1. En qué consiste creer en Dios y seguirlo

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

Aunque muchas personas creen en Dios, pocas entienden qué significa la fe en Él y qué deben hacer para conformarse a Su voluntad. Esto se debe a que, aunque las personas están familiarizadas con la palabra “Dios” y con expresiones como “la obra de Dios”, no conocen a Dios y, menos aún, Su obra. No es de extrañar, por tanto, que todos los que no conocen a Dios estén confusos en su creencia en Él. Las personas no se toman en serio la creencia en Dios, y esto se debe, totalmente, a que creer en Dios les es muy poco familiar; es demasiado extraño para ellas. De esta forma, no están a la altura de las exigencias de Dios. Es decir, si las personas no conocen a Dios ni Su obra, no son aptas para que Él las use, y, menos aún, pueden satisfacer Su voluntad. “Creer en Dios” significa creer que hay un Dios; este es el concepto más simple respecto a creer en Dios. Aún más, creer que hay un Dios no es lo mismo que creer verdaderamente en Dios; más bien es una especie de fe simple con fuertes matices religiosos. La fe verdadera en Dios significa lo siguiente: con base en la creencia de que Dios tiene la soberanía sobre todas las cosas, uno experimenta Sus palabras y Su obra, purga su carácter corrupto, satisface la voluntad de Dios y llega a conocerlo. Sólo un proceso de esta clase puede llamarse “fe en Dios”. Sin embargo, las personas consideran a menudo que la creencia en Dios es un asunto simple y frívolo. Las personas que creen en Dios de esta manera han perdido el significado de creer en Él y, aunque pueden seguir creyendo hasta el final, jamás obtendrán Su aprobación, porque marchan por la senda equivocada. Hoy siguen existiendo quienes creen en Dios según palabras y doctrinas huecas. No saben que carecen de la esencia de la creencia en Dios, y no pueden obtener Su aprobación. Aun así, siguen orando a Dios para recibir bendiciones de seguridad y suficiente gracia. Detengámonos, calmemos nuestro corazón y preguntémonos: ¿Puede ser que creer en Dios sea realmente la cosa más fácil en la tierra? ¿Puede ser que creer en Dios no signifique nada más que recibir mucha gracia de Él? Las personas que creen en Dios sin conocerlo o que creen en Dios y, sin embargo, se oponen a Él, ¿son realmente capaces de satisfacer la voluntad de Dios?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Prefacio

La forma más simple de describir la fe en Dios es confiar en que hay un Dios y, sobre esta base, seguirlo, someterse a Él, aceptar Su soberanía y Sus instrumentaciones y arreglos, prestar atención a Sus palabras, vivir y hacerlo todo de acuerdo con ellas, ser un verdadero ser creado, y temerlo y evitar el mal; solo esto es la verdadera fe en Dios. Esto es lo que significa seguir a Dios. Si dices que sigues a Dios, pero en el corazón no aceptas las palabras de Dios, y mantienes una actitud vacilante al respecto, ni aceptas Su soberanía y Sus instrumentaciones y arreglos; si siempre tienes nociones y malentendidos sobre lo que Él hace y te quejas de ello, insatisfecho en todo momento; si siempre mides y abordas lo que Él hace con tus propias nociones y figuraciones; y si siempre tienes tus propios pensamientos y entendimientos, esto causará problemas. Eso no es experimentar la obra de Dios ni ningún camino para seguirlo verdaderamente. No es fe en Dios.

¿Qué es exactamente la fe en Dios? ¿Equivale la creencia en la religión a la fe en Dios? Creer en la religión es seguir a Satanás; creer en Dios es seguir a Dios, y solo los que siguen a Cristo son los que creen verdaderamente en Dios. Alguien que no acepta las palabras de Dios como su vida en lo más mínimo no es un creyente en Dios genuino. Es un incrédulo, y de nada sirven los años que haya pasado creyendo en Dios. Si un creyente en Dios simplemente participa en rituales religiosos, pero no practica la verdad, no es un creyente en Dios y Dios no lo reconoce. ¿Qué debes poseer para que Dios te reconozca como Su seguidor? ¿Conoces los criterios con los que Dios mide a una persona? Dios evalúa si lo haces todo según Sus requisitos y si practicas la verdad y te sometes a ella sobre la base de Sus palabras. Este es el criterio con el que Dios mide a una persona. Su método para medirte no se basa en el número de años que hayas creído en Él, en lo lejos que hayas viajado, en la cantidad de buenos comportamientos que tengas o en el número de palabras y doctrinas que entiendas. Él te mide en función de si persigues la verdad y de la senda que eliges. Muchas personas expresan verbalmente creer en Dios y lo alaban, pero no aman de corazón las palabras que Él dice. No les interesa la verdad. Siempre creen que vivir de acuerdo con las filosofías de Satanás o las diversas teorías mundanas es lo que hace la gente normal, que así es como uno puede protegerse y como se vive con valor en el mundo. ¿Son acaso personas que creen en Dios y lo siguen? No.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. No es posible salvarse por creer en la religión ni participar en ceremonias religiosas

