944 Dios mantiene la existencia del hombre con Su carácter justo
I
Cuando Dios envía Su ira, las fuerzas perversas son controladas y las cosas perversas destruidas, mientras las cosas justas y positivas llegan a disfrutar del cuidado y la protección de Dios y se les permite continuar. Dios envía Su ira porque las cosas injustas, negativas y perversas obstruyen, perturban o destruyen la actividad y el desarrollo normales de las cosas justas y positivas. El objetivo de la ira de Dios no es salvaguardar Su propio estatus e identidad, sino la existencia de las cosas justas, positivas, bellas y buenas, las leyes y el orden de la supervivencia normal de la humanidad. Esta es la causa principal de la ira de Dios. La furia de Dios es una revelación muy apropiada, natural y verdadera de Su carácter. No hay intenciones ocultas en Su furia, ni engaño ni conspiración, y mucho menos deseo, astucia, malicia, violencia, perversidad o cualquier otro de los rasgos compartidos por la humanidad corrupta.
II
Antes de que Dios envíe Su furia, ya ha percibido la esencia de cada asunto de forma bastante clara y completa, y ya ha formulado definiciones y conclusiones precisas y claras. Así pues, el objetivo de Dios en todo lo que acomete es totalmente claro, como lo es Su actitud. Él no está confundido ni ciego, no es impulsivo ni descuidado y, desde luego, no carece de principios. Este es el aspecto práctico de la ira de Dios y, debido a este aspecto práctico de la ira de Dios, la humanidad ha alcanzado su existencia normal. Sin la ira de Dios, la humanidad descendería a condiciones de vida anormales. Sin la ira de Dios, todas las cosas justas, bellas y buenas serían destruidas y dejarían de existir. Sin la ira de Dios, las leyes y reglas de existencia para los seres creados serían quebrantadas o incluso totalmente trastocadas.
III
Desde la creación del hombre, Dios ha utilizado continuamente Su carácter justo para salvaguardar y sustentar la existencia normal de la humanidad. Debido a que Su carácter justo contiene ira y majestad, todas las personas, acontecimientos y cosas perversos, y todo lo que perturba y daña la existencia normal de la humanidad es castigado, controlado y destruido como resultado de Su ira. A lo largo de los pasados milenios, Dios ha utilizado continuamente Su carácter justo para derribar y destruir a todos los tipos de espíritus inmundos y malvados que se oponen a Él y actúan como cómplices de Satanás y como lacayos en la obra de Dios de gestionar a la humanidad. La obra de salvación del hombre por parte de Dios siempre ha avanzado de acuerdo con Su plan. Debido a la existencia de la ira de Dios, las causas más rectas de la humanidad nunca han sido destruidas.
de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único II