722 Someteos a Dios encarnado para ser perfeccionados
I
El grupo de personas a las que el Dios encarnado quiere ganar hoy
es el de aquellas que se conforman a Sus intenciones.
Las personas solo tienen que someterse a Su obra
y dejar de preocuparse constantemente por los deseos del Dios en el cielo,
dejar de vivir en la imprecisión y de dificultarle las cosas al Dios en la carne.
Los que son capaces de someterse son quienes
escuchan absolutamente Sus palabras y obedecen Sus disposiciones.
Tales personas no prestan atención en absoluto
a cómo pueda ser realmente el Dios en el cielo
ni a qué clase de obra en la actualidad pueda estar haciendo Él entre los hombres.
Entregan por completo su corazón al Dios en la tierra
y ponen todo su ser ante Él.
Nunca tienen ninguna consideración hacia su propia seguridad
ni arman un escándalo por la normalidad y la practicidad del Dios en la carne.
II
Los que se someten a Dios en la carne pueden ser perfeccionados por Él.
Los que creen en el Dios en el cielo no ganarán nada.
Esto se debe a que no es el Dios en el cielo
quien concede las promesas y las bendiciones a las personas,
sino el Dios en la tierra.
Las personas no deberían honrar siempre la grandeza del Dios en el cielo
mientras consideran al Dios en la tierra una mera persona corriente.
Es injusto.
El Dios celestial es grande y de prodigiosa sabiduría,
pero ese Dios en el cielo no existe en absoluto.
El Dios en la tierra es muy corriente e insignificante y también es muy normal.
No tiene una mente extraordinaria ni realiza actos que estremezcan la tierra.
Él simplemente obra y habla de una manera muy normal y práctica.
Aunque no hable por medio del trueno ni convoque al viento y la lluvia,
Él es realmente la encarnación del Dios en el cielo
y es realmente el Dios que vive entre los humanos.
de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos que de verdad aman a Dios son los que pueden someterse completamente a Su practicidad