas. Sin embargo, las personas con discernimiento reconocen al instante que lo que dicen no son más que doctrinas y palabras vacías, que carece de cualquier realidad-verdad y que está destinado a desorientar a la gente. Los anticristos son así: les gusta especialmente predicar sermones altisonantes, comentar teorías espirituales de manera vacía y lanzar un torrente de palabras que, una vez que empieza, no tienen relación con el tema y son inconexas. Muchas personas no pueden entenderlos, y los anticristos dicen: “Este es el lenguaje del tercer cielo; ¿cómo podríais comprenderlo?”. La principal manifestación de la aversión de los anticristos por la verdad se observa en su actitud hacia ella, y, naturalmente, también se manifiesta en su vida cotidiana y en sus actividades, especialmente en la manera en la que desempeñan sus deberes. Muestran diversas manifestaciones. En primer lugar, incluso cuando saben perfectamente que deberían buscar la verdad, nunca lo hacen. En segundo lugar, nunca la practican. Dado que no buscan la verdad, ¿cómo podrían practicarla? Únicamente a través de la búsqueda es posible comprender, y solo la comprensión puede conducir a la práctica; ellos no buscan ni se toman en serio los principios-verdad en lo más mínimo, e incluso los desprecian, sienten aversión por ellos y los ven con hostilidad. En consecuencia, nunca llegan ni siquiera a mencionar la práctica de la verdad e, incluso si en ocasiones comprenden la verdad, no la ponen en práctica. Por ejemplo, cuando les sucede algo y otros les sugieren una buena forma de actuar, puede que objeten: “¿Qué tiene eso de bueno? Si lo hago, ¿no se desaprovecharán mis propias ideas?”. Quizá algunos digan: “La casa de Dios sufrirá pérdidas si hacemos las cosas a tu manera; debemos actuar conforme a los principios”. Ellos responden: “¿Qué principios? ¡Mi forma de hacer las cosas es el principio; lo que sea que yo piense es el principio!”. ¿No es esto no practicar la verdad? (Sí). Otra de sus principales manifestaciones es que nunca leen las palabras de Dios ni participan en devociones espirituales. Algunas personas, cuando tienen mucho trabajo y no encuentran el momento para leer las palabras de Dios, reflexionan en silencio o cantan algunos himnos y, si pasan muchos días sin leer las palabras de Dios, los invade una sensación de vacío. En medio de su trajín, se toman un momento para leer un pasaje y reponerse, y cavilan hasta que pueden sentir la presencia de Dios y sus corazones se estabilizan. Tales personas no están lejos de Dios. En cambio, los anticristos no se sienten afligidos si a lo largo de un día no leen las palabras de Dios. Incluso si dejan de leerlas durante 10 días, no sienten nada. Pueden vivir aun así bastante bien sin leer las palabras de Dios durante un año, e incluso pueden pasar tres años sin leerlas y no sentir nada. No tienen miedo ni sienten un vacío en su corazón, y continúan viviendo tranquilamente. ¡Qué aversión extrema deben sentir por las palabras de Dios! Una persona puede pasar un día sin leerlas si está ocupada, o quizás 10 días por la misma razón. Sin embargo, si alguien es capaz de dejar de leer las palabras de Dios durante un mes y no sentir nada, hay un problema. Si pasa un año sin leerlas, no solo no las anhela, sino que siente aversión por la verdad.
