Vosotros dais testimonio de que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús y que expresa la verdad y lleva a cabo la obra del juicio de los últimos días. Aunque lo que declaráis está conforme con la Biblia, muchas personas en nuestra iglesia no lo aceptan. Nosotros creemos que, para que sea el verdadero camino, debe ser aceptado por muchas personas y que lo que es aceptado por pocas es un camino falso. Esperaremos hasta que muchas personas en nuestra iglesia lo acepten antes de empezar a creer en ello.

27 Oct 2021

Respuesta:

La mayoría de la gente determina si algo es el camino verdadero o uno falso en función del número de personas que lo acepten, pues cree que, si lo aceptan muchas, es el camino verdadero, y si solo lo aceptan unas pocas, es un camino falso. ¿Concuerda esta opinión con la verdad? ¿Se fundamenta en las palabras de Dios? Recordemos cuando Dios destruyó el mundo con el diluvio: Noé fue el único que confió en las palabras de Dios y, a Sus órdenes, construyó un arca mientras predicaba el camino. Sin embargo, 120 años después nadie creía ni aceptaba lo que predicaba y los únicos que acabaron a bordo del arca fueron los ocho miembros de la familia de Noé, mientras que los demás se ahogaron en el diluvio. Entonces, ¿puede decirse que Noé no predicó el camino verdadero? Recordemos ahora el momento en que el Señor Jesús apareció y realizó Su obra en la Era de la Gracia: aparte de un número sumamente reducido de personas que aceptaron al Señor Jesús, el judaísmo entero lo condenó y se opuso a Él, para al final colaborar con las autoridades romanas para crucificarlo. ¿Podría decirse por ello que las declaraciones y la obra del Señor Jesús no eran el camino verdadero? ¿No os parece absolutamente ridículo evaluar así las cosas? La obra de Dios en generaciones anteriores demuestra que la humanidad corrupta se ha corrompido tanto que idolatra el mal y detesta la verdad; cuando viene el camino verdadero entre los hombres, solo un número sumamente reducido de personas es capaz de obedecerlo y aceptarlo, y la mayoría lo niega y rechaza. Como dijo el Señor Jesús: “Esta generación es una generación perversa(Lucas 11:29). 1 Juan 5:19 afirma: “Que todo el mundo yace bajo el poder del maligno”. Así pues, el camino verdadero no es aceptado necesariamente por muchos, y lo que reconoce la mayoría no es necesariamente correcto, no es necesariamente la verdad. En realidad, todo lo que viene determinado por la mayoría forma parte de las nociones y fantasías del hombre y está en contradicción con la verdad y los hechos. Es tremendamente absurdo y ridículo evaluar si un camino es el verdadero o no en función de cuánta gente lo acepta. En muchos puntos de la Biblia se dice que Dios desea calidad, no cantidad, en las personas. Por ejemplo, Mateo 22:14 afirma: “Porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos”. En Mateo 7:13-14 se dice: “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. En Zacarías 13:8 se indica: “Y ocurrirá que, en toda la tierra —dijo Jehová dos partes de ella serán separadas y morirán, pero la tercera parte permanecerá”.* Estos versículos nos muestran que solo un número sumamente reducido de personas puede hallar el camino verdadero y que solo un número reducido de ellas perdurará. No es como creemos: si es el camino verdadero, mucha gente lo aceptará; esa forma de calcular no concuerda con la verdad y los hechos de la obra de Dios, y no es más que una imaginación del hombre. El propio Dios es la verdad, el camino y la vida, y Su esencia no cambiará jamás. Aunque ni una sola persona creyera en Él, lo aceptara o lo siguiera, Su obra y Sus palabras serían igualmente el camino verdadero, esto es innegable. Como dice Dios Todopoderoso: “Mis palabras son la verdad que jamás cambia. Soy el suministro de vida para el hombre y la única guía para la raza humana. El valor y el significado de Mis palabras no se determinan basándose en si son reconocidas o aceptadas por el hombre, sino en la esencia de las palabras mismas. Incluso aunque ni una sola persona en esta tierra pudiera recibir Mis palabras, el valor de Mis palabras y su ayuda para el hombre son inestimables para cualquier persona. Por lo tanto, cuando me enfrento con las muchas personas que se rebelan en contra de Mis palabras, las refutan o las desdeñan por completo, Mi posición es simplemente esta: dejar que el tiempo y los hechos sean Mis testigos y muestren que Mis palabras son la verdad, el camino y la vida. Dejar que muestren que todo lo que he dicho es correcto y que eso es de lo que el hombre debe estar provisto y, además, que eso es lo que el hombre debe aceptar(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberíais considerar vuestros hechos).

