Cómo se llega al verdadero autoconocimiento

27 Oct 2021

Las palabras relevantes de Dios:

Para permitir que las personas se conozcan a sí mismas, Dios usa muchos métodos diferentes. Él permite que las personas lleguen a conocerse a sí mismas poco a poco a través de la experiencia. Ya utilice pruebas, juicio o castigo, en palabras o hechos, Dios permite que las personas experimenten sin cesar el juicio, el castigo y la disciplina de las palabras de Dios y el esclarecimiento e iluminación de Sus palabras. Al mismo tiempo, Él permite que las personas reconozcan su propia corrupción, su rebeldía y su naturaleza. Entonces, ¿cuál es el objetivo final de Dios cuando hace todo esto? Es permitir que cada persona que experimente la obra de Dios sepa lo que es el hombre. ¿Qué incluye “lo que es el hombre”? Incluye permitir que las personas reconozcan su propia identidad, posición, deber y responsabilidad. Es permitirte saber quién es el hombre y quién eres tú mismo. Este es el objetivo final de que Dios permita que las personas se conozcan a sí mismas.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Dios mismo, el único III

La clave para lograr un cambio de carácter es conocer la propia naturaleza, y esto debe suceder de acuerdo con las revelaciones de Dios. Sólo en la palabra de Dios se puede conocer la propia naturaleza espantosa, reconocer en esta los diferentes venenos de Satanás, darse cuenta de que uno es necio e ignorante, y reconocer los elementos débiles y negativos de la misma. Después de que estos se conozcan completamente, y puedas verdaderamente odiarte y renunciar a la carne, cumplir con la palabra de Dios de forma consistente y tener la voluntad de someterte de manera absoluta al Espíritu Santo y a la palabra de Dios, entonces te habrás embarcado en la senda de Pedro. Sin la gracia de Dios, si no hay esclarecimiento y dirección del Espíritu Santo, sería muy difícil transitar por esta senda, porque las personas no tienen la verdad y son incapaces de traicionarse a sí mismas. Andar por la senda de perfección de Pedro reside ante todo en la determinación, en tener fe y depender de Dios. Además, uno debe someterse a la obra del Espíritu Santo; en todas las cosas, uno no puede estar sin las palabras de Dios. Estos son los aspectos clave, de los cuales ninguno puede ser violado. Llegar a conocerse a uno mismo mediante la experiencia es muy difícil; sin la obra del Espíritu Santo es muy complicado entrar.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Conocerse a uno mismo es principalmente conocer la naturaleza humana

