La humanidad se gana la misericordia y la tolerancia de Dios por medio del arrepentimiento sincero (Parte 4)

20 Abr 2018

Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

Las personas dicen frecuentemente que no es cosa fácil conocer a Dios. Sin embargo, Yo digo que conocer a Dios no es en absoluto un asunto difícil, porque Dios exhibe Sus hechos para que los vea el hombre. Dios nunca ha suspendido Su diálogo con la humanidad y nunca se ha ocultado del hombre ni se ha escondido. Sus pensamientos, ideas, palabras y hechos se revelan todos a la humanidad. Por tanto, mientras el hombre desee conocer a Dios, puede llegar a entenderlo y conocerlo a través de todo tipo de medios y métodos. La razón por la que el hombre piensa ciegamente que Dios lo ha evitado intencionadamente, que Dios se ha escondido intencionadamente de la humanidad, que Dios no tiene intención de permitir al hombre entenderlo y conocerlo, es porque no conoce quién es Dios ni desea entender a Dios. Aún más que eso, el hombre no se preocupa por los pensamientos, las palabras o los hechos del Creador… Hablando sinceramente, si una persona solo utiliza su tiempo libre para centrarse en entender las palabras o los hechos del Creador y si presta solo un poco de atención a los pensamientos del Creador y a la voz de Su corazón, no le será difícil darse cuenta de que los pensamientos, las palabras y los hechos del Creador son visibles y transparentes. De igual forma, hará falta poco esfuerzo para ser consciente de que el Creador está en medio del hombre en todo momento, que Él siempre está en conversación con el hombre y la totalidad de la creación, y que está llevando a cabo nuevos hechos cada día. Su esencia y Su carácter se expresan en Su diálogo con el hombre; Sus pensamientos e ideas se revelan completamente en Sus hechos; Él acompaña y observa a la humanidad en todo momento. Él habla tranquilamente a la humanidad y a toda la creación con Sus palabras silenciosas: “Estoy en los cielos y estoy en medio de Mi creación. Me mantengo vigilante; estoy esperando; estoy a tu lado…”. Sus manos son cálidas y fuertes; Sus pasos son ligeros; Su voz es suave y elegante; Su forma pasa y se vuelve, abrazando a toda la humanidad; Su rostro es bello y amable. Él nunca se ha ido, nunca ha desaparecido. Día y noche, Él es el compañero constante de la humanidad y nunca se irá de su lado. Su cuidado fiel y afecto especial por la humanidad, así como Su preocupación y amor verdaderos por el hombre, se demostraron poco a poco cuando salvó la ciudad de Nínive. En particular, el diálogo entre Jehová Dios y Jonás dejó por completo al descubierto la ternura del Creador hacia la humanidad que Él mismo creó. A través de aquellas palabras, puedes obtener un entendimiento profundo de los sentimientos sinceros de Dios por la humanidad…

El siguiente pasaje fue registrado en el libro de Jonás 4:10-11: “Luego, Jehová le dijo: sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No sentiré Yo compasión por Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”.* Estas son las palabras reales de Jehová Dios, registradas de una conversación entre Dios y Jonás. Aunque este diálogo es breve, rebosa de la preocupación del Creador por la humanidad y Su reticencia a renunciar a ella. Estas palabras expresan la verdadera actitud y los sentimientos que Dios tiene en Su corazón para Sus seres creados. Mediante estas palabras, de una claridad y precisión que raramente oyen los hombres, Dios declara Sus verdaderos propósitos para la humanidad. Este diálogo representa una actitud que Dios tuvo hacia el pueblo de Nínive, ¿pero qué clase de actitud es esta? Es la actitud que Él mantuvo hacia las personas de Nínive antes y después de su arrepentimiento, y la actitud con la que Él trata a la humanidad. Dentro de estas palabras se encuentran Sus pensamientos y Su carácter.

¿Qué pensamientos de Dios se revelan en estas palabras? Si prestas atención a los detalles mientras lees, no será difícil que te des cuenta que Él usa la palabra “lástima”; el uso de esta palabra muestra la verdadera actitud de Dios hacia la humanidad.

