23. Cómo mantenerse firme en el testimonio durante las pruebas

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

La creencia en Dios exige sumisión a Él y que se experimente Su obra. Él ha realizado mucha obra; se podría decir que, para las personas, todo es perfeccionamiento, refinamiento y, más aún, castigo. No ha habido un solo paso de la obra de Dios que haya estado en sintonía con las nociones humanas; lo que las personas han disfrutado son las duras palabras de Dios. Cuando Él venga, las personas deberían disfrutar de Su majestad y de Su ira. Sin embargo, por muy duras que sean Sus palabras, Él viene a salvar y a perfeccionar a la humanidad. Como seres creados, las personas deberían cumplir con los deberes que les corresponden, y mantenerse firmes en el testimonio de Dios en medio del refinamiento. En cada prueba deberían defender el testimonio correspondiente, y hacerlo de manera contundente por Dios. Una persona que hace esto es una vencedora. Independientemente de cómo te refine Dios, te mantienes lleno de confianza y nunca pierdes la confianza en Él. Haz lo que el hombre debería hacer. Esto es lo que Dios exige del hombre, y su corazón debería ser capaz de regresar por completo a Él y acudir a Él en cada momento. Esto es ser un vencedor. Aquellos a los que Dios alude como “vencedores” son los que siguen siendo capaces de mantenerse firmes en el testimonio y de conservar su confianza y su devoción a Dios cuando están bajo la influencia de Satanás y mientras estén bajo su asedio, es decir, cuando se encuentren entre las fuerzas de las tinieblas. Si sigues siendo capaz de mantener un corazón puro ante Dios y tu amor genuino por Él pase lo que pase, entonces te estás manteniendo firme en el testimonio delante de Él, y esto es a lo que Él se refiere con ser un “vencedor”. Si tu búsqueda es excelente cuando Dios te bendice, pero retrocedes cuando Él no lo hace, ¿es esto pureza? Si estás seguro de que este camino es verdadero, debes seguirlo hasta el final; debes mantener tu devoción a Dios. Si has visto que Dios mismo ha venido a la tierra a perfeccionarte, debes entregarle del todo tu corazón. Si todavía puedes seguir a Dios, haga lo que haga, aunque Él determine un desenlace desfavorable para ti al final, esto es mantener tu pureza ante Dios. Ofrecer un cuerpo espiritual santo y una virgen pura a Dios significa mantener un corazón sincero ante Él. Para la humanidad, la sinceridad es pureza, y la capacidad de ser sincero hacia Dios es mantener la pureza. Esto es lo que deberías poner en práctica. Cuando debes orar, oras; cuando debes reunirte en comunión, lo haces; cuando debes cantar himnos, cantas; y cuando debes rebelarte contra la carne, te rebelas contra ella. Cuando llevas a cabo tu deber no lo haces para salir del paso; cuando te enfrentas a pruebas, te mantienes firme. Esto es devoción a Dios. Si no respaldas lo que las personas deberían hacer, todo tu sufrimiento y tus decisiones anteriores no han sido más que esfuerzos fútiles.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios

Dar un testimonio contundente de Dios tiene relación principalmente con que tengas o no un entendimiento del Dios práctico y con que seas o no capaz de someterte ante esa persona que no solo es corriente, sino normal, e incluso someterte hasta la muerte. Si mediante esta sumisión das de verdad un testimonio de Dios, eso significa que Dios te ha obtenido. Si puedes someterte hasta la muerte y estar libre de quejas ante Él, no emitir juicios, no difamar, no tener nociones ni propósitos ocultos, de esta forma Dios obtendrá gloria. La sumisión ante una persona corriente a la que el hombre mira con desprecio y ser capaz de someterte hasta la muerte sin noción alguna, esto es un testimonio verdadero. La realidad a la que Dios exige que entren las personas es ser capaces de someterse a Sus palabras, de ponerlas en práctica, de inclinarse ante el Dios práctico y conocer la propia corrupción; ser capaces de abrir el corazón ante Él y, al final, ser ganados por Él a través de estas palabras suyas. Dios obtiene gloria cuando estas declaraciones te conquistan y te hacen totalmente sumiso a Él; a través de esto, Él avergüenza a Satanás y completa Su obra. Cuando tú no tienes nociones sobre la practicidad del Dios encarnado, es decir, cuando te has mantenido firme en esta prueba, entonces has dado un buen testimonio. Si llega un día en el que tienes un entendimiento pleno del Dios práctico y puedes someterte hasta la muerte como hizo Pedro, entonces Dios te ganará y te perfeccionará. Cualquier cosa que Dios hace que no concuerda con tus nociones es una prueba para ti. Si la obra de Dios concordara con tus nociones, no te exigiría que sufrieras ni que fueras refinado. Su obra exige que abandones tales nociones porque es muy práctica y no concuerda con tus nociones. Por esta razón es una prueba para ti. Todas las personas se hallan en medio de pruebas por la practicidad de Dios; Su obra es práctica, no sobrenatural. Al entender plenamente Sus palabras y Sus declaraciones prácticas sin noción alguna y al ser capaz de amarlo sinceramente a medida que Su obra se hace más práctica, Él te ganará. El grupo de personas a las que Dios ganará son aquellas que conocen a Dios, es decir, las que conocen Su practicidad. Es más, son aquellas capaces de someterse a la obra práctica de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos que de verdad aman a Dios son los que pueden someterse completamente a Su practicidad

