130. Principios de interacción con el sexo opuesto

(1) Observa claramente la esencia maligna de las profundidades de la corrupción de la humanidad. Cualquier persona puede caer en la tentación en cualquier momento, por lo que hay que ser cauteloso en las interacciones con el sexo opuesto.

(2) En la medida de lo posible, evitar trabajar en tándem con un miembro del sexo opuesto. En caso de que surjan malos pensamientos, ruega a Dios que los elimine, e inclina la mente y el vigor hacia practicar la verdad y cumplir con tu deber.

(3) Los prudentes ven el peligro y se refugian. Uno debe mantenerse a distancia de las personas lascivas, y debe orar a Dios cuando se enfrente a la tentación, huyendo del malvado sexo opuesto y de situaciones problemáticas.

(4) Aprende a aceptar el escrutinio de Dios en todos los asuntos. Hay que redoblar la lectura de las palabras de Dios y reflexionar sobre si tienen malvadas intenciones, y se debe buscar la verdad para resolver el carácter malvado.

Las palabras relevantes de Dios:

Actualmente hay algunas personas en la iglesia que malversan el dinero, algunas que no mantienen límites claros entre hombres y mujeres y otras que juzgan, desafían y tratan de destruir la obra de Dios en secreto. ¿Por qué les va todo bien? Cuando hacen esas cosas, son conscientes de ello y se recriminan en su corazón y, debido a esto, algunas veces sufren castigo y refinamiento, ¡pero simplemente son demasiado desvergonzadas! Ocurre como cuando las personas son promiscuas: son conscientes de lo que están haciendo en ese momento, pero su lujuria es demasiado grande y no pueden controlarse. Aunque el Espíritu Santo las discipline, será en vano, así que Él no aplicará disciplina. Si el Espíritu Santo no las disciplina, entonces, si no se reprochan y nada ocurre con su carne, ¿cómo podrían reprocharse después? Lo hecho, hecho está. ¿Qué disciplina podría haber? ¡Eso solo demuestra que son demasiado desvergonzadas y que carecen de humanidad y que merecen maldiciones y castigo! El Espíritu Santo no obra innecesariamente. Si conoces muy bien la verdad, pero no la pones en práctica, si eres capaz de cometer ningún mal, entonces todo lo que puedes esperar es la llegada de ese día en el que serás castigado junto con el maligno. ¡Este es el mejor final para ti! Ahora he predicado una y otra vez sobre la conciencia, que es el criterio mínimo. Si las personas carecen de conciencia, entonces han perdido la disciplina del Espíritu Santo; pueden hacer lo que les plazca y Dios no les presta atención. Aquellos que en verdad tienen conciencia y razón serán conscientes de ello cuando hagan algo equivocado. Se sentirán intranquilos una vez que se recriminen un poco en su conciencia; pasarán por una batalla interna y, al final, abandonarán la carne. No llegarán al punto en el que hagan algo que se opone a Dios de una manera demasiado grave. Independientemente de si el Espíritu Santo las disciplina y las castiga, todas las personas tendrán algún sentimiento cuando hagan algo equivocado. Por tanto, las personas entienden ahora todo tipo de verdades y, si no las practican, entonces eso es un asunto humano. Yo no reacciono ante personas como estas en absoluto ni me aferro a ninguna esperanza en relación con ellas. ¡Puedes hacer lo que te plazca!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (1)

