24. Pendiente de un hilo
En 2005, al poco de aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, le prediqué el evangelio a un hermano de mi antigua iglesia. Una tarde se presentaron en mi casa el pastor Li y el colaborador Wang. Se me aceleró el corazón. Me pregunté: “¿A qué han venido? ¿Saben que he aceptado a Dios Todopoderoso? Cuando otros miembros de la iglesia aceptaron a Dios Todopoderoso, lanzaron rumores, los intimidaron e hicieron que sus familias se opusieran a su fe. ¿Qué tácticas emplearán conmigo?”. Enseguida aparecieron mis hijos. Estaba desconcertado. Mis hijos habían dicho que estaban muy ocupados; entonces, ¿por qué iban ambos ese día? ¿Se lo había ordenado el pastor Li? Me di cuenta de que lo habían preparado de antemano. Oré inmediatamente a Dios: “Oh, Dios mío, no sé que van a intentar conmigo. Mi estatura es demasiado pequeña como para saber afrontarlo. Te ruego que me guíes y ayudes a mantenerme firme en el camino verdadero”. Me sentí más tranquilo después de orar.
Justo entonces, el pastor Li sonrió y dijo: “Hermano Zhang, he oído que ya has aceptado el Relámpago Oriental. ¿Es cierto? Por mucha verdad que haya en el Relámpago Oriental, no podemos aceptarlo. Todos nosotros creemos en el Señor desde hace muchos años y hemos predicado para Él. Todos sabemos que el Señor Jesús fue crucificado y expió nuestros pecados, lo que nos redimió de ellos. Debemos defender el nombre y el camino del Señor en todo momento. No podemos creer en otro Dios. Al apartarte del Señor Jesús y creer en Dios Todopoderoso, ¿no estás traicionando al Señor?”.
Imperturbable, le señalé con calma: “Pastor Li, hemos de ser objetivos y prácticos. Debemos atenernos a la evidencia y no condenarlo arbitrariamente. Tú no has investigado el camino del Relámpago Oriental ni leído las palabras de Dios Todopoderoso; por tanto, ¿cómo puedes concluir que estoy traicionando al Señor al aceptar el Relámpago Oriental? ¿Sabes de dónde viene la verdad? ¿Sabes quién la expresa? El Señor Jesús dijo: ‘Yo soy el camino, y la verdad, y la vida’ (Juan 14:6). Dios es la fuente de la verdad. ¿Cómo puedes decir que no podemos aceptar el Relámpago Oriental por mucha verdad que haya en él? ¿Eso no es oponerse deliberadamente a la verdad y a Dios? ¿Se nos considera siquiera creyentes en el Señor? Últimamente he leído muchas palabras de Dios Todopoderoso y comprobado que son toda la verdad, que revelan multitud de verdades y misterios. Las palabras de Dios Todopoderoso han resuelto todos los problemas que he tenido en mis años de fe. Creo firmemente que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús. ¡Seguir a Dios Todopoderoso es recibir la venida del Señor! Ustedes afirman que la fe en Dios Todopoderoso es una traición al Señor Jesús. ¿Coincide eso con la verdad? Cuando el Señor Jesús vino a obrar, muchos dejaron el templo para seguirlo. ¿Significa eso que traicionaron a Jehová Dios? Aunque la obra de redención del Señor Jesús fue distinta de la obra de proclamación de la ley llevada a cabo por Jehová Dios y, asimismo, Dios cambió de nombre, el Señor Jesús y Jehová Dios eran un único y mismo Dios. No traicionaron a Jehová Dios por creer en el Señor Jesús, sino que siguieron las huellas del Cordero y recibieron la salvación de Dios. De hecho, quienes creían en Jehová Dios sin aceptar al Señor Jesús eran los que estaban rechazando y traicionando a Dios. La obra de Dios Todopoderoso es distinta de la del Señor Jesús y Dios ha cambiado de nombre, pero son un solo Dios. Dios simplemente realiza obras distintas en eras distintas. El Señor Jesús realizó la obra de redención en la Era de la Gracia: perdonar nuestros pecados. No corrigió la naturaleza pecaminosa de la humanidad. Por eso prometió que regresaría a realizar la obra del juicio. Dios Todopoderoso ha venido en los últimos días y está expresando la verdad para juzgarnos sobre la base de la obra de redención del Señor, a fin de corregir nuestro carácter satánico y nuestra naturaleza pecaminosa y salvarnos plenamente del pecado, de modo que Dios pueda conquistarnos. La obra y las palabras de Dios Todopoderoso cumplen íntegramente las profecías del Señor Jesús. Mi fe en Dios Todopoderoso no supone una traición al Señor Jesús, sino seguir las huellas del Cordero. Creer en el Señor Jesús sin aceptar la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, ¿no nos igualaría a los fariseos, que únicamente creían en Jehová Dios y rechazaron al Señor Jesús? ¡Es esa clase de gente la que se opone y traiciona al Señor! Deben estudiar adecuadamente la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días para comprobar si Sus palabras son la voz de Dios. No la juzguen y condenen arbitrariamente; de hacerlo, ¡podrían condenarse por oponerse al Señor!”.