Para conocerte a ti mismo, debes conocer tus expresiones de corrupción, tus propias debilidades vitales, tu carácter y tu esencia-naturaleza. También debes saber, hasta el último detalle, aquellas cosas que se revelan en tu vida diaria: tus motivos, tus perspectivas y tu actitud sobre cada cosa —ya sea que estés en casa o fuera—, cuando estés en reuniones, cuando estés comiendo y bebiendo las palabras de Dios o en cada problema que encuentres. A través de estas cosas debes llegar a conocerte. Para conocerte en un nivel más profundo, debes integrar las palabras de Dios; solo puedes lograr resultados conociéndote con base en Sus palabras. Al recibir el juicio de las palabras de Dios no debemos temer el sufrimiento ni el dolor y, mucho menos, temer que las palabras de Dios penetren en nuestro corazón. Debemos leer más de Sus declaraciones acerca de cómo Él nos juzga, nos castiga y expone nuestra esencia corrupta. Debemos leerlas y mantenernos más firmes en ellas. No compares a los demás con ellas: debemos compararnos con ellas. No carecemos de ninguna de estas cosas; todos podemos cuadrar con ellas. Si no lo crees, ve y experiméntalo por ti mismo. Tras leer las palabras de Dios, algunas personas no saben aplicárselas a sí mismas; piensan que parte de estas palabras no tratan de ellas, sino de otras personas. Por ejemplo, cuando Dios desenmascara a las personas como mujerzuelas y rameras, algunas hermanas creen que, al haber sido inequívocamente fieles a sus maridos, esas palabras no deben de referirse a ellas; otras creen que, como no están casadas y nunca han mantenido relaciones sexuales, esas palabras tampoco deben de referirse a ellas. Algunos hermanos piensan que estas palabras solo se dirigen a las mujeres y no tienen nada que ver con ellos; otros piensan que estas palabras de Dios suenan demasiado desagradables y se niegan a aceptarlas. Incluso hay quienes dicen que, en algunos casos, las palabras de Dios están equivocadas. ¿Es esta la actitud correcta hacia las palabras de Dios? La gente no sabe hacer introspección basándose en las palabras de Dios. Aquí, “mujerzuelas” y “rameras” aluden a la corrupción de la promiscuidad de las personas. Hombre o mujer, casado o no, todo el mundo está dotado de la corrupción de la promiscuidad; por tanto, ¿es posible que no tenga nada que ver contigo? Las palabras de Dios exponen el carácter corrupto de la gente; trátese de un hombre o de una mujer, el nivel de corrupción es el mismo, ¿no es así? Antes de hacer cualquier otra cosa, hemos de comprender que debemos aceptar cada una de las palabras de Dios, tanto si estas declaraciones suenan agradables como si no y sea amarga o dulce la sensación que nos den. Esa es la actitud que debemos tener hacia las palabras de Dios. ¿Qué clase de actitud es esta? ¿Una actitud devota, una actitud paciente o una actitud de aceptar el sufrimiento? Os digo que no es ninguna de estas. En nuestra fe, debemos sostener firmemente que las palabras de Dios son la verdad. Ya que son la verdad, debemos aceptarlas de una forma racional. Seamos o no capaces de reconocerlo o admitirlo, nuestra primera actitud debe ser una de aceptación absoluta de las palabras de Dios. Cada línea de las palabras de Dios pertenece a un estado específico. Es decir, ninguna de las líneas de Sus declaraciones trata sobre las apariencias externas y, mucho menos, sobre reglas externas o sobre una forma sencilla de comportamiento en las personas. No es así. Si ves cada línea pronunciada por Dios como si se tratase de una clase sencilla de comportamiento humano o apariencia externa, entonces no tienes entendimiento espiritual y no entiendes lo que es la verdad. Las palabras de Dios son profundas. ¿Cómo son profundas? Todo lo que Dios dice, todo lo que Él revela, trata sobre el carácter corrupto de las personas y sobre las cosas esenciales y profundamente arraigadas dentro de su vida. Son cosas esenciales, no apariencias externas y, sobre todo, no son comportamientos externos.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La importancia de buscar la verdad y la senda de búsqueda

Cuando leía las palabras de Dios, Pedro no estaba centrado en entender las doctrinas y, menos aún, en obtener conocimiento teológico; más bien, se concentró en comprender la verdad y captar la voluntad de Dios y lograr un entendimiento de Su carácter y Su encanto. Pedro también intentó comprender los diversos estados corruptos del hombre a partir de las palabras de Dios, así como la naturaleza corrupta del hombre y sus verdaderas deficiencias, cumpliendo, así, con todos los aspectos de las exigencias que Dios le hace al hombre para que lo satisfaga. Pedro tuvo muchas prácticas correctas que se ciñeron a las palabras de Dios. Esto estuvo totalmente alineado con la voluntad de Dios y fue la mejor forma en la que una persona podía cooperar al tiempo que experimentaba la obra de Dios. Cuando experimentó los centenares de pruebas provenientes de Dios, Pedro se autoexaminó de un modo estricto contra cada palabra del juicio de Dios hacia el hombre, cada palabra de la revelación de Dios al hombre y cada palabra de Sus exigencias al hombre e intentó desentrañar el significado de esas palabras. Intentó reflexionar sinceramente en cada palabra que Jesús le dijo y memorizarla y tuvo muy buenos resultados. Mediante esta forma de práctica fue capaz de alcanzar un entendimiento de sí mismo a partir de las palabras de Dios, y no sólo llegó a entender los diversos estados corruptos del hombre, sino que también comprendió la esencia, la naturaleza y los diversos tipos de defectos del hombre. Esto es lo que significa verdaderamente entenderse a uno mismo.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo caminar por la senda de Pedro

