44. Por qué se debe buscar conocer a Dios

Palabras de Dios Todopoderoso de los últimos días

Creer en Dios y conocerlo es perfectamente natural y justificado y, hoy, durante una era en la que el Dios encarnado está haciendo Su obra en persona, es un momento especialmente oportuno para conocer a Dios. Satisfacerle es algo que se consigue sobre el fundamento de entender Su voluntad y, para ello, es necesario tener cierto conocimiento de Dios. Este conocimiento de Dios es la visión que quien cree en Dios debe tener; es la base de la creencia del hombre en Dios. Si faltara este conocimiento, la creencia en Dios del hombre sería imprecisa, en medio de una teoría vacía. Aunque este tipo de persona esté decidida a seguir a Dios, no conseguirá nada. Todos aquellos que no logran nada en esta corriente son los que serán descartados; son aprovechadores. Cualquiera que sea el paso de la obra de Dios que experimentes, debería acompañarte una poderosa visión. De otro modo, te resultaría difícil aceptar cada paso de la nueva obra, porque la nueva obra de Dios excede la capacidad del hombre para imaginarla, y está fuera de los límites de su concepción. Por tanto, sin un pastor que cuide al hombre, sin un pastor que comparta enseñanzas sobre las visiones, el ser humano es incapaz de aceptar esta nueva obra. Si el hombre no puede comprender las visiones, no podrá comprender la nueva obra de Dios, y si no puede someterse a ella, entonces será incapaz de entender Su voluntad y por tanto su conocimiento de Dios no servirá de nada. Antes de que el hombre practique las palabras de Dios, debe conocerlas, es decir, comprender Su voluntad; solo así podrá llevarse a cabo la palabra de Dios con precisión y según Su voluntad. Todo aquel que busca la verdad debe poseer esto, y también es el proceso que todo el que procura conocer a Dios debe experimentar. El proceso de conocer las palabras de Dios es el de conocerle a Él, y también el de conocer Su obra. Por tanto, conocer las visiones no solo alude a conocer la humanidad del Dios encarnado, sino que también incluye conocer las palabras y la obra de Dios. De Sus palabras, las personas llegan a entender Su voluntad y, a partir de la obra de Dios, a conocer Su carácter y lo que Él es. Creer en Dios es el primer paso para conocerle. El proceso de avanzar desde la creencia inicial en Dios hasta llegar a una más profunda es el proceso de conocerle y de experimentar Su obra. Si te limitas a creer en Él por creer, y no lo haces para conocerle, no habrá realidad en tu creencia, que no podrá llegar a ser pura; de esto no cabe la menor duda. Si, durante el proceso por el cual experimenta la obra de Dios, el hombre llega progresivamente a conocerle, su carácter irá cambiando de igual modo y su creencia será cada vez más verdadera. De este modo, cuando el hombre logra el éxito en su creencia en Dios, le habrá ganado por completo. La razón por la que Dios llegó a tales extremos como hacerse carne por segunda vez y llevar a cabo Su obra de forma personal, es para que el hombre fuera capaz de conocerle y de verle. Conocer a Dios[a] es el efecto final que debe lograrse al final de Su obra; es el requisito final de Dios para la humanidad. La razón por la que hace esto es por el bien de Su testimonio final y para que el hombre pueda finalmente volverse a Él por completo. El ser humano solo puede llegar a amar a Dios conociéndolo, y para amarle debe conocerle. Independientemente de cómo lo busque, o de lo que procure ganar, debe ser capaz de obtener el conocimiento de Dios. Solo así puede satisfacer Su corazón. Solo conociendo a Dios puede el hombre tener verdadera fe en Él, temerlo y someterse a Él de verdad. Los que no conocen a Dios no se someterán a Él nunca ni lo temerán de verdad. Conocer a Dios incluye conocer Su carácter, entender Su voluntad y saber lo que Él es. A pesar de ello, cualquiera sea el aspecto de Dios que uno llegue a conocer, cada uno de ellos requiere que el hombre pague un precio y exige la voluntad de someterse, sin la cual nadie sería capaz de seguir hasta el final.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él

Nota al pie:

a. El texto original dice “La obra de conocer a Dios”.