El pastor Li parecía muy incómodo, así que el colaborador Wang se apresuró a limar asperezas: “Nos oponemos al Relámpago Oriental y no queremos que nuestros miembros se metan en él para proteger la iglesia, para cuidar del rebaño. ¿Cómo nos va a condenar el Señor por eso? El pastor Li se siente responsable de tu vida. ¡No quiere que tomes la senda equivocada! Has sido colaborador y has hecho muchísimas cosas por la iglesia. Todos te respetan y confían en ti. ¡Les decepcionaría enormemente que te marcharas para creer en Dios Todopoderoso!”. El pastor Li se dio prisa en intervenir: “El colaborador Wang tiene razón. Has trabajado mucho todos estos años. ¡Sería una pena que perdieras la reputación que te has construido! Vuelve. Todos te están esperando. La iglesia ha abierto una residencia de mayores, hemos hecho contactos con grupos religiosos del extranjero y nos van respaldar económicamente. Si vuelves, te facilitaremos un vehículo sin demora. Si quieres dirigir la residencia de mayores o la iglesia, o seguir ocupándote de la tesorería de la iglesia, tú decides”.
Cuanto más los escuchaba, peor me sonaba aquello. ¿Cómo podían decir algo así unos creyentes? Me vino a la mente la tentación del diablo al Señor Jesús en la Biblia: “Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras” (Mateo 4:8-9). Eso que decían ellos, ¿no tenía precisamente el mismo sentido, el mismo tono, que lo que dijo Satanás? “¡Es una treta de Satanás!”, pensé. “Me quieren apartar del camino verdadero con estatus y dinero para que traicione a Dios Todopoderoso. ¡Están intentando atraparme, acabar conmigo!”. Hacía más de diez años que era creyente y tenía la gran fortuna de recibir el regreso del Señor. Sabía que no podía dejarme encandilar por Satanás y traicionar al Señor, así que les dije: “He oído la voz de Dios y encontrado el camino de vida eterna. Opto por seguir a Dios. Pueden ahorrárselo. No me apartaré de Dios Todopoderoso”.
Mi hija se puso entonces a llorar y me dijo: “¡Papá, escúchame un momento! Mamá acaba de fallecer. Bastante hemos sufrido. Si crees en el Relámpago Oriental y te expulsan de la iglesia, ¡los hermanos y hermanas nos rechazarán también a nosotros!”. Odiaba ver a mi hija llorar así. Se suscitó en mí una feroz lucha interior: “Si acepto reincorporarme a la iglesia, no me rechazarán y conservaré mi posición, pero eso sería cerrarle la puerta al Señor, ¡una traición grave!”. No había alternativa fácil. En medio de este dolor, clamé en silencio a Dios: “Oh, Dios Todopoderoso, estoy entre la espada y la pared. Te ruego fe y fortaleza para no dejarme inquietar, y así poder posicionarme y seguirte decididamente”. Justo entonces me vinieron a la cabeza unas palabras de Dios Todopoderoso que había leído días antes: “Debéis estar despiertos y esperando en todo momento, y debéis orar más delante de Mí. Debéis reconocer las diversas tramas y argucias engañosas de Satanás, reconocer los espíritus, conocer a la gente y ser capaces de discernir todo tipo de personas, sucesos y cosas” (‘Capítulo 17’ de Declaraciones de Cristo en el principio en “La Palabra manifestada en carne”). Las palabras de Dios me dieron fortaleza y me advirtieron que tenía que practicar el discernimiento. Los trucos de Satanás estaban detrás de lo que estaba afrontando ese día. Satanás trataba de incitarme y atacarme con el estatus y los lazos familiares, con lo que me inquietaba mentalmente para que traicionara a Dios. ¡No podía caer en la trampa de Satanás! Les dije a mis hijos: “Lo he estudiado y está todo claro. Dios Todopoderoso es el Dios verdadero y Sus palabras y Su obra son el camino verdadero. ¡Cuánto hemos anhelado la venida del Señor todos estos años! Ahora que ha venido y expresa verdades para Su obra del juicio, hemos de ir al compás de Su obra y aceptar el juicio y la purificación de Dios, de forma que podamos escapar a los desastres y entrar en Su reino. No debe darnos miedo que nos rechacen, sino que el Señor nos descarte, que perdamos la ocasión de ser arrebatados. ¡Ese sería nuestro llanto y crujir de dientes en los grandes desastres! Deben echar un vistazo a las palabras de Dios Todopoderoso. En ellas oirán la voz de Dios. ¡Luego podrán confirmar que Dios Todopoderoso es el Cristo de los últimos días!”. Mis hijos dejaron de insistir y di gracias a Dios en silencio por guiarme.
