Pregunta: El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz” (Juan 10:27). El Señor regresa para hablar y llamar a Sus ovejas. En la venida del Señor, lo importante es que oigamos Su voz. Pero ahora, nuestra mayor dificultad es que no sabemos cómo escuchar la voz del Señor. Ni distinguir entre la voz de Dios y la voz del hombre. Por favor, decidnos cómo estar seguros de que escuchamos la voz del Señor.
Respuesta: ¿Cómo escuchamos la voz de Dios? No importan nuestras cualidades o nuestra dilatada experiencia. Al creer en el Señor Jesús, ¿qué sentimos cuando escuchamos Sus palabras? Aunque no conozcamos las palabras del Señor, al oírlas, sabemos inmediatamente que son la verdad y que tienen poder y autoridad. ¿Cómo surge este sentimiento? ¿Es debido a nuestra experiencia? Es efecto de la inspiración y la intuición. Esto basta para demostrar que con corazón y espíritu se puede sentir que las palabras de Dios tienen poder y autoridad. Así podemos saber que oímos la voz de Dios. Además, la mayor diferencia entre la voz de Dios y la del hombre es que la voz de Dios es la verdad y tiene poder y autoridad, podemos sentirlo en cuanto la oímos. No importa si podemos explicarlo, el sentimiento es muy claro. Es más fácil distinguir la voz del hombre. Al oírla, resulta comprensible y accesible. No sentimos poder ni autoridad en las palabras del hombre, ni podemos confirmar que sean la verdad. En esto se diferencian las palabras de Dios y las del hombre. Os voy a poner un ejemplo, vemos que las palabras del Señor Jesús tienen poder y autoridad. Al oírlas sabemos que son la verdad, son profundas, son misteriosas y podemos sentir que sobrepasan la medida del hombre. Ahora, fijémonos en las palabras de los apóstoles en la Biblia. Aunque la mayoría están inspiradas por el Espíritu Santo, no tienen autoridad ni poder. Son simples palabras beneficiosas para la gente. Hablemos también de esto. ¿Puede algún hombre pronunciar las palabras que expresó el Señor Jesús? Ninguno podría hacerlo. Esto acredita que las palabras del Señor Jesús son la voz de Dios. Con estas comparaciones, ¿no somos capaces de distinguir entre la voz de Dios y la voz del hombre?
Leamos las palabras de Dios Todopoderoso y oigamos si son la verdad y son la voz de Dios. Dios Todopoderoso dice: “Estoy llevando a cabo Mi obra por todo el universo y en el oriente se producen estruendos interminables como de truenos que sacuden a todas las naciones y denominaciones. Es Mi voz la que ha guiado a todos los hombres al presente. Hago que todos los hombres sean conquistados por Mi voz, que caigan en esta corriente y se sometan ante Mí, porque desde hace mucho tiempo he recuperado Mi gloria de toda la tierra y la he emitido nuevamente en el oriente. ¿Quién no anhela ver Mi gloria? ¿Quién no espera ansiosamente Mi regreso? ¿Quién no tiene sed de Mi reaparición? ¿Quién no suspira por Mi hermosura? ¿Quién no vendría a la luz? ¿Quién no contemplaría la riqueza de Canaán? ¿Quién no anhela el regreso del Redentor? ¿Quién no adora al que es grande en poder? Mi voz se extenderá por toda la tierra; me enfrentaré a Mi pueblo elegido y les diré más palabras. Como los poderosos truenos que sacuden las montañas y los ríos, digo Mis palabras a todo el universo y a la humanidad. Por tanto, las palabras en Mi boca se han convertido en el tesoro del hombre y todos los hombres aprecian Mis palabras. El relámpago destella desde el