26. Qué es la transformación del carácter

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

La transformación del carácter es la visión principal para quienes creen en Dios. Lograr esta transformación no es un asunto simple. Esto se debe a que Dios no salva a los seres humanos recién creados a quienes Satanás no ha corrompido, sino a un grupo de seres humanos profundamente corrompidos por él, llenos de ponzoñas y actitudes satánicas, que son justamente como Satanás y se resisten a Dios y se rebelan contra Él. Transformar el carácter corrupto de una persona es como curar a alguien que tiene cáncer. Se trata de un proceso complejo, ¿verdad? Requiere cirugía, quimioterapia a largo plazo y reexaminación tras un período. El proceso es verdaderamente complejo. Por lo tanto, no consideres la transformación del carácter como un asunto simple. No es el cambio de conducta o personalidad que la gente imagina. No es algo que las personas puedan conseguir solo porque quieren. En la transformación del carácter, intervienen muchos procesos que se explican muy claramente en las palabras de Dios. De modo que, desde el primer día que llegas a creer en Dios, debes entender cómo Dios salva a las personas y el efecto que Él quiere lograr con ello. Si quieres perseguir la verdad y transformar el carácter, debes cambiar tus puntos de vista erróneos sobre la fe en Dios. Para creer en Dios, no hace falta que seas una persona educada, buena o que obedezca las leyes, ni que hagas muchas buenas obras para obtener la aprobación de otros. En el pasado, las personas pensaban que creer en Dios y aspirar a transformar el carácter significaba ser complaciente, tener externamente cierta semejanza humana, cultura, paciencia, o bien, demostrar algo de piedad y amor superficiales por otras personas, ayudar a los demás y dar limosna. En otras palabras, ser lo que se considera una buena persona en el contexto de las nociones y las figuraciones humanas. Todo el mundo tiene estas nociones y cosas en el corazón: es un aspecto de las ponzoñas satánicas. Antiguamente, nadie que creyera en Dios podía explicar claramente la cuestión de la transformación del carácter. No se estaba familiarizado con los asuntos de la fe; estos temas no eran algo que se entendiera de manera innata, que se pudiera comprender al cabo de unos años de creer en el cristianismo. Esto se debe a que Dios todavía no había llevado a cabo este aspecto de Su obra, ni había hablado sobre este aspecto de la verdad. Por esta razón, muchas personas, sobre la base de sus nociones y figuraciones, consideraron que la fe consistía en realizar algunos cambios en la conducta y las prácticas superficiales, y en modificar algunos de sus puntos de vista obviamente erróneos. Algunos incluso creyeron que tener fe era soportar grandes adversidades, no comer buenos alimentos o no vestirse con ropas lujosas. Al igual que las monjas católicas de los países occidentales en el pasado, que creían que la fe en Dios simplemente significaba soportar más adversidades y disfrutar de menos cosas buenas en la vida: dar dinero a los pobres, cuando tenían, o hacer más buenas obras y ayudar a los demás. A lo largo de toda la vida, hacían hincapié en el sufrimiento. No comían alimentos buenos ni lucían atuendos hermosos. Cuando morían, sus vestimentas apenas tenían algún valor. En las noticias, en todo el mundo, se habrá hablado de sus obras. ¿Qué significa esto? Que la gente piensa que solo este tipo de personas son buenas y virtuosas; que en el ámbito religioso se considera que únicamente ellas han hecho cosas y obras buenas, han experimentado una transformación y tienen verdaderamente convicción. Y, por lo tanto, todos podéis no ser ninguna excepción: tal vez también creéis que la fe en Dios debe significar ser una buena persona, alguien que no hace daño ni insulta a los demás, que no emplea un lenguaje soez ni comete malas acciones, y que la gente puede ver que en apariencia cree en Dios y puede glorificarlo. Es un estado mental de los que acaban de comenzar a creer en Dios. Creen que esto es una transformación del carácter, y que esta es la clase de persona que complace a Dios. ¿Es correcto este punto de vista? Solo quienes acaban