Algunas personas se plantean de manera muy informal el contacto con el sexo opuesto. Creen que no tiene importancia mientras no pase nada y que tampoco la tiene entregarse a los pensamientos lujuriosos o exteriorizar una pasión inicua. ¿Debe pensar así alguien que tenga una humanidad normal? ¿Es esto señal de tener una humanidad normal? Una vez que seas lo bastante mayor como para casarte y tener contacto con el sexo opuesto y quieras enamorarte, hazlo con normalidad y nadie se meterá en ello. Sin embargo, algunos no quieren enamorarse: coquetean un par de días con alguien que despierta su interés, y en cuanto alguien los atrae, empiezan a exhibirse ante su objeto de deseo. ¿Y cómo se exhiben? Levantan una ceja, guiñan un ojo o cambian el tono de voz al hablar, o bien se mueven de cierta manera o se ponen a hacer comentarios graciosos para hacerse notar; esto es exhibirse. Cuando alguien que normalmente no es así exhiba estos rasgos reveladores, puedes estar seguro de que hay cerca miembros del sexo opuesto que han despertado su interés. ¿Quiénes son estas personas? Tal vez digas que son unos libertinos o que no mantienen unos límites claros entre hombres y mujeres, pero no han exhibido ninguna conducta deplorable. Algunos podrían alegar que simplemente están siendo frívolos. Dicho de otro modo, se comportan de manera indigna; las personas frívolas no entienden la necesidad de tener dignidad. Algunas personas exhiben estas características en la vida cotidiana, pero no se ven afectados ni el cumplimiento de su deber ni la ejecución de su trabajo; entonces, ¿es esto realmente un problema? Hay quienes dicen: “Mientras no te impida buscar la verdad, ¿hay necesidad de hablar de ello?”. ¿A qué se refiere esto? A la vergüenza y dignidad de la humanidad de cada uno. La humanidad de una persona no puede carecer de vergüenza y dignidad, sin las cuales no puede ser una humanidad normal. Algunas personas son creíbles, serias y responsables en todo lo que hacen. Trabajan mucho y tienen buen carácter, pero, sencillamente, no se toman en serio este aspecto de su vida. Cuando coqueteas con alguien del sexo opuesto, ¿es algo constructivo o destructivo? ¿Y si se enamora de ti la persona con la que coqueteas? Quizá digas: “No es lo que yo quería”; bueno, si sigues coqueteando con alguien cuando eso no es lo que quieres, ¿no estás jugando con sus sentimientos? ¡Le haces daño y actúas sin moral! Los que hacen esto tienen muy poca humanidad. Además, si no tienes la intención de continuar con esa relación ni vas en serio, y pese a ello levantas las cejas, guiñas un ojo al sexo opuesto y te exhibes con gracia y humor, haciendo de todo por mostrar que tienes estilo y eres un apuesto caballero, exhibiendo tu atractivo… Si te exhibes así, ¿qué estás haciendo realmente? (Seducir). Ahora bien, esta clase de conducta seductora, ¿es noble o espantosa? (Espantosa). En este punto ya no hay dignidad.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Querrían que se les obedeciera solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (II)

