Dios mismo, el único VI
La santidad de Dios (III)
El tema que compartimos la última vez fue la santidad de Dios. ¿A qué aspecto de Dios mismo corresponde Su santidad? ¿Corresponde a la esencia de Dios? (Sí). ¿Cuál es, pues, el aspecto principal de la esencia de Dios que hemos tratado en nuestra comunicación? ¿Es la santidad de Dios? La santidad de Dios es la esencia única de Dios. ¿Cuál fue el contenido principal que compartimos la última vez? (El discernimiento sobre la perversidad de Satanás. Es decir, cómo corrompe Satanás a la humanidad, por medio del conocimiento, la ciencia, la cultura tradicional, la superstición y las tendencias sociales). Este fue el tema principal que discutimos la última vez. Satanás usa el conocimiento, la ciencia, la superstición, la cultura tradicional y las tendencias sociales para corromper al hombre; estas son sus formas de hacerlo. Hay cinco formas en total. ¿Cuál creéis que Satanás usa más para corromper al hombre más profundamente? (La cultura tradicional. Eso se debe a que las filosofías satánicas, como las doctrinas de Confucio y Mencio están enraizadas en lo profundo de nuestra mente). Así que algunos hermanos y hermanas piensan que la respuesta es la “cultura tradicional”. ¿Alguien tiene una respuesta diferente? (El conocimiento. El conocimiento nunca nos permitirá adorar a Dios. Niega la existencia de Dios y Su gobierno. Es decir, Satanás nos dice que comencemos a estudiar a una edad temprana y que solo al estudiar y obtener conocimiento tendremos buenas expectativas para nuestro futuro y un destino feliz). Satanás usa el conocimiento para controlar tu futuro y tu destino, y luego hace de ti lo que quiere; así es como crees que Satanás corrompe más profundamente al hombre. Entonces, la mayoría de vosotros pensáis que Satanás usa el conocimiento para corromper más profundamente al hombre. ¿Alguna otra opinión? ¿Qué hay de la ciencia o de las tendencias sociales, por ejemplo? ¿Alguien daría alguna de ellas como respuesta? (Sí). Hoy volveré a comunicar sobre las cinco formas en las que Satanás corrompe al hombre y, en cuanto termine, os haré algunas preguntas para que veamos con exactitud cuál de estas cosas usa Satanás para corromper más profundamente al hombre.
Cinco vías por las que Satanás corrompe al hombre
a. Satanás corrompe al hombre con el conocimiento y lo controla con la reputación y la ganancia
Entre las cinco formas en que Satanás corrompe al hombre, la primera que mencionamos es el conocimiento, de modo que será nuestro primer tema en la comunicación. Satanás usa el conocimiento como cebo. Escuchad con atención: el conocimiento es solo una especie de cebo. Se insta a las personas a estudiar mucho y mejorarse a sí mismas día tras día, a armarse de conocimiento y tenerlo como arma, y luego usarlo para abrir la puerta a la ciencia; en otras palabras, cuanto más conocimiento obtengas, más comprenderás. Satanás les dice todo esto a las personas; les indica que fomenten ideales nobles mientras adquieren conocimiento, y les instruye para que tengan ambiciones y aspiraciones. Sin que el hombre se dé cuenta, Satanás transmite muchos mensajes como este, haciendo que las personas sientan inconscientemente que esas cosas son correctas o beneficiosas. Sin saberlo, las personas ponen un pie en este camino, guiadas en su avance por sus propios ideales y ambiciones. Paso a paso, sin quererlo, aprenden las maneras en que piensa la gente importante o famosa del conocimiento que Satanás les ha dado. Aprenden, asimismo, algunas cosas de las acciones de personas a las que se considera héroes. ¿Por qué está abogando Satanás para el hombre en los actos de estos héroes? ¿Qué quiere infundir en el hombre? Que el hombre debe ser patriota, tener integridad nacional y ser heroico de espíritu. ¿Qué aprende el hombre de las narraciones históricas o las biografías de personajes heroicos? Aprende a tener un sentido de lealtad personal, a estar preparado para hacer cualquier cosa por los amigos o hermanos. Dentro de este conocimiento de Satanás, el hombre aprende, sin saberlo, muchas cosas que no son en absoluto positivas. En medio de la inconsciencia del hombre, Satanás planta en la mente inmadura de la gente las semillas que tiene preparadas. Estas semillas los hacen sentir que deben ser personas importantes, ser famosos, ser héroes, patriotas, ser personas que aman a sus familias, que harían cualquier cosa por un amigo y que tienen sentido de lealtad personal. Seducidos por Satanás, recorren sin saberlo el camino que él ha preparado para ellos. Al recorrer este camino se ven obligados a aceptar las normas de vida de Satanás. Sin darse cuenta en absoluto, desarrollan sus propias normas por las que vivir, pero estas no son más que las reglas que Satanás ha infundido a la fuerza en ellos. Durante el proceso de aprendizaje, Satanás hace que fomenten sus propios objetivos y determinen sus propias metas en la vida, sus normas de vida y la dirección en su vida, a la vez que inculca en ellos las cosas de Satanás, usando historias, biografías y todos los medios posibles para tentar a las personas poco a poco hasta que muerden el anzuelo. De esta forma, durante el transcurso de su aprendizaje, unos llegan a preferir la literatura, otros la economía, algunos la astronomía o la geografía. Y están aquellos a los que les acaba gustando la política, algunos a los que les gusta la física, otros la química y hasta otros prefieren la teología. Todas estas cosas son partes del todo que es el conocimiento. En vuestro corazón, cada uno de vosotros sabe de qué se tratan en verdad estas cosas; cada uno de vosotros ha tenido contacto con ellas antes. Cada uno de vosotros es capaz de hablar sin parar sobre una u otra rama de conocimiento. Por tanto, queda claro cuán profundamente ha penetrado este conocimiento en las mentes de los hombres, también es fácil de ver la posición que ocupa en sus mentes este conocimiento y el efecto tan profundo que tiene en ellos. Una vez que alguien desarrolla un afecto hacia una faceta del conocimiento, cuando la persona se ha enamorado profundamente de ella, entonces desarrolla ambiciones sin saberlo: algunos quieren ser escritores, otros autores literarios, otros quieren hacer carrera política y otros quieren involucrarse en la economía y convertirse en gente de negocios. Luego hay unas cuantas personas que quieren ser héroes, importantes o famosas. Independientemente del tipo de persona que alguien quiera ser, su objetivo consiste en tomar este método de adquirir conocimiento y usarlo para sus propios fines, para realizar sus propios deseos, sus propias ambiciones. No importa lo bien que suene —si quieren lograr sus sueños, no desperdiciar su vida o tener cierta carrera—, fomentan estos nobles ideales y ambiciones, pero ¿para qué es todo esto esencialmente? ¿Habéis considerado antes esta cuestión? ¿Por qué actúa Satanás de esta manera? ¿Cuál es su propósito al inculcar estas cosas en el hombre? Vuestro corazón debe tener clara esta cuestión.
Ahora, hablemos sobre cómo usa Satanás el conocimiento para corromper al hombre. En primer lugar, necesitamos tener un entendimiento claro de estas cosas: ¿qué quiere darle Satanás al hombre con el conocimiento? ¿A qué tipo de camino quiere arrastrar al hombre? (Al camino de resistirse a Dios). Sí, precisamente eso: resistirse a Dios. Puedes ver que esta es una consecuencia de que las personas obtengan conocimiento: empiezan a resistirse a Dios. ¿Cuáles son, pues, los motivos siniestros de Satanás? No lo tienes claro, ¿verdad? Durante el proceso en que el hombre adquiere el conocimiento, Satanás emplea todo tipo de método, ya sea explicar historias, darle simplemente un poco de conocimiento individual o permitirle satisfacer sus propios deseos o ambiciones. ¿Por qué camino quiere conducirte Satanás? Las personas creen que no hay nada malo en aprender conocimiento, que es completamente natural. Para decirlo de manera que suene bien, fomentar nobles ideales o tener ambiciones es tener motivación, y esta debería ser la senda correcta en la vida. ¿No es una forma más gloriosa de vivir para las personas poder realizar sus propios ideales, establecer una carrera con éxito? Al hacer todas estas cosas, uno no solo puede honrar a los antepasados, sino que también tiene la oportunidad de dejar una marca en la historia, ¿no es una cosa buena? Esto es algo bueno a los ojos de las personas mundanas y para ellas esto debe ser apropiado y positivo. Sin embargo, ¿acaso Satanás, con sus motivos siniestros, no lleva a las personas a este tipo de camino y eso es todo? Por supuesto que no. En realidad, independientemente de lo nobles que sean los ideales del hombre, de lo realistas que sean sus deseos o de lo adecuados que puedan ser, todo lo que el hombre quiere lograr, todo lo que busca está inextricablemente vinculado a dos palabras. Ambas son de vital importancia para la vida de cada persona y son cosas que Satanás pretende infundir en el hombre. ¿Qué dos palabras son? Son “fama” y “ganancia”. Satanás usa un tipo de método muy sutil, un método muy de acuerdo con las nociones de las personas, que no es radical en absoluto, a través del cual hace que las personas acepten sin querer su forma de vivir, sus normas de vida, y para establecer metas y una dirección en la vida, y al actuar así, llegan, sin saberlo, a tener ambiciones en la vida. Independientemente de lo grandes que estas ambiciones parezcan, están inextricablemente vinculadas a la “fama” y la “ganancia”. Todo lo que cualquier persona importante o famosa y, en realidad, todas las personas, siguen en la vida solo se relaciona con estas dos palabras: “fama” y “ganancia”. Las personas piensan que una vez que han obtenido la fama y la ganancia, pueden sacar provecho de ellas para disfrutar de un estatus alto y de una gran riqueza, y disfrutar de la vida. Piensan que la fama y ganancia son un tipo de capital que pueden usar para obtener una vida de búsqueda del placer y disfrute excesivo de la carne. En nombre de esta fama y ganancia que tanto codicia la humanidad, de buena gana, aunque sin saberlo, las personas entregan su cuerpo, su mente, todo lo que tienen, su futuro y su destino a Satanás. Lo hacen sin dudarlo ni un momento, ignorando siempre la necesidad de recuperar todo lo que han entregado. ¿Pueden las personas conservar algún control sobre sí mismas una vez que se han refugiado en Satanás de esta manera y se vuelven leales a él? Desde luego que no. Están total y completamente controladas por Satanás. Se han hundido de un modo completo y total en un cenagal y son incapaces de liberarse a sí mismas. Una vez que alguien está atascado en la fama y la ganancia, deja de buscar lo que es brillante, lo recto o esas cosas que son hermosas y buenas. Esto se debe a que el poder seductor que la fama y la ganancia tienen sobre las personas es demasiado grande; se convierten en cosas que las personas persiguen durante toda su vida, y hasta por toda la eternidad sin fin. ¿No es esto verdad? Algunos dirán que aprender conocimiento no es más que leer libros o aprender unas cuantas cosas que todavía no saben, como para no quedarse atrasados en el tiempo o que el mundo no los deje atrás. El conocimiento solo se aprende para poder poner comida en la mesa, para su propio futuro o para proveer las necesidades básicas. ¿Hay alguien que podría soportar una década de duro estudio solo para las necesidades básicas, para resolver tan solo la cuestión de la comida? No, no hay nadie así. ¿Para qué sufre una persona estas dificultades por todos estos años? Es por la fama y la ganancia. La fama y la ganancia les esperan en la distancia, llamándoles, y creen que solo por su propia diligencia, sus dificultades y su lucha podrán seguir ese camino que les llevará a lograr fama y ganancia. Una persona así debe sufrir estas dificultades por su propia senda futura, para su disfrute futuro y para obtener una vida mejor. ¿Qué diantres es este conocimiento, me lo podéis decir? ¿No es las reglas y filosofías de vida que Satanás infunde en el hombre, como “Ama al partido, ama al país y ama tu religión” y “El hombre sabio se somete a las circunstancias”? ¿Acaso no son los “ideales elevados” de la vida que Satanás infunde en el hombre? Tomad, por ejemplo, las ideales de grandes personas, la integridad de los famosos o el valiente espíritu de personajes heroicos, o la caballerosidad y la amabilidad de los protagonistas y los espadachines de las novelas de artes marciales, ¿no son estas todas las maneras en las que Satanás infunde estos ideales? Estas ideas influyen a una generación tras otra, y las personas en cada generación son llevadas a aceptarlas. Luchan constantemente en la búsqueda de “ideales elevados” por los que incluso sacrificarán su vida. Este es el medio y el enfoque a través de los cuales Satanás utiliza el conocimiento para corromper a las personas. Así pues, una vez que Satanás conduce a las personas hacia esta senda, ¿son ellas capaces de someterse y adorar a Dios? ¿Y son capaces de aceptar Sus palabras y buscar la verdad? Por supuesto que no, porque Satanás las ha extraviado. Veamos nuevamente el conocimiento, los pensamientos y las opiniones que Satanás infunde en la gente: ¿estas cosas contienen las verdades de la sumisión a Dios y la adoración de Dios? ¿Están presentes las verdades de temer a Dios y apartarse del mal? ¿Están las palabras de Dios? ¿Hay algo en ellos que se relacione con la verdad? En absoluto, tales cosas están totalmente ausentes. ¿Podéis estar seguros de que las cosas que Satanás infunde en las personas no contienen nada de verdad? No os atrevéis, pero no importa. Siempre y cuando reconozcas que “fama” y “ganancia” son las dos palabras clave que Satanás usa para atraer a la gente a entrar en la senda de la perversidad, entonces eso es suficiente.