de iniciarse en la fe tienen estos pensamientos tan ingenuos. Cuando uno ha entendido algunas verdades, esta manera de pensar no tarda en desaparecer. Por muy profundo que antes tuvierais arraigado este punto de vista en el corazón, todavía no habéis desvelado los errores y las desviaciones de dicha perspectiva. Por muchos años que hayas creído en Dios, estos puntos de vista erróneos no se han resuelto completamente. A partir de esto, queda claro que pocas personas entienden verdaderamente qué es la transformación del carácter, qué significa creer de verdad en Dios, cómo ser alguien real, y qué clase de persona complace a Dios o si Él la considera aceptable o quiere ganarla. Si no entiendes estas cosas, es que no has creado una base sólida en el camino verdadero. Estas nociones y figuraciones humanas, y estos pensamientos subjetivos, todavía dominan tu pensamiento y tus puntos de vista.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda de práctica para la transformación del carácter

¿Qué significa una transformación del carácter? Ocurre cuando, al experimentar la obra de Dios, una persona que ama la verdad acepta el juicio y castigo de Sus palabras y experimenta toda clase de sufrimiento y refinamiento. Tal persona es purificada de los venenos satánicos que tiene en su interior y se libera por completo de su carácter corrupto de modo que pueda someterse a las palabras de Dios y todas Sus orquestaciones y arreglos para nunca volver a rebelarse o resistirse a Él. Esto es una transformación del carácter. […] Una transformación en el carácter significa que, debido a que ama y puede aceptar la verdad, una persona llega a conocer finalmente su naturaleza, que es desobediente a Dios y se opone a Él. Comprende que el ser humano está muy profundamente corrupto, comprende la absurdez y la astucia del hombre y el estado empobrecido y lamentable de la humanidad, y acaba entendiendo la esencia naturaleza de esta. Sabiendo todo esto, se vuelve capaz de negarse a sí mismo y abandonarse por completo, de vivir de acuerdo con la palabra de Dios, y de practicar la verdad en todas las cosas. Se trata de alguien que conoce a Dios y cuyo carácter se ha transformado.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer la naturaleza del hombre

La transformación del carácter no es un cambio de conducta o personalidad, mucho menos un cambio con el cual la gente se vuelve más culta o ilustrada; Dios quiere cambiar los pensamientos y los puntos de vista de cada persona a través de Sus palabras, y capacitarla para que entienda la verdad, de modo que pueda transformar la manera de ver las cosas. Pero este es tan solo un aspecto; otro es cambiar los principios que forman la base del comportamiento de las personas, que es un cambio en su perspectiva sobre la vida; otro más es cambiar la naturaleza y el carácter satánicos profundamente enraizados que se revelan en la gente. En general, la transformación del carácter engloba estos tres aspectos.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda de práctica para la transformación del carácter

Una transformación en el carácter se refiere, principalmente, a la transformación en la naturaleza de una persona. Las cosas propias de la naturaleza de una persona no pueden percibirse mediante las conductas externas. Están directamente relacionadas con el valor y el significado de su existencia, con la perspectiva que tiene una persona sobre la vida y sus valores, están relacionadas con las cosas que se encuentran en lo profundo de su alma y con su esencia. Si una persona es incapaz de aceptar la verdad, no pasará por una transformación en estos aspectos. Solo al experimentar la obra de Dios, al entrar plenamente en la verdad, al cambiar sus valores y su perspectiva sobre la existencia y la vida, al alinear su punto de vista sobre las cosas con la palabra de Dios y al volverse capaz de someterse por completo a Él y serle leal, puede decirse que el carácter de alguien se ha transformado. Actualmente, puede parecer que haces cierto esfuerzo, puedes ser resiliente ante las dificultades mientras cumples con tu deber, puedes ser capaz de llevar a cabo los arreglos de la obra desde lo Alto o puedes ir dondequiera que