Cómo caminar por la senda de Pedro
Para ser precisos, tomar la senda de Pedro en la propia fe significa recorrer la senda de la búsqueda de la verdad, que es también la de conocerse verdaderamente a uno mismo y cambiar el carácter propio. Solo al transitar por la senda de Pedro una persona estará en la senda de ser perfeccionada por Dios. Debe tener claro exactamente cómo caminar por la senda de Pedro y cómo ponerla en práctica. En primer lugar, uno debe poner a un lado sus propias intenciones, sus búsquedas inadecuadas y hasta su familia y todas las cosas de su propia carne. Tiene que dedicarse de todo corazón, es decir, entregarse por completo a la palabra de Dios, centrarse en comer y beber las palabras de Dios, concentrarse en la búsqueda de la verdad y de los deseos de Dios en Sus palabras e intentar captar las intenciones de Dios en todo. Este es el método de práctica más fundamental y vital. Es lo que Pedro hizo después de ver a Jesús, y solo practicando de esta manera se logran los mejores resultados. La devoción sincera a la palabra de Dios implica, principalmente, buscar la verdad y los deseos de Dios en Sus palabras, centrarse en comprender las intenciones de Dios y entender y obtener más verdad a partir de Sus palabras. Cuando leía las palabras de Dios, Pedro no se centraba en entender las doctrinas y, menos aún, en obtener conocimiento teológico. En cambio, se concentraba en comprender la verdad y captar las intenciones de Dios, a la vez que lograr un entendimiento del carácter y la hermosura de Dios. Pedro también intentó comprender los diversos estados corruptos del hombre a partir de las palabras de Dios, así como su esencia-naturaleza, y deficiencias reales, con lo cual cumplió fácilmente con las exigencias de Dios para satisfacerlo. Pedro tuvo muchas prácticas correctas que se ciñeron a las palabras de Dios. Esto estuvo sumamente alineado con las intenciones de Dios y fue la mejor forma en la que una persona podía cooperar al tiempo que experimentaba la obra de Dios. Cuando experimentó los centenares de pruebas enviadas por Dios, Pedro se autoexaminó de un modo estricto frente a cada palabra del juicio y el desenmascaramiento de Dios hacia el hombre, y contra cada palabra de Sus exigencias al hombre e intentó desentrañar con precisión el significado de esas palabras. Intentó reflexionar sinceramente en cada palabra que Jesús le dijo y memorizarla, y obtuvo muy buenos resultados. Al practicar de esta manera, fue capaz de lograr entenderse a sí mismo a partir de las palabras de Dios, y no solo llegó a entender los diversos estados corruptos y defectos del hombre, sino que también llegó a comprender la esencia y la naturaleza del hombre. Esto es lo que significa verdaderamente entenderse a uno mismo. A partir de las palabras de Dios, Pedro no solo consiguió comprenderse verdaderamente a sí mismo, sino que además vio el carácter justo de Dios, lo que Él tiene y es, las intenciones de Dios para Su obra y Sus exigencias hacia la humanidad. A partir de Sus palabras llegó de verdad a conocer a Dios completamente. Llegó a conocer Su carácter y Su esencia; llegó a conocer y entender lo que Dios tiene y es, así como Su encanto y Sus exigencias para el hombre. Aunque en ese tiempo Dios no habló tanto como lo hace hoy, en Pedro se produjeron resultados en estos aspectos. Fue algo raro y precioso. Pedro atravesó centenares de pruebas, pero no sufrió en vano. No solo llegó a entenderse a sí mismo a partir de las palabras y la obra de Dios, sino que también llegó a conocerlo. Además, se centró con especial atención en los requisitos de Dios para la humanidad contenidos en Sus palabras. En los aspectos en los que el hombre debe satisfacer a Dios para alinearse con Sus intenciones, en esos aspectos Pedro hizo un gran esfuerzo y alcanzó la claridad completa. Esto fue extremadamente beneficioso en relación con su entrada en la vida. Independientemente de aquello de lo que Dios hablara, siempre que esas palabras fueran capaces de convertirse en la vida y fueran la verdad, Pedro fue capaz de grabarlas en su corazón para meditar en ellas con frecuencia y comprenderlas. Después de escuchar las palabras de Jesús, fue capaz de tomárselas en serio, y esto demuestra que estaba especialmente centrado en las palabras de Dios y, al final, alcanzó verdaderamente resultados. Es decir, fue capaz de poner libremente en práctica las palabras de Dios, de practicar la verdad con fidelidad y de estar en sintonía con las intenciones de Dios, de actuar por completo conforme a los deseos de Dios y de renunciar a sus propias opiniones e imaginaciones personales. De esta forma Pedro entró en la realidad de las palabras de Dios. El servicio de Pedro llegó a ser acorde con las intenciones de Dios, principalmente porque hizo eso.
