Pregunta 6: Todas estas cosas de las que habláis son pecados que el Pablo cometió antes de aceptar la llamada del Señor. Sin embargo, después de ser iluminado por la gran luz, comenzó a viajar por todas partes difundiendo el evangelio del Señor. Ni siquiera sabemos cuántas iglesias fundó o a cuánta gente llevó a aceptar la salvación del Señor Jesús. Escribió muchas cartas de apoyo a los fieles. Esto demuestra que el hermano Pablo ya se había arrepentido. Puedes llegar a la conclusión de que era un enemigo del Señor Jesús según sus actuaciones antes de regresar al Señor.
Respuesta: Es verdad que Pablo difundió el evangelio durante muchos años y escribió muchas cartas después de haber sido iluminado por la gran luz, pero eso no significa que se arrepintiera realmente. En ninguna de sus cartas indica nunca que hubiera reflexionado o conociera su propia conducta malvada, su fanática resistencia al Señor Jesús y la persecución a sus discípulos. Se limitó a reconocer que era el primero de los pecadores. Nunca describió su propia naturaleza y sustancia, ni dijo por qué se resistió al Señor Jesús, cuál fue su motivo. El hecho de que nunca tratara esos temas por escrito significa que nunca se arrepintió, ¿verdad? ¿Por qué fue Pablo capaz de responder a la llamada del Señor Jesús y obrar para el Señor? La verdad es que no tuvo otra elección. Pablo sabía que si no aceptaba la llamada del Señor Jesús, se enfrentaría al castigo y a una muerte segura. Fue capaz de difundir el evangelio y sufrió un poco porque deseaba expiar sus pecados. ¿Cómo puede arrepentirse de verdad una persona que sólo busca la expiación? Además, podemos ver claramente en las cartas de Pablo que cuando estaba difundiendo el evangelio y haciendo su obra, nunca exaltó al Señor Jesús ni dio testimonio de Él. Nunca dio testimonio acerca de cómo el Señor Jesús redimió, proveyó y guió a la gente. Desde luego, nunca dio testimonio sobre cómo el Señor Jesús es la verdad, el camino y la vida, que Él es la apariencia de Dios, Dios encarnado que hace la obra de Dios. Pablo nunca dio testimonio sobre las adorable cualidades del Señor Jesús, ni sobre cómo el Señor Jesús sufrió dolor y humillación para salvar a la humanidad. Nunca predicó ni dio testimonio sobre las verdades que el Señor Jesús expresó una vez ni sobre nada de lo que Él dijo. Nunca animó a otros creyentes a ceñirse a las palabras del Señor Jesús. Nunca les dijo que debían seguir, servir y dar testimonio al Señor según las verdades expresadas por el Señor Jesús. Por supuesto, nunca les habló sobre la sustancia de la obra del Señor Jesús y sus verdaderos efectos, o de cómo deben hacer las personas la voluntad del Padre celestial para entrar en el reino de los cielos. En su lugar, explicó la obra del Señor Jesús de acuerdo a sus ideas, y malinterpretó las palabras del Señor Jesús. Muchas palabras que dijo interrumpieron y perturbaron seriamente la obra de Dios en la Era de la Gracia. ¿Prueba eso que se arrepintiera realmente? La obra de Pablo no trajo a los creyentes ante el Señor Jesús. Él no guió a la gente a experimentar las palabras del Señor Jesús o a que conocieran que el Señor Jesús era la apariencia de Dios. En vez de eso, se exaltó a sí mismo y dio testimonio de sí mismo. Guió a los creyentes ante él mismo e hizo que lo reverenciaran. ¿No es ese el mismo sendero por el que caminaron los fariseos? Estos hechos son suficientes para probar que Pablo nunca se arrepintió verdaderamente.
Extracto del guion de la película de “Recuerdos que escuecen”