se te pida que vayas. A simple vista, puede parecer que eres bastante obediente, pero cuando ocurre algo que no está de acuerdo con tus nociones, tu rebeldía sale a la luz. Por ejemplo, no te sometes a que te poden y te traten y eres aún menos sumiso cuando ocurre un desastre; incluso encuentras dentro de ti la forma de culpar a Dios. Por lo tanto, esa pizca de obediencia y de cambio en el exterior es solo un pequeño cambio en el comportamiento. Se da un poco de cambio, pero no es suficiente para contar como la transformación de tu carácter. Puedes ser capaz de recorrer muchas sendas, sufrir muchas penurias y soportar grandes humillaciones; puedes sentirte muy cerca de Dios, y el Espíritu Santo puede hacer alguna obra en ti. Sin embargo, cuando Dios te pide que hagas algo que no es conforme con tus nociones, es posible que no te sometas, sino que busques excusas, te rebeles y te resistas a Dios, y en momentos difíciles incluso le cuestiones y luches contra Él. Esto sería un problema grave. Mostraría que todavía tienes una naturaleza que se resiste a Dios, que no entiendes realmente la verdad, y que no has experimentado ningún cambio en tu carácter de vida. Después de haber sido descartadas o expulsadas, algunas personas aún tienen el valor de juzgar a Dios y decir que no es justo. Incluso discuten con Dios y contraatacan, difundiendo por todas partes sus nociones sobre Dios y su insatisfacción respecto a Él. Estas personas son demonios que se resisten a Dios. Las personas que tienen una naturaleza diabólica no cambiarán nunca y deben ser abandonadas. Solo aquellos que pueden buscar y aceptar la verdad en cada situación y someterse a la obra de Dios tienen la esperanza de obtener la verdad y lograr un cambio de carácter. En tus experiencias, debes aprender a discernir entre estados que exteriormente parecen normales. Puedes sollozar y llorar durante la oración, o sentir que tu corazón ama mucho a Dios y que está muy cerca de Él, pero estos estados son solo obra del Espíritu Santo y no significan que seas alguien que ama a Dios. Si puedes amar y obedecer a Dios incluso cuando el Espíritu Santo no está obrando y cuando Dios hace cosas que no concuerdan con tus propias nociones, solo entonces eres una persona que realmente ama a Dios. Solamente entonces eres una persona cuyo carácter de vida ha cambiado. Tan solo una persona así posee la realidad verdad.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Lo que se debe saber sobre cómo transformar el propio carácter

Si se transforma el carácter-vida de una persona, su perspectiva sobre la vida también lo hará sin duda. Al tener ahora diferentes valores, nunca más vivirá para sí misma y nunca volverá a creer en Dios con el propósito de obtener bendiciones. Tal persona podrá decir: “Conocer a Dios vale mucho la pena. Si muero después de haber conocido a Dios, ¡habrá sido maravilloso! Si puedo conocer a Dios, y someterme a Dios, podré vivir una vida con sentido y no habré vivido en vano, ni moriré con remordimientos; no tendré quejas”. La perspectiva de la vida de esta persona se ha transformado. La razón principal de un cambio en el carácter-vida de uno porque uno posee la realidad-verdad, uno ha obtenido la verdad, y tiene conocimiento de Dios; entonces, la perspectiva propia sobre la vida ha cambiado y los valores no son los mismos de antes. La transformación comienza desde el corazón de uno, y desde el interior de la propia vida; sin duda alguna, no es un cambio externo. Después de haber empezado a creer en Dios, algunos nuevos creyentes dejan atrás el mundo secular. Cuando después se encuentran con no creyentes, estos creyentes no tienen mucho que decir y rara vez contactan a sus familiares y amigos no creyentes. Los no creyentes dicen: “Esta persona ha cambiado”. Así que los creyentes piensan: “Mi carácter-vida se ha transformado; estos no creyentes dicen que he cambiado”. ¿Se ha transformado realmente el carácter de esa persona? No. Lo que manifiestan son solo cambios externos. No ha habido ningún cambio real en su vida y su naturaleza satánica sigue arraigada dentro de su corazón, completamente intacta. En ocasiones, el fervor se ha apoderado de las personas por la obra del Espíritu Santo; pueden tener lugar algunos cambios externos y pueden hacer algunas buenas obras. Sin embargo, esto no es lo mismo que lograr una transformación en el carácter. Si no posees la verdad y tu idea de las cosas no ha cambiado, hasta el punto de que no es diferente de la de los no creyentes, y si tu perspectiva sobre la vida y tus valores no se han alterado tampoco y ni siquiera tienes un corazón temeroso de Dios, que es lo mínimo que deberías poseer, entonces no podría estar más lejos de conseguir un cambio de carácter.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