Otra de las manifestaciones de que los anticristos sienten aversión por la verdad es el desprecio que manifiestan hacia Cristo. Ya hemos hablado sobre su desprecio hacia Cristo anteriormente. Entonces, ¿qué ha hecho Cristo para que lo desprecien? ¿Los ha herido o les ha hecho daño? ¿Ha hecho algo contrario a sus deseos? ¿Ha perjudicado alguno de sus intereses? No. Cristo no les guarda ningún rencor personal, y ellos ni siquiera lo han conocido. ¿Cómo es posible que lo desprecien? La raíz está en la esencia de los anticristos de sentir aversión por la verdad. Otra de las manifestaciones de su aversión por la verdad es su desprecio por la realidad de todas las cosas positivas. Esta abarca una amplia gama de cosas, tales como todas las cosas que Dios creó y sus leyes, los diversos seres vivos y las leyes que rigen sus vidas y, fundamentalmente, las diversas leyes que rigen la vida de estos seres vivos llamados humanos. Por ejemplo, los asuntos más cercanos de la vida humana, como el nacimiento, el envejecimiento, la enfermedad y la muerte: las piernas de las personas normales se debilitan con la edad, su salud se deteriora, su vista se torna borrosa, su capacidad de audición disminuye, se les aflojan los dientes y piensan que deben resignarse a la vejez. Dios es soberano sobre todo esto, y nadie puede ir en contra de esta ley natural. Las personas normales son capaces de reconocer y aceptar todas estas cosas. Sin embargo, independientemente de la cantidad de años que una persona viva o del estado de su salud física, algunas cosas no cambian, como la forma en que deben cumplir con su deber, la postura que deben asumir y la actitud que deben adoptar al llevar a cabo su deber. Los anticristos, por su parte, se niegan a doblegarse. Dicen: “¿Quién soy yo? No puedo envejecer. Debo ser diferente a las personas normales en todo momento. ¿Te parezco viejo? Hay ciertas cosas que vosotros no podéis hacer a esta edad, pero yo sí puedo. Puede que vuestras piernas se debiliten a los cincuenta, pero las mías aún son ágiles. ¡Incluso a menudo salto de un tejado a otro!”. Siempre quieren desafiar estas normas generales que Dios decretó, constantemente intentan romperlas y mostrarles a los demás que son distintos, extraordinarios y superiores a las personas corrientes. ¿Por qué lo hacen? Quieren desafiar las palabras de Dios y negar que Sus palabras son la verdad. ¿No es esto una manifestación de la esencia de los anticristos de sentir aversión por la verdad? (Sí). Por otra parte, los anticristos veneran las tendencias malignas y las influencias oscuras, y esto confirma aún más que son enemigos de la verdad. Los anticristos admiran y veneran profundamente el régimen de Satanás y las diversas habilidades, destrezas y acciones de los espíritus malignos de las que hablan las leyendas, así como las tendencias malignas y las influencias oscuras. Creen en ellas de manera inquebrantable, y nunca las ponen en duda. Sus corazones no solo no sienten en absoluto aversión por ellas, sino que las respetan, las veneran y las envidian profundamente. Incluso, en el fondo de su corazón, las siguen de cerca. Muy en su interior, los anticristos tienen este tipo de actitud respecto a estas cosas malignas y oscuras. ¿No significa esto que sienten aversión por la verdad? ¡Absolutamente! ¿Cómo podría alguien que ama estas cosas perversas y oscuras amar la verdad? Estas personas pertenecen a las fuerzas del mal y a la pandilla de Satanás. Por supuesto, creen firmemente en todo lo que esté relacionado con Satanás, y sus corazones están llenos de asco y desprecio por la verdad y las cosas positivas. Aquí daremos más o menos por terminado nuestro resumen sobre el punto relacionado con la aversión por la verdad.