Recapitulemos brevemente lo que hemos tratado hasta ahora: ¿qué usa Satanás para mantener al hombre firmemente bajo su control? (La fama y la ganancia). De modo que Satanás usa fama y ganancia para controlar los pensamientos del hombre hasta que todas las personas solo puedan pensar en ellas. Por la fama y la ganancia luchan, sufren dificultades, soportan humillación, y sacrifican todo lo que tienen, y harán cualquier juicio o decisión en nombre de la fama y la ganancia. De esta forma, Satanás ata a las personas con cadenas invisibles y no tienen la fuerza ni el valor de deshacerse de ellas. Sin saberlo, llevan estas cadenas y siempre avanzan con gran dificultad. En aras de esta fama y ganancia, la humanidad evita a Dios y le traiciona, y se vuelve más y más perversa. De esta forma, entonces, se destruye una generación tras otra en medio de la fama y la ganancia de Satanás. Consideremos ahora las acciones de Satanás, ¿no son sus siniestros motivos completamente detestables? Tal vez hoy no podáis calar todavía sus motivos siniestros, porque pensáis que uno no puede vivir sin fama y ganancia. Creéis que, si las personas dejan atrás la fama y la ganancia, ya no serán capaces de ver el camino que tienen por delante ni sus metas, que su futuro se volverá oscuro, tenue y sombrío. Sin embargo, poco a poco, todos reconoceréis un día que la fama y la ganancia son grilletes monstruosos que Satanás usa para atar al hombre. Cuando llegue ese día, te resistirás por completo al control de Satanás y a los grilletes que Satanás usa para atarte. Cuando llegue el momento en que desees deshacerte de todas las cosas que Satanás ha inculcado en ti, romperás definitivamente con Satanás y detestarás verdaderamente todo lo que él te ha traído. Sólo entonces la humanidad sentirá verdadero amor y anhelo por Dios.
b. Satanás corrompe al hombre con la ciencia
Acabamos de hablar sobre cómo usa Satanás el conocimiento para corromper al hombre, de modo que a continuación enseñaremos cómo usa la ciencia para corromper al hombre. Primeramente, Satanás usa el nombre de la ciencia para satisfacer la curiosidad del hombre, su deseo de explorar la ciencia y sondear los misterios. Satanás satisface, en nombre de la ciencia, las necesidades materiales del hombre y su exigencia de mejorar continuamente su calidad de vida. Así que, con este pretexto, Satanás usa la ciencia para corromper al hombre. ¿Es el pensamiento del hombre o su mente lo único que Satanás corrompe al usar la ciencia de esa forma? Entre las personas, los eventos y las cosas de nuestro entorno que podemos ver y con los que entramos en contacto, ¿qué otras de estas cosas corrompe Satanás con la ciencia? (El entorno natural). Correcto. Parece que se os ha dañado profundamente con esto, y que estáis afectados en lo más hondo. Aparte de usar los diversos descubrimientos y las conclusiones de la ciencia para desorientar al hombre, Satanás también se sirve de ella para llevar a cabo una destrucción y explotación desenfrenadas del entorno vital que Dios le concedió al ser humano. Lo realiza bajo el pretexto de que, si el hombre lleva a cabo una investigación científica, entonces su entorno vital y su calidad de vida mejorará cada vez más y, además, que el objetivo del desarrollo científico es atender las crecientes necesidades materiales diarias de la gente y su necesidad de continuar mejorando su calidad de vida. Esta es la base teórica del desarrollo de la ciencia por parte de Satanás. Sin embargo, ¿qué ha traído la ciencia a la humanidad? ¿Acaso no se ha contaminado nuestro entorno vital y el de toda la humanidad? ¿No se han contaminado el aire que el hombre respira y el agua que bebemos? ¿Los alimentos que consumimos siguen siendo orgánicos y naturales? La mayoría de los cereales y vegetales están genéticamente modificados, fueron cultivados con fertilizantes, y algunos son variantes creadas mediante la ciencia. Los vegetales y las frutas que comemos ya no son naturales. Incluso los huevos naturales ya no son fáciles de encontrar y los huevos ya no saben como solían, ya que han sido procesados por la pretendida ciencia de Satanás. Si contemplamos la situación en sentido amplio, toda la atmósfera ha sido destruida y contaminada; los montes, los lagos, los bosques, los ríos, los océanos y todo, encima y debajo de la tierra, se ha estropeado con los supuestos logros científicos. En resumen, todo el entorno natural, el entorno vital concedido a la humanidad por Dios, ha sido destruido y estropeado por la supuesta ciencia. Aunque muchas personas han logrado lo que siempre esperaron en términos de la calidad de vida que buscan, y han satisfecho sus deseos y su carne, el entorno en el que vive el hombre ha sido esencialmente destruido y arruinado por los diversos “logros” producidos por la ciencia. Ahora ya no tenemos derecho a respirar una sola bocanada de aire fresco. ¿No es este el pesar de la humanidad? ¿Queda para el hombre alguna alegría que mencionar cuando debe vivir en este tipo de espacio? Este espacio y ambiente vital en el que habita el hombre, desde el principio mismo, fue creado por Dios para el hombre. El agua que las personas beben, el aire que respiran, los distintos alimentos que comen, así como las plantas y los seres vivos, e incluso las montañas, los lagos y los océanos, cada parte de este entorno vital fue concedido por Dios al hombre; es natural y opera según la ley natural establecida por Él. Sin la ciencia, la gente aún seguiría los métodos que le otorgó Dios, sería capaz de disfrutar de todo lo que es prístino y natural, y sería feliz. Sin embargo, Satanás lo ha destruido y estropeado todo ahora; el espacio vital fundamental del hombre ya no está impoluto. Pero nadie es capaz de reconocer qué causó esto o cómo se produjo; y muchas más personas abordan la ciencia y la comprenden a través de las ideas que Satanás ha infundido en ellas. ¿No es esto completamente detestable y lastimoso? Habiendo tomado Satanás ahora el espacio en el que existe la gente, así como su entorno vital, y habiéndolos corrompido hasta dejarlos en este estado, y con la humanidad que sigue desarrollándose de esta forma, ¿hay alguna necesidad de que Dios destruya personalmente a esta gente? Si la gente sigue desarrollándose de esta forma, ¿qué dirección tomará? (Será exterminada). ¿Cómo será exterminada? Además de la avariciosa búsqueda de la gente de la fama y la ganancia, continuamente llevan a cabo exploraciones científicas y se meten de lleno en la investigación y luego actúan de tal manera que satisfacen sin cesar sus propias necesidades materiales y deseos; ¿cuáles son, pues, las consecuencias para el hombre? En primer lugar, el equilibrio ecológico se ha roto y, cuando esto sucede, los cuerpos de las personas, sus órganos internos, se dañan y se manchan por este ambiente desequilibrado y diversas enfermedades infecciosas y plagas se extienden por todo el mundo. ¿No es cierto que esta es ahora una situación sobre la que el hombre no tiene control alguno? Ahora que entendéis esto, si la humanidad no sigue a Dios, sino a Satanás de esta forma —usando el conocimiento para enriquecerse continuamente, utilizando la ciencia para explorar sin cesar el futuro de la vida humana, sirviéndose de este tipo de métodos para seguir viviendo— ¿podéis reconocer cómo acabará esto para la humanidad? Esta se volverá naturalmente extinta; paso a paso, la humanidad avanza hacia la destrucción, ¡hacia su propia destrucción! ¿Acaso no produce su propia destrucción? ¿Y no es eso consecuencia del progreso científico? Ahora parece que la ciencia es una especie de poción mágica que Satanás ha preparado para el hombre, de modo que cuando intentáis discernir las cosas lo hacéis en medio de una neblina brumosa; no importa cuánto te empeñes en mirar, no puedes ver las cosas con claridad y, por mucho que lo intentes, no puedes entenderlo. Sin embargo, Satanás usa el nombre de la ciencia para despertar tu apetito y llevarte de las narices, para llevarte un paso tras otro hacia el abismo y la muerte. Y siendo esto así, la gente verá claramente que, en realidad, la destrucción del hombre está causada por la mano de Satanás: él es el cabecilla. ¿No es esto así? (Sí, lo es). Esta es la segunda manera en la que Satanás corrompe a la humanidad.
