Las responsabilidades de los líderes y obreros (18)

Punto 12: Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas (VI)

Las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la vida de iglesia

X. Propagar rumores infundados

En la última reunión, hablamos sobre la duodécima responsabilidad de los líderes y obreros: “Detectar con prontitud y precisión a las diversas personas, acontecimientos y cosas que perturban y trastornan la obra de Dios y el orden normal de la iglesia; pararlos y restringirlos, y darles la vuelta a las cosas; asimismo, compartir la verdad de manera que el pueblo escogido de Dios desarrolle discernimiento por medio de estas cuestiones y aprenda de ellas”. A las diversas personas, acontecimientos y cosas que trastornan y perturban la obra de Dios y el orden normal de la iglesia que surgen en la vida de iglesia, los dividimos en once problemas. Leedlos de nuevo. (El primero, desviarse del tema a menudo cuando se comparte la verdad; segundo, pronunciar palabras y doctrinas para desorientar a la gente y ganarse su estima; tercero, parlotear sobre cuestiones domésticas, establecer conexiones personales y ocuparse de los asuntos propios de uno; cuarto, formar camarillas; quinta, competir por el estatus; sexta, entablar relaciones impropias; séptimo, enzarzarse en ataques mutuos y riñas verbales; octavo, difundir nociones; noveno, dar rienda suelta a la negatividad; décimo, propagar rumores infundados; y undécimo, manipular y sabotear las elecciones). La última vez hablamos del noveno problema. Hoy hablaremos sobre el décimo: propagar rumores infundados.

A. Manifestaciones de propagar rumores infundados

En la iglesia se han presentado incidentes de propagación de rumores infundados. Algunas personas no aman la verdad y no se centran en practicarla mientras desempeñan su deber; tanto en cuestiones vinculadas con los principios-verdad como en sus búsquedas personales, no se concentran en buscar la verdad; estos enfoques no tienen cabida en su corazón. En su fe en Dios, solo les gusta indagar acerca de chismes e información personal, y recopilar historias raras e inusuales. Desde luego, lo que más les apasiona es curiosear respecto a asuntos relacionados con Dios y Su obra, así como acerca de asuntos relacionados con la casa de Dios y los líderes y obreros de la iglesia. Al mismo tiempo, les gusta propagar chismes sin fundamento y diseminan lo que han oído o imaginado, y que no es para nada cierto. A tales personas no les agrada leer las palabras de Dios, casi nunca oran, y durante las reuniones raramente comparten la verdad, y en muy pocas oportunidades hablan sobre su propio estado, sus búsquedas personales y su entrada o acerca de lo que comprenden con relación a la obra de Dios, y demás. De más está decir que no se interesan por aquellos que comparten la verdad o sus testimonios vivenciales, como tampoco por tales temas. Sin embargo, en cuanto oyen a alguien hablar sobre la fase a la que ha llegado la obra de Dios, o se encuentran con contenido en las palabras de Dios sobre desastres, el destino de las personas, el cambio de forma de Dios, etcétera, sus ojos de repente se iluminan y comienzan a poner especial atención. Tan pronto como leen o escuchan estas palabras, les despiertan interés. A juzgar por las manifestaciones de estas personas, es evidentemente que no creen en Dios para perseguir la verdad o cumplir con su deber y seguir a Dios, y ciertamente no para someterse a Él ni para adorarlo. Vienen a la casa de Dios y no piensan en ningún momento en cumplir el más mínimo deber. Solo quieren curiosear y recolectar una serie de chismes o propagar ciertos rumores. Encuentran placer en estas actividades y no se interesan en absoluto por los testimonios vivenciales, los himnos ni las películas de la casa de Dios. Solo les gusta acceder a la red para recopilar los enunciados y valoraciones que las fuerzas de los anticristos pertenecientes a la comunidad religiosa realizan acerca de la casa de Dios, la obra de la iglesia y el Dios encarnado. Incluso si ocasionalmente miran videos que provienen de la casa de Dios, no lo hacen debido a un deseo íntimo de buscar la verdad para resolver sus propios problemas. Entonces, ¿qué es lo que ven? Se fijan en los comentarios debajo de los videos y son selectivas en cuanto a lo que leen. Ignoran los comentarios de los hermanos y hermanas de la iglesia, pero se interesan particularmente en los de la comunidad religiosa y en los de los no creyentes. Incluso leen específicamente los comentarios y enunciados del gran dragón rojo con la intención de descubrir algo a partir de ellos. Cuando ven esta propaganda negativa, enunciados y rumores fabricados, no buscan la verdad ni los disciernen; en su lugar, incluso es posible que acepten algunas de estas afirmaciones y comentarios negativos y los den por hechos. No importa cuántos comentarios positivos haya, no están dispuestas a leerlos y no creen que sean verdaderos; solo los comentarios negativos o rumores atraen su atención y despiertan su interés. Cada vez que ven estos comentarios negativos, se sienten muy complacidas y reconfortadas por dentro. Les interesan especialmente los rumores y juicios totalmente falsos e incluso los ataques y calumnias contra Dios que circulan en el mundo, en la comunidad religiosa o en la red, y siempre los estudian y los recopilan con esmero. Por el contrario, no se interesan en absoluto por las palabras de Dios, los sermones y las enseñanzas, los testimonios vivenciales de los hermanos y hermanas, y otras cosas por el estilo. Entonces, cuando los demás leen las palabras de Dios, comparten la verdad y hablan acerca de sus testimonios vivenciales durante las reuniones, sienten aversión y consideran estas cosas molestas y superfluas. En su corazón estos individuos son particularmente reacios a hablar sobre la verdad y a conversar sobre conocerse a uno mismo. Entonces, ¿qué quieren escuchar? Solo quieren oír asuntos bizarros y extraños, ya sean misterios del reino espiritual o rumores y chismes que la comunidad religiosa hace circular; es lo único que están dispuestas a escuchar. Su corazón está lleno de estas cosas negativas y ocupado en ellas, y nadie puede quitárselas ni privarlas de ellas. ¿Por qué? ¡Porque les interesan mucho y les gustan! Por lo tanto, cuando están entre los hermanos y hermanas, especialmente durante las reuniones, les gusta hablar sobre ciertos chismes sin fundamento, e incluso difunden comentarios negativos sobre la casa de Dios y la iglesia que encuentran en la red. Estas personas sienten un enorme interés por estos rumores. Aunque saben perfectamente que difundir estas cosas no beneficia a los demás, no pueden controlarse e insisten en propagarlas. Aunque necesiten encontrar oportunidades para propagar estos rumores y propaganda negativa, o requieran de tiempo para recolectar tales cosas, o utilicen su mente para inventarlas, no dejan de sentir un incansable entusiasmo al respecto. Si en una iglesia los líderes tienen un calibre escaso y no pueden hacer un trabajo real ni discernir a las personas, en cuanto haya individuos que propaguen rumores y falacias, la vida de iglesia se verá perturbada y afectada, e incluso estos desorientarán y controlarán a algunas personas. ¿Por qué a menudo muchas personas pueden dejarse perturbar y desorientar por otros? Una de las razones es que no entienden la verdad y no tienen discernimiento respecto a los rumores que calumnian la casa de Dios. Otra es que la estatura de algunos hermanos y hermanas que no hace mucho que creen es inmadura, no comprenden la verdad de las visiones y están confundidos con respecto a la encarnación de Dios, Su obra de juicio de los últimos días y Su intención de salvar a las personas; no pueden ver estas cosas con claridad y no están seguros de si esta etapa de la obra es la aparición y la obra de Dios. En consecuencia, no cuentan con una fe verdadera y ni siquiera saben cuánto tiempo serán capaces de seguir a Dios. Naturalmente, aquellos que propagan rumores los desorientan, influencian y controlan con mucha facilidad.