Algunas se acicalan de forma vistosa pero superficial: las hermanas se adornan como bellas flores y los hermanos se visten como príncipes o jóvenes señoritos ricos. Solo se preocupan por las cosas externas, como las que comen y visten; por dentro están en la indigencia y no tienen el menor conocimiento de Dios. ¿Qué puede significar esto? Luego hay quienes se visten como pobres mendigos; ¡realmente parecen esclavos asiáticos! ¿De verdad no entendéis lo que os pido? Conversad entre vosotros: ¿Qué habéis ganado en realidad? Lleváis creyendo en Dios todos estos años y, sin embargo, esto es todo lo que habéis cosechado; ¿no os da vergüenza? ¿No estáis abochornados? Habéis buscado por el camino verdadero todos estos años, ¡pero vuestra estatura actual es incluso más pequeña que la de un gorrión! Las jóvenes, tan bonitas con vuestra ropa y vuestro maquillaje, comparándoos entre vosotras, ¿qué comparáis? ¿Vuestro placer? ¿Vuestras exigencias? ¿Pensáis que he venido a contratar a modelos? ¡No tenéis vergüenza! ¿Dónde está vuestra vida? Lo que buscáis, ¿no es simplemente vuestro extravagante deseo? Te crees muy hermosa, pero aunque te vistas con todo tipo de galas, ¿no eres, de hecho, un retorcido gusano nacido en un montón de estiércol? Actualmente tienes la suerte de disfrutar de estas bendiciones celestiales, no por tu cara bonita, sino porque Dios está haciendo una excepción al encumbrarte. ¿Todavía no tienes claro de dónde vienes? Cuando te mencionan la vida, callas y no dices nada, muda como una estatua, ¡pese a lo cual tienes el descaro de engalanarte! ¡Todavía tiendes a ponerte colorete y maquillaje en la cara! Y vosotros, señoritos, hombres incorregibles que os pasáis el día por ahí, díscolos y con gesto despreocupado. ¿Así debe comportarse una persona? ¿A qué dedica su atención todo el día cada uno de vosotros, sea hombre o mujer? ¿Sabéis de quién dependéis para alimentaros? Mira tu ropa, mira lo que has cosechado en tus manos, frótate el vientre; ¿qué provecho has sacado del precio que has pagado en sangre y sudor en todos estos años de fe? Todavía piensas en hacer turismo, en embellecer tu carne apestosa, ¡en ocupaciones inútiles! Te pido que seas una persona normal, pero ahora no eres simplemente anormal: eres aberrante. ¿Cómo puede tener una persona así la osadía de presentarse ante Mí? Con esta calidad humana, alardeando de tus encantos y de tu carne, siempre inmerso en los deseos carnales, ¿no eres descendiente de demonios inmundos y malos espíritus? ¡No permitiré que siga existiendo un demonio tan inmundo durante mucho tiempo! Y no creas que no sé lo que piensas dentro de tu corazón. Podrías mantener tu lujuria y tu carne bajo un férreo control, pero ¿cómo no habría de conocer Yo los pensamientos que alberga tu corazón? ¿Cómo no habría de saber qué desean tus ojos? Las jóvenes, ¿no os ponéis tan bonitas para alardear de vuestra carne? ¿En qué os benefician los hombres? ¿Realmente pueden salvaros del océano de aflicción? Y vosotros, señoritos, os vestís para parecer caballerosos y distinguidos, pero ¿no es esta una artimaña ideada para llamar la atención hacia vuestro elegante estilo? ¿Para quiénes lo hacéis? ¿En qué os benefician las mujeres? ¿No son el origen de vuestro pecado? Hombres y mujeres, os he dicho muchas palabras, pero solamente habéis acatado algunas. Sois duros de oído, se os han empañado los ojos y tenéis un corazón tan duro que no hay más que lujuria en vuestro cuerpo, de manera que estáis atrapados en él sin escapatoria. ¿Quién quiere acercarse a vosotros, gusanos que os retorcéis en la inmundicia y la mugre? No olvidéis que no sois sino aquellos a quienes he levantado del montón de estiércol y que al principio no poseíais una humanidad normal. Lo que os pido es la humanidad normal que no poseíais al principio, no que alardeéis de lujuria ni que deis rienda suelta a vuestra carne rancia, adiestrada por el diablo durante tantos años. Al vestiros así, ¿no teméis quedaros atrapados más a fondo? ¿No sabéis que al principio erais del pecado? ¿No sabéis que vuestro cuerpo rebosa tanta lujuria que incluso traspasa vuestra ropa para revelar vuestro estado de demonios insoportablemente feos e inmundos? ¿Acaso no lo tenéis más claro que nadie? Vuestro corazón, vuestros ojos, vuestros labios, ¿no han sido profanados por demonios inmundos? ¿No son inmundas estas partes vuestras? ¿Crees que, mientras no actúes, tú eres el más santo? ¿Crees que ataviarse con ropa bonita puede ocultar vuestras almas sórdidas? ¡Eso no funciona! Os aconsejo más realismo: no seáis engañosos y falsos ni alardeéis de vosotros mismos. Hacéis alarde de vuestra lujuria entre vosotros, pero lo único que recibiréis a cambio será el sufrimiento eterno ¡y un castigo despiadado! ¿Qué necesidad tenéis de poneros ojitos y andaros con amoríos? ¿Es esta la medida de vuestra integridad, la dimensión de vuestra rectitud? Odio a los que os interesáis por la medicina maligna y la brujería; odio a los jóvenes que amáis vuestra propia carne. Más os vale que os contengáis, pues ahora os exijo una humanidad normal, y no se os permite que alardeéis de lujuria, aunque aprovecháis cualquier oportunidad que tenéis, ya que ¡vuestra carne es demasiado desbordante y vuestra lujuria, demasiado grande!