La verdadera creencia en Dios no consiste en creer en Él únicamente para ser salvados, ni mucho menos de creer en Él solo para ser una buena persona. Tampoco se trata de creer en Él para cobrar semejanza humana. El hecho es que la creencia de las personas en Dios no debería ser entendida como la mera creencia de que existe un Dios y que Él es la verdad, el camino, la vida, y que con eso basta. Tampoco se trata exclusivamente de reconocer a Dios y creer que es el Soberano de todas las cosas, que es todopoderoso, que creó el mundo y todo cuanto hay en él, que es único y que es supremo. No basta con que creas ese hecho. La voluntad de Dios es que le entregues todo tu ser y tu corazón y te sometas a Él. Es decir, debes seguir a Dios, permitir que Él te utilice, e incluso estar feliz por estar a Su servicio; cualquier cosa que hagas por Él es lo que debe hacerse. No solo deben creer en Dios aquellos que hayan sido predestinados y elegidos por Él. El hecho es que toda la humanidad debería adorar a Dios, acatar Su mandato y someterse a Él, porque la humanidad fue creada por Dios. Si sabes que la finalidad de creer en Dios es alcanzar la salvación y la vida eterna, pero no aceptas la verdad ni por asomo y no sigues la senda hacia la búsqueda de la verdad, ¿no te estás engañando a ti mismo? Si solo entiendes la doctrina, pero no persigues la verdad, ¿puedes obtener esta última? La parte más importante de creer en Dios es perseguir la verdad. Se debe buscar, reflexionar e investigar cuál es el significado interno de cada verdad, además de cómo practicar y entrar en ese aspecto de la verdad. Los creyentes deben comprender y poseer esas cosas.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

Puesto que tú crees en Dios, debes comer y beber Sus palabras, experimentar Sus palabras y vivir Sus palabras. ¡Solo esto puede llamarse creer en Dios! Si dices con la boca que crees en Dios, mas no eres capaz de poner en práctica ninguna de Sus palabras o producir algún tipo de realidad, a esto no se le llama creer en Dios. Esto es “buscar pan para saciar el hambre”. Hablar únicamente de testimonios triviales, cosas inútiles y cuestiones superficiales, sin tener ni siquiera un mínimo de realidad, esto no es creer en Dios, y tú simplemente no has captado la manera correcta de creer en Dios. ¿Por qué debes comer y beber tantas palabras de Dios como te sea posible? Si no comes ni bebes Sus palabras y solo buscas ascender al cielo, ¿es eso creer en Dios? ¿Cuál es el primer paso que debe dar el que cree en Dios? ¿A través de qué senda Dios perfecciona al hombre? ¿Puedes ser perfeccionado sin comer ni beber las palabras de Dios? ¿Puedes ser considerado una persona del reino sin que las palabras de Dios sirvan como tu realidad? ¿Qué significa exactamente creer en Dios? Quienes creen en Dios deberían, al menos, tener un buen comportamiento en lo externo; lo más importante de todo es poseer las palabras de Dios. No importa lo que suceda, nunca puedes darle la espalda a Sus palabras. Conocer a Dios y satisfacer Su voluntad se logra a través de Sus palabras. En el futuro, cada nación, denominación, religión y sector será conquistado a través de las palabras de Dios. Dios hablará directamente, y toda la gente sostendrá las palabras de Dios en sus manos, y por medio de esto la humanidad será perfeccionada. Por dentro y por fuera, las palabras de Dios lo impregnan todo: la humanidad hablará de las palabras de Dios con la boca, practicará de acuerdo con las palabras de Dios, mantendrá las palabras de Dios en su interior, y tendrá impregnadas las palabras de Dios tanto por dentro como por fuera. Así será perfeccionada la humanidad. Aquellos que satisfacen la voluntad de Dios y son capaces de dar testimonio de Él, ellos son quienes tienen las palabras de Dios como su realidad.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La Era del Reino es la Era de la Palabra