La lección de conocer a Dios es más elevada que cualquiera de las ciencias naturales de la humanidad. Es una lección que solo puede aprender un número extremadamente pequeño de aquellos que buscan conocer a Dios, y no puede aprenderla cualquier persona talentosa. Por tanto, no debéis considerar el conocer a Dios y buscar la verdad como si fueran cosas que un simple niño puede lograr. Quizás hayas sido completamente exitoso en tu vida familiar, en tu carrera o en tu matrimonio, pero cuando se trata de la verdad y de la lección de conocer a Dios, no tienes nada que mostrar por ti mismo y no has conseguido nada. Se puede decir que poner la verdad en práctica es de gran dificultad para vosotros, y conocer a Dios es un problema aún mayor. Esta es vuestra dificultad y también es la dificultad que enfrenta toda la humanidad. Entre aquellos que han tenido algunos logros en la carrera de conocer a Dios, no hay casi nadie que esté a la altura. El hombre no sabe lo que significa conocer a Dios ni por qué es necesario conocerle ni qué grado se debe alcanzar para conocer a Dios. Esto es lo que confunde tanto a la humanidad, y es simplemente el mayor acertijo al que se enfrenta; nadie es capaz de responder a esta pregunta ni está dispuesto a hacerlo porque, hasta la fecha, nadie de toda la humanidad ha tenido éxito en el estudio de esta obra. Quizás, cuando a la humanidad se le dé a conocer el acertijo de estas tres etapas de la obra, aparecerá sucesivamente un grupo de personas talentosas que conozcan a Dios. Por supuesto, espero que este sea el caso; además, me encuentro en el proceso de llevar a cabo esta obra, y espero ver la aparición de más personas talentosas de ese tipo en un futuro cercano. Pasarán a ser quienes den testimonio de la realidad de estas tres etapas de la obra y, por supuesto, también serán los primeros en dar testimonio de las mismas. Pero nada sería más angustiante y lamentable que si estas personas talentosas no surgen el día en que la obra de Dios llegue a su fin o si solo hay una o dos personas así que han aceptado personalmente ser perfeccionadas por el Dios encarnado. Sin embargo, este es el peor de los casos. Cualquiera que sea el caso, sigo esperando que quienes buscan sinceramente puedan obtener esta bendición. Desde el principio de los tiempos, nunca ha habido una obra como esta ni ha existido un proyecto así en la historia del desarrollo humano. Si en verdad puedes llegar a ser uno de los primeros que conocen a Dios, ¿no sería el mayor honor entre todos los seres creados? ¿Elogiaría Dios más a cualquier ser creado entre la humanidad? Semejante obra no es fácil de lograr, pero seguirá cosechando recompensas en última instancia. Independientemente de su género o nacionalidad, todos los que sean capaces de lograr tener conocimiento de Dios recibirán al final Su mayor honra, y serán los únicos que posean Su autoridad. Esta es la obra de hoy, y también es la obra del futuro; es la última y más elevada obra que debe cumplirse en 6000 años de obra, y es una forma de obrar que revela cada categoría de hombre. A través de la obra de hacer que el hombre conozca a Dios se revelan las diferentes clases de hombre: los que conocen a Dios son aptos para recibir Sus bendiciones y aceptar Sus promesas, mientras que quienes no lo conocen no son aptos para ello. Los que conocen a Dios son Sus íntimos y los que no conocen a Dios no pueden ser llamados así; los íntimos de Dios pueden recibir cualquiera de Sus bendiciones, pero los que no lo son no son dignos de ninguna de Sus obras. Ya sea por tribulaciones, refinamiento o juicio, todas estas cosas se producen en aras de permitir al hombre obtener, en última instancia, un conocimiento de Dios y para que pueda someterse a Él. Este es el único efecto que se conseguirá finalmente. Nada de las tres etapas de la obra se esconde, y esto es una ventaja para que el hombre conozca a Dios, y le ayuda a obtener un conocimiento más completo y exhaustivo de Él. Toda esta obra es beneficiosa para el hombre.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios

Dios realiza la obra de juicio y castigo para que el hombre pueda conocerle, y por el bien de Su testimonio. Sin Su juicio sobre el carácter corrupto del ser humano, el hombre no podría conocer Su carácter justo que no permite ofensa, y no podría apartarse de su viejo conocimiento de Dios para adoptar el nuevo. Por el bien de Su testimonio y de Su gestión, Él hace pública Su totalidad, capacitando así al hombre para lograr el conocimiento de Dios, que su carácter sea transformado y que dé resonante testimonio de Él por medio de Su aparición pública. El cambio en el carácter del hombre se logra a través de distintos tipos de la obra de Dios; sin estos cambios en el carácter del hombre, este sería incapaz de dar testimonio de Dios y no podría ser conforme a Su voluntad. El cambio en el carácter del hombre significa que se ha liberado de la atadura de Satanás y de la influencia de la oscuridad, y que se ha convertido de verdad en un modelo y una muestra de la obra de Dios, que ha llegado a ser un testigo Suyo y alguien que es conforme a Su voluntad. Hoy, el Dios encarnado ha venido a hacer Su obra en la tierra, y exige que el hombre logre conocerle, someterse a Él y dé testimonio de Él; que conozca Su obra práctica y normal, que se someta a todas Sus palabras y Su obra que no concuerdan con los conceptos del hombre, y dé testimonio de toda Su obra de salvación del hombre, y todos los hechos que Él hace para conquistar al hombre. Los que dan testimonio de Dios tienen que poseer un conocimiento de Él; solo este tipo de testimonio es preciso, práctico y el único que puede avergonzar a Satanás. Dios usa a aquellos que han llegado a conocerle pasando por Su juicio, Su castigo y Su poda, para que den testimonio de Él; Él usa a los que han sido corrompidos por Satanás para que den testimonio de Él; así también usa a aquellos cuyo carácter ha cambiado y que se han ganado, así, Sus bendiciones, para que den testimonio de Él. No necesita que el hombre lo alabe de palabra, ni necesita la alabanza y el testimonio de quienes son de la clase de Satanás, que no han sido salvados por Él. Solo aquellos que conocen a Dios son aptos para dar testimonio de Él y aquellos cuyo carácter ha sido transformado también lo son. Dios no permitirá que el hombre acarree vergüenza sobre Su nombre deliberadamente.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él

El hombre experimenta la obra de Dios, se conoce a sí mismo, se despoja de su carácter corrupto y busca el crecimiento en la vida, todo por conocer a Dios. Si solo buscas conocerte a ti mismo y podar tu propio carácter corrupto, sin tener conocimiento de la obra que Dios hace en el hombre, de lo grande que es Su salvación ni de cómo experimentas la obra de Dios y presencias Sus hechos, entonces tu experiencia es necia. Si crees que uno alcanza la madurez en la vida solamente porque es capaz de poner la verdad en práctica y soportar, significa que sigues sin comprender el verdadero sentido de la vida ni el propósito de Dios al perfeccionar al hombre. Un día, cuando estés en las iglesias religiosas, entre miembros de la Iglesia del Arrepentimiento o la Iglesia de la Vida, encontrarás a muchos devotos cuyas oraciones contienen “visiones” y que se sienten tocados y tienen palabras que los guían en su búsqueda de vida. Y, lo que es más, en muchos asuntos son capaces de soportar y renunciar a sí mismos, y no ser guiados por la carne. En ese momento no serás capaz de ver la diferencia: creerás que todo lo que hacen es correcto, que es la expresión natural de la vida, y que es una pena que crean en el nombre equivocado. ¿No son necias tales creencias? ¿Por qué se dice que muchas personas no tienen vida? Porque no conocen a Dios, y por ello se dice que no tienen a Dios en su corazón y que no tienen vida. Si tu creencia en Dios ha alcanzado un punto en el que eres capaz de conocer completamente los hechos de Dios, Su practicidad y cada fase de Su obra, entonces posees la verdad. Si desconoces la obra y el carácter de Dios, tu experiencia sigue siendo carente. La forma en que Jesús llevó a cabo aquella etapa de Su obra, cómo se está realizando esta fase, cómo hizo Dios Su obra en la Era de la Gracia, qué obra se hizo, cuál se está haciendo en esta fase, si no posees un conocimiento profundo de estas cosas, jamás te sentirás firme ni seguro. Si tras un periodo de experiencia eres capaz de conocer la obra hecha por Dios y cada etapa de Su obra, y posees un conocimiento concienzudo de los objetivos de Dios al expresar Su palabra, y de por qué tantas palabras que Él pronunció no se han cumplido, entonces puedes perseguir con valentía el camino que tienes por delante, sin guardarte nada, libre de preocupación y refinamiento.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo aquellos que conocen a Dios pueden dar testimonio de Él