El cambio en tu carácter que entendiste antes era que tú, que juzgas rápidamente, has dejado de hablar sin pensar a través de la disciplina de Dios; pero ese es solo un aspecto del cambio. Justo ahora, el punto más crítico es seguir la guía del Espíritu Santo: seguir lo que sea que Dios diga y someterse a lo que sea que Él diga. Las personas no pueden cambiar su propio carácter; deben someterse al juicio y castigo, y al sufrimiento y refinamiento de las palabras de Dios, o ser disciplinadas y podadas por Sus palabras. Solo entonces pueden lograr la sumisión y lealtad a Dios y dejar de ser indiferentes hacia Él. Es bajo el refinamiento de las palabras de Dios que el carácter de las personas cambia. Solo a través de la revelación, el juicio, la disciplina y la poda de Sus palabras ya no se atreverán a actuar precipitadamente, sino que se volverán calmadas y compuestas. El punto más importante es que puedan someterse a las palabras actuales de Dios, obedecer Su obra, e incluso si esto no coincide con las nociones humanas, que puedan hacer a un lado estas nociones y someterse por su propia voluntad. En el pasado, el discurso sobre el cambio de carácter se refería principalmente a ser capaz de rrebelarse contra uno mismo, permitir que la carne sufra, disciplinar el cuerpo y deshacerse de las preferencias carnales, que es un tipo de cambio de carácter. Hoy, todo el mundo sabe que la verdadera expresión de un cambio de carácter es someterse a las palabras actuales de Dios y conocer de verdad Su nueva obra. De esta manera, el conocimiento anterior de Dios por parte de las personas, influenciado por sus propias nociones, puede ser eliminado y pueden conseguir un verdadero conocimiento de Dios y sumisión a Él. Solo esta es una expresión genuina de un cambio de carácter.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado son los que han entrado a la realidad de las palabras de Dios

La transformación del carácter no se basa en cambios en los rituales o los preceptos, y mucho menos en el aspecto o el comportamiento externos, la personalidad o el temperamento. No se trata de transformar un temperamento lento en uno rápido, o viceversa, ni un introvertido en un extrovertido, ni un parlanchín en alguien taciturno. ¡Esta no es la manera, y queda muy lejos de los requisitos de Dios, muy distante! Cuando alguien comienza a creer en Dios, debido a que no entiende la verdad, siempre hace cosas según sus nociones y figuraciones. El resultado es que se desvía de la senda correcta y pierde varios años de su tiempo sin ganar nada real. En ese momento, no sabe que debería recorrer la senda de perseguir la verdad en la fe en Dios. En consecuencia, va a la deriva erróneamente durante varios años antes de darse cuenta de que lo más importante de creer en Dios es entender la verdad y entrar en la realidad para alcanzar la salvación, y de que este es el aspecto más crucial. Solo entonces entiende que la transformación del carácter de la que Dios habla no se refiere a cambios en la conducta externa, y que, por el contrario, Dios pide a las personas que se entiendan a sí mismas y a su propia esencia corrupta, que se esfuercen por encontrar la raíz de comprender la esencia-naturaleza del hombre y, entonces, se despojen de su carácter corrupto, pongan en práctica la verdad y sean capaces de someterse a Dios y adorarlo. Esto es lo que significa cambiar el carácter-vida.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La senda de práctica para la transformación del carácter