Cuando se trata de conocer la naturaleza del hombre, lo más importante es verla desde la perspectiva de la visión del mundo del hombre, de la vida y de los valores. Todos los que son del diablo viven para sí mismos. Su visión de la vida y sus máximas proceden principalmente de los dichos de Satanás, como “Cada hombre para sí mismo y sálvese quien pueda”. Las palabras pronunciadas por esos reyes demonios, por personas importantes y filósofos de la tierra, se han convertido en la vida del hombre. En particular, la mayor parte de las palabras de Confucio, publicitado por el pueblo chino como un “sabio”, se han convertido en la vida del hombre. También están los proverbios famosos del budismo y el taoísmo, y los dichos clásicos de diversas figuras famosas citados con frecuencia; todos estos son esbozos de las filosofías de Satanás y de su naturaleza. También son las mejores ilustraciones y explicaciones de la naturaleza de Satanás. Estos venenos que se han inoculado en el corazón del hombre proceden todos de Satanás; ni la más mínima pizca de ellos procede de Dios. Tales palabras demoníacas también están en directa oposición a la palabra de Dios. Queda absolutamente claro que las realidades de todas las cosas positivas vienen de Dios, y todas esas cosas negativas que envenenan al hombre proceden de Satanás. Por tanto, puedes discernir la naturaleza de una persona y a quién pertenece esta a partir de su visión de la vida y de los valores. Satanás corrompe a las personas mediante la educación y la influencia de gobiernos nacionales, de los famosos y los grandes. Sus palabras demoníacas se han convertido en la naturaleza-vida del hombre. “Cada hombre por sí mismo y sálvese quien pueda” es un conocido dicho satánico que ha sido infundido en todos y que se ha convertido en la vida del hombre. Hay otras palabras de la filosofía de vida que también son así. Satanás utiliza la cultura tradicional refinada de cada nación para educar a las personas, provocando que la humanidad caiga y sea envuelta en un abismo infinito de destrucción, y al final Dios destruye a las personas porque sirven a Satanás y se resisten a Dios. Imagina que le preguntas a alguien que ha estado activo en la sociedad durante décadas: “Dado que has vivido en el mundo durante mucho tiempo y has conseguido mucho; ¿cuáles son los principales dichos famosos por los que te riges?”. Podría decir, “El más importante es ‘Los funcionarios no golpean a los que hacen regalos, los que no adulan ni halagan no consiguen nada’”. ¿Acaso estas palabras no son representativas de su naturaleza? No escatimar ningún medio para obtener posición se ha convertido en su naturaleza; ser funcionario es lo que le da vida. Sigue habiendo muchos venenos satánicos en la vida de las personas, en su conducta y comportamiento; apenas poseen verdad alguna. Por ejemplo, sus filosofías de vida, sus formas de hacer las cosas y sus máximas están todas llenas de los venenos del gran dragón rojo, y todas proceden de Satanás. Así pues, todas las cosas que fluyen a través de los huesos y la sangre de las personas son cosas de Satanás. Todos esos funcionarios, aquellos que están en el poder y quienes logran el éxito tienen sus propias sendas y sus propios secretos para llegar a él. ¿No son tales secretos perfectamente representativos de su naturaleza? Han hecho cosas muy grandes en el mundo, y nadie puede darse cuenta de los planes e intrigas que se esconden tras ellos. Esto muestra cuán insidiosa y venenosa es su naturaleza. Satanás ha corrompido profundamente a la humanidad. El veneno de Satanás fluye por la sangre de todas las personas, y se puede ver que la naturaleza del hombre es corrupta, malvada y reaccionaria, llena de las filosofías de Satanás e inmersa en ellas; es por entero una naturaleza que traiciona a Dios. Por este motivo la gente se resiste y se opone a Dios. El hombre puede llegar fácilmente a conocerse a sí mismo si su naturaleza puede ser diseccionada así.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la naturaleza del hombre

