Capítulo 16
Desde una perspectiva humana, Dios es tan grande, tan abundante, tan maravilloso, tan insondable; a los ojos de las personas, las palabras de Dios se elevan a lo alto y aparecen como una gran obra maestra del mundo. Pero debido a que las personas tienen demasiadas fallas y su mente es demasiado simple y, además, sus habilidades de aceptación son mínimas, independientemente de qué tan claro Dios hable, permanecen sentadas e inmóviles, como si sufrieran una enfermedad mental. Cuando tienen hambre, no entienden que deben comer; cuando tienen sed, no entienden que deben beber; solo siguen gritando y vociferando como si estuvieran experimentando una dificultad indescriptible en lo profundo de su espíritu, pero son incapaces de hablar de ello. Cuando Dios creó a la humanidad, Su intención fue que el hombre viviera en una humanidad normal y aceptara las palabras de Dios de acuerdo con sus instintos. Pero debido a que en el principio mismo el hombre sucumbió a la tentación de Satanás, hoy sigue siendo incapaz de liberarse a sí mismo y de reconocer las engañosas argucias que ha fraguado Satanás durante miles de años. Además, el hombre carece de las facultades para conocer plenamente las palabras de Dios; todo esto ha conducido a la situación actual. Como están hoy las cosas, las personas todavía viven en peligro de caer en la tentación de Satanás y, por tanto, siguen siendo incapaces de comprender las palabras de Dios de una manera correcta. En el carácter de las personas normales no hay deshonestidad ni engaño, las personas tienen una relación normal entre ellas, no están solas y su vida no es ni mediocre ni decadente. Del mismo modo, Dios es exaltado entre todas las personas, Sus palabras se propagan entre los hombres, las personas viven en paz unas con otras y, bajo el cuidado y la protección de Dios, la tierra está llena de armonía, sin la perturbación de Satanás, y la gloria de Dios tiene la máxima importancia entre los hombres. Tales personas son como ángeles: puras, animadas, no se quejan nunca de Dios y dedican todos sus esfuerzos solamente a la gloria de Dios en la tierra. Este es el tiempo de la noche oscura; todos andan a tientas y buscan; la noche de oscuridad total hace que se les ponga el pelo de punta y no pueden evitar temblar; si se escucha atentamente, el aullido del viento del noroeste que sopla ráfaga tras ráfaga parece acompañado de los lúgubres sollozos del hombre. Las personas se afligen y lloran por su destino. ¿Por qué leen las palabras de Dios pero son incapaces de entenderlas? Es como si su vida estuviera al borde de la desesperanza, como si la muerte estuviera a punto de sobrevenirles, como si su último día estuviera frente a sus ojos. Esas circunstancias miserables son el momento mismo en el que los frágiles ángeles claman a Dios y le cuentan sobre sus propias adversidades en un llanto lastimero después de otro. Es por esta razón que los ángeles que trabajan entre los hijos de Dios y Su pueblo nunca más volverán a descender sobre los hombres; esto es para evitar que queden atrapados en la manipulación de Satanás mientras están en la carne, incapaces de liberarse a sí mismos y, en consecuencia, obran solo en el reino espiritual, que es invisible para el hombre. Por lo tanto, cuando Dios dice: “Cuando Yo ascienda al trono en el corazón del hombre, será el momento en el que Mis hijos y Mi pueblo gobiernen sobre la tierra”, Él se está refiriendo al momento en el que los ángeles en la tierra disfrutarán de la bendición de servir a Dios en el cielo. Ya que el hombre es la expresión del espíritu de los ángeles, Dios dice que, para el hombre, estar en la tierra es como estar en el cielo; que el hombre sirva a Dios en la tierra es como cuando los ángeles sirven a Dios en el cielo directamente y, por tanto, durante sus días en la tierra el hombre disfruta de las bendiciones del tercer cielo. Esto es lo que en realidad se dice en estas palabras.