En el nivel del significado literal, las personas pueden interpretar la palabra “compasión” de diferentes formas: primero, significa “amar y proteger, sentir ternura hacia algo”; segundo, significa “amar profundamente”; y finalmente, significa “no estar dispuesto a dañar a algo y ser incapaz de soportar hacerlo”. En resumen, esta palabra implica un afecto y un amor tierno, así como una indisposición a abandonar a alguien o algo; implica la misericordia y la tolerancia de Dios hacia el hombre. Aunque Dios empleó esta palabra que los seres humanos dicen comúnmente, cuando Él la dijo, la voz de Su corazón y Su actitud hacia la humanidad quedaron completamente al descubierto.

Aunque la ciudad de Nínive estaba llena de personas tan corruptas, perversas y violentas como las de Sodoma, su arrepentimiento causó que Dios cambiase de opinión y decidiese no destruirlas. Debido a que la manera en que trataron las palabras e instrucciones de Dios demostró una actitud en marcado contraste con la de los ciudadanos de Sodoma, y debido a su honesta sumisión a Dios y honesto arrepentimiento por sus pecados, así como su comportamiento verdadero y sincero en todos los sentidos, Dios expresó una vez más Su propia compasión sincera y se la concedió. Lo que Dios otorga a la humanidad y Su compasión por esta son imposibles de copiar, y es imposible para ninguna persona poseer la misericordia de Dios, Su tolerancia y Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad. ¿Hay alguien que tú consideras una gran persona o incluso un superhumano que, desde un punto elevado, hablando como una gran persona o sobre el punto más alto, haría esta clase de declaración a la humanidad o a los seres creados? ¿Quién entre la humanidad puede conocer el estado de la vida humana como la palma de su mano? ¿Quién puede llevar la carga y la responsabilidad por la existencia de la humanidad? ¿Quién está calificado para proclamar la destrucción de una ciudad? Y ¿quién está calificado para perdonar a una ciudad? ¿Quién puede decir que siente lástima por su propia creación? ¡Solo el Creador! Sólo el Creador siente ternura hacia esta humanidad. Sólo el Creador muestra compasión y afecto a esta humanidad. Sólo el Creador tiene un afecto sincero, inquebrantable por esta humanidad. De igual forma, sólo el Creador puede conceder misericordia a esta humanidad y sentir compasión por todos Sus seres creados. Su corazón da un vuelco y duele con cada una de las acciones del hombre: Él se enoja, angustia y apena por la perversidad y la corrupción del hombre; Él está encantado, feliz, es clemente y está exultante por el arrepentimiento y la fe del hombre; cada uno de Sus pensamientos e ideas existe por la humanidad y gira alrededor de esta; lo que Él es y tiene se expresa totalmente por el bien de la humanidad; Su placer, Su ira, Su tristeza y Su felicidad, todo ello está entretejido con la existencia de la humanidad. Por el bien de la humanidad, Él viaja y se mueve; da en silencio cada pedazo de Su vida; dedica cada minuto y segundo de Su vida… Nunca ha sabido cómo sentir lástima por Su propia vida, pero siempre ha sentido lástima por la humanidad que Él mismo creó… Él da todo lo que tiene a esta humanidad… Otorga Su misericordia y tolerancia incondicionalmente y sin esperar recompensa. Lo hace sólo para que la humanidad pueda seguir sobreviviendo delante de Sus ojos, recibiendo Su provisión de vida. Lo hace sólo para que la humanidad pueda rendirse a Él un día y reconocer que Él es Aquel que nutre la existencia del hombre y provee la vida de toda la creación.

El Creador expresa Sus sentimientos sinceros por la humanidad

Esta conversación entre Jehová Dios y Jonás es sin duda una expresión de los sentimientos sinceros del Creador por la humanidad. Por un lado, le comunica a las personas el entendimiento del Creador de toda la creación bajo Su soberanía; como Jehová Dios dijo: “¿No sentiré Yo compasión por Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”.* En otras palabras, el entendimiento que Dios tenía de Nínive distaba de ser superficial. Él no solo conocía el número de seres vivos en la ciudad (incluyendo a las personas y el ganado), sino que también sabía cuántos no podían discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, es decir, cuántos niños y jóvenes estaban presentes. Esta es una prueba concreta del completo entendimiento que Dios tiene de la humanidad. Por otro lado, esta conversación informa a las personas de la actitud del Creador hacia la humanidad, es decir, del peso de la humanidad en el corazón del Creador. Es justo como Jehová Dios dijo: “sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No sentiré Yo compasión por Nínive, esa gran ciudad […]?”.* Estas son las palabras de reproche de Jehová Dios hacia Jonás, que son todas ciertas.

