40. Qué es exaltar a Dios y dar testimonio de Él

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

Lo que habéis experimentado y visto excede a lo que experimentaron y vieron los santos y profetas de todas las eras, pero ¿sois capaces de dar un testimonio mayor que las palabras de estos santos y profetas de tiempos pasados? Lo que Yo os otorgo ahora excede a Moisés y eclipsa a David, así que, de la misma manera, Yo pido que vuestro testimonio exceda a Moisés y que vuestras palabras sean mayores que David. Os doy cien veces más, así que de igual manera os pido que vuestra retribución sea consecuente. Debéis saber que Yo soy quien otorga vida a la humanidad y sois vosotros los que recibís vida de Mí y debéis dar testimonio de Mí. Este es vuestro deber el cual envío sobre vosotros y el cual vosotros debéis hacer por Mí. Os he otorgado toda Mi gloria, os he otorgado la vida que el pueblo escogido, los israelitas, nunca recibió. Es justo que debáis dar testimonio de Mí y dedicarme vuestra juventud y rendirme vuestra vida. A quien quiera que Yo le otorgue Mi gloria dará testimonio de Mí y dará su vida por Mí. Esto ha sido predestinado por Mí desde hace mucho. Es vuestra buena fortuna que Yo os otorgue Mi gloria y vuestro deber es testificar para Mi gloria. Si creyerais en Mí solo para obtener bendiciones, entonces Mi obra tendría poca relevancia y no estaríais desempeñando vuestro deber. Los israelitas solo vieron Mi misericordia, amor y grandeza y los judíos solo fueron testigos de Mi paciencia y redención. Solo vieron muy muy poco de la obra de Mi Espíritu, hasta el punto de que entendieron escasamente una diezmilésima parte de lo que habéis escuchado y visto. Lo que vosotros habéis visto excede incluso lo que los sumos sacerdotes vieron entre ellos. Las verdades que entendéis hoy sobrepasan las de ellos; lo que habéis visto hoy excede lo que se vio en la Era de la Ley, así como en la Era de la Gracia, y lo que habéis experimentado sobrepasa incluso lo de Moisés y Elías. Porque lo que los israelitas entendieron solo fue la ley de Jehová y lo que vieron solo fue la espalda de Jehová; lo que los judíos entendieron solo fue la redención de Jesús, lo que recibieron solo fue la gracia que Jesús les otorgó y lo que vieron solo fue la imagen de Jesús dentro de la casa de los judíos. Lo que vosotros veis este día es la gloria de Jehová, la redención de Jesús y todas Mis acciones de hoy. Entonces también habéis oído las palabras de Mi Espíritu, apreciado Mi sabiduría y llegado a conocer Mis maravillas y aprendido sobre Mi carácter. También os he dicho todo Mi plan de gestión. Lo que habéis visto no es solo a un Dios amoroso y misericordioso, sino un Dios lleno de justicia. Habéis visto Mi maravillosa obra y habéis sabido que reboso majestad e ira. Además, sabéis que una vez hice descender Mi furia rabiosa sobre la casa de Israel y que hoy, esta ha caído sobre vosotros. Entendéis más de Mis misterios en el cielo que Isaías y Juan; sabéis más de Mi belleza y honorabilidad que todos los santos de eras pasadas. Lo que habéis recibido no son solamente Mi verdad, Mi camino y Mi vida, sino una visión y una revelación mayores que las de Juan. Entendéis muchos más misterios y también habéis contemplado Mi auténtico rostro; habéis aceptado más de Mi juicio y conocido más de Mi carácter justo. Y así, aunque nacisteis en los últimos días, vuestro entendimiento es el de antiguo y el del pasado; y también habéis experimentado las cosas de hoy, y todo esto lo hice Yo personalmente. Lo que Yo pido de vosotros no es excesivo, porque os he dado mucho y habéis visto mucho en Mí. Así, os pido que deis testimonio de Mí a los santos de eras pasadas, y este es el único deseo de Mi corazón.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. ¿Qué sabes de la fe?