Hay mucho significado oculto en las palabras de Dios. “Cuando llegue el día, la gente me conocerá en lo profundo de su corazón y se acordará de Mí en sus pensamientos”. Estas palabras están dirigidas al espíritu de los hombres. Debido a la fragilidad de los ángeles, siempre dependen de Dios para todas las cosas y siempre se han apegado a Él y lo han adorado. Pero, debido a la perturbación provocada por Satanás, no pueden ayudarse a sí mismos y no se pueden controlar; quieren amar a Dios pero son incapaces de amarlo con todo su corazón y, en consecuencia, sufren dolor. Solo cuando la obra de Dios alcanza cierto punto puede volverse realidad el deseo de estos pobres ángeles de amar verdaderamente a Dios, razón por la cual Dios dijo esas palabras. La naturaleza de los ángeles es amar, apreciar y someterse a Dios; sin embargo, han sido incapaces de lograr esto en la tierra y no han tenido otra opción más que tener paciencia hasta hoy. Podríais observar el mundo de hoy: hay un Dios en el corazón de todas las personas; no obstante, la gente es incapaz de distinguir si el Dios que está en su corazón es el verdadero Dios o un dios falso, y, aunque aman a este Dios suyo, son incapaces de amar verdaderamente a Dios, lo cual quiere decir que no tienen control de sí mismos. El horrible rostro del hombre revelado por Dios es el verdadero rostro de Satanás en el reino espiritual. En un principio el hombre fue inocente y sin pecado y, por lo tanto, todas las actitudes corruptas y horribles del hombre son las acciones de Satanás en el reino espiritual y son un registro fiel de los desarrollos del reino espiritual. “Hoy en día, la gente tiene aptitudes, y cree que puede pavonearse frente a Mí, y reír y bromear conmigo sin la menor inhibición, y tratarme como a un igual. El hombre aún no me conoce, y todavía cree que tenemos una naturaleza similar, que ambos somos de carne y hueso, y que ambos vivimos en el mundo humano”. Esto es lo que Satanás ha hecho en el corazón del hombre. Satanás usa las nociones y los ojos del hombre para oponerse a Dios; sin embargo, Dios le habla al hombre sin evasivas sobre estos sucesos con el fin de que este pueda evitar la catástrofe aquí. La debilidad mortal de todas las personas es que solo ven “un cuerpo de carne y hueso, y no perciben el Espíritu de Dios”. Esta es la base de un aspecto de la seducción del hombre por parte de Satanás. Todas las personas creen que solo al Espíritu que está en esta carne se le puede llamar Dios. Nadie cree que hoy el Espíritu se ha hecho carne y que, en verdad, apareció ante sus ojos; las personas ven a Dios como si fueran dos partes —“la vestimenta y la carne”— y nadie considera a Dios como la encarnación del Espíritu; nadie ve que la esencia de la carne es el carácter de Dios. En la imaginación de las personas, Dios es especialmente normal, pero ¿acaso no saben que, escondido en esta normalidad, hay un aspecto de la profunda importancia de Dios?
Cuando Dios comenzó a cubrir el mundo entero, se tornó de un color negro intenso, y mientras las personas dormían, Dios aprovechó esta oportunidad para descender entre los hombres y oficialmente comenzó a enviar el Espíritu a todos los rincones de la tierra, y emprendió la obra de salvar a la humanidad. Se puede decir que, cuando Dios comenzó a asumir la imagen de la carne, Él obró personalmente en la tierra. Entonces comenzó la obra del Espíritu y ahí oficialmente comenzó la totalidad de la obra en la tierra. Durante dos mil años, el Espíritu de Dios ha obrado siempre por todo el universo. Las personas no saben ni sienten esto, pero durante los últimos días, al momento en que esta era está pronta a concluir, Dios ha descendido a la tierra para obrar en persona. Esta es la bendición de aquellos que nacieron durante los últimos días, quienes pueden contemplar personalmente la imagen de Dios que vive en la carne. “Cuando la faz de las profundidades estaba turbia, comencé a probar la amargura del mundo entre los hombres. Mi Espíritu viaja por todo el mundo y observa el corazón de todas las personas, pero también, y de igual manera, conquisto a la humanidad en Mi carne encarnada”. Tal es la cooperación armoniosa entre Dios en el cielo y Dios en la tierra. Al final, las personas creerán en su mente que el Dios en la tierra es el Dios en el cielo, que los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos fue creado por el Dios en la tierra, que el hombre es controlado por el Dios en la tierra, que el Dios en