oriente hasta el occidente. Mis palabras son tales que el hombre se resiste a renunciar a ellas y, al mismo tiempo, las encuentra insondables, pero se regocija aún más en ellas. Todos los hombres se alegran y regocijan, celebrando Mi llegada como si acabase de venir al mundo un recién nacido. Por medio de Mi voz, traeré a todos los hombres delante de Mí. A partir de entonces, entraré formalmente a la raza de los hombres para que ellos vengan a adorarme. Con la gloria que irradio y las palabras en Mi boca, haré que todos los hombres se presenten ante Mí y vean que el relámpago destella desde el oriente, y que Yo también he descendido al ‘Monte de los Olivos’ del oriente. Verán que llevo ya mucho tiempo en la tierra, ya no como el Hijo de los judíos, sino como el Relámpago del oriente. Porque he resucitado hace mucho tiempo, me he alejado del seno de la humanidad y reaparecido luego con gloria entre los hombres. Soy Aquel que fue adorado en eras innumerables antes de ahora y también soy el infante abandonado por los israelitas en eras innumerables antes de ahora. ¡Además, soy el todo glorioso Dios Todopoderoso de la era actual! Que todos se presenten ante Mi trono y vean Mi semblante glorioso, oigan Mi voz y contemplen Mis obras. Esta es la totalidad de Mi voluntad; es el fin y el clímax de Mi plan, así como el propósito de Mi gestión: ¡que cada nación me adore, que cada lengua me reconozca, que todos los hombres depositen su fe en Mí y que todas las personas se sometan a Mí!” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los siete truenos retumban: profetiza que el evangelio del reino se extenderá por todo el universo).
“Cuando vuelvo Mi rostro al universo para hablar, toda la humanidad oye Mi voz, y, así, ve todas las obras que en todo el universo Yo he llevado a cabo. Los que van en contra de Mi voluntad —es decir, los que se oponen a Mí con las acciones del hombre— caerán bajo Mi castigo. Yo tomaré las innumerables estrellas de los cielos y las haré de nuevo, y, gracias a Mí, el sol y la luna serán renovados; los cielos ya no serán más como eran y las innumerables cosas que hay sobre la tierra serán renovadas. Todo será hecho completo por medio de Mis palabras. Las muchas naciones que hay en el universo serán divididas de nuevo y reemplazadas por Mi reino, de forma que las naciones sobre la tierra desaparecerán para siempre y todas ellas se convertirán en un reino que me adore; todas las naciones de la tierra serán destruidas y dejarán de existir. De los seres humanos del universo, todos los pertenecientes al diablo serán exterminados y Mi fuego ardiente abatirá a todos los que adoran a Satanás; es decir que, excepto los que están ahora dentro de la corriente, todos quedarán reducidos a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo religioso regresarán, en grados diferentes, a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la humanidad será separada según su propia especie y recibirá castigos proporcionales a sus acciones. Todos aquellos que se han opuesto a Mí, perecerán; en cuanto a aquellos cuyos actos en la tierra no me han involucrado, seguirán existiendo en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo debido a la forma como se han comportado. Yo me revelaré a los innumerables pueblos y naciones, y, con Mi propia voz, resonaré sobre la tierra, proclamando la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus propios ojos.