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (7)

Los seres humanos son unos miserables inútiles, porque no se valoran a sí mismos. Si ni siquiera se aman a sí mismos, sino que se pisotean a sí mismos, ¿no muestra esto que son inútiles? La humanidad es como una mujer inmoral que se engaña a sí misma y se entrega voluntariamente a otros para ser ultrajada. Aun así, las personas siguen sin reconocer lo inferiores que son. Hallan placer en trabajar para otros o en hablar con otros, poniéndose bajo el control de los demás; ¿no es esta precisamente la inmundicia de la humanidad? Aunque Yo no he experimentado una vida entre la humanidad y no he experimentado realmente la vida humana, he obtenido un entendimiento muy claro de cada movimiento, cada acción, cada palabra y cada acción de los seres humanos. Soy incluso capaz de exponerlos a su vergüenza más profunda, al punto de que ya no se atrevan a mostrar sus propios artilugios ni a dar paso a su lujuria. Como hacen los caracoles, se esconden en su caparazón y ya no se atreven a mostrar su horrible estado. Como los seres humanos no se conocen a sí mismos, su mayor defecto es que están dispuestos a exhibir sus encantos delante de los demás, mostrando su horrible rostro; esto es algo que Dios detesta al máximo. Esto se debe a que las relaciones entre las personas son anormales y hay una carencia de relaciones interpersonales normales entre las personas, y, más aún, de relaciones normales entre ellas y Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Interpretaciones de los misterios de las palabras de Dios al universo entero, Capítulo 14

El hombre tiene un carácter corrupto y, además, posee emociones. Por tanto, queda absolutamente prohibido que dos miembros del sexo opuesto trabajen juntos, solos, en el servicio a Dios. Cualquiera que sea descubierto haciendo eso será expulsado, sin excepción.

Algunos hermanos insisten en comunicar solo con las hermanas, e incluso en hacerlo solos. Se abren a las hermanas cuando comunican con ellas, y se niegan a hacerlo con cualquier otra persona. ¡Estas personas no son buenas! Algunas hermanas no comunican con otras y nunca se abren a ellas, buscan exclusivamente hermanos con los que comunicarse. ¿Qué clase de personas son estas? ¿No hay ni una sola hermana que pueda apoyarte? ¿Ni una que comunique contigo? ¿Te desprecian todas y ninguna es adecuada para ti? ¿Solo puedes llevarte bien con los hermanos? ¡Creo que tienes otras motivaciones! Hay gente cuyo apego es exclusivamente hacia el sexo opuesto. Debes superar esto usando tu determinación, no te dejes llevar deliberadamente. La gente tiene un carácter corrupto. Si no se les imponen restricciones, se vuelven terriblemente libertinos. Deben siempre existir cosas para tener a la gente bajo control y hay que hacer que las tengan siempre en mente. Con tales elementos en su lugar, el comportamiento de la gente es mucho mejor.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Una charla sobre los decretos administrativos de Dios en la Era del Reino

