2. Decís que, durante los últimos días, Dios hace la obra del juicio con el fin de clasificar a cada uno según su tipo, para recompensar el bien y castigar el mal, para concluir la era vieja y para que al fin el reino de Cristo se haga realidad en la tierra. ¿Cómo aparecerá el reino de Cristo en la tierra? ¿Y cómo será la belleza del reino?
Versículos bíblicos como referencia:
“Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo. Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado” (Apocalipsis 21:2-4).
Las palabras relevantes de Dios:
El reino se está expandiendo entre la humanidad, se está formando entre la humanidad y se está erigiendo entre la humanidad; no hay fuerza alguna que pueda destruir Mi reino. De Mi pueblo que está en el reino de hoy, ¿quién de vosotros no es un ser humano entre los seres humanos? ¿Quién de vosotros no se ajusta a la condición humana? Cuando Mi nuevo punto de partida sea anunciado a la multitud, ¿cómo reaccionará la humanidad? Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos el estado de la humanidad. ¿De verdad no seguís albergando esperanzas de perdurar para siempre en este mundo? Ahora estoy caminando entre Mi pueblo y vivo entre ellos. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, son bendecidos. Bienaventurados quienes se someten a Mí, pues ellos con seguridad permanecerán en Mi reino. Bienaventurados quienes me conocen, pues ellos con seguridad ejercerán poder en Mi reino. Bienaventurados quienes me buscan, pues ellos con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán de Mis bendiciones. Bienaventurados quienes son capaces de renunciar a sí mismos, pues con seguridad serán posesión Mía y heredarán la abundancia de Mi reino. Recordaré a los que corren de un lado para otro por Mí; abrazaré con alegría a los que se esfuerzan por Mí y daré gozo a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; ellos, con seguridad, serán los pilares que sostienen la viga maestra de Mi reino; con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se puede comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que se hicieron por vosotros? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, os abriréis paso entre el dominio de las fuerzas de la oscuridad. En medio de la oscuridad, ciertamente no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el amo de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor delante de Satanás. Con seguridad, cuando caiga el reino del gran dragón rojo, os erguiréis entre las grandes multitudes para ser testigos de Mi victoria. Con seguridad permaneceréis firmes e inquebrantables en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis Mis bendiciones, y, con seguridad, irradiaréis Mi gloria por todo el universo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 19
Una vez acabada la obra de conquista, el hombre será llevado a un mundo hermoso. Esta vida será, por supuesto, todavía en la tierra, pero será totalmente distinta a la vida actual del hombre. Es la vida que la humanidad tendrá después de que toda ella haya sido conquistada, será un nuevo comienzo para el hombre en la tierra; tener este tipo de vida será la prueba para la humanidad de que ha entrado en un ámbito nuevo y hermoso. Será el principio de la vida del hombre con Dios sobre la tierra. La premisa de una vida tan bella debe ser que, después de que el hombre haya sido purificado y conquistado, se somete delante del Creador. Así, la obra de conquista es la última etapa de la obra de Dios antes de que la humanidad entre en el maravilloso destino. Semejante vida es la vida futura del hombre en la tierra, la vida más hermosa sobre la tierra, el tipo de vida que el hombre anhela, la que nunca antes alcanzó en la historia del mundo. Es el resultado final de la obra de gestión de los 6000 años; es aquello que más anhela la humanidad, y también es Su promesa al hombre. Pero esta no puede cumplirse de inmediato: el hombre entrará en el destino futuro sólo cuando la obra de los últimos días se haya completado y él haya sido totalmente conquistado; es decir, una vez que Satanás haya sido derrotado por completo. Después de haber sido refinado, el hombre no