B. La esencia de propagar rumores infundados es actuar como un siervo de Satanás

Estas personas que propagan rumores infundados no solo no creen en la verdad ni en las palabras de Dios, sino que tampoco pueden discernir entre el bien y el mal. Dudan en todo momento de las cosas positivas y se dejan convencer por los rumores y las palabras endiabladas con facilidad. Afirman que creen en Dios y que lo siguen, pero aun así propagan rumores que calumnian a Dios y a la iglesia, y propagan entre los hermanos y hermanas los diversos rumores que han recopilado, incluso los difunden y los dan a conocer desenfrenada y repetidamente en todas partes. Esto muestra claramente que estas personas no aman la verdad y solo creen en las palabras endiabladas de los no creyentes. Estrictamente hablando, no son en absoluto el pueblo escogido de Dios ni miembros de la casa de Dios. Entonces, ¿qué son? Para ser precisos, son incrédulos; son siervos de Satanás. Algunas personas preguntan: “¿Son los siervos de Satanás espías que ha enviado el PCCh? ¿Son agentes que se han infiltrado en la casa de Dios?”. No necesariamente. Resulta fácil discernir a esos agentes y espías, pero estas personas que propagan rumores, a primera vista, parecen ser verdaderos creyentes. Sin embargo, no persiguen la verdad y a menudo actúan como portavoces de Satanás, y en lugar de Satanás, difunden palabras que calumnian y atacan a Dios, y propagan los rumores que Satanás inventa sobre la iglesia y la casa de Dios. Si nos basamos en eso, independientemente de quién las haya enviado, ¿no son siervos de Satanás? (Sí). Ya sea que hayan recopilado estos rumores de manera activa o los hayan escuchado de forma pasiva, estas personas no piensan en buscar la verdad y discernirlos, sino que los dan por sentados. Hasta son capaces de propagarlos y diseminarlos entre la gente sin escrúpulos ni control, y no solo en un lugar o en una ocasión específica. Su propósito al propagarlos es que más personas estén al tanto de ellos, que los débiles se vuelvan aún más débiles y que aquellos que son fuertes y tienen fe en Dios duden de Él y de Su obra a causa de tales rumores; hacer que todos pierdan el interés en la verdad, en las palabras de Dios, en Su obra y en lograr la salvación y que, en cambio, se interesen por diversos rumores y propaganda negativa, tal como lo hacen ellas mismas, para que, en toda oportunidad que las personas se reúnan, hablen de estas cosas negativas. ¿Acaso las personas normales y con humanidad y razón harían tales cosas? Cuando la mayoría de las personas escuchan rumores o diversa propaganda negativa, incluso si no saben si los rumores son verdaderos o falsos, debido a su fe en Dios y a su pizca de corazón temeroso de Dios, se presentarán ante Él para orar y buscar la verdad. Incluso si los rumores logran influenciarlos y se sienten algo débiles e indecisos, esto no afectará el cumplimiento de su deber ni su compromiso de seguir a Dios. Hasta se aconsejarán a sí mismas que deben cuidar sus palabras y abstenerse de hacer cosas que se opongan u ofendan a Dios. La mayoría de los hermanos y hermanas es capaz de lograr este tipo de enfoque. En tanto las personas tengan algo de humanidad, un mínimo de fe genuina y una pizca de un corazón temeroso de Dios, pueden lograrlo. Dado que creen que Dios existe, deberían creer que todo lo que Dios hace es correcto. Si Dios lo ha hecho, las personas no deberían hacer valoraciones al respecto. Deberían afirmar: “Sin importar lo que los rumores que circulan fuera de la iglesia digan, no puedo creerlos y, desde luego, no puedo propagarlos. Aunque en mi corazón me sienta algo débil y comience a tambalear, ¡no debo negar la existencia de Dios!”. Si alguien cree en la existencia de Dios, debería creer que todo lo que Dios hace es correcto; si cree en la existencia de Dios, su corazón debería aterrorizarse ante Dios y temerle; esto es absolutamente correcto. Debido a que posee un corazón temeroso de Dios, independientemente de los rumores que escuche, cuidará sus palabras, no propagará rumores, no permitirá que las estratagemas de Satanás lo engañen ni caerá en sus intrigas. ¿No es esto algo que la mayoría de las personas puede lograr con facilidad? (Sí). Posees un pensamiento y razón normales, así que, cuando escuches rumores, si los difundes o no, queda completamente a tu criterio. ¿Hay alguien más que te controle? (No). Entonces, después de escucharlos, ¿no deberían las personas tener claro cómo manejarlos y tratarlos, y practicar conforme a los principios, la humanidad y la razón? Todos deberían tener este mínimo de juicio y entender este método y senda de práctica sin necesidad de que otros se lo enseñen. Incluso los niños saben que no deben difundir chismes, que es irrespetuoso, inmoral y siembra discordia, y que uno no debe ser este tipo de persona; estos son los pensamientos y comportamientos que las personas con una razón normal deberían poseer. Sin embargo, hay un tipo de persona que carece de esa razón y, en mayor medida, carece de tal humanidad. Esto la lleva a que, después de escuchar tales cosas, desee propagar rumores y propaganda negativa entre quienes la rodean lo más pronto posible, para que todos puedan analizarlos, juzgarlos y adornarlos juntos, y a continuación propagar esos rumores a una audiencia mayor. Piensa: “¿No es genial? ¿No es divertido? Si la vida de iglesia estuviera llena de este contenido, ¡qué rica sería! ¡Las personas lograrían tanto conocimiento!”. ¿Qué tipo de pensamientos y opiniones son estos? ¿No son los pensamientos y opiniones de una mala persona? ¿Qué clase de lógica es esa? ¿No se trata de alguien que está desesperado por el caos? ¿No será que no puede soportar ver que a otros les va bien? En su corazón, incluso se burla de los hermanos y hermanas: “Tontos, los rumores vuelan por todas partes fuera de la iglesia; las evaluaciones negativas, los ataques y las calumnias contra la casa de Dios, especialmente contra Cristo y la obra de Dios, están por doquier. En las iglesias de la comunidad religiosa, se cuelga todo tipo de material de propaganda negativa. En cuanto las personas allí oyen ‘Relámpago Oriental’, comienzan a lanzar una sarta de condenas y a distanciarse. Todos os están criticando y condenando, ¡pero vosotros, tontos, todavía estáis aquí creyendo en Dios y persiguiendo la verdad!”. Al ver a estas personas que siguen a Dios con una fe tan sólida, se siente incómodo y también le produce repugnancia. En particular, cuando ve que la enseñanza de alguien sobre la verdad demuestra una comprensión genuina y un cambio de carácter, y que todos lo admiran, odia a esa persona. Si ve a alguien que se aferra a los principios, que obtiene resultados y muestra lealtad en el desempeño de su deber en la casa de Dios, se enoja y dice: “¿Por qué no escuchas los rumores ni la propaganda que circula fuera de la iglesia? ¿Por qué eres tan tonto y sincero? Mira qué listo soy yo. Tengo un pie en cada bando. Participo en la vida de iglesia de la casa de Dios y no digo que no creo en Dios, y si no me permitieran cumplir con un deber, no estaría de acuerdo con eso, pero también husmeo las noticias provenientes del exterior de la iglesia. Sigo prestando atención a la propaganda negativa y a los comentarios de la comunidad religiosa, del mundo de los no creyentes y de Internet”. Siempre tiene una opinión inapropiada. Ver a los hermanos y hermanas persiguiendo la verdad y cumpliendo con sus deberes lo hace sentir íntimamente insatisfecho. Siempre quiere desorientar y alejar a una o dos de esas personas, e incluso quiere perturbar e influir en algunas de ellas todo el tiempo. También desea constantemente “despertar” a algunas personas propagando rumores, para que crean en ellos y se desorienten. Decidme, ¿qué clase de persona es esta? ¿Es apropiado considerar a tales individuos como parte de la casa de Dios y como hermanos y hermanas? (No). Entonces, ¿cuál es la forma más apropiada de percibirlos? Lo más apropiado es verlos como incrédulos, como siervos de Satanás. Esto no es una condena que carece de fundamento ni un agravio hacia ellos; es un hecho.