c. Satanás corrompe al hombre con la cultura tradicional
La cultura tradicional es la tercera manera que en que Satanás corrompe al hombre. Existen muchas similitudes entre la cultura tradicional y la superstición, pero la diferencia es que la cultura tradicional tiene ciertas historias, alusiones y fuentes. Satanás ha fabricado e inventado muchas historias populares o historias que aparecen en los libros de historia, lo que causa en las personas impresiones profundas de cultura tradicional o figuras supersticiosas. Por ejemplo, en China están “Los ocho inmortales cruzan el mar”; “Viaje a occidente”; “El emperador de jade”; “Nezha vence al rey dragón” y “Las investiduras de los dioses”, ¿No se han arraigado profundamente en la mente del hombre? Aunque algunos de vosotros no conozcan todos los detalles, sí conocéis las historias generales y es este contenido general lo que se te queda en el corazón y en la mente, de manera que no puedes olvidarlas. Estas son diversas ideas o leyendas que Satanás preparó para el hombre hace mucho tiempo, y que se han diseminado en distintos momentos. Estas cosas perjudican directamente y minan el alma de los seres humanos y ponen a estos bajo un hechizo tras otro. Es decir que una vez que has aceptado esa cultura tradicional, esas historias o cosas supersticiosas, una vez que se establecen en tu mente y una vez que se adhieren a tu corazón, entonces es como si estuvieras bajo un hechizo: quedas enredado e influenciado por estas trampas culturales, estas ideas e historias tradicionales. Influyen en tu vida, en tu perspectiva sobre la vida, y en tu juicio de las cosas. Aún más, influyen en tu búsqueda de la senda verdadera de la vida: esto es, de hecho, un hechizo malvado. Por mucho que intentes no puedes sacudírtelas; las cortas, pero no puedes derribarlas; las golpeas, pero no puedes derruirlas. Además, después de que la gente está bajo este tipo de hechizo, sin saberlo, empieza a adorar a Satanás sin saberlo, a promover la imagen de Satanás en su corazón. En otras palabras, lo establecen como su ídolo, un objeto de adoración y admiración, hasta el punto de considerarlo como Dios. Inconscientemente, estas cosas están en el corazón de las personas, y controlan sus palabras y sus hechos. Además, primero consideras que estas historias y leyendas son falsas, pero luego, sin saberlo, reconoces su existencia, y las conviertes en figuras y objetos reales, existentes. También de forma inconsciente, recibes estas ideas y la existencia de estas cosas en tu subconsciente. De este mismo modo también recibes a los diablos, a Satanás y a los ídolos en tu casa y en tu propio corazón, esto es ciertamente un hechizo. ¿Resuenan estas palabras en vosotros? (Sí). ¿Hay alguien entre vosotros que haya quemado incienso y adorado a Buda? (Sí). ¿Cuál era, pues, el propósito de esto? (Orar por la paz). Al pensar ahora en ello, ¿no es absurdo orar a Satanás para pedir la paz? ¿Acaso trae él paz? (No). ¿No veis lo ignorantes que erais en ese tiempo? Ese tipo de comportamiento es absurdo, ignorante e ingenuo, ¿no es así? A Satanás solo le importa cómo corromperte. Satanás no puede proporcionarte paz en absoluto; sólo puede darte un respiro temporal. Sin embargo, para ganar este respiro debes hacer un voto y, si rompes tu promesa o el voto que le has hecho a Satanás, verás cómo te atormenta. Al obligarte a hacer un voto, en realidad quiere controlarte. Cuando orasteis pidiendo paz, ¿la obtuvisteis? (No). No lograsteis la paz, sino al contrario, vuestros esfuerzos os trajeron infortunio y desastres sin fin: ciertamente un océano ilimitado de amargura. La paz no está dentro del poder de Satanás, y esta es la verdad. Esta es la consecuencia que la superstición feudal y la cultura tradicional han traído a la humanidad.
d. Satanás corrompe al hombre con las tendencias sociales
La última manera en que Satanás corrompe y controla al hombre es a través de las tendencias sociales. Las tendencias sociales abarcan muchos aspectos, incluidas distintas áreas como la adoración de personalidades grandes y famosas, así como de ídolos del cine y la música, la adoración de celebridades, juegos en línea, etcétera; todo esto es parte de las tendencias sociales, y no hay necesidad de ahondar en detalles al respecto. Solo hablaremos de las ideas que las tendencias sociales producen en las personas, la forma en que las hacen comportarse en el mundo, y las metas y la perspectiva de vida que generan en los seres humanos. Son muy importantes; pueden controlar e influenciar los pensamientos y las opiniones de la gente. Estas tendencias surgen una tras otra y todas ellas conllevan una influencia malvada que degenera continuamente a la humanidad, provoca que las personas pierdan conciencia, humanidad y razón, rebaja su moral y su calidad de personalidad cada vez más, hasta el punto de que se puede incluso afirmar que la mayoría de las personas no tienen ahora personalidad ni humanidad, ni conciencia, ni mucho menos razón. ¿Cuáles son, pues, esas tendencias sociales? No las puedes ver a simple vista. Cuando sopla el viento de una tendencia en el mundo, tal vez solo un pequeño número de personas estarán a la vanguardia, serán los que marquen la tendencia. Empiezan a hacer este tipo de cosas, luego aceptan este tipo de idea o este tipo de perspectiva. La mayoría de las personas, sin embargo, en medio de su inconsciencia seguirán estando continuamente infectadas, atraídas y asimiladas por esta tendencia de forma inconsciente, hasta que la aceptan sin darse cuenta y de forma involuntaria, y todos quedan sumergidos en ella y son controlados por ella. Una tras otra, esas tendencias hacen que las personas, que no tienen un cuerpo y una mente sanos, que no saben qué es la verdad y no pueden distinguir entre cosas positivas y negativas, las acepten felizmente, así como los puntos de vista sobre la vida y los valores que provienen de Satanás. Aceptan lo que este les dice sobre cómo plantearse la vida y la forma de vivir que Satanás les “concede”, y no tienen la fuerza ni la capacidad, y, mucho menos, la conciencia para resistirse. Así pues, ¿cómo reconocer tales tendencias? He escogido un ejemplo simple para que podáis entenderlo poco a poco. Por ejemplo, en el pasado, las personas dirigían sus negocios de modo tal que no se engañaba a nadie, vendían los artículos al mismo precio, independientemente de quién comprara. ¿No se transmite aquí un indicio de buena conciencia y humanidad? Cuando las personas obraban así, de buena fe al dirigir su negocio, se puede ver que seguían teniendo cierta conciencia y humanidad en ese tiempo. Pero con la exigencia creciente del hombre de tener más dinero, sin darse cuenta, las personas llegaron a amar cada vez más el dinero, la ganancia y el placer. ¿Las personas no priorizan el dinero más que antes? Cuando ellas ven el dinero como algo muy importante, inconscientemente descuidan su reputación, su renombre, su prestigio y personalidad; ¿no es así? Cuando te metes en negocios, ves a otras personas enriquecerse a partir de embaucar a los demás. Aunque el dinero ganado es deshonesto, cada vez son más y más ricos. Ver todo de lo que disfruta su familia te molesta: “Ambos hacemos negocios, pero él se enriqueció. ¿Por qué yo no puedo hacer mucho dinero? Esto no puede ser, debo encontrar la manera de ganar más dinero”. Después de eso, no piensas más que en cómo hacer una fortuna. Una vez que has abandonado la idea de que “el dinero debe ganarse con conciencia, sin engañar a nadie”, entonces, impulsado por tus propios intereses, tu forma de pensar cambia gradualmente, al igual que los principios que rigen tus acciones. Cuando engañas a alguien por primera vez, sientes el reproche de tu conciencia y tu corazón te dice: “Hecho esto, esta es la última vez que engaño a alguien. ¡Engañar siempre a la gente tendrá su retribución!”. Esta es la función de la conciencia del hombre: hacer que tengas escrúpulos y te reproches, de manera que cuando obres así, lo sientas poco natural. Sin embargo, después de haber tenido éxito engañando a alguien, ves que ahora tienes más dinero que antes y crees que este método puede resultarte muy beneficioso. A pesar del apagado dolor en tu corazón, todavía te apetece felicitarte por tu éxito, y te sientes algo contento contigo mismo. Por primera vez apruebas tu propia conducta y tu propio engaño. Una vez que el hombre ha sido contaminado por este engaño, es lo mismo que aquel que se involucra en el juego y después se convierte en jugador. Sin darte cuenta, apruebas tu propia conducta engañosa y la aceptas. En tu inconciencia, consideras que el engaño es una conducta comercial legítima y el medio más útil para tu supervivencia y tu sustento; piensas que, al hacer esto, puedes hacer una fortuna rápidamente. Esto es un proceso: al principio, las personas no pueden aceptar este tipo de comportamiento y menosprecian esta conducta. Después empiezan a experimentar con esta conducta probándola a su manera, y su corazón empieza a transformarse poco a poco. ¿Qué tipo de transformación es esta? Es una aprobación y la admisión de esta tendencia, de esta idea infundida en ti por la tendencia social. Sin darte cuenta llegas a sentir que si no engañas a las personas al hacer negocios con ellas, estarás peor; sientes que, si no engañas a las personas, es como si hubieras perdido algo. Inconscientemente, este engaño se convierte en tu alma misma, en tu pilar, y en un tipo de comportamiento indispensable que es un principio en tu vida. Después de que el hombre ha aceptado esta conducta y este pensamiento, ¿no causa esto un cambio en su corazón? Tu corazón ha cambiado, ¿ha cambiado, pues, tu integridad también? ¿Ha cambiado tu humanidad? ¿Ha cambiado tu conciencia? Todo tu ser, desde tu corazón hasta tus pensamientos, desde el interior hasta el exterior, todo se ha transformado, y es un cambio cualitativo. Este cambio te lleva cada vez más y más lejos de Dios y te alineas más y más con Satanás, y eres más y más semejante a él, con lo cual la corrupción de Satanás te convierte en un demonio.