No iban a ceder, pero se marcharon indignados. Regresaron unos días después a tentarme con un posible matrimonio. Me dijo el pastor Li: “Acabas de perder a tu esposa, tu hija está casada y tu hijo no anda mucho por aquí. Debe de resultarte muy duro estar completamente solo. La verdad es que deberías tener aquí a alguien que te cocinara. La hermana Wang, de la iglesia, también está soltera. Es adinerada, agradable y entusiasta en la fe. ¿No sería una maravilla que ambos se unieran, se apoyaran y sirvieran juntos al Señor?”. Esa noche me llamó la hermana Wang y no hizo más que apremiarme a dejar de creer en Dios Todopoderoso. También me comentó que, si estaba escaso de dinero para la boda de mi hijo, no tenía más que decírselo. Al oírla me quedé verdaderamente indeciso. Cuando mi esposa estaba enferma en cama, nuestra hija tuvo un accidente de circulación yendo por medicamentos para ella. La hospitalizaron. La hermana Wang fue a cuidar de mi esposa y mi hija. Siempre le había estado muy agradecido. ¿Lastimaría a la hermana Wang si no aceptaba su consejo? Sin embargo, si le seguía el juego para conservar la relación, traicionaría al Señor. Estaba muy angustiado y oré reiteradamente a Dios. Luché un poco contra ello y luego, con suma delicadeza, le dije que no.
Un día vino a buscarme el pastor Li mientras trabajaba en el campo. Me dijo: “Hermano Zhang, si no piensas en ti, piensa en tus hijos. Tu hijo acaba de prometerse y toda la familia de su novia cree en el Señor. Si se enteran de que crees en Dios Todopoderoso, ¿seguirían permitiéndole que emparentara con tu familia? ¿No sería catastrófico para la boda de tu hijo? Debes meditarlo un poco más”. En ese momento pensé: “Me amenazas con la boda de mi hijo para apartarme del camino verdadero. ¡Eso es indigno!”. Hablé claro: “Mi fe en Dios Todopoderoso es asunto mío. No tiene nada que ver con la boda de mi hijo. Además, que su matrimonio funcione o no está en las manos de Dios. He comprobado que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús y lo seguiré hasta el final. Mis hijos no lo entienden, pero algún día lo harán”. Al principio pensaba que el pastor Li era un charlatán, pero, sorprendentemente, en realidad estaba utilizando algo tan importante para hacerme traicionar a Dios Todopoderoso.
Días después fui al taller de soldadura de mi hijo. Frunció el ceño y me habló: “Papá, mi prometida me ha dicho que el pastor Li fue a ver a su familia para informarles que crees en Dios Todopoderoso y que, si no lo dejas, suspende la boda”. Estaba horrorizado y furioso. En efecto, el pastor Li estaba utilizando la boda de mi hijo para amenazarme. ¿Cómo podía hacer un creyente en el Señor algo tan indigno? Me sentí fatal al ver a mi hijo así de abatido. Solamente faltaban 18 días para la boda. ¿Realmente iba a frustrarse de ese modo? Mis ojos se inundaron de lágrimas. Prosiguió: “Papá, también me ha dicho que me pone tres condiciones para que nos casemos. La primera, que rompa nuestra relación padre-hijo. La segunda, que no me ocupe de ti en la vejez. La tercera, que corte todos los lazos familiares. Mamá ya no está con nosotros. Por favor, por nuestra familia, deja de creer en el Relámpago Oriental”. Las palabras de mi hijo y su rostro lleno de dolor se me clavaron en el corazón. Nada más que por creer en Dios Todopoderoso, esos miembros del clero me consideraban un enemigo y obligaban a mi hijo a cortar su relación conmigo. ¡Vergonzoso! Le repliqué a mi hijo: “Hijo mío, ya eres adulto y no necesitas que cuide de ti. Soy mayor. Solo quiero practicar mi fe y seguir a Dios el resto de mi vida. Espero que lo comprendas”. Entonces me di la vuelta y salí del taller. Una vez en casa, me presenté ante Dios en oración: “¡Dios Todopoderoso! El pastor está empleando todos los trucos posibles para atosigarme y coaccionarme. Mi hijo va a cortar toda relación conmigo. Ahora mismo estoy muy débil. Te ruego que me guíes y des fe”.