tendrá una naturaleza pecaminosa, porque Dios habrá derrotado a Satanás, lo que significa que no habrá usurpación por parte de fuerzas hostiles, y que ninguna de estas puede atacar la carne del hombre. Por tanto, este será libre y santo; habrá entrado en la eternidad. Solo si las fuerzas hostiles de la oscuridad están encadenadas, será el hombre libre dondequiera que vaya y así no manifestará rebeldía ni oposición. Tan sólo hay que mantener atado a Satanás y todo estará bien con el hombre; la situación actual existe porque Satanás sigue provocando problemas por todas partes en la tierra, y porque toda la obra de gestión de Dios tiene que llegar aún a su fin. Una vez derrotado Satanás, el hombre será liberado por completo; cuando el hombre gane a Dios y salga del campo de acción de Satanás, contemplará el Sol de justicia.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso
Cuando Dios desate Su gran ira, el mundo entero experimentará, como resultado, todo tipo de desastres, como la erupción de un volcán. En lo alto, en el cielo, puede verse que en la tierra se aproxima todo tipo de calamidades a toda la humanidad, cada vez más cerca día con día. Si se mira la tierra desde arriba, la tierra presenta una variedad de escenas como las que preceden a un terremoto. El fuego líquido corre sin control, la lava fluye libremente, las montañas se mueven y una luz fría brilla por todas partes. El mundo entero se ha hundido en el fuego. Esta es la escena en la que Dios desencadena Su ira y es el momento de Su juicio. Nadie de carne y hueso podrá escapar. Por lo tanto, no se necesitarán guerras entre los países y conflictos entre las personas para destruir al mundo entero; más bien, el mundo “se regocijará en sí mismo conscientemente” dentro de la cuna del castigo de Dios. Nadie podrá escapar; cada persona, una por una, debe pasar por este calvario. Después de eso, todo el universo brillará una vez más con un resplandor santo y toda la humanidad comenzará una vez más una nueva vida. Y Dios reposará sobre el universo y bendecirá a toda la humanidad cada día.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 18
A medida que Mis palabras quedan consumadas, el reino se forma poco a poco en la tierra y el hombre regresa gradualmente a la normalidad, y, así, se establece en la tierra el reino que yace en Mi corazón. En el reino, todo el pueblo de Dios recupera la vida del hombre normal. Se ha ido el invierno helado, reemplazado por un mundo de ciudades primaverales, donde la primavera perdura todo el año. Ya las personas no se enfrentan al mundo sombrío y miserable del hombre y ya no sufren el frío gélido del mundo del hombre. Las personas ya no pelean entre sí, los países ya no se enfrentan en guerras, ya no hay más matanzas ni la sangre que fluye de la matanza; todas las tierras están llenas de felicidad, y en todas partes rebosa el calor entre los hombres. Me muevo por todo el mundo, disfruto desde lo alto de Mi trono y vivo entre las estrellas. Los ángeles me ofrecen nuevas canciones y nuevos bailes. Ya su propia fragilidad no causa que lágrimas corran por su rostro. Ya no escucho en Mi presencia el sonido del llanto de los ángeles, y ya nadie se queja conmigo de las adversidades. Hoy, todos vosotros vivís en Mi presencia; mañana, todos vosotros existiréis en Mi reino. ¿No es esta la mayor bendición que le confiero al hombre?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 20
Vivir en el reposo significa vivir una vida sin guerra, sin inmundicia y sin una persistente injusticia. Es decir, es una vida que carece de la perturbación de Satanás (aquí “Satanás” se refiere a las fuerzas enemigas) y que no tiende a ser invadida por cualquier fuerza que se oponga a Dios; es una vida en la que todo sigue su propia especie y puede adorar al Señor de la creación, y en la que los cielos y la tierra están completamente tranquilos. Esto es lo que significan las palabras “reposo apacible de los humanos”. Cuando Dios repose, ya no habrá más injusticia sobre la tierra y ya no habrá más invasión de ninguna fuerza enemiga, y la humanidad también entrará en un nuevo ámbito; no será más una humanidad corrompida por Satanás, sino