Mientras las personas no hayan experimentado la obra de Dios y hayan obtenido la verdad, la naturaleza de Satanás es la que toma las riendas y las domina desde el interior. ¿Qué cosas específicas conlleva esa naturaleza? Por ejemplo, ¿por qué eres egoísta? ¿Por qué proteges tu propia posición? ¿Por qué tienes emociones tan fuertes? ¿Por qué te gustan esas cosas injustas? ¿Por qué te gustan esas maldades? ¿Cuál es la base para que te gusten estas cosas? ¿De dónde proceden? ¿Por qué las aceptas de tan buen grado? Para este momento, todos habéis llegado a comprender que esto se debe, principalmente, al veneno de Satanás que hay dentro de vosotros. En cuanto a qué es el veneno de Satanás, se puede expresar por completo con palabras. Por ejemplo, si les preguntas a algunos malvados por qué cometieron el mal, te responderán: “Cada hombre por sí mismo y sálvese quien pueda”. Esta sola frase expresa la raíz del problema. La lógica de Satanás se ha convertido en la vida de las personas. Puede que hagan las cosas con un propósito u otro, pero solo lo hacen para sí mismas. Todos piensan que ya que el plan es cada hombre por sí mismo y sálvese quien pueda, deben vivir para ellos mismos, hacer todo lo que esté en su mano para asegurarse una buena posición y la comida y ropa de calidad. “Cada hombre por sí mismo y sálvese quien pueda”: esta es la vida y la filosofía del hombre y también representa la naturaleza humana. Estas palabras de Satanás son precisamente el veneno de Satanás, y cuando la gente lo internaliza, se convierte en su naturaleza. La naturaleza de Satanás queda expuesta a través de estas palabras; lo representan por completo. Este veneno se convierte en la vida de las personas y en el fundamento de su existencia, y la humanidad corrompida ha sido sistemáticamente dominada por este veneno durante miles de años. Todo lo que Satanás hace es para sí mismo. Quiere superar a Dios, liberarse de Él, ejercer el poder y poseer todas las creaciones de Dios. Por lo tanto, la naturaleza del hombre es la de Satanás. En realidad, los lemas de muchas personas pueden representar y reflejar su naturaleza. Independientemente de cómo traten de disfrazarse, en todo lo que hacen y dicen no pueden esconder quién son. Hay algunas personas que nunca dicen la verdad y a las que se les da muy bien fingir; sin embargo, una vez que los demás hayan interactuado con ellas durante un tiempo, su naturaleza engañosa y su total deshonestidad quedan al descubierto. Al final, otros llegan a la siguiente conclusión: esa persona nunca dice una palabra de verdad y es deshonesta. Esta declaración representa la naturaleza de esa persona; es la mejor muestra y prueba de su esencia-naturaleza. Su filosofía de vida consiste en no decirle la verdad a nadie y, también, en no confiar en nadie. ¡La naturaleza satánica del hombre contiene una gran cantidad de esta filosofía! En ocasiones, tú mismo no eres consciente de ello y no lo entiendes, pero vives basándote en ello cada momento de tu vida. Además, piensas que esta filosofía es muy correcta y razonable y que no está equivocada en absoluto. Esto es suficiente para ilustrar que la filosofía de Satanás se ha convertido en la naturaleza de las personas, y que las personas viven completamente de acuerdo con esa filosofía, y no se rebelan contra ella en lo más mínimo. Por tanto, el hombre constantemente está revelando su naturaleza satánica y, en todos los aspectos, sigue rigiéndose por la filosofía de Satanás. La naturaleza de Satanás es la vida de la humanidad.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo caminar por la senda de Pedro

