Hay muchas personas en el judaísmo y el cristianismo que también creen en el Dios verdadero, que adoran a Dios en templos e iglesias y que en apariencia son devotas. Aunque algunas no aceptan la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, no han hecho nada que se resista a Dios o lo condene de manera explícita. ¿Salvará Dios a personas como estas?

2 Mar 2021

Versículos bíblicos como referencia:

“Porque Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’, y: ‘Quien hable mal de su padre o de su madre, que muera’. Pero vosotros decís: ‘Cualquiera que diga a su padre o a su madre: “Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado”, no necesitará más honrar a su padre o a su madre’. Y así invalidasteis la palabra de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo: ‘Este pueblo con los labios me honra, pero su corazón está muy lejos de mí. Mas en vano me rinden culto, enseñando como doctrinas preceptos de hombres’” (Mateo 15:4-9).

“No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’ Y entonces les declararé: ‘Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicáis la iniquidad’” (Mateo 7:21-23).

Las palabras relevantes de Dios:

El estándar por el que los humanos juzgan a otros humanos se basa en su comportamiento; uno cuya conducta es buena es una persona justa y uno cuya conducta es abominable es malvado. El estándar por el que Dios juzga a los humanos se basa en si la esencia de alguien se somete a Él; uno que se somete a Dios es una persona justa y uno que no, es un enemigo y una persona malvada, independientemente de si el comportamiento de esta persona es bueno o malo, o si su discurso es correcto o incorrecto. Algunas personas desean usar las buenas obras para obtener un buen destino en el futuro y algunas personas desean usar palabras delicadas para adquirir un buen destino. Todo el mundo falsamente cree que Dios determina el resultado de las personas después de observar su comportamiento o después de escuchar su discurso; muchas personas desearán entonces aprovecharse de esto para engañar a Dios y así les conceda un favor temporal. En el futuro, las personas que sobrevivirán en un estado de reposo, todas habrán soportado el día de la tribulación y también habrán dado testimonio de Dios; todas serán personas que hayan cumplido su deber y se hayan sometido intencionadamente a Dios. A los que simplemente desean usar la oportunidad de servir con la intención de evitar practicar la verdad no se les permitirá permanecer. Dios tiene estándares apropiados para disponer el resultado de todos los individuos; Él simplemente no toma estas decisiones de acuerdo a palabras y conductas, ni tampoco las toma de acuerdo con su comportamiento durante un solo periodo de tiempo. De ninguna manera será indulgente con toda la conducta malvada de alguien debido al servicio pasado que haya hecho para Él, ni tampoco va a perdonar de la muerte a alguien por haberse gastado una vez para Dios. Nadie puede evadir el castigo por haber sido malvados y nadie puede cubrir su comportamiento malvado y, por lo tanto, evadir los tormentos de la destrucción. Si las personas pueden cumplir con su propio deber, esto quiere decir que son eternamente fieles a Dios y no buscan recompensas, independientemente de si reciben bendiciones o sufren desgracias. Si las personas son fieles a Dios cuando ven bendiciones, pero pierden su fidelidad cuando no pueden ver bendiciones, y si al final todavía son incapaces de dar testimonio de Dios y cumplir los deberes que les corresponden, entonces serán objeto de la destrucción, a pesar de haber prestado servicio fiel a Dios. En resumen, las personas malvadas no pueden sobrevivir a la eternidad ni tampoco pueden entrar en el reposo; solo los justos son los maestros del reposo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo

Al seguir a Dios, todo debería ser según Sus palabras actuales, y esto es de vital importancia: ya sea que estéis buscando la entrada a la vida o el cumplimiento de la voluntad de Dios, todo se debería centrar alrededor de las palabras actuales de Dios. Si lo que comunicas y lo que buscas no se centra alrededor de las palabras actuales de Dios, entonces eres un extraño a Sus palabras y careces por completo de la obra del Espíritu Santo. Lo que Dios quiere son personas que sigan Sus pasos. No importa qué asombroso y puro sea lo que hayas entendido antes, Dios no lo quiere y si no puedes hacer a un lado esas cosas, entonces, en el futuro, serán un enorme obstáculo para tu entrada. Todos los que pueden seguir la luz actual del Espíritu Santo son benditos. Las personas en el pasado también siguieron los pasos de Dios, pero no pudieron continuar hasta hoy; esta es la bendición de las personas de los últimos días. Los que pueden seguir la obra actual del Espíritu Santo y que pueden seguir los pasos de Dios, de tal manera que lo sigan dondequiera que Él los guíe, estas son las personas a las que Dios bendice. Los que no siguen la obra actual del Espíritu Santo, no han entrado en la obra de las palabras de Dios y, no importa cuánto se esfuercen o cuán grande sea su sufrimiento o cuánto vayan de aquí para allá, esto no significa nada para Dios y Él no los elogiará. En la actualidad, todos los que siguen las palabras actuales de Dios están en la corriente del Espíritu Santo; los que son ajenos a las palabras actuales de Dios están fuera de la corriente del Espíritu Santo y a tales personas Dios no las elogia. El servicio que está divorciado de las declaraciones actuales del Espíritu Santo es un servicio que es de la carne y de las nociones y es imposible que sea acorde a la voluntad de Dios. Si las personas viven rodeadas de nociones religiosas, entonces no pueden hacer nada que sea digno de la voluntad de Dios y aunque sirvan a Dios, sirven en medio de su imaginación y de sus nociones y son totalmente incapaces de servir según la voluntad de Dios. Los que no pueden seguir la obra del Espíritu Santo no entienden la voluntad de Dios y los que no entienden la voluntad de Dios no pueden servirlo. Dios quiere un servicio que sea según Su corazón; no quiere un servicio que sea de las nociones y de la carne. Si las personas no pueden seguir los pasos de la obra del Espíritu Santo, entonces viven en medio de nociones. El servicio de tales personas interrumpe y perturba y tal servicio va en contra de Dios. Así, los que no son capaces de seguir los pasos de Dios no pueden servirlo; los que no pueden seguir los pasos de Dios muy probablemente se oponen a Él y no son compatibles con Él. “Seguir la obra del Espíritu Santo” quiere decir entender la voluntad de Dios hoy, poder actuar de acuerdo con los requisitos actuales de Dios, poder obedecer y seguir al Dios de hoy, y estar en consonancia con Sus más nuevas declaraciones. Solo alguien así sigue la obra del Espíritu Santo y está en la corriente del Espíritu Santo. Tales personas no solo pueden recibir la alabanza de Dios y pueden verlo, sino que también pueden conocer Su carácter en Su última obra y pueden conocer las nociones del hombre y su desobediencia y su naturaleza y esencia; además, durante su servicio, pueden poco a poco lograr cambios en el carácter. Solo las personas como estas son las que pueden ganar a Dios y las que genuinamente han encontrado el camino verdadero. La obra del Espíritu Santo elimina a aquellas personas que no son capaces de seguir la última obra de Dios y que se rebelan contra Su última obra. Que esas personas abiertamente se opongan a Dios se debe a que Él ha hecho una nueva obra y la imagen de Dios no es la misma a la que estas personas tienen en sus nociones; como resultado de esto, se oponen abiertamente a Dios y lo juzgan, lo que la hace que Dios las aborrezca y las rechace. Tener el conocimiento de la última obra de Dios no es una tarea fácil, pero si las personas deciden obedecer la obra de Dios y persiguen la obra de Dios, entonces tendrán la oportunidad de verlo y tendrán la oportunidad de obtener la nueva guía del Espíritu Santo. Los que de manera intencional se oponen a la obra de Dios no pueden recibir la iluminación del Espíritu Santo o la guía de Dios. Por lo tanto, que las personas puedan recibir o no la última obra de Dios depende de la gracia de Dios, depende de su búsqueda y depende de sus intenciones.

