El Señor Jesús fue clavado en la cruz como una ofrenda por el pecado del hombre, por consiguiente redimiéndonos del pecado. Si nos alejamos del Señor Jesús y creemos en Dios Todopoderoso, ¿no sería esto una traición al Señor Jesús? ¿No sería esto apostasía?
Respuesta:
Ahora, en los últimos días, cuando Dios ha llevado a cabo una nueva obra y ha adoptado un nuevo nombre, ¿estamos traicionando a Dios o estamos siguiendo el ritmo de Su obra al haber abandonado el nombre de “Jesús” y aceptado el de “Dios Todopoderoso”? Cuando Dios inicia una nueva obra, el hombre sólo puede salvarse si sigue el ritmo de Su obra. Esto es cierto. En la palabra de Dios Todopoderoso podemos ver que el motivo por el que Dios adoptó el nombre de “Dios Todopoderoso” se relacionó con la obra que se hizo en los últimos días y con el carácter expresado por Dios. Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios en la encarnación actual consiste en expresar Su carácter, principalmente, por medio del castigo y el juicio. Con base en esto, trae más verdad al hombre y le señala más formas de práctica, y, de este modo, logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su propio carácter corrupto. Esto es lo que yace detrás de la obra de Dios en la Era del Reino” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio). La obra de Dios en los últimos días consiste en juzgar y castigar a la humanidad corrupta, clasificando a las personas en su especie y concluyendo la era. Gracias a la redención del Señor Jesús nuestros pecados fueron perdonados, pero no cabe duda de que no nos hemos distanciado completamente del pecado. Nuestro carácter sigue siendo arrogante, egoísta, codicioso, mentiroso y malvado. Estamos atrapados en el círculo vicioso de pecar durante el día y arrepentirnos por la noche, confiando en la gracia para la salvación. Así pues, con el fin de salvarnos plenamente, Dios habla en los últimos días con Su carácter justo, majestuoso e inofendible y lleva a cabo Su nueva obra de juicio, castigo, conquista y purificación del hombre, trayéndonos una era totalmente nueva: la Era del Reino. La etapa de la obra que Dios lleva a cabo en los últimos días no muestra milagros. Todo se consigue con palabras. La palabra de Dios juzga y castiga el pecado, la rebeldía y la injusticia del hombre, purificándolo completamente y haciéndolo perfecto, a partir de lo cual podemos ver que Dios es verdaderamente omnipotente y sabio. Dios es, efectivamente, Dios Todopoderoso mismo. ¡Fue Dios quien creó todas las cosas y lo domina todo! Por consiguiente, la gente se postra ante Dios y lo adora. Al mismo tiempo, el nombre “Dios Todopoderoso” se usa para terminar completamente el esfuerzo bélico de seis mil años contra Satanás.
La obra de Dios de juicio y castigo en los últimos días también es la obra de clasificar a las personas de acuerdo con su propia especie. Esto cumple la profecía de 1 Pedro 4:17: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios”. Esto también cumple la profecía de distinguir las ovejas de las cabras, el trigo de la cizaña y al buen siervo del malo. Esto es la obra que Dios lleva a cabo en los últimos días. La entenderemos tras leer varios pasajes de la palabra de Dios Todopoderoso.
“La obra de los últimos días es separar a todos según su especie, y concluir el plan de gestión de Dios, porque el tiempo está cerca y el día de Dios ha llegado. Dios trae a todos los que entran en Su reino, todos los que le son leales hasta el final, a la era de Dios mismo. Sin embargo, antes de la llegada de la era de Dios mismo, la obra de Dios no es la de observar las acciones del hombre ni la de indagar sobre la vida de este, sino la de juzgar la desobediencia del hombre, porque Dios purificará a todos los que vengan ante Su trono. Todos los que han seguido los pasos de Dios hasta el día de hoy son los que acuden ante el trono de Dios, y siendo esto así, cada persona que acepta la obra de Dios en su fase final es el objeto de Su purificación. En otras palabras, todo el que acepta la obra de Dios en su fase final es el objeto del juicio de Dios.
“En el juicio que comienza en la casa de Dios del que se habló en tiempos pasados, el ‘juicio’ de estas palabras se refiere al juicio que Dios pronuncia hoy sobre aquellos que vienen ante Su trono en los últimos días” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).
