30. Por qué uno debe ser honesto para alcanzar la salvación
Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días
Mi reino necesita a los que son honestos; a los que no son hipócritas o astutos. ¿Acaso las personas sinceras y honestas no son impopulares en el mundo? Yo soy justo lo opuesto. Es aceptable que las personas honestas vengan a Mí; me deleito en esta clase de personas, y también necesito a esta clase de personas. Esto es precisamente Mi justicia.
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 33
Debéis saber que a Dios le gustan los que son honestos. En esencia, Dios es fiel, y por lo tanto siempre se puede confiar en Sus palabras. Más aún, Sus acciones son intachables e incuestionables, razón por la cual a Dios le gustan aquellos que son absolutamente honestos con Él. Honestidad significa dar tu corazón a Dios; ser auténtico y abierto con Dios en todas las cosas, nunca esconder los hechos, no tratar de engañar a aquellos por encima y por debajo de ti, y no hacer cosas solo para ganarte el favor de Dios. En pocas palabras, ser honesto es ser puro en tus acciones y palabras, y no engañar ni a Dios ni al hombre. Lo que hablo es muy simple, pero es doblemente arduo para vosotros. Mucha gente preferiría ser condenada al infierno que hablar y actuar con honestidad. No es de extrañar que Yo tenga otro trato reservado para aquellos que son deshonestos. Por supuesto, sé muy bien lo difícil que es para vosotros ser honestos. Como todos sois tan inteligentes, tan buenos para juzgar a la gente con vuestra mezquina vara de medir, esto hace Mi obra mucho más simple. Y puesto que cada uno de vosotros alberga secretos en su corazón, entonces os enviaré uno por uno al desastre para ser “instruidos” por el fuego, para que a partir de ese momento creáis a muerte en Mis palabras. Por último, arrancaré de vuestra boca las palabras “Dios es un Dios fiel”, tras lo cual os golpearéis el pecho y os lamentaréis, diciendo: “¡Falso es el corazón del hombre!”. ¿Cuál será vuestro estado de ánimo en ese momento? Me imagino que no seréis tan triunfantes como sois ahora y que, mucho menos, seréis tan “profundos y abstrusos”. En presencia de Dios, algunas personas son mojigatas y decentes, se esfuerzan por ser “bien educados”, pero sacan los colmillos y blanden sus garras en presencia del Espíritu. ¿Contaríais a esas personas en las filas de los honestos? Si eres un hipócrita, alguien con habilidad para las “relaciones interpersonales”, entonces Yo te digo que definitivamente eres alguien que intenta jugar con Dios. Si tus palabras están llenas de excusas y justificaciones que nada valen, entonces Yo te digo que eres alguien muy poco dispuesto a practicar la verdad. Si tienes muchas confidencias que eres reacio a compartir, si eres tan reticente a dejar al descubierto tus secretos, tus dificultades, ante los demás para buscar el camino de la luz, entonces digo que eres alguien que no logrará la salvación fácilmente ni saldrá de las tinieblas. Si buscar el camino de la verdad te causa placer, entonces eres alguien que vive siempre en la luz. Si te sientes muy contento de ser un hacedor de servicio en la casa de Dios, trabajando de forma diligente y concienzuda en la oscuridad, siempre dando y nunca quitando, entonces Yo te digo que eres un santo leal, porque no buscas ninguna recompensa y estás simplemente siendo una persona honesta. Si estás dispuesto a ser franco, si estás dispuesto a esforzarte al máximo, si eres capaz de sacrificar tu vida por Dios y mantenerte firme en tu testimonio, si eres honesto hasta el punto en que solo sabes satisfacer a Dios y no considerarte o tomar las cosas para ti mismo, entonces Yo digo que tales personas son las que se alimentan en la luz y vivirán para siempre en el reino. Deberías saber si existe fe y lealtad verdaderas dentro de ti, si tienes un registro de sufrimiento por Dios, y si te has sometido enteramente a Él. Si careces de estas cosas, entonces dentro de ti sigue existiendo rebeldía, falsedad, codicia y descontento. Debido a que tu corazón dista mucho de ser honesto, nunca has recibido el reconocimiento favorable de Dios y nunca has vivido en la luz. Cómo resulte el destino de uno al final depende de si tiene un corazón honesto y rojo como la sangre, y de si tiene un alma pura. Si eres alguien muy deshonesto, alguien con un corazón malicioso alguien con un alma sucia, entonces seguramente terminarás en el lugar donde el hombre es castigado, como está escrito en el registro de tu destino. Si afirmas que eres muy honesto y, no obstante, nunca consigues actuar de acuerdo con la verdad o pronunciar una palabra de verdad, entonces, ¿sigues esperando que Dios te recompense? ¿Todavía esperas que Dios te considere como la niña de Sus ojos? ¿Acaso no es absurdo este pensamiento? Engañas a Dios en todas las cosas, así que, ¿cómo podría la casa de Dios dar cabida a alguien como tú, cuyas manos no están limpias?