Si una persona puede satisfacer a Dios al tiempo que cumple su deber, si basa sus palabras y sus acciones en principios y entra en la realidad de todos los aspectos de la verdad, entonces es una persona perfeccionada por Dios. Puede decirse que la obra y las palabras de Dios han sido completamente eficaces para esta persona, que las palabras de Dios se convirtieron en su vida, que obtuvo la verdad y que es capaz de vivir según las palabras de Dios. Después de esto, la naturaleza de su carne —es decir, el fundamento mismo de su existencia original— se sacudirá y se derrumbará. Solo cuando las personas tienen las palabras de Dios como su vida es que se convierten en personas nuevas. Si las palabras de Dios se convierten en la vida de las personas, si la visión de la obra de Dios, Su desenmascaramiento y requisitos hacia la humanidad, y los estándares para una vida humana que Dios les exige a las personas cumplir se convierten en su vida, si las personas viven conforme a estas palabras y a estas verdades, entonces esta persona es perfeccionada por las palabras de Dios. Tal persona ha renacido y se ha convertido en alguien nuevo a través de Sus palabras. Esta es la senda por la cual Pedro persiguió la verdad. Es la senda de ser perfeccionado. Pedro fue perfeccionado por las palabras de Dios, ganó la vida a partir de ellas, la verdad expresada por Dios se convirtió en su vida, y se convirtió en una persona que obtuvo la verdad. Todos sabemos que, en torno al momento de la ascensión de Jesús, Pedro tenía muchas nociones, rebeliones y debilidades. ¿Por qué posteriormente cambiaron por completo estas cosas? Esto guarda relación directa con su búsqueda de la verdad. En la búsqueda de la vida, hay que centrarse en practicar la verdad. Solo entender la doctrina no sirve de nada, ni sirve la cantidad de doctrina de la cual uno sepa hablar. Tales cosas no pueden producir el cambio del propio carácter-vida. Comprender tan solo el significado literal de las palabras de Dios no equivale a comprender la verdad. Son las cuestiones de esencia y principios ilustradas en las palabras de Dios las que son la verdad. Cada frase de Sus declaraciones contiene la verdad, aunque es posible que las personas no las entiendan necesariamente. Por ejemplo, cuando Dios declara: “Debéis ser personas honestas”, hay verdad en esta afirmación. Se da aún más el caso de que Sus declaraciones, como: “Debéis llegar a ser personas que se sometan a Dios, que amen a Dios y que lo adoren. Debéis cumplir bien vuestro deber como seres humanos”, contienen la verdad. Cada frase de las palabras de Dios expone un aspecto de la verdad, y cada una de estas verdades está íntimamente relacionada con las demás verdades. Por tanto, Dios expresa verdad en todo cuanto declara, y Dios habla en extenso sobre cada verdad. El objetivo es hacer que la gente entienda la esencia de la verdad. Quienes entienden la palabra de Dios en tal medida son los únicos que puede afirmarse que comprenden Su palabra. Si solo comprendes y explicas las palabras de Dios conforme a su sentido literal y pronuncias palabras y doctrinas vacías, esto no es comprender la verdad. Simplemente estás alardeando, hablas mucho pero no haces nada, solo juegas con la doctrina.