¿Cómo entiendes tu naturaleza humana? En realidad, entender tu naturaleza significa realmente analizar la profundidad de tu alma; implica lo que hay en tu vida. Has estado viviendo según la lógica de Satanás y sus puntos de vista, es decir, que has estado viviendo la vida de Satanás. Sólo puedes entender tu naturaleza si desentierras las partes más profundas de tu alma. ¿Cómo pueden desenterrarse estas cosas? No pueden desenterrarse o diseccionarse mediante apenas uno o dos sucesos; muchas veces, después de que has terminado de hacer algo, sigues sin haber llegado a un entendimiento. Se podrían requerir tres o cinco años antes de que seas capaz de obtener aunque sea una ínfima comprensión y entendimiento de ellas. En muchas situaciones, debes reflexionar y conocerte a ti mismo, y sólo cuando practiques la profundización verás resultados. A medida que tu comprensión de la verdad se hace más y más profunda, poco a poco llegarás a conocer tu propia esencia-naturaleza a través de la autorreflexión y el autoconocimiento. Para conocer tu naturaleza, debes lograr algunas cosas. Primero, debes tener un entendimiento claro de lo que te gusta. Esto no se refiere a lo que te gusta comer o vestir; más bien, se refiere al tipo de cosas que disfrutas, las cosas que envidias, que adoras, que buscas y a las que prestas atención en tu corazón, el tipo de personas con las que te gusta entrar en contacto, el tipo de cosas que te gusta hacer y el tipo de personas que idolatras en tu corazón. Por ejemplo: a la mayoría de la gente le gustan las personas de gran prestigio, personas que son elegantes en su discurso y comportamiento o las que hablan con elocuente adulación o las que aparentan lo que no son. Lo arriba mencionado tiene que ver con aquello con lo cual a las personas les gusta interactuar. En cuanto a las cosas que disfrutan las personas, incluyen el estar dispuestas a hacer ciertas cosas fáciles de hacer, disfrutar hacer cosas que a los demás les parecen buenas y que harían que las personas cantaran alabanzas e hicieran cumplidos. En la naturaleza de las personas, existe una característica común en las cosas que les gustan. Es decir, les gustan las personas, sucesos y cosas que otros envidian debido a su apariencia externa; les gustan las personas, cosas y sucesos que se ven hermosas y lujosas y les gustan las personas, sucesos y cosas que hacen que otras las adoren debido a las apariencias. Estas cosas a las que la gente les tiene cariño son geniales, deslumbrantes, magníficas e imponentes. Todas las personas adoran estas cosas. Puede verse que las personas no tienen nada de la verdad y tampoco tienen la semejanza de seres humanos auténticos. No tiene el más mínimo sentido adorar estas cosas, pero a las personas les siguen gustando. Estas cosas que le gustan a la gente les parecen especialmente buenas a los que no creen en Dios, particularmente dispuestos a ir en pos de ellas. […] Aspirar a estas cosas es revolcarse en el fango con la gente mundana. Dios detesta esto. Le falta verdad, le falta humanidad y es satánico. Esto es lo que supone desenterrar la naturaleza de una persona a partir de sus preferencias. Se pueden observar las preferencias de la gente en su forma de vestir: algunas personas están deseando llevar ropa llamativa y colorida, o conjuntos estrafalarios. Llevan accesorios que nunca se han llevado y les encantan las cosas que puedan atraer al sexo opuesto. Que lleven esta ropa y estos accesorios demuestra su preferencia por estas cosas en su vida y en lo más profundo de su corazón. Las cosas que les gustan no son dignas ni decentes. No son cosas propias de una persona verdaderamente auténtica. Es inicuo que les gusten. Su talante es precisamente el mismo que el de la gente mundana. No es posible apreciar la más mínima verdad en esas personas. Por tanto, lo que te gusta, aquello en lo que te centras, lo que adoras, lo que envidias y aquello en lo que piensas en tu corazón cada día, todo ello es representativo de tu naturaleza. Es suficiente para demostrar que a tu naturaleza le gusta la iniquidad y que, en situaciones graves, es malvada e incurable. Debes analizar tu naturaleza de este modo; es decir, examinar aquello que te gusta mucho y aquello a lo que renuncias en tu vida. Puede que seas bueno con alguien durante un tiempo, pero esto no demuestra que le tengas cariño. Lo que te gusta de verdad es, precisamente, lo que está en tu naturaleza; aunque tuvieras los huesos rotos, lo seguirías disfrutando y no podrías renunciar a ello jamás. Esto no resulta fácil de cambiar. Tomemos como ejemplo el encontrar una pareja. Si una mujer en verdad se enamorase de alguien, entonces nadie podría detenerla. Aunque le rompieran las piernas, ella querría estar con él; querría casarse con él aunque para ella eso significara la muerte. ¿Cómo puede ser esto? Esto se debe a que nadie puede cambiar lo que las personas tienen en lo profundo de su ser. Aunque una persona muriera, a su alma le seguirían gustando las mismas cosas; estas son las cosas de la naturaleza humana, y representan la esencia de la persona. Las cosas que les gustan a las personas contienen cierta iniquidad. Algunas son obvias en su cariño por esas cosas, mientras que otras no; algunas personas les tienen gran cariño, mientras que otras no; algunas personas pueden controlarse y otras no. Algunas personas tienden a hundirse en las cosas oscuras, lo que demuestra que no poseen ni una pizca de vida. Si las personas son capaces de no andar ocupadas y limitadas por esas cosas, ello demuestra que su carácter se ha transformado un poco y tienen un poco de estatura. Ciertas personas entienden algunas verdades y sienten que tienen vida y que aman a Dios. En realidad, sigue siendo demasiado pronto y sufrir la transformación del carácter propio no es un asunto fácil. ¿Acaso es la naturaleza propia fácil de entender? Aunque la entendieras un poco, no sería fácil de cambiar. Este es un ámbito difícil para las personas. Independientemente de cómo puedan cambiar las personas, los asuntos o las cosas que te rodean, e independientemente de cómo pueda ponerse el mundo boca abajo, si la verdad te guía desde dentro, si ha echado raíces dentro de ti, y si las palabras de Dios guían tu vida, tus preferencias, tus experiencias y tu existencia, te habrás transformado de verdad. Ahora bien, esta supuesta transformación consiste sencillamente en que las personas colaboren un poco y tengan un poco de entusiasmo y fe, pero esto no puede considerarse una transformación ni demuestra que las personas tengan vida; tan solo son las preferencias de las personas y nada más.