[…] Cuando creé el mundo, moldeé todas las cosas según su especie, y coloqué todas las cosas que tenían forma junto a las de su especie. A medida que se acerque el final de Mi plan de gestión, restauraré el estado anterior de la creación; lo restauraré todo a la forma como estaba originalmente y lo cambiaré todo a profundidad, para que todo retorne al seno de Mi plan. ¡El tiempo ha llegado! La última etapa de Mi plan está a punto de cumplirse. ¡Oh, viejo mundo impuro! ¡Sin duda, caerás bajo Mis palabras! ¡Sin duda, Mi plan te reducirá a nada! ¡Oh, las innumerables cosas de la creación! Todos obtendréis nueva vida en Mis palabras; ¡tendréis a vuestro Señor soberano! ¡Oh, nuevo mundo, puro e inmaculado! ¡Revivirás, sin duda, en Mi gloria! ¡Oh, Monte Sion! No estés más en silencio. ¡He regresado triunfante! Desde el interior de la creación, escudriño toda la tierra. Sobre la tierra, la humanidad ha comenzado una nueva vida y ha obtenido nueva esperanza. ¡Oh, pueblo mío! ¿Cómo puedes no volver a la vida en Mi luz? ¿Cómo no saltas de alegría bajo Mi guía? ¡Las tierras gritan de júbilo; las aguas resuenan con alegres risas! ¡Oh, el Israel resucitado! ¿Cómo puedes no sentir orgullo por causa de Mi predestinación? ¿Quién ha llorado? ¿Quién se ha lamentado? El antiguo Israel ha dejado de existir y el Israel de hoy se ha levantado en el mundo, erguido e imponente, y se ha puesto en pie en el corazón de toda la humanidad. ¡Hoy Israel obtendrá, sin duda, la fuente de la existencia por medio de Mi pueblo! ¡Oh, odioso Egipto! ¿Será posible que sigas estando en Mi contra? ¿Cómo puedes aprovecharte de Mi misericordia e intentas escapar a Mi castigo? ¿Cómo puedes no existir en Mi castigo? Todos los que amo vivirán, sin duda, eternamente, y a todos los que están contra Mí, con toda seguridad, los castigaré por toda la eternidad. Porque Yo soy un Dios celoso y no perdonaré fácilmente a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Oriente del mundo con justicia, majestad, ira y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 26).
Al leer las palabras de Dios Todopoderoso, Todos percibimos que es Dios hablándole a la humanidad. Aparte de Dios, ¿quién podría hablarle a toda la humanidad? ¿Quién podría expresar a la humanidad las intenciones de Dios de salvarla? ¿Quién podría explicar claramente el plan de Dios para Su obra de los últimos días y el destino de la humanidad? ¿Quién podría declarar al universo los decretos administrativos de Dios? Aparte de Dios, nadie podría hacerlo. Dios Todopoderoso le habla a toda la humanidad y deja que el hombre sienta el poder y la autoridad de Sus palabras; las palabras de Dios Todopoderoso son la expresión de Dios, ¡la voz de Dios! Todas las palabras de Dios Todopoderoso son como si Dios estuviera en el tercer cielo hablándole a toda la humanidad. Aquí Dios Todopoderoso está expresándose como el Creador de la humanidad, manifiesta Su carácter inofendible, justo y también majestuoso. Cuando las ovejas de Dios oyen las palabras de Dios Todopoderoso, aunque no entiendan la verdad al principio y no la hayan experimentado, sienten que todas las palabras de Dios Todopoderoso tienen poder y autoridad y pueden afirmar que son la voz de Dios y las declaraciones directas del espíritu de Dios. Los elegidos por Dios sólo necesitan oír las palabras de Dios para saber que son Su voz. ¿Por qué condenan los ancianos y pastores religiosos a Dios Todopoderoso? En cuanto a esos anticristos que no reconocen la encarnación de Dios y no admiten que Dios puede expresar la verdad, aunque vean todas las verdades que Dios declara y sientan que Sus palabras tienen poder y autoridad, siguen sin creer que Él pueda hablar así y no admiten que todo lo que Él declara es la verdad. ¿Cuál es la cuestión aquí? ¿Podéis decírmelo? Dios Todopoderoso encarnado en los últimos días habla a toda la humanidad, pero, ¿cuántos podemos oír la voz de Dios? Muchos en los círculos religiosos escuchan hablar a Dios Todopoderoso pero no distinguen la voz de Dios. Incluso tratan Sus palabras como las del hombre y usan las nociones del hombre para juzgar, calumniar y condenar a Dios. ¿Acaso tienen un corazón temeroso de Dios? ¿No son iguales que aquellos fariseos del pasado? Todos odian la verdad y condenan a Dios. Las palabras de Dios tienen autoridad y poder, pero no pueden distinguir que son la voz de Dios. ¿Puede esa gente ser ovejas de Dios? Sus corazones están cegados, aunque oyen, no saben, y aunque ven, no entienden. ¿Cómo pueden merecer ser arrebatados? Dios encarnado en los últimos días ha declarado la verdad y ha expuesto a la gente de los círculos religiosos: los verdaderos creyentes y los falsos, los que aman la verdad y los que la desprecian, las vírgenes prudentes y las insensatas. Todos están divididos por naturaleza, según su clase. Como dice Dios Todopoderoso: “Todos los que sean malvados serán castigados por las palabras de boca de Dios; todos los que sean justos serán benditos por las palabras que salen de Su boca […]” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El Reino Milenario ha llegado). Por tanto, quienes pueden oír la voz de Dios han visto la segunda venida del Señor y están ante el trono de Dios y en el banquete del Cordero. Esas personas son las vírgenes prudentes, las más afortunadas.