Al ver este tipo de tendencias sociales, ¿dirías que tienen gran influencia sobre las personas? ¿Tienen un efecto profundamente perjudicial en ellas? Tienen un efecto muy profundamente dañino en las personas. ¿Para corromper qué aspectos del hombre utiliza Satanás cada una de estas tendencias? Satanás principalmente corrompe la conciencia, la razón, la humanidad, la moral y las perspectivas vitales del hombre. ¿Y estas tendencias sociales no degradan y corrompen poco a poco a la gente? Satanás usa estas tendencias sociales para atraer a las personas, paso a paso, hasta que entran en un nido de diablos, para que aquellos que se enreden en las tendencias sociales aboguen, inconscientemente, por el dinero y los deseos materiales, la maldad y la violencia. Una vez que estas cosas han entrado en el corazón del hombre, ¿en qué se convierte este? ¡El hombre se convierte en un diablo y en Satanás! ¿Por qué? Porque ¿qué inclinación psicológica existe en el corazón del hombre? ¿Qué adora el hombre? Empieza a complacerse en la maldad y la violencia, sin mostrar placer por la belleza, la bondad, y mucho menos la paz. Las personas no están dispuestas a vivir la vida sencilla de la humanidad normal, sino que en su lugar desean disfrutar de un alto estatus y de gran riqueza, gozar de los placeres de la carne, no escatimar esfuerzo alguno para satisfacer su propia carne, sin restricciones, sin lazos que las retengan; en otras palabras, de hacer cualquier cosa que deseen. Por tanto, cuando el hombre está inmerso en estas clases de tendencias, ¿puede el conocimiento que has aprendido ayudarte a liberarte? ¿Puede tu conocimiento de la cultura tradicional y las supersticiones ayudarte a escapar de este nefasto dilema? ¿Pueden la moral y las ceremonias tradicionales que el hombre conoce ayudar a la gente a ejercer control? Tomemos como ejemplo las Analectas y el Dào Dé Jīng. ¿Pueden ayudar a que las personas saquen los pies del lodazal de estas tendencias malignas? De ningún modo. Por tanto, el hombre se vuelve cada vez más perverso, arrogante, condescendiente, egoísta, y malicioso. Ya no hay afecto entre las personas ni amor entre los miembros de la familia, y ya no hay ningún tipo de comprensión entre parientes y amigos; las relaciones humanas están caracterizadas por la violencia. Cada persona busca usar métodos violentos para vivir en medio de sus congéneres; se apoderan del pan diario con violencia y ganan posiciones y obtienen beneficios usando violencia, y usan medios violentos y perversos para hacer todo lo que quieren. ¿No es terrorífica esta humanidad? Sí que lo es, muchísimo. No solo crucificaron a Dios, sino que masacrarían a todos los que lo siguen, porque el hombre es demasiado perverso. Después de oír todas estas cosas de las que acabo de hablar, ¿no pensáis que es aterrador vivir en este entorno, en este mundo y en medio de este tipo de personas, entre las cuales Satanás corrompe a la humanidad? (Sí). Entonces, ¿habéis sentido alguna vez que sois patéticos? Debéis sentirlo un poco en este momento ¿no? (Sí). Al escuchar vuestro tono, parece como si estuvierais pensando, “Satanás ha usado tantos modos diferentes para corromper al hombre. Aprovecha cada oportunidad y está en todos los lugares a los que acudimos. ¿Puede el hombre ser salvo aún?”. ¿Puede el hombre ser salvo aún? ¿Puede el hombre salvarse a sí mismo? (No). ¿Puede el Emperador de jade salvar al hombre? ¿Puede Confucio salvar al hombre? ¿Puede la Guanyin Bodhisattva salvar al hombre? (No). ¿Quién puede, pues, salvar al hombre? (Dios). Algunas personas, sin embargo, albergarán en su corazón preguntas como: “Satanás nos perjudica de un modo tan salvaje, tan frenético que no tenemos esperanza de vivir la vida ni confianza en vivir la vida. Todos vivimos en medio de la corrupción, y cada persona se resiste a Dios de todos modos, y ahora nuestro corazón se ha hundido hasta el fondo. Entonces, mientras Satanás está corrompiéndonos, ¿dónde está Dios? ¿Qué está haciendo Dios? ¡Haga Dios lo que haga por nosotros, nunca lo sentimos!”. Algunas personas se sienten inevitablemente abatidas y algo desalentadas. Para vosotros, este sentimiento es muy profundo, porque todo lo que he estado diciendo ha permitido que las personas lleguen lentamente a entender, a sentir más y más que no tienen esperanza, que han sido abandonados por Dios. Pero no os preocupéis. Nuestro tema de enseñanza para hoy, “la perversidad de Satanás”, no es nuestro tema real. Para hablar de la esencia de la santidad de Dios, sin embargo, debemos discutir primero sobre cómo corrompe Satanás al hombre y su perversidad para dejar más claro en qué clase de condición está ahora la humanidad. Un objetivo de hablar sobre esto es permitir a las personas que conozcan la perversidad de Satanás, mientras que el otro es permitirles entender con mayor profundidad qué es la verdadera santidad.
¿No he hablado en mayor detalle sobre estas cosas que acabamos de discutir comparado con la, última vez? ¿Es vuestro entendimiento un poco más profundo? (Sí). Sé que muchos esperan ahora que Yo diga qué es con exactitud la santidad de Dios, pero al hablar de la santidad de Dios, primero hablaré de las acciones de Dios. Todos debéis escuchar con atención. Después os preguntaré qué es exactamente la santidad de Dios. No os lo diré de un modo directo, sino que os dejaré averiguarlo, os daré espacio para ello. ¿Qué os parece este método? (Parece bueno). Escuchad, pues, con cuidado mientras continúo.
Entender la santidad de Dios por lo que Él hace en el hombre
Siempre que Satanás corrompe al hombre o le inflige un daño desenfrenado, Dios no se queda ahí ocioso ni tampoco se echa a un lado, ni hace la vista gorda con aquellos que Él ha elegido. Dios entiende con toda claridad todo lo que Satanás hace. Independientemente de lo que haga Satanás, de la tendencia que haga surgir, Dios sabe todo lo que él está intentando hacer y no abandona a Sus elegidos. En cambio, sin llamar la atención, en secreto, silenciosamente, Dios hace todo lo necesario. Cuando Dios empieza a obrar en alguien, cuando ha escogido a alguien, no proclama esta noticia a nadie ni tampoco a Satanás, y mucho menos hace gestos grandilocuentes. Él hace lo necesario muy callado y de forma muy natural. En primer lugar, selecciona una familia para ti; tus antecedentes familiares, tus padres, tus ancestros, todo esto Dios lo decide por adelantado. En otras palabras, Dios no toma estas decisiones por antojo, sino más bien empezó esta obra hace mucho. Una vez que Dios ha escogido una familia para ti, también elige entonces la fecha en la que nacerás. Luego Dios te observa mientras naces y llegas al mundo llorando, contempla tu nacimiento, te ve cuando pronuncias tus primeras palabras, cuando tropiezas y das tus primeros pasos, cuando aprendes a caminar. Primero das un paso, y después otro; y ahora puedes correr, saltar, hablar y expresar tus sentimientos… A medida que las personas crecen, la mirada de Satanás está fija en cada una de ellas, como el tigre que observa detenidamente a su presa. Sin embargo, al hacer Su obra, Dios nunca ha estado sujeto a ninguna limitación procedente de personas, sucesos o cosas, de espacio ni de tiempo; hace lo que debería y lo que debe. Durante tu crecimiento, tal vez te encuentres con muchas cosas que no te gustan, como enfermedades y frustración. Sin embargo, al caminar por esta senda, tu vida y tu futuro están estrictamente bajo el cuidado de Dios. Él te proporciona una garantía genuina que te durará toda la vida, porque está justo a tu lado, protegiéndote y cuidándote. Tú, sin saberlo, vas creciendo. Empiezas a entrar en contacto con cosas nuevas y empiezas a conocer este mundo y a esta humanidad. Todo es fresco y nuevo para ti. Hay cosas que te gusta hacer. Vives en tu propia humanidad, en tu propio espacio y no tienes ni la más mínima percepción sobre la existencia de Dios. Sin embargo, Él te observa en cada paso del camino mientras maduras, y te observa en cada paso que das hacia adelante. Incluso cuando estás aprendiendo conocimiento o estudiando ciencia, Dios no se ha apartado de tu lado nunca, ni un solo paso. En esto eres exactamente igual a otras personas, en el transcurso de conocer el mundo e involucrarte en él, has establecido tus propios ideales, tienes tus propios pasatiempos, tus propios intereses y albergas nobles ambiciones. Con frecuencia meditas sobre tu propio futuro, y a menudo haces bosquejos de cómo debería verse tu futuro. Pero, independientemente de lo que suceda a lo largo del camino, Dios lo ve suceder todo con claridad. Tal vez tú mismo hayas olvidado tu propio pasado, pero para Dios, no hay quien pueda entenderte mejor que Él. Vives bajo la mirada de Dios, creciendo, madurando. Durante este periodo, la tarea más importante de Dios es algo que nadie percibe jamás, algo que nadie sabe. Ciertamente, Dios no se lo cuenta a nadie. Entonces, ¿qué es esto tan crucial? Se puede afirmar que es la garantía de que Dios salvará a la persona. Esto significa que si Dios quiere salvarla, debe hacerlo. Esta tarea es vitalmente importante tanto para el hombre como para Dios. ¿Sabéis qué es esto? Parecería que no tuvierais ningún sentimiento al respecto ni ningún concepto de ello, así que os lo diré. Desde el momento en que naciste, hasta el momento presente, Dios ha llevado a cabo mucha obra en ti, pero no te rinde cuentas de forma detallada de cada cosa que ha hecho. Dios no te ha permitido saberlo ni te lo ha dicho. Sin embargo, para la humanidad, todo lo que Él hace es importante. En lo que concierne a Dios, es algo que debe hacer. En Su corazón hay algo importante que necesita hacer y que sobrepasa por mucho a cualquiera de estas cosas. Pues es que, desde el momento en que nace una persona hasta el día de hoy, Dios debe garantizar su seguridad. Cuando escucháis estas palabras, podéis sentiros como si no entendierais por completo. Quizás os preguntéis: “¿Es tan importante esta seguridad?”. ¿Cuál es, pues, el significado literal de “seguridad”? Tal vez entendáis que significa paz o que nunca experimentaréis desastres o calamidades, que viviréis bien, que llevaréis una vida normal. Pero en vuestro corazón, debéis saber que no es tan simple. ¿Qué es exactamente esto de lo que os he estado hablando, que Dios tiene que hacer, entonces? ¿Qué significa seguridad para Dios? ¿Es realmente una garantía del significado normal de “seguridad”? No. Entonces, ¿qué es esto que Dios hace? Esta “seguridad” significa que no serás devorado por Satanás. ¿Es esto importante? No ser devorado por Satanás, ¿tiene que ver con tu seguridad o no? Sí, esto tiene que ver con tu seguridad personal, y no puede haber nada más importante. Una vez que has sido devorado por Satanás, tu alma y tu carne ya no le pertenecen a Dios. Él ya no te salvará. Dios abandona a las almas y a las personas que han sido devoradas por Satanás. Por tanto, afirmo que lo más importante que Dios tiene que hacer es garantizar esta seguridad tuya, garantizar que no seas devorado por Satanás. Esto es muy importante, ¿no es así? ¿Por qué no podéis, pues, responder? ¡Parecería que no sois capaces de sentir la gran bondad de Dios!
