Dais testimonio de que el Señor ha regresado en la carne para expresar la verdad y llevar a cabo la obra de juicio y purificación del hombre en los últimos días, pero los pastores y ancianos religiosos creen que Él regresará viniendo en las nubes y que todos los creyentes cambiarán inmediatamente de forma y serán arrebatados en las nubes para encontrarse con el Señor. Justo como dijo Pablo: “Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo” (Filipenses 3:20-21). El Señor es todopoderoso y no hay nada que Él no pueda hacer. Dios puede transformarnos y hacernos purificados con una sola palabra. Así que, ¿por qué todavía necesita Él hacerse carne para expresar la verdad y llevar a cabo una etapa de la obra de juicio y purificación del hombre?
Respuesta:
Cada paso de la obra de Dios es insondable para nosotros, los seres humanos, y tampoco podemos descifrar Sus profecías hasta que se han cumplido. ¿Qué significa esto para nosotros? Significa que la sabiduría y omnipotencia de Dios son insondables. En la Era de la Gracia, cuando el Señor Jesús apareció para obrar, ninguno de nosotros, los humanos, pudo comprenderlo. En la Era del Reino, cuando Dios Todopoderoso hace la obra de juicio en los últimos días, nadie lo pudo predecir tampoco. Por tanto, a la humanidad le resulta inconcebible que Dios se encarne en los últimos días para expresar la verdad y realizar la obra de juicio. Cuando la obra de Dios se haya completado y lleguen los grandes desastres, la humanidad sentirá que las palabras de Dios se habrán cumplido. Será demasiado tarde para lamentarse. Solo podrán gemir y rechinar los dientes en medio de los desastres. En cuanto a cómo realiza Dios Su obra del juicio en los últimos días para purificar y salvar al hombre y cómo forma un grupo de vencedores, las primicias, lo entenderemos todavía más claramente cuando leamos estos pasajes de las palabras de Dios Todopoderoso.
Dios Todopoderoso dice: “Deberíais ser capaces de ver la voluntad de Dios y deberíais ver que la obra de Dios no es tan simple como la creación de los cielos y la tierra y de todas las cosas. Esto es porque la obra del presente es la transformación de los que han sido corrompidos, que están aletargados hasta un grado extremo; es para purificar a los que fueron creados pero procesados por Satanás. No es la creación de Adán o Eva, y menos todavía es la creación de la luz o la creación de toda planta y animal. Dios purifica las cosas que han sido corrompidas por Satanás y luego las vuelve a ganar. Se convierten en cosas que le pertenecen a Él y se convierten en Su gloria. Esto no es como el hombre imagina, no es tan sencillo como la creación de los cielos y la tierra y de todas las cosas en ellos, o la obra de maldecir a Satanás y enviarlo al abismo, más bien es la obra de transformar al hombre, de transformar lo que es negativo en positivo, hacer que las cosas negativas que no le pertenecen a Él en cosas positivas que sí le pertenecen. Esta es la verdad detrás de esta etapa de la obra de Dios. Debéis entender esto y evitar simplificar las cosas en exceso. La obra de Dios no es como ninguna obra ordinaria. Su maravilla y sabiduría están más allá de la mente del hombre. Dios no crea todas las cosas durante esta etapa de obra, pero tampoco las destruye. En cambio, Él transforma todas las cosas que creó y purifica todas las cosas que han sido contaminadas por Satanás. Y así Dios se embarca en una gran empresa, que constituye toda la importancia de la obra de Dios. ¿Es realmente tan simple la obra de Dios que ves en estas palabras?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Es la obra de Dios tan sencilla como el hombre imagina?).
“Satanás ha corrompido la carne del hombre y la ha cegado profundamente y la ha dañado terriblemente. La razón fundamental por la que Dios obra personalmente en la carne es porque el objeto de Su salvación es el hombre, que es de la carne, y porque Satanás también usa la carne del hombre para turbar la obra de Dios. La batalla contra Satanás es en realidad la obra de conquistar al hombre y, al mismo tiempo, el hombre también es el objeto de la salvación de Dios. De esta manera, la obra de Dios encarnado es esencial. Satanás corrompió la carne del hombre y el hombre se convirtió en la personificación de Satanás y se volvió el objeto que Dios debe derrotar. Así, la obra de librar la batalla contra Satanás y salvar a la humanidad ocurre en la tierra y Dios se debe hacer humano con el fin de librar la batalla contra Satanás. Esta es una obra de la máxima realidad” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado).