Todos los que pueden obedecer las declaraciones actuales del Espíritu Santo son benditos. No importa cómo solían ser o cómo el Espíritu Santo solía obrar en ellos, los que han obtenido la última obra de Dios son los más bendecidos y los que no pueden seguir la última obra hoy son eliminados.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conoce la obra más reciente de Dios y sigue Sus huellas

En cada etapa de la obra de Dios existen también las correspondientes exigencias para el hombre. Todos los que están dentro de la corriente del Espíritu Santo poseen la presencia y disciplina del Espíritu Santo, y los que no están dentro de la corriente del Espíritu Santo están bajo el mando de Satanás y carecen de la obra del Espíritu Santo. Las personas que están en la corriente del Espíritu Santo son las que aceptan la nueva obra de Dios y cooperan en la nueva obra de Dios. Si las que están dentro de esta corriente no pueden cooperar ni poner en práctica la verdad que Dios exige durante este tiempo, serán disciplinadas y, en el peor de los casos, el Espíritu Santo las abandonará. Las que aceptan la nueva obra del Espíritu Santo vivirán dentro de la corriente del Espíritu Santo, y recibirán el cuidado y la protección del Espíritu Santo. Las que están dispuestas a poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo las esclarece, y las que no están dispuestas a poner en práctica la verdad, el Espíritu Santo las disciplina y hasta pueden ser castigadas. Independientemente de qué clase de persona sean, siempre que estén dentro de la corriente del Espíritu Santo, Dios asumirá la responsabilidad de todas las que aceptan Su nueva obra por el bien de Su nombre. Los que glorifican Su nombre y están dispuestos a poner en práctica Sus palabras, recibirán Sus bendiciones; los que lo desobedecen y no ponen en práctica Sus palabras recibirán Su castigo. Las personas que están en la corriente del Espíritu Santo son las que aceptan la nueva obra y, como han aceptado la nueva obra, deben cooperar de manera adecuada con Dios y no deben actuar como rebeldes que no llevan a cabo su deber. Esta es la única exigencia que Dios le hace al hombre. No así a las personas que no aceptan la nueva obra: ellas están fuera de la corriente del Espíritu Santo y la disciplina y la amonestación del Espíritu Santo no se les aplican. Estas personas viven todo el día dentro de la carne, viven dentro de sus mentes y todo lo que hacen es según la doctrina que se produce fruto del análisis y la investigación de sus propios cerebros. Esto no es lo que requiere la nueva obra del Espíritu Santo, mucho menos es la cooperación con Dios. Los que no aceptan la nueva obra de Dios son despojados de la presencia de Dios y, además, están desprovistos de las bendiciones y de la protección de Dios. La mayoría de sus palabras y acciones se aferran a las exigencias del pasado de la obra del Espíritu Santo; son doctrina, no la verdad. Tal doctrina y reglas son suficientes para probar que la reunión de estas personas no es más que religión; no son los elegidos ni los objetos de la obra de Dios. La asamblea de todos los que están entre ellos solo se puede llamar un gran congreso de religión y no se puede llamar iglesia. Este es un hecho inalterable. No tienen la nueva obra del Espíritu Santo; lo que hacen parece oler a religión, lo que viven parece estar repleto de religión; no poseen la presencia y la obra del Espíritu Santo, mucho menos son elegibles para recibir la disciplina o el esclarecimiento del Espíritu Santo. Todas estas personas son cadáveres inertes y gusanos desprovistos de espiritualidad. No tienen conocimiento de la rebelión y oposición del hombre, no tienen conocimiento de toda la maldad del hombre, mucho menos conocen toda la obra de Dios y la actual voluntad de Dios. ¡Todas son ignorantes, personas viles, son escoria, no aptas para ser llamadas creyentes! Nada de lo que hacen tiene relación con la gestión de Dios, mucho menos puede perjudicar los planes de Dios. Sus palabras y acciones son demasiado repugnantes, patéticas y simplemente indignas de mención. Nada de lo que hagan los que no están dentro de la corriente del Espíritu Santo tiene algo que ver con la nueva obra del Espíritu Santo. Por esto, no importa qué hagan, carecen de la disciplina del Espíritu Santo y, además, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Porque todas ellas son personas que no tienen amor por la verdad y el Espíritu Santo las ha rechazado y aborrecido. Se les llama hacedores de maldad porque caminan en la carne y hacen lo que les place bajo el anuncio de Dios. Mientras Dios obra, le son deliberadamente hostiles y corren en dirección opuesta a Él. El fracaso del hombre en cooperar con Dios es sumamente rebelde en sí mismo; entonces ¿no recibirán particularmente su justa retribución aquellas personas que deliberadamente se oponen a Dios?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