Para oír la voz de Dios, hay que escuchar con corazón y espíritu. Los afines se entienden entre sí. Las palabras de Dios son la verdad, tienen poder y autoridad. Con corazón y espíritu se puede percibir. Mucha gente que ha leído las palabras de Dios Todopoderoso saben que son la voz de Dios y Sus declaraciones. Cada vez que Dios se encarna, realiza una etapa de Su obra, y los profetas, sólo siguen instrucciones de Dios, transmiten algunas palapras muy concretas. Cuando Dios se encarna para hacer una etapa de Su obra, dice muchas palabras. Declara muchas verdades, Debe revelar misterios y pronunciar profecías. Esto requiere años e incluso décadas para completarse. Por ejemplo, el señor Jesús predicó: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 4:17). y enseñó al hombre a confesarse y arrepentirse, a perdonar y aguantar, a sufrir y llevar cada uno su cruz, y el camino que el hombre debe seguir en la Era de la Gracia. Mostró el carácter de Dios de amor y misericordia, y también reveló los misterios del reino de los cielos y las condiciones para poder entrar en él. No fue hasta Su crucifixión, Su resurrección y Su ascensión al cielo que la obra de redención de Dios se completó. Las palabras del Señor Jesús son las verdades que Dios otorgó a la humanidad en Su obra de redención. En los últimos días, Dios Todopoderoso ha regresado y ha expresado las verdades que nos purifican y salvan. Ha hecho la obra de juicio comenzando por la casa de Dios y ha revelado a la humanidad Su carácter inherentemente justo. Él ha revelado todos los grandes misterios de Su plan de gestión de 6 000 años. Él ha inaugurado la Era del Reino y ha puesto fin a la Era de la Gracia. Las palabras de Dios Todopoderoso son la esencia de la vida de Dios y la expresión de Su carácter. Esta es la obra por la palabra que Dios realiza en los últimos días para purificar y salvar a la humanidad. leamos las palabras de Dios Todopoderoso y oigamos si son la verdad y son la voz de Dios.
Dios Todopoderoso dice: “La obra de Dios en la encarnación actual consiste en expresar Su carácter, principalmente, por medio del castigo y el juicio. Con base en esto, trae más verdad al hombre y le señala más formas de práctica, y, de este modo, logra Su objetivo de conquistar al hombre y salvarlo de su propio carácter corrupto. Esto es lo que yace detrás de la obra de Dios en la Era del Reino” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio).