“La humanidad primitiva estaba en las manos de Dios, pero a causa de la tentación y la corrupción de Satanás, el hombre fue atado por Satanás y cayó en las manos del maligno. Satanás se convirtió, pues, en el objeto que debía ser derrotado en la obra de gestión de Dios. Al haber tomado posesión del hombre, y al ser este el capital que utiliza para llevar a cabo toda gestión, si el hombre debe salvarse tendrá que ser arrebatado de las manos de Satanás; esto significa que el hombre debe ser tomado de vuelta tras haber sido retenido cautivo por Satanás. Así, Satanás debe ser derrotado mediante cambios en el antiguo carácter del hombre, cambios que restauran su sentido original de razón. De este modo, el hombre, que ha sido tomado cautivo, puede ser recuperado de las manos de Satanás. Si el hombre es liberado de la influencia y la esclavitud de Satanás, entonces este será avergonzado y el ser humano será rescatado en última instancia y Satanás derrotado. Al quedar el hombre libre de la oscura influencia de Satanás, se convertirá en los despojos de toda esta batalla y Satanás será objeto de castigo una vez acabada la batalla; después de esto, toda la obra de la salvación de la humanidad habrá concluido” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso).
“En la obra de los últimos días, la palabra es más poderosa que la manifestación de señales y maravillas, y la autoridad de la palabra sobrepasa la de las señales y las maravillas. La palabra revela todas las actitudes corruptas enterradas en lo profundo del corazón del hombre. No tienes forma de reconocerlas por ti mismo. Cuando te sean reveladas por medio de la palabra, llegarás a descubrirlas de forma natural; no serás capaz de negarlas, y estarás totalmente convencido. ¿No es esta la autoridad de la palabra? Este es el resultado alcanzado por la obra actual de la palabra. Por tanto, el hombre no puede salvarse totalmente de sus pecados por medio de la curación de la enfermedad y la expulsión de los demonios, y no puede ser hecho totalmente completo por medio de la manifestación de señales y maravillas. La autoridad para sanar enfermedades y expulsar demonios sólo le otorga gracia al hombre, pero la carne del hombre sigue perteneciéndole a Satanás y el carácter satánico corrupto permanece dentro del hombre. En otras palabras, lo que no se ha purificado sigue perteneciéndole al pecado y la inmundicia. Sólo después de que el hombre se haya purificado por medio de la palabra podrá ser ganado por Dios y ser santificado. […] Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. Toda la obra realizada este día es con el fin de que el hombre pueda ser purificado y cambiado; por medio del juicio y el castigo por la palabra, así como del refinamiento, el hombre puede desechar su corrupción y ser purificado” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (4)).
[…]
Después de leer las palabras de Dios Todopoderoso, vemos que hay verdad y misterio detrás de Su encarnación en los últimos días al expresar la verdad y hacer la obra de juicio para purificar y perfeccionar al hombre, en lugar de transformarnos con una frase. El modo en que Dios purifica y perfecciona al hombre mediante Su obra del juicio en los últimos días no es en absoluto tan sencillo como imaginamos. Con una palabra, el Señor Jesús resucitó a Lázaro de entre los muertos. Pero que Dios purifique y transforme a la humanidad, totalmente corrompida por Satanás para que se oponga y actúe en contra de Dios, en una humanidad que comprenda, obedezca y adore a Dios; que Él transforme a una humanidad corrompida y convertida en demonios andantes durante milenios en una humanidad con la verdad y sentido humano en veinte o treinta años, eso es un proceso de lucha contra Satanás. ¿Es esta una cuestión sencilla? Si Dios resucitó a los muertos y transformó nuestro cuerpo con una palabra, ¿podría esto humillar a Satanás? En los últimos días, como Satanás ha corrompido a la humanidad durante miles de años, la naturaleza y el carácter de Satanás están arraigados en nosotros. Nosotros somos particularmente arrogantes, egoístas, embusteros, malos y codiciosos. Al ser reacios a la verdad y detestarla, hace tiempo que nos hemos convertido en enemigos de Dios, en los de la calaña de Satanás que traicionan y se oponen a Dios. La salvación del hombre por parte de Dios es, en realidad, una guerra contra Satanás. Como dice Dios Todopoderoso: “La carne del hombre ha sido profundamente corrompida y se ha convertido en algo que se opone a Dios, tanto que incluso abiertamente se opone y niega la existencia de Dios. Esta carne corrupta es simplemente demasiado indisciplinada y no hay nada más difícil con lo cual tratar o cambiar que el carácter corrupto de la carne. Satanás viene a la carne del hombre para provocar disturbios y usa la carne del hombre para perturbar la obra de Dios y perjudicar el plan de Dios y de esta manera el hombre se ha vuelto Satanás y el enemigo de Dios. Para que el hombre sea salvado primero debe ser conquistado. Es por esto por lo que Dios acepta el reto y viene a la carne para hacer la obra que tiene la intención de hacer y librar la batalla contra Satanás. Su meta es la salvación del hombre que se ha corrompido y la derrota y aniquilación de Satanás que se rebela contra Él. Derrota a Satanás por medio de Su obra de conquistar al hombre, mientras que al mismo tiempo salva a la humanidad corrupta. Así, es una obra que consigue dos objetivos a la vez” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La humanidad corrupta está más necesitada de la salvación del Dios encarnado).