Dios realiza la obra de juicio y castigo para que el hombre pueda conocerle, y por el bien de Su testimonio. Sin Su juicio sobre el carácter corrupto del ser humano, el hombre no podría conocer Su carácter justo que no permite ofensa, y no podría apartarse de su viejo conocimiento de Dios para adoptar el nuevo. Por el bien de Su testimonio y de Su gestión, Él hace pública Su totalidad, capacitando así al hombre para lograr el conocimiento de Dios, que su carácter sea transformado y que dé resonante testimonio de Él por medio de Su aparición pública. El cambio en el carácter del hombre se logra a través de distintos tipos de la obra de Dios; sin estos cambios en el carácter del hombre, este sería incapaz de dar testimonio de Dios y no podría ser conforme a Su voluntad. El cambio en el carácter del hombre significa que se ha liberado de la atadura de Satanás y de la influencia de la oscuridad, y que se ha convertido de verdad en un modelo y una muestra de la obra de Dios, que ha llegado a ser un testigo Suyo y alguien que es conforme a Su voluntad. Hoy, el Dios encarnado ha venido a hacer Su obra en la tierra, y exige que el hombre logre conocerle, someterse a Él y dé testimonio de Él; que conozca Su obra práctica y normal, que se someta a todas Sus palabras y Su obra que no concuerdan con los conceptos del hombre, y dé testimonio de toda Su obra de salvación del hombre, y todos los hechos que Él hace para conquistar al hombre. Los que dan testimonio de Dios tienen que poseer un conocimiento de Él; solo este tipo de testimonio es preciso, práctico y el único que puede avergonzar a Satanás. Dios usa a aquellos que han llegado a conocerle pasando por Su juicio, Su castigo y Su poda, para que den testimonio de Él; Él usa a los que han sido corrompidos por Satanás para que den testimonio de Él; así también usa a aquellos cuyo carácter ha cambiado y que se han ganado, así, Sus bendiciones, para que den testimonio de Él. No necesita que el hombre lo alabe de palabra, ni necesita la alabanza y el testimonio de quienes son de la clase de Satanás, que no han sido salvados por Él. Solo aquellos que conocen a Dios son aptos para dar testimonio de Él y aquellos cuyo carácter ha sido transformado también lo son. Dios no permitirá que el hombre acarree vergüenza sobre Su nombre deliberadamente.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él