La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Tres advertencias
¿Por qué Dios siempre insiste en que la gente debe ser honesta? Porque ser honesto es muy importante, tiene una relación directa con el hecho de que una persona pueda o no someterse a Dios y pueda o no lograr la salvación. Algunas personas dicen: “Soy arrogante y sentencioso, y a menudo me enfado y revelo corrupción”. Otros dicen: “Soy muy superficial y vanidoso, y me encanta que la gente me halague”. Son todas cosas que son visibles para la gente desde fuera, y no suponen grandes problemas. No deberías seguir hablando de ellas. No importa cuál sea tu carácter o talante, mientras seas capaz de ser una persona honesta, como Dios requiere, puedes ser salvado. Entonces, ¿qué decís? ¿Es importante ser honesto? Es lo más importante, por eso Dios habla de ser honesto en el capítulo de Sus palabras, “Tres advertencias”. En otros capítulos, Él menciona con frecuencia que los creyentes deben tener una vida espiritual normal y una vida de iglesia adecuada, y describe cómo deben vivir una humanidad normal. Las palabras de Dios sobre estos temas son generales; no se discuten de forma demasiado específica o detallada. Sin embargo, cuando Dios habla de ser honesto, señala la senda que la gente debe seguir. Le dice a la gente cómo practicar, y habla con gran detalle y claridad. Dios dice: “Si tienes muchas confidencias que eres reacio a compartir, si eres tan reticente a dejar al descubierto tus secretos, —tus dificultades—, ante los demás para buscar el camino de la luz, entonces digo que eres alguien que no logrará la salvación fácilmente”. Ser honesto está relacionado con lograr la salvación. Entonces, ¿qué decís? ¿Por qué exige Dios que la gente sea honesta? Esto afecta a la verdad del comportamiento humano. Dios salva a las personas honestas, y es a los honestos a los que Él quiere para Su reino. Si eres capaz de mentir y engañar, eres una persona falsa, torcida y siniestra; no eres una persona honesta. Si no eres una persona honesta, entonces no hay posibilidad de que Dios te salve ni tampoco puedes ser salvado. Dices que ahora eres muy piadoso, que no eres arrogante ni sentencioso, que puedes pagar un precio cuando cumplas con tu deber o que puedes difundir el evangelio y convertir a muchas personas. Pero no eres honesto, sigues siendo falso y no has cambiado en absoluto, entonces, ¿puedes ser salvado? Desde luego que no. Y, por tanto, estas palabras de Dios nos recuerdan a todos que, para ser salvados, en primer lugar se debe ser honesto de acuerdo con las palabras y los requisitos de Dios. Las personas tienen que abrirse, exponer su carácter corrupto, sus intenciones y secretos y buscar el camino de la luz.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La práctica más fundamental de ser una persona honesta
Ser una persona honesta implica ser una persona con conciencia y razón. Implica ser alguien digno de confianza, alguien al que Dios ama y capaz de practicar la verdad y amar a Dios. Ser una persona honesta es la manifestación más fundamental de una humanidad normal y de una vida con auténtica semejanza humana. Si alguien no ha sido nunca honesto ni ha pensado serlo, es una persona que no puede comprender la verdad, y ni mucho menos alcanzarla. Si no me crees, compruébalo tú mismo, ve a experimentarlo por tu cuenta. Solo si eres una persona honesta puede estar tu corazón abierto a Dios, puedes aceptar tú la verdad, puede convertirse esta en tu vida y puedes tú comprender y alcanzar la verdad. Si tu corazón está siempre cerrado, si no te abres ni le dices a nadie lo que hay en él, de modo que nadie pueda entenderte, entonces tus muros son demasiado gruesos y eres la persona más taimada. Si crees en Dios, pero no puedes abrirte a Él con pureza, si eres capaz de mentirle o de exagerar para engañarlo, si no puedes abrir tu corazón a Dios y eres capaz, de todos modos, de hablar con rodeos y ocultar tus intenciones, solo te perjudicarás a ti mismo, y Dios te ignorará y no obrará en ti. No comprenderás nada de la verdad ni alcanzarás nada de ella. ¿Podéis ahora ver la importancia de buscar y obtener la verdad? ¿Qué es lo primero que debéis hacer para buscar la verdad? Debéis ser una persona honesta. Solo si la gente procura ser honesta puede saber lo hondamente corrompida que está, si realmente tiene o no semejanza humana, y sopesar claramente su capacidad o ver sus deficiencias. Solo al practicar la honestidad puede darse cuenta de cuántas mentiras dice y de lo profundamente ocultas que están su falsedad y su deshonestidad. Solo al experimentar la práctica de la honestidad puede llegar a conocer poco a poco la verdad de su propia corrupción y conocer su esencia naturaleza, momento en el que se podrán purificar constantemente sus actitudes corruptas. Solo durante la purificación constante de su carácter corrupto será cuando podrá recibir la gente la verdad. Tomaos vuestro tiempo para experimentar estas palabras. Dios no hace perfectos a quienes son deshonestos. Si tu corazón no es honesto, si no eres una persona honesta, entonces no serás ganado por Dios. Asimismo, tampoco obtendrás la verdad y serás incapaz de ganar a