Es muy alto el grado de dificultad para que Dios transforme a la humanidad, que ha sido corrompida por Satanás para volverse en contra de Dios, en una humanidad que realmente obedece a Dios y es compatible con Él. Es mucho más difícil que la creación de los cielos, la tierra y todas las cosas por parte de Dios. Dios creó todas las cosas desde la nada. Todo se cumplió con una palabra. Pero, a fin de purificar y transformar a la humanidad, totalmente corrompida por Satanás, Dios debe expresar muchas verdades en la carne para juzgar y purificar al hombre. Es necesario un largo proceso para que nosotros experimentemos el juicio y castigo de Dios para deshacernos de la corrupción y ser purificados. Este es también el proceso de la guerra entre Dios y Satanás. Conforme a su intención original, Satanás ha corrompido a los seres humanos hasta convertirlos en demonios andantes. Solo si Dios puede convertir a estos demonios andantes en seres humanos, Satanás quedará persuadido. Así pues, Dios sigue Su plan original en la carne para luchar contra la especie de Satanás. En primer lugar, expresando la verdad para conquistar al hombre y luego purificándolo y perfeccionándolo con la verdad. Cuando comprendamos la verdad y conozcamos a Dios, veremos de forma clara la realidad de nuestra corrupción a manos de Satanás. Entonces, comenzaremos a detestar, abandonar y maldecir a Satanás, nos rebelaremos totalmente contra él y volveremos por completo a Dios. De este modo, Él nos arrancará de las manos de Satanás. Nosotros, las personas salvadas, somos el botín de Dios tras derrotar a Satanás. Solo a través de este tipo de obra puede Dios derrotar y humillar realmente a Satanás, lo que es también el trasfondo de la obra de juicio de Dios en los últimos días. ¿Entendemos la realidad de la obra de Dios en los últimos días? Aunque la obra de Dios en los últimos días solo dura entre veinte y treinta años, Él ha formado un grupo de vencedores que son las primicias ganadas y disfrutadas por Dios. En comparación con la historia de la humanidad, ¿podemos decir que veinte o treinta años son un simple abrir y cerrar de ojos? Dice la Biblia: “[…] para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro 3:8). Si dice que cuando el Señor regrese en los últimos días transformará nuestro cuerpo en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, eso también es perfectamente aplicable a los resultados de la obra de Dios en los últimos días. Es así como lo podemos aceptar también. Pero Pablo dijo: “Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a sí mismo” (Filipenses 3:20-21). Podemos interpretar esto fácilmente como que quienes crean en el Señor serán inmediatamente transformados y elevados a las alturas para encontrarse con Él a Su regreso. De ese modo, muchas personas esperan ociosamente a que el Señor descienda sobre las nubes para transformarlas y arrebatarlas. ¿No nos resultan confusas estas palabras? Nosotros no debemos estar tan llenos de nociones ni fantasías acerca de la obra de Dios. Cada paso de la obra de Dios es práctico, tangible y visible para el hombre. Dios Todopoderoso encarnado es el Dios práctico que viene al mundo a salvar al hombre mediante la expresión de la verdad. Si no lo aceptamos, ¿no nos convertimos en los que se rebelan contra Dios y se oponen a Él? ¿Cómo puede esta gente recibir los elogios y las bendiciones de Dios?
Extracto de “Preguntas y respuestas clásicas sobre el Evangelio del Reino”
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