una humanidad que ha sido salvada después de haber sido corrompida por Satanás. El día de reposo de la humanidad también será el día de reposo de Dios. Dios perdió Su reposo debido a la incapacidad de la humanidad de entrar en el reposo; no porque al principio Dios hubiese sido incapaz de reposar. Entrar en el reposo no quiere decir que todo deje de moverse o de desarrollarse, tampoco significa que Dios deje de obrar o que el hombre deje de vivir. La señal de entrar en el reposo será cuando Satanás haya sido destruido, cuando esa gente malvada que se unió a Satanás en su maldad haya sido castigada y eliminada, y cuando todas las fuerzas hostiles con Dios dejen de existir. Que Dios entre en el reposo quiere decir que ya no llevará a cabo Su obra de salvación de la humanidad. Que la humanidad entre en el reposo quiere decir que toda la humanidad va a vivir dentro de la luz de Dios y bajo Sus bendiciones; sin la corrupción de Satanás ya no ocurrirá más injusticia. La humanidad vivirá normalmente sobre la tierra y vivirá bajo el cuidado de Dios. Cuando Dios y la humanidad entren juntos en el reposo, significará que la humanidad ha sido salvada y que Satanás ha sido destruido, que la obra de Dios entre los humanos se ha terminado por completo. Dios ya no continuará obrando en los humanos y ellos ya no vivirán bajo el campo de acción de Satanás. Por lo tanto, Dios ya no estará ocupado y los humanos ya no correrán de aquí para allá constantemente; Dios y la humanidad entrarán al mismo tiempo en el reposo. Dios regresará a Su lugar original y cada persona regresará a su lugar correspondiente. Estos son los destinos en los que Dios y los humanos residirán cuando toda la gestión de Dios se haya terminado. Dios tiene el destino de Dios y la humanidad tiene el destino de la humanidad. Mientras reposa, Dios seguirá guiando a todos los humanos en sus vidas sobre la tierra, y mientras están en Su luz, adorarán al único Dios verdadero que está en el cielo. Dios ya no vivirá entre la humanidad y tampoco los humanos podrán vivir con Dios en Su destino. Dios y los humanos no pueden vivir dentro del mismo reino; en vez de esto, ambos tienen sus respectivas maneras de vivir. Dios es el que guía a toda la humanidad y toda la humanidad es la cristalización de la obra de gestión de Dios. Los seres humanos son los que son guiados y no son de la misma sustancia que Dios. “Reposar” quiere decir regresar a su lugar original. Por lo tanto, cuando Dios entra en el reposo, esto quiere decir que ha regresado a Su lugar original. Él ya no vivirá sobre la tierra ni entre la humanidad para compartir su júbilo y sufrimiento. Cuando los humanos entren en el reposo, esto querrá decir que se han convertido en verdaderos objetos de la creación; adorarán a Dios desde la tierra y vivirán vidas humanas normales. La gente ya no será desobediente a Dios ni se resistirá a Él y regresará a la vida original de Adán y Eva. Estas serán las respectivas vidas y destinos de Dios los humanos después de que entren en el reposo. La derrota de Satanás es una tendencia inevitable en la guerra con Dios. De esta manera, la entrada de Dios en el reposo después de que se complete Su obra de gestión y la salvación completa de la humanidad y su entrada en el reposo se han convertido igualmente en tendencias inevitables. El lugar de reposo de la humanidad está en la tierra y el lugar de reposo de Dios está en el cielo. Mientras los humanos adoran a Dios en reposo vivirán sobre la tierra, y mientras Dios guía al resto de la humanidad al reposo, los guiará desde el cielo, no desde la tierra. Dios todavía será el Espíritu mientras que los humanos todavía serán carne. Dios y los humanos, ambos, reposan de una manera diferente. Mientras Dios reposa, Él vendrá y aparecerá entre los humanos; mientras los humanos reposan, Dios los guiará a visitar el cielo y a disfrutar también la vida allí.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo
Sólo cuando el hombre alcance la verdadera vida del hombre en la tierra y todas las fuerzas de Satanás estén encadenadas, vivirá fácilmente sobre la tierra. Las cosas no serán tan complejas como lo son hoy: las relaciones humanas, las relaciones sociales, las complejas relaciones familiares, ¡causan tantos problemas y tanto dolor! ¡La vida del hombre aquí es tan desgraciada! Una vez el hombre haya sido conquistado, su corazón y su mente cambiarán: tendrá un corazón que reverencia a Dios y que le ama. Una vez conquistados todos los que están en el universo y que buscan amar a Dios, es decir, una vez derrotado Satanás y una vez este —como todas las fuerzas de la oscuridad— haya sido encadenado, la vida del hombre en la tierra será tranquila y podrá vivir libremente sobre la tierra. Si la vida del hombre estuviera libre de relaciones carnales y de las complejidades de la carne, sería mucho más fácil. Las relaciones de la carne del hombre son demasiado complejas; para este, tales cosas son la prueba de que aún tiene que liberarse de la influencia de Satanás. Si tuvieras la misma relación con cada uno de tus hermanos y hermanas, si tuvieras la misma relación con cada miembro de tu familia, no tendrías preocupaciones ni necesidad de inquietarte por nadie. Nada podría ser mejor y, de esta forma, el hombre se aliviaría de la mitad de su sufrimiento. Viviendo una vida humana normal en la tierra, el hombre será similar a los ángeles; aunque sigue estando todavía en la carne, será muy parecido a un ángel. Esta es la promesa final, la última que se le concede al hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso
Cuando el hombre entre en el destino eterno, adorará al Creador y, por haber ganado la salvación y entrado en la eternidad, no perseguirá objetivo alguno y, además, tampoco necesitará preocuparse por que Satanás lo asedie. Esta vez, el hombre conocerá su lugar y llevará a cabo su deber, e incluso aunque no sean castigados o juzgados, cada persona realizará su deber. Entonces, el hombre será una criatura tanto en identidad como en estatus. Ya no existirá la distinción de alto y bajo; cada persona llevará sencillamente a cabo una función diferente. Con todo, el hombre seguirá viviendo en un destino que es ordenado y adecuado para la humanidad; realizará su deber para la adoración del Creador, y está humanidad se convertirá en la humanidad de la eternidad. En ese tiempo, el hombre habrá ganado una vida iluminada por Dios, una vida bajo el cuidado y la protección de Dios, una vida junto con Dios. La humanidad llevará una vida normal sobre la tierra, y todas las personas entrarán en la senda correcta. El plan de gestión de 6000 años habrá derrotado por completo a Satanás, lo cual significa que Dios habrá recuperado la imagen original del hombre tras ser creado y, como tal, se habrá cumplido Su intención primera.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso
Cuando los humanos hayan sido restaurados a su semejanza original y cuando puedan cumplir sus deberes respectivos, permanecer en su sitio adecuado y someterse a todos los planes de Dios, Dios habrá ganado un grupo de personas sobre la tierra que lo adoran y también habrá establecido un reino sobre la tierra que lo adora. Tendrá una victoria eterna sobre la tierra y todos aquellos que se le oponen perecerán por toda la eternidad. Esto restaurará Su intención original al crear la humanidad; restaurará Su intención en crear todas las cosas y también restaurará Su autoridad sobre la tierra, entre todas las cosas y entre Sus enemigos. Estos serán los símbolos de Su victoria total. En adelante, la humanidad entrará en el reposo y empezará una vida que está en el camino correcto. Dios también entrará en el reposo eterno con la humanidad y comenzará una vida eterna que compartirán Dios y los humanos. La inmundicia y la desobediencia sobre la tierra habrán desaparecido, así como los lamentos sobre la tierra y todo lo que en este mundo se opone a Dios no existirá. Solo Dios y esas personas a las que Él ha llevado a la salvación permanecerán; solo Su creación permanecerá.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo
Toda la tierra se ha llenado con el sonido de la risa; por todos los rincones en la tierra hay una atmósfera de alabanza, y ninguna parte carece de Mi gloria. Mi sabiduría está en todas partes de la tierra y en todo el universo. Entre todas las cosas están los frutos de Mi sabiduría; entre todas las personas pululan las obras maestras de Mi sabiduría; todo es como todas las cosas en Mi reino y todas las personas habitan en reposo bajo Mis cielos como las ovejas sobre Mis pastos. Me muevo por arriba de todos los hombres y observo por todas partes. Nada se ve viejo jamás y ninguna persona es como solía ser. Yo descanso sobre el trono; me reclino sobre todo el universo y estoy totalmente satisfecho, porque todas las cosas han recuperado su santidad y puedo vivir en paz dentro de Sion una vez más, y las personas en la tierra pueden llevar vidas contentas y serenas bajo Mi dirección. Todos los pueblos están manejando todo en Mi mano; todas las personas han recuperado su antigua inteligencia y apariencia original; ya no están cubiertos de polvo, sino que, en Mi reino, son tan santos como el jade, cada uno con un rostro como el del santo dentro del corazón del hombre, porque Mi reino ha sido establecido entre los hombres.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 16
“Me muevo por arriba de todos los hombres y observo por todas partes. Nada se ve viejo jamás y ninguna persona es como solía ser. Yo descanso sobre el trono; me reclino sobre todo el universo […]”. Esto es resultado de la obra actual de Dios. Todo el pueblo escogido de Dios regresa a su forma original, por lo cual los ángeles, que han sufrido por tantos años, son liberados; tal como Dios dice: “su rostro es como el del santo dentro del corazón del hombre”. Debido a que los ángeles trabajan en la tierra y sirven a Dios en ella, y la gloria de Dios se esparce por todo el mundo, el cielo es traído a la tierra y la tierra es elevada al cielo. Por lo tanto, el hombre es el vínculo que conecta el cielo y la tierra; el cielo y la tierra ya no están apartados, ya no están separados, sino conectados como uno. En todo el mundo solo existen Dios y el hombre. No hay polvo ni suciedad y todas las cosas son renovadas, como un pequeño cordero que descansa en una pradera verde bajo el cielo, disfrutando de toda la gracia de Dios. Y es por la llegada del verdor que el aliento de vida brilla, porque Dios viene al mundo a vivir junto al hombre por toda la eternidad, tal como lo dijo la boca de Dios: “puedo vivir en paz dentro de Sion una vez más”. Este es el símbolo de la derrota de Satanás; es el día del reposo de Dios y este día será ensalzado y proclamado por todas las personas y conmemorado por todas ellas. Cuando Dios está descansando en el trono, es también el momento en el que Dios concluye Su obra en la tierra y es el momento preciso en el que todos los misterios de Dios son mostrados al hombre; Dios y el hombre estarán para siempre en armonía, nunca separados; ¡esas son las hermosas escenas del reino!
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de “las palabras de Dios al universo entero”, Capítulo 16
Bajo la luz del relámpago, cada animal es revelado en su verdadera forma. Así, también, iluminado por Mi luz, el hombre ha recuperado la santidad que una vez poseyó. ¡Oh, mundo corrupto del pasado! ¡Finalmente ha caído en el agua asquerosa, y, hundiéndose bajo la superficie, se ha disuelto en el lodo! ¡Oh, toda la humanidad de Mi propia creación! ¡Al fin ha vuelto a la vida una vez más en la luz, ha encontrado la base de la existencia y ha dejado de luchar en el lodo! ¡Oh, la infinidad de cosas de la creación que sostengo en Mi mano! ¿Cómo no van a ser renovados a través de Mis palabras? ¿Cómo no van a desarrollar sus funciones en la luz? La tierra ya no es mortalmente tranquila y silente; el cielo ya no está desolado y triste. El cielo y la tierra, que ya no están separados por un vacío, están unidos como uno solo, para nunca más ser separados. En esta ocasión jubilosa, en este momento de exultación, Mi justicia y Mi santidad se han extendido por todo el universo y toda la humanidad las alaba sin cesar. Las ciudades de los cielos están riendo de alegría y el reino de la tierra baila de contento. ¿Quién en este momento no se está regocijando y quién no está llorando también? La tierra, en su estado primordial, pertenece al cielo, y el cielo está unido a la tierra. El hombre es el cordón que une