La transformación del carácter propio no es un cambio en la conducta, ni un cambio externo fingido, ni una entusiasta transformación temporal. Por muy buenos que sean estos cambios, no pueden sustituir a la transformación en el carácter de vida, ya que estos cambios externos pueden lograrse mediante el esfuerzo humano, pero la transformación en el carácter de vida no puede lograrse únicamente mediante el esfuerzo propio. Para lograrlo se requiere experimentar el juicio, el castigo, las pruebas y el refinamiento de Dios, así como la perfección del Espíritu Santo. Aunque las personas que creen en Dios muestran algún comportamiento bueno, ni una sola de ellas obedece y ama de verdad a Dios, ni puede hacer Su voluntad. ¿A qué se debe esto? La razón es que esto requiere una transformación en el carácter de vida, y un mero cambio en el comportamiento dista mucho de ser suficiente. Un cambio de carácter significa que tienes conocimiento y experiencia de la verdad, y que esta se ha convertido en tu vida, que puede dirigir y dominar tu vida y todo lo que te rodea. Esto es una transformación en tu carácter de vida. Solo las personas que poseen la verdad como vida son aquellas cuyo carácter ha cambiado. En el pasado, puede que hubiera algunas verdades que no pudieras poner en práctica cuando las comprendiste, pero ahora puedes practicar cualquier aspecto de la verdad que comprendas sin obstáculos ni dificultad. Cuando practicas la verdad, te sientes lleno de paz y felicidad, pero si no puedes practicar la verdad, sientes dolor y tu conciencia se ve perturbada. Puedes practicar la verdad en todo, vivir según las palabras de Dios y tener una base para vivir. Esto significa que has cambiado tu carácter. Ahora puedes dejar de lado fácilmente tus nociones e imaginaciones, tus preferencias y búsquedas carnales, y aquellas cosas que antes no podías abandonar. Sientes que las palabras de Dios son realmente buenas, y que practicar la verdad es lo mejor que puedes hacer. Esto significa que tu carácter ha cambiado. Un cambio de carácter parece muy sencillo, pero en realidad es un proceso que implica mucha experiencia. Durante este periodo, las personas necesitan soportar muchas dificultades, tienen que refrenar sus propios cuerpos y abandonar su carne, también necesitan sufrir el juicio, el castigo, la poda, el trato, las pruebas y el refinamiento, y además necesitan experimentar muchos fracasos, caídas, luchas internas y tormentos dentro de su corazón. Solo después de estas experiencias, las personas pueden tener cierta comprensión de su propia naturaleza, pero una cierta comprensión no produce de inmediato un cambio completo; tienen que pasar por un largo período de experiencia antes de al fin poder desprenderse poco a poco de sus actitudes corruptas.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Lo que se debe saber sobre cómo transformar el propio carácter

No es sencillo lograr la transformación del propio carácter; no supone simplemente algunos cambios de conducta, adquirir algo de conocimiento de la verdad, saber hablar algo sobre la experiencia propia con cada aspecto de la verdad ni hacer algunos cambios o volverse un poco obedientes después de haber sido disciplinados. Estas cosas no constituyen una transformación del carácter de vida. ¿Por qué digo esto? Aunque hayas cambiado un poco, sigues sin poner en auténtica práctica la verdad. Tal vez te comportas así porque te hallas temporalmente en un entorno adecuado y la situación lo permite, o porque tus circunstancias actuales te han apremiado. Además, cuando estás de buen humor, cuando tu estado es normal, y tienes la obra del Espíritu Santo, puedes practicar la verdad. Pero supongamos que estás en medio de una prueba, cuando estás sufriendo como Job en medio de tus pruebas, o bien te enfrentas a la prueba de la muerte. Cuando esto llegue, ¿seguirás siendo capaz de practicar la verdad y de mantenerte firme en el testimonio? ¿Puedes decir algo como lo que dijo Pedro: “Incluso si muriese después de conocerte, ¿cómo podría no hacerlo gustoso y feliz?”