“Cristo de los últimos días usa una variedad de verdades para enseñar al hombre, para exponer la sustancia del hombre y para analizar minuciosamente sus palabras y acciones. Estas palabras comprenden verdades diversas tales como el deber del hombre, cómo el hombre debe obedecer a Dios, cómo debe ser leal a Dios, cómo debe vivir una humanidad normal, así como la sabiduría y el carácter de Dios, etc. Todas estas palabras están dirigidas a la sustancia del hombre y a su carácter corrupto. En particular, las palabras que exponen cómo el hombre desdeña a Dios se refieren a que el hombre es una personificación de Satanás y una fuerza enemiga contra Dios. Al emprender Su obra del juicio, Dios no aclara simplemente la naturaleza del hombre con unas pocas palabras; la expone, la trata y la poda a largo plazo. Todos estos métodos diferentes de exposición, de trato y poda no pueden ser sustituidos con palabras corrientes, sino con la verdad de la que el hombre carece por completo. Solo los métodos de este tipo pueden llamarse juicio; solo a través de este tipo de juicio puede el hombre ser doblegado y completamente convencido por Dios y, además, obtener un conocimiento verdadero de Dios. Lo que la obra de juicio propicia es el entendimiento del hombre sobre el verdadero rostro de Dios y la verdad sobre su propia rebeldía. La obra de juicio le permite al hombre obtener mucho entendimiento de la voluntad de Dios, del propósito de la obra de Dios y de los misterios que le son incomprensibles. También le permite al hombre reconocer y conocer su esencia corrupta y las raíces de su corrupción, así como descubrir su fealdad. Estos efectos son todos propiciados por la obra del juicio, porque la esencia de esta obra es, en realidad, la obra de abrir la verdad, el camino y la vida de Dios a todos aquellos que tengan fe en Él. Esta obra es la obra del juicio realizada por Dios” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).
“Los últimos días ya han llegado. Todas las cosas se clasificarán según su especie, y se dividirán en diferentes categorías en base a su naturaleza. Este es el momento en el que Dios revela el final y el destino del hombre. Si este no pasa por el castigo y el juicio, no habrá forma de revelar su desobediencia y su injusticia. Solo por este medio se puede manifestar el final de todas las cosas. El hombre solo muestra lo que realmente es cuando es castigado y juzgado. El mal se pondrá con el mal, el bien con el bien, y toda la humanidad será clasificada según su especie. A través del castigo y del juicio se revelará el final de todas las cosas, de forma que los malos serán castigados y los buenos recompensados, y todas las personas se someterán al dominio de Dios. Toda la obra debe lograrse por medio del castigo y juicio justos. Como la corrupción del hombre ha alcanzado su punto culminante y su desobediencia ha sido demasiado grave, solo el carácter justo de Dios, que es principalmente de castigo y juicio, y se revela durante los últimos días, puede transformar y completar totalmente al hombre. Solo este carácter puede dejar el mal al descubierto y castigar así con severidad a todos los injustos. […] Durante los últimos días, solo el juicio justo puede clasificar al hombre según cada especie y llevarlo a un nuevo reino. De esta forma, se pone fin a toda la era por medio del carácter justo de Dios de juicio y castigo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La visión de la obra de Dios (3)).