Aunque se le confió a Jonás la proclamación de las palabras de Jehová Dios a las personas de Nínive, él no entendió los propósitos de Jehová Dios, como tampoco Sus preocupaciones por los habitantes de la ciudad ni Sus expectativas para ellos. Con esta reprimenda Dios pretendía decirle que la humanidad era el producto de las propias manos de Dios y que Él había dedicado un empeño minucioso en todas y cada una de las personas; que todos y cada uno llevaban sobre los hombros las expectativas de Dios; que todos y cada uno disfrutaban de la provisión de vida de Dios; Él había pagado el precio de un esfuerzo laborioso por cada persona. Esta reprimenda también dijo a Jonás que Dios sentía lástima por la humanidad, que era la obra de Sus propias manos, tanto como Jonás mismo sentía lástima por la calabacera. Dios no abandonaría a la humanidad a la ligera de ningún modo, o hasta el último momento posible; en particular, porque había demasiados niños y ganado inocente en la ciudad. Cuando lidiar con estos jóvenes e ignorantes seres humanos creados, que ni siquiera podían distinguir su mano derecha de la izquierda, era aún menos concebible que Dios acabara con sus vidas y determinara sus resultados de una forma tan apresurada. Dios esperaba verlos crecer; esperaba que no caminasen por las mismas sendas que sus mayores, que no tuviesen que oír de nuevo la advertencia de Jehová Dios y que diesen testimonio del pasado de Nínive. Más aún, Dios esperaba ver Nínive después de su arrepentimiento, ver el futuro de Nínive tras su arrepentimiento y, lo más importante, ver Nínive una vez más viviendo bajo la misericordia de Dios. Por tanto, a los ojos de Dios, aquellos seres humanos creados que no podían distinguir entre sus manos derecha e izquierda eran el futuro de Nínive. Cargarían con el pasado despreciable de Nínive, del mismo modo que cargarían con la importante obligación de dar testimonio tanto del pasado como del futuro de Nínive bajo la guía de Jehová Dios. En esta declaración de Sus sinceros sentimientos, Jehová Dios presentó la misericordia del Creador por la humanidad en su totalidad. Mostró a la humanidad que “la misericordia del Creador” no es una expresión vacía ni una promesa hueca; tiene principios, métodos y objetivos concretos. Dios es verdadero y real, y no hay en Él falsedad ni disfraz, y de esta misma manera Su misericordia se concede incesantemente a la humanidad en cada momento y época. Sin embargo, hasta este mismo día, el diálogo del Creador con Jonás es Su única y exclusiva declaración verbal de por qué y cómo muestra misericordia hacia la humanidad, cuán tolerante es con la humanidad y Sus sentimientos sinceros por ella. Las breves palabras de Jehová Dios expresan Sus pensamientos hacia la humanidad como algo integral; son una expresión verdadera de la actitud de Su corazón hacia esta, y son también una prueba concreta de Su concesión de abundante misericordia hacia la humanidad. Él no concede Su misericordia solamente sobre las generaciones más ancianas de la humanidad, pero también la otorga a los miembros más jóvenes de la misma, como siempre ha sido, de una generación a la siguiente. Aunque la ira de Dios desciende frecuentemente sobre ciertos rincones y ciertas épocas de la humanidad, la misericordia de Dios nunca ha cesado. Con Su misericordia, Él guía y dirige a una generación de seres humanos creados tras otra y provee y alimenta a una generación de seres humanos creados tras otra, porque Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad nunca cambiarán. Del mismo modo que Jehová Dios dijo: “¿No sentiré Yo compasión por […]?”. Él siempre ha sentido lástima por Su propia creación. Esta es la misericordia del carácter justo del Creador, ¡y es también Su total singularidad!

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único II

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