Has de tener el punto de vista correcto sobre creer en Dios y debes buscar obtener Sus palabras. Necesitas comer y beber las palabras de Dios y debes ser capaz de vivir la verdad, y, en particular, debes ser capaz de ver Sus obras prácticas, Sus maravillosas obras en todo el universo, así como la obra práctica que hace en la carne. La gente puede, a través de sus experiencias prácticas, apreciar cómo Dios hace Su obra en ellos y cuál es Su voluntad respecto a ellos. El propósito de todo esto es eliminar el carácter satánico corrupto de las personas. Al haberte deshecho de toda la inmundicia e injusticia en tu interior; y al haberte despojado de tus equivocadas intenciones, y haber desarrollado fe verdadera en Dios; solo con fe verdadera puedes realmente amar a Dios. Puedes amar genuinamente a Dios sobre los cimientos de tu creencia en Él. ¿Puedes conseguir amar a Dios sin creer en Él? Ya que crees en Dios, no puedes estar confundido al respecto. Algunas personas se llenan de vigor tan pronto como ven que la fe en Dios les traerá bendiciones, pero luego se quedan sin energía en cuanto ven que tienen que enfrentarse a los refinamientos. ¿Eso es creer en Dios? Al final, debes lograr una sumisión completa y total delante de Dios en tu fe. Crees en Dios, pero todavía le exiges; tienes muchas nociones religiosas que no puedes abandonar, intereses personales que no puedes soltar e, incluso, buscas las bendiciones de la carne y quieres que Dios rescate tu carne, que salve tu alma; estos son todos comportamientos de personas que tienen la perspectiva equivocada. Aunque las personas con creencias religiosas tienen fe en Dios, no buscan cambiar su carácter ni buscan el conocimiento de Dios; en cambio, solo buscan los intereses de la carne. Muchos entre vosotros tenéis creencias que pertenecen a la categoría de convicciones religiosas; esa no es la verdadera fe en Dios. Para creer en Dios, las personas deben poseer un corazón preparado para sufrir por Él y la voluntad de entregarse. A menos que cumplan estas dos condiciones, su fe en Dios no es válida, y no podrán lograr un cambio en su carácter. Solo las personas que genuinamente buscan la verdad, que tratan de conocer a Dios y buscan la vida son las que verdaderamente creen en Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento

Si crees en Dios, debes someterte a Él, poner la verdad en práctica y cumplir con todos tus deberes. Adicionalmente, debes entender las cosas que deberías experimentar. Si solo experimentas la poda, la disciplina y el juicio, si solo disfrutas a Dios, pero eres incapaz de sentir cuándo te está disciplinando o podando, esto es inaceptable. Quizás en este caso de refinamiento, te mantengas firme donde estás. Esto es aún insuficiente; debes seguir adelante. La lección de amar a Dios es infinita, y nunca tiene final. Las personas consideran que creer en Dios es demasiado simple, pero una vez que ganan alguna experiencia práctica, son conscientes de que la creencia en Dios no es tan simple como las personas imaginan. Cuando Dios obra para refinar al hombre, este sufre. Mientras mayor sea el refinamiento de una persona, mayor será el corazón amante de Dios que posea, y más del poder de Dios se revelará en ella. En cambio, cuanto menos refinamiento recibe una persona, menor será el corazón amante de Dios que posea y menos poder de Dios se revelará en ellos. Cuanto mayor sea el refinamiento y el dolor de una persona así, y más grande el tormento que experimente, en más profundo se convertirá su amor por Dios, más auténtica se hará su fe hacia Él y más profundo será su conocimiento de Él. En tus experiencias, verás a gente que sufren mucho mientras son refinadas, a las que se poda y disciplina mucho, y verás que estas personas son las que tienen un profundo amor por Dios y un conocimiento más hondo y detallado de Él. Los que no han experimentado ninguna poda solo tienen un conocimiento superficial y solo pueden decir: “Dios es tan bueno, les da a las personas gracia para que lo puedan gozar a Él”. Si las personas han experimentado la poda y la disciplina, entonces podrán hablar del verdadero conocimiento de Dios. Por tanto, cuanto más maravillosa es la obra de Dios en el hombre, más valiosa e importante es; cuanto más impenetrable te sea y cuanto más incompatible sea con tus concepciones, más puede la obra de Dios conquistarte, ganarte y perfeccionarte. ¡Qué inmenso es el significado de la obra de Dios! Si Dios no refinara al hombre de esta manera, si Él no obrara por este medio, entonces Su obra sería ineficaz y no tendría significado. En el pasado se dijo que Dios escogería y ganaría a este grupo, y los completaría en los últimos días; en esto hay un extraordinario significado. Cuanto mayor es la obra que Él lleva a cabo dentro de vosotros, más profundo y puro es vuestro amor por Dios, y cuanto mayor la obra de Dios, más puede el hombre entender algo de Su sabiduría y más profundo es el conocimiento que el hombre tiene de Él.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento

¿Qué es, hoy, creer realmente en Dios? Es aceptar Su palabra como tu realidad vida y conocer a Dios a partir de Su palabra para lograr un amor verdadero hacia Él. Para decirlo con claridad: creer en Dios tiene como propósito que puedas someterte a Él, amarle y cumplir el deber que debe cumplir un ser creado. Este es el objetivo de creer en Dios. Debes obtener el conocimiento de la hermosura de Dios, de cuán digno de veneración Él es, de cómo Él lleva a cabo la obra de salvación y perfeccionamiento en Sus seres creados; esto es lo esencial de tu fe en Dios. Creer en Dios es, principalmente, el cambio de una vida de la carne a una vida de amar a Dios; de vivir dentro de la corrupción a vivir dentro de la vida de las palabras de Dios. Es dejar de estar bajo el poder de Satanás y vivir bajo el cuidado y la protección de Dios; es ser capaz de lograr someterse a Dios y no a la carne; es permitir que Él gane la totalidad de tu corazón, permitirle que te perfeccione y liberarte del carácter satánico corrupto. Creer en Dios tiene como objetivo, principalmente, que Su poder y Su gloria puedan manifestarse en ti, que puedas seguir Su voluntad, que cumplas Su plan y seas capaz de dar testimonio de Él delante de Satanás. La fe en Dios no debería girar alrededor del deseo de contemplar señales y prodigios ni tener como propósito el beneficio de tu carne personal. Debe consistir en buscar conocer a Dios y ser capaz de someterse a Él, y, como Pedro, someterse a Él hasta la muerte. Estas son las metas principales de la fe en Dios. Se come y bebe la palabra de Dios para conocerle y satisfacerle. Comer y beber la palabra de Dios te proporciona un mayor conocimiento de Él y solo después de esto puedes someterte a Él. Solo teniendo conocimiento de Dios puedes amarle, y esta es la meta que el hombre debería tener en su fe en Dios. Si, en tu fe en Dios, siempre estás intentando contemplar señales y prodigios, el punto de vista de esta fe en Dios es erróneo. Creer en Dios es, sobre todo, la aceptación de Su palabra como la realidad vida. La meta de Dios solo se logra poniendo en práctica las palabras provenientes de Su boca y llevándolas a cabo en tu interior. En su fe en Dios, el hombre debería esforzarse por que Dios lo perfeccione, por ser capaz de someterse a Él y por someterse plenamente. Si puedes someterte a Dios sin quejarte, tener en cuenta Sus intenciones, alcanzar la estatura de Pedro y poseer el estilo de Pedro del que Dios habla, ese será el momento en el que habrás tenido éxito en tu fe en Dios, y esto significará que Dios te ha ganado.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Todo se logra por la palabra de Dios