Dios hace mucho más aparte de garantizar la seguridad de las personas, y que no sean devoradas por Satanás. También realiza mucha obra de preparación antes de escoger a alguien y salvarle. En primer lugar, Dios hace preparativos meticulosos en cuanto al tipo de temperamento que tendrás, en qué clase de familia nacerás, quiénes serán tus padres, cuántos hermanos y hermanas tendrás, y cuál será la situación, el estatus económico y las condiciones de la familia en la que naces. ¿Sabéis en qué tipo de familia nacen en su mayoría los escogidos de Dios? ¿Son familias prominentes? No podemos afirmar con seguridad que no haya ninguna así, que hayan nacido en familias prominentes. Quizás algunas lo sean, pero son muy pocas. ¿Nacen en familias de excepcional riqueza, en familias de billonarios o multimillonarios? No, casi nunca nacen en esta clase de familia. Entonces, ¿qué clase de familia dispone Dios la mayoría de las veces para estas personas? (Familias corrientes). ¿Y qué familias pueden considerarse “familias corrientes”? Incluyen familias de trabajadores; es decir, familias que dependen de su salario para sobrevivir, que pueden solventar las necesidades básicas y no son demasiado acaudaladas; también incluyen familias de campesinos. Los campesinos dependen de plantar cultivos para sus alimentos, para tener granos para comer y ropa para vestir, y no pasar hambre ni frío. Y también hay algunas familias que dirigen pequeños comercios, y algunas en las que los padres son intelectuales y, estas también pueden ser consideradas familias ordinarias. Además, hay algunos padres que son empleados de oficina u oficiales menores del gobierno, que tampoco pueden considerarse como pertenecientes a familias destacadas. La mayoría ha nacido en familias corrientes, y todo esto lo ha dispuesto Dios. Es decir que, antes que nada, este entorno en el que vives no es la familia de medios sustanciales que la gente pueda imaginar y esta es la familia que Dios ha decidido para ti, y la mayoría de las personas vivirán dentro de los límites de este tipo de familia. ¿Qué hay, pues, del estatus social? Las condiciones económicas de la mayoría de los padres son promedio y no poseen un alto estatus social, para ellos, basta con tener un trabajo. ¿Incluyen gobernadores? ¿O presidentes nacionales? No, ¿verdad? Como mucho, son personas que dirigen pequeños negocios o propietarios de pequeñas empresas. Su estatus social es regular y sus condiciones económicas son promedio. Otro factor es el entorno de la vida familiar. Primero que nada, no hay padres entre estas familias que pudieran tener una clara influencia sobre sus hijos con respecto a caminar por la senda de la adivinación y de los videntes; hay muy pocos que se involucren en estas cosas. La mayoría de los progenitores son bastante normales. Al mismo tiempo en que Dios escoge a las personas, establece este tipo de entorno para para ellas, que es sumamente beneficioso para Su obra de salvar a las personas. En la superficie, parece que Dios no haya hecho nada particularmente trascendental para el hombre; simplemente hace todas las cosas que Él hace en silencio y secreto, con humildad y en silencio. Sin embargo, en realidad, todo lo que Dios hace, lo hace para establecer los cimientos para tu salvación, para preparar el camino que tienes por delante y adecuar todas las condiciones necesarias para tu salvación. A continuación, Dios lleva a cada persona de nuevo delante de Él, a cada una en un momento específico: es entonces que oyes la voz de Dios; es entonces que vas delante de Él. Cuando esto ocurre, algunos ya se han convertido en padres mientras que otros son todavía hijos de alguien. En otras palabras, algunas personas se han casado y han tenido hijos, mientras que otras siguen solteras sin haber iniciado todavía su propia familia. Pero independientemente de la situación personal, Dios ya ha establecido los momentos en que serás escogido y cuándo te alcanzarán Su evangelio y Sus palabras. Dios ha dispuesto las circunstancias, ha decidido respecto a cierta persona o contexto a través del cual se te transmitirá el evangelio, para que puedas oír Sus palabras. Él ya ha preparado para ti todas las condiciones necesarias. De esta manera, aunque el hombre no sepa que está ocurriendo, viene delante de Él y regresa a Su familia. Sin percatarse de ello, el hombre también sigue a Dios y entra en cada paso de Su obra, entra en cada paso de la forma de obrar que Él ha preparado para el hombre. ¿Qué maneras usa Dios cuando hace las cosas para el hombre en este momento? Primero, lo mínimo que hace es ocuparse del cuidado y protección que el hombre disfruta. Además de esto, Él presenta a diversas personas, eventos y cosas para que a través de estos el hombre pueda ver Su existencia y Sus hechos. Por ejemplo, algunos creen en Dios porque alguien de su familia está enfermo. Cuando otros les predican el evangelio empiezan a creer en Dios, y esta creencia se produce a causa de la situación. ¿Quién la dispuso? (Dios). Por medio de esta enfermedad, hay algunas familias en las que todos son creyentes mientras que hay otras donde solo unas pocas personas en la familia creen. En la superficie, puede parecer que alguien en tu familia tiene una enfermedad, pero en realidad es una condición que Dios te ha otorgado para que vengas ante Él; esta es la bondad de Dios. Como la vida familiar es dura para algunas personas y no pueden hallar paz, puede presentarse una oportunidad casual en la que alguien transmita el evangelio y diga: “Cree en el Señor Jesús y tendrás paz”. Así, inconscientemente, llegan a creer en Dios bajo circunstancias muy naturales; ¿no es esto, pues, un tipo de condición? Y el hecho de que su familia no esté en paz, ¿no es el hecho una gracia que le ha sido concedida a ellos por Dios? También hay algunos que llegan a creer en Dios por otras razones. Existen diferentes razones y diferentes maneras de creer, pero no importa cuál sea la razón que te lleve a creer en Él, en realidad ha sido Él quien lo ha dispuesto y guiado todo. Al principio, Dios utiliza diversos medios para escogerte y llevarte a Su familia. Esta es la gracia que Dios otorga a cada persona.
En el estado actual de la obra de Dios en estos, los últimos días, Él ya no otorga solo gracia y bendiciones al hombre como hacía antes, ni tampoco persuade al hombre para seguir adelante. Durante esta etapa de la obra, ¿qué ha visto el hombre de todos los aspectos de la obra de Dios que ha experimentado? El hombre ha contemplado el amor de Dios y Su juicio y Su castigo. Durante este periodo, Dios provee, respalda, esclarece y guía al hombre, para que poco a poco llegue a conocer Sus intenciones, las palabras que pronuncia y la verdad que Él le otorga. Cuando el hombre es débil, cuando se siente negativo y no tiene adónde acudir, Dios usará Sus palabras para consolarlo, aconsejarlo y alentarlo, de manera que la pequeña estatura del hombre pueda fortalecerse progresivamente, ascender en positividad y que esté dispuesto a colaborar con Dios. Sin embargo, cuando el hombre se rebele contra Él o se le resista, o cuando revele su propia corrupción, Dios no mostrará misericordia alguna al reprender y disciplinar al hombre. No obstante, Dios mostrará tolerancia y paciencia hacia la necedad, ignorancia, debilidad e inmadurez del hombre. De esta forma, a través de toda la obra que Dios hace por el hombre, este madura y crece poco a poco, y llega a conocer las intenciones de Dios, llega a conocer ciertas verdades, llega a saber qué cosas son las positivas y cuáles las negativas, a saber qué es la perversidad y la oscuridad. Dios no toma un único camino de siempre reprender y disciplinar al hombre, pero tampoco muestra siempre tolerancia y paciencia. Más bien provee para cada persona de formas distintas en sus etapas diferentes, y según su estatura y su calibre diferentes. Hace muchas cosas por el hombre y a un precio elevado; el hombre no percibe nada de estas cosas ni de ese precio, pero, en la práctica, todo lo que Él lleva a cabo se realiza realmente en cada persona individual. El amor de Dios es práctico: por medio de la gracia de Dios, el hombre evita un desastre tras otro, y mientras tanto Dios muestra tolerancia una y otra vez por las debilidades del hombre. El juicio y el castigo de Dios permiten que las personas lleguen a conocer gradualmente la corrupción y la esencia satánica de la humanidad. Lo que Dios provee, Su esclarecimiento y Su guía del hombre, todo permite que el ser humano conozca más y más la esencia de la verdad y que sepa cada vez más lo que el hombre necesita, qué camino debería tomar, para qué vive, el valor y el significado de su vida y cómo recorrer la senda que tiene por delante. Todas estas cosas que Dios hace son inseparables de Su único propósito original. ¿Cuál es, pues, este propósito? ¿Por qué usa Dios estos métodos de llevar a cabo Su obra sobre el hombre? ¿Qué resultado quiere lograr? En otras palabras, ¿qué quiere ver en el ser humano? ¿Qué quiere conseguir de él? Lo que Dios quiere ver es que el corazón del hombre pueda revivir. Estos métodos que Él usa para obrar sobre el ser humano son un continuo esfuerzo para despertar el corazón del hombre, para despertar su espíritu, para permitirle al hombre entender de dónde viene, quién lo está guiando, respaldando, proveyendo para él, y quién le ha permitido vivir hasta el momento presente; son un medio para hacer entender al hombre quién es el Creador, a quién debería adorar, por qué tipo de senda debería caminar y de qué manera debería venir delante de Dios. Son un medio para revivir poco a poco el corazón del hombre, para que este conozca el corazón de Dios, lo entienda y comprenda el gran cuidado y pensamiento que hay detrás de Su obra para salvarle. Cuando el corazón del hombre ha revivido, ya no desea vivir con un carácter degenerado y corrupto, en lugar de eso desea buscar la verdad para satisfacer a Dios. Cuando el corazón del hombre ha despertado, entonces es capaz de arrancarse por completo del lado de Satanás. Ya no volverá a ser perjudicado, controlado ni embaucado por él. En su lugar, el hombre puede colaborar proactivamente en la obra de Dios y en Sus palabras para satisfacer el corazón de Dios, y alcanzar así el temor de Dios y apartarse del mal. Este es el propósito original de la obra de Dios.