Además de sacar a la luz las cosas que más les gustan a las personas de su naturaleza, también es necesario descubrir otros aspectos pertenecientes a esta. Por ejemplo, los puntos de vista de las personas sobre las cosas; sus métodos y sus metas en la vida; sus valores vitales y sus opiniones sobre la vida y sobre todas las cosas relacionadas con la verdad. Estas cosas están, todas, en lo profundo del alma de la gente y guardan una relación directa con la transformación del carácter. ¿Cuál es, entonces, la perspectiva vital de la humanidad corrupta? Se puede decir que es la siguiente: “Cada hombre por sí mismo y sálvese quien pueda”. La gente vive para sí misma; por decirlo más claro, vive para la carne. Solamente vive para llevarse comida a la boca. ¿En qué se diferencia esta existencia de la de los animales? No tiene ningún valor vivir así, y menos aún sentido. La perspectiva vital se basa en aquello de lo que dependes para vivir en el mundo, aquello para lo que vives y cómo vives, y todo esto tiene que ver con la esencia de la naturaleza humana. Al analizar la naturaleza de las personas, verás que todas se oponen a Dios. Todas ellas son diablos y no hay ninguna genuinamente buena. Solo si analizas la naturaleza de la gente puedes conocer de verdad la esencia y la corrupción del hombre y entender de qué forma parte realmente la gente, de qué carece en realidad, con qué debería equiparse y cómo debería vivir con semejanza humana. No es fácil analizar verdaderamente la naturaleza de una persona ni puede hacerse sin experimentar las palabras de Dios o tener experiencias reales.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Lo que se debe saber sobre cómo transformar el propio carácter

Si las personas deben entenderse, deben entender sus verdaderos estados. El aspecto más importante de entender el propio estaos es comprender los propios pensamientos e ideas. En cada periodo de tiempo, los pensamientos de las personas han estado controlados por una cosa principal. Si puedes obtener el control sobre tus pensamientos, puedes obtener el control de las cosas que están detrás de ellos. Las personas no pueden controlar sus pensamientos e ideas, Pero tienen que saber de dónde vienen estos pensamientos e ideas, cuáles son los motivos detrás de ellos, cómo se producen estos pensamientos e ideas, qué los controla y cuál es su naturaleza. Después de que tu carácter se haya transformado, tus pensamientos e ideas, los deseos que tu corazón busca y tus puntos de vista sobre la búsqueda, que han sido producidos de las partes de ti que se han transformo, serán diferentes. Esos pensamientos e ideas que se originan de las partes de ti que no han cambiado, las cosas que no entiendes claramente, y las que no has reemplazado con las experiencias de la verdad son inmundos, sucios y feos. Hoy día, las personas que han experimentado la obra de Dios durante varios años tienen alguna conciencia y conocimiento de estos asuntos. Las que han experimentado la obra de Dios durante un corto período de tiempo no entienden aún estos asuntos; siguen sin tenerlos claros. No saben dónde está su talón de Aquiles ni en qué áreas es fácil que caigan. En la actualidad desconocéis la clase de personas que sois, y aunque otras personas pueden ver hasta cierto punto qué clase de personas sois, no lo podéis sentir. No podéis distinguir con claridad vuestros pensamientos o propósitos ordinarios, ni tenéis un clara entendimiento de cuál es la esencia de estos asuntos. Cuanto más profundo entiendas un aspecto, más te transformarás en ese aspecto; por definición, las cosas que harás estarán de acuerdo con la verdad, serás capaz de cumplir las exigencias de Dios, y estarás más cerca de Su voluntad. Sólo buscando de esta forma puedes obtener resultados.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Las personas que le hacen constantes exigencias a Dios son las menos razonables