Dado que el número de personas que aceptan un camino no sirve de referencia para evaluar si se trata del camino verdadero o de un camino falso, ¿cómo hemos de evaluarlo? La clave consiste en observar si contiene la expresión de la verdad y es la voz de Dios. Si es una declaración de Dios, expresión de la verdad, independientemente de cuántos la acepten —aunque lo haga una sola persona—, es la verdad y el camino verdadero. Recordemos cuando el Señor Jesús vino a obrar en la Era de la Gracia. Pedro, Juan, Mateo, Bartolomé y los demás seguían al Señor Jesús porque reconocían la voz de Dios en lo que predicaba, no en función de cuánta gente aceptara y siguiera al Señor Jesús en aquel tiempo. Del mismo modo, en la actualidad se debe distinguir entre el camino verdadero y los caminos falsos en función de la obra y las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “¿Cuál es el principio más fundamental en la búsqueda del camino verdadero? Debes ver si existe o no la obra del Espíritu Santo en este camino, si estas palabras son la expresión de la verdad, a quién han sido testificadas y lo que pueden traerte. Distinguir entre el camino verdadero y el falso requiere de varios aspectos de conocimiento fundamental, el más fundamental de los cuales es decir si está presente o no la obra del Espíritu Santo. Porque la esencia de la creencia de la gente en Dios es la creencia en el Espíritu de Dios, e incluso su creencia en Dios encarnado se debe a que esta carne es la personificación del Espíritu de Dios, lo que significa que tal creencia sigue siendo la creencia en el Espíritu. Existen diferencias entre el Espíritu y la carne, pero debido a que esta carne proviene del Espíritu, y es la Palabra hecha carne, entonces en lo que el hombre cree sigue siendo la esencia inherente de Dios. Por eso, al diferenciar si este es o no el camino verdadero, por sobre todo se tiene que observar si tiene o no la obra del Espíritu Santo, después de lo cual se debe ver si existe o no la verdad en este camino. La verdad es el carácter de vida de la humanidad normal, es decir, lo que fue requerido del hombre cuando Dios lo creó en el principio, a saber: la humanidad normal por completo (incluyendo el sentido humano, la percepción, la sabiduría y el conocimiento básico de ser hombre). Es decir, debes analizar si este camino puede llevar o no la gente a una vida de humanidad normal, si la verdad dicha es o no requerida de acuerdo con la realidad de la humanidad normal, si esta verdad es o no práctica y real, y si es o no la más oportuna. Si existe verdad en ello, entonces será capaz de llevar a las personas a experiencias normales y prácticas; la gente, por otra parte, se hace cada vez más normal, su sentido humano se vuelve cada vez más completo, su vida en la carne y la vida espiritual se vuelven cada vez más ordenadas, y sus emociones se hacen cada vez más normales. Este es el segundo principio. Hay otro principio, que se refiere a si la gente tiene o no un conocimiento cada vez mayor de Dios, y si experimenta este tipo de obra y verdad y puede inspirar el amor por Dios en ellos y acercarlos cada vez más a Dios. En esto se puede medir si este es o no el camino verdadero. Lo más fundamental es si este camino es realista más que sobrenatural, y si es o no capaz de proporcionar vida al hombre. Si se ajusta a estos principios, puede llegarse a la conclusión de que este camino es el camino verdadero(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Sólo los que conocen a Dios y Su obra pueden satisfacer a Dios).

Aquel que es Dios encarnado poseerá la esencia de Dios, y Aquel que es Dios encarnado tendrá la expresión de Dios. Puesto que Dios se hace carne, manifestará la obra que pretende llevar a cabo y puesto que se hace carne expresará lo que Él es; será, asimismo, capaz de traer la verdad al hombre, de concederle la vida y de señalarle el camino. La carne que no contiene la esencia de Dios definitivamente no es el Dios encarnado; de esto no hay duda. Si el hombre pretende investigar si es la carne encarnada de Dios, entonces debe corroborarlo a partir del carácter que Él expresa y de las palabras que Él habla. Es decir, para corroborar si es o no la carne encarnada de Dios y si es o no el camino verdadero, la persona debe discernir basándose en Su esencia. Y, así, a la hora de determinar si se trata de la carne de Dios encarnado, la clave yace en Su esencia (Su obra, Sus declaraciones, Su carácter y muchos otros aspectos), en lugar de fijarse en Su apariencia externa. Si el hombre sólo analiza Su apariencia externa, y como consecuencia pasa por alto Su esencia, esto muestra que el hombre es ignorante(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio).

Las palabras de Dios Todopoderoso establecen claramente los principios de búsqueda del camino verdadero. Al determinar si algo es la obra de Dios y el camino verdadero, la clave consiste en observar si contiene la obra del Espíritu Santo y la expresión de la verdad, si puede proveer la vida de las personas y si, tras aceptar este camino, la humanidad y el sentido de la gente es cada vez más normal y aumenta su conocimiento de Dios. Estos son los criterios para sopesar si un camino es el verdadero o si es falso. Para determinar si la obra de Dios Todopoderoso es o no el camino verdadero hemos de observar si Su obra y Sus palabras son la obra del Espíritu Santo y comprobar atentamente si Sus palabras son la expresión de la verdad y la voz de Dios. Además, podemos determinar si la obra de Dios Todopoderoso es el camino verdadero analizando si aquellos que siguen a Dios Todopoderoso dan testimonio de victoria sobre Satanás, si se ha producido una transformación de su carácter de vida, si conocen el carácter justo de Dios y si lo temen y obedecen. Si la gente determina si un camino es el verdadero o no en función de cuántas personas lo aceptan, si sigue ciegamente a las masas, no está atenta a escuchar la voz de Dios y se niega a estudiar y aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, entonces es sumamente necia e ignorante. Al final perderá su oportunidad de ser arrebatada cuando venga el Señor y solo podrá quedar sumida en los grandes desastres y eliminada, lo que dará cumplimiento a estas palabras de la Biblia: “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento(Oseas 4:6) y “los necios mueren por falta de entendimiento” (Proverbios 10:21).

La cita bíblica marcada (*) ha sido traducida de AKJV.

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