Entonces, ¿qué es la fe en Dios? La fe en Dios es, en realidad, el proceso de alcanzar la salvación de Dios y el proceso de transformación de un ser humano corrompido por Satanás en lo que, a ojos de Dios, es un auténtico ser creado. Si alguien sigue dependiendo de su naturaleza y carácter satánicos para vivir, ¿acaso es un ser creado cualificado a ojos de Dios? (No). Dices que crees en Dios, le reconoces, reconoces Su soberanía y que Él te lo da todo, pero ¿vives las palabras de Dios? ¿Vives de acuerdo con Sus exigencias? ¿Sigues el camino de Dios? ¿Un ser creado como tú puede presentarse ante Dios? ¿Eres capaz de convivir con Él? ¿Tienes un corazón temeroso de Dios? ¿Son compatibles con Él lo que vives y la senda que recorres? (No). Entonces, ¿cuál es el significado de tu fe en Dios? ¿Has entrado en el camino correcto? Tu fe en Dios es solo fachada y palabrería. Crees en el nombre de Dios y lo reconoces, y reconoces que Dios es tu Creador y Soberano pero, en esencia no has aceptado la soberanía de Dios o Sus instrumentaciones, y no puedes ser totalmente compatible con Él. Es decir, el significado de tu fe en Dios no se ha concretado del todo. Aunque creas en Él, no has desechado tu corrupción y alcanzado la salvación, y no has entrado en la realidad-verdad en la que deberías haber entrado en tu fe en Dios. Esto es un error. Visto así, la fe en Dios no es nada sencillo.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

Después de haber creído durante todos estos años, ¿tienes a las palabras de Dios como tu vida? ¿Ha habido un cambio en tu carácter corrupto previo? ¿Sabes, según las palabras actuales de Dios, qué es tener vida y qué es no tener vida? ¿Esto os queda claro? Al seguir a Dios, todo debería ser según Sus palabras actuales, y esto es de vital importancia: ya sea que estéis buscando la entrada en la vida o satisfacer la voluntad de Dios, todo se debería centrar alrededor de las palabras actuales de Dios. Si lo que comunicas y lo que buscas no se centra alrededor de las palabras actuales de Dios, entonces eres un extraño a Sus palabras y careces por completo de la obra del Espíritu Santo. Lo que Dios quiere son personas que sigan Sus pasos. No importa qué asombroso y puro sea lo que hayas entendido antes, Dios no lo quiere y si no puedes hacer a un lado esas cosas, entonces, en el futuro, serán un enorme obstáculo para tu entrada. Todos los que pueden seguir la luz actual del Espíritu Santo son benditos. Las personas de eras pasadas también siguieron los pasos de Dios, pero no pudieron continuar hasta hoy; esta es la bendición de las personas de los últimos días. Los que pueden seguir la obra actual del Espíritu Santo y que pueden seguir los pasos de Dios, de tal manera que lo sigan dondequiera que Él los guíe, estas son las personas a las que Dios bendice. Los que no siguen la obra actual del Espíritu Santo, no han entrado en la obra de las palabras de Dios y, no importa cuánto se esfuercen o cuán grande sea su sufrimiento o cuánto vayan de aquí para allá, esto no significa nada para Dios y Él no los elogiará. En la actualidad, todos los que siguen las palabras actuales de Dios están en la corriente del Espíritu Santo; los que son ajenos a las palabras actuales de Dios están fuera de la corriente del Espíritu Santo y a tales personas Dios no las elogia.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conoce la obra más reciente de Dios y sigue Sus huellas