Mientras las personas no hayan experimentado la obra de Dios y no hayan comprendido la verdad, la naturaleza de Satanás es la que toma las riendas y las domina desde el interior. ¿Qué cosas específicas conlleva esa naturaleza? Por ejemplo, ¿por qué eres egoísta? ¿Por qué proteges tu propia posición? ¿Por qué tienes sentimientos tan fuertes? ¿Por qué te gustan esas cosas injustas? ¿Por qué te gustan esas maldades? ¿Cuál es la base para que te gusten estas cosas? ¿De dónde proceden? ¿Por qué las aceptas de tan buen grado? Para este momento, todos habéis llegado a comprender que esto se debe, principalmente, al veneno de Satanás que hay dentro del hombre. Entonces, ¿qué es el veneno de Satanás? ¿Cómo se puede expresar? Por ejemplo, si preguntas “¿Cómo debería vivir la gente? ¿Para qué debería vivir?”, te responderán: “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”. Esta sola frase expresa la raíz del problema. La filosofía y la lógica de Satanás se han convertido en la vida de las personas. Sea lo que sea lo que persigue la gente, lo hace para sí misma, por tanto solo vive para sí misma. “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda”: esta es la filosofía de vida del hombre y también representa la naturaleza humana. Estas palabras se han convertido ya en la naturaleza de la humanidad corrupta y son el auténtico retrato de su naturaleza satánica. Dicha naturaleza satánica se ha convertido ya en la base de la existencia de la humanidad corrupta. La humanidad corrupta ha vivido según este veneno de Satanás durante varios miles de años y hasta nuestros días. Todo lo que hace Satanás es en aras de sus propios deseos, ambiciones y objetivos. Desea superar a Dios, liberarse de Él y apoderarse de todas las cosas que Dios ha creado. En la actualidad, las personas han sido corrompidas hasta tal punto por Satanás que todas tienen una naturaleza satánica, todas tratan de negar a Dios y oponerse a Él, y desean controlar sus propios destinos y tratan de oponerse a las orquestaciones y arreglos de Dios. Sus ambiciones y deseos son exactamente los mismos que los de Satanás. Por lo tanto, la naturaleza del hombre es la de Satanás. De hecho, los lemas y los aforismos de muchas personas representan la naturaleza humana y reflejan la esencia de su corrupción. La gente elige según sus propias preferencias, y todas estas cosas representan el carácter y la búsqueda de las personas. En cada palabra que dice una persona, y en todo lo que hace, por mucho que disimule, no puede ocultar su naturaleza. Por ejemplo, los fariseos solían predicar muy bien, pero cuando escuchaban los sermones y las verdades expresadas por Jesús, en lugar de aceptarlos, los condenaban. Eso revelaba la esencia-naturaleza de los fariseos de sentir aversión por la verdad y odiarla. Algunas personas hablan muy bien y son buenas disfrazándose, pero después de que otros se asocien con ellas durante un tiempo, estos descubren que su naturaleza es profundamente falsa y deshonesta. Al cabo de cierto tiempo de asociarse con ellos, todo el mundo descubre su esencia-naturaleza. Al final, los demás llegan a la siguiente conclusión: estas personas nunca dicen una palabra de verdad y son taimadas. Esta declaración representa la naturaleza de esa gente, y es la mejor muestra y prueba de su esencia-naturaleza. Su filosofía para los asuntos mundanos consiste en no decirle la verdad a nadie y, también, en no confiar en nadie. La naturaleza satánica del hombre contiene gran cantidad de filosofías y venenos satánicos. En ocasiones, tú mismo no eres consciente de ellas y no las entiendes, pero vives basándote en estas cosas cada momento de tu vida. Además, piensas que estas cosas son muy correctas y razonables y que no están en absoluto equivocadas. Esto es suficiente para ilustrar que las filosofías de Satanás se han convertido en la naturaleza de las personas, y que estas viven completamente de acuerdo con esas