? ¿Qué valoraba Pedro? La obediencia, y el conocimiento de Dios era lo más importante para Pedro, por lo que fue capaz de obedecer hasta la muerte. La transformación en el carácter no se produce de la noche a la mañana; se necesita toda una vida de experiencia para lograrlo. Comprender la verdad es un poco más fácil, pero ser capaz de practicarla en diversos contextos es difícil. ¿Por qué la gente siempre tiene problemas para poner en práctica la verdad? De hecho, todas estas dificultades están directamente relacionadas con las actitudes corruptas de las personas, y todas ellas son obstáculos que provienen de las actitudes corruptas. Por lo tanto, tienes que sufrir mucho y pagar un precio para poder poner en práctica la verdad. Si no tuvieras actitudes corruptas, no tendrías que sufrir y pagar un precio para practicar la verdad. ¿Acaso no es un hecho evidente? A veces puede parecer que pones en práctica la verdad, pero, en realidad, la naturaleza de tus actos no lo demuestra. Al seguir a Dios, mucha gente es capaz de dejar de lado su familia y profesión y cumplir con el deber y, por tanto, cree estar practicando la verdad. Sin embargo, jamás son capaces de ofrecer un testimonio vivencial genuino. ¿Qué sucede aquí exactamente? Para evaluarlos según las nociones humanas, parecen estar practicando la verdad, pero Dios no reconoce que lo que están haciendo sea practicarla. Si las cosas que haces tienen detrás motivaciones personales y están adulteradas, entonces es probable que te desvíes de los principios, y no se puede decir que estás practicando la verdad; se trata solo de un tipo de conducta. En sentido estricto, es probable que Dios condene este tipo de conducta tuya; no la elogiará ni recordará. Para continuar analizando esto en su esencia y origen, eres alguien que hace el mal, y estas conductas externas tuyas constituyen una oposición a Dios. Visto desde fuera, no estás interrumpiendo ni perturbando nada y no has hecho ningún daño real. Parece ser lógico y razonable, pero, por dentro, existen intenciones y contaminantes humanos, y su esencia es la de hacer el mal y resistirse a Dios. Por lo tanto, deberías determinar si ha habido un cambio en tu carácter y si estás poniendo en práctica la verdad usando las palabras de Dios, y al ver los motivos que están detrás de tus acciones. No depende de si tus actos se adecúan a las imaginaciones y pensamientos humanos o se adaptan a tus gustos; esas cosas no son importantes. Más bien depende de que Dios diga si te estás ajustando o no a Su voluntad, si tus acciones poseen o no la realidad verdad y si cumplen o no con Sus requisitos y estándares. Medirse con los requisitos de Dios es lo único exacto. La transformación del carácter y la práctica de la verdad no son tan fáciles y sencillas como las personas imaginan. ¿Entendéis esto ahora? ¿Tenéis alguna experiencia con esto? Cuando se trata de la esencia de un problema, puede que no la entendáis; vuestra entrada ha sido excesivamente superficial. Corréis de acá para allá todo el día del amanecer al ocaso, os levantáis temprano y os acostáis tarde, pero ni habéis logrado la transformación de vuestro carácter de vida ni podéis captar lo que es dicha transformación de carácter. Esto significa que vuestra entrada es demasiado superficial, ¿no es cierto? Independientemente de cuánto tiempo llevéis creyendo en Dios, puede que no percibáis la esencia y las cosas profundas que tengan que ver con la transformación del carácter. ¿Puede decirse que tu carácter ha cambiado? ¿Cómo sabes si Dios te alaba o no? Como mínimo, te sentirás excepcionalmente firme en tu corazón con respecto a todo lo que haces, sentirás que el Espíritu Santo te guía, te esclarece, y obra en ti cuando cumples con tus deberes, cuando llevas a cabo cualquier obra en la casa de Dios, o en general; tu conducta va de la mano de las palabras de Dios, y cuando poseas cierto grado de experiencia, sentirás que lo que hiciste en el pasado era relativamente adecuado. Si después de ganar experiencia durante un período de tiempo sientes que algunas de las cosas que hiciste en el pasado no fueron adecuadas, si estás insatisfecho con ellas, y sientes que no concordaban con la verdad, esto demuestra que lo único que hiciste fue resistirte a Dios. Demuestra que tu servicio estuvo lleno de rebeldía, de resistencia y de conductas humanas, y que has fracasado por completo a la hora de lograr cambios en el carácter.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Lo que se debe saber sobre cómo transformar el propio carácter