¿Qué es exactamente el testimonio verdadero? El testimonio del que se habla aquí tiene dos partes: una es el testimonio de haber sido conquistado y la otra es el testimonio de haber sido perfeccionado (lo cual, naturalmente, será el testimonio tras las mayores pruebas y tribulaciones del futuro). En otras palabras, si eres capaz de permanecer firme durante las tribulaciones y las pruebas, entonces habrás dado el segundo paso del testimonio. Lo que es crucial hoy es el primer paso de dar testimonio: ser capaz de mantenerse firme durante cada una de las pruebas de castigo y de juicio. Este es el testimonio de haber sido conquistado. Eso es porque ahora es el momento de la conquista. (Debes saber que ahora es el momento de la obra de Dios en la tierra; la obra principal de Dios encarnado en la tierra es conquistar a este grupo de personas en la tierra que lo siguen a través del juicio y castigo). Si eres o no capaz de dar testimonio de haber sido conquistado, no solo depende de si puedes seguir hasta el final, sino, más importante aún, si a medida que experimentas cada paso de la obra de Dios, eres capaz de tener el verdadero entendimiento del castigo y del juicio de Dios, y de si realmente percibes toda esta obra. No serás capaz de salir del paso meramente siguiendo hasta el final. Debes ser capaz de rendirte voluntariamente durante cada instancia de castigo y juicio, debes ser capaz de entender verdaderamente cada paso de la obra que experimentes y debes ser capaz de alcanzar conocimiento y sumisión al carácter de Dios. Este es el testimonio definitivo de ser conquistado que se requiere que des. El testimonio de ser conquistado se refiere principalmente a tu conocimiento de la encarnación de Dios. Crucialmente, este paso del testimonio se refiere a la encarnación de Dios. No importa lo que hagas o digas ante la gente del mundo o ante los que ejercen el poder; lo que importa es, sobre todo, si eres capaz de someterte a todas las palabras que salen de la boca de Dios y toda Su obra. Por lo tanto, este paso del testimonio está dirigido a Satanás y a todos los enemigos de Dios; a los demonios y a los enemigos que no creen que Dios se convertirá en carne por segunda vez y que vendrá a hacer una obra aún mayor y, además, a los que no creen en el regreso de Dios a la carne. En otras palabras, está dirigido a todos los anticristos; es decir, a todos los enemigos que no creen en la encarnación de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (4)

El último paso del testimonio es si eres capaz o no de ser perfeccionado; es decir, habiendo comprendido todas las palabras habladas por la boca de Dios encarnado, llegas a poseer el conocimiento de Dios y estás seguro de Él, vives todas las palabras que salieron de Su boca, y alcanzas las condiciones que Dios te pide, el estilo de Pedro y la fe de Job, de tal manera que puedas someterte hasta la muerte, entregarte completamente a Él y que, en última instancia, logres una imagen de hombre que esté a la altura, lo que significa poseer la imagen de una persona que ha sido conquistada y perfeccionada después de experimentar el juicio y castigo de Dios. Este es el testimonio definitivo, es el testimonio que debe dar alguien que finalmente ha sido perfeccionado. Estos son los dos pasos del testimonio que se deben dar y que están interrelacionados; cada uno de ellos es indispensable. Pero hay una cosa que debes saber: el testimonio que Yo te pido hoy no está dirigido a la gente del mundo ni a ningún individuo, sino a lo que te pido. Se mide por si eres capaz de satisfacerme, y si eres capaz de cumplir completamente con los estándares de Mis requerimientos de cada uno de vosotros. Esto es lo que debéis entender.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (4)

Pasar por las pruebas de Job es pasar también por las pruebas de Pedro. Cuando Job fue probado, se mantuvo firme en el testimonio, y al final Jehová se reveló a él. Sólo después de mantenerse firme en el testimonio fue digno de ver el rostro de Dios. ¿Por qué se dice: “Me oculto de la tierra de inmundicia, pero Me muestro al reino santo”? Eso significa que sólo cuando eres santo y te mantienes firme en el testimonio, puedes ser digno de ver el rostro de Dios. Si no puedes ser testigo de Él, no eres digno de ver Su rostro. Si te retiras o te quejas contra Dios frente a los refinamientos fallas en ser testigo de Él y eres el hazmerreír de Satanás, no obtendrás la aparición de Dios. Si eres como Job, quien en medio de las pruebas maldijo su propia carne, no se quejó contra Dios y fue capaz de detestar su propia carne sin quejarse ni pecar por medio de sus palabras, eso es mantenerse firme en el testimonio. Cuando pasas por refinamientos hasta un cierto grado y puedes seguir siendo como Job, totalmente sumiso delante de Dios y sin otras exigencias de Él y sin tus propias nociones, Dios se te aparecerá. Ahora Él no se te aparece porque tienes muchas nociones propias, prejuicios personales, pensamientos egoístas, exigencias individuales e intereses carnales, y no eres digno de ver Su rostro. Si vieses a Dios, lo medirías mediante tus propias nociones y, al hacerlo, lo estarías clavando en la cruz. Si te sobrevienen muchas cosas no alineadas con tus nociones, pero eres capaz de dejarlas a un lado y de conocer las acciones de Dios a partir de ellas, y si en medio de los refinamientos revelas tu corazón amante de Dios, eso es ser testigo.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento

La fe, la sumisión y el testimonio de Job de su victoria sobre Satanás han sido una fuente de inmensa ayuda y aliento para los seres humanos. En Job ven esperanza para su propia salvación, y perciben que a través de la fe, la sumisión y el temor de Dios es totalmente posible derrotar a Satanás, y prevalecer sobre él. Ven que mientras se sometan a la soberanía y las disposiciones de Dios, y siempre que posean la determinación y la fe para no abandonarle después de haberlo perdido todo, pueden acarrear vergüenza y derrotar sobre Satanás, y que sólo necesitan poseer la determinación y la perseverancia de mantenerse firmes en su testimonio —aunque esto signifique perder su vida— para que este se acobarde y se retire apresuradamente. El testimonio de Job es una advertencia para las generaciones posteriores, y les indica que si no derrotan a Satanás, nunca podrán librarse de sus acusaciones y perturbaciones ni podrán escapar jamás de sus abusos y ataques. El testimonio de Job ha esclarecido a las generaciones posteriores. Este esclarecimiento enseña a las personas que solo siendo perfectas y rectas serán capaces de temer a Dios y apartarse del mal; les enseña que sólo temiendo a Dios y apartándose del mal pueden dar un testimonio fuerte y resonante de Dios; sólo si dan un testimonio fuerte y resonante de Dios, nunca más podrán ser controladas por Satanás y vivir bajo la dirección y protección de Dios, y sólo entonces serán verdaderamente salvas. Todos los que procuran la salvación deberían emular la personalidad de Job y la búsqueda de su vida. Lo que él vivió durante toda su vida y su conducta en medio de sus pruebas es un preciado tesoro para todos los que buscan el camino de temer a Dios y apartarse del mal.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II