filosofías, pensando que esa manera de vivir es buena y sin ningún sentido de arrepentimiento en absoluto. Por lo tanto, constantemente están revelando su naturaleza satánica y constantemente viven según las filosofías de Satanás. La naturaleza de Satanás es la vida de la humanidad, y es la esencia-naturaleza de esta. Qué es la naturaleza se puede expresar por completo con una síntesis verbal. En la naturaleza del hombre hay arrogancia, engreimiento y el deseo de sobresalir. Asimismo, contiene una avaricia mercenaria que prioriza la ganancia ante todo y no muestra consideración por la vida. También contiene falsedad, deshonestidad y una tendencia a engañar a las personas a cada instante, así como una perversidad y una inmundicia insoportables. Este es un resumen de la naturaleza del hombre. Si eres capaz de discernir muchos aspectos que lleguen a revelarse en tu naturaleza, has adquirido un entendimiento de ella. Sin embargo, si no tienes comprensión alguna de las cosas reveladas en tu naturaleza, no tienes comprensión alguna de ella. Pedro buscó conocerse a sí mismo y examinar lo que se había revelado en él a través del refinamiento de las palabras de Dios y dentro de las diversas pruebas que Dios le había suministrado. Cuando de verdad llegó a entenderse a sí mismo, Pedro se dio cuenta de lo corruptos, lo inútiles y lo indignos de servir a Dios que son los humanos, y de que no merecen vivir delante de Él. Pedro se postró entonces ante Dios. Al haber experimentado tanto, al final Pedro llegó a sentir que: “¡Conocer a Dios es lo más preciado! Sería una lástima que muriese sin conocerlo. Conocer a Dios es lo más importante y lo más valioso que hay. Si el hombre no conoce a Dios, entonces no merece vivir, es igual que un animal y no tiene vida”. Para cuando la experiencia de Pedro había alcanzado este punto, él ya había llegado a saber su propia naturaleza y había obtenido un conocimiento relativamente bueno de ella. Aunque quizá no habría sido capaz de explicarlo tan claramente como las personas de hoy, Pedro había llegado a este estado. Por consiguiente, caminar por la senda de perseguir la verdad y alcanzar la perfección por Dios requiere conocer la propia naturaleza a partir de las declaraciones de Dios, así como comprender los diversos aspectos de la propia naturaleza y describirla en palabras, hablar clara y llanamente. Solo esto es conocerte verdaderamente a ti mismo, y solo así habrás alcanzado el resultado que Dios exige. Si tu conocimiento no ha llegado a este punto todavía, pero afirmas conocerte a ti mismo y haber ganado vida, ¿no es esto entonces una simple fanfarronada? No te conoces a ti mismo ni sabes lo que eres delante de Dios, si has cumplido de verdad con los estándares de un ser humano o cuántos elementos satánicos sigues teniendo en ti. Sigues sin tener claro a quién perteneces y ni siquiera tienes autoconocimiento; entonces, ¿cómo puedes tener razón frente a Dios? Cuando Pedro buscaba la vida, se centraba en conocerse a sí mismo y en transformar su carácter a lo largo de sus pruebas, y se esforzó por conocer a Dios. Al final, pensó: “Las personas deben buscar entender a Dios en vida; conocerlo es lo más crítico. Si no conozco a Dios, no podré descansar en paz cuando muera. Una vez que lo conozca, si Dios determina que yo muera, entonces me sentiré sumamente gratificado. No me quejaré en lo más mínimo y mi vida entera se habrá colmado”. Pedro no fue capaz de obtener este nivel de entendimiento ni alcanzar este punto inmediatamente después de empezar a creer en Dios; en su lugar pasó por multitud de pruebas. Su experiencia tuvo que llegar a un cierto hito y tuvo que entenderse a sí mismo por completo antes de poder sentir el valor de conocer a Dios. Por tanto, la senda que Pedro tomó fue la de perseguir la verdad y la de obtener la vida y ser perfeccionado. Este era el aspecto en el que se centró su práctica específica principalmente.