Conocer el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es, puede tener un impacto positivo en las personas. Puede ayudarlas a tener mayor confianza en Él, a lograr someterse a Él y temerlo de verdad. Entonces, dejarán de seguirlo o adorarlo ciegamente. Dios no quiere necios ni aquellos que siguen a tientas a la multitud, sino que quiere un grupo de personas que tengan en su corazón un entendimiento y un conocimiento claros de Su carácter y que puedan actuar como Sus testigos, personas que, por Su hermosura, por lo que Él tiene y es, y por Su carácter justo, jamás lo abandonarían. Como seguidor de Dios, si en tu corazón aún careces de claridad o si existe ambigüedad o confusión sobre la verdadera existencia de Dios, sobre Su carácter y lo que Él tiene y es, así como Su plan para salvar a la humanidad, tu fe no podrá conseguir el elogio de Dios. Él no quiere que este tipo de persona le siga ni que comparezca ante Él, porque alguien así no entiende a Dios ni puede entregarle su corazón, que está cerrado a Él y, así, su fe en Dios está llena de impurezas. Su forma de seguir a Dios solo puede definirse como ciega. Las personas solo pueden lograr una fe verdadera y ser seguidores genuinos si poseen un entendimiento y un conocimiento verdaderos de Dios, que engendre dentro de ellos la verdadera sumisión y el auténtico temor de Dios. Solo así pueden entregarle su corazón y abrirlo a Él. Esto es lo que Dios quiere, porque todo lo que las personas hacen y piensan puede soportar la prueba de Dios y dar testimonio de Él.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III

Como ser creado, si deseas cumplir el deber de tal y entender la voluntad de Dios, debes comprender Su obra, Su voluntad para los seres creados, Su plan de gestión y la importancia de la obra que realiza. ¡Los que no entienden esto no son seres creados aptos! Como ser creado, si no entiendes de dónde viniste ni la historia de la humanidad y toda la obra realizada por Dios y, además, tampoco entiendes cómo se ha desarrollado la humanidad hasta hoy ni quién la domina en su totalidad, eres incapaz de cumplir tu deber. Dios ha guiado a la humanidad hasta hoy, y desde que creó al hombre sobre la tierra nunca lo ha abandonado. El Espíritu Santo nunca deja de obrar, nunca ha dejado de guiar a la humanidad y nunca la ha abandonado. Pero esta no es consciente de que existe un Dios, y, menos aún, lo conoce. ¿Hay algo más humillante para todos los seres creados? Él guía personalmente al hombre, pero este no entiende Su obra. Eres un ser creado, pero no entiendes tu propia historia ni eres consciente de quien te ha guiado en tu viaje, ignoras la obra que Él ha llevado a cabo y, por tanto, no puedes conocerlo. Si todavía no lo sabes ahora, entonces nunca serás apto para dar testimonio de Él. Hoy, el Creador guía de nuevo, personalmente, a todas las personas y hace que todas ellas vean Su sabiduría, Su omnipotencia, Su salvación y lo maravilloso que es. Sin embargo, sigues sin ser consciente y sin entender. ¿No eres tú, pues, quien no recibirá la salvación? Los que pertenecen a Satanás no entienden las palabras de Dios, mientras que los que pertenecen a Dios pueden oír Su voz. Todos los que son conscientes de las palabras que hablo y las entienden son los que se salvarán y darán testimonio de Dios; todos aquellos que no entienden las palabras que hablo no pueden dar testimonio de Dios, y son los que serán descartados. Los que no entienden la voluntad de Dios ni son conscientes de Su obra son incapaces de adquirir el conocimiento de Dios y tales personas no pueden dar testimonio de Él. Si deseas dar testimonio de Él, debes conocerlo, y ese conocimiento de Dios se logra a través de Su obra. En resumen: si deseas conocer a Dios, debes conocer Su obra: esto es de la mayor importancia. Cuando las tres etapas de la obra lleguen a su fin, se formará un grupo de personas que darán testimonio de Dios, que lo conocerán. Todas estas personas conocerán a Dios y serán capaces de poner en práctica la verdad. Poseerán humanidad y razón, y todas conocerán las tres etapas de la obra de salvación de Dios. Esta es la obra que se cumplirá al final, y estas personas son la cristalización de la obra de 6000 años de gestión, y son el testimonio más poderoso de la derrota definitiva de Satanás.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Conocer las tres etapas de la obra de Dios es la senda para conocer a Dios