¿Qué es lo detestable de esas personas que propagan rumores infundados? Independientemente del canal por el que escuchen propaganda negativa, incluso cuando saben perfectamente que son rumores y palabras endiabladas sin ninguna base fáctica, aun así, los propagan a otros con incansable entusiasmo. ¿Cuál es la naturaleza de esto? Alguien con un corazón temeroso de Dios siente asco al escuchar rumores. Especialmente cuando se trata de palabras que atacan e insultan a Dios, no las mencionará en absoluto para evitar ensuciar su boca, lo que demuestra que tiene un corazón temeroso de Dios. Dice: “Si otros juzgan y calumnian a Dios, y atacan y denigran a la iglesia, es asunto suyo. No debo involucrarme en sus pecados. Su calumnia contra Dios ya constituye una rebelión escandalosa y un pecado atroz; no puedo pronunciar estas palabras con mi propia boca. No debo decir lo mismo que ellos. ¡No lo haré de ningún modo!”. Sin embargo, los que sirven a Satanás pueden repetir palabra por palabra la propaganda negativa y los rumores que escuchan, y lo hacen reiteradamente y sin ninguna duda, e incluso los propagan por todas partes. ¿Tienen estas personas la más mínima pizca de corazón temeroso de Dios? ¿Le temen a Dios? No, no le temen. A primera vista, también creen en la existencia de Dios, pero creer no equivale a reconocer que Dios es el Creador que tiene soberanía sobre todas las cosas. Satanás también cree que hay un Dios en el mundo, en el universo y entre todas las cosas, pero ¿cómo trata a Dios cuando Él le habla? ¿Cómo conversa con Dios? ¿Tiene un corazón temeroso de Dios? ¿Trata a Dios como Dios? No. ¿Qué método utiliza para conversar con Dios? Lo verifica, lo engaña y lo pone en ridículo, como si estuviera bromeando. Cuando Dios preguntó: “¿De dónde vienes?”, ¿cómo respondió Satanás? (“De recorrer la tierra y de andar por ella” [Job 1:7]). ¿Son estas palabras humanas? (No). Entonces, ¿qué significan? ¿Por qué habló Satanás de esta manera? ¿Qué tipo de actitud da lugar a tales palabras? ¿No se trata de una actitud burlesca? (Sí). ¿Qué significa burlarse? Tomarle el pelo a alguien, ¿verdad? “No voy a decirte de dónde provengo. ¿Qué puedes hacer al respecto?”. Satanás habló con Dios, pero no tenía intenciones de decirle lo que realmente estaba pasando; se negaba a decírselo y solo se estaba fastidiándolo. Eso es burlarse. ¿Muestra esta actitud que trata a Dios como Dios en algún sentido? ¿Existe algún sentido del respeto o temor hacia Dios? En absoluto, esa es la cara de Satanás. Aquellos que propagan rumores son capaces de diseminarlos entre los hermanos y hermanas despreocupadamente. Saben perfectamente que no se corresponden con los hechos, sin embargo, hacen todo lo posible por propagarlos y buscan todo tipo de oportunidades y ocasiones para hacerlo. ¿No es este el comportamiento y enfoque de Satanás? Así es como Satanás actúa. Reconoce la existencia de Dios y sabe que Él tiene soberanía sobre todas las cosas, pero no le tiene el más mínimo temor. Esta es la cara de Satanás, es la esencia-naturaleza de Satanás. Puede que algunos hermanos o hermanas digan: “Aunque esta persona no persigue la verdad, cree en Dios de manera sincera. Cuando escuchó que la iglesia iba a aislarlo o lo echaría, se angustió tanto que lloró y se preocupó mucho; ¡incluso le salieron llagas en la boca! No quiere dejar la casa de Dios; cree en Su existencia. Así que, sin importar lo que haga, deberíamos tratarlo como a un hermano, y brindarle amor y tolerancia, e incluso cuando propaga rumores, deberíamos seguir tratándolo con amor para ayudarlo y apoyarlo”. ¿Son correctas estas palabras? ¿Son la verdad? (No). Dios ha dicho muchísimas palabras, pero estas personas aún no las creen. Sin embargo, independientemente de la cantidad de rumores que los diablos y satanases pronuncien, los creen en su totalidad, e incluso los propagan sin escrúpulos para atacar y calumniar a Dios. Solo por eso, no merecen ser llamados hermanos o hermanas. ¿Es esto correcto? (Sí). Debido a que son capaces de propagar rumores, calumniar y atacar a Dios y calumniar a la casa de Dios y a la iglesia de manera inescrupulosa, tenemos buenas razones para verlas como siervos de Satanás, como satanases. Son enemigas de Dios y de todo el pueblo escogido de Dios. Entonces, ¿cómo debemos tratar a nuestros enemigos? (Debemos rechazarlos). Así es, debemos rechazarlos.

