En la vida cotidiana, es inevitable toparse con cosas desagradables, e incluso, caer en el dolor y sufrimiento. Muchas veces nos volvemos débiles y no entendemos ¿por qué Dios permite que este sufrimiento nos llegue? ¿Cómo debemos afrontarlo? (Parte 1)
Las palabras relevantes de Dios:
¿La vida que el Creador dispone para la gente es una vida de penurias o una feliz y despreocupada? (Una vida de penurias). La mayoría de la gente vive una vida de penurias, con demasiadas dificultades y demasiado dolor. ¿Cuál es el propósito del Creador con estos arreglos y cuál es su significado? Por un lado, estos arreglos tienen por objeto permitir que la gente experimente y conozca la soberanía, los arreglos y la autoridad de Dios; por otro, Su propósito principal es permitir que la gente experimente lo que la vida realmente es, y así darse cuenta de que el destino del hombre está controlado por la mano de Dios, y que no lo decide ninguna persona ni se modifica a raíz de los cambios en la voluntad subjetiva de la gente. Sea lo que sea que haga el Creador y sea cual sea el tipo de vida o destino que haya dispuesto para las personas, les hace reflexionar sobre la vida y sobre lo que realmente es el destino del hombre y, al reflexionar sobre todas estas cosas, les hace presentarse ante Dios. Cuando Dios expresa la verdad y le dice a la gente qué es todo esto, hace que la gente se presente ante Él, acepte lo que Dios dice, lo experimente, entienda cuál es la relación real entre todo lo que Él dice y todas las cosas que la gente experimenta en su vida real. Él permite a la gente verificar la practicidad, exactitud y validez de estas verdades, después de lo cual el hombre las gana y reconoce que está controlado por la mano del Creador, que su destino es gobernado y arreglado por Dios. Una vez que el hombre haya comprendido todo esto, ya no tendrá planes para su vida que no sean prácticos, y no pretenderá ir en contra de los deseos del Creador ni de lo que Él ha ordenado y dispuesto. Por el contrario, tendrá una evaluación y comprensión cada vez más exactas, o una comprensión y un plan de cómo debe vivir su vida y el camino que debe tomar.
Extracto de ‘Solo si se corrigen las propias nociones es posible tomar el buen camino de la fe en Dios (2)’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
Nadie tiene una vida exenta de sufrimiento. Para algunas personas guarda relación con la familia; para otras, con el trabajo; para otras, con el matrimonio, y para otras, con una enfermedad física. Algunos dicen: “¿Por qué tiene que sufrir la gente? Qué bien estaría vivir siempre felices y en paz. ¿No podemos evitar sufrir?”. No, todo el mundo ha de sufrir. El sufrimiento hace que cada persona experimente las innumerables sensaciones de la vida física, sean positivas, negativas, activas o pasivas; el sufrimiento te da distintas sensaciones y apreciaciones que para ti son experiencias de vida. Si a partir de ellas eres capaz de buscar la verdad y la voluntad de Dios, te acercarás cada vez más a los objetivos que Él te ha dado. Ese es un aspecto y, además, pretende aportar más experiencia a la gente. Otro aspecto es la responsabilidad que Dios da al hombre. ¿Qué responsabilidad? Someterse a este sufrimiento. Debes soportarlo. Si lo soportas, eso es un testimonio. Ante la enfermedad, algunos temen que se enteren otras personas, creen que es algo vergonzoso, cuando en realidad no es nada de lo que haya que avergonzarse. Como cualquier persona normal, si en plena enfermedad eres capaz de aceptar los diversos tipos de sufrimiento que Dios dispone para ti e igualmente eres capaz de llevar a cabo normalmente tu deber, de cumplir con normalidad con las comisiones que Dios te da, eso es un testimonio, algo que humilla y derrota a Satanás. Entonces, todo ser creado y toda persona han de aceptar cualquier sufrimiento y someterse a él. Así has de entenderlo: está en consonancia con la voluntad de Dios y es Su propósito. Es lo que Dios dispone para cada ser creado. Que te ponga en estas situaciones y condiciones equivale a darte una responsabilidad, una obligación y una comisión, por lo que debes aceptarlas. ¿No es esta la verdad? Siempre que venga de Dios, siempre que Él te lo exija, es la verdad. ¿Por qué se dice que es la verdad? Porque si aceptas estas palabras como verdad, cuando te encuentres con un problema, ellas podrán corregir tus nociones y tu rebeldía, te permitirán pasar sin tropiezos por este problema, dar testimonio y no ir en contra de la voluntad de Dios ni rebelarte contra Él. Si eres capaz de someterte a las condiciones y situaciones en que te pone Dios, entenderás la verdad, y si eres capaz de dar dicho testimonio, humillarás a Satanás.
Extracto de ‘Solo si se corrigen las propias nociones es posible tomar el buen camino de la fe en Dios (1)’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
En su creencia en Dios, lo que las personas buscan es obtener bendiciones para el futuro; este es el objetivo de su fe. Todo el mundo tiene esta intención y esta esperanza, pero la corrupción en su naturaleza debe resolverse por medio de pruebas. En los aspectos en los que no estás purificado, en esos aspectos debes ser refinado: este es el arreglo de Dios. Dios crea un entorno para ti y te fuerza a ser refinado en ese entorno para que puedas conocer tu propia corrupción. Finalmente, llegas a un punto en el que preferirías morir y renunciar a tus planes y deseos, y someterte a la soberanía y el arreglo de Dios. Por tanto, si las personas no pasan por varios años de refinamiento, si no soportan una cierta cantidad de sufrimiento, no serán capaces de deshacerse de la esclavitud de la corrupción de la carne en sus pensamientos y en su corazón. En aquellos aspectos en los que sigues sujeto a la esclavitud de Satanás y en los que todavía tienes tus propios deseos y tus propias exigencias, esos son los aspectos en los que debes sufrir. Solo a través del sufrimiento pueden aprenderse lecciones; es decir, puede obtenerse la verdad y comprenderse la voluntad de Dios. De hecho, muchas verdades se entienden al experimentar pruebas dolorosas. Nadie puede comprender la voluntad de Dios, reconocer la omnipotencia de Dios y Su sabiduría o apreciar el carácter justo de Dios cuando se encuentra en un entorno cómodo y fácil o cuando las circunstancias son favorables. ¡Eso sería imposible!