El grado de entendimiento de Dios que hay en el corazón de las personas determina la posición que Él tiene en él. Lo alto que sea el grado de conocimiento de Dios en su corazón determina la altura de Dios en ellos. Si el Dios que conoces es vacío y confuso, entonces el Dios en el que crees también lo es. El Dios que conoces es limitado dentro del ámbito de tu propia vida personal y no tiene nada que ver con Dios mismo. Por tanto, conocer las acciones prácticas de Dios, conocer la practicidad de Dios y Su omnipotencia, la verdadera identidad de Dios mismo, lo que Él tiene y es, conocer las acciones que ha manifestado entre todas las cosas de Su creación, todo esto es muy importante para cada persona que busca el conocimiento de Dios. Todo esto tiene una relevancia directa sobre el hecho de que las personas puedan entrar en la realidad verdad. Si limitas tu entendimiento de Dios a meras palabras, si lo limitas a tus propias y pequeñas experiencias, a lo que supones que es la gracia de Dios o a tus pequeños testimonios de Él, entonces digo que el Dios en el que tú crees no es, de ninguna manera, el Dios verdadero mismo. Es más, también puede decirse que el Dios en el que crees es un Dios imaginario, no el Dios verdadero. Esto se debe a que el Dios verdadero es el Único que domina sobre todo, que camina entre todas las cosas, que lo administra todo. Él es aquel que controla el destino de toda la humanidad y de todo lo que está en Sus manos. La obra y las acciones del Dios del que estoy hablando no están limitadas solamente a una pequeña parte de las personas. Esto es, no están limitadas solamente a las personas que lo siguen a Él en la actualidad. Sus obras se manifiestan en medio de todas las cosas, en la supervivencia de estas y en las leyes de cambio de todas las cosas. Si no puedes ver o reconocer ninguna obra de Dios entre todas las cosas de Su creación, tampoco puedes dar testimonio de ninguna de ellas. Si no puedes dar ningún testimonio de Dios, si sigues hablando del pretendido y pequeño “Dios” que conoces, ese Dios que está limitado a tus propias ideas y que sólo existe dentro de los estrechos confines de tu mente, si sigues hablando de esa clase de Dios, entonces Dios nunca alabará tu fe. Cuando das testimonio de Dios, si sólo lo haces en términos de cómo disfrutas de Su gracia, cómo aceptas Su disciplina y Su reprensión, y cómo disfrutas de Sus bendiciones en tu testimonio de Él, eso está lejos y no se acerca para nada a satisfacerle. Si quieres dar testimonio de Dios de una forma que concuerde con Sus intenciones, dar testimonio del verdadero Dios mismo, entonces debes ver lo que Él tiene y es a partir de Sus acciones. Debes ver la autoridad de Dios en Su control de todas las cosas y ver la verdad de cómo provee Él para toda la humanidad. Si sólo reconoces que tu sustento diario y tus necesidades en la vida proceden de Dios, pero no ves la verdad de que Él ha tomado todas las cosas de Su creación para la provisión de toda la humanidad, y que, al gobernar sobre todas las cosas, Él dirige a toda la humanidad, nunca serás capaz de dar testimonio de Él.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único IX