Dios. ¿Qué significa no ganar a Dios? Si no ganas a Dios y no has comprendido la verdad, entonces no conocerás a Dios, y entonces no habrá manera de que puedas ser compatible con Dios, en cuyo caso eres Su enemigo. Si eres incompatible con Dios, Él no es tu Dios; y si Él no es tu Dios, no puedes ser salvado. Si no intentas alcanzar la salvación, ¿por qué crees en Dios? Si no puedes alcanzar la salvación, serás, por siempre, un enemigo acérrimo de Dios y tu resultado estará determinado. Por lo tanto, si la gente desea salvarse, debe empezar por ser honesta. Al final, aquellos que han sido ganados por Dios están marcados con una señal. ¿Sabéis cuál es? Está escrito en el Apocalipsis, en la Biblia: “En su boca no fue hallado engaño; están sin mancha” (Apocalipsis 14:5). ¿De quiénes se trata? Son los salvados, perfeccionados y ganados por Dios. ¿Cómo los describe Dios? ¿Cuáles son las características y manifestaciones de su conducta? Están sin mancha. No mienten. Probablemente todos podáis comprender y captar qué significa no mentir: significa ser honesto. ¿Qué quiere decir con eso de “sin mancha”? Significa no hacer el mal. ¿Y en qué fundamento se basa no hacer el mal? Sin duda, se basa en el fundamento del temor a Dios. No estar manchado, por lo tanto, significa temer a Dios y apartarse del mal. ¿Cómo define Dios a alguien sin mancha? A los ojos de Dios, solo aquellos que le temen y se apartan del mal son perfectos; así, las personas que no están manchadas son aquellas que temen a Dios y se apartan del mal, y solo las que son perfectas no están manchadas. Esto es totalmente correcto. […] Si sientes que ya has experimentado un crecimiento, pero tus mentiras no han disminuido en absoluto, y eres básicamente igual que un incrédulo, ¿es esta una manifestación normal de haber entrado en la realidad verdad? (No). Cuando alguien ha entrado en la realidad verdad, al menos dirá muchas menos mentiras; básicamente será una persona honesta. Si mientes demasiado y tus palabras están demasiado adulteradas, eso demuestra que no has cambiado en absoluto y que todavía no eres una persona honesta. Si no eres una persona honesta, entonces no tienes entrada en la vida y, por tanto, ¿qué crecimiento puedes experimentar? Tu carácter corrupto sigue intacto y eres un incrédulo y un demonio.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Seis indicadores de crecimiento vital
Que Dios les pida a las personas que sean honestas demuestra que verdaderamente aborrece y detesta a los taimados. La aversión de Dios a las personas taimadas es una aversión a su manera de hacer las cosas, a su carácter, a sus intenciones y a sus métodos de engaño; a Dios le disgustan todas estas cosas. Si las personas taimadas son capaces de aceptar la verdad, admiten sus actitudes taimadas y están dispuestas a aceptar la salvación de Dios, entonces también tienen la esperanza de ser salvadas, porque Dios trata a todas las personas por igual, tal como lo hace la verdad. Por eso, si queremos llegar a ser personas que agrademos a Dios, lo primero que debemos hacer es cambiar de principios de conducta: no podemos seguir viviendo de acuerdo con las filosofías satánicas, no podemos seguir valiéndonos de la mentira y el engaño. Debemos desechar todas las mentiras y volvernos honestos. De este modo cambiará la visión que Dios tiene de nosotros. Antes, la gente siempre se basaba en mentiras, engaños y tretas mientras vivía con los demás, y utilizaba las filosofías satánicas como base de su existencia y como su vida para su conducta, y como fundamento para esta. Esto era algo que Dios repudiaba. Entre los no creyentes, si hablas con franqueza, dices la verdad y eres una persona honesta, entonces serás calumniado, juzgado y rechazado. Por tanto, sigues las tendencias mundanas, y vives conforme a las filosofías satánicas, te vuelves cada vez más hábil para mentir y más falso. También aprendes a utilizar medios infames para lograr tus objetivos y protegerte. Te vuelves cada vez más próspero en el mundo de Satanás, y como resultado, te hundes cada vez más en el pecado hasta que no puedes salir de él. En la casa de Dios, las cosas son precisamente lo contrario. Cuanto más mientas y juegues a ser falso, más se cansará de ti el pueblo escogido de Dios y te rechazará. Si te niegas a arrepentirte y sigues aferrándote a las filosofías y a la lógica satánicas, y te vales de ardides y tramas elaboradas para disimular y presentarte a ti mismo, entonces es muy probable que seas revelado y descartado. Esto es porque Dios repudia a la gente falsa. Solo la gente honesta puede prosperar en la casa de Dios, y la gente falsa acabará siendo rechazada y descartada. Todo esto está predestinado por Dios. Solo la gente honesta puede formar parte del reino de los cielos. Si no tratas de ser una persona honesta, y si no experimentas y practicas en la dirección de perseguir la verdad, si no expones tu propia fealdad, y si no te expones, entonces nunca podrás recibir la obra del Espíritu Santo y el visto bueno de Dios.
La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. La práctica más fundamental de ser una persona honesta
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