¿Si aceptamos a Dios Todopoderoso, tenemos garantizado entrar en el reino celestial?

1 Mar 2021

Respuesta: Dios Todopoderoso ha hablado muy claramente sobre este problema. Primero echemos un vistazo a lo que Él ha dicho.

El regreso de Jesús es una gran salvación para aquellos que son capaces de aceptar la verdad, pero para los que son incapaces de hacerlo es una señal de condenación. Debéis elegir vuestro propio camino y no blasfemar contra el Espíritu Santo ni rechazar la verdad. No debéis ser personas ignorantes y arrogantes, sino alguien que obedece la dirección del Espíritu Santo, que anhela y busca la verdad; sólo así os beneficiaréis(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. En el momento que contemples el cuerpo espiritual de Jesús, Dios ya habrá vuelto a crear el cielo y la tierra).

Voy a dejar que todos los que me siguen conozcan este hecho: los que no pueden aceptar completamente Mis palabras, los que no pueden practicar Mis palabras, los que no pueden encontrar un propósito en Mis palabras y los que no pueden recibir la salvación por causa de Mis palabras, son los que han sido condenados por Mis palabras y, además, han perdido Mi salvación y Mi vara nunca se apartará de ellos(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberíais considerar vuestros hechos).

Si tienes fe en Dios, pero no buscas la verdad ni la voluntad de Dios, ni amas el camino que te acerca a Dios, entonces Yo digo que eres alguien que está tratando de evadir el juicio y que eres un títere y un traidor que huye del gran trono blanco. Dios no perdonará a ninguno de los rebeldes que se escape de Su vista. Estos hombres recibirán un castigo aún más severo. Aquellos que vengan delante de Dios para ser juzgados y que, además, hayan sido purificados, vivirán para siempre en el reino de Dios. Por supuesto, esto es algo que pertenece al futuro(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).

De las palabras de Dios Todopoderoso, observamos que Dios salva a las personas según un principio. No todos los que aceptan la obra de Dios Todopoderoso pueden ser salvados y entrar en el reino de los cielos. Si las personas que aceptan la obra de Dios Todopoderoso van a tener o no un buen destino final, dependerá de si aman y buscan o no la verdad, y de si aceptan y obedecen el juicio y castigo de Dios, obteniendo así la verdad, liberándose del carácter satánico corrupto y siendo purificados. El juicio y castigo de Dios en los últimos días es la única oportunidad para que la humanidad corrupta sea salvada completamente. Sólo aquellos que amen la verdad, obedezcan el juicio y castigo de Dios, Sus pruebas y refinamiento, obtengan la verdad y sean purificados, van a ser aceptados en Su reino. Aquellos que no aceptan la verdad ni obedecen el juicio y castigo de Dios serán abandonados por Él. Y aquellos que cometan todo tipo de maldades serán castigados. La obra de juicio de Dios en los últimos días clasificará a todos según su clase. Que la gente pueda aceptar y obedecer el juicio y castigo de Dios, obtener la verdad y ser purificado está directamente relacionado con que puedan obtener la salvación y entrar en el reino de los cielos. Si las personas pueden o no aceptar la obra de Dios en los últimos días, está relacionado con su sino, su destino y el resultado final. Leamos otro pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso. “¿Entiendes ahora lo que es el juicio y lo que es la verdad? Si es así, te exhorto a someterte obedientemente a ser juzgado, de lo contrario nunca tendrás la oportunidad de ser elogiado por Dios o de ser llevado por Él a Su reino. Aquellos que solo acepten el juicio, pero que nunca puedan ser purificados, es decir, los que huyan en medio de la obra del juicio, serán detestados y rechazados para siempre por Dios. Sus pecados son más numerosos y más graves que los de los fariseos, ya que han traicionado a Dios y son rebeldes contra Él. Tales personas que no son dignas de realizar servicio recibirán un castigo más severo, un castigo que es, además, eterno. Dios no eximirá a ningún traidor que alguna vez evidenció lealtad con palabras, pero que luego lo traicionó. Personas como estas recibirán retribución por medio del castigo del espíritu, del alma y del cuerpo. ¿Acaso no es esta precisamente una revelación del carácter justo de Dios? ¿Acaso no es este el propósito de Dios al juzgar y exponer al hombre? Dios consigna a todos los que realizan todo tipo de acciones perversas durante el tiempo del juicio a un lugar infestado de espíritus malignos, y deja que estos espíritus malignos destruyan sus cuerpos carnales como deseen, y los cuerpos de estas personas despiden hedor de cadáver. Tal es su apropiada retribución. Dios escribe en sus libros de registro todos y cada uno de los pecados de aquellos falsos creyentes desleales, falsos apóstoles y falsos colaboradores; entonces, cuando llegue el momento apropiado, Él los arrojará en medio de los espíritus inmundos, dejando que estos espíritus inmundos contaminen sus cuerpos enteros a voluntad para que nunca puedan ser reencarnados y nunca más vean la luz. Aquellos hipócritas que realizan servicio durante un tiempo, pero son incapaces de permanecer leales hasta el final, son contados por Dios entre los malvados a fin de que se confabulen con los malvados y se conviertan en parte de su desordenada chusma; al final, Dios los aniquilará. Dios echa a un lado y no presta atención a aquellos que nunca han sido leales a Cristo ni han contribuido nada de su fuerza, y en el cambio de era Él los aniquilará a todos. Ya no existirán en la tierra ni mucho menos obtendrán paso al reino de Dios. Aquellos que nunca han sido sinceros con Dios, pero que han sido obligados por las circunstancias a lidiar indiferentes con Él, serán contados entre los que realizan servicio para Su pueblo. Solamente un pequeño número de tales personas podrán sobrevivir, mientras que la mayoría perecerá junto con los que prestan servicio que no está a la altura. En última instancia, Dios llevará a Su reino a todos aquellos que son de la misma mente que Él, al pueblo y los hijos de Dios, y también a los predestinados por Él para ser sacerdotes. Serán la síntesis de la obra de Dios. En cuanto a los que no puedan ser clasificados en ninguna de las categorías establecidas por Dios, serán contados entre los incrédulos, y con toda seguridad os imaginaréis cómo terminarán. Ya os he dicho todo lo que debo decir; el camino que elijáis queda solo a vuestra elección. Lo que debéis entender es esto: la obra de Dios nunca espera a nadie que no pueda seguir Su ritmo y el carácter justo de Dios no le muestra misericordia a ningún hombre(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).

Extracto del guion de la película de “Recuerdos que escuecen”

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