Si no comprendes el carácter de Dios, entonces te será imposible realizar la labor que deberías hacer para Él. Si no conoces la esencia de Dios, entonces te será imposible tener miedo y temor hacia Él; en su lugar, solo habrá indiferencia y prevaricación despreocupadas, y lo que es más, blasfemia incorregible. Aunque comprender el carácter de Dios es sin duda importante, y conocer la esencia de Dios no puede tomarse a la ligera, nadie jamás ha examinado o indagado a fondo en estas cuestiones. Es evidente que todos vosotros habéis descartado los decretos administrativos que Yo he decretado. Si no comprendéis el carácter de Dios, entonces será muy probable que ofendáis Su carácter. Ofender Su carácter equivale a provocar la ira de Dios mismo, en cuyo caso, el fruto final de tus acciones será la transgresión de los decretos administrativos. Ahora debes darte cuenta de que cuando conoces la esencia de Dios, también puedes entender Su carácter, y cuando entiendes Su carácter, también habrás comprendido Sus decretos administrativos. No hace falta decir que, mucho de lo que contienen los decretos administrativos alude al carácter de Dios, pero no todo Su carácter es expresado dentro de ellos. En consecuencia, debéis ir un paso más allá en el desarrollo de vuestra comprensión del carácter de Dios.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Es muy importante comprender el carácter de Dios

Si las personas obtienen conocimiento y llegan a comprender el carácter de Dios y lo que Él tiene y es, entonces lo que obtendrán será la vida que procede de Dios. Una vez que esta vida se haya forjado en ti, tu temor de Dios se hará cada vez mayor. Esto se logra de manera muy natural. Si no quieres comprender ni saber nada sobre el carácter o la esencia de Dios; si ni siquiera deseas reflexionar ni centrarte en estas cosas, puedo decirte con seguridad que la forma en que estás buscando hoy tu fe en Dios jamás te permitirá satisfacer con Sus intenciones, ni conseguir Su elogio. Es más, no podrás alcanzar verdaderamente la salvación; estas son las consecuencias finales. Cuando las personas no comprenden a Dios y no conocen Su carácter, su corazón no puede abrirse jamás de veras a Él. Una vez hayan entendido a Dios, empezarán a apreciar y a saborear, con interés y fe, lo que hay en Su corazón. Cuando aprecias y saboreas lo que hay en el corazón de Dios, tu corazón se abre a Él gradualmente, poco a poco. Al hacerlo, sentirás lo vergonzosos y despreciables que eran tus intercambios con Dios, lo que le exigías a Dios y tus propios deseos extravagantes. Cuando tu corazón se abra de veras a Dios, verás que el Suyo es un mundo tan infinito y entrarás en una esfera que nunca antes has experimentado. Allí no hay engaño, no hay falsedad, no hay oscuridad, ni maldad. Solo hay sinceridad y fidelidad; solo luz y rectitud; solo justicia y amabilidad. Está lleno de amor y cuidado, de compasión y tolerancia, y a través de él sientes la felicidad y el júbilo de estar vivo. Estas cosas son las que Dios te revela cuando le abres el corazón a Él. Ese mundo infinito está lleno de la sabiduría de Dios y de Su omnipotencia; de Su amor y de Su autoridad. Aquí puedes ver cada aspecto de lo que Dios tiene y es, de lo que le produce júbilo, de por qué se preocupa y se entristece, de por qué se enoja… Esto es lo que puede ver cada persona que abre su corazón y le permite entrar. Él solo puede entrar en tu corazón si se lo abres. Solo puedes ver lo que Dios tiene y es, y cuáles son Sus intenciones para ti si Él ha entrado en tu corazón. En ese momento descubrirás que todo lo que tiene que ver con Dios es muy precioso, que lo que Él tiene y es, es muy digno de valorar. Comparados con esto, las personas que te rodean, los objetos y los acontecimientos de tu vida y hasta tus seres queridos, tu pareja y las cosas que amas, apenas merecen ser mencionados. Son tan pequeños y precarios; sentirás que no habrá objeto material que pueda ser capaz de volver a atraerte ni ninguno que pueda volver a seducirte para que pagues un precio por él. En la humildad de Dios verás Su grandeza y Su supremacía. Además, en algo que Él haya hecho y que antes te había parecido bastante pequeño, verás Su infinita sabiduría y Su tolerancia, y contemplarás la paciencia, la indulgencia que tiene contigo y cómo te comprende. Esto engendrará en ti adoración hacia Él. En ese día, sentirás que la humanidad está viviendo en un mundo tan sucio que las personas que están a tu lado y las cosas que suceden en tu vida, y hasta aquellos a quienes amas, el amor de ellos por ti y su pretendida protección o su preocupación por ti ni siquiera son dignas de mencionar; solo Dios es tu amado y solo a Él es a quien más valoras. Cuando llegue el día, sé que habrá algunos que dirán: ¡El amor de Dios es tan grande y Su esencia tan santa! En Dios no hay astucia ni maldad, ni envidia, ni lucha, sino solo justicia y autenticidad, y los seres humanos deberían anhelar todo lo que Dios tiene y es. Tendrían que luchar por ello y aspirar a ello. ¿Sobre qué base se fundamenta la capacidad de la humanidad para lograr esto? Se apoya en el entendimiento que tienen del carácter de Dios y de Su esencia. Por tanto, entender el carácter de Dios y lo que Él tiene y es supone una lección de vida para cada persona; es un objetivo de vida a ser logrado por cada persona que se esfuerza por cambiar su carácter y por conocer a Dios.