Si deseas ser capaz de mantenerte firme en el futuro, satisfacer mejor a Dios y seguirle hasta el final, hoy debes edificar un fundamento sólido. Debes satisfacer a Dios poniendo en práctica la verdad en todas las cosas y debes ser consciente de Su voluntad. Si practicas siempre de esta forma, habrá un fundamento en ti, y Dios inspirará en ti un corazón que le ame y te dará fe. Un día, cuando una prueba te sobrevenga realmente, es posible que puedas sufrir algo de dolor y que te sientas agraviado hasta cierto punto y que sufras una pena devastadora, como si hubieras muerto; sin embargo, tu corazón amante de Dios no cambiará y pasará a ser incluso más profundo. Esas son las bendiciones de Dios. Si hoy eres capaz de aceptar todo lo que Él dice y hace, con un corazón sumiso, Él te bendecirá sin duda, y por tanto serás alguien bendecido por Dios, que recibe Su promesa. Si hoy no practicas, cuando un día te sobrevengan las pruebas, no tendrás fe ni un corazón amoroso y, en ese momento, la prueba se convertirá en tentación; te sumergirás en la tentación de Satanás y no tendrás forma de escapar. Hoy puedes ser capaz de mantenerte firme de frente a una pequeña prueba, pero no podrás hacerlo necesariamente cuando, algún día, estés frente a una prueba mayor. Algunas personas son engreídas y se creen ya casi perfectas. Si no profundizas más en esos momentos y permaneces complaciente, estarás en peligro. Hoy, Dios no hace la obra de las pruebas mayores; y se diría que todo parece ir bien, pero cuando Él te pruebe, descubrirás que eres demasiado deficiente, porque tu estatura es demasiado pequeña y eres incapaz de soportar grandes pruebas. Si sigues siendo como eres y te encuentras en un estado de inercia, entonces, cuando lleguen las pruebas, caerás. Deberíais considerar a menudo cuán pequeña es vuestra estatura; solo así progresaréis. Si solo ves que tu estatura es demasiado pequeña durante las pruebas, que tu fuerza de voluntad es muy débil, que hay muy poca realidad dentro de ti y que no eres adecuado para la voluntad de Dios; si solo eres consciente de estas cosas en ese momento, será demasiado tarde.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo amar a Dios es realmente creer en Él

Si no tienes las palabras de Dios como tu realidad, no tienes estatura real. Cuando llegue el momento de ser probado, con certeza, caerás, y entonces tu verdadera estatura se mostrará. Pero cuando les sobrevengan las pruebas, aquellos que buscan regularmente entrar en la realidad llegarán a entender el propósito de la obra de Dios. Aquel que posee conciencia y tiene sed de Dios debe emprender acciones prácticas para retribuir a Dios por Su amor. Los que no poseen realidad no pueden mantenerse firmes ni siquiera frente a las cosas más triviales. Tal es la diferencia entre los que tienen una estatura real y los que no la tienen. ¿Por qué es que, aunque ambos comen y beben las palabras de Dios, algunos son capaces de mantenerse firmes en medio de las pruebas, mientras que otros huyen? La diferencia obvia es que algunos carecen de estatura real; no tienen las palabras de Dios que les sirvan como su realidad y Sus palabras no han echado raíces dentro de ellos. Tan pronto como son puestos a prueba, llegan al final de su senda. ¿Por qué, entonces, algunos pueden mantenerse firmes en medio de las pruebas? Es porque comprenden la verdad y tienen una visión y entienden la voluntad de Dios y Sus exigencias y, así, pueden permanecer firmes durante las pruebas. Esto es verdadera estatura y esto es, también, la vida. Algunos pueden también leer las palabras de Dios, pero no las ponen en práctica ni las toman en serio; quienes no las toman en serio no le dan importancia a la práctica. Los que no tienen las palabras de Dios para que les sirvan como su realidad no tienen estatura real, y esas personas no pueden mantenerse firmes en las pruebas.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La Era del Reino es la Era de la Palabra

Como crees en Dios, debes entregar tu corazón ante Dios. Si ofreces y pones tu corazón ante Dios, entonces durante el refinamiento va a ser imposible que niegues o dejes a Dios. De esta manera, tu relación con Él se volverá todavía más cercana y normal y tu comunión con Dios se hará aún más frecuente. Si siempre practicas de esta manera, entonces vas a pasar más tiempo a la luz de Dios y bajo la guía de Sus palabras. También habrá cada vez más cambios en tu carácter y tu conocimiento aumentará día tras día. Cuando llegue el día en que las pruebas de Dios de repente caigan sobre ti, no solo podrás permanecer al lado de Dios sino que también podrás dar testimonio de Él. En ese momento vas a ser como Job y como Pedro. Después de haber dado testimonio de Dios, en verdad lo vas a amar y con gusto vas a dar tu vida por Él; vas a ser testigo de Dios y alguien a quien Él ama. El amor que ha experimentado el refinamiento es fuerte, no débil. Independientemente de cuándo o cómo Dios te exponga a Sus pruebas, puedes abandonar tu preocupación por si vives o mueres, con gusto desechar todo por Dios y aguantarlo todo felizmente por Él; así, tu amor será puro y tu fe tendrá realidad. Solo entonces serás alguien a quien Dios ama realmente y a quien de verdad Él ha hecho perfecto.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo experimentando el refinamiento puede el hombre poseer el verdadero amor