Dar testimonio de Dios es cuestión, principalmente, de hablar de tu conocimiento de la obra de Dios, de cómo Dios conquista a la gente, de cómo la salva, de cómo la transforma; es cuestión de hablar de cómo guía a la gente para que entre en la realidad verdad al permitirle ser conquistada, perfeccionada y salvada por Él. Dar testimonio implica hablar de Su obra y de todo lo que has experimentado. Únicamente Su obra puede representarlo y revelarlo públicamente en Su totalidad; Su obra da testimonio de Él. Su obra y declaraciones, representan directamente al Espíritu. La obra que realiza es llevada a cabo por el Espíritu y Sus palabras son pronunciadas por el Espíritu. Estas cosas se expresan exclusivamente por medio de la encarnación de Dios, pero en realidad son expresión del Espíritu. Toda la obra que lleva a cabo y todas las palabras que expresa representan Su esencia. Si, tras revestirse de carne y venir entre los hombres, Dios no hablara ni obrara y os pidiese que conocieseis Su practicidad, normalidad y omnipotencia, ¿tú las conocerías? ¿Sabrías cuál es la esencia del Espíritu? ¿Sabrías cuáles son los atributos de Su carne? Dado que solo habéis experimentado todos los pasos de Su obra, os pide que deis testimonio de Él. Si no tuvierais dicha experiencia, no insistiría en que dierais testimonio. Por lo tanto, cuando das testimonio de Dios, no solo lo das de Su exterior, con una humanidad normal, sino también de la obra que Él realiza y de la senda que lidera; debes dar testimonio de cómo te ha conquistado y de los aspectos en que te ha perfeccionado. Este es el tipo de testimonio que has de dar. Si allá donde vas gritas “¡Nuestro Dios ha venido a obrar y Su obra es verdaderamente práctica! ¡Nos ha conquistado sin actos sobrenaturales, sin ningún milagro ni maravillas!”, te preguntarán: “¿Qué quieres decir con que no obra milagros y maravillas? ¿Cómo puede haberte conquistado sin obrar milagros y maravillas?”. Y dirás: “Él habla y, sin demostraciones de maravillas ni de milagros, nos ha conquistado. Su obra nos ha conquistado”. En última instancia, si no sabes decir nada esencial, si no sabes hablar de aspectos específicos, ¿es ese un verdadero testimonio? Cuando Dios encarnado conquista a la gente, son Sus divinas palabras las que lo hacen. La condición humana no puede lograrlo; no es algo que un mortal pueda conseguir, y ni siquiera las personas normales más aptas pueden hacerlo, pues Su divinidad es superior a cualquier ser creado. Esto es extraordinario para la gente; el Creador, después de todo, es superior a cualquier ser creado. Los seres creados no pueden ser superiores al Creador; si fueras superior a Él, no podría conquistarte, y puede conquistarte solo porque es superior a ti. El que puede conquistar a toda la humanidad es el Creador, y nadie más que Él puede llevar a cabo esta obra. Estas palabras son “testimonio”, la clase de testimonio que debes dar. Paso a paso has experimentado el castigo, el juicio, la refinación, las pruebas, los contratiempos y las tribulaciones y has sido conquistado; has dejado de lado las expectativas carnales, tus motivaciones personales y los intereses íntimos de la carne. Es decir, las palabras de Dios han conquistado tu corazón por completo. Aunque no hayas madurado en la vida tanto como Él exige, sabes todas estas cosas y lo que Él hace te convence del todo. Por lo tanto, esto puede denominarse testimonio, testimonio real y verdadero. La obra que Dios ha venido a realizar, la obra de juicio y castigo, está destinada a conquistar al hombre, pero Él también va a concluir Su obra, va a poner fin a la era y a llevar a cabo la labor de conclusión. Va a poner fin a la era entera salvando a toda la humanidad, liberándola del pecado de una vez por todas; va a conquistar íntegramente a la humanidad que creó. Tú debes dar testimonio de todo esto. Has experimentado mucho de la obra de Dios, la has visto con tus propios ojos y la has experimentado personalmente; cuando hayas llegado al final, no debes ser incapaz de desempeñar la función que te corresponde. ¡Sería una lástima! En el futuro, cuando se propague el evangelio, deberías poder hablar de tu conocimiento, dar testimonio de todo lo que tu corazón ha ganado y no escatimar esfuerzos. Esto es lo que debería lograr un ser creado. ¿Cuál es la verdadera relevancia de esta etapa de la obra de Dios? ¿Qué efecto produce? ¿Y cuánto de esto se lleva a cabo en el hombre? ¿Qué debe hacer la gente? Cuando sepáis hablar con claridad de toda la obra que Dios encarnado ha realizado desde que vino a la tierra, vuestro testimonio estará completo. Demostrarás tu capacidad de dar testimonio de Dios, que tienes auténtico conocimiento, cuando sepas hablar con claridad de estas cinco cosas: la relevancia de la obra de Dios, el contenido, la esencia, el carácter que representa y sus principios. Mis exigencias para con vosotros no son excesivas y están al alcance de todos aquellos que buscan de verdad. Si estás decidido a ser testigo de Dios, debes entender lo que Dios detesta y lo que ama. Has experimentado gran parte de Su obra, por medio de la cual debes llegar a conocer Su carácter, comprender Su voluntad y Sus exigencias a la humanidad y, con estos conocimientos, dar testimonio de Él y desempeñar tu deber.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Práctica (7)