La discusión que acabamos de tener sobre la perversidad de Satanás hace que todo el mundo sienta que el hombre vive en medio de una gran infelicidad y que la vida del hombre está llena de desgracias. Pero ahora cuando hablo de la santidad de Dios y de la obra que realiza en el hombre, ¿cómo os hace sentir eso? (Muy felices). Podemos ver ahora que todo lo que Dios hace, todo lo que Él dispone con minuciosidad para el ser humano, es inmaculado. Todo lo que Dios hace es sin error, lo cual significa que es impecable, que no necesita que nadie le corrija, le aconseje ni realice cambio alguno. Todo lo que hace Dios por cada individuo está más allá de toda duda; Él lleva a todo el mundo de la mano, te cuida en cada momento que pasa y jamás ha abandonado tu lado ni por un instante. Dado que las personas crecen en este tipo de entorno y con esta clase de antecedentes, ¿podríamos decir que, en realidad, los seres humanos crecen en la palma de la mano de Dios? (Sí). Bueno, ¿seguís teniendo aún una sensación de pérdida? ¿Se siente alguien negativo? ¿Siente alguien que Dios ha abandonado a la humanidad? (No). Entonces, ¿qué ha hecho Dios exactamente? (Ha velado por la humanidad). El gran pensamiento y cuidado que Dios pone en todo lo que hace es incuestionable. Es más, al llevar a cabo Su obra, siempre lo ha hecho de forma incondicional. Nunca ha exigido que ninguno de vosotros sepa el precio que paga por ti, para que así sientas un profundo agradecimiento hacia Él. ¿Alguna vez Dios ha exigido esto de ti? (No). En el largo transcurrir de la vida humana, casi todos los individuos se han encontrado en muchas situaciones peligrosas y se han enfrentado a muchas tentaciones. Esto se debe a que Satanás está a tu lado, con sus ojos constantemente fijos en ti. Cuando la catástrofe te golpea, Satanás se deleita en ello; cuando las calamidades caen sobre ti, cuando nada te va bien, cuando te enredas en su telaraña, Satanás disfruta mucho de tales cosas. En cuanto a lo que Dios está haciendo, Él está protegiéndote a cada momento que pasa, alejándote de una desgracia tras otra y de un desastre tras otro. Por esto afirmo que todo lo que el hombre tiene —paz, gozo, bendiciones y seguridad personal— está, en realidad, bajo el control de Dios; Él guía y decide el destino de cada individuo. ¿Pero tiene Dios una noción inflada de Su posición, como dicen algunos? Te declara Dios “Yo soy el mayor de todos. Soy Yo quien me ocupo de vosotros. Tenéis que suplicarme misericordia, y la desobediencia se castigará con la muerte”. ¿Ha amenazado Dios alguna vez así a la humanidad? (No). ¿Ha afirmado alguna vez, “La humanidad está corrompida, por ello no importa cómo la trate, se la puede tratar de cualquier manera; no necesito hacer ningún arreglo seguro para ellos”? ¿Piensa Dios así? ¿Ha actuado Dios de este modo? (No). Por el contrario, el trato que Dios da a todas y cada una de las personas es sincero y responsable. Te trata de manera más responsable de lo que tú te tratas a ti mismo. ¿No es así? Dios no habla en vano, Él no alardea de Su elevada posición ni es superficial con la gente. En cambio, hace con honestidad y en silencio las cosas que Él mismo ha de hacer. Estas cosas traen bendiciones, paz y gozo al hombre. Lo conducen de un modo apacible y feliz ante la vista de Dios y a Su familia; después viven delante de Dios y aceptan Su salvación con razonamiento y pensamiento normales. ¿Ha sido Dios hipócrita con el hombre en Su obra alguna vez? ¿Ha hecho alguna vez demostraciones falsas de bondad, ser sirve de unos cuantos cumplidos para lidiar con el hombre de manera superficial y luego darle la espalda? (No). ¿Ha afirmado Dios alguna vez una cosa y después hecho otra? ¿Ha hecho Dios alguna vez promesas vacías, se ha jactado, le ha dicho a la gente que podía hacer cierta cosa por ellos o ayudarles con algo para luego desaparecer? (No). No existe el engaño en Dios ni tampoco la falsedad. Dios es fiel, y Él es sincero en todo lo que hace. Él es el único con el que la gente puede contar; Él es el Dios al que la gente puede confiar sus vidas y todo lo que tiene. Ya que no hay engaño en Dios, ¿podríamos decir que Dios es el más sincero? (Sí). ¡Claro que sí! Aunque la palabra “sincero” es demasiado escasa, demasiado humana cuando se aplica a Dios, ¿qué otra palabra podemos usar? Estos son los límites del lenguaje humano. Aunque no es apropiado llamar a Dios “sincero”, usaremos esta palabra por el momento. Dios es fiel y sincero. Así que cuando hablamos de estos aspectos, ¿a qué nos referimos? ¿Nos referimos a las diferencias entre Dios y el hombre y a las diferencias entre Dios y Satanás? Sí, podríamos decir eso. Esto se debe a que el hombre no encuentra ni rastro del carácter corrupto de Satanás en Dios. ¿Estoy en lo cierto al decir esto? ¿Amén? (¡Amén!). Nada del carácter perverso de Satanás se revela en Dios. Todo lo que Dios hace y revela es totalmente beneficioso y ayuda al hombre, se hace enteramente para proveerlo, está lleno de vida y le da al hombre un camino a seguir y una dirección a tomar. Dios no es corrupto y, además, al mirar ahora todo lo que hace Dios, ¿podemos afirmar que Él es santo? Puesto que Dios no tiene nada del carácter corrupto de la humanidad ni nada parecido a la esencia satánica de la humanidad corrupta, desde este punto de vista podemos decir totalmente que Dios es santo. Dios no muestra ninguna corrupción, y al mismo tiempo que Dios obra, Él revela Su propia esencia, lo que confirma por completo que Dios mismo es santo. ¿Lo veis? Para conocer la esencia santa de Dios, veamos de momento estos dos aspectos. En primer lugar, no hay ni un ápice de carácter corrupto en Dios, y, en segundo lugar, la esencia de la obra de Dios en el hombre le permite a este ver la propia esencia de Dios, y esta es enteramente positiva. Porque las cosas que cada parte de la obra de Dios trae al hombre son positivas. Ante todo, Dios le exige al hombre que sea honesto; ¿no es esto una cosa positiva? Dios le da sabiduría al hombre; ¿no es esto positivo? Dios capacita al hombre para discernir entre el bien y el mal; ¿no es esto positivo? Permite que el hombre entienda el significado y el valor de la vida humana; ¿no es esto positivo? Le permite al hombre ver la esencia de las personas, de los eventos y de las cosas de acuerdo con la verdad; ¿no es esto positivo? Sí que lo es. Y el resultado de todo esto es que el hombre deja de ser desorientado por Satanás, ya no volverá a ser dañado ni controlado por Satanás. En otras palabras, estas cosas permiten que las personas se liberen por completo de la corrupción de Satanás y que, por tanto, caminen poco a poco por la senda de temer a Dios y apartarse del mal. ¿Cuánto habéis andado por esta senda? Resulta difícil de decir, ¿verdad? Sin embargo, como mínimo, ¿poseéis ahora un entendimiento inicial de cómo corrompe Satanás al hombre, de qué cosas son perversas y cuáles son negativas? Al menos ahora estáis recorriendo el camino correcto en la vida. ¿Es prudente decir eso? Sí que lo es, totalmente.
Hay algo sobre lo que se debe debatir acerca de la santidad de Dios. Sobre la base de todo lo que habéis escuchado y entendido, ¿quién de vosotros puede decir qué es la santidad de Dios? ¿A qué se refiere la santidad de Dios de la que hablo? Pensad en ello un segundo. ¿Es la santidad de Dios Su autenticidad? ¿Es la santidad de Dios Su fidelidad? ¿Es la santidad de Dios Su abnegación? ¿Es Su humildad? ¿Su amor por el hombre? Dios otorga libremente la verdad y la vida al hombre, ¿es esta Su santidad? Sí que lo es, todo eso. Todo esto que Dios revela es único y no existe dentro de la humanidad corrupta y tampoco puede ser visto en ella. Ni durante el proceso de la corrupción del hombre por parte de Satanás ni en el carácter corrupto de Satanás, ni en su esencia o naturaleza se puede ver el menor rastro de ello. Todo lo que Dios tiene y es, es único; sólo Dios mismo tiene y posee este tipo de esencia. En este punto de nuestro debate, ¿alguno de vosotros ha visto entre la humanidad a alguien tan santo como esto que acabo de describir? (No). Entonces, ¿hay alguien tan santo entre los ídolos, famosos o los grandes de la humanidad a los que adoráis? (No). Entonces cuando decimos que la santidad de Dios es única, ¿es una exageración? En realidad no lo es. Además, la santa singularidad de Dios también tiene un lado práctico. ¿Existe alguna discrepancia entre la santidad de la que hablo ahora y la santidad en que vosotros pensabais e imaginabais? (Sí). Hay una discrepancia muy grande. ¿A qué suele referirse la gente cuando habla sobre santidad? (A algunos comportamientos externos). Cuando las personas dicen que una conducta o alguna otra cosa es santa, lo dicen únicamente porque la ven como algo puro o agradable a los sentidos. Sin embargo, estas cosas invariablemente carecen de la real sustancia de la santidad. Este es el aspecto de la doctrina. Además de esto, ¿a qué se hace referencia cuando se habla del aspecto práctico de la santidad que las personas conciben en su mente? ¿Es primordialmente lo que ellas imaginan o juzgan que es? Por ejemplo, algunos budistas mueren mientras practican, fallecen mientras están ahí sentados y dormidos. Algunas personas dicen que se han vuelto santos y volado al cielo. Eso también es producto de la imaginación. Y también hay otros que piensan que un hada que flote desde el cielo es algo santo. En realidad, el concepto que las personas tienen del término “santo” siempre ha sido solo una especie de fantasía hueca y una teoría, sin sustancia real fundamental alguna y que, además, no tiene nada que ver con la esencia de la santidad. La esencia de la santidad es el verdadero amor, pero más aún, es la esencia de la verdad, la justicia y la luz. La palabra “santo” solo es adecuada cuando se aplica a Dios; nada en la creación merece ser llamado “santo”. El hombre debe entender esto. De ahora en adelante, solo aplicaremos la palabra “santo” a Dios. ¿Es esto adecuado? (Sí, lo es).
