Ese día el cielo estaba especialmente claro y soleado (Parte 2)

27 Feb 2018

Por Tian Ying, China

La hermana siguió hablando: “La palabra de Dios Todopoderoso ya ha revelado el misterio de ‘ser salvado’ y ‘alcanzar la salvación plena’, así que echemos un vistazo a la palabra de Dios Todopoderoso y veamos qué tiene que decirnos sobre esto. Dios Todopoderoso dice: ‘En ese momento, la obra de Jesús era la obra de redención de toda la humanidad. Los pecados de todos los que creían en Él eran perdonados; mientras creyeras en Él, te redimiría; si creías en Él, dejabas de ser un pecador y eras liberado de tus pecados. Esto es lo que significaba ser salvado y ser justificado por la fe. Sin embargo, en aquellos que creían seguía habiendo algo de rebeldía y oposición a Dios que había que continuar eliminando lentamente. La salvación no significaba que el hombre hubiera sido ganado por completo por Jesús, sino que ya no pertenecía al pecado, que sus pecados habían sido perdonados. Si creías, ya no pertenecías al pecado(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (2)). ‘Antes de que el hombre fuera redimido, muchos de los venenos de Satanás ya habían sido plantados en su interior, y, después de miles de años de ser corrompido por Satanás, el hombre ya tiene dentro de sí una naturaleza establecida que se resiste a Dios. Por tanto, cuando el hombre ha sido redimido, no se trata más que de un caso de redención en el que se le ha comprado por un alto precio, pero la naturaleza venenosa que existe en su interior no se ha eliminado. El hombre que está tan contaminado debe pasar por un cambio antes de volverse digno de servir a Dios. Por medio de esta obra de juicio y castigo, el hombre llegará a conocer plenamente la esencia inmunda y corrupta de su interior, y podrá cambiar completamente y ser purificado. Sólo de esta forma puede ser el hombre digno de regresar delante del trono de Dios. […] Por todo lo que el hombre pueda haber sido redimido y perdonado de sus pecados, sólo puede considerarse que Dios no recuerda sus transgresiones y no lo trata de acuerdo con estas. Sin embargo, cuando el hombre, que vive en un cuerpo de carne, no ha sido liberado del pecado, sólo puede continuar pecando, revelando, interminablemente, su carácter satánico corrupto. Esta es la vida que el hombre lleva, un ciclo sin fin de pecado y perdón. La mayor parte de la humanidad peca durante el día y se confiesa por la noche. Así, aunque la ofrenda por el pecado siempre sea efectiva para el hombre, no podrá salvarlo del pecado. Sólo se ha completado la mitad de la obra de salvación, porque el hombre sigue teniendo un carácter corrupto. […] es más profunda que el pecado; es algo plantado por Satanás y profundamente arraigado dentro del hombre. No resulta fácil para el hombre ser consciente de sus pecados; no tiene forma de reconocer su propia naturaleza profundamente arraigada, y debe depender del juicio por la palabra para lograr este resultado. Sólo así puede el hombre ser transformado gradualmente a partir de ese momento(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El misterio de la encarnación (4)). ‘Tú sólo sabes que Jesús descenderá durante los últimos días, pero ¿cómo lo hará exactamente? Un pecador como vosotros, que acaba de ser redimido y que no ha sido cambiado ni perfeccionado por Dios, ¿puede ser conforme al corazón de Dios? Para ti, que aún eres del viejo ser, es cierto que Jesús te salvó y que no perteneces al pecado gracias a la salvación de Dios, pero esto no demuestra que no seas pecador ni impuro. ¿Cómo puedes ser santo si no has sido cambiado? En tu interior, estás cercado por la impureza, egoísta y miserable, pero sigues deseando descender con Jesús; ¡qué suerte tendrías! Te has saltado un paso en tu creencia en Dios: simplemente has sido redimido, pero no has sido cambiado. Para que seas conforme al corazón de Dios, Él debe realizar personalmente la obra de cambiarte y purificarte; si sólo eres redimido, serás incapaz de alcanzar la santidad. De esta forma no serás apto para participar en las buenas bendiciones de Dios, porque te has saltado un paso en la obra de Dios de gestionar al hombre, que es el paso clave del cambio y el perfeccionamiento. Tú, un pecador que acaba de ser redimido, eres, por tanto, incapaz heredar directamente la herencia de Dios(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Acerca de los apelativos y la identidad)”.