Cuando ciertas personas entran en un grupo, siempre intentan atraer al sexo opuesto. Guiñan y hacen gestos con los ojos, sus rostros se vuelven muy expresivos cuando hablan y les encanta presumir. Por utilizar un término poco apropiado, se vuelven coquetas. Les gusta que les perciban como divertidos, con humor, guapos, románticos, elegantes, heroicos, bellos, caballerosos, refinados, informados y demás, todo ello hasta el exceso, y sobre todo les gusta presumir. ¿Por qué tratan de presumir estas personas? Lo hacen para atraer al sexo opuesto. Cuanta más atención reciban del sexo opuesto, mientras más admiración, aprecio y reverencia reciban, más se meten en su papel. En la vida de iglesia, con el tiempo, estas personas tienden a fijarse unos cuantos objetivos distintos. Intentan clavar sus anzuelos en varios miembros diferentes del sexo opuesto, seducen con sus miradas y sus palabras resultan a menudo provocativas o incluso acosadoras. ¿Son adecuadas estas relaciones interpersonales? (No). Estas relaciones son inadecuadas. Tales personas ni siquiera se molestan en abandonar su papel durante las reuniones. Cuando están frente a los miembros del sexo opuesto que les gustan y agradan, dicen cosas muy graciosas, interesantes y atrayentes al tiempo que mueven los ojos y las cejas, animados, burbujeantes de excitación, e incluso gesticulan y no paran de moverse. ¿Y cuál es su objetivo? Atraer al sexo opuesto y tener relaciones impropias. A pesar de que este comportamiento repugna a muchos de sus hermanos y hermanas, y aunque muchas personas de su entorno les hayan advertido de que se trata de un problema, de nada sirve, se niegan a parar o a renunciar a ello. Si dos personas tienen este tipo de relación fuera de la vida de iglesia y flirtean entre sí, podemos ignorar dicho comportamiento por el momento mientras no afecte a la vida de iglesia de los demás o al menos estos no se enteren ni su estado de ánimo se vea afectado, ni la eficacia de las reuniones comprometida. Sin embargo, si esto ocurre continuamente dentro de la vida de iglesia y supone una molestia real para los demás, entonces habría que poner restricciones a esa relación impropia, o incluso apartar a las personas implicadas de la vida de iglesia. ¿Sería esto lo adecuado? (Sí). Si solo se trata de una persona joven que se enamora y tiene paraje de manera normal, ese tipo de noviazgo debería mantenerse en secreto durante las reuniones para no afectar al resto. Este es un lugar donde se adora a Dios, donde se ora, se leen Sus palabras y se realizan devocionales espirituales, y los sentimientos personales no tienen cabida en la vida de iglesia. Si se traslada una relación a la vida de iglesia y se convierte en una molestia para los demás, si tiene un impacto en el estado de ánimo de otros asistentes a la reunión, si afecta la capacidad de las personas para leer las palabras de Dios y obtener conocimiento y comprensión de ellas, si provoca que los demás se distraigan y se molesten, entonces esta relación puede ser definida como una relación impropia. Incluso una relación romántica adecuada puede tornarse en impropia si los implicados causan molestias a los demás, y eso es aún más cierto respecto a las relaciones con el sexo opuesto que quedan fuera de los límites de una relación romántica adecuada. Por lo tanto, cuando tales relaciones impropias surgen en la vida de iglesia, se ha de advertir a todos los implicados e impedir que vaya más lejos, en lugar de consentir o aprobar sus acciones. Tales personas deben ser restringidas, o incluso purgadas, de acuerdo con los principios.