Cuando deis testimonio de Dios, principalmente debéis hablar de cómo Él juzga y castiga a las personas, y de las pruebas que utiliza para refinar a las personas y cambiar su carácter. También debéis hablar de cuánta corrupción se ha revelado en vuestra experiencia, de cuánto habéis sufrido, de cuántas cosas hicisteis por resistiros a Dios y de cómo Él os conquistó finalmente. Debéis hablar de cuánto conocimiento real de la obra de Dios tenéis y de cómo debéis dar testimonio de Dios y retribuirle Su amor. Debéis poner sustancia en este tipo de lenguaje, al tiempo que lo expresáis de una manera sencilla. No habléis sobre teorías vacías. Hablad de una manera más práctica; hablad desde el corazón. Esta es la manera en la que debéis experimentar las cosas. No os equipéis con teorías vacías aparentemente profundas en un esfuerzo por alardear; eso hace que parezcáis arrogantes e irracionales. Debéis hablar más sobre cosas reales a partir de vuestra verdadera experiencia y hablar más de corazón; esto es lo más beneficioso para los demás y es lo más apropiado de ver. Solíais ser las personas que más se oponían a Dios, los menos propensos a someterse a Él, pero ahora habéis sido conquistados: jamás lo olvidéis. Debéis considerar y pensar más sobre estos asuntos. Una vez que la gente comprende esto claramente, sabrá cómo dar testimonio, de lo contrario, correrá el riesgo de cometer actos vergonzosos y absurdos, lo que no supone dar testimonio para Dios, sino avergonzarlo.

La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo buscando la verdad puede uno lograr un cambio en el carácter

Un día, cuando estés fuera para difundir el evangelio y alguien te pregunte: “¿Cómo es tu fe en Dios?”, podrás responder: “¡Las acciones de Dios son tan maravillosas!”. Sentirán que tus palabras hablan de experiencias reales. Esto es dar testimonio de verdad. Dirás que la obra de Dios está llena de sabiduría, Su obra en ti te ha convencido realmente y ha conquistado tu corazón. ¡Tú siempre lo amarás, porque Él es más que digno del amor de la humanidad! Si puedes decir estas cosas, puedes conmover los corazones de las personas. Todo esto es dar testimonio. Si eres capaz de ser un testimonio resonante, de conmover a las personas hasta las lágrimas, eso muestra que eres verdaderamente alguien que ama a Dios, ya que eres capaz de dar un testimonio de amor hacia Dios y, a través de ti, Sus acciones pueden corroborarse en el testimonio. Por medio de tu testimonio, otras personas pueden buscar la obra de Dios y experimentarla, y serán capaces de estar firmes en cualquier entorno que experimenten. Dar testimonio de esta forma es dar un testimonio genuino, y esto es exactamente lo que se te exige ahora. Deberías ver que la obra de Dios es extremadamente valiosa y digna de ser valorada por las personas, que Dios es muy valioso y abundante, que Él no sólo puede hablar, sino que, además, puede juzgar a las personas, refinar su corazón, proporcionarles disfrute, y puede ganarlos, conquistarlos, y perfeccionarlos. A partir de tu experiencia verás que Dios es adorable. Entonces, ¿cuánto amas a Dios ahora? ¿De verdad puedes decir estas cosas desde tu corazón? Cuando seas capaz de expresar estas palabras desde el fondo de tu corazón serás capaz de dar testimonio. Una vez que tu experiencia haya alcanzado este nivel serás capaz de dar testimonio de Dios, y estarás cualificado para ello. Si no alcanzas este nivel en tu experiencia, seguirás estando demasiado alejado. Es normal que tengan debilidades las personas en el refinamiento, pero después de este deberías ser capaz de decir: “¡Dios es tan sabio en Su obra!”. Si eres verdaderamente capaz de lograr un reconocimiento práctico de estas palabras, entonces será algo que aprecies y tu experiencia será valiosa.