Las actitudes son cosas que se revelan de la naturaleza propia, y un cambio de carácter significa que el carácter corrupto propio ha sido purificado y reemplazado con la verdad. Lo que entonces se revela no es un carácter corrupto, sino la manifestación de la humanidad normal. Después de que Satanás corrompiera al hombre, este se convirtió en la personificación de Satanás, en el tipo de cosa satánica que se resiste a Dios y es completamente capaz de traicionarle. ¿Por qué Dios exige que las personas cambien sus actitudes? Porque Dios quiere perfeccionar y ganar a las personas, hacer, finalmente, seres humanos que posean muchas de las realidades adicionales de conocer a Dios, y las realidades de todos los aspectos de la verdad. Las personas así están completamente de acuerdo con la voluntad de Dios. En el pasado, las personas tenían actitudes corruptas, y cometían errores o mostraban resistencia cuando hacían algo, pero ahora comprenden algunas verdades y pueden hacer muchas cosas que concuerdan con la voluntad de Dios. Sin embargo, esto no significa que la gente no traiciona a Dios. Aún pueden hacerlo. Una parte de lo que surge de su naturaleza se puede cambiar, y la parte que puede cambiar es la parte en que las personas son capaces de practicar de acuerdo con la verdad. Pero solo porque ahora puedas poner en práctica la verdad no significa que tu naturaleza haya cambiado. Es como cuando las personas solían tener nociones sobre Dios y exigencias hacia Él, y ahora, en muchos aspectos, ya no las tienen, pero tal vez aún tengan nociones o exigencias en algunas cuestiones, y siguen siendo capaces de traicionar a Dios. Podrías decir: “Puedo someterme a lo que sea que Dios haga y obedecer en muchas cuestiones sin quejas y sin exigencias”, pero aún puedes traicionar a Dios en algunas cuestiones. Aunque no te resistas a Dios a propósito, cuando no comprendes Su voluntad, puedes seguir yendo en contra de ella. Entonces, ¿a qué se refiere la parte que puede cambiar? Sencillamente a que cuando comprendes la voluntad de Dios, puedes obedecer, y cuando comprendes la verdad, puedes ponerla en práctica. Si no comprendes la verdad o la voluntad de Dios en algunas cuestiones, aún existe una posibilidad de que puedas revelar corrupción. Si comprendes la verdad, pero no la pones en práctica porque ciertas cosas te limitan, entonces, esto es una traición y es algo en tu naturaleza. Claro, no hay límite a cuánto puede cambiar tu carácter. Cuantas más verdades ganes, es decir, cuanto más profundo sea tu conocimiento de Dios, menos te resistirás a Él y le traicionarás. Buscar cambiar el carácter propio es algo que se logra, principalmente, buscando la verdad, y comprender la esencia naturaleza propia se logra a través de comprender la verdad. Cuando uno verdaderamente gane la verdad, todos sus problemas se resolverán.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Las personas le ponen demasiadas exigencias a Dios

Las personas que han experimentado un cambio en su carácter han comprendido la verdad, poseen discernimiento en todos los asuntos, saben cómo actuar de acuerdo con las intenciones de Dios, con los principios-verdad, cómo hacer para satisfacer a Dios, y entienden la naturaleza de la corrupción que revelan. Cuando sus propias ideas y nociones se manifiestan, son capaces de discernir y rebelarse contra la carne. Así es como se manifiesta un cambio en el carácter. La principal manifestación de la gente que ha experimentado un cambio en el carácter es que las personas han llegado a comprender claramente la verdad, y cuando llevan a cabo las cosas, ponen en práctica la verdad con relativa precisión y su corrupción no se revela tan a menudo. Generalmente, aquellos cuyo carácter ha cambiado parecen ser particularmente razonables y tener discernimiento y, debido a su entendimiento de la verdad, no revelan tanta santurronería ni arrogancia. Pueden desentrañar y discernir gran parte de la corrupción que se ha revelado en ellos, así que no dan pie a la arrogancia. Son capaces de tener una comprensión exacta de cuál es su lugar y qué cosas razonables hacer, de cómo ser diligentes, de