“¿Entiendes ahora lo que es el juicio y lo que es la verdad? Si es así, te exhorto a someterte obedientemente a ser juzgado, de lo contrario nunca tendrás la oportunidad de ser elogiado por Dios o de ser llevado por Él a Su reino. Aquellos que solo acepten el juicio, pero que nunca puedan ser purificados, es decir, los que huyan en medio de la obra del juicio, serán detestados y rechazados para siempre por Dios. Sus pecados son más numerosos y más graves que los de los fariseos, ya que han traicionado a Dios y son rebeldes contra Él. Tales personas que no son dignas de realizar servicio recibirán un castigo más severo, un castigo que es, además, eterno. Dios no eximirá a ningún traidor que alguna vez evidenció lealtad con palabras, pero que luego lo traicionó. Personas como estas recibirán retribución por medio del castigo del espíritu, del alma y del cuerpo. ¿Acaso no es esta precisamente una revelación del carácter justo de Dios? ¿Acaso no es este el propósito de Dios al juzgar y exponer al hombre? Dios consigna a todos los que realizan todo tipo de acciones perversas durante el tiempo del juicio a un lugar infestado de espíritus malignos, y deja que estos espíritus malignos destruyan sus cuerpos carnales como deseen, y los cuerpos de estas personas despiden hedor de cadáver. Tal es su apropiada retribución. Dios escribe en sus libros de registro todos y cada uno de los pecados de aquellos falsos creyentes desleales, falsos apóstoles y falsos colaboradores; entonces, cuando llegue el momento apropiado, Él los arrojará en medio de los espíritus inmundos, dejando que estos espíritus inmundos contaminen sus cuerpos enteros a voluntad para que nunca puedan ser reencarnados y nunca más vean la luz. Aquellos hipócritas que realizan servicio durante un tiempo, pero son incapaces de permanecer leales hasta el final, son contados por Dios entre los malvados a fin de que se confabulen con los malvados y se conviertan en parte de su desordenada chusma; al final, Dios los aniquilará. Dios echa a un lado y no presta atención a aquellos que nunca han sido leales a Cristo ni han contribuido nada de su fuerza, y en el cambio de era Él los aniquilará a todos. Ya no existirán en la tierra ni mucho menos obtendrán paso al reino de Dios. Aquellos que nunca han sido sinceros con Dios, pero que han sido obligados por las circunstancias a lidiar indiferentes con Él, serán contados entre los que realizan servicio para Su pueblo. Solamente un pequeño número de tales personas podrán sobrevivir, mientras que la mayoría perecerá junto con los que prestan servicio que no está a la altura. En última instancia, Dios llevará a Su reino a todos aquellos que son de la misma mente que Él, al pueblo y los hijos de Dios, y también a los predestinados por Él para ser sacerdotes. Serán la síntesis de la obra de Dios. En cuanto a los que no puedan ser clasificados en ninguna de las categorías establecidas por Dios, serán contados entre los incrédulos, y con toda seguridad os imaginaréis cómo terminarán. Ya os he dicho todo lo que debo decir; el camino que elijáis queda solo a vuestra elección. Lo que debéis entender es esto: la obra de Dios nunca espera a nadie que no pueda seguir Su ritmo y el carácter justo de Dios no le muestra misericordia a ningún hombre” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cristo hace la obra del juicio con la verdad).
En los últimos días, Dios Todopoderoso expresa la verdad y hace Su obra de juicio. Sus palabras revelan la esencia y la corrupción de la humanidad, exponen completamente la oposición del hombre a Dios y su carácter satánico; y muestran el carácter inofendible de Dios de santidad y justicia. Por eso la gente ha visto la aparición y la obra de Dios y se han vuelto hacia Él uno tras otro, aceptando Su salvación. Dios Todopoderoso expresa la verdad para juzgarnos, y primero lleva a cabo juicios y castigos a través de Sus palabras, y expone la naturaleza y los hechos de quienes profesan la fe en Dios pese a oponerse a Él. Veamos cómo lo explican las palabras de Dios Todopoderoso. Dios Todopoderoso dice: “El hombre dirige su mirada hacia Mí en el cielo y dedica un interés especial a Mi existencia en el cielo, pero nadie se preocupa por Mí en la carne, porque Yo, que vivo entre los hombres, soy demasiado insignificante. Los que sólo buscan la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y que sólo buscan la compatibilidad con un Dios impreciso, son un espectáculo deplorable para Mí. Esto se debe a que lo que ellos adoran son palabras muertas y un Dios que es capaz de darles tesoros incalculables. Lo que ellos adoran es un Dios que se pondría a merced del hombre, un Dios que no existe. ¿Entonces qué pueden obtener tales personas de Mí? La bajeza del hombre es sencillamente indescriptible. Los que están en Mi contra, que me hacen incesantes demandas, que no tienen amor por la verdad, que se rebelan contra Mí, ¿cómo podrían ser compatibles conmigo?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo).