“Solo por este medio se puede manifestar el final de todas las cosas. El hombre solo muestra lo que realmente es cuando es castigado y juzgado. El mal se pondrá con el mal, el bien con el bien, y toda la humanidad será clasificada según su especie. A través del castigo y del juicio se revelará el final de todas las cosas, de forma que los malos serán castigados y los buenos recompensados, y todas las personas se someterán al dominio de Dios. Toda la obra debe lograrse por medio del castigo y juicio justos. Como la corrupción del hombre ha alcanzado su punto culminante y su desobediencia ha sido demasiado grave, solo el carácter justo de Dios, que es principalmente de castigo y juicio, y se revela durante los últimos días, puede transformar y completar totalmente al hombre. Solo este carácter puede dejar el mal al descubierto y castigar así con severidad a todos los injustos. Por tanto, un carácter como este está imbuido de la importancia de la era y la revelación y exhibición de Su carácter se hacen manifiestas en aras de la obra de cada nueva era. Dios no revela Su carácter de manera arbitraria y sin sentido. Si al revelar el final del hombre durante los últimos días, Dios fuera a concederle al hombre una compasión y un amor inagotables y fuera amoroso hacia él, sin someterle a un juicio justo, sino demostrándole tolerancia, paciencia y perdón, y perdonara al hombre por muy graves que fueran los pecados que cometiera, sin un atisbo de juicio justo, ¿llegaría entonces alguna vez a su conclusión toda la gestión de Dios? ¿Cuándo podría un carácter así guiar a la humanidad al destino apropiado? Por ejemplo, un juez que siempre es amoroso, bondadoso y amable, que ama a las personas independientemente de los crímenes que hayan cometido, y es amoroso y tolerante con las personas sean quienes sean, ¿cuándo será capaz de alcanzar un veredicto justo? Durante los últimos días, solo el juicio justo puede clasificar al hombre según cada especie y llevarlo a un nuevo reino. De esta forma, se pone fin a toda la era por medio del carácter justo de Dios de juicio y castigo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (3)). La palabra de Dios nos dice claramente que la principal obra de Dios en los últimos días es la de clasificar a todas las cosas de acuerdo a su propia especie. También es la obra de juzgar y castigar al hombre por medio de la palabra, juzgando su pecado, castigando su rebeldía e injusticia, transformándolo y haciéndolo perfecto de una manera plena. Todos aquellos que aceptan y obedecen la obra de Dios en los últimos días son objeto del juicio y la purificación de Dios. Únicamente el justo juicio de Dios puede salvar al hombre, perfeccionarlo y llevarlo a un nuevo ámbito. El amoroso y misericordioso Salvador Jesús sólo hizo la obra de perdonar el pecado del hombre. Él no tenía que llevar a cabo la obra de purificación y transformación del hombre, no digamos ya la de clasificar a las personas de acuerdo a su propia especie. Por tanto, el hombre puede recibir la plena salvación de Dios sólo si acepta la obra de juicio y castigo por la palabra de Dios Todopoderoso y honra el nombre de Dios Todopoderoso como grandioso. Si defendemos el nombre del Señor Jesús, pero rechazamos el nombre de Dios Todopoderoso, no recibiremos la verdad y la salvación para la humanidad de parte de Dios Todopoderoso en los últimos días.
Extracto de Respuestas a preguntas del guión cinematográfico
Dios Todopoderoso es Jehová Dios, quien alguna vez proclamó la ley a la humanidad por medio de la cual debía conducir su vida. Él también es el Señor Jesús, que fue crucificado para redimir a la humanidad. El juicio de Dios Todopoderoso, la redención del Señor Jesús y la ley de Jehová Dios, son, todos, obra del mismo Dios. Dios salva a la humanidad paso a paso, de acuerdo con Su plan y según las necesidades de la humanidad.
Hoy aceptamos el nombre de Dios Todopoderoso, lo cual no significa que seamos desagradecidos con el Señor Jesús y que lo hayamos traicionado. Significa que estamos siguiendo las huellas del Cordero, siendo fieles al camino de Dios y siguiéndolo con lealtad, y sólo así recibiremos la aprobación de Dios. Tal y como dice en Apocalipsis 14:4: “Estos son los que siguen al Cordero adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”. Todos aquellos que insisten en el nombre “Jesús” y se niegan a aceptar el nombre “Dios Todopoderoso” se convierten, simplemente, en los traidores de Dios, y Dios los eliminará. En la época en la que Dios vino a llevar a cabo su obra con el nombre “Jesús”, los discípulos que aceptaron la nueva obra de Dios y siguieron al Señor Jesús no habían abandonado el camino verdadero ni habían traicionado a Jehová Dios. De hecho, seguían el paso de las huellas de Dios y eran los únicos leales a Él, mientras que los fariseos, que se creían leales a Jehová Dios e insistían solamente en Su nombre, rechazaron al Señor Jesús. El resultado es que su lealtad no recibió la aprobación de Jehová Dios, sino todo lo contrario: fueron objeto de la maldición y el castigo de Dios. Por tanto, debemos aprender del fracaso de los fariseos. Debemos aceptar el nombre de Dios Todopoderoso y seguir el paso de las huellas de la obra de Dios. Solo así podemos recibir la salvación de Dios.
Extracto de Respuestas a preguntas del guión cinematográfico
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