Respuesta:

El caso de Zhaoyuan (Shandong), inventado por el PCCh, tuvo una gran repercusión en su día, tanto en China como en el extranjero, y engañó a mucha gente ignorante. Ahora bien, ¿se lo va a creer siempre el mundo? Hoy en día, ¿cuánta gente sigue fiándose de las sentencias de los tribunales del PCCh y de los reportajes de sus medios de comunicación? El engaño y la ocultación no pueden durar mucho; las mentiras siempre serán mentiras y nunca podrán convertirse en verdades. Cualquiera que conozca el PCCh sabe que China está gobernada por una dictadura comunista y que no tiene independencia judicial ni libertad de prensa. Los jueces del PCCh no tienen independencia; tienen que hacer lo que diga el Gobierno del PCCh y todos los casos se abordan de acuerdo con la voluntad de aquel. El PCCh también controla los medios de comunicación chinos, meros portavoces e instrumentos de la dictadura del partido. Estos son hechos admitidos. No hay duda, entonces, de que los casos de los tribunales del PCCh son farsas ridículas que distorsionan los hechos y tergiversan la verdad. ¡No hay nada de imparcialidad ni de justicia! Durante el enjuiciamiento público del suceso de Zhaoyuan (Shandong), los investigados declararon expresamente: "Nunca he mantenido ningún contacto con la Iglesia de Dios Todopoderoso" y "Lo que el Estado está atacando es al 'Dios Todopoderoso' de Zhao Weishan, no a nuestro 'Dios Todopoderoso'". Sus confesiones evidencian que no son miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso y tampoco esta los reconoce; no tienen nada que ver con la Iglesia de Dios Todopoderoso. Entonces, ¿por qué el juez del PCCh se hizo el sordo y no resolvió el caso de conformidad con los hechos? ¿Por qué, a falta de pruebas, el juez contradijo descaradamente las confesiones de los investigados y distorsionó deliberadamente los hechos, tergiversó la verdad y se empeñó en calificar a dichos investigados como miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso? ¿No es obvio que el PCCh estaba inventándose mentiras para inculpar y acusar falsamente a la Iglesia de Dios Todopoderoso, reprimirla, perseguirla y poner a la opinión pública en su contra? ¿No contradecía esto los hechos, no pisoteaba la ley? ¿No eran mentiras descaradas? ¿Cómo fue posible que no se pusiera en duda un juicio así? El PCCh lleva años difundiendo mentiras y engaños. Cada vez es más infame y depravado, corrupto y malvado. Su reputación está por los suelos; tanto en el país como en el extranjero, su hedor es insoportable. Cada vez más gente de todo el mundo ve cómo es realmente el PCCh; ya nadie cree al PCCh porque es un partido político odioso y ateo, un grupo de Satanás, el diablo, sin igual en todo el mundo en cuanto a iniquidad y oposición a Dios.

Cualquiera que conozca el PCCh estará probablemente familiarizado con su modus operandi. Cada vez que el PCCh reprime violentamente las creencias religiosas, los movimientos de derechos democráticos, las protestas de las minorías étnicas, etc., primero se inventa sucesos falsos para alterar la opinión pública y enardecer al pueblo, tras lo cual lleva a cabo una cruenta represión. Por ejemplo, las protestas de la plaza de Tiananmén en 1989: en principio se trataba de un movimiento estudiantil para luchar contra la corrupción y promover la democracia y la libertad, pero el PCCh ordenó a personas no identificadas que se hicieran pasar por estudiantes y se mezclaran con los manifestantes para generar un caos con actos vandálicos, incendios premeditados y el vuelco de vehículos militares. Se culpó directamente a los estudiantes y el movimiento estudiantil fue calificado de motín contrarrevolucionario, lo que sirvió de pretexto para la represión de los estudiantes y el inicio de una cruenta ofensiva en la que al menos varios miles de estudiantes fueron fusilados o aplastados por tanques. De este modo escenificó el PCCh una escalofriante campaña que conmocionó al mundo y decepcionó terriblemente al pueblo chino: la masacre de la plaza de Tiananmén. Lo mismo ocurrió en la represión de las protestas tibetanas por parte del PCCh. Primero ordenó al pueblo que se mezclara con los manifestantes para cometer actos violentos como incendios, asesinatos, robos y saqueos, y luego movilizó al ejército para que abriera fuego contra los manifestantes so pretexto de reprimir la rebelión tibetana. La lista es interminable. Estos hechos son demostración de las tácticas consolidadas del PCCh para erradicar a los disidentes: primero se inventa mentiras, distorsiona los hechos y hace falsas acusaciones, y luego lleva a cabo una cruenta ofensiva. De hecho, el PCCh se ha basado en el caso de Zhaoyuan para alterar la opinión pública a fin de oprimir y perseguir brutalmente a la Iglesia de Dios Todopoderoso. Es otro crimen atroz de la persecución del PCCh a las creencias religiosas. Sin embargo, tras reprimir y perseguir a la Iglesia de Dios Todopoderoso durante todos estos años, ¿puede erradicarla realmente el PCCh? Hace muchos años, el pueblo judío ofendió el carácter de Dios al crucificar al Señor Jesús; Dios lo maldijo y su nación padeció una destrucción sin precedentes. Por su frenética oposición a Dios y su brutal persecución a los cristianos, también el Imperio romano fue destruido por una plaga enviada por Dios. Todo esto es real. Es imposible que el PCCh eluda la maldición y el castigo por Dios por su oposición y condena de Su obra de los últimos días. Como dice Dios Todopoderoso: “Confiamos en que ningún país ni ningún poder pueda interponerse en el camino de lo que Dios quiere lograr. Aquellos que obstruyen Su obra, se resisten a Su palabra e interrumpen y perjudican Su plan terminarán castigados por Él. El que resista la obra de Dios será enviado al infierno; cualquier país que lo haga será destruido; cualquier nación que se levante para oponerse a la obra de Dios será barrida de esta tierra y dejará de existir” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice II: Dios preside el destino de toda la humanidad).