La hermana continuó hablando: “En la palabra de Dios Todopoderoso, podemos ver que cada etapa de la obra llevada a cabo por Dios se realiza conforme a las necesidades de la raza humana corrupta. Al final de la Era de la Ley, el hombre estaba siendo corrompido cada vez más profundamente por Satanás y cometía cada vez más pecados. El hombre había ofendido las leyes de Jehová y se enfrentaba a los peligros de ser apedreado hasta la muerte y quemado por el fuego del cielo. Dios ama a la raza humana. Él se encarnó para convertirse en la semejanza de la carne pecaminosa y fue clavado en la cruz para salvar al hombre del pecado. Por tanto, mientras creamos en el Señor Jesús, seremos salvos. El Señor ya no recuerda nuestros pecados. Podemos venir directamente ante Dios y orar a Él, y disfrutar de la abundancia de la gracia concedida por Él. Pero, aunque hayamos sido salvados, eso no demuestra que estemos sin pecado. Nosotros, la raza humana, hemos sido corrompidos por Satanás durante miles de años. El veneno de Satanás se ha arraigado profundamente en nosotros, se ha convertido en nuestra vida; se ha convertido en nuestra naturaleza. Somos controlados por nuestra naturaleza satánica, incluyendo el engreimiento y la arrogancia, el engaño y el crimen, el egoísmo y el desprecio, y la codicia y el mal. Aún somos capaces de mentir, engañar y pecar, resistiéndonos a Dios con frecuencia. Esta es la raíz de nuestra vida cíclica de cometer constantemente pecados y declararnos culpables de ellos después. Así que Dios, en base a las exigencias de la raza humana corrupta y el plan de gestión de Dios para salvar a la raza humana, ha venido a llevar a cabo una nueva etapa de la obra en los últimos días para juzgar y castigar al hombre con el fin de purificarlo y cambiar su carácter corrupto, de forma que al final, los hombres que hayan alcanzado la salvación y hayan sido perfeccionados, puedan entrar en el reino de Dios. Si seguimos agarrándonos ahora a la noción de que ‘ser salvado una vez es ser salvado para siempre’, estamos negándonos entonces a aceptar la obra de juicio de Dios en los últimos días. Si ese es el caso, el veneno de Satanás que está en nuestra sangre, nunca será limpiado y nunca seremos capaces de alcanzar la salvación de Dios, por no mencionar siquiera el ser llevados al reino de los cielos. Estas consecuencias son muy graves. Por tanto, ahora, en estos últimos días, el hombre sólo puede salir de la Era de la Gracia y aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días. Sólo entonces podrá ser totalmente purificado, alcanzar la salvación de Dios e ir a un buen destino”.

Cuando escuché la enseñanza de la hermana, pensé: “Sí, las palabras de Dios Todopoderoso se hablan de una forma muy práctica, realmente sólo se nos han perdonado nuestros pecados, pero nuestra naturaleza pecaminosa aún existe. No se ha puesto remedio a este carácter corrupto, así que no es de extrañar que durante estos años yo haya vivido una vida en la que cometía pecados durante el día; pero después me declaraba culpable de ellos por la noche. Dios Todopoderoso ha soltado estos asuntos de mi mente que han pesado mucho en mí durante muchos años. Las palabras de Dios Todopoderoso tienen realmente una verdad que puede buscarse. ¿Podría ser que Dios Todopoderoso sea realmente el retorno del Señor? Realmente necesito investigar esto apropiadamente…”

Estaba liberándome gradualmente de las defensas que había creado contra la hermana; pero justo cuando estaba pensando en investigar más sobre los temas de los que habíamos hablado, escuché que llamaban con insistencia a la puerta. La hermana Hu corrió a abrir y dejó entrar a un pastor que irrumpió en la habitación. Él me miró, y después miró a la hermana que estaba difundiendo el evangelio del reino de Dios Todopoderoso y entonces me dijo en un tono de asombro y enojo: “¿Qué estás haciendo aquí? ¿No os dije que no anduviérais escuchando la predicación de extraños? ¿Cómo puedes correr aún hasta aquí y escucharlos? ¡Vete a casa inmediatamente, no los escuches más o te engañarán y será demasiado tarde para que te arrepientas!”. Después de terminar de reprenderme, el pastor se volvió a amenazar a la hermana: “¡Y vosotras las personas que estáis difundiendo el Relámpago Oriental, no hacéis otra cosa que venir a nuestra iglesia y robar corderos! Márchate inmediatamente, ¡si no te vas no seré tan educado!”. Al ver cómo trataba el pastor a la hermana, me enojé mucho y le dije: “Pastor, esta hermana sólo tenía algunas cosas realmente buenas que decir, que se ciñen a la Biblia. Siento que es muy posible que Dios Todopoderoso sea el retorno del Señor. ¿Por qué no la escucha y después podemos decidir? Además, ¿no dice la Biblia que ‘No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles’ (Hebreos 13:2)? Nosotros, los que creemos en el Señor, debemos tener amor. No podemos tratar a las personas de esa manera. Echar así a la hermana, ¿no va contra las enseñanzas del Señor?”. Cuando el pastor me oyó decir eso, me dijo gritando: “¿Qué entiendes tú? ¡Nosotros, los que creemos en Jesús, ya hemos sido salvados! ¡No necesitamos ser salvados otra vez! Ellos han venido aquí a robar corderos, ¡no los recibáis!”. En ese momento, la hermana que había estado predicando el evangelio, sonrió y dijo: “Todos estamos esperando el retorno del Señor, ¿por qué no podemos sentarnos y tener una conversación? Si perdemos la oportunidad, nos vamos a arrepentir mucho de ello…”. Sin esperar a que la hermana terminara de hablar, el pastor empezó a empujarla, diciendo: “No hables. ¡Aunque tuvieras mejores cosas que decir, yo no las escucharía! ¡Vete inmediatamente!”. Y así, el pastor llegó al grado de empujar, tirar e insultar a la hermana para echarla de la casa. Después de que la hermana se marchó, el pastor volvió para amenazarme: “Vuelve rápido a casa. A partir de ahora, no tienes permiso de estar en contacto con personas del Relámpago Oriental. De lo contrario, serás expulsada de la iglesia y, si eso ocurre, nunca tendrás oportunidad de recibir la alabanza de Dios y entrar en el reino de los cielos…”. En ese momento, en que yo ya había oído la enseñanza de la hermana, entendí que el Señor Jesús sólo nos había salvado. Él no nos había purificado, porque sólo cuando el Señor vuelva a llevar a cabo su obra de juicio, se llevará a cabo la obra de purificación del hombre. Sin recibir la obra de juicio de Dios en los últimos días, el carácter corrupto del hombre no será cambiado y no podrá alcanzar la salvación de Dios. Por tanto, las palabras del pastor no tuvieron mucho efecto en mí. Simplemente tuve que lidiar con lo que había ocurrido, inclinar la cabeza, y después volví a casa.

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