Algunas personas no aman la verdad. Después de escuchar rumores, aunque no los propagan abiertamente en la iglesia, los propagan bajo cuerda entre sus allegados. Otras personas sin discernimiento se vuelven negativas y débiles al escuchar estos rumores; algunas dejan de asistir a las reuniones y otras se retiran de la iglesia, pero quien propagó los rumores sigue sin admitir que estas consecuencias son el resultado de que él los propagara. A pesar de los repetidos llamados de atención y las constantes enseñanzas, cuando se encuentra con tales asuntos, continúa haciéndolo y solo se abstiene de propagar rumores abierta y descaradamente durante las reuniones o en público por miedo a exponerse, a que los hermanos y hermanas lo rechacen o a que la iglesia se deshaga de él y, en su lugar, opta por propagar secretamente algunos rumores enviando mensajes a otros o contactándose con personas. Entonces, ¿acaso tales personas no son malvadas? En realidad, son aún más insidiosas. No importa cuán en secreto actúen, la naturaleza y los motivos de sus acciones son los mismos que los de los siervos de Satanás. Su propósito al propagar rumores es perturbar el cumplimiento de los deberes de la gente, hacer que se vuelvan negativos y débiles, que nieguen a Dios, se alejen de Él y abandonen sus deberes. ¿Acaso alguna vez alguien ha afirmado: “Mi propósito al propagar rumores no es perturbar el cumplimiento de los deberes de las personas o socavar sus iniciativas, sino ayudarlas a desarrollar discernimiento y hacerlas más resistentes, para que cuando escuchen rumores, sean inmunes a ellos, no los crean, puedan perseguir la verdad de forma adecuada y cumplir sus deberes en paz”? ¿Hay alguien que haya propagado rumores con esta intención? (No). ¿Es válida esta afirmación? En realidad, no lo es. En tanto sea capaz de propagar rumores, especialmente aquellos que atacan, calumnian y blasfeman a Dios —mencionándolos de manera casual cada vez que abre la boca y propagándolos por todas partes sin escrúpulos— sin importar cuántos propague, ya sea abiertamente o bajo cuerda, e independiente del impacto en la gente, en resumen, su propósito al propagar rumores no es ayudar a las personas a entender la verdad y desarrollar discernimiento, sino perturbarlas y desorientarlas, hacer que duden y se distancien de Dios; lo que está haciendo es perturbar y desmantelar la obra de la iglesia. Desde esta óptica, no importa el motivo ni el contexto en el que se propaguen los rumores, la esencia de las personas que lo hacen es indudablemente la de los siervos de Satanás. Cualquiera que divulgue rumores que calumnien, ataquen y blasfemen contra Dios se está resistiendo a Él y es Su enemigo. ¿Es esto correcto? (Sí). Aunque no los hayas originado, el hecho de que seas capaz de propagarlos demuestra que crees que los rumores son ciertos o que en tu interior estás muy dispuesto a creerlos. “Si tan solo los rumores fueran ciertos, no tendría que creer en Dios, Dios no sería Dios, y el hecho de la encarnación de Dios no existiría. Él solo sería una persona y yo podría libremente inventar rumores sobre Él, denigrarlo, atacarlo y calumniarlo”. ¿No es ese el objetivo? Si crees en Dios, pero siempre quieres hablar y actuar arbitrariamente, ¿no es esto querer oponerse a Dios? (Sí). Algunas personas dicen: “¿Es esto rebelarse contra Dios? ¿Es no tener fe en Dios?”. Su naturaleza es mucho más grave. Es resistirse y oponerse a Dios. Solo los enemigos de Dios se resisten y se oponen a Él de esta manera. Debido a que la humanidad corrupta posee el carácter corrupto de Satanás y no comprende la verdad ni conoce a Dios, es capaz de rebelarse contra Él. No obstante, Satanás no solo se rebela contra Dios; lo traiciona, se resiste y se opone a Él. Esto lo convierte en un enemigo de Dios. La relación entre los enemigos de Dios y Dios es de oposición. ¿Qué significa oposición? Que son irreconciliables. Independientemente de la situación o el entorno, la oposición de Satanás a Dios no cambia ni con el tiempo ni con el espacio. La esencia de Satanás es oponerse a Dios, y esto es inmutable; Satanás es simplemente el enemigo de Dios. La resistencia de Satanás hacia Dios y su incompatibilidad con Él no duraron un día, ni solo a lo largo de algunos años o décadas; comenzó a oponerse a Dios una vez que lo traicionó. Entonces, ¿cuándo terminará esta oposición? ¿Se sentirá Satanás alguna vez conmovido ante Dios? ¿Permitirá que Él lo enderece? ¿Disminuirá paulatinamente la oposición hacia Él con el tiempo? No, continuará haciéndolo. ¿Cuándo cesará esta oposición? Cuando la obra de Dios haya terminado, Satanás ya haya rendido todo su servicio, ya no sea en absoluto útil, y Dios lo haya destruido; en ese momento la oposición cesará. ¿Y aquellos que son siervos de Satanás? Mientras estén en la iglesia, continuarán oponiéndose a ella, a la casa de Dios y a Dios. Algunos dicen: “Creen en Dios, a veces hacen ofrendas, dan limosnas, e incluso hospedan a los hermanos y hermanas. ¿Cómo pueden estar oponiéndose a Dios? No se oponen a Él; incluso hacen algunas buenas obras”. ¿Son correctas estas palabras? ¿Puede el hecho de hospedar a hermanos y hermanas y dar un poco de dinero a los hermanos y hermanas pobres anular su oposición a Dios? ¿Puede demostrar que son compatibles con Dios? (No). Entonces, ¿cómo surge esta oposición? (La condiciona su esencia-naturaleza). Así es, su esencia-naturaleza es resistirse y contrariar a Dios. Para discernir a estas personas, necesitáis basaros en las palabras de Dios: observad a quiénes les gusta recolectar propaganda negativa o rumores que atacan y calumnian la casa de Dios y la iglesia de diversos canales, y quiénes están interesados en estas cosas negativas y están dispuestos a creer estos rumores y