la tierra lleva a cabo la obra del cielo en la tierra y que el Dios en el cielo ha aparecido en la carne. Este es el objetivo final de la obra de Dios en la tierra y, por tanto, esta etapa es el estándar más elevado de la obra en el periodo de la carne y se lleva a cabo en la divinidad y hace que todas las personas se convenzan sinceramente. Cuanto más busquen las personas a Dios en sus nociones, más sienten que el Dios en la tierra no es real. Así pues, Dios dice que las personas buscan a Dios entre palabras y doctrinas vacías. Cuanto más conocen las personas a Dios en sus nociones, más expertas se vuelven en hablar estas palabras y doctrinas y más admirables son; cuanto más hablen las personas palabras y doctrinas, más se alejan de Dios, más incapaces son de conocer la sustancia del hombre, más se rebelan contra Dios y más se apartan de Sus requisitos. Los requisitos de Dios para el hombre no son tan sobrenaturales como las personas imaginan; sin embargo, nunca nadie ha entendido realmente las intenciones de Dios y por eso Dios dice: “La gente solo busca en el cielo infinito o sobre el mar agitado o en un lago plácido o entre palabras y doctrinas vacías”. Cuantos más requisitos Dios le hace al hombre, más sienten las personas que Dios es inalcanzable y más creen que Dios es grande. Por tanto, en su conciencia, todas las palabras pronunciadas por la boca de Dios son inalcanzables por el hombre, lo cual no le deja otra opción a Dios que la de actuar personalmente; el hombre, mientras tanto, no tiene la más mínima inclinación a cooperar con Dios y simplemente insiste en inclinar su cabeza y confesar sus pecados, tratando de ser humilde y obediente. Por ello, sin darse cuenta, las personas entran en una nueva religión, en una ceremonia religiosa incluso más extrema que la de las iglesias religiosas. Esto requiere que las personas regresen a las condiciones normales por medio de transformar su estado negativo a uno que sea positivo; si no, el hombre estará cada vez más profundamente entrampado.
¿Por qué Dios se enfoca en describir montañas y aguas en tantas de Sus declaraciones? ¿Hay un significado simbólico en estas palabras? Dios no solo le permite al hombre contemplar Sus obras en Su carne, sino, también, entender Sus poderes en el firmamento. De esta manera, al mismo tiempo que creen, sin asomo de duda, que este es Dios en la carne, las personas también llegan a conocer las obras del Dios práctico y, así, el Dios en la tierra es enviado al cielo y el Dios en el cielo es traído a la tierra, solo después de lo cual las personas llegan a ser capaces de contemplar de una manera más completa todo lo que Dios es y obtener un mayor conocimiento de la omnipotencia de Dios. Cuanto más capaz es Dios de conquistar a la humanidad en la carne y trascender la carne para viajar sobre y a lo largo de todo el universo, más personas son capaces de contemplar las obras de Dios con base en la contemplación del Dios práctico y, así, conocer la verdad de la obra de Dios a través de todo el universo —que no es falso sino real— y, en consecuencia, llegan a conocer que el Dios práctico de hoy es la encarnación del Espíritu y no de la misma clase de cuerpo carnal que el hombre. Por eso, Dios dice “Pero cuando desato Mi ira, las montañas se desgajan de inmediato, los suelos comienzan inmediatamente a convulsionar, el agua se seca de inmediato y el hombre es asolado inmediatamente por el desastre”. Cuando las personas leen las palabras de Dios, las asocian con Su carne y, por lo tanto, la obra y las palabras en el reino espiritual apuntan directamente a Dios en la carne, lo que lleva a un resultado más efectivo. Cuando Dios habla, lo hace a menudo del cielo a la tierra y, luego, una vez más, de la tierra al cielo, dejando a todas las personas incapaces de comprender las motivaciones y los orígenes de las palabras de Dios. “Cuando me encuentro en medio de los cielos, las estrellas nunca entran en pánico por Mi presencia. En cambio, ponen su corazón en el trabajo que llevan a cabo para Mí”. Tal es el estado del cielo. Dios dispone metódicamente todo en el tercer cielo, y todos los siervos que sirven a Dios llevan a cabo su propia obra para Él. Nunca han hecho nada que se rebele contra Dios, así que no son arrojados al pánico del que Dios habla, sino que ponen su corazón en su obra; nunca hay ningún desorden y, así, todos los ángeles viven en la luz de Dios. Mientras tanto, por su rebeldía y porque no conocen a Dios, todas las