¿Qué deberías buscar ahora? Que seas capaz o no de dar testimonio de la obra de Dios, que puedas o no convertirte en un testimonio y en una manifestación de Dios, y que seas adecuado o no para que Él te use, estas son las cosas que debes buscar. ¿Cuánta obra ha hecho Dios realmente en ti? ¿Cuánto has visto, cuánto has tocado? ¿Cuánto has experimentado y probado? Si Dios te ha probado, si te ha podado, o si te ha disciplinado, independientemente de todo ello, Sus acciones y Su obra se han llevado a cabo en ti. Sin embargo, como creyente en Dios, como persona que está dispuesta a buscar el ser perfeccionada por Él, ¿eres capaz de dar testimonio de la obra de Dios en base a tu experiencia práctica? ¿Puedes vivir las palabras de Dios a través de ella? ¿Eres capaz de proveer para los demás a través de tu propia experiencia práctica y esforzarte toda tu vida para dar testimonio de la obra de Dios? Para poder dar testimonio de la obra de Dios debes confiar en tu experiencia, en tu conocimiento y en el precio que has pagado. Solo así puedes satisfacer Su voluntad. ¿Eres alguien que da testimonio de la obra de Dios? ¿Tienes esta determinación? Si eres capaz de dar testimonio de Su nombre, e incluso de Su obra, y si puedes vivir la imagen que Él exige de Su pueblo, eres un testigo para Dios. ¿Cómo das realmente testimonio para Dios? Lo haces al buscar y anhelar vivir las palabras de Dios, y al dar testimonio con tus palabras, permitir que las personas conozcan Su obra y vean Sus acciones. Si de verdad procuras todo esto, entonces Dios te perfeccionará. Si todo lo que buscas es que Dios te perfeccione y que te bendiga al final, entonces la perspectiva de tu fe en Dios no es pura. Debes estar buscando cómo ver las obras de Dios en la vida real, cómo complacerlo cuando Él manifieste Su voluntad en ti y debes buscar cómo debes dar testimonio de lo maravilloso que Él es y de Su sabiduría, y cómo dar testimonio de cómo Él te disciplina y te poda. Todas estas son cosas sobre las que deberías reflexionar ahora. Si tu corazón amante de Dios es sólo para que puedas compartir la gloria de Dios después de que Él te perfeccione, entonces aún es insuficiente y no puede alcanzar las exigencias de Dios. Necesitas poder dar testimonio de la obra de Dios, satisfacer Sus demandas y experimentar la obra que Él ha hecho en las personas de una manera práctica. Trátese de dolor, lágrimas o tristeza, debes experimentar todas estas cosas en tu práctica. Tienen como objetivo perfeccionarte como alguien que da testimonio de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento

¿Qué testimonio de Dios da el hombre en última instancia? El hombre testifica que Dios es el Dios justo, que Su carácter es la justicia, la ira, el castigo y el juicio; el hombre da testimonio del carácter justo de Dios. Dios usa Su juicio para perfeccionar al hombre; Él lo ha amado y lo ha salvado, pero ¿cuánto contiene Su amor? Hay juicio, majestad, ira y maldición. Aunque Dios maldijo al hombre en el pasado, no lo arrojó por completo al abismo, sino que usó ese medio para refinar su fe; no ejecutó al hombre, sino que actuó con la intención de perfeccionarlo. La sustancia de la carne es aquello que es de Satanás —Dios lo dijo de forma exacta— pero las acciones que Dios lleva a cabo no se completan de acuerdo con Sus palabras. Él te maldice para que puedas amarlo y para que puedas conocer la sustancia de la carne; te castiga con el propósito de que despiertes, para permitirte que conozcas las deficiencias que hay dentro de ti y para que conozcas la indignidad absoluta del hombre. Por tanto, las maldiciones de Dios, Su juicio y Su majestad e ira, todo ello es con el fin de perfeccionar al hombre. Todo lo que Dios hace en la actualidad y el carácter justo que hace evidente dentro de vosotros, todo es con el fin de perfeccionar al hombre. Tal es el amor de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo al experimentar pruebas dolorosas puedes conocer la hermosura de Dios