qué decir y qué no decir, y de qué decir y qué hacer a qué personas. Así pues, las personas cuyo carácter ha cambiado son relativamente razonables y solo tales personas viven verdaderamente una semejanza humana. Al entender la verdad, pueden hablar y ver las cosas de acuerdo con la verdad, y se guían por principios en todo lo que hacen; no están sujetas a la influencia de ninguna persona, acontecimiento o cosa, y todas tienen su propio punto de vista y pueden mantener los principios-verdad. Su carácter es relativamente estable, no nadan entre dos aguas, e independientemente de las circunstancias en las que se encuentren, entienden cómo llevar a cabo su deber de manera adecuada y cómo comportarse para satisfacer a Dios. Aquellos cuyo carácter ha cambiado no están centrados en qué hacer externamente para que los demás piensen bien de ellos; han obtenido claridad interna respecto a qué hacer para satisfacer a Dios. Por tanto, desde fuera puede parecer que no son entusiastas o que no han hecho nada importante, pero todo lo que hacen tiene sentido, es valioso y da resultados prácticos. Aquellos cuyo carácter ha cambiado poseen sin duda muchas realidades-verdad y esto puede confirmarse por sus perspectivas sobre las cosas y sus principios de acción. Los que no han obtenido la verdad no han sufrido absolutamente ningún cambio en su carácter-vida. ¿Cómo se logra exactamente una transformación de carácter? Satanás ha corrompido profundamente a los seres humanos, todos se oponen a Dios, y todos tienen esa naturaleza de resistencia a Dios. Él salva a las personas convirtiendo a aquellos que tienen la naturaleza de resistencia a Dios y que pueden oponerse a Él en los que pueden someterse a Dios y temerle. Esto es lo que significa ser alguien cuyo carácter se ha transformado. No importa lo corrupta que sea una persona o cuántas actitudes corruptas posea, mientras pueda aceptar la verdad, aceptar el juicio y el castigo de Dios y aceptar varias pruebas y refinamientos, tendrá una verdadera comprensión de Dios, y al mismo tiempo será capaz de ver claramente su propia esencia-naturaleza. Cuando se conozcan verdaderamente a sí mismos, serán capaces de odiarse a ellos mismos y a Satanás, y estarán dispuestos a rebelarse contra Satanás y a someterse completamente a Dios. Una vez que una persona tenga esta determinación, podrá perseguirla verdad. Si las personas tienen un verdadero conocimiento de Dios, si su carácter satánico está purificado y las palabras de Dios se arraigan en ellas y se han convertido en su vida y en la base de su existencia, si viven según las palabras de Dios y han cambiado completamente y se han convertido en personas nuevas, entonces esto constituye una transformación en su carácter-vida. Un cambio en el carácter no significa tener una humanidad madura y experimentada, ni que las actitudes externas de las personas sean más dóciles que antes, que antes solían ser arrogantes, pero ahora se comunican razonablemente, o que no solían escuchar a nadie, pero ahora pueden escuchar a los demás un poco. No se puede decir que esos cambios externos sean transformaciones en el carácter. Por supuesto, las transformaciones en el carácter incluyen tales manifestaciones, pero el ingrediente clave es que su vida ha cambiado por dentro. Esto se debe enteramente a que las palabras de Dios y la verdad se han arraigado dentro de ellos, gobiernan en su interior y se han convertido en su vida. Su visión de las cosas también ha cambiado. Pueden calar directamente lo que sucede en el mundo y con la humanidad, cómo Satanás corrompe a la humanidad, cuál es la esencia del gran dragón rojo y cómo este se opone a Dios. Pueden odiar al gran dragón rojo y a Satanás en su corazón, y pueden volverse completamente hacia Dios y seguirlo. Esto significa que su carácter-vida ha cambiado, y Dios los ha ganado. Los cambios en el carácter-vida son fundamentales, mientras que los cambios en el comportamiento son superficiales. Solo aquellos que han logrado cambios en el carácter-vida son los que han obtenido la verdad, y solo ellos han sido ganados por Dios.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte

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