Cuando las personas atraviesan pruebas, es normal que sean débiles, internamente negativas o que carezcan de claridad sobre la voluntad de Dios o sobre la senda en la que practicar. Pero en cualquier caso, como Job, debes tener fe en la obra de Dios, y no negarlo. Aunque Job era débil y maldijo el día de su propio nacimiento, no negó que Jehová le concedió todas las cosas en la vida humana, y que también es Él quien las quita. Independientemente de cómo fue probado, él mantuvo esta creencia. En tu experiencia, da igual cuál sea el tipo de refinamiento al que te sometas mediante las palabras de Dios, lo que Él exige de la humanidad, en pocas palabras, es su fe y su corazón amante de Dios. Lo que Dios perfecciona al obrar de esa manera es la fe, el amor y las aspiraciones de las personas. Dios realiza la obra de perfección en la gente y ellos no pueden verla ni sentirla; es en tales circunstancias en las que se requiere tu fe. Se exige la fe de las personas cuando algo no puede verse a simple vista, cuando no puedes abandonar tus propias nociones. Cuando no tienes clara la obra de Dios, lo que se requiere es tu fe y que adoptes una posición firme y mantengas el testimonio. Cuando Job alcanzó este punto, Dios se le apareció y le habló. Es decir, sólo podrás ver a Dios desde el interior de tu fe. Cuando tengas fe, Dios te perfeccionará. Si no tienes fe, Él no puede hacerlo. Dios te concederá cualquier cosa que esperes obtener. Si no tienes fe, Dios no puede perfeccionarte y serás incapaz de ver Sus acciones, y menos aún Su omnipotencia. Cuando tengas una fe con la que puedas ver Sus acciones en tu experiencia práctica, entonces Dios aparecerá ante ti, y te esclarecerá y te guiará desde dentro. Sin esa fe, Dios no podrá hacer esto. Si has perdido la esperanza en Dios, ¿cómo podrás experimentar Su obra? Por tanto, sólo cuando tengas fe y no albergues dudas hacia Dios, cuando tu fe en Él sea verdadera, haga lo que haga, Él te esclarecerá e iluminará en tus experiencias, y sólo entonces podrás ver Sus acciones. Todas estas cosas se consiguen por medio de la fe. La fe sólo llega mediante el refinamiento, y en ausencia de refinamiento, la fe no puede desarrollarse. ¿A qué se refiere la fe? La fe es la creencia genuina y el corazón sincero que los humanos deberían poseer cuando no pueden ver ni tocar algo, cuando la obra de Dios no está en línea con las nociones humanas, cuando está más allá del alcance humano. Esta es la fe de la que hablo. Las personas necesitan fe durante los momentos de dificultad y de refinamiento, y la fe es algo que va seguido del refinamiento. El refinamiento y la fe no pueden separarse. No importa cómo obre Dios y tampoco importa tu entorno, eres capaz de buscar la vida y la verdad, de buscar el conocimiento de la obra de Dios, de poseer un entendimiento de Sus acciones y eres capaz de actuar según la verdad. Hacer esto es tener fe verdadera, y hacer esto muestra que no has perdido la fe en Dios. Solo puedes tener auténtica fe en Dios si eres capaz de insistir en buscar la verdad a través del refinamiento, si eres capaz de amar verdaderamente a Dios y no desarrollas dudas sobre Él; si independientemente de lo que Él haga, sigues practicando la verdad para satisfacerlo y si eres capaz de buscar Su voluntad en lo profundo y de ser considerado con ella. En el pasado, cuando Dios dijo que reinarías como un rey, lo amabas, y cuando Él se mostró abiertamente a ti, lo buscaste. Pero, ahora, Dios está oculto; no puedes verlo, y los sufrimientos han venido sobre ti. En este momento, ¿pierdes ahora la esperanza en Dios? Así pues, debes buscar la vida en todo momento y satisfacer la voluntad de Dios. Esto se llama fe genuina, y es el tipo de amor más verdadero y hermoso.

Solía ocurrir que las personas tomaban todas sus determinaciones delante de Dios y decían: “No importa quién no ama a Dios; yo debo amarlo”. Pero ahora, te enfrentas al refinamiento. No está en línea con tus nociones, por lo que pierdes la fe en Dios. ¿Es esto amor genuino? Has leído muchas veces sobre los hechos de Job; ¿te has olvidado de ellos? El amor verdadero sólo puede tomar forma desde el interior de la fe. Desarrollas un amor real por Dios a través de tus refinamientos, en tus experiencias reales tienes en cuenta la voluntad de Dios a través de tu fe, y por medio de ella, te rebelas contra tu propia carne y buscas la vida; esto es lo que deberían hacer las personas. Si haces esto serás capaz de ver las acciones de Dios, pero si careces de fe no serás capaz de hacerlo ni de experimentar Su obra. Si quieres que Dios te use y te perfeccione, debes poseerlo todo: la voluntad de sufrir, la fe, la paciencia, la sumisión, así como la capacidad de experimentar la obra de Dios, de captar Sus intenciones, ser considerado con Su pesar, y más. Perfeccionar a una persona no es fácil, y cada refinamiento que experimentas requiere de tu fe y de tu amor. Si quieres ser perfeccionado por Dios, no basta con simplemente apresurarse por el camino y tampoco basta con solamente esforzarse por Dios. Debes poseer muchas cosas para ser capaz de convertirte en alguien perfeccionado por Dios. Cuando te enfrentes a sufrimientos debes ser capaz de no considerar la carne ni quejarte contra Dios. Cuando Él se esconde de ti, debes ser capaz de tener la fe para seguirlo, de mantener tu amor anterior sin permitir que flaquee o desaparezca. Independientemente de lo que Dios haga, debes someterte a Su designio, y estar más dispuesto a maldecir tu propia carne que a quejarte contra Él. Cuando te enfrentas a pruebas, debes satisfacer a Dios, a pesar de cualquier reticencia a deshacerte de algo que amas o del llanto amargo. Sólo esto es amor y fe verdaderos. Independientemente de cuál sea tu estatura real, debes poseer primero la voluntad de sufrir dificultades, una fe verdadera y tener la voluntad de rebelarte contra la carne. Deberías estar dispuesto a soportar las dificultades personales y sufrir pérdidas en tus intereses personales con el fin de satisfacer la voluntad de Dios. Debes ser capaz de sentir arrepentimiento en tu corazón. En el pasado no fuiste capaz de satisfacer a Dios, y ahora, puedes arrepentirte. Ni una sola de estas cosas puede faltar y Dios te perfeccionará a través de ellas. Si careces de estas condiciones, no puedes ser perfeccionado.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento

En cada paso de la obra que Dios hace en las personas, externamente parece que se producen interacciones entre ellas, como nacidas de disposiciones humanas o de la perturbación humana. Sin embargo, detrás de bambalinas, cada etapa de la obra y todo lo que acontece es una apuesta hecha por Satanás ante Dios y exige que las personas se mantengan firmes en su testimonio de Dios. Mira cuando Job fue probado, por ejemplo: detrás de escena, Satanás estaba haciendo una apuesta con Dios, y lo que aconteció a Job fue obra de los hombres y la perturbación de estos. Detrás de cada paso de la obra que Dios hace en vosotros está la apuesta de Satanás con Él, detrás de todo ello hay una batalla. Por ejemplo, si tienes prejuicios hacia los hermanos y hermanas, tendrás palabras que querrás decir —palabras que sientes que pueden ser desagradables para Dios—, pero que, si no las dices, te producirán una incomodidad interna y, en ese momento, una batalla se desatará dentro de ti: “¿Hablo o no hablo?”. Esa es la batalla. Por tanto, en todo aquello con lo que te encuentres hay una batalla, y cuando se produce una en tu interior, gracias a tu cooperación y tus sufrimientos reales, Dios obra en ti. En última instancia, eres capaz de poner el asunto a un lado dentro de ti y el enojo se extingue de forma natural. Ese es el efecto de tu cooperación con Dios. Todo lo que las personas hacen exige un determinado precio en sus esfuerzos. Sin dificultades reales no pueden satisfacer a Dios; ni siquiera se acercan a ello, ¡y solo están repitiendo eslóganes vacíos! ¿Pueden estos eslóganes vacíos satisfacer a Dios? Cuando Él y Satanás luchan en el ámbito espiritual, ¿cómo deberías satisfacer a Dios? Y ¿cómo deberías mantenerte firme en el testimonio de Él? Deberías saber que todo lo que te ocurre es una gran prueba y es el momento en que Dios necesita que des testimonio. Aunque parezcan no ser importantes desde fuera, cuando estas cosas ocurren muestran si amas o no a Dios. Si lo haces, serás capaz de mantenerte firme en tu testimonio de Él y, si no has puesto en práctica el amor a Dios, esto muestra que no eres alguien que pone en práctica la verdad, que no tienes la verdad ni tienes la vida, ¡que eres cascarilla! Todo lo que acontece a las personas tiene lugar cuando Dios necesita que se mantengan firmes en el testimonio que dan de Él. Aunque, de momento, no te está ocurriendo nada importante y no estás dando un gran testimonio, cada detalle de tu vida diaria tiene relación con el testimonio de Dios. Si puedes obtener la admiración de los hermanos y hermanas, tus familiares y todos a tu alrededor; si un día llegan los incrédulos y admiran todo lo que haces y ven que todo lo que Dios hace es maravilloso, habrás dado testimonio. Aunque no tienes percepción y tu calibre es pobre, por medio de tu perfeccionamiento por parte de Dios puedes satisfacerlo y ser consciente de Su voluntad, lo cual muestra a otros la gran obra que Él ha hecho en personas del calibre más pobre. Cuando las personas llegan a conocer a Dios y se vuelven vencedores delante de Satanás y leales a Dios en gran medida, nadie tiene más agallas que este grupo de personas, y este es el más grande testimonio. Aunque eres incapaz de hacer una gran obra, puedes satisfacer a Dios. Otros no pueden poner a un lado sus nociones, pero tú sí; otros no pueden dar testimonio de Dios durante sus experiencias reales, pero tú puedes usar tu estatura y tus acciones reales para retribuirle por Su amor y dar un testimonio rotundo de Él. Sólo esto puede considerarse amar realmente a Dios. Si eres incapaz de esto, no darás testimonio entre tus familiares, entre los hermanos y hermanas ni ante las personas del mundo. Si no puedes dar testimonio ante Satanás, este se reirá de ti, se burlará de ti, te tratará como un juguete, te pondrá frecuentemente en ridículo, y te volverá loco. En el futuro, pueden sobrevenirte grandes pruebas; pero hoy, si amas a Dios con un corazón sincero e independientemente de cuán grandes sean las pruebas por delante, de lo que te acontezca, puedes mantenerte firme en tu testimonio, puedes satisfacer a Dios y después tu corazón será consolado y no tendrás miedo por muy grandes que sean las pruebas que te encuentres en el futuro. No podéis ver qué pasará en el futuro; solo podéis satisfacer a Dios durante las circunstancias presentes. Sois incapaces de hacer cualquier gran obra y deberíais centraros en satisfacer a Dios experimentando Sus palabras en la vida práctica y dando un testimonio sólido y rotundo que avergüence a Satanás. Aunque tu carne permanece insatisfecha y habrá sufrido, habrás satisfecho a Dios y avergonzado a Satanás. Si siempre practicas de esta forma, Dios abrirá una senda delante de ti. Cuando, un día, venga una gran prueba, otros caerán, pero seguirás siendo capaz de mantenerte firme: debido al precio que has pagado, Dios te protegerá de forma que puedas mantenerte firme y no caer. Si, por lo general, eres capaz de poner en práctica la verdad y satisfacer a Dios con un auténtico corazón amante de Él, Dios te protegerá sin duda durante las pruebas futuras. Aunque eres necio, de una estatura pequeña y un pobre calibre, Dios no te discriminará. Dependerá de que tus intenciones sean correctas. Hoy eres capaz de satisfacer a Dios y por ello estás atento al detalle más pequeño, satisfaces a Dios en todas las cosas, tienes un auténtico corazón amante de Dios, le entregas tu corazón sincero y, aunque existen algunas cosas que no puedes entender, puedes venir ante Él para rectificar tus intenciones y buscar Su voluntad; haces todo lo necesario para satisfacerle. Quizá los hermanos y hermanas te abandonarán, pero tu corazón será satisfactorio para Dios y no codiciarás los placeres de la carne. Si siempre practicas de esta forma, estarás protegido cuando vengan sobre ti las grandes pruebas.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo amar a Dios es realmente creer en Él