Hoy puedes buscar ser perfeccionado o buscar cambios en tu humanidad externa y mejoras en tu calibre; pero es de principal importancia que puedas entender que todo lo que Dios hace hoy tiene significado y es beneficioso: te permite a ti, que naciste en una tierra de inmundicia, escapar de ella y sacudírtela, te permite superar la influencia de Satanás y dejar atrás su oscura influencia. Centrándote en estas cosas estás protegido en esta tierra de inmundicia. En última instancia, ¿qué testimonio se te pedirá que des? Naciste en una tierra de inmundicia, pero eres capaz de volverte santo, para no volver a ser manchado por la inmundicia, para vivir bajo el poder de Satanás, pero despojarte de su influencia; para que Satanás no te posea ni te hostigue y para que vivas en las manos del Todopoderoso. Este es el testimonio y la prueba de la victoria en la batalla con Satanás. Eres capaz de rebelarte contra Satanás: ya no revelas caracteres satánicos en lo que manifiestas; por el contrario, vives lo que Dios exigió que el hombre lograra cuando lo creó: humanidad normal, razón normal, entendimiento normal, determinación normal de amar a Dios y lealtad a Él. Tal es el testimonio dado por un ser creado. Dices: “Nacimos en una tierra de inmundicia, pero gracias a la protección de Dios, a Su liderazgo, a que nos ha conquistado, nos hemos librado de la influencia de Satanás. Que podamos someternos hoy es también el efecto de ser conquistados por Dios, y no porque seamos buenos o porque lo amamos de forma natural. Porque Él nos escogió y nos predestinó, hemos sido conquistados hoy, somos capaces de dar testimonio de Él y podemos servirle; así también, gracias a que Él nos escogió y nos protegió, hemos sido salvados y librados del poder de Satanás y podemos dejar atrás la inmundicia y ser purificados en la nación del gran dragón rojo”.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (2)

Para los que van a ser perfeccionados, es indispensable este paso de la obra de ser conquistados; solo cuando el hombre ha sido conquistado puede experimentar la obra de ser perfeccionado. No hay gran valor en solo desempeñar el papel de ser conquistado, ya que no te hará apto para que Dios te use. No tendrás los medios para cumplir tu rol de esparcir el evangelio, porque no buscas la vida y no buscas el cambio y la renovación de ti mismo, y por eso no tienes una experiencia real de vida. Durante esta obra paso a paso, hubo una vez que actuaste como hacedor de servicio y como un contraste, pero si últimamente no buscas ser Pedro, y tu búsqueda no es de acuerdo al camino por el cual Pedro fue perfeccionado, entonces, naturalmente, no experimentarás cambios en tu carácter. Si eres alguien que busca ser perfeccionado, entonces habrás dado testimonio y dirás: “En esta obra paso a paso de Dios, he aceptado Su obra del castigo y el juicio, y aunque he soportado gran sufrimiento, he llegado a conocer cómo Dios perfecciona al hombre, he obtenido la obra que Él hace, he adquirido el conocimiento de Su justicia y Su castigo me ha salvado. Su carácter justo ha venido sobre mí y me ha traído bendiciones y gracia; es Su juicio y castigo lo que me ha protegido y purificado. Si Dios no me hubiera castigado y juzgado, y si Sus palabras duras no hubieran venido sobre mí, no hubiera llegado a conocer a Dios ni tampoco hubiera sido salvado. Hoy veo que, como ser creado, no solo uno disfruta de todas las cosas que el Creador hizo, sino que, lo más importante, todos los seres creados deben disfrutar el justo carácter de Dios y Su justo juicio, porque el carácter de Dios es digno de que el hombre lo disfrute. Como un ser creado al que Satanás ha corrompido, uno debe disfrutar el justo carácter de Dios. En Su justo carácter hay castigo y juicio y, lo que es más, hay mucho amor. Aunque hoy soy incapaz de obtener completamente el amor de Dios, he tenido la buena fortuna de verlo y en esto he sido bendecido”. Esta es la senda que caminan los que experimentan ser perfeccionados, y este es el conocimiento del que hablan. Tales personas son las mismas que Pedro; tienen las mismas experiencias que Pedro. Tales personas son también las que han ganado la vida, y las que poseen la verdad. Cuando experimentan hasta el final, durante el juicio de Dios, seguramente se liberarán por completo de la influencia de Satanás, y Dios las ganará.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio

Hoy en día, el punto crucial es que debéis conocer la esencia del hombre, y aquello en lo que deberíais entrar; tenéis que hablar de la entrada en la vida y de cambios en el carácter, de cómo ser conquistados realmente y cómo someteros por completo a Dios; de cómo dar testimonio final de Él y cómo lograr ser sumiso hasta la muerte. Debes centrarte en estas cosas, y lo que no es realista ni importante debe ser puesto a un lado primero y descartado. Hoy deberías saber cómo ser conquistado y cómo se comportan las personas después de haberlo sido. Puedes decir que has sido conquistado, pero ¿puedes someterte hasta la muerte? Debes ser capaz de seguir hasta el mismo final independientemente de si hay algunas perspectivas y no debes perder la fe en Dios independientemente del entorno. En última instancia, debes lograr dos aspectos del testimonio: el testimonio de Job —la sumisión hasta la muerte— y el testimonio de Pedro —el amor supremo a Dios—. Por un lado, debes ser como Job: él perdió todas sus posesiones materiales y estaba agobiado por el dolor de la carne, pero no abandonó el nombre de Jehová. Este fue el testimonio de Job. Pedro fue capaz de amar a Dios hasta la muerte. Cuando fue crucificado y enfrentó la muerte, siguió amando a Dios; no pensó en sus propias perspectivas ni tuvo esperanzas hermosas o pensamientos extravagantes, y sólo buscó amar a Dios y someterse a todas Sus disposiciones. Así es el estándar que debes lograr para que se considere que has dado testimonio y convertirte en una persona que ha sido perfeccionada tras su conquista.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. La verdadera historia de la obra de conquista (2)

Si las personas creen en Dios y experimentan Sus palabras con un corazón temeroso de Dios, es posible contemplar la salvación y el amor de Dios en estas personas. Saben dar testimonio de Dios; viven la verdad y aquello de lo que dan testimonio también es la verdad, lo que Dios es y el carácter de Dios. Viven rodeadas del amor de Dios y lo han comprobado. Si las personas desean amar a Dios, deben probar y contemplar Su hermosura; solo entonces puede despertarse en ellas un corazón amante de Dios, un corazón que inspire a la gente a entregarse lealmente a Dios. Él no hace que las personas lo amen por medio de palabras o de su imaginación ni las obliga a amarlo. Por el contrario, deja que lo amen por propia voluntad y que contemplen Su hermosura en Su obra y Sus declaraciones, tras lo cual nace en ellas el amor por Él. Esta es la única manera de que den verdadero testimonio de Dios. Las personas no aman a Dios porque les hayan incitado a ello ni por un impulso emocional pasajero. Aman a Dios porque han visto Su hermosura, porque han comprobado que tiene muchas cosas dignas de amor, porque han visto Su salvación, Su sabiduría y Sus maravillosos actos; por consiguiente, alaban y anhelan sinceramente a Dios y en ellas se ha despertado tal pasión que no podrían sobrevivir sin ganarlo. La razón por la cual aquellos que dan verdadero testimonio de Dios saben dar rotundo testimonio de Él es que este se basa en el conocimiento y anhelo sinceros de Dios. No dan un testimonio así por un impulso emocional, sino en función de su conocimiento de Dios y Su carácter. Puesto que han logrado conocer a Dios, creen que, ciertamente, deben dar testimonio de Él y hacer que todos aquellos que lo anhelan lo conozcan y sean conscientes de Su hermosura y practicidad. Al igual que el amor de la gente hacia Dios, su testimonio es espontáneo; es real y tiene una relevancia y un valor reales. No es pasivo ni vacío y sin sentido. Los que sinceramente aman a Dios son los únicos cuya vida tiene un valor y una relevancia máximos, los únicos que sinceramente creen en Dios, porque son capaces de vivir en la luz de Dios y de vivir por Su obra y Su gestión, porque no viven en tinieblas, sino en la luz; no tienen una vida sin sentido, sino una vida bendecida por Dios. Aquellos que aman a Dios son los únicos capaces de dar testimonio de Él, Sus únicos testigos, los únicos bendecidos por Él y capacitados para recibir Sus promesas.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Quienes aman a Dios vivirán por siempre en Su luz

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