Los que siguen a Dios deben, como mínimo, ser capaces de renunciar a todo lo que tienen. Tal y como Dios dijo en la Biblia: “Cualquiera de vosotros que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:33). ¿Qué quiere decir renunciar a todo lo que se tiene? Quiere decir renunciar a tu familia, a tu trabajo y a todas las ataduras mundanas. ¿Es fácil de hacer? Resulta muy difícil. Sin voluntad de hacerlo, es completamente imposible de conseguir. Cuando alguien tiene esa voluntad de renunciar, claramente posee la voluntad de soportar las adversidades. Si no puede soportarlas, no será capaz de renunciar a nada, por mucho que quiera. Hay quienes, después de haber renunciado a sus familias y de haberse distanciado de sus seres queridos, los echan de menos tras un tiempo de llevar a cabo su deber. Si de verdad no pueden soportarlo, quizá vayan en secreto a casa para ver cómo va todo y después regresen para llevar a cabo su deber. Algunos de los que abandonan su hogar para llevar a cabo su deber no pueden evitar echar de menos a sus seres queridos en Año Nuevo y otras fiestas, y lloran en secreto por la noche, mientras todos duermen. Después, oran a Dios y se sienten mucho mejor, tras lo cual siguen llevando a cabo su deber. Aunque estas personas hayan sido capaces de renunciar a sus familias, no son capaces de soportar tanto dolor. Si no pueden ni siquiera deshacerse de sus sentimientos hacia estas relaciones de la carne, ¿cómo van a ser capaces de entregarse realmente para Dios? Hay gente capaz de renunciar a todo lo que tiene y seguir a Dios, de renunciar a su trabajo y su familia, pero ¿cuál es su meta al hacerlo? Hay quienes intentan ganar gracia y bendiciones, y otros son como Pablo y solo persiguen una corona y una recompensa. Poca gente renuncia a todo lo que tiene para alcanzar la verdad y la vida y obtener la salvación. Así que ¿cuál de estas metas se corresponde con la voluntad de Dios? Sin duda, es la búsqueda de la verdad y la obtención de la vida. Esto está absolutamente en consonancia con la voluntad de Dios y es la parte más importante de creer en Dios. […] Solo podrás entrar en el reino de Dios si eres capaz de renunciar a todo lo que consideras más importante, con el fin de seguir a Dios y llevar a cabo tu deber, perseguir la verdad y obtener la vida. ¿Qué significa entrar al reino de Dios? Significa ser capaz de renunciar a todo lo que tienes y seguir a Dios, atender a Sus palabras y someterse a Sus disposiciones, sometiéndote a Él en todas las cosas. Significa que Él se haya convertido en tu Señor y tu Dios. Para Dios, eso significa que has entrado en Su reino y, por muchos desastres que afrontes, contarás con Su protección y podrás sobrevivir, y formarás parte del pueblo de Su reino. Tendrás el reconocimiento de Dios como Su seguidor o te ofrecerá Su promesa de perfeccionarte, pero tu primer paso debe ser seguir a Cristo. Únicamente de esta forma tendrás un rol que cumplir en la formación del reino. Si no sigues a Cristo y te quedas fuera del reino de Dios, no tendrás Su reconocimiento. Y, sin el reconocimiento de Dios, por mucho que desees ser salvado y obtener Su promesa y Su perfeccionamiento, ¿podrás llegar a alcanzarlo? No podrás. Si quieres conseguir la aprobación de Dios, antes debes estar cualificado para acceder a Su reino. Si puedes renunciar a todo lo que tienes para perseguir la verdad, si puedes buscar la verdad mientras llevas a cabo tu deber, si puedes actuar según los principios y si tienes un verdadero testimonio vivencial, estarás cualificado para entrar en el reino de Dios y recibir Su promesa. Si no puedes renunciar a todo lo que tienes para seguir a Dios, ni siquiera estás cualificado para entrar en Su reino ni tienes derecho alguno a Su bendición ni Su promesa. Hay mucha gente que ha renunciado a todo lo que tiene y que lleva a cabo su deber en la casa de Dios, pero no necesariamente serán capaces de alcanzar la verdad. Es necesario amar la verdad y ser capaz de aceptarla antes de poder alcanzarla. Sin perseguir la verdad, no es posible alcanzarla. Por no hablar de quienes solo llevan a cabo su deber en su tiempo libre: han vivido la obra de Dios de una forma tan limitada que les costará más alcanzar la verdad. Si uno no lleva a cabo su deber o no persigue la verdad, perderá la maravillosa oportunidad de obtener la salvación y el perfeccionamiento por parte de Dios. Hay quienes dicen que creen en Dios, pero no llevan a cabo su deber y se dedican a las cosas mundanas. ¿Eso es renunciar a todo lo que tienen? Si esta es la forma que tienen de creer en Dios, ¿serán capaces de seguirlo hasta el final? Fijaos en los discípulos del Señor Jesús: entre ellos se encontraban pescadores, campesinos y un recaudador de impuestos. Cuando el Señor Jesús los llamó y les dijo: “Seguidme”, dejaron sus trabajos y siguieron al Señor. No se pararon a pensar en sus empleos ni se plantearon si luego tendrían un camino para sobrevivir en el mundo, y siguieron de inmediato al Señor Jesús. Pedro se entregó de pleno corazón, y cumplió hasta el final lo que el Señor Jesús le había encomendado y llevó a cabo su deber. Estuvo buscando amar a Dios a lo largo de toda su vida y, al final, Dios lo hizo perfecto. Hoy en día hay gente que ni siquiera es capaz de renunciar a todo lo que tiene y, sin embargo, quiere entrar en el reino. ¿No es ingenua?