Para que las personas experimenten la obra de Dios, deben entender primero Su obra actual y cómo debería colaborar la humanidad. De hecho, esto es algo que todos deberían entender. Independientemente de lo que Dios haga, se trate de refinamiento o, aunque no hable, ni un solo paso de Su obra está en línea con los conceptos de la humanidad. Cada paso de Su obra hace añicos y derrumba las nociones de las personas. Esta es Su obra. Pero debes creer que, como la obra de Dios ha alcanzado una determinada etapa, pase lo que pase Él no hará que toda la humanidad perezca. Él da promesas y bendiciones a la humanidad, y todos aquellos que lo buscan podrán obtener Sus bendiciones, mientras que Dios descartará a quienes no lo hagan. Esto depende de tu búsqueda. Pase lo que pase, debes creer que, cuando la obra de Dios haya concluido, cada persona tendrá un destino adecuado. Dios ha concedido hermosas aspiraciones a la humanidad, pero si las personas no las buscan, son inalcanzables. Deberías ser capaz de ver esto ahora: el refinamiento y el castigo de la gente por parte de Dios son Su obra; sin embargo, en el caso de las personas, ellas deben buscar en todo momento un cambio en el carácter. En tu experiencia práctica, debes saber primero cómo comer y beber las palabras de Dios; a partir de Sus palabras, debes averiguar en qué deberías entrar, cuáles son tus propias deficiencias, buscar la entrada en tu experiencia práctica y tomar la porción de las palabras de Dios que debería ponerse en práctica e intentar hacerlo. Comer y beber las palabras de Dios es un aspecto. Asimismo, la vida de la iglesia debe mantenerse, debes tener una vida espiritual normal, y ser capaz de entregar todos tus estados actuales a Dios. Independientemente de cómo cambie Su obra, tu vida espiritual debería mantenerse normal. Una vida espiritual puede mantener tu entrada normal. Al margen de lo que Dios haga, debes continuar tu vida espiritual sin interrupción y desempeñar tu deber. Esto es lo que las personas deberían hacer. Todo ello es la obra del Espíritu Santo, pero, mientras que para los que tienen una condición normal esto es la perfección, para los que tienen una condición anormal, es una prueba. En la etapa actual de la obra de refinamiento del Espíritu Santo, algunas personas dicen que la obra de Dios es muy extraordinaria y que las personas necesitan absolutamente el refinamiento, porque de otro modo su estatura será demasiado pequeña, y no tendrán forma de alcanzar la voluntad de Dios. Sin embargo, para los que no están en un buen estado, esto se convierte en una excusa para no buscar a Dios, para no asistir a las reuniones ni comer y beber la palabra de Dios. En la obra de Dios, no importa lo que Él haga o qué cambios efectúe, las personas deben mantener una vida espiritual normal básica. Quizás no hayas sido poco estricto en esta etapa actual de tu vida espiritual, pero sigues sin haber ganado mucho y no has recogido mucha cosecha. Bajo esta clase de circunstancias, aunque te ciñas a tu vida espiritual como si atuvieras a un precepto, igualmente debes hacerlo; debes ceñirte a este precepto para no sufrir pérdidas en tu vida y satisfacer la voluntad de Dios. Si tu vida espiritual es anormal, no puedes entender la obra actual de Dios y siempre sientes que es del todo incompatible con tus propias nociones y, aunque estás dispuesto a seguirlo, te falta el empuje interno. Así que, independientemente de lo que Dios esté haciendo en la actualidad, las personas deben cooperar. Si las personas no colaboran, el Espíritu Santo no puede realizar Su obra, y si las personas no tienen un corazón de cooperación, no pueden apenas ganar la obra del Espíritu Santo. Si quieres tener en ti la obra del Espíritu Santo, y obtener la aprobación de Dios, entonces debes mantener tu devoción original ante Él. Ahora, no es necesario que tengas un entendimiento más profundo, una teoría más elevada, o cosas similares: lo único que se exige es que defiendas la palabra de Dios sobre el fundamento original. Si las personas no colaboran con Dios ni buscan una entrada más profunda, Dios les quitará todas las cosas que una vez tuvieron. En su interior, las personas siempre tienen ansias de comodidad y preferirían disfrutar de lo que tienen a mano. Quieren conseguir las promesas de Dios sin pagar precio alguno. Estos son los pensamientos extravagantes que alberga la humanidad. Ganar la vida sin pagar un precio; pero ¿ha sido algo tan fácil alguna vez? Cuando alguien cree en Dios y busca entrada en la vida y un cambio en su carácter debe pagar un precio y alcanzar un estado en el que siempre siga a Dios sin importar lo que Él haga. Esto es algo que las personas deben hacer. Incluso si se sigue todo esto como un precepto, uno debe atenerse a ello y, sin importar lo grandes que sean las pruebas, no se puede abandonar la relación normal con Dios. Se debe poder orar, mantener la vida de la iglesia y nunca dejar a los hermanos y hermanas. Cuando Dios te prueba, debes seguir buscando la verdad. Esto es el requisito mínimo para una vida espiritual. Que las personas deseen siempre buscar y luchar por cooperar con todas sus fuerzas ¿es algo que se puede hacer?