palabras endiabladas. Esto os permitirá ver el verdadero rostro de estos incrédulos. Estas personas generalmente no leen las palabras de Dios, no muestran entusiasmo cuando escuchan a los hermanos y hermanas compartir la verdad, y son indiferentes en el cumplimiento de sus deberes. Siempre sienten que creer en Dios es aburrido. ¿En qué se enfocan cuando ven vídeos y programas de la casa de Dios? Cuando ven que las personas religiosas dejan comentarios positivos, se sienten incómodas y los pasan por alto. Pero cuando ven a personas religiosas y no creyentes que apoyan al gran dragón rojo e insultan a la iglesia, a la casa de Dios y a los hermanos y hermanas con sus palabras endiabladas, se sienten especialmente felices y emocionadas. Siempre que escuchan esta propaganda negativa y rumores, se emocionan como si les hubieran inyectado adrenalina, su paso es alegre e incluso se sienten felices al despertar. ¿No es esto perverso? Observad a quienes os rodean para ver quién se corresponde con este tipo de personas; ved si su carácter odia la verdad y a Dios. Si ciertamente encontráis a una persona así, debéis ser especialmente precavidos y discernirla; prestad atención a sus palabras, acciones y comportamiento. Una vez que confirméis que son personas malignas, siervos de Satanás, debéis rechazarlas y no tratarlas como hermanos o hermanas. Estas personas deben ser echadas de la iglesia lo antes posible. Algunas personas dicen: “¿Por qué deberíamos echarlas? En la casa de Dios, tener a una persona más significa tener una fuente más de fuerza para hacer el trabajo; tener a una persona más también hace que el ambiente sea un poco más animado. Hace mucho tiempo que creen en Dios, y aunque no aman ni practican la verdad, han creído en la existencia de Dios desde niños, creían en el Viejo del Cielo. También creen que hay un dios un metro por encima de ellas, y aún más, creen que el bien y el mal tienen su recompensa. Generalmente, no se atreven a cometer acciones malvadas evidentes y están dispuestas a ayudar a los demás. Es solo que tienen este pequeño pasatiempo; disfrutan de propagar rumores y chismes. En particular, propagan rumores del gran dragón rojo que difaman a Dios y repiten tales cosas sin siquiera pensar demasiado en ello, tal vez lo hacen porque son ignorantes y no están bien informadas”. A simple vista, no parecen ser personas malvadas ni han trastornado ni perturbado la obra de la iglesia, pero se dedican especialmente a propagar rumores y siempre quieren ser las primeras en hacerlo. ¿No deberían las personas estar alertas respecto a tales individuos? ¿No son siervos de Satanás? ¡La esencia de tales personas es totalmente obvia! Nunca muestran interés por las palabras de Dios ni por la verdad, y jamás buscan los principios-verdad al cumplir con su deber. En cualquier cosa que hagan, no demuestran seriedad, no ponen su corazón en ello y no están dispuestas a soportar dificultades. Solo actúan de manera superficial, hacen todo por inercia y bromean constantemente. En su discurso y acciones, no ofenden a nadie, pueden llevarse bien y aparentan ser amigables con todos; simplemente les gusta recolectar y propagar rumores. A partir de estas acciones, ¿podemos llegar a la conclusión de que estas personas son siervos de Satanás? (Sí). ¿Por qué? ¿Es esto una exageración? (No). No tienen ningún interés en perseguir la verdad. Apenas escuchan un sermón, les da sueño; tan pronto como se comparten las palabras de Dios, sienten asco y se inquietan, se levantan constantemente para beber agua o ir al baño, siempre se sienten molestas en su interior. Escuchar la enseñanza les resulta increíblemente difícil, como si fuera una tortura. Sin embargo, tan pronto como escuchan los rumores de Satanás o las palabras endiabladas de los no creyentes, su interés se aviva, se sienten vigorizadas y comienzan a propagar estos rumores y palabras endiabladas con total iniciativa. ¿Son estas personas hermanos y hermanas? No. Sienten aversión por la verdad y la desprecian hasta la médula. En cuanto a los asuntos relacionados con Dios y Su obra, ya sea la identidad y esencia de Dios, Su estatus, Su dignidad o la carne en la que se ha encarnado, muy internamente, los desprecian. Carecen completamente de un corazón temeroso de Dios. Por lo tanto, siempre albergan nociones sobre Dios y Su obra. Pueden repetir con facilidad todo tipo de rumores y palabras endiabladas de Satanás, y logran así su objetivo de propagarlos sin ningún cargo de conciencia. ¿Qué clase de desgraciados son? ¿Son creyentes? (No). Estas son las acciones de aquellos que reconocen a Dios de palabra y afirman seguirlo, que creen que hay un Viejo en el Cielo, creen que hay un dios un metro por encima de ellos y que el bien y el mal tienen su recompensa. Esta es su actitud hacia Dios. Si alguien insultara a sus padres o inventara rumores sobre ellos a sus espaldas, sin duda pelearían hasta la muerte. Sin embargo, cuando alguien insulta a Dios, lo ataca o lo difama, no solo no se molestan, sino que son capaces de repetirlo como una broma e incluso propagarlo por todas partes. ¿Es esto algo que un seguidor de Dios debería hacer? (No). Entonces, ¿es apropiado que un gran número de personas trate a estos incrédulos como hermanos y hermanas? (No). Por lo tanto, cuando se sospecha que tales personas son siervos de Satanás, los demás deben estar alertas. Los líderes y obreros deben hacérselo saber a los hermanos y hermanas con prontitud para que sean cautelosos respecto de estas personas, de modo que todos puedan discernirlas. Una vez que se confirme que son siervos de Satanás, que son diablos, todos deben rechazarlas en conjunto y echarlas de la iglesia. ¿Se ajusta esto a los principios? (Sí). Entonces, es lo que debe hacerse.

