I

Que las personas busquen con sinceridad

no lo determina la forma en que los demás las juzguen

o cómo las personas a su alrededor las vean,

sino que está determinado según si el Espíritu Santo obra en ellas

y si han obtenido Su presencia.

Aun más, esto depende de si cambian sus actitudes

y si han ganado el conocimiento de Dios

después de experimentar la obra del Espíritu Santo durante cierto tiempo.

Si el Espíritu Santo obra en una persona,

el carácter de esta persona cambiará gradualmente

y su perspectiva de creer en Dios poco a poco se hará más pura.

II

Sin importar cuánto tiempo siga alguien a Dios,

mientras haya cambiado,

esto quiere decir que el Espíritu Santo está obrando en él.

Si no ha cambiado, esto quiere decir que el Espíritu Santo no está obrando en él.

Incluso si estas personas hacen algún servicio,

lo que las empuja es un deseo de recibir bendiciones.

Solo servir ocasionalmente

no puede sustituir a experimentar un cambio en sus actitudes.

Finalmente ellas serán destruidas,

porque en el reino no se necesitarán servidores,

ni tampoco se necesitará a nadie cuyo carácter no haya cambiado,

que preste servicio a aquellas personas

que han sido perfeccionadas y que son leales a Dios.

de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios y el hombre entrarán juntos en el reposo