C. Crueldad
Otro aspecto de la esencia-carácter de los anticristos es la crueldad. Es posible reducirlos a una frase: los anticristos son personas malvadas. Cuando tienen estatus, resulta evidente que son anticristos. Cuando no tienen estatus, ¿cómo puedes juzgar si lo son? Debes observar su humanidad. Si su humanidad es malévola, insidiosa e implacable, son anticristos al cien por ciento. Si alguien nunca ha tenido estatus ni ha sido un líder y su humanidad no es buena, ¿cómo puedes determinar si es un anticristo? Tienes que descubrir si su humanidad es implacable y si es una persona malvada. Si es una persona malvada, incluso si no tiene estatus, es un anticristo al cien por ciento. Por lo tanto, otra faceta típica de la esencia-carácter de los anticristos es la crueldad. ¿Es el carácter cruel de los anticristos lo mismo que la crueldad de los leones o los tigres cuando cazan a sus presas? (No). Los carnívoros cazan por hambre; es una necesidad de su organismo y un instinto. Sin embargo, cuando no tienen hambre, no cazan. ¿Qué diferencias existen entre esto y la crueldad de los anticristos? ¿Es cierto que los anticristos no se vuelven feroces si no los provocas, solo cuando los provocan? ¿O que no te controlarán si no los escuchas, pero sí que lo harán si los escuchas? ¿Es verdad que siempre que los escuches no te castigarán, pero sí lo harán si no lo haces? (No). Su crueldad es un carácter, una esencia; es una auténtica esencia satánica. No es un instinto ni una necesidad de la carne, sino una manifestación y una característica del carácter de los anticristos. Así que, ¿cuáles son las manifestaciones, revelaciones y enfoques del carácter cruel de los anticristos? ¿Cuáles de sus acciones reflejan que su carácter es cruel, que tienen la esencia de personas malvadas? Compartid vuestra opinión. (Castigan a otros). (Reprimen y excluyen a quienes son diferentes a ellos). (Incriminan a otros y les tienden trampas). (Controlan y manipulan a las personas). (Crean camarillas y siembran discordia). Crear camarillas y sembrar discordia es un poco insidioso; son las manifestaciones de un carácter perverso, pero no llegan a ser crueldad. Difundir nociones y establecer reinos independientes, ¿son crueldad? (Sí). Resistirse a los arreglos de la obra, perturbar la obra de la casa de Dios, apoderarse de las ofrendas de Dios y oponerse abiertamente a Él, ¿son crueldad? (Sí). Apoderarse de las ofrendas no es solo avaricia; también es una manifestación de un carácter cruel. Que los anticristos puedan apoderarse de las ofrendas refleja un carácter sumamente cruel, igual que el de los bandidos. Repetid los puntos que acabamos de resumir. (Castigan a otros, reprimen y excluyen a quienes son diferentes a ellos, los incriminan y les tienden trampas, controlan y manipulan a las personas, difunden nociones, establecen reinos independientes, se resisten a los arreglos de la obra, atacan a Dios y se apoderan de las ofrendas). Son nueve puntos en total. Estas son, a grandes rasgos, las manifestaciones del carácter cruel de los anticristos. De hecho, existen algunas manifestaciones específicas más, pero son casi idénticas a estas, así que no las enumeraré en detalle. En resumen, aquellos que aplican estos enfoques y estrategias son personas malvadas. En un sentido, sus enfoques son insidiosos. Por ejemplo, incriminar, tender trampas y difundir nociones son todos relativamente insidiosos. Y en otro sentido, sus estrategias son sumamente implacables y feroces, lo que significa que poseen un carácter cruel.
Basándonos en estos tres aspectos de la esencia-carácter de los anticristos, ¿pueden salvarse? (No, no pueden). ¿Están dispuestos a contribuir con su mano de obra en la casa de Dios? (No, no lo están). No persiguen la verdad, no la aman, y sus corazones están llenos de hostilidad hacia Dios y las cosas positivas. Ni siquiera están dispuestos a hacer las cosas más básicas —contribuir con mano de obra y desempeñar bien su deber en la casa de Dios—, es decir, ni siquiera están capacitados para hacer lo que una persona normalmente debe hacer. No solo no pueden hacerlo, sino que, por el contrario, trastornan, perturban y echan a perder el orden normal con el que los hermanos y hermanas cumplen con sus deberes, así como la vida de iglesia normal. Al mismo tiempo, perturban la obra de la casa de Dios, la entrada en la vida normal de las personas y la manera normal en la que Dios obra en ellas. Y eso no es todo; también quieren gobernar y ejercer el poder en la casa de Dios; desean desorientar, atraer y controlar a las personas, establecer sus propios reinos independientes y facciones en Su casa, y convertir por completo a aquellos que siguen a Dios en sus propios seguidores, para llegar a lograr su ambición y deseo de ejercer poder e influencia, de controlar al pueblo escogido de Dios y de montar un espectáculo que rivalice con Dios. Entonces, ¿sirve de algo usar a los anticristos en la casa de Dios? ¿Pueden cumplir alguna función positiva en Su casa? (No). Considerando desde su humanidad hasta sus objetivos, desde sus ambiciones y deseos hasta las sendas que recorren y su actitud hacia la verdad y a Dios, en Su casa tales personas solo pueden cumplir con la función de perturbar, trastornar y echar a perder la obra de Dios. No pueden cumplir ni la más mínima función positiva, porque nunca persiguen la verdad, y en su esencia-naturaleza sienten aversión por ella y están llenos de hostilidad hacia la verdad y hacia Dios. Esta es la esencia de los anticristos.