C. Cómo tratar los rumores infundados del gobierno del PCCh y del mundo religioso que calumnian y atacan a Dios

El gobierno comunista chino y la comunidad religiosa han inventado un gran número de rumores infundados sobre la casa de Dios, y afirman falsamente que los hermanos y hermanas obligan a las personas a aceptar el evangelio, y demás. ¿Cómo os sentís después de escuchar estos rumores? (Enfadados, indignados). Son rumores acerca de vosotros, y os sentís indignados. ¿Hasta qué punto estáis indignados? ¿Deseáis encontrar a las personas que inventan los rumores y discutir con ellas, e incluso darles una lección? (Sí). Estos rumores aparentemente apuntan a la iglesia, pero de hecho, involucran a todos los miembros de la iglesia y la reputación e integridad de cada uno de ellos. Después de escucharlos, sentís indignación, decís: “¡Nosotros no hicimos eso! Predicamos el evangelio según los principios-verdad. A los que no quieren creer en Dios, nunca los forzamos. Creer es voluntario. Nunca presionamos a nadie y mucho menos dañamos a las personas o tomamos represalias contra ellas. Por el contrario, a los que predicamos el evangelio, las personas religiosas nos han golpeado salvajemente, nos han denunciado a la policía y nos han entregado al gran dragón rojo para ser torturados; a muchos de nosotros nos han encarcelado, y a muchos incluso los han detenido en cárceles privadas que las personas religiosas han montado. ¡Somos nosotros a quienes están agraviando!”. Después de escuchar estos rumores, os sentís indignados y queréis discutir con ellos constantemente. Reaccionáis de esa manera porque tales rumores atacan y denigran a la iglesia y al pueblo escogido de Dios de forma directa. ¿Cómo os sentís cuando escucháis rumores que denigran y juzgan a Dios? Esos rumores no comprometen vuestros intereses personales ni vuestra integridad y dignidad; son rumores que afectan a Dios. Por ejemplo, cuando antes creías en Jesús, algunas personas decían que Jesús nació de una virgen y que no tenía padre. ¿Cómo te sentiste cuando lo escuchaste? ¿Deseaste discutir con ellos? “¡Es en Dios en quien creemos!”. Luego pensaste en ello: “Que María era virgen, y Jesús nació de una virgen y fue concebido por el Espíritu Santo es un hecho, pero los no creyentes hablan de ello de manera grosera, ¡y no me gusta escucharlo!”. A lo sumo, es posible que hayas albergado tales sentimientos, pero en tu corazón, aún sentías que la concepción por el Espíritu Santo contradecía profundamente las nociones humanas. No podías creer en este asunto porque crees en la ciencia; no crees en la omnipotencia de Dios de corazón ni que todo lo que Dios dice y hace es la verdad, por lo tanto, no irás a refutar las palabras endiabladas de los incrédulos. Como no posees la verdad y tampoco la entiendes, como máximo, te resulta desagradable escuchar los rumores de los que habla la gente, y piensas que no deberían hablar de esa manera porque esos rumores afectan tu reputación. Piensas: “¡Los no creyentes son tan repugnantes y viles! Tienen el descaro de usar todo tipo de palabras inmundas; ¡en verdad son incrédulos! ¡No hay duda de que son diablos!”. Eso es todo, y es lo máximo que puedes lograr. ¿Por qué, después de escuchar a los no creyentes decir tales rumores, sientes que te provocan y los consideras viles y repugnantes? Porque comprometen tu reputación; esos rumores provocan a tu corazón y te hacen sentir deshonrado, así que encienden tu ira y te alzas para decir algunas palabras positivas con el fin de refutarlos. ¿Es tal refutación completamente en defensa de Dios? ¿Tiene como fin defender Su testimonio? No, su único objetivo es defender tu propio rostro y tu dignidad. ¿Por qué lo digo? Porque no has desentrañado la esencia del problema; incluso más, no entiendes las intenciones de Dios ni lo que Dios exige de ti. Lo que entiendes y sientes no se ajusta a las intenciones de Dios; no es más que impetuosidad y buen comportamiento humanos. El buen comportamiento humano no representa tu testimonio de Dios. No te has mantenido firme en tu testimonio; solo defiendes tu rostro y tu dignidad, refutas los rumores para aliviar un poco tu conciencia; no estás del lado de Dios para defenderlo, ni usas la verdad ni los hechos para refutar los rumores y dar testimonio de Dios. No hablas en Su defensa y, desde luego, lo que dices no está alineado con la verdad, sino solo con tus intereses carnales; es únicamente para que tu corazón se sienta menos molesto y no te avergüence creer en el Señor Jesús. Eso es todo. Por lo tanto, cuando escucháis que alguien ataca y condena a Dios, vilipendia y juzga Su iglesia, o que incluso os condena a vosotros, os sentís particularmente indignados y deseáis pelear y discutir con ellos, para reparar vuestra reputación y aclarar tales asuntos. No obstante, ¿significa eso que te has mantenido firme en tu testimonio? Con eso no alcanza; si no entiendes la verdad, ¡no hay testimonio!