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

¿Sabes lo que significa seguir a Dios? Sin visiones, ¿por qué senda caminarías? En la obra de hoy, si no tienes visiones no serás capaz de ser hecho completo en absoluto. ¿En quién crees? ¿Por qué crees en Él? ¿Por qué lo sigues? ¿Ves tu fe como si fuese un juego? ¿Estás manejando tu vida como una especie de juguete? El Dios de hoy es la mayor visión. ¿Cuánto conoces de Él? ¿Cuánto has visto de Él? Al ver al Dios de hoy, ¿es sólido el fundamento de tu creencia en Dios? ¿Piensas que mientras sigas de esta forma confusa alcanzarás la salvación? ¿Piensas que puedes pescar en agua turbia? ¿Es así de simple? ¿Cuántas de tus nociones respecto a lo que está declarando Dios hoy has dejado de lado? ¿Tienes una visión del Dios de hoy? ¿Dónde reside tu entendimiento del Dios de hoy? Siempre crees que puedes obtenerlo solo con seguirlo o con verlo[a], y que nadie será capaz de deshacerse de ti. No asumas que seguir a Dios es un asunto tan fácil. La clave es que debes conocerlo, conocer Su obra y tener la determinación de soportar el sufrimiento por Él, de sacrificar tu vida por Él, y de que Él te perfeccione. Esta es la visión que deberías tener. ¡No servirá que estés siempre pensando en disfrutar de la gracia! No supongas que Dios está ahí simplemente para el disfrute de las personas y para concederles la gracia. ¡Te estarías equivocando! Si uno no puede arriesgar su vida ni abandonar toda posesión mundana para seguirlo, ¡desde luego no será capaz de seguir hasta el final! Debes tener visiones como fundamento. Si un día te golpea la desgracia, ¿qué deberías hacer? ¿Todavía serías capaz de seguirlo? No respondas a la ligera si serías capaz de seguir hasta el final. Más vale que primero abras bien los ojos para ver cuál es ahora el momento presente. Aunque ahora podáis ser como columnas del templo, llegará un tiempo en el que los gusanos las carcomerán todas y harán que el templo se derrumbe, porque en la actualidad son muchas las visiones de las que carecéis. Solo prestáis atención a vuestros propios pequeños mundos y no conocéis la forma de búsqueda más fiable y adecuada. No prestáis atención a la visión de la obra de hoy ni guardáis estas cosas en vuestro corazón. ¿Habéis acaso considerado que, un día, vuestro Dios os pondrá en un lugar muy poco familiar? ¿Podéis imaginar lo que será de vosotros cuando, un día, os lo arrebate todo? ¿Tendríais entonces la misma energía que ahora? ¿Reaparecería vuestra fe? Al seguir a Dios debéis conocer esta mayor visión que es “Dios”: Este es el asunto más importante. Tampoco penséis que por apartaros de la compañía de hombres mundanos para ser santificados pertenecéis necesariamente a la familia de Dios. En estos días, es Dios Mismo el que está obrando en medio de los seres creados. Es Él quien ha venido en medio de las personas a llevar a cabo Su propia obra, no a realizar campañas. No hay entre vosotros ni unos pocos que sean capaces de saber que la obra de hoy es la obra del Dios en el cielo hecho carne. No se trata de hacer de vosotros excepcionales personas de talento, se trata de ayudaros a conocer el significado de la vida humana y el destino de los seres humanos; de conocer a Dios y Su totalidad. Deberías saber que eres un ser creado en manos del Creador. ¿Qué deberías entender, qué deberías hacer y cómo deberías seguir a Dios? ¿No son estas las verdades que debes entender? ¿No son las visiones que deberías tener?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debéis entender la obra, ¡no sigáis confundidos!

Nota al pie:

a. El texto original no contiene la palabra “lo”.


