d. Lo que Dios promete a aquellos que han alcanzado la salvación y que han sido perfeccionados
Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días
El reino se está expandiendo entre la humanidad, se está formando entre la humanidad y se está erigiendo entre la humanidad; no hay fuerza alguna que pueda destruir Mi reino. De Mi pueblo que está en el reino de hoy, ¿quién de vosotros no es un ser humano entre los seres humanos? ¿Quién de vosotros no se ajusta a la condición humana? Cuando Mi nuevo punto de partida sea anunciado a la multitud, ¿cómo reaccionará la humanidad? Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos el estado de la humanidad. ¿De verdad no seguís albergando esperanzas de perdurar para siempre en este mundo? Ahora estoy caminando entre Mi pueblo y vivo entre ellos. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, son bendecidos. Bienaventurados quienes se someten a Mí, pues ellos con seguridad permanecerán en Mi reino. Bienaventurados quienes me conocen, pues ellos con seguridad ejercerán poder en Mi reino. Bienaventurados quienes me buscan, pues ellos con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán de Mis bendiciones. Bienaventurados quienes son capaces de renunciar a sí mismos, pues con seguridad serán posesión Mía y heredarán la abundancia de Mi reino. Recordaré a los que corren de un lado para otro por Mí; abrazaré con alegría a los que se esfuerzan por Mí y daré gozo a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; ellos, con seguridad, serán los pilares que sostienen la viga maestra de Mi reino; con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se puede comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que se hicieron por vosotros? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, os abriréis paso entre el dominio de las fuerzas de la oscuridad. En medio de la oscuridad, ciertamente no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el amo de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor delante de Satanás. Con seguridad, cuando caiga el reino del gran dragón rojo, os erguiréis entre las grandes multitudes para dar testimonio de Mi victoria. Con seguridad permaneceréis firmes e inquebrantables en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis Mis bendiciones, y, con seguridad, irradiaréis Mi gloria por todo el universo.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 19
Aquellos que aman a Dios son los únicos capaces de dar testimonio de Él, Sus únicos testigos, los únicos bendecidos por Él y capacitados para recibir Sus promesas. Los que aman a Dios son Sus íntimos, Su pueblo amado, y pueden gozar de las bendiciones en Su compañía. Estas personas son las únicas que vivirán hasta la eternidad y para siempre bajo el cuidado y la protección de Dios. Dios está para que las personas lo amen y es digno del amor de todas ellas, pero no todas son capaces de amarlo ni de dar testimonio de Él y ostentar el poder con Él. Dado que son capaces de dar testimonio de Dios y de dedicar todos sus esfuerzos a Su obra, aquellos que verdaderamente aman a Dios pueden caminar bajo el cielo sin que nadie se atreva a oponerse a ellos y ejercer el poder en la tierra para gobernar a todo el pueblo de Dios. Estas personas se han congregado procedentes de todo el mundo. Hablan diferentes idiomas y tienen distintos colores de piel, pero su existencia tiene la misma relevancia; todas ellas tienen un corazón amante de Dios, dan el mismo testimonio y tienen la misma determinación y el mismo deseo. Quienes aman a Dios pueden caminar libremente por el mundo y quienes dan testimonio de Dios pueden viajar por el universo. Dios los ama y bendice y vivirán por siempre en Su luz.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Quienes aman a Dios vivirán por siempre en Su luz
En función de sus diferentes funciones y testimonios, los vencedores dentro del reino servirán como sacerdotes o seguidores, y todos los que sean victoriosos en medio de la tribulación se convertirán en el cuerpo de sacerdotes dentro del reino. El cuerpo de sacerdotes se formará cuando la obra del evangelio a través del universo llegue a su fin. Cuando ese tiempo llegue, eso que el hombre debe hacer será el desempeño de su deber dentro del reino de Dios y su vida junto con Dios dentro del reino. En el cuerpo de sacerdotes habrá sumos sacerdotes y sacerdotes y los demás serán los hijos y el pueblo de Dios. Todo esto lo determinarán sus testimonios para Dios durante la tribulación; no son títulos que se den a capricho. Una vez que se haya establecido el estatus del hombre, la obra de Dios cesará porque cada uno será clasificado según su especie y regresará a su posición original, y esto es la marca de la consecución de la obra de Dios, este es el resultado final de la obra de Dios y la práctica del hombre, y es la cristalización de las visiones de la obra de Dios y la cooperación del hombre. Al final, el hombre encontrará reposo en el reino de Dios y Dios también regresará a Su morada para reposar. Este será el resultado final de 6000 años de cooperación entre Dios y el hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre
Una vez acabada la obra de conquista, el hombre será llevado a un mundo hermoso. Esta vida será, por supuesto, todavía en la tierra, pero será totalmente distinta a la vida actual del hombre. Es la vida que la humanidad tendrá después de que toda ella haya sido conquistada, será un nuevo comienzo para el hombre en la tierra; tener este tipo de vida será la prueba para la humanidad de que ha entrado en un ámbito nuevo y hermoso. Será el principio de la vida del hombre con Dios sobre la tierra. La premisa de una vida tan bella debe ser que, después de que el hombre haya sido purificado y conquistado, se someta delante del Creador. Así, la obra de conquista es la última etapa de la obra de Dios antes de que la humanidad entre en el maravilloso destino. Semejante vida es la vida futura del hombre en la tierra, la vida más hermosa sobre la tierra, el tipo de vida que el hombre anhela, la que nunca antes alcanzó en la historia del mundo. Es el resultado final de la obra de gestión de los 6000 años; es aquello que más anhela la humanidad, y también la promesa de Dios al hombre. Pero esta no puede cumplirse de inmediato: el hombre entrará en el destino futuro sólo cuando la obra de los últimos días se haya completado y él haya sido totalmente conquistado; es decir, una vez que Satanás haya sido derrotado por completo. Después de haber sido refinado, el hombre no tendrá una naturaleza pecaminosa, porque Dios habrá derrotado a Satanás, lo que significa que no habrá invasión por parte de fuerzas hostiles, y que ninguna de estas podrá atacar la carne del hombre. Por tanto, este será libre y santo; habrá entrado en la eternidad.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso
Sólo cuando el hombre alcance la verdadera vida del hombre en la tierra y todas las fuerzas de Satanás estén encadenadas, vivirá fácilmente sobre la tierra. Las cosas no serán tan complejas como lo son hoy: las relaciones humanas, las relaciones sociales, las complejas relaciones familiares, ¡causan tantos problemas y tanto dolor! ¡La vida del hombre aquí es tan desgraciada! Una vez el hombre haya sido conquistado, su corazón y su mente cambiarán: tendrá un corazón temeroso de Dios y un corazón amante de Él. Una vez conquistados todos los que están en el universo que buscan amar a Dios, es decir, una vez derrotado Satanás y una vez este —como todas las fuerzas de la oscuridad— haya sido encadenado, no se verá perturbada la vida del hombre en la tierra y podrá vivir libremente sobre ella. Si la vida del hombre estuviera libre de relaciones carnales y de las complejidades de la carne, sería mucho más fácil. Las relaciones de la carne del hombre son demasiado complejas; para este, tales cosas son la prueba de que aún tiene que liberarse de la influencia de Satanás. Si tuvieras la misma relación con cada uno de tus hermanos y hermanas, si tuvieras la misma relación con cada miembro de tu familia, no tendrías preocupaciones ni necesidad de inquietarte por nadie. Nada podría ser mejor y, de esta forma, el hombre se aliviaría de la mitad de su sufrimiento. Viviendo una vida humana normal en la tierra, el hombre será similar a los ángeles; aunque sigue estando todavía en la carne, será muy parecido a un ángel. Esta es la promesa final, la última que se le concede al hombre.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso
Aquellos a los que Dios pretende perfeccionar recibirán todas Sus bendiciones y Su herencia. Es decir, ellos asimilan lo que Dios es y posee para que se convierta en lo que ellos llevan dentro. Tienen todas las palabras de Dios forjadas dentro de ellos; sea Dios lo que sea, vosotros tenéis la capacidad de asimilarlo todo tal y como es, y así vivir la verdad. Este es el tipo de persona que es perfeccionada y ganada por Dios. Sólo alguien así es elegible para recibir las siguientes bendiciones otorgadas por Dios:
1. Obtener todo el amor de Dios.
2. Actuar de acuerdo con la voluntad de Dios en todas las cosas.
3. Obtener la guía de Dios, vivir en la luz de Dios y obtener Su esclarecimiento.
4. Vivir en la tierra la imagen que ama Dios; amar a Dios de verdad, como hizo Pedro, crucificado por Dios y digno de morir en recompensa por Su amor; tener la misma gloria que Pedro.
5. Ser amado, respetado y admirado por todos en la tierra.
6. Vencer todos los aspectos de las cadenas de la muerte y el Hades, sin dar oportunidad alguna a Satanás para hacer su obra, siendo poseído por Dios, viviendo dentro de un espíritu fresco y vivaz, sin desgastarse.
7. Poseer un inefable sentido de júbilo y emoción en todos los momentos a lo largo de la vida, como si uno hubiera presenciado la llegada del día de la gloria de Dios.
8. Ganar gloria junto a Dios y tener un semblante que se parezca al de los amados santos de Dios.
9. Convertirse en lo que Dios ama en la tierra, esto es, un amado hijo de Dios.
10. Cambiar de forma, ascender con Dios al tercer cielo y trascender la carne.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Promesas a aquellos que han sido perfeccionados
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