el cielo y la tierra, y gracias a la santidad del hombre, a su renovación, el cielo ya no está oculto de la tierra y la tierra ya no guarda silencio con el cielo. El rostro de los seres humanos está envuelto en sonrisas de complacencia y, oculta en su corazón, hay una dulzura que no conoce límites. El hombre no pelea con el hombre ni los hombres se van a los golpes unos contra otros. ¿Hay alguien que, en Mi luz, no viva en paz con los demás? ¿Hay quien, en Mi día, deshonre Mi nombre? Todos los hombres dirigen su mirada reverencial hacia Mí y, en su corazón, en secreto, claman por Mí. He observado cada acción de la humanidad: entre los hombres que han sido purificados, no hay uno que sea desobediente a Mí, ninguno que emita un juicio sobre Mí. Toda la humanidad está impregnada con Mi carácter. Todos los hombres están llegando a conocerme, se están acercando a Mí y me están adorando. Permanezco firme en el espíritu del hombre, soy exaltado a la cima más alta a los ojos del hombre y fluyo en la sangre que corre por sus venas. La exaltación gozosa en el corazón del hombre llena cada lugar sobre la faz de la tierra, el aire es ligero y fresco, las densas neblinas ya no cubren el suelo y el sol brilla resplandeciente.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 18
En Mi luz, la gente ve la luz de nuevo. En Mi palabra, la gente encuentra las cosas que disfruta. He venido de oriente, de oriente provengo. Cuando Mi gloria brilla, todas las naciones se iluminan, todo se lleva a la luz, nada permanece en la oscuridad. En el reino, la vida que el pueblo de Dios vive con Él es infinitamente feliz. Las aguas danzan gozosas en las vidas bendecidas de la gente, las montañas disfrutan con el pueblo Mi abundancia. Todos los hombres se esfuerzan, trabajan duro, muestran su lealtad en Mi reino. En el reino ya no hay rebelión, ya no hay resistencia; los cielos y la tierra dependen unos de otros, el hombre y Yo nos acercamos con profundo sentimiento, a través de las dulces felicidades de la vida, apoyándonos unos en otros… En este momento, comienzo formalmente Mi vida en el cielo. La alteración de Satanás ya no existe, y el pueblo entra en el reposo. A lo largo del universo, Mi pueblo escogido vive dentro de Mi gloria, bendecido más allá de toda comparación, no como gente que vive entre personas, sino como un pueblo que vive con Dios. Toda la humanidad se ha sometido a la corrupción de Satanás, y ha bebido hasta la saciedad lo amargo y lo dulce de la vida. Ahora, viviendo en Mi luz, ¿cómo puede uno no regocijarse? ¿Cómo puede uno renunciar a la ligera a este hermoso momento y dejarlo escapar? ¡Eh, vosotros! ¡Cantad la canción en vuestros corazones y bailad gozosos para Mí! ¡Alzad vuestros corazones sinceros y ofrecedlos a Mí! ¡Aporread vuestros tambores y tocad alegremente para Mí! ¡Yo irradio Mi deleite a través de todo el universo! ¡A la gente le revelo Mi glorioso rostro! ¡Llamaré en voz alta! ¡Trascenderé al universo! ¡Ya reino entre la gente! ¡Soy exaltado por el pueblo! Deambulo por los cielos azules de lo alto y el pueblo va caminando junto a Mí. ¡Camino entre la gente y Mi pueblo me rodea! ¡Los corazones de la gente están gozosos, sus cánticos sacuden el universo, agrietan el empíreo! El universo ya no está cubierto de niebla; no hay más barro, no se acumulan las aguas inmundas. ¡Gente santa del universo! Bajo Mi escrutinio mostráis vuestro verdadero rostro. No sois hombres cubiertos de inmundicia, sino santos puros como el jade, sois todos Mis amados, ¡sois todos Mi deleite! ¡Todas las cosas vuelven a la vida! ¡Los santos han vuelto todos a servirme en el cielo, entran en Mi cálido abrazo, ya no lloran, ya no se inquietan, se ofrecen a Mí, vuelven a Mi casa, y en su patria me amarán sin cesar! ¡Nunca cambiarán en toda la eternidad! ¿Dónde está la pena? ¿Dónde están las lágrimas? ¿Dónde está la carne? La tierra muere, pero los cielos son eternos. Me aparezco ante todos los pueblos, y todos los pueblos me alaban. Esta vida, esta belleza, desde tiempos inmemoriales hasta el fin de las eras, no cambiará. Esta es la vida del reino.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, ¡Regocijaos pueblos todos!