La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros

Algunas personas han sido bendecidas con una buena apariencia y el sexo opuesto va tras ellas constantemente; cuanto más van tras ellas, más se creen que pueden permitirse el lujo de exhibirse. ¿No es esto un peligro? ¿Qué deberías hacer en esta situación? (Reconocer y evitar este peligro). Es realmente un peligro que has de evitar; si no, es muy posible que descubras que esa persona te ha seducido. Es preciso que evites este peligro antes de que te seduzca; es lo que se denomina autocontrol. Los que tienen autocontrol tienen sentido de la vergüenza y la dignidad. Los que no lo tienen pueden verse atraídos por cualquiera que los atrape; muestran simpatía hacia cualquiera que vaya tras ellos, lo que puede causarles muchos problemas. Por otra parte, también se exhibirán, arreglarán y acicalarán adrede y optarán por ponerse, en concreto, aquella ropa que tengan que les haga parecer más elegantes, atractivos y guapos y se la pondrán todos los días; esto es peligroso y demuestra que son personas que tratan conscientemente de seducir a otras. Si pareces demasiado llamativo, demasiado seductor con esa ropa, debes olvidarte de ella y elegir otra. Si eres decidido en este sentido, no hay nada que te impida lograrlo. Sin embargo, si no tienes esta determinación, pero quieres buscar pareja, adelante y búscala: relacionaos con normalidad, sin incitar ni seducir al otro. Si no buscas pareja, pero incitas y seduces a otras personas, esto solo puede calificarse de falta de sentido de la vergüenza. Has de tener claro lo que vas a elegir, si el camino que sigues es el correcto y si esto es lo que deberías estar haciendo. ¿Podéis cumplir todos vosotros con esto? (Estamos decididos a ello). Si estáis decididos a ello, tenéis la energía, la motivación, y os será fácil cumplirlo. Algunas personas son, básicamente, decentes por naturaleza, y además, al haber descubierto la fe en Dios, tienen ganas de buscar la verdad y tomar la senda correcta; no tienen aquel deseo ni muestran simpatía hacia quien trate de incitarlas. Algunas personas son bastante propensas a esto, mientras otras no hacen ni caso; algunas parecen tener esta determinación, pero ni ellas mismas saben si realmente es así o no. Esto es algo que debes abordar correctamente, revaluarlo y entender de qué manera forma parte integral de la dignidad y la vergüenza de una humanidad normal.

La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Querrían que se les obedeciera solo a ellos, no a la verdad ni a Dios (II)

Para corregir la propia naturaleza hay que empezar por abandonar la carne, para lo que también se requieren principios. ¿Se puede abandonar la carne estando confuso? En cuanto te topas con un problema, sucumbes a la carne. Tal vez algunos hermanos se queden de piedra al ver a una mujer hermosa; si tú también lo haces, debes buscarte una consigna. Cuando se te acerque una mujer hermosa, ¿debes marcharte o qué? ¿Qué hacer si te toma de la mano? Si no tienes principios, titubearás ante esa situación. ¿Qué hacer si te mueres de envidia al ver el dinero y la riqueza? Debes encarar este problema en concreto, centrarte en aprender a resolverlo, y poco a poco podrás abandonar la carne. Hay un principio realmente crucial: llevar tus problemas ante Dios y buscar más. Asimismo, cada noche has de analizar tus situaciones y escrutar tu conducta: ¿qué acciones llevaste a cabo de acuerdo con la verdad y cuáles vulneraron los principios? Este es otro principio. Los dos siguientes puntos son de máxima importancia: uno, debes analizar los problemas cuando suceden; dos, haz introspección después. El tercer principio es tener perfectamente claro lo que quiere decir practicar la verdad y a qué se hace referencia con tratar los asuntos con principios. Una vez que tengas esto totalmente claro, tratarás correctamente los asuntos. Si te atienes a estos tres principios, sabrás frenarte. Tu naturaleza corrupta no podrá revelarse ni resurgir. Estos también son los principios fundamentales para corregir la naturaleza humana.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Practicar la verdad y corregir la naturaleza propia

