Todos los pastores y ancianos religiosos son personas que sirven a Dios en la iglesia. Se puede afirmar razonablemente que, tratándose del regreso del Señor, deberían vigilar, esperar y abordarlo con prudencia. Sin embargo, ¿por qué no sólo no buscan ni investigan la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, sino que, por el contrario, se inventan rumores, juzgan y condenan a Dios Todopoderoso, engañan a los creyentes y les prohíben estudiar el camino verdadero?

2 Jun 2018

Respuesta: En realidad, esta pregunta no tiene nada de raro. En aquel tiempo, cuando el Señor Jesús vino a realizar Su obra, ya afrontó en esa ocasión la oposición, resistencia y condena frenéticas de los sumos sacerdotes, escribas y fariseos del mundo religioso, quienes acabaron crucificándolo. ¡Este es un hecho histórico! Pues bien, hermanos y hermanas, os pido que penséis una cosa: ¿por qué crucificó el mundo religioso al Señor Jesús? Si entendemos esta cuestión, no nos resultará difícil comprender por qué el mundo religioso ha crucificado a Dios Todopoderoso de los últimos días. Todo lo expresado por Dios Todopoderoso de los últimos días es la verdad y todo lo que Él lleva a cabo es precisamente la obra del juicio de Dios de los últimos días; no obstante, se enfrenta a la condena y blasfema airadas de los pastores y ancianos religiosos. ¡Esto invita claramente a la reflexión! Condenar de este modo la obra de Dios en los últimos días es blasfemar contra el Espíritu Santo. En el fondo, es lo mismo que crucificar a Cristo de los últimos días. ¡La esencia de este problema es de enorme gravedad! Algunos, simplemente, no lo entienden y alegan que todos los pastores y ancianos son personas que sirven a Dios en las iglesias, pero ¿por qué no buscan e investigan el camino verdadero en vez de condenarlo? De hecho, esto guarda relación con su naturaleza. Todos sabemos que los sumos sacerdotes, escribas y fariseos judíos eran personas que servían a Dios en los templos. Durante la época en que el Señor Jesús obró entre ellos, muchos admitieron que la obra y las palabras del Señor Jesús tenían autoridad y poder. No obstante, pese a ello, ¿por qué lo crucificaron? Por los relatos bíblicos sabemos que, en aquella época, la obra y predicación del Señor Jesús provocaron agitación en todo el Estado judío. El Señor Jesús dio de comer a 5000 personas con cinco panes y dos peces, ponía a caminar a los paralíticos, hacía que los ciegos vieran, resucitaba a los muertos, etc., lo cual causaba tremenda sensación en toda Judea. Muchos propagaban el nombre del Señor Jesús y los hechos de Su obra. Asimismo, el número de Sus seguidores crecía constantemente. Pero cuando lo vieron aquellos sumos sacerdotes, escribas y fariseos, el odio anidó en sus corazones. En su corazón tenían claro que, si el Señor Jesús continuaba con lo que estaba haciendo, enseguida todos los creyentes judíos lo seguirían y en breve todo el judaísmo se paralizaría y se acabaría. Así pues, para proteger la supervivencia del judaísmo, para proteger la santidad de la Biblia y, de hecho, también para proteger su estatus y sustento, hicieron todo lo posible por condenar al Señor Jesús, inventarse rumores sobre Él e incriminarlo y acabaron confabulándose con el Gobierno romano para crucificarlo. De igual modo, los pastores y ancianos religiosos de hoy ven que las palabras expresadas por Dios Todopoderoso son toda la verdad y que tienen autoridad y poder. Si estas palabras se difunden a todos los amantes de la verdad de los círculos religiosos, reconocerán que son la palabra y la voz de Dios y admitirán que el Señor Jesús ya ha regresado. Por consiguiente, a los pastores y ancianos les aterra que los creyentes vean las palabras de Dios Todopoderoso y oigan la voz de Dios. Les da incluso más miedo que todos los creyentes sigan a Dios Todopoderoso, ya que eso les hará perder el estatus y el sustento. En consecuencia, desprecian a Dios Todopoderoso en particular y de manera frenética se inventan rumores sobre Él, lo juzgan, se oponen a Él y lo condenan, a la vez que hacen todo lo posible por alterar a los creyentes e impedir que investiguen el camino verdadero. Este es un hecho evidente para todos los que tienen discernimiento. Demuestra que la raíz de la oposición y condena de los pastores y ancianos religiosos hacia Dios Todopoderoso es la misma que la de la oposición de los fariseos judíos al Señor Jesús. Todo lo domina su naturaleza satánica, que está harta de la verdad, la odia ¡y se opone a Dios! Los hechos son suficientes para demostrar que aquellos ancianos y pastores religiosos que se oponen y condenan a Dios Todopoderoso no son realmente siervos de Dios y que todos ellos son los verdaderos fariseos hipócritas. ¡Son unos anticristos!

La obra del Señor Jesús puso al descubierto que los fariseos judíos de aquel tiempo eran unos anticristos. En la actualidad, asimismo, la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días ha puesto al descubierto que los pastores y ancianos religiosos son unos anticristos. Tienen la misma esencia de odio a la verdad. Todos ellos son unos anticristos que reniegan de Dios encarnado. Tal como dice la Biblia: “Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo” (2 Juan 1:7). “En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4:2-3). Así pues, podemos tener la plena seguridad de que son unos anticristos todos aquellos que no admiten que Dios ha venido en la carne. Todos aquellos que se niegan a aceptar a Dios en la carne, lo condenan y se oponen a Él son unos anticristos. No cabe duda de que quienes verdaderamente creen en Dios y lo conocen aceptarán la obra de Dios en la carne. No cabe duda de que quienes no creen sinceramente en Dios ni lo conocen condenarán y se opondrán a Dios en la carne. La obra de Cristo de los últimos días, Dios Todopoderoso, ha dejado en evidencia a todos los anticristos e incrédulos y ha separado las ovejas de las cabras, a los buenos de los malos. De esta forma se clasifica al hombre por tipos. Por consiguiente, si los creyentes no distinguen a los anticristos, será muy fácil que estos los engañen y controlen ¡y les costará regresar ante el trono de Dios!

Extracto del guion de la película de “Libres de la trampa”

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