Cuando no tienen problemas y todo les va bien, la mayoría de las personas sienten que Dios es poderoso, justo y hermoso. Cuando Dios las pone a prueba, las poda, castiga y disciplina, cuando les pide que dejen de lado sus propios intereses, que se rebelen contra la carne y practiquen la verdad, cuando Dios obra en ellas e instrumenta y reina sobre sus destinos y sus vidas, su rebeldía emerge y se produce una división entre ellas y Dios que crea un conflicto y un abismo entre ambas partes. En esos momentos, en su corazón, Dios no es adorable lo más mínimo ni es poderoso en absoluto, pues lo que Él hace no cumple sus deseos. Dios las entristece, las perturba, les causa dolor y sufrimiento y hace que se sientan a disgusto. Por tanto, no se someten a Dios en absoluto, sino que se rebelan contra Él y lo evitan. Al hacer esto, ¿practican la verdad? ¿Siguen el camino de Dios? ¿Siguen a Dios? No. Independientemente de que tengas muchas nociones y figuraciones sobre la obra de Dios, de cómo actuaras previamente de acuerdo con tu propia voluntad y de que te rebelaras contra Él, si persigues verdaderamente la verdad y aceptas el juicio y el castigo de las palabras de Dios y ser podado por estas; si en todo lo que Él instrumenta eres capaz de seguir el camino de Dios, prestar atención a Sus palabras, aprender a captar Sus intenciones, practicar de acuerdo con Sus palabras y Sus deseos y someterte a través de la búsqueda; y si puedes desprenderte de tu propia voluntad y de tus deseos, consideraciones e intenciones, sin enfrentarte a Dios, en ese caso sigues a Dios. Puede que digas que sigues a Dios, pero si todo lo haces según tu propia voluntad y tus propios objetivos y planes, sin dejarlo en manos de Dios, ¿sigue Dios siendo tu Dios? No. Si Dios no es tu Dios, cuando dices que sigues a Dios, ¿acaso no son palabras vacías? ¿No son esas palabras un intento de engañar a la gente? Puede que digas que sigues a Dios, pero si todas tus acciones y obras, tu perspectiva de vida, tus valores y la actitud y los principios con los que abordas y manejas los asuntos provienen de Satanás; si manejas todo esto según las leyes y la lógica de Satanás, ¿eres un seguidor de Dios? (No). […] Si alguien parece solo externamente haber renunciado a todo y cumplido su deber, si parece seguir a Dios, pero todos sus pensamientos y acciones se ajustan a la lógica y la filosofía de Satanás, ¿es verdaderamente un seguidor de Dios? (No). No lo es porque se rebela constantemente contra Dios y no practica la verdad ni se somete a Él. ¿Por qué cree en Dios, entonces? ¿Qué desea ganar realmente? Esto desafía el concepto. ¿Es un creyente en Dios genuino? No; para decirlo de una manera un poco más amable, es un creyente en la religión. Puede que afirme tener fe en Dios, pero Él no lo reconoce. Dios considerará que es un malhechor y no salvará a una persona que sea así.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. No es posible salvarse por creer en la religión ni participar en ceremonias religiosas

Hoy, muchos creen que seguir a Dios es fácil, pero cuando la obra de Dios esté a punto de terminar, tú sabrás el verdadero significado de “seguir”. Solo porque hoy puedas todavía seguir a Dios después de haber sido conquistado, esto no prueba que seas de los que serán perfeccionados. Los que no pueden soportar las pruebas, que no pueden ser triunfadores en medio de la tribulación, no podrán, al final, mantenerse firmes y no podrán seguir a Dios hasta el final. Los que verdaderamente siguen a Dios pueden resistir la evaluación de su obra, mientras que los que no siguen a Dios realmente no pueden resistir ninguna de las pruebas de Dios. Tarde o temprano serán expulsados, mientras que los victoriosos permanecerán en el reino. Que el hombre verdaderamente busque a Dios o no lo determina la evaluación de su obra, es decir, las pruebas de Dios, y no tiene nada que ver con la decisión del hombre mismo. Dios no rechaza a ninguna persona a capricho; todo lo que Él hace es para que el hombre pueda ser completamente convencido. No hace nada que sea invisible para el hombre ni ninguna obra que no pueda convencer al hombre. El que la creencia del hombre sea verdadera o no lo prueban los hechos y no lo puede decidir el hombre. Sin duda, “el trigo no se puede hacer cizaña y la cizaña no se puede hacer trigo”. Todos los que verdaderamente aman a Dios al final permanecerán en el reino y Dios no maltratará a ninguno que verdaderamente lo ame.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La obra de Dios y la práctica del hombre

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