La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III

Llegar a conocer la esencia de Dios no es un asunto trivial. Debes comprender Su carácter. De esta manera, poco a poco y sin saberlo, llegarás a conocer la esencia de Dios. Cuando hayas tenido acceso a este conocimiento, te encontrarás dando un paso más hacia un estado más elevado y hermoso. Al final, llegarás a sentirte avergonzado de tu alma horrible, y aún más, sentirás que no hay un solo lugar en el cual esconderte de tu vergüenza. En ese momento, cada vez habrá menos cosas en tu conducta que ofendan el carácter de Dios, tu corazón estará cada vez más cerca del de Dios, y un amor por Él crecerá poco a poco en tu corazón. Esto es señal de que la humanidad está entrando a un estado hermoso. Pero hasta ahora vosotros no habéis obtenido esto. Conforme os movéis afanosamente de un lado a otro buscando el bien de vuestro destino, ¿quién tiene algo de interés en intentar conocer la esencia de Dios? Si esto continúa, transgrediréis sin querer los decretos administrativos, ya que comprendéis demasiado poco del carácter de Dios. Por lo tanto, ¿lo que hacéis ahora no está poniendo acaso una base para vuestras ofensas contra el carácter de Dios? Que Yo os pida que comprendáis el carácter de Dios no es contrario a Mi obra. Pues si a menudo transgredís los decretos administrativos, entonces ¿quién de vosotros escapará del castigo? ¿Acaso Mi obra no habría sido entonces completamente en vano? Por consiguiente, sigo pidiendo que, además de escudriñar vuestra propia conducta, seáis cautelosos en los pasos que deis. Esta es la exigencia suprema que os hago, y espero que todos vosotros la consideréis con cuidado y la sopeséis con seriedad. Si llegara el día en que vuestras acciones provocaran en Mí una ira terrible, entonces os corresponderá únicamente a vosotros considerar las consecuencias y no habrá nadie más que soporte el castigo en vuestro lugar.

La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Es muy importante comprender el carácter de Dios

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