Extracto de ‘Cómo debe uno satisfacer a Dios en medio de las pruebas’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
La mayoría de las personas creen ahora en Dios, pero no han entrado aún en el camino correcto. Siguen sintiéndose muy vacías y apáticas y, en ocasiones, hasta sienten que toda la vida es sufrimiento, que todo es vacío y desean incluso morir. Así es la persona antes de que su corazón tenga visión. No ha obtenido la verdad y no conoce aún a Dios, por lo que sigue sin sentir mucho placer interior. Especialmente todos vosotros habéis sufrido persecución y dificultades al volver a casa, sufrís y también tenéis pensamientos de muerte y sois reticentes a vivir; esta es la debilidad de la carne. Algunas personas piensan esto: Creemos en Dios y deberíamos sentir placer en nuestro interior. En la Era de la Gracia, el Espíritu seguía concediendo paz y gozo a las personas. Ahora hay demasiada poca paz y poco gozo; no hay placer como lo había durante la Era de la Gracia. Creer en Dios es hoy demasiado molesto. Sólo sabes que el placer de la carne es mejor que cualquier otra cosa. Desconoces lo qué Dios está haciendo hoy. Él permite que vuestra carne sufra con el fin de transformar vuestro carácter. Aunque vuestra carne sufra, tenéis la palabra de Dios y Su bendición. No puedes morir aunque quieras: ¿puedes renunciar a no conocer a Dios y a no obtener la verdad? Ahora bien, lo que ocurre principalmente es que las personas no han obtenido todavía la verdad y la vida y están en medio de la búsqueda de la salvación, así que deben sufrir un poco durante este período. En este momento, todos en el mundo están siendo puestos a prueba: Dios sigue sufriendo, así que ¿cómo no podríais sufrir vosotros también? Si no hay refinamiento a través de los grandes desastres, las personas no pueden tener una fe auténtica y tampoco obtendrán ni la verdad ni la vida. No tener pruebas y refinamiento no servirá. Pedro fue probado durante siete años al final (después de los cincuenta y tres años de edad). Experimentó centenares de pruebas a lo largo de esos siete años, y sólo después de esos tres años más tres más y otro año obtuvo vida y la transformación de su carácter. Por tanto, cuando obtienes realmente la verdad y llegas a conocer a Dios sientes que la vida debería vivirse para Dios. No vivir para Dios es demasiado lamentable: vivirías tu vida en amargo arrepentimiento y remordimiento extremo. No puedes morir aún. Debes apretar los puños y continuar viviendo resueltamente; debes vivir una vida para Dios. Cuando las personas poseen la verdad en ellas tienen esta resolución y nunca más desean morir; cuando la muerte te amenace, dirás: “Oh Dios, no estoy dispuesto a morir; sigo sin conocerte. Aún no he devuelto Tu amor. Sólo debo morir después de llegar a conocerte bien”. ¿Has llegado a este nivel? Todavía no, ¿verdad? Algunas personas sufren dificultades familiares y, otras, dificultades matrimoniales; algunas sufren persecución y no tienen siquiera un lugar donde descansar los pies. Sin importar a dónde vayan, sólo pueden quedarse en la casa de otros, así que sufren en su corazón. ¿Acaso el sufrimiento con el que os enfrentáis ahora no es el mismo sufrimiento de Dios? Estáis sufriendo junto con Dios y Él está sufriendo junto con las personas. Hoy todos participáis en la tribulación, el reino y la paciencia de Cristo y, al final, obtendréis la gloria. Esta clase de sufrimiento es significativo, pero, en definitiva, debes ser determinado. Debes entender el significado del sufrimiento de hoy y la razón por la que debes sufrir así. Busca un poco de verdad en esto y entiende un poco del propósito de Dios y entonces tendrás la determinación para soportar el sufrimiento. Si no entiendes el propósito de Dios y sólo rumias tu sufrimiento, entonces cuanto más pienses en ello, más angustiado te sentirás y estarás en problemas y comenzarás a sufrir el tormento de la muerte. Si entiendes la verdad, dirás: “Aún no he obtenido la verdad. Debo dedicarme adecuadamente a Dios. Debo dar buen testimonio de Dios. Debo devolver Su amor. Después de eso, no importa cómo muera. Entonces habré vivido una vida satisfactoria. Independientemente de quién más esté muriendo, no moriré ahora; debo seguir viviendo con tenacidad”. Por tanto, ahora todas estas cosas deben verse claramente, y la verdad debe entenderse a partir de ellas. Cuando las personas tienen la verdad, tienen fuerza. Cuando tienen la verdad, están llenos de una energía inagotable. Cuando poseen la verdad, tienen voluntad. Sin la verdad, son como los restos blandos del tofu. Con la verdad, son firmes y valientes, y no sienten su sufrimiento como tal, soporten lo que soporten.
Extracto de ‘Cómo conocer la naturaleza del hombre’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
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