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios

Sea cual sea la prueba que te sobrevenga, debes considerarla una carga que te da Dios. Digamos que algunas personas padecen graves enfermedades y un sufrimiento insoportable; algunas incluso se enfrentan a la muerte. ¿Cómo deberían plantearse esta situación? En muchos casos, las pruebas de Dios son cargas que les da a las personas. Por muy grande que sea la carga que Dios te haya dado, ese es el peso que debes asumir, pues Dios te comprende y sabe que podrás soportarlo. La carga que Dios te ha dado no superará tu estatura ni los límites de tu resistencia, por lo que no hay duda de que podrás soportarla. Sea cual sea el tipo de carga, la clase de prueba, que Dios te dé, recuerda: tanto si comprendes la voluntad de Dios como si no, recibas o no esclarecimiento e iluminación del Espíritu Santo después de orar, tanto si esta prueba es que Dios te está disciplinando como si te está advirtiendo, da igual que no lo entiendas. Mientras no te demores en cumplir con tu deber y seas capaz de atenerte fielmente a él, Dios estará satisfecho y te mantendrás firme en el testimonio. En vista de que padecen una enfermedad grave y van a morir, algunos piensan para sí: “Empecé a creer en Dios para evitar la muerte, pero resulta que, incluso después de cumplir con el deber todos estos años, Él va a permitir que muera. Debería seguir adelante con mis asuntos, hacer las cosas que siempre he querido hacer y disfrutar de las cosas de las que no he disfrutado en esta vida. No puedo postergar mi deber”. ¿Qué actitud es esta? Has cumplido con el deber todos estos años, has escuchado todos estos sermones y, pese a ello, no has comprendido la verdad. Una prueba te derriba, te pone de rodillas y te deja al descubierto. ¿Son esas personas dignas del cuidado de Dios? (No son dignas). No tienen lealtad alguna. Entonces, ¿cómo se conoce el deber que han llevado a cabo todos estos años? Se conoce como “prestación de servicio” y no han hecho sino esforzarse. Si, en tu fe en Dios y tu búsqueda de la verdad, eres capaz de decir: “Ante cualquier enfermedad o acontecimiento desagradable que Dios permita que me suceda, haga Dios lo que haga, debo obedecer y mantenerme en mi sitio como un ser creado. Ante todo, he de poner en práctica este aspecto de la verdad, la obediencia, debo aplicarlo y vivir la realidad de la obediencia a Dios. Además, no debo dejar de lado la comisión de Dios para mí ni el deber que he de llevar a cabo. Debo cumplir con el deber hasta mi último aliento”, ¿esto no es dar testimonio? Con esta determinación y este estado, ¿puedes quejarte igualmente de Dios? No. En ese momento vas a pensar para tus adentros: “Dios me da este aliento, me ha provisto y protegido todos estos años, me ha quitado mucho dolor, me ha otorgado abundante gracia y muchas verdades. He comprendido verdades y misterios que la gente de varias generaciones no ha comprendido. ¡He recibido tanto de Dios que debo corresponderlo! Antes tenía muy poca estatura, no entendía nada y todo lo que hacía hería a Dios. Puede que más adelante no tenga otra oportunidad de corresponder a Dios. Me quede el tiempo de vida que me quede, debo ofrecer a Dios la poca fuerza que tengo y hacer lo que pueda por Él para que vea que todos estos años en que me ha provisto no han sido en vano, sino que han dado fruto. Quiero reconfortar a Dios y no herirlo ni decepcionarlo más”. ¿Qué te parece pensar así? No pienses en cómo salvarte o escapar, en plan: “¿Cuándo se curará esta enfermedad? Cuando se cure, haré todo lo posible por cumplir con el deber y ser devoto. ¿Cómo puedo ser devoto estando enfermo? ¿Cómo puedo cumplir con el deber de un ser creado?”. Mientras te quede aliento, ¿no puedes cumplir con el deber? Mientras te quede aliento, ¿eres capaz de no avergonzar a Dios? Mientras te quede aliento, mientras tengas la mente lúcida, ¿eres capaz de no quejarte de Dios? (Sí). Es fácil decir “sí” ahora, pero no será tan fácil cuando te suceda realmente. Por eso debéis buscar la verdad, esforzaros con ella a menudo y pasar más tiempo reflexionando: “¿Cómo puedo satisfacer la voluntad de Dios? ¿Cómo puedo corresponder Su amor? ¿Cómo puedo cumplir con el deber de un ser creado?”. ¿Qué es un ser creado? ¿Es escuchar las palabras de Dios la única responsabilidad de un ser creado? No; lo es vivir las palabras de Dios. Dios te ha otorgado gran parte de la verdad, del camino y de la vida para que puedas vivir estas cosas y dar testimonio de Él. Eso ha de hacer un ser creado, y es tu responsabilidad y obligación.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El único camino posible es la lectura frecuente de las palabras de Dios y la contemplación de la verdad