Al día siguiente vino a casa el hermano Lin, de la Iglesia de Dios Todopoderoso, y le conté lo que pasaba. Me leyó un pasaje de las palabras de Dios Todopoderoso. “En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre ellas, como nacidas de disposiciones humanas o de la interferencia humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra y todo lo que acontece es una apuesta hecha por Satanás ante Dios y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres y la interferencia de estos. Detrás de cada paso de la obra que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. […] Todo lo que las personas hacen tiene un determinado precio en sus esfuerzos. Sin dificultades reales no pueden satisfacer a Dios; ni siquiera se acercan a ello, ¡y solo están repitiendo eslóganes vacíos!” (‘Solo amar a Dios es realmente creer en Él’ en “La Palabra manifestada en carne”). Cuando habló de las batallas espirituales en el contexto de estas palabras de Dios, entendí que cuando el clero nos obstaculiza, atosiga y coacciona, tal vez parezca que lo hacen personas, pero en realidad es Satanás quien trata de perturbarnos. Allá donde Dios obra, Satanás interfiere. Satanás detesta la obra de Dios de salvación de la humanidad, por lo que emplea todo tipo de tácticas y trucos para que la gente no siga a Dios, para llevarla al infierno con él. El pastor Li y los demás intentaron apartarme del camino verdadero y me acosaron una vez tras otra diciéndome que me darían un vehículo, que gestionaría la tesorería de la iglesia o la residencia de mayores. También se ofrecieron a buscarme esposa. Como no funcionó nada de eso, usaron la boda de mi hijo para amenazarme. Probaron con el palo y la zanahoria. Eso fue muy siniestro y malévolo.
El hermano Lin continuó hablando: “Cuando el Señor Jesús apareció para obrar, los líderes de la fe judía detestaban la verdad y a Dios. Eran muy conscientes de que el camino del Señor Jesús tenía autoridad. No solo se negaron a investigarlo, sino que se opusieron a Él, lo condenaron y blasfemaron contra Él frenéticamente. Hicieron todo lo posible por impedir que el pueblo lo siguiera y participaron en Su crucifixión. Lo hicieron porque temían perder su estatus y su sustento si el pueblo seguía al Señor Jesús. Tal como está escrito en la Biblia: ‘Entonces los principales sacerdotes y los fariseos convocaron un concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar y nuestra nación. […] Así que, desde ese día planearon entre sí para matarle’ (Juan 11:47, 48, 53). Dios ha venido en los últimos días a realizar la obra del juicio para purificar y salvar a la humanidad. El clero religioso sabe que las palabras de Dios Todopoderoso son la verdad, pero no las busca ni las investiga. Incluso se opone a Él y lo condena frenéticamente e impide que otros lo sigan. ¿En qué se diferencia su esencia de la de los fariseos, que se opusieron al Señor Jesús? Hace mucho que el Señor Jesús condenó y maldijo a esos hipócritas. El Señor Jesús dijo: ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres, pues ni vosotros entráis, ni dejáis entrar a los que están entrando’ (Mateo 23:13). ‘¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros’ (Mateo 23:15). Las palabras de Dios Todopoderoso también exponen la esencia y el origen de la oposición de los líderes religiosos hacia Dios”. Dios Todopoderoso dice: “Hay algunos que leen la Biblia en grandes iglesias y la recitan todo el día, pero ninguno de ellos entiende el propósito de la obra de Dios. Ninguno de ellos es capaz de conocer a Dios y mucho menos es conforme a la voluntad de Dios. Son todos personas inútiles y viles, que se ponen en alto para enseñar a Dios. Se oponen deliberadamente a Él mientras llevan Su estandarte. Afirman tener fe en Dios, pero aun así comen la carne y beben la sangre del hombre. Todas esas personas son diablos que devoran el alma del hombre, demonio jefes que estorban a aquellos que tratan de entrar en la senda correcta y obstáculos que amenazan a los que buscan a Dios. Pueden parecer de ‘buena constitución’, pero ¿cómo van a saber sus seguidores que no