Trucos de Satanás para corromper al hombre
Volvamos ahora a hablar de los medios que Satanás usa para corromper al hombre. Acabamos de exponer las diversas formas en que Dios obra en el hombre y que cada uno de vosotros podéis experimentar por vosotros mismos, así que no hablaré de esto en detalle. Pero en vuestro corazón, tal vez no tengáis claro qué trucos y estrategias emplea Satanás para corromper al hombre o, por lo menos, no tenéis una comprensión específica de ellos. ¿Sería beneficioso que Yo hablara de nuevo sobre esto? ¿Queréis aprender sobre este tema? Tal vez algunos de vosotros preguntaréis: “¿Por qué hablar otra vez de Satanás? En el momento en el que se menciona a Satanás, nos ponemos furiosos y cuando oímos su nombre nos sentimos completamente incómodos”. Independientemente de cuán incómodo os haga sentir, tenéis que enfrentar los hechos. Estas cosas se deben decir con franqueza y dejar claras para beneficio del entendimiento del hombre; de otro modo el hombre no podrá liberarse realmente de la influencia de Satanás.
Hemos discutido previamente las cinco formas en las que Satanás corrompe al hombre, donde se incluyen los trucos de Satanás. Las formas en que Satanás corrompe al hombre son sólo la capa superficial; más insidiosos son los trucos que se esconden bajo esta superficie y con los que Satanás logra sus objetivos. ¿Cuáles son estos trucos? Adelante, resúmelos. (Engaña, seduce y coacciona). Cuantos más trucos enumeres, más te acercarás. Parece que has sido profundamente dañado por Satanás y albergas fuertes sentimientos respecto al asunto. (También usa una retórica engañosa. Influye en la gente y la ocupa por la fuerza). Ocupación forzosa… esto deja una impresión especialmente profunda. La gente teme que Satanás la ocupe por la fuerza. ¿Hay otros trucos? (Daña a la gente con violencia, lanza amenazas y ofertas tentadoras, y miente). Mentir es una de las cosas que hace. Satanás miente para poder engañarte. ¿Cuál es la naturaleza de la mentira? ¿Acaso mentir no es lo mismo que engañar? El objetivo de mentir es, en realidad, engañarte. ¿Existen otros trucos? Decidme todos los trucos de Satanás que conocéis. (Tienta, perjudica, ciega y desorienta). La mayoría de vosotros os sentís igual respecto a esta desorientación. ¿Qué más? (Controla al hombre, lo atrapa, lo aterroriza y le impide creer en Dios). Conozco el significado general de las cosas que me estáis diciendo, y eso es bueno. Todos sabéis algo del tema, así que ahora haremos un resumen de estos trucos.
Hay seis trucos principales con los que Satanás corrompe al hombre
El primero es el control y la coacción. Es decir, Satanás hará todo lo posible por tomar el control de tu corazón. ¿Qué significa “coacción”? Se refiere a hacer uso de amenazas y tácticas forzosas para hacer que le obedezcas, a hacerte pensar en las consecuencias si no obedeces. Te asustas y no te atreves a desafiarlo, así que entonces te sometes a él.
El segundo es hacer trampas y timar. ¿Qué entraña “hacer trampas y timar”? Satanás se inventa algunas historias y mentiras, te tima para que las creas. Nunca te dice que el hombre fue creado por Dios, pero tampoco afirma directamente que Él no te hizo. No usa en absoluto la palabra “Dios”, sino otra cosa como sustituto y se sirve de ella para desorientarte y que, básicamente, no tengas ni idea de la existencia de Dios. Por supuesto, este “timo” incluye muchos aspectos, no solo este.
El tercero es el adoctrinamiento forzoso. ¿Con qué se adoctrina forzosamente a las personas? ¿El adoctrinamiento forzoso se realiza por elección del hombre? ¿Se hace con su consentimiento? Definitivamente, no. Aunque no des tu consentimiento, no puedes hacer nada al respecto. En tu inconsciencia, Satanás te adoctrina, inculcándote su pensamiento, sus normas de vida y su esencia.
El cuarto es la intimidación y la seducción. Es decir, Satanás emplea varios trucos para provocar que lo aceptes, lo sigas y trabajes a su servicio. Hará cualquier cosa para lograr sus objetivos. A veces te concede pequeños favores, mientras te incita a cometer un pecado. Si no lo sigues, te hará sufrir y te castigará, y hará uso de varias formas para atacarte y confabular en tu contra.
El quinto es la desorientación y la parálisis. “La desorientación y la parálisis” es cuando Satanás infunde en las personas unas cuantas palabras e ideas que suenan muy bien y se ajustan a las nociones de ellas y parecen verosímiles, para que parezca que está siendo considerado con la situación carnal de la gente, con sus vidas y su futuro, cuando en realidad su único objetivo es engañarte. A continuación, te paraliza para que no sepas lo que está bien y lo que está mal, de manera que seas engañado sin quererlo y por ende pases a estar bajo su control.
La sexta es la destrucción del cuerpo y la mente. ¿Qué parte del hombre destruye Satanás? Satanás destruye tu mente, te hace incapaz de resistir, lo que significa que, poco a poco, a tu pesar, tu corazón se vuelve hacia Satanás. Te inculca estas cosas a diario y todos los días utiliza estas ideas y culturas para influenciarte y amaestrarte, y socava tu voluntad poco a poco, hasta que acabes por no desear ya ser una buena persona, hasta que ya no desees defender lo que llamas “rectitud”. Sin saberlo, ya no tienes la fuerza de voluntad para nadar contra la corriente, sino que te dejas arrastrar por ella. “Destrucción” significa que Satanás atormenta tanto a la gente que se vuelven sombras de sí mismas y ya no son humanas. Entonces es cuando Satanás ataca, se apodera de ellas y las devora.
Cada uno de estos trucos que Satanás emplea para corromper al hombre lo vuelven incapaz de resistirse; cualquiera de ellos puede ser mortal para el hombre. En otras palabras, cualquier cosa que haga Satanás y cualquier truco que emplee pueden hacerte degenerar, colocarte bajo el control de Satanás y enredarte en una ciénaga de maldad y pecado. Estos son los trucos que Satanás emplea para corromper al hombre.
Podemos decir que Satanás es perverso, pero con el fin de confirmarlo todavía debemos considerar cuáles son las consecuencias de la corrupción del hombre a manos de este, y qué carácter y esencias le produce al hombre. Todos sabéis algo sobre esto, así que hablad. ¿Cuáles son las consecuencias de que Satanás haya corrompido a las personas? ¿Qué carácter corrupto expresan y revelan? (Arrogancia y altivez, egoísmo y desprecio, tortuosidad y engaño, insidia y malicia y una total falta de humanidad). En general, podemos decir que no tienen humanidad. Ahora, que hablen otros hermanos y hermanas. (Una vez que los hombres han sido corrompidos por Satanás, son más típicamente arrogantes y santurrones, engreídos y presumidos, avariciosos y egoístas. Creo que estos son los problemas más serios). (Después de que la gente ha sido corrompida por Satanás, no se detienen ante nada para obtener bienes materiales y riqueza. Y aunque se vuelvan hostiles con Dios, se le resisten, se rebelan contra Él, y pierden la conciencia y la razón que el hombre debería poseer). Lo que habéis dicho es básicamente lo mismo, aunque con algunas pequeñas diferencias; algunos de vosotros simplemente habéis incluido detalles adicionales. En resumen, las cosas que más destacan en la humanidad corrupta son la arrogancia, el engaño, la malicia y el egoísmo. Sin embargo, todos habéis pasado lo mismo por alto. La gente no tiene conciencia, ha perdido la razón y no tiene humanidad, pero hay otra cosa muy importante que no habéis mencionado, que es la “traición”. La consecuencia final de estas actitudes que existen en cualquier hombre, una vez que han sido corrompidas por Satanás, es que traicionan a Dios. Independientemente de lo que Dios les diga a las personas o de la obra que Él realice en ellas, no hacen caso a lo que saben que es la verdad. Es decir, ya no reconocen a Dios y lo traicionan; esta es la consecuencia de la corrupción del hombre a manos de Satanás. Es lo mismo para todo el carácter corrupto del hombre. De entre las maneras que Satanás utiliza para corromper al hombre —el conocimiento que la gente aprende, la ciencia que conoce, su comprensión de las supersticiones y las culturas tradicionales, así como las tendencias sociales— ¿hay alguna de la que el hombre pueda servirse para distinguir lo que es recto de lo que no es? ¿Hay algo que pueda ayudar al hombre a saber qué es lo santo y qué es lo perverso? ¿Existen normas para medir estas cosas? (No). No hay normas ni bases que puedan ayudar al hombre. Aunque la gente conozca la palabra “santo”, nadie sabe realmente lo que es santo. Entonces, ¿pueden estas cosas que Satanás le ofrece al hombre ayudarle a conocer la verdad? ¿Pueden ayudar al hombre a vivir con más humanidad? ¿Pueden ayudar al hombre a vivir de tal manera que pueda adorar más a Dios? (No). Resulta obvio que no pueden ayudar al hombre a adorar a Dios o a entender la verdad, ni pueden ayudar al hombre a saber lo que es la santidad y la perversidad. Por el contrario, el hombre se vuelve cada vez más degenerado, se aleja cada vez más de Dios. Esta es la razón por la que decimos que Satanás es perverso. Habiendo diseccionado tanto de la sustancia perversa de Satanás, ¿habéis visto algún elemento de santidad en Satanás, ya sea en su sustancia o en vuestra comprensión de su esencia? (No). Eso seguro. Entonces, ¿habéis visto algún aspecto de la esencia de Satanás que comparta alguna similitud con Dios? (No). ¿Comparte alguna expresión de Satanás algún parecido con Dios? (No). Ahora quiero preguntaros: en vuestras propias palabras, ¿qué es exactamente la santidad de Dios? Antes que nada, ¿en relación a qué se habla de “la santidad de Dios”? ¿A la esencia divina? ¿O tal vez a algún aspecto de Su carácter? (Se habla de “la santidad de Dios” en relación con la esencia de Dios). Debemos identificar claramente un punto de partida para acceder a nuestro tema deseado. Estas palabras se dicen en relación con la esencia de Dios. En primer lugar, hemos usado la perversidad de Satanás como contraste de la esencia de Dios; así pues, ¿has visto algo de la esencia de Satanás en Dios? ¿Y qué hay de la esencia de la humanidad? (No, no la hemos visto. Dios no es arrogante ni egoísta, ni tampoco traiciona, y a raíz de esto vemos revelada la esencia santa de Dios). ¿Hay algo más que añadir? (Dios no tiene ningún rastro del carácter corrupto de Satanás. Lo que este tiene es totalmente negativo, mientras que lo que Dios tiene es solo positivo. Podemos ver que Dios siempre ha estado a nuestro lado, velando por nosotros y protegiéndonos, desde que éramos muy pequeños, durante toda nuestra vida y hasta el día de hoy, y, especialmente, cuando hemos estado confundidos y hemos perdido el camino. No hay engaño en Dios, no hay trampas. Él habla clara y llanamente, y esa es también la verdadera esencia de Dios). ¡Muy bien! (En Dios no podemos ver nada del carácter corrupto de Satanás, ni duplicidad ni jactancia, ni promesas vacías ni astucia. Dios es el Único en el que el hombre puede creer. Dios es fiel y sincero. Por la obra de Dios podemos ver que Dios le dice a las personas que sean honestas, les concede sabiduría, las vuelve capaces de distinguir el bien del mal y de tener discernimiento respecto a personas, eventos y cosas diversas. En esto podemos ver la santidad de Dios). ¿Habéis acabado? ¿Estáis satisfechos con lo que habéis dicho? ¿Cuánto entendimiento de Dios hay exactamente en vuestro corazón? ¿Y cuánto comprendéis de la santidad de Dios? Sé que todos y cada uno de vosotros tiene en su corazón algún nivel de entendimiento perceptivo, porque todos los individuos pueden sentir la obra de Dios en ellos y, en diversos grados, obtienen muchas cosas de Dios: gracia y bendiciones, esclarecimiento e iluminación, y el juicio y el castigo de Dios, y debido a estas cosas, el hombre obtiene cierta comprensión sencilla sobre la esencia de Dios.