En cada etapa de la obra de Dios, las personas deben colaborar de una manera. Dios refina a las personas para que tengan confianza mientras se someten a los refinamientos. Dios perfecciona a las personas para que tengan confianza para ser perfeccionadas por Dios y estén dispuestas a aceptar Sus refinamientos y que Él las pode. El Espíritu de Dios obra en las personas para aportarles esclarecimiento e iluminación, y para que ellas cooperen con Él y practiquen. Dios no habla durante los refinamientos. Él no emite Su voz, pero, aun así, existe la obra que las personas deberían llevar a cabo. Deberías respaldar lo que siempre respaldas, seguir siendo capaz de orar a Dios, estar cerca de Él, y mantenerte firme en el testimonio ante Él; de esta forma cumplirás con tu propio deber. Todos vosotros deberíais ver claramente, en la obra de Dios, que Sus pruebas de la confianza y del amor de las personas exigen que estas oren más a Dios, y que saboreen Sus palabras ante Él con mayor frecuencia. Si Dios te esclarece y hace que entiendas Su voluntad, pero no pones nada de esto en práctica, no ganarás nada. Cuando se ponen en práctica las palabras de Dios, se sigue siendo capaz de orar a Él; y cuando se saborean Sus palabras, se debe ir y buscar ante Él y estar lleno de confianza en Él, sin ningún rastro de desaliento ni frialdad. Quienes no ponen en práctica las palabras de Dios están llenos de energía durante las reuniones, pero caen en las tinieblas cuando vuelven a casa. Algunas personas ni siquiera quieren reunirse. Así pues, debes ver con claridad qué deber deben desempeñar las personas. Tal vez no sepas cuál es realmente la voluntad de Dios, pero puedes cumplir con tu deber, orar, practicar la verdad cuando deberías hacerlo, y hacer lo que las personas deberían hacer. Puedes mantener tu visión original. De esta forma, serás más capaz de aceptar el siguiente paso de la obra de Dios. Cuando Dios obra de manera oculta, es un problema si no buscas. Cuando Él habla y predica durante las reuniones, escuchas con entusiasmo; pero cuando Él no habla, te falta energía y te retiras. ¿Qué clase de persona actúa de esta manera? Alguien que sencillamente sigue al rebaño. ¡No tiene postura, testimonio ni visión! La mayoría de las personas son así. Si sigues adelante de esa forma, un día, cuando te enfrentes a una gran prueba, caerás en el castigo. Tener una postura es muy importante en el proceso de perfeccionamiento de Dios a las personas. Si no dudas de un solo paso siquiera de la obra de Dios, si cumples con el deber del hombre, si respetas sinceramente lo que Él te hace poner en práctica, es decir, recuerdas las exhortaciones de Dios, y no las olvidas, independientemente de lo que Él haga en el presente, si no tienes dudas respecto a Su obra, mantienes tu propia postura, defiendes tu testimonio y sales victorioso de cada paso del camino, entonces, al final, serás perfeccionado por Dios, quien te convertirá en vencedor. Si eres capaz de mantenerte firme a través de cada paso de las pruebas de Dios, y puedes mantenerte firme hasta el final, entonces eres es un vencedor, alguien que ha sido perfeccionado por Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Debes mantener tu lealtad a Dios

Cuando Dios lo estaba castigando, Pedro oró: “¡Oh, Dios! Mi carne es rebelde y Tú me castigas y me juzgas. Me regocijo en Tu castigo y en Tu juicio, e incluso si no me quieres, en Tu juicio contemplo Tu justo y santo carácter. Cuando me juzgas para que los demás puedan contemplar Tu carácter justo en Tu juicio, me siento contento. Si puede expresar Tu carácter y permitir que Tu carácter justo sea visto por todos los seres creados, y si puede hacer que mi amor por Ti sea más puro, que yo pueda lograr la semejanza de alguien que es justo, entonces Tu juicio es bueno, porque así es Tu voluntad misericordiosa. Sé que todavía hay mucha rebeldía en mí y que todavía no soy digno de venir ante Ti. Quiero que me juzgues aún más, ya sea a través de un ambiente hostil o de grandes tribulaciones; no importa qué haces, para mí es precioso. Tu amor es tan profundo y estoy dispuesto a ponerme a merced Tuya sin la más mínima queja”. Este es el conocimiento que Pedro tiene después de haber experimentado la obra de Dios y también es un testimonio de su amor por Dios. […] Cerca del final de su vida, después de haber sido perfeccionado, Pedro dijo: “¡Oh, Dios! Si viviera unos cuantos años, me gustaría alcanzar un amor más puro y más profundo por Ti”. Cuando estaba a punto de ser clavado en la cruz, en su corazón oró: “¡Oh, Dios! Tu tiempo ha llegado ahora; el tiempo que Tú preparaste para mí ha llegado. Debo ser crucificado por Ti, debo dar testimonio de Ti y espero que mi amor pueda satisfacer Tus exigencias y que se pueda hacer más puro. Para mí, poder morir por Ti hoy y ser clavado en la cruz por Ti, es reconfortante y tranquilizador, porque nada me es más grato que poder ser crucificado por Ti y satisfacer Tus deseos, y poder darme a Ti, poder ofrecerte mi vida. ¡Oh, Dios! ¡Eres tan amoroso! Si me permitieras vivir, estaría aún más dispuesto a amarte. Mientras esté vivo, te amaré. Quisiera amarte con mayor profundidad. Me juzgas y me castigas y me pruebas porque no soy justo, porque he pecado. Y Tu justo carácter se me hace más evidente. Esto es una bendición para mí porque puedo amarte con mayor profundidad y estoy dispuesto a amarte de esta manera incluso si Tú no me amaras. Estoy dispuesto a contemplar Tu justo carácter porque esto me capacita más para vivir una vida que tenga sentido. Siento que mi vida es ahora más significativa porque soy crucificado por Tu causa, y es valioso morir por Ti. Pero todavía no me siento satisfecho porque sé muy poco de Ti, sé que no puedo cumplir por completo Tus deseos y te he retribuido demasiado poco. En mi vida no he sido capaz de regresarte mi yo completo; estoy lejos de eso. Al mirar hoy hacia atrás, me siento tan en deuda contigo y solo tengo este momento para compensar todos mis errores y todo el amor que no te he retribuido”.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Hoy deberías saber cómo ser conquistado y cómo se comportan las personas después de haberlo sido. Puedes decir que has sido conquistado, pero ¿puedes someterte hasta la muerte? Debes ser capaz de seguir hasta el mismo final independientemente de si hay algunas perspectivas y no debes perder la fe en Dios independientemente del entorno. En última instancia, debes lograr dos aspectos del testimonio: el testimonio de Job —la sumisión hasta la muerte— y el testimonio de Pedro —el amor supremo a Dios—. Por un lado, debes ser como Job: él perdió todas sus posesiones materiales y estaba agobiado por el dolor de la carne, pero no abandonó el nombre de Jehová. Este fue el testimonio de Job. Pedro fue capaz de amar a Dios hasta la muerte. Cuando fue crucificado y enfrentó la muerte, siguió amando a Dios; no pensó en sus propias perspectivas ni tuvo esperanzas hermosas o pensamientos extravagantes, y sólo buscó amar a Dios y someterse a todas Sus disposiciones. Así es el estándar que debes lograr para que se considere que has dado testimonio y convertirte en una persona que ha sido perfeccionada tras su conquista.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (2)

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