La clave para la autorreflexión y el conocimiento de ti mismo es esta: cuanto más sientas que en ciertas áreas has hecho bien o has hecho lo correcto, y más creas que puedes satisfacer la voluntad de Dios o que eres digno de jactarte en ciertas áreas, entonces más vale la pena que te conozcas en esas áreas y que profundices en ellas para ver qué impurezas existen en ti, así como qué cosas en ti no pueden satisfacer la voluntad de Dios. Tomemos a Pablo como ejemplo. Pablo estaba especialmente informado y sufrió mucho en su obra de predicación. Muchos lo adoraban de manera especial. Como resultado, después de terminar mucho trabajo, supuso que habría una corona reservada para él. Esto lo llevó a ir cada vez más lejos por la senda equivocada, hasta que finalmente Dios lo castigó. Si, en ese momento, hubiera reflexionado sobre sí mismo y se hubiera analizado minuciosamente, entonces no habría pensado eso. En otras palabras, Pablo no se había enfocado en buscar la verdad en las palabras del Señor Jesús; solo había creído en sus propias nociones e imaginaciones. Había pensado que mientras hiciera algunas cosas buenas y exhibiera un buen comportamiento, sería alabado y recompensado por Dios. Al final, sus propias nociones e imaginaciones cegaron su espíritu y cubrieron su verdadero rostro. Sin embargo, las personas no sabían esto, y sin que Dios lo sacara a la luz, siguieron poniendo a Pablo como un estándar para alcanzar, un ejemplo para vivir y lo consideraron como al que anhelaban parecerse y como objeto de su búsqueda y alguien al que imitar. Esta historia sobre Pablo sirve como una advertencia para todos los que creen en Dios, y es que cada vez que sintamos que lo hemos hecho especialmente bien o creamos que estamos especialmente dotados en algún aspecto o pensemos que no necesitamos cambiar ni ser tratados en algún aspecto, debemos esforzarnos por reflexionar y conocernos mejor en ese aspecto; esto es crucial. Esto se debe a que ciertamente no has desenterrado, prestado atención ni analizado minuciosamente los aspectos de ti mismo que crees buenos, para ver si realmente contienen o no algo que resista a Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Sólo reconociendo tus opiniones equivocadas puedes conocerte a ti mismo

¿Cómo puedes distinguir cuál es la esencia de una persona? No puedes distinguir cuál es la esencia-naturaleza de una persona cuando o bien no hace nada o hace algo trivial. Esto se muestra en lo que la persona revela habitualmente, en los motivos detrás de sus acciones, en las intenciones detrás de lo que hace, en los deseos que alberga y en la senda que recorre. Y, aún más importante, estas cosas se muestran en la forma como reacciona cuando se encuentra con un ambiente dispuesto por Dios, cuando se encuentra con algo que Dios le ha hecho de manera personal, cuando es puesta a prueba y refinada o es tratada y podada o, también, cuando Dios personalmente la ilumina y la guía. ¿Con qué se relaciona todo esto? Se relaciona con las acciones de una persona, la forma como vive y los principios por los cuales rige su conducta. También se relaciona con la dirección y las metas de su búsqueda y con los medios a través de los cuales lleva a cabo la búsqueda. En otras palabras, se relaciona con la senda que esta persona toma, la forma como vive, aquello que rige su vida y la base de su existencia.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo discernir la esencia-naturaleza de Pablo