“Vuestros corazones están llenos de maldad, traición y engaño, así que ¿cuánto de tu amor es impuro? Pensáis que habéis sacrificado lo suficiente por Mí; pensáis que vuestro amor por Mí ya es suficiente. Entonces ¿por qué vuestras palabras y acciones son siempre engañosas y rebeldes? Me seguís, pero no reconocéis Mi palabra. ¿Se considera esto amor? Me seguís, pero después me abandonáis. ¿Se considera esto amor? Me seguís, pero desconfiáis de Mí. ¿Se considera esto amor? Me seguís, pero no podéis aceptar Mi existencia. ¿Se considera esto amor? Me seguís, pero no me tratáis como deberíais tratarme por ser quien soy, y complicáis las cosas para Mí en toda ocasión. ¿Se considera esto amor? Me seguís, pero intentáis burlaros de Mí y engañarme en todo. ¿Se considera esto amor? Me servís, pero no me teméis. ¿Se considera esto amor? Os oponéis a Mí en todos los sentidos y en todas las cosas. ¿Se considera todo esto amor? Habéis dedicado mucho, es cierto, pero nunca habéis hecho lo que os exijo. ¿Se puede considerar esto amor? Está bastante claro que en vosotros no hay ni rastro de amor por Mí. Después de muchos años de obrar y de todas las palabras que os he suministrado, ¿cuánto habéis realmente obtenido? ¿Acaso no vale la pena que intentéis recordarlo detenidamente?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Muchos son llamados, pero pocos son escogidos).
“El propósito de vuestra fe en Dios es usar a Dios para satisfacer vuestros objetivos. ¿Acaso no es esta otra evidencia más de vuestra ofensa contra el carácter de Dios? Creéis en la existencia del Dios en el cielo, pero negáis la del Dios en la tierra. Sin embargo, Yo no apruebo vuestras opiniones. Elogio solo a aquellos que mantienen los pies sobre la tierra y sirven al Dios en la tierra, pero nunca a aquellos que jamás reconocen al Cristo que está en la tierra. No importa cuán leales sean estas personas al Dios en el cielo; al final, no escaparán de Mi mano que castiga a los malvados. Estos hombres son malvados; son los perversos que se oponen a Dios y que nunca obedecieron a Cristo con alegría. Por supuesto, entre ellos se encuentran todos los que no conocen a Cristo ni mucho menos lo reconocen” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Cómo conocer al Dios en la tierra).
“El hombre ha sido corrompido y vive en la trampa de Satanás. Toda la gente vive en la carne, en los deseos egoístas y ni una sola entre ellas es compatible conmigo. Están las que dicen que son compatibles conmigo, pero adoran ídolos vagos. Aunque reconocen que Mi nombre es santo, se embarcan en un camino que va en sentido contrario a Mí y sus palabras están llenas de arrogancia y autoconfianza. Esto se debe a que, en la raíz, todos están en contra de Mí y son incompatibles conmigo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo).