personas en la tierra viven en la oscuridad y cuanto más se oponen a Dios, más viven en oscuridad. Cuando Dios dice, “Cuanto más brillantes sean los cielos, más oscuro es el mundo abajo”, Él se refiere a cómo el día de Dios se acerca cada vez más a toda la humanidad. Por lo tanto, la empresa de Dios de 6000 años en el tercer cielo pronto concluirá. Todas las cosas en la tierra han entrado en el capítulo final y pronto cada una será cortada de la mano de Dios. Cuanto más entren las personas en el tiempo de los últimos días, más son capaces de probar la corrupción en el mundo del hombre; cuanto más entren en el tiempo de los últimos días, más indulgentes son con su propia carne; incluso hay muchos que desean dar marcha atrás al miserable estado del mundo, pero pierden la esperanza en medio de sus propios suspiros debido a las obras de Dios. Por lo tanto, cuando las personas sienten el calor de la primavera, Dios cubre sus ojos y así flotan sobre las ondulantes olas, y ninguno de ellos es capaz de alcanzar el lejano bote salvavidas. Debido a que las personas son inherentemente débiles, Dios dice que no hay nadie que pueda cambiar las cosas. Cuando las personas pierden la esperanza, Dios comienza a hablarle a todo el universo. Él comienza a salvar a toda la humanidad y es sólo después de esto que las personas son capaces de disfrutar la nueva vida que viene una vez que las cosas han sido cambiadas. Las personas de hoy están en la etapa del autoengaño. Debido a que el camino que está frente a ellas está tan desolado y borroso, y su futuro es “ilimitado” y “sin fronteras”, las personas de esta era no tienen tendencia a pelear y sólo pueden pasar sus días como el pájaro Hanhao[a]. Nunca ha habido nadie que haya buscado la vida con seriedad ni el conocimiento de la existencia humana; en cambio, esperan el día en el que el Salvador en el cielo descienda súbitamente a revertir el miserable estado del mundo, solo después de lo cual intentarán vivir la vida con sinceridad. Tal es el verdadero estado de toda la humanidad y la mentalidad de todas las personas.
Hoy, Dios predice la futura nueva vida del hombre a la luz de su mentalidad actual, que es el rayo de luz que aparece, del cual habla Dios. Lo que Dios predice es aquello que, al final, será logrado por Él y son los frutos de la victoria de Dios sobre Satanás. “Me muevo por arriba de todos los hombres y observo por todas partes. Nada se ve viejo jamás y ninguna persona es como solía ser. Yo descanso sobre el trono; me reclino sobre todo el universo […]”. Esto es resultado de la obra actual de Dios. Todo el pueblo escogido de Dios regresa a su forma original, por lo cual los ángeles, que han sufrido por tantos años, son liberados; tal como Dios dice: “su rostro es como el del santo dentro del corazón del hombre”. Debido a que los ángeles trabajan en la tierra y sirven a Dios en ella, y la gloria de Dios se esparce por todo el mundo, el cielo es traído a la tierra y la tierra es elevada al cielo. Por lo tanto, el hombre es el vínculo que conecta el cielo y la tierra; el cielo y la tierra ya no están apartados, ya no están separados, sino conectados como uno. En todo el mundo solo existen Dios y el hombre. No hay polvo ni suciedad y todas las cosas son renovadas, como un pequeño cordero que descansa en una pradera verde bajo el cielo, disfrutando de toda la gracia de Dios. Y es por la llegada del verdor que el aliento de vida brilla, porque Dios viene al mundo a vivir junto al hombre por toda la eternidad, tal como lo dijo la boca de Dios: “puedo vivir en paz dentro de Sion una vez más”. Este es el símbolo de la derrota de Satanás; es el día del reposo de Dios y este día será ensalzado y proclamado por todas las personas y conmemorado por todas ellas. Cuando Dios está descansando en el trono, es también el momento en el que Dios concluye Su obra en la tierra y es el momento preciso en el que todos los misterios de Dios son mostrados al hombre; Dios y el hombre estarán para siempre en armonía, nunca separados; ¡esas son las hermosas escenas del reino!
¡En los misterios están escondidos misterios y las palabras de Dios son verdaderamente profundas e insondables!
Nota al pie:
a. La historia del pájaro Hanhao es muy parecida a la fábula de Esopo de la hormiga y la cigarra. El pájaro Hanhao prefiere dormir en lugar de hacer un nido cuando hace calor, a pesar de las repetidas advertencias de su vecina, la urraca. Cuando llega el invierno, el pájaro muere congelado.