En vuestra fe en Dios, ¿qué senda estáis tomando ahora? Si no haces como Pedro, que buscó la vida, la comprensión de sí mismo y el conocimiento de Dios, entonces no estás caminando por la senda de Pedro. Estos días, la mayoría de las personas se encuentran en este tipo de estado: “Con el fin de ganar bendiciones, debo entregarme por Dios y pagar un precio por Él. Para conseguir bendiciones, debo abandonarlo todo por Dios; debo completar aquello que Él me ha confiado, y cumplir bien con mi deber”. Este estado está dominado por la intención de obtener bendiciones, lo que es un ejemplo de entregarse por completo por Dios con el propósito de obtener Sus recompensas y ganar una corona. Tales personas no tienen la verdad en su corazón y, sin duda, su entendimiento solo consiste en unas pocas palabras y doctrinas de las que presumen por todas partes. La suya es la senda de Pablo. La fe de tales personas es un acto de labor constante y, en lo más profundo, sienten que cuanto más hagan, más quedará probada su lealtad a Dios; que cuanto más hagan, con toda certeza Dios estará más satisfecho, y que cuanto más hagan, más merecerán que se les otorgue una corona ante Dios y mayores serán las bendiciones que obtengan. Piensan que si pueden soportar el sufrimiento, predicar y morir por Cristo, si pueden sacrificar su propia vida, y si pueden acabar todos los deberes que Dios les ha encomendado, entonces serán aquellos que obtienen las mayores bendiciones, y sin duda se les concederán coronas. Es exactamente lo que Pablo imaginó y buscó. Es la senda exacta por la que transitó, y fue bajo la guía de tales pensamientos que trabajó para servir a Dios. ¿Acaso esos pensamientos e intenciones no surgen de una naturaleza satánica? Igual que los seres humanos mundanos, que creen que mientras estén en la tierra deben buscar el conocimiento y, después de obtenerlo, pueden destacar entre la multitud, convertirse en un oficial y tener estatus. Piensan que, una vez que tienen estatus, pueden concretar sus ambiciones y llevar sus negocios y prácticas familiares a cierto nivel de prosperidad. ¿Acaso no siguen todos los no creyentes esta senda? Los que son dominados por esta naturaleza satánica solo pueden ser como Pablo en su fe. Ellos piensan: “Debo desecharlo todo para entregarme por dios. Debo ser leal a dios y, al final, recibiré grandes recompensas y coronas”. Esta es la misma actitud que la de las personas mundanas que buscan cosas mundanas. No difieren en absoluto y están sujetas a la misma naturaleza. Cuando las personas tienen ese tipo de naturaleza satánica, en el mundo buscarán obtener conocimiento, aprendizaje, estatus y destacar entre la multitud. Si creen en Dios, buscarán obtener grandes coronas y grandes bendiciones. Si las personas no persiguen la verdad cuando creen en Dios, con toda seguridad tomarán esta senda. Este es un hecho inmutable, es una ley natural. La senda que toman los que no persiguen la verdad es diametralmente opuesta a la de Pedro. ¿Qué senda estáis tomando todos ahora? Aunque quizás no hayas planeado tomar la senda de Pablo, tu naturaleza ha resuelto que camines por este camino, y vas en esa dirección a tu pesar. Aunque quieras pisar la senda de Pedro, si no tienes claro cómo hacerlo, entonces tomarás la senda de Pablo de manera involuntaria. Esta es la realidad de la situación. ¿Cómo exactamente hay que caminar por la senda de Pedro hoy en día? Si eres incapaz de distinguir entre la senda de Pedro y Pablo, o no las conoces en absoluto, por mucho que afirmes recorrer la senda de Pedro, no serán más que palabras vacías. En primer lugar, es necesario que tengas una idea clara de cuál es la senda de Pedro y cuál la de Pablo. Solo cuando entiendas realmente que la senda de Pedro es la senda de buscar vida, y la única hacia la perfección, serás capaz de caminar por la senda de Pedro, buscar como él buscó, y practicar los principios que él practicó. Si no entiendes la senda de Pedro, la que transites de seguro será la de Pablo, porque no habrá otra senda para ti: no tendrás elección al respecto. A la gente que no entiende la verdad y no es capaz