¿Qué nombre da Dios a la religión de quienes creían en Jehová? Judaísmo. Se convirtieron en un tipo de grupo religioso. Y ¿cómo define Dios la religión de aquellos que creen en Jesús? (Cristianismo). A los ojos de Dios, el judaísmo y el cristianismo representan grupos religiosos. ¿Por qué los define Dios de esta manera? Entré todos los que son miembros de estos cuerpos religiosos definidos por Dios, ¿hay alguno que tema a Él y rechace el mal, que haga Su voluntad y siga Su camino? (No). Esto lo deja claro. A ojos de Dios, ¿pueden todos aquellos que siguen a Él solo de nombre ser personas a las que Él reconozca como creyentes? ¿Tienen todos ellos una conexión con Dios? ¿Podrían ser todos ellos objetivos para Su salvación? (No). Así pues, ¿vendrá un día en el que seréis reducidos a lo que Dios ve como un grupo religioso? (Es posible). Ser reducidos a un grupo religioso, eso parece inconcebible. Si las personas se vuelven parte de un grupo religioso a los ojos de Dios, ¿serán salvadas por Él? ¿Pertenecen a Su casa? (No, no pertenecen). Así pues, debemos tratar de resumirlo: estas personas que creen solo de palabra en el Dios verdadero, pero que Él cree que pertenecen a grupos religiosos, ¿por cuál senda caminan? ¿Podría decirse que estas personas caminan por la senda de ondear la bandera de la fe sin siquiera seguir el camino de Dios, y de creer en Él, pero nunca adorarlo, sino abandonarlo? Es decir, caminan por la senda de creer en Dios, pero lo abandonan y no siguen Su camino; su camino es uno en el que creen en Dios pero adoran a Satanás; adoran al diablo, tratan de llevar a cabo su propia gestión y de establecer su propio reino. ¿No es esto la esencia de todo ello? ¿Acaso las personas que son así tienen alguna conexión con el plan de gestión de Dios para la salvación de los humanos? (No). Sin importar cuántas personas crean en Dios, tan pronto como sus creencias sean definidas por Él como pertenecientes a una religión o grupo, entonces Él ya ha decidido que ellas no pueden ser salvadas. ¿Por qué digo esto? En el caso de un grupo o multitud de personas que carecen de la obra y guía de Dios y que no lo adoran en absoluto, ¿a quién adoran? ¿A quién siguen? De forma y de nombre, siguen a una persona, pero ¿a quién siguen esencialmente? En el fondo, reconocen a Dios, pero, en realidad, están sujetas a la manipulación, las disposiciones y el control humanos. Siguen a Satanás, el diablo; siguen a las fuerzas que son hostiles a Dios y que son Sus enemigas. ¿Salvaría Dios a una manada de personas como estas? (No). ¿Por qué no? ¿Son capaces de arrepentirse? (No). Ondean la bandera de la fe, realizando proyectos humanos y dirigiendo su propia gestión y van en contra del plan de gestión de Dios para la salvación de la humanidad. Su resultado final es ser detestadas y rechazadas por Dios; Él no podría, de ningún modo, salvar a estas personas y ellas no podrían, de ninguna manera, arrepentirse, pues ya han sido atrapadas por Satanás: están completamente en las manos de Satanás. En tu fe, ¿importa cuántos años lleves creyendo en Dios para que Él te elogie o no? ¿Importan los rituales y normas que observas? ¿Se fija Dios en los métodos de práctica de la gente? ¿Se fija en cuánta gente hay? Ha elegido a una parte de la raza humana; ¿cómo evalúa si esta puede y debe salvarse? Lo decide en función de las sendas que siguen estas personas. En la Era de la Gracia, aunque las verdades que dijo Dios a la gente fueron menos numerosas y específicas que hoy en día, en aquel momento pudo perfeccionarla de todos modos y la salvación todavía era posible. Y, así, en lo que se refiere a las personas de esta era, que han escuchado muchas verdades y han llegado a comprender la voluntad de Dios, si son incapaces de seguir Su camino y de caminar por la senda de la salvación, ¿cuál será su resultado final? Será el mismo que el de aquellos creyentes del cristianismo y el judaísmo; no habrá diferencia. ¡Este es el carácter justo de Dios! Independientemente de cuántos sermones hayas escuchado o cuántas verdades hayas entendido, si, al final, continúas siguiendo a los humanos y a Satanás y, al final, sigues siendo incapaz de seguir el camino de Dios y de temer a Dios y de rechazar el mal, entonces tales personas serán aborrecidas y rechazadas por Dios. Aparentemente, estas personas que son aborrecidas y rechazadas por Dios pueden hablar mucho sobre letras y doctrinas, y muchas han llegado a comprender muchas verdades y, sin embargo, son incapaces de adorar a Dios; son incapaces de temer a Dios y de rechazar el mal y son incapaces de tener una sumisión total a Él. A los ojos de Dios, Él las define como parte de una religión, simplemente como un grupo de humanos, una pandilla de humanos, y como un lugar de alojamiento para Satanás. De forma colectiva, se hace referencia a ellas como la pandilla de Satanás y estas personas son totalmente aborrecidas por Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo con temor a Dios se puede recorrer la senda de la salvación