Cuando escucháis los rumores que se propagan en el mundo exterior que calumnian y atacan a Dios, ya sea que ataquen al Dios en el cielo o al Dios encarnado en la tierra, ¿cómo os sentís? ¿Os da lo mismo o sentís algo de dolor? ¿No podéis soportarlo ni aceptarlo, u os sentís impotentes? Después de escuchar los rumores, algunas personas piensan: “Dios es inocente; Él no hizo tales cosas. ¿Por qué el mundo y la comunidad religiosa lo atacan y lo calumnian de esta manera? Debemos esforzarnos con esmero, y cumplir con nuestros deberes y defender el nombre de Dios. Cuando Su gran obra se lleve a cabo, la verdad de todo saldrá a la luz, y todos los pueblos del mundo verán que el Dios encarnado en el que creemos es el único Dios verdadero, el Dios en el cielo, ¡y que esto no es incorrecto en absoluto!”. Otros piensan: “Dios ha expresado tantas verdades, y estas personas malvadas no creyentes y diablos saben perfectamente bien que las palabras de Dios son la verdad, pero aun así lo calumnian y lo atacan. ¿Hasta cuándo debe soportar Dios este sufrimiento?”. Algunos más dicen: “Las personas pueden decir lo que quieran; no les hacemos caso. Dios nunca ha refutado los rumores que calumnian contra Él; no reacciona ante ellos. Entonces, ¿qué podemos hacer nosotros que somos seres humanos tan diminutos? ¿Acaso la raza humana no lo ha malinterpretado, atacado, blasfemado y rechazado siempre de esta manera? Dios no se queja en absoluto, y aun así continúa salvando a la gente. Dejemos que el tiempo revele todo; ¡Dios dará testimonio de Sí Mismo!”. ¿Cuál es vuestro punto de vista? Acabo de mencionar la tenacidad, la indignación, la no aceptación y la impotencia. ¿Cuál de ellos sentís? ¿Cuál de estos sentimientos es el más adecuado? ¿Cómo deben tratarse estos asuntos conforme a los principios-verdad? ¿Cómo os sentís cuando escucháis esos rumores? (Indignados). Indignados, y entonces deseáis escribir una condena para arremeter contra los que crean tales rumores, estos impostores religiosos y personas malvadas de la religión. ¿Tenéis estos pensamientos? No sentiréis que basta con apretar los puños con ira, ¿verdad? ¿Sentís el impulso de hacer algo al respecto? ¿O es solo una indignación vacía? (También hay odio y rechazo). Indignación, odio, rechazo: estas son emociones que surgen de actividades mentales, sin palabras específicas, comportamientos ni acciones; son solo emociones y, por supuesto, también representan ciertas actitudes. (Además de sentir indignación, a veces escribimos artículos o creamos programas para aclarar los hechos y exponer que la esencia de sus acciones es de odio hacia la verdad y hacia Dios, para que la gente pueda ver los hechos verdaderos). Después de que estas personas vean los verdaderos hechos, ¿los aceptarán? Incluso si aceptan que lo que decís es correcto, y luego hacen un comentario justo y dicen: “Lo que creéis es correcto; seguid creyendo, ¡os apoyamos!”, y los impostores religiosos se sienten avergonzados y dicen: “Perdón, estábamos equivocados, lo que dijimos no se correspondía con los hechos; a partir de ahora, vosotros creed a vuestra manera, y nosotros creeremos a la nuestra”, ¿os haría sentir tranquilos? ¿Es este el único objetivo al que aspiráis? (También queremos dar testimonio de Dios para que aquellos que están investigando el camino verdadero y que tienen sed de la verdad puedan discernir con claridad el bien del mal y aceptar el camino verdadero). Esa es una senda; es una forma de práctica positiva. ¿Acaso sirve de algo limitarse a enfadarse y a odiar? ¿Cuál es la causa de vuestra ira y vuestro odio? ¿Qué razón hay en estar enfadados y llenos de odio? (Dios se ha hecho carne para salvar a las personas, lo cual es lo más recto, pero ellos propagan rumores para juzgar y denigrar a Dios. Sentimos mucha indignación, y pensamos que de verdad están invirtiendo el bien y el mal y diciendo tonterías). ¿Pensáis que el rechazo de la raza humana y del mundo hacia Dios y su actitud hacia Él solo se manifiestan de esta manera durante el período de esta encarnación de Dios? La actitud de la raza humana y del mundo hacia Dios siempre ha sido la misma de principio a fin, en todo momento ha condenado, calumniado, atacado y blasfemado. Desde que Dios comenzó Su obra hasta ahora, la actitud de los seres humanos hacia todo lo que Dios ha hecho y hacia el Dios encarnado no ha cambiado. La raza humana no comenzó a atacar y a blasfemar contra Dios, ni a inventar diversos rumores sobre Dios encarnado solo después de la primera encarnación de Dios; todo eso ha estado sucediendo desde que Dios comenzó Su obra y desde que la raza humana tuvo su primer contacto con Dios y Su obra, y ha continuado hasta ahora. Y aquellos que siguen a Dios siempre han tenido que soportar la denigración, los ataques, los juicios, las blasfemias, los rumores diversos y más, provenientes de los regímenes de Satanás y de las fuerzas religiosas de los anticristos contra Dios y la iglesia. ¿Es posible que aquellos que siguen a Dios deban soportar estas cosas? Algunos dicen: “Estos rumores nos repugnan tanto porque tergiversan completamente los hechos e invierten el bien y el mal. Nos sentimos furiosos tan pronto como los escuchamos, y en lo profundo de nuestros corazones odiamos a aquellos que los fabrican y los propagan. Independientemente de que esos rumores provengan de la comunidad religiosa o del gobierno diabólico del PCCh, solo tenemos una sola actitud, y es de odio e ira, y entonces queremos refutarlos y aclarar todo”. Algunos incluso dicen: “¡Queremos mantener un debate con estos diablos y anticristos para poder avergonzar a Satanás y humillarlo!”. ¿Es esa la opinión de la mayoría de la gente? ¿Es tal opinión correcta? Si se la observa desde la óptica de la humanidad normal, es razonable. Las personas deberían tener cierta honradez y una gama normal de emociones; deben amar y odiar con claridad, amar aquello que debe ser amado y odiar lo que debe ser odiado. Las personas que poseen una humanidad normal deben tener estas cualidades. Sin embargo, ¿basta con adoptar la óptica de la humanidad normal para estar en línea con los principios-verdad? Para ser más precisos, ¿se corresponde este enfoque con las intenciones de Dios? O más bien, ¿le agradan a Dios esta actitud y este enfoque? Al decir esto, posiblemente la mayoría de las personas capte algo y piense: “Dijiste que eso es limitarse a ver las cosas desde la óptica de la humanidad normal. A juzgar por las implicaciones de lo que dijiste, es evidente que este enfoque es impulsivo, no se ajusta ni a los principios-verdad ni a las intenciones de Dios”. ¿Qué significa no ajustarse a las intenciones de Dios? Que Dios no desea que las personas actúen de esa manera; los deseos de Dios y los estándares que les exige a las personas no son así. Si actúas de esta manera, aunque Dios no lo condene, desde Su óptica, no significa que estés siguiendo Su voluntad, y Él no lo aprueba. En apariencia, parece que al hacer tales cosas actúas con razón, sientes tanto odio como amor, quieres aclarar estos hechos para Dios, para que todo el mundo sepa que Dios es Dios, que Dios es el Dios de toda la raza humana, y que todos deben adorar a Dios y aceptar Su salvación. A simple vista, parece que lo que haces es impecable, razonable, se ajusta a la ley, a la humanidad, a la moralidad, y aún más, a las preferencias de todas las personas. Sin embargo, ¿le has preguntado a Dios sobre eso? ¿Has buscado a Dios? ¿Has encontrado los principios de acción que Dios les exige a las personas a partir de Sus palabras? ¿Cuáles son exactamente las intenciones de Dios? Algunas personas dicen: “Hay tantas palabras de Dios; no es fácil encontrar las exigencias específicas de Dios hacia las personas en cada asunto”. Dado que no has encontrado las palabras explícitas de Dios, puedes buscar pistas en Su actitud hacia esos tipos de rumores. Entonces, ¿no puedes determinar cuál debería ser la actitud de las personas hacia este asunto y cuáles son los principios que estas deberían practicar de acuerdo con la actitud de Dios hacia dicho asunto? (Sí). Entonces, veamos cuál es exactamente la actitud de Dios hacia este asunto.