Hemos sido conscientes por el juicio de las palabras de Dios Todopoderoso y hemos visto nuestra arrogancia, prepotencia y falsedad, y que revelamos nuestro carácter satánico. Aunque nos esforcemos, pasemos penurias y paguemos el precio por Dios, no nos sometemos realmente a Dios y no sentimos amor auténtico por Él. Cuando sobrevienen las pruebas y tribulaciones, puede que incluso nos quejemos de Dios, y sospechemos de Él y lo neguemos. Esto nos permite reconocer que todos los humanos estamos profundamente corrompidos. Si nuestra naturaleza y carácter satánicos no pueden purificarse, no lograremos la auténtica sumisión a Dios y el auténtico amor por Dios. En el pasado, pensábamos que habíamos creído en Dios muchos años, que nos habíamos entregado a Dios, trabajado duro, y que éramos buenas personas que amaban a Dios y se sometían a Él. Sólo tras experimentar el juicio y el castigo de Dios Todopoderoso hemos comprendido, que, aunque nos esforzamos al máximo por el Señor en apariencia, a menudo le engañamos y proferimos palabras vacías hacia Él, seguimos siendo testarudos, llamando la atención y presumiendo. Finalmente, hemos entendido que sólo queríamos obtener la bendición y la recompensa de la entrada en el reino de los cielos, y todo eso es negociar con Dios. ¿Cómo puede ser eso una auténtica sumisión a Dios? ¡Y menos una expresión de amor por Dios! Sin embargo, dijimos que éramos los que más amábamos a Dios y que nos sometíamos a Él. No tiene ningún sentido. Eso no es conocer a Dios. En la revelación y juicio de las palabras de Dios, vemos que Dios lo observa todo. Y tememos y nuestros corazones tiemblan cuando sentimos Su santidad y justicia inmensas y que Su carácter no admite ofensa. Sentimos que a causa de nuestro carácter satánico, nos avergüenza ver a Dios, no merecemos vivir ante Él, luego nos tiramos al suelo, lamentándonos arrepentidos, incluso maldiciéndonos y abofeteándonos. Entonces vemos que vivimos con nuestro carácter satánico, que no hemos vivido en absoluto como un ser humano, y que no merecemos el apelativo de humanos. Sólo cuando hemos experimentado muchos juicios y castigos, pruebas y refinamientos, podas y tratos, entendemos poco a poco algunas verdades y comprendemos la verdad de nuestra corrupción. En ese momento, tenemos algo de conocimiento auténtico de Dios y empezamos a venerarlo y a someternos a Él en nuestro corazón. Sólo eso es la salvación de Dios. Es el resultado de experimentar el juicio y el castigo de Dios. Si no fuera por el juicio y el castigo de las palabras de Dios, jamás habríamos visto nuestra profunda corrupción a manos de Satanás, jamás habríamos conocido el origen de nuestro pecado y oposición a Dios, y menos aún sabríamos cómo liberarnos de las ataduras del pecado para ser obedientes a Dios. Si no fuera por el estricto juicio de las palabras de Dios, no podríamos conocer Su carácter justo, majestuoso y que no admite ofensa, no podríamos cultivar un corazón temeroso de Dios, Si Dios no se encarnó, ¿quién podría realizar la obra de juicio en los últimos días? ¿Quién podría mostrarle al hombre Su carácter santo, justo y que no admite ofensa? Si Dios no se encarnó, ¿quién podría expresarse con tanto poder y autoridad, como para juzgarnos, purificarnos, y salvarnos de nuestra insondable corrupción por el pecado? Las palabras y la obra de Dios Todopoderoso muestran Su estatus e identidad como Dios, ¡y muestran que Él es el Creador y la aparición del único Dios verdadero! Hemos reconocido la voz de Dios en las palabras de Dios Todopoderoso y hemos visto la aparición de Dios. ¿Por qué ha habido tantos que han abandonado todo para dar testimonio de las palabras de Dios Todopoderoso? ¿Por qué hay tanta gente que se arriesga a ser detenida, perseguida e incluso muerta por el Gobierno del PCCh sin desfallecer para difundir la obra de Dios Todopoderoso? ¿Por qué tanta gente ha soportado el abandono, la humillación, la expulsión y la condena de la gente religiosa para poder ir de puerta en puerta difundiendo el evangelio? Porque ellos han oído la voz de Dios y han recibido Su aparición. Han respondido a las exigencias de Dios y anuncian: “¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo” (Mateo 25:6). ¿Estáis de acuerdo en que es el Señor quien llama a la puerta? ¡Sí que es el Señor quien llama a nuestra puerta! ¿Y le abriremos la puerta al Señor? Así que, cuando el Señor envía a alguien que llame a nuestra puerta, ¿deberíamos buscar el camino verdadero e intentar escuchar la voz del Señor?
Extracto del guion de la película de “Llamar a la puerta”