Los que quieren obtener la vida sin confiar en la verdad de la que Cristo habló son las personas más absurdas de la tierra, y los que no aceptan el camino de la vida que Cristo trajo están perdidos en la fantasía. Y así digo que aquellos que no aceptan al Cristo de los últimos días Dios los detestará para siempre. Cristo es la puerta para que el hombre entre al reino durante los últimos días, y no hay nadie que pueda evitarle. Nadie puede ser perfeccionado por Dios excepto por medio de Cristo. Tú crees en Dios y por tanto debes aceptar Sus palabras y obedecer Su camino. No puedes simplemente pensar en obtener bendiciones sin ser capaz de recibir la verdad o de aceptar la provisión de la vida. Cristo viene en los últimos días para que a todos los que verdaderamente creen en Él les pueda proveer la vida. Su obra es en aras de concluir la era antigua y entrar en la nueva, y Su obra es el camino que deben tomar todos los que entrarán en la nueva era. Si no eres capaz de reconocerlo y en cambio lo condenas, blasfemas y hasta lo persigues, entonces estás destinado a arder por toda la eternidad y nunca entrarás en el reino de Dios. Porque este Cristo es Él mismo la expresión del Espíritu Santo, la expresión de Dios, Aquel a quien Dios le ha confiado hacer Su obra en la tierra. Y por eso digo que si no puedes aceptar todo lo que el Cristo de los últimos días hace, entonces blasfemas contra el Espíritu Santo. La retribución que deben sufrir los que blasfeman contra el Espíritu Santo es obvia para todos. También te digo que si te resistes al Cristo de los últimos días y si reniegas de Él, entonces no habrá nadie que pueda soportar las consecuencias en tu lugar. Además, a partir de este día no tendrás otra oportunidad para obtener la aprobación de Dios; incluso si tratas de redimirte tú mismo, nunca más volverás a contemplar el rostro de Dios. Porque al que tú te resistes no es un hombre, lo que niegas no es algún ser diminuto, sino a Cristo. ¿Sabes cuáles serán las consecuencias de esto? No habrás cometido un pequeño error, sino que habrás cometido un crimen atroz. Y así les aconsejo a todos que no tengan una reacción violenta contra la verdad, o hagan críticas descuidadas, porque solo la verdad te puede dar la vida y nada excepto la verdad te puede permitir volver a nacer y contemplar el rostro de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna

Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.