Aunque la santidad de Dios sobre la que estamos debatiendo hoy puede parecerle extraña a la mayoría de la gente, independientemente de eso, ahora hemos comenzado con este tema, y a medida que caminéis por la senda que tenéis por delante, obtendréis una comprensión más profunda. Requiere de vosotros que poco a poco sintáis y entendáis durante vuestra propia experiencia. Por ahora, vuestra comprensión basada en la percepción de la esencia de Dios requiere todavía un largo período para aprenderla, confirmarla, sentirla y experimentarla, hasta que un día sabréis, en el centro mismo de vuestro corazón, que “la santidad de Dios” significa que la esencia de Dios no tiene mácula, que el amor de Dios es desinteresado, que todo lo que le proporciona al hombre es desinteresado, y la santidad de Dios es intachable e irreprochable. Estos aspectos de la esencia de Dios no son sólo palabras que Él usa para hacer alarde de Su identidad, sino que Dios utiliza Su esencia para tratar a todos y cada uno de los individuos con una serena sinceridad. En otras palabras, la esencia de Dios no es vacía ni es teórica o doctrinal, y desde luego no es una especie de conocimiento. No es una especie de educación para el hombre; en su lugar es la verdadera revelación de las propias acciones de Dios y la esencia revelada de lo que Dios tiene y es. El hombre debería conocer esta esencia y comprenderla, porque todo lo que Dios hace y cada palabra que pronuncia es de gran valor y extraordinaria relevancia para cada persona. Cuando llegas a entender la santidad de Dios, puedes creer realmente en Él, cuando llegas a entender la santidad de Dios, puedes comprender de verdad el verdadero significado de las palabras “Dios mismo, el único”. Ya no fantasearás pensando que existen otras sendas diferentes a esta por las que podrías escoger caminar, ni estarás dispuesto a traicionar todo lo que Dios ha dispuesto para ti. Al ser santa la esencia de Dios, esto significa que solo por medio de Dios puedes recorrer la senda correcta de la luz en la vida; solo por medio de Dios puedes conocer el significado de la vida, solo por medio de Dios puedes vivir la humanidad real y tanto poseer como conocer la verdad. Solo por medio de Dios puedes obtener vida de la verdad. Solo Dios mismo puede ayudarte a apartarte del mal y librarte del daño y del control de Satanás. Aparte de Dios, nada ni nadie puede salvarte del mar de sufrimiento para que dejes de sufrir. Esto queda determinado por la esencia de Dios. Solo Dios mismo te salva tan desinteresadamente; solo Él es responsable en última instancia por tu futuro, tu destino y tu vida, y Él lo dispone todo para ti. Esto es algo que nada creado o no creado puede conseguir. Como nada creado o no creado posee una esencia igual a la esencia de Dios, ninguna persona o cosa tiene la capacidad de salvarte o dirigirte. Esta es la importancia de la esencia de Dios para el hombre. Quizás vosotros sintáis que estas palabras que he pronunciado puedan ayudar un poco en principio. Pero si buscas y amas la verdad, entonces llegarás a experimentar cómo estas palabras no solo cambiarán tu destino, sino que más allá de eso, te conducirán a la senda correcta de la vida humana. Lo comprendéis, ¿verdad? Entonces ¿tenéis ahora algo de interés en conocer la esencia de Dios? (Sí). Es bueno saber que estáis interesados. Dejaremos aquí por hoy el tema de comunicación referente a la santidad de Dios.
* * *
Me gustaría hablaros sobre algo que hicisteis al principio de nuestra reunión de hoy y que me sorprendió. Algunos de vosotros tal vez estabais alimentando un sentimiento de gratitud, tal vez os sentíais agradecidos, y entonces vuestra emoción provocó una acción acorde. Lo que hicisteis no es algo digno de reproche; no está ni bien ni mal. Pero me gustaría que comprendierais algo. ¿Qué es lo que quiero que comprendáis? Primero, me gustaría preguntaros sobre lo que acabáis de hacer. ¿Fue postrarse o arrodillarse para adorar? ¿Puede alguien decírmelo? (Creemos que fue postrarse). Creéis que fue postrarse; ¿cuál es, pues, el significado de postrarse? (Adorar). Entonces, ¿qué es arrodillarse para adorar? No he comunicado con vosotros sobre esto antes, pero hoy siento que es necesario hacerlo. ¿Os postráis en vuestras reuniones habituales? (No). ¿Os postráis cuando eleváis vuestras oraciones? (Sí). ¿Os postráis cada vez que oráis, cuando la situación lo permite? (Sí). Eso está bien. Pero lo que me gustaría que entendierais hoy es que Dios solo acepta las genuflexiones de dos tipos de personas. No necesitamos consultar la Biblia ni los hechos y conductas de ninguna figura espiritual. En vez de eso, aquí y ahora, os diré algo cierto. En primer lugar, no es lo mismo postrarse que arrodillarse para adorar. ¿Por qué acepta Dios las genuflexiones de aquellos que se postran? Es porque Dios llama a alguien y convoca a esta persona a aceptar Su comisión, así que Dios le permitirá postrarse ante Él. Este es el primer tipo de persona. El segundo es cuando alguien que teme a Dios y se aparta del mal se arrodilla para adorar. Solo hay esos dos tipos de persona. ¿A cuál pertenecéis vosotros? ¿Sois capaces de decirlo? Esta es la verdad, aunque pueda herir un poco vuestros sentimientos. No hay nada que decir sobre las genuflexiones de las personas durante la oración: esto es adecuado y como debería ser, porque cuando las personas oran mayormente ruegan por algo, abren su corazón a Dios y se ponen cara a cara delante de Él. Es comunicación e intercambio, hablar con Dios de corazón a corazón. Adorar de rodillas no debería ser una mera formalidad. No quiero reprocharos lo que habéis hecho hoy. Solo quiero dejároslo claro para que comprendáis este principio, lo sabéis, ¿verdad? (Sí, lo sabemos). Os digo esto para que no vuelva a suceder. Entonces, ¿tiene la gente alguna oportunidad de postrarse y arrodillarse ante el rostro de Dios? No es que nunca vaya a haber esta oportunidad. Tarde o temprano el día llegará, pero ahora no es el momento. ¿Veis? ¿Os deja esto contrariados? (No). Eso es bueno. Tal vez estas palabras os motiven o inspiren para que podáis conocer en vuestros corazones la situación actual entre Dios y el hombre y qué tipo de relación existe ahora entre Dios y el hombre. Aunque recientemente hemos hablado e intercambiado un poco más, el entendimiento del hombre sobre Dios todavía está lejos de ser suficiente. El hombre todavía tiene un largo camino por recorrer en esta senda de búsqueda para entender a Dios. No es Mi intención incitaros a hacerlo con urgencia, o a que os apresuréis a expresar este tipo de aspiraciones o sentimientos. Lo que habéis hecho hoy puede revelar y expresar vuestros verdaderos sentimientos, y Yo los sentí. Por tanto, mientras lo hacíais, solo quise ponerme de pie y daros Mis buenos deseos, porque anhelo que todos vosotros estéis bien. Por ello, en cada palabra y acto, hago todo lo posible para ayudaros, guiaros, de manera que podáis tener el entendimiento correcto y el punto de vista adecuado de todas las cosas. Podéis comprender esto, ¿verdad? (Sí). Está bien. Aunque las personas tengan algún entendimiento de las diversas actitudes de Dios, de los aspectos de lo que Dios tiene y es, y de la obra que Dios realiza, la mayor parte de ese entendimiento no va más allá de leer palabras en una página, entenderlas en principio o solo pensar en ellas. De lo que más carece la gente es de la auténtica comprensión y perspectiva que proceden de la experiencia real. Aunque Dios utiliza varios métodos para despertar el corazón de la gente, todavía hay un largo camino por recorrer antes de que esto se pueda lograr. No quiero ver a nadie con la sensación de que Dios lo ha dejado al margen, de que Dios lo ha abandonado o le ha dado la espalda. Lo único que quiero es veros a todos en el camino de la búsqueda de la verdad y buscando entender a Dios, marchando osadamente hacia adelante con determinación inquebrantable, sin ningún tipo de dudas o cargas. No importa qué errores hayas cometido, no importa lo lejos que te hayas desviado o cuán gravemente hayas transgredido, no dejes que se conviertan en cargas o en un exceso de equipaje que tengas que llevar contigo en tu búsqueda de entender a Dios. Continúa marchando hacia adelante. En todo momento, Dios tiene la salvación del hombre en Su corazón; eso nunca cambia. Esta es la parte más preciosa de la esencia de Dios. ¿Os sentís un poco mejor ahora? (Sí). Espero que podáis adoptar el enfoque correcto para todas las cosas y para las palabras que he pronunciado. Acabemos esta enseñanza aquí, pues. ¡Adiós!
11 de enero de 2014