son más que anticristos que llevan a la gente a levantarse contra Dios? ¿Cómo van a saber sus seguidores que son diablos vivientes dedicados a devorar a las almas humanas?” (‘Todas las personas que no conocen a Dios son las que se oponen a Él’ en “La Palabra manifestada en carne”). Tras leer las palabras de Dios, entendí mejor la demoníaca naturaleza de los líderes religiosos, por la que detestan la verdad y se oponen a Dios. Se oponen y condenan con furia a Dios Todopoderoso y persiguen a los hermanos y hermanas que dan testimonio de la obra de Dios de los últimos días porque quieren conservar eternamente su poder sobre las ovejas de Dios. Quieren que las ovejas de Dios sean suyas para mantenerlas bajo un férreo control. Impiden que los creyentes hagan lo que ellos no pueden hacer: entrar en el reino de Dios. Van a ir al infierno y arrastrarán a otros con ellos. ¡Son un auténtico hatajo de demonios! De no haber vivido personalmente los esfuerzos de esos miembros del clero por interponerse en mi camino, de no haber sido por la aparición de Dios encarnado para obrar en los últimos días, en los que delata a estos malos siervos y anticristos ocultos en las iglesias, jamás habría comprendido su demoníaca esencia de oposición a Dios. Me habrían engañado y destruido sin darme cuenta. Vi sus horrendos rostros hipócritas y mi fe para seguir a Dios Todopoderoso se fortaleció.
Seguí predicando el evangelio a algunos hermanos y hermanas de mi antigua iglesia. Una mañana, durante una reunión, vinieron otra vez el pastor Li y su equipo a mi casa, y me dijo: “Te hemos advertido reiteradamente que dejes el Relámpago Oriental. No solo te niegas a hacernos caso, sino que me robas las ovejas y les predicas el Relámpago Oriental. ¿En serio quieres competir contra mí?”. Contesté: “Pastor Li, eso no es correcto. La iglesia es de Dios y también lo es el rebaño. Eres un mero pastor. ¿Cómo puedes afirmar que las ovejas son tuyas? Les predico el evangelio a algunos hermanos y hermanas para que oigan la voz de Dios y regresen ante Su trono. Es lo correcto y apropiado. ¿Por qué habrías de oponerte a eso? Todos están débiles y negativos. Están espiritualmente sedientos y en tinieblas. No reciben sustento de vida. Dios Todopoderoso ha declarado palabras que nos otorgan el camino de vida eterna. ¿Por qué no quieres que las lea la gente? ¿Por qué habrías de quitarle su derecho y su libertad de investigar el camino verdadero? Al impedírselo, ¿no estás dejando que muera de sed y se quede atrapada en la religión? ¿Eso es ser un buen o un mal siervo?”. Al pastor Li le cambió la cara inmediatamente y gritó con furia: “Veo que es imposible ayudarte. Si no nos obedeces en la fe, espérate: ¡Serás castigado en el infierno!”. Le dije: “No eres quién para opinar si voy al infierno. Ni siquiera sabes cómo reconocer la voz del Señor ni cómo recibirlo. ¿Cómo vas a saber guiar a otros hacia Su reino? Cristo de los últimos días es nuestra única puerta de entrada al reino de los cielos. He encontrado el camino de vida eterna a través de Él. La responsabilidad sobre mi vida recae en Dios, no en ti”. Tras decirles eso, se marcharon desalentados. Nadie volvió a molestarme.
Al superar esta batalla espiritual, logré discernir un poco los trucos de Satanás. Además, comprobé que los pastores y ancianos de la religión solo son unos fariseos hipócritas, unos anticristos que reniegan de Cristo y se oponen a Él. Me liberé por completo de sus restricciones. Las palabras de Dios Todopoderoso me guiaron a cada paso para que venciera a Satanás y me mantuviera firme en el camino verdadero. ¡Doy sinceras gracias a Dios! Ahora que recuerdo todo lo que pasé, fue una prueba enorme. Vivía al borde de la muerte. Sin la guía de las palabras de Dios, nunca habría descubierto las tretas de Satanás. De haber abrazado la carne y haberme sometido a Satanás, que me habría apartado de la senda correcta, habría traicionado gravemente a Dios. Habría ofendido el carácter de Dios y perdido totalmente mi oportunidad de salvarme. ¡Realmente pendía de un hilo! ¡Estoy muy agradecido a Dios por protegerme y salvarme!