Que puedas salvarte no depende de tu antigüedad ni de cuántos años lleves trabajando, y ni mucho menos de cuántas referencias hayas acumulado. Más bien depende de si tu búsqueda ha dado fruto. Debes saber que quienes se salvan son los “árboles” que dan fruto, no los árboles con follaje exuberante y abundantes flores que aún no dan fruto. Aunque hayas pasado muchos años vagando por las calles, ¿qué importa eso? ¿Dónde está tu testimonio? Tu veneración por Dios es mucho menor que tu amor propio y tus deseos lujuriosos; ¿esto no es ser una persona degenerada? ¿Cómo va a ser ejemplo y modelo de salvación? Tu naturaleza es incorregible, eres demasiado rebelde, ¡imposible de salvar! ¿No serán esas personas las descartadas? ¿Acaso cuando termine Mi obra no será el momento en que llegará tu último día? He llevado a cabo una gran obra y pronunciado muchísimas palabras entre vosotros; ¿cuánto de esto os ha entrado de veras en los oídos? ¿Cuánto habéis obedecido? Cuando termine Mi obra será el momento en que dejarás de oponerte a Mí, de estar en contra de Mí. A medida que obro, actuáis constantemente contra Mí; jamás acatáis Mis palabras. Yo llevo a cabo Mi obra y tú realizas tu propia “obra” de crear tu pequeño reino. ¡No sois más que una manada de zorros y perros que todo lo hacen para oponerse a Mí! Siempre procuráis atraer a aquellos que os ofrecen su amor sin reservas; ¿dónde está vuestra veneración? ¡Todo lo que hacéis es engañoso! ¡No tenéis obediencia ni veneración y todo lo que hacéis es engañoso y blasfemo! ¿Se pueden salvar unas personas así? Los hombres sexualmente inmorales y lascivos siempre quieren atraer a rameras coquetas para su disfrute. De ningún modo salvaré a esos demonios sexualmente inmorales. Os odio, inmundos demonios, y vuestra lascivia y coquetería os sumirán en el infierno. ¿Qué tenéis que decir? ¡Vosotros, inmundos demonios y malos espíritus, sois repulsivos! ¡Sois repugnantes! ¿Cómo podría salvarse semejante basura? ¿Todavía pueden salvarse aquellos que están atrapados en el pecado? Hoy en día, esta verdad, este camino y esta vida no os atraen; por el contrario, os atraen la pecaminosidad, el dinero, la posición, la fama, la ganancia, el disfrute de la carne, el atractivo de los hombres y los encantos de las mujeres. ¿Qué os hace aptos para entrar en Mi reino? Vuestra imagen es aún más grande que la de Dios y vuestro estatus es incluso superior al suyo, por no hablar de vuestro prestigio entre los hombres: os habéis convertido en ídolos de la gente. ¿Tú no te has convertido en arcángel? Cuando revele los resultados de las personas, que también será cuando la obra de salvación se acerque a su fin, muchos de vosotros seréis cadáveres imposibles de salvar y deberéis ser descartados.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (7)

Hoy, todos aquellos que no pueden aceptar el escrutinio de Dios no pueden recibir Su aprobación, y aquellos que no conocen a Dios encarnado no pueden ser perfeccionados. Mira todo lo que haces y ve si puede ser llevado delante de Dios. Si no puedes llevar delante de Dios todo lo que haces, esto muestra que eres un hacedor de maldad. ¿Pueden los hacedores de maldad ser perfeccionados? Todo lo que haces —cada acción, cada intención y cada reacción— debe ser llevado delante de Dios. Incluso tu vida espiritual diaria —tus oraciones, tu cercanía con Dios, cómo comes y bebes las palabras de Dios, tu comunicación con tus hermanos y hermanas y tu vida dentro de la iglesia, además de tu servicio en colaboración— puede ser llevado delante de Dios para Su escrutinio. Es esta práctica la que te ayudará a crecer en la vida. El proceso de aceptar el escrutinio de Dios es el proceso de la purificación. Cuanto más puedas aceptar el escrutinio de Dios, más eres purificado y más estás de acuerdo con la voluntad de Dios, de modo que no serás atraído hacia el libertinaje y tu corazón vivirá en Su presencia. Cuanto más aceptes Su escrutinio, mayor es la humillación de Satanás y tu capacidad de abandonar la carne. Así pues, la aceptación del escrutinio de Dios es una senda de práctica que las personas deben seguir. No importa lo que hagas, incluso cuando tienes comunión con tus hermanos y hermanas, si llevas tus actos delante de Dios y buscas Su escrutinio y tienes como meta obedecer a Dios mismo; esto hará que tu práctica sea mucho más correcta. Solo si llevas todo lo que haces delante de Dios y aceptas Su escrutinio, puedes ser alguien que vive en la presencia de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios perfecciona a quienes son conforme a Su corazón

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