Dios puede perfeccionar al hombre tanto en los aspectos positivos como en los negativos. Depende de si puedes experimentar y de si buscas que Dios te perfeccione. Si verdaderamente buscas que Dios te perfeccione, entonces lo negativo no te puede quitar nada, sino que te puede traer cosas que son más reales y te puede hacer más capaz para saber qué es lo que falta dentro de ti y más capaz de comprender tus estados reales y ver que el hombre no tiene nada y no es nada; si no experimentas pruebas, no sabes esto, y siempre vas a sentir que estás por encima de los demás y que eres mejor que todos los demás. A través de todo esto vas a ver que todo lo que pasó antes, Dios lo hizo y Dios lo protegió. La entrada a las pruebas te deja sin amor ni fe, te falta oración y no puedes cantar himnos; y, sin darte cuenta, en medio de esto llegas a conocerte. Dios tiene muchos medios para perfeccionar al hombre. Emplea toda clase de ambientes para tratar con el carácter corrupto del hombre y usa varias cosas para poner al hombre al descubierto; en un sentido trata con el hombre, en otro pone al hombre al descubierto y en otro revela al hombre, escarbando y revelando los “misterios” en las profundidades del corazón del hombre, y mostrándole al hombre su naturaleza revelando muchos de sus estados. Dios perfecciona al hombre a través de muchos métodos —por medio de la revelación, por medio del trato, por medio del refinamiento y el castigo— para que el hombre pueda saber que Dios es práctico.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que se enfocan en la práctica pueden ser perfeccionados

Por un lado, durante las pruebas de Dios, el hombre llega a conocer sus deficiencias y a ver que es insignificante, despreciable y vil; que no tiene nada y que no es nada; por el otro, durante Sus pruebas Dios crea para el hombre entornos diferentes que hacen que el hombre sea más capaz de experimentar la hermosura de Dios. Aunque el dolor es grande y, a veces, insuperable —e incluso llega al nivel de un dolor abrumador—, después de haberlo experimentado, el hombre ve cuán preciosa es la obra de Dios en él y solo con base en esto nace en el hombre el amor verdadero por Dios. Hoy el hombre ve que no es capaz de conocerse a sí mismo verdaderamente solo con la gracia, el amor y la misericordia de Dios y, mucho menos, puede conocer la sustancia del hombre. Solo por medio del refinamiento y el juicio de Dios y durante el proceso de refinamiento mismo puede el hombre conocer sus deficiencias y saber que no tiene nada.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer la hermosura de Dios

Haber fallado y caído varias veces no es algo malo, ni lo es quedar en evidencia. Ya sea que hayas sido tratado, podado o expuesto, debes recordar esto en todo momento: ser expuesto no significa que estés siendo condenado. Ser expuesto es algo bueno; es la mejor oportunidad para que te conozcas. Puede traer a tu experiencia de vida un cambio de marcha. Sin él, no tendrás ni la oportunidad, ni la condición ni el contexto para poder alcanzar un entendimiento de la verdad de tu corrupción. Si puedes llegar a conocer las cosas que hay dentro de ti, todos aquellos aspectos están profundamente ocultas en tu interior que son difíciles de reconocer y de desenterrar, entonces esto es algo bueno. Poder conocerte realmente es la mejor oportunidad para que enmiendes tus caminos y te conviertas en una nueva persona; es la mejor oportunidad de que obtengas nueva vida. Cuando realmente te conozcas, podrás ver que, cuando la verdad se convierte en la vida de alguien, es algo realmente precioso, y tendrás sed de la verdad y entrarás en la realidad. ¡Esto es algo verdaderamente grandioso! Si puedes aprovechar esta oportunidad y reflexionar sinceramente sobre ti mismo y obtener un conocimiento genuino de ti mismo cada vez que falles o caigas, entonces en medio de la negatividad y la debilidad, podrás levantarte. Cuando hayas cruzado este umbral, entonces podrás dar un gran paso adelante y entrar en la realidad-verdad.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Para ganar la verdad, debes aprender de las personas, los asuntos y las cosas que te rodean

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