Por el momento, hemos acabado por completo de hablar sobre las diversas manifestaciones de los anticristos. A través de aquello sobre lo que hemos hablado hoy, ¿sois capaces ahora de discernir a los anticristos? Podemos resumirlo con la más simple de las frases: las personas malvadas son anticristos, y todos los anticristos son personas malvadas. Al plantearlo de esta manera, ¿no os resulta todo mucho más claro? ¿No es ahora más fácil de entender? Durante los últimos dos años, hemos diseccionado constantemente la esencia-naturaleza de los anticristos, y habéis experimentado mucho refinamiento, preocupados por si pudierais ser un anticristo. Ahora, por fin, el resultado sale a la luz. El proceso fue bastante difícil, pero el resultado final es positivo; tenéis el carácter de un anticristo, pero no lo sois. ¿Cómo habéis llegado a comprenderlo? ¿Qué parte de Mis enseñanzas os hizo daros cuenta de ello? (La última vez, a través de la charla de Dios sobre la diferencia entre la calidad humana y la esencia-carácter de los anticristos y la de las demás personas, comenzamos a entenderlo un poco. Las personas que poseen conciencia y razón son capaces de arrepentirse y de cambiar tras hacer el mal, mientras que aquellos que poseen la esencia-carácter de los anticristos permanecen impenitentes a ultranza e, independientemente de cuántas maldades cometan, no sienten nada). Aunque la gente tenga ciertas revelaciones del carácter de los anticristos, son involuntarias y no provienen de su voluntad proactiva. Una vez que las personas descubren estas revelaciones, se sienten inquietas, afligidas, arrepentidas y en deuda, y luego pueden poco a poco corregir su rumbo. Cuando lo comprenden, se sienten mucho más tranquilas y descubren que todavía hay margen para su salvación, y que no son anticristos. Aunque tienen cierta relación con el carácter de los anticristos, afortunadamente, no tienen nada que ver con la esencia-carácter de estos. Siempre y cuando no seas una persona malvada, no eres un anticristo. Ahora bien, ¿significa eso que no tienes el carácter de los anticristos? (No). Cuando ahora digo que todos tienen el carácter de los anticristos, ¿os resistís a ello en vuestros corazones? (No). No os resistís; ahora podéis aceptar este hecho. Resumid las manifestaciones de la esencia-carácter de los anticristos. (Los anticristos sienten aversión por la verdad, la odian y jamás la aceptarán). Esto refleja la esencia; los anticristos nunca aceptarán la verdad; sienten aversión y hostilidad hacia ella. Algunas personas no persiguen la verdad, pero tampoco son hostiles hacia ella, y además piensan que todo lo que Dios dice es correcto y bueno, y la aprecian y quieren perseguirla, pero su calibre es escaso y carecen de una senda. A otros no les interesa la verdad, pero tampoco son hostiles hacia ella; son del tipo de personas tibias. No obstante, los anticristos son diferentes; sienten aversión y hostilidad hacia la verdad. En cuanto se menciona a la verdad o a Dios, sienten odio, y hacerlos aceptar la verdad los hace comportarse de manera anómala, sienten repugnancia en sus corazones y nunca la aceptan; esta es la esencia de los anticristos. ¿Qué más? (Hagan lo que hagan mal, los anticristos son impenitentes a ultranza, y nunca practicarán la verdad). No admiten sus propios errores, jamás se arrepienten y no cambiarán con el paso de muchos años. No admiten que Dios es la verdad, que Sus palabras son la verdad, así que ¿cómo podrían practicar la verdad? Carecen de humanidad, no son humanos, son diablos, satanases y enemigos de Dios, así que no practicarán la verdad en absoluto.
26 de diciembre de 2020