La relación entre el hecho de que Dios entregara a Job a Satanás y los objetivos de Su obra

20 Abr 2018

Aunque la mayoría de las personas reconoce ahora que Job era perfecto y recto, y que temía a Dios y se apartaba del mal, este reconocimiento no les proporciona mayor entendimiento de las intenciones de Dios. Al mismo tiempo que envidian la humanidad y la búsqueda de Job, le plantean la siguiente pregunta a Dios: Job era tan perfecto y recto, las personas lo adoran tanto, entonces, ¿por qué lo entregó Dios a Satanás y lo sometió a tanto tormento? Estas preguntas están destinadas a existir en los corazones de muchas personas o, más bien, esta duda es la pregunta en ellos. Como ha confundido a tanta gente, debemos abrir esta cuestión y explicarla de manera adecuada.

Todo lo que Dios hace es necesario, y posee un sentido extraordinario, porque todo lo que lleva a cabo en el hombre concierne a Su gestión y la salvación de la humanidad. Naturalmente, la obra que Dios realizó en Job no es distinta, aunque Job fuera perfecto y recto a los ojos de Dios. En otras palabras, independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su propósito consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y las intenciones de Dios para él; dicho de otro modo, esto es introducir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como someterse a Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles a las personas ver en las tentaciones y ataques de Satanás la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, perturbaciones y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él, su sumisión a Dios, así como su fe en Él y su temor de Dios, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Solo entonces se habrán liberado por completo del poder de Satanás. La liberación de las personas significa que Satanás ha sido derrotado, que ellas han dejado de ser comida en su boca y que, en lugar de tragárselos, Satanás ha renunciado a ellos. Esto se debe a que esas personas son rectas, tienen fe, sumisión, y le temen a Dios, y porque rompen del todo con Satanás. Acarrean vergüenza sobre este, lo convierten en un cobarde, y lo derrotan por completo. Su convicción al seguir a Dios, su sumisión a Él y su temor de Él derrotan a Satanás, y hacen que este las abandone completamente. Sólo las personas como estas han sido verdaderamente ganadas por Dios, y este es Su objetivo supremo al salvar al hombre. Si desean ser salvados y totalmente ganados por Dios, entonces todos los que le siguen deben afrontar tentaciones y ataques, tanto grandes como pequeños, de Satanás. Los que emergen de estas tentaciones y ataques, y son capaces de derrotar por completo a Satanás son aquellos a los que Dios ha salvado. Es decir, los salvos por Él son los que han pasado por Sus pruebas, y han sido tentados y atacados por Satanás innumerables veces. Estos entenderán Sus intenciones y Sus requisitos, pueden someterse a Su soberanía y a Sus disposiciones, y no abandonan el camino de temer a Dios y apartarse del mal en medio de las tentaciones de Satanás. Los salvados en Él son honestos, bondadosos, diferencian entre el amor y el odio, tienen sentido de la justicia, son racionales, capaces de preocuparse por Dios y valorar todo lo que es de Él. Satanás no puede atar, espiar, acusar a estas personas ni maltratarlas; son completamente libres, han sido liberadas y puestas por completo en libertad. Job era exactamente ese hombre de libertad, y esta es justo la relevancia de que Dios lo ha entregado a Satanás.

Satanás maltrató a Job, pero este obtuvo libertad y liberación eternas, así como el derecho a no estar sometido nunca más a la corrupción, al abuso y a las acusaciones de Satanás, para vivir a la luz del rostro de Dios, libre y sin estorbos, en medio de las bendiciones que Dios le ha dado. Nadie podía quitarle, destruir, o incautar este derecho. Se le había concedido como contraprestación por su fe, su determinación, su sumisión a Dios y su temor de Él; Job pagó el precio de su vida para obtener gozo y felicidad sobre la tierra, el derecho y la legitimación, lo cual es perfectamente natural y justificado, de adorar al Creador sin interferencias como un verdadero ser creado de Dios en la tierra. Esas fueron las mayores consecuencias de las tentaciones que Job soportó.

Cuando las personas aún no se han salvado, Satanás perturba a menudo sus vidas y hasta las controla. En otras palabras, los que no son salvos son prisioneros de Satanás, no tienen libertad; él no ha renunciado a ellos, no son aptos ni tienen derecho de adorar a Dios, y Satanás los persigue de cerca y los ataca despiadadamente. Esas personas no tienen felicidad ni derecho a una existencia normal, ni dignidad de los que hablar. Sólo serás salvo y libre si te levantas y luchas contra él, usando tu fe en Dios, tu sumisión a Él y tu temor de Él como armas para librar una batalla a vida o muerte contra él, y lo derrotas por completo, haciéndole huir con el rabo entre las patas, acobardado cada vez que te vea para que abandone completamente sus ataques y sus acusaciones contra ti. Si estás decidido a romper totalmente con Satanás, pero no estás equipado con las armas que te ayudarán a derrotarlo, seguirás estando en peligro. Si el tiempo pasa y él te ha torturado tanto que no te queda ni una pizca de fuerza, pero sigues siendo incapaz de dar testimonio, sigues sin liberarte por completo de las acusaciones y los ataques de Satanás contra ti, tendrás poca esperanza de salvación. Al final, cuando se proclame la conclusión de la obra de Dios, seguirás estando en sus garras, incapaz de liberarte, y por tanto no tendrás nunca oportunidad ni esperanza. La implicación es, pues, que esas personas serán totalmente cautivas de Satanás.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II

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