de perseguirla, le resultará difícil recorrer la senda de Pedro aunque tenga determinación. Se puede decir que la senda hacia la salvación y perfección es la gracia y el enaltecimiento que Dios os ha revelado ahora. Es Él quien os guía hacia la senda de Pedro. Sin la dirección y el esclarecimiento de Dios, nadie sería capaz de tomar el camino de Pedro, y la única opción sería descender por la senda de Pablo, siguiendo sus pisadas a la destrucción. En aquel tiempo, Pablo no sintió que fuera erróneo caminar por ese camino. Creyó por completo que era correcto. No ganó la verdad y especialmente no pasó por una transformación de carácter. Creyó demasiado en sí mismo y sintió que no había el menor problema con creer de esa manera. Siguió hacia adelante lleno de confianza y con una total seguridad en sí mismo. Al final, nunca entró en razón. Siguió pensando que para él el vivir era cristo. Así, Pablo siguió por esa senda hasta el final y, cuando fue castigado en última instancia, todo acabó para él. La senda de Pablo no implicaba llegar a conocerse a sí mismo ni mucho menos la búsqueda de un cambio de carácter. Él nunca diseccionó su propia naturaleza, y no ganó conocimiento de lo que él era. Simplemente sabía que él era máximo culpable de la persecución de Jesús. Pero no había tenido el más leve entendimiento de su propia naturaleza y, después de acabar su obra, Pablo pensó que estaba viviendo como Cristo y que debería ser recompensado. La obra que Pablo realizó fue simplemente un servicio prestado a Dios. Para Pablo personalmente, aunque recibió algunas revelaciones del Espíritu Santo, no había obtenido verdad ni vida alguna. Por tanto, Dios no lo salvó, sino que, en cambio, lo castigó. ¿Por qué se dice que la senda de Pedro es la senda a la perfección? Porque, en la práctica de Pedro, particularmente se enfocó en la vida, en buscar conocer a Dios y a sí mismo. A través de su experiencia de la obra de Dios, llegó a conocerse, obtuvo un entendimiento de los estados corruptos del hombre, aprendió de sus propios defectos y descubrió lo más valioso que las personas deben buscar. Fue capaz de amar a Dios con sinceridad, aprendió a corresponder a Dios, obtuvo alguna verdad y poseyó la realidad que Dios exige. De todas las cosas que Pedro dijo durante sus pruebas, se puede ver que era, en efecto, aquel con más entendimiento de Dios. Por haber llegado a entender tanta verdad de las palabras de Dios, su senda fue cada vez más resplandeciente y más conforme a las intenciones de Dios. De no haber tenido esta verdad, Pedro no habría sido capaz de seguir una senda tan correcta.
En este momento sigue habiendo una pregunta: si sabes cuál es la senda de Pedro, ¿puedes transitar por ella? Es una pregunta realista. Debes ser capaz de distinguir con claridad qué tipo de persona puede seguir la senda de Pedro y cuál no. Quienes siguen el camino de Pedro deben ser el tipo de persona correcta. Solo si eres el tipo de persona correcta puedes ser perfeccionado. Cuando la gente no es el tipo de persona correcta, no puede ser perfeccionada. Los que son como Pablo no pueden seguir la senda de Pedro. Cierto tipo de persona recorre cierta clase de senda. Esto está totalmente determinado por su naturaleza. Independientemente de la claridad con la que se le explique la senda de Pedro a Satanás, este no puede recorrerla. Aunque quisiera, no sería capaz de poner un pie en ella. Su naturaleza ha determinado que no puede tomar la senda de Pedro. Solo aquellos que aman la verdad son capaces de tomarla. “La cabra siempre tira al monte”, eso es real. Si no hay elementos de amor por la verdad en tu naturaleza, no puedes recorrer la senda de Pedro. Si eres una persona que ama la verdad, si eres capaz de aceptar la verdad a pesar de tu carácter corrupto, y si puedes recibir la obra del Espíritu Santo y entender las intenciones de Dios, entonces de esta forma podrás rebelarte contra la carne y someterte al plan de Dios. Cuando tienes cambios en tu carácter tras experimentar algunas pruebas, esto significa que poco a poco estás tomando la senda de Pedro, la de ser perfeccionado.
Invierno de 1998