Desde el comienzo del encuentro de la humanidad con la obra de Dios, las personas se han quejado de Dios y se han sentido insatisfechas con respecto a Él, e incluso han pronunciado en secreto muchas palabras repugnantes para expresar su sospecha, duda y rechazo, entre otras, hacia Dios. También existen diversos rumores que provienen del partido gobernante y de la comunidad religiosa, que no se corresponden en absoluto con los hechos ni se ajustan a la verdad. ¿Qué significan esas palabras para Dios? Ya sean sospechas, malentendidos o quejas, están llenas de ataques, calumnias y blasfemias contra Él, y no reflejan ni un ápice de un corazón temeroso de Dios; así ha sido desde el principio. Siempre hay algunos en la iglesia que no aman la verdad. Son los incrédulos, que dudan de las palabras de Dios y de la verdad y exhiben tal actitud hacia Él. Sucede incluso más en el caso de esos no creyentes y partidos gobernantes ateos, los humanos sienten aversión por la verdad, su actitud hacia Dios no necesita explicación; atacan y juzgan sin escrúpulos y dicen lo que les viene en gana. En particular, los fariseos de la comunidad religiosa aprovechan incluso en mayor medida la oportunidad para juzgar y condenar de forma desenfrenada. Todos esos comentarios no son positivos y, desde luego, no son objetivos ni precisos. Entonces, ¿cuál es la esencia de tales comentarios? Para Dios, esas palabras no son solo enunciados u opiniones, sino más bien denigración, ataques, calumnias y blasfemias contra Él. ¿Por qué digo “para Dios”? Porque Dios mide todo eso con la mayor precisión, solo podemos añadir un prefijo. A lo largo de la historia, esa ha sido la actitud de la raza humana hacia Dios; las personas han expresado demasiadas palabras que atacan e insultan a Dios, y ninguna de ellas ha sido bienintencionada. Incluso hoy, vuestros oídos oyen y vuestros ojos ven lo mismo. Desde el principio, la actitud de la totalidad de la raza humana hacia Dios no ha cambiado. ¿Cómo aborda Dios estos asuntos? ¿Está Él en condiciones y tiene la capacidad para convocar a un congreso religioso global para defenderse, aclarar los hechos reales de Su obra y justificarse ante la raza humana? ¿Lo ha hecho? No, Dios permanece en silencio, no aclara toda la situación, ni se defiende ni se justifica nunca. Sin embargo, para aquellos que lo atacan de manera particularmente vil, Él ha dictado cierto castigo y permitió que les sobrevengan algunos hechos. En cuanto a los ataques, calumnias y blasfemias del público, ¿cuál es la actitud de Dios? ¿De qué manera lo maneja? Lo ignora; hace lo que haga falta, de la manera en la que debe hacerse, elige a quien debe elegir, guía a quien debe guiar. Todo el mundo está ordenado en las manos de Dios; Él nunca ha alterado ni cambiado Sus planes debido a los ataques, calumnias o blasfemias de los humanos. Cuando las fuerzas malignas de Satanás reprimen y arrestan al pueblo escogido de Dios, sin importar cuán delirantes sean, Él nunca cambia Sus planes ni Su parecer. Sus pensamientos e ideas permanecen completamente inmutables; simplemente continúa, como siempre, llevando a cabo la obra que pretende hacer, gestionando a Su raza humana. Para Dios, esos ataques, calumnias y blasfemias nunca han representado un obstáculo; hace caso omiso de ellos. ¿Por qué Dios no se justifica ni se defiende? Para Él, estas cosas son completamente normales. La humanidad es la humanidad, y Satanás es Satanás. Es muy normal que los humanos, que no entienden la verdad ni los hechos reales, hagan tales cosas. ¿Afecta esto los pasos de la obra de Dios? No, Dios posee un gran poder; tiene soberanía sobre todo. En el marco de Sus palabras y Sus pensamientos, y bajo Su soberanía, todo funciona de forma metódica; no importa lo que la raza humana diga o haga, no puede afectar la obra de Dios de ninguna manera; esto es lo que un Dios con esencia divina es capaz de hacer. Dios actúa cuando llega el momento, cumple Sus planes sin la menor discrepancia, y nadie puede cambiarlo. Los comentarios del hombre y cualquiera de sus ataques o calumnias contra Dios, ya sean intentos deliberados de obstruir y destruir la obra de Dios o perturbaciones y disrupciones involuntarias que afecten Su obra, nunca han logrado sus objetivos. ¿Por qué? Esta es la autoridad de Dios; esto confirma que Su autoridad es única, y que ninguna fuerza puede reemplazarla ni superarla. Es un hecho. Dios posee esa autoridad y ese poder, posee Su verdadera identidad, y ninguna fuerza puede cambiar nada. Así que, ¿por qué debería Dios preocuparse por los ataques y las calumnias menores de las personas? Para Él, no importa cuántas personalidades importantes ni cuán grande sea un poder dentro de la raza humana que trate de obstaculizar, calumniar, atacar o blasfemarlo, no pueden perturbar la obra de Dios en lo más mínimo. Más bien, estas acciones solo sirven para resaltar Su carácter justo y Su omnipotencia. Las perturbaciones ocasionadas por las fuerzas malignas de Satanás no son más que un episodio menor en el transcurso de la historia humana. Lo que puede tener soberanía sobre toda la humanidad, influir en ella y transformarla es la obra de Dios, Su plan, Su gran poder y Su autoridad. Es un hecho. En cambio, ¿necesita Dios preocuparse por la denigración, los ataques, las calumnias y las blasfemias de la gente contra Él? No. Porque Dios tiene autoridad, para Dios, Su enunciado: “Lo que digo, lo digo en serio, y lo que digo se cumplirá y lo que llevo a cabo durará por siempre”, siempre se vuelve realidad; se está volviendo realidad y se realiza cada día. Esta es la autoridad de Dios. Algunas personas preguntan: “¿Refleja esto la confianza de Dios? ¿Es Su fe?”. ¡Estás equivocado! Los humanos tienen confianza, los humanos necesitan fe, pero Dios no. ¿Por qué? Porque Dios tiene autoridad y poder y, sin importar la manera en que la humanidad lo calumnie o lo condene, ni la forma en que las fuerzas hostiles de Satanás perturben y saboteen todo, nada cambiará. Por lo tanto, Dios no necesita descartar a las fuerzas hostiles presentes en la humanidad corrupta que lo atacan, lo calumnian y lo blasfeman antes de llevar a cabo Su obra. ¿Bajo qué circunstancias obra Dios? ¿En qué contextos logra la victoria? ¿En qué circunstancias logra completar Su obra? En medio de la cacofonía de los ataques, las calumnias y las blasfemias de toda la humanidad y de las fuerzas hostiles en su conjunto; es en tal entorno y contexto que Él logra Su obra. ¿No es esto una demostración del gran poder de Dios? ¿No es esta Su autoridad? (Lo es). ¿Quién puede negar este hecho? ¿Te atreves a no reconocer que este es el hecho?

A lo largo de la historia, los seres humanos han calumniado a Dios y han blasfemado contra Él todo el tiempo y, en los últimos días, las fuerzas de toda la raza humana que se resisten a Él se han fortalecido incluso más y existen más voces que lo calumnian y lo condenan. La raza humana utiliza diversos métodos, a través de los periódicos, la televisión, la Internet y otros medios, para calumniar y atacar a Dios. Sin embargo, ¿hemos diseccionado alguna vez estos rumores en todas nuestras reuniones? (No). ¿Por qué no? Algunas personas dicen: “¿Es porque los inocentes siguen siendo inocentes y los rumores se disipan una vez que llegan a los sabios?”. ¿Es por eso? (En esencia, esos rumores no pueden afectar la obra de Dios. Independientemente de la manera en la que Satanás perturbe las cosas, no puede sabotear ni obstruir el progreso de la obra y del plan de Dios). Satanás es simplemente eso; en tanto Dios actúe y obre, él vendrá a perturbar. Ese es precisamente el papel que desempeña. ¿Está bien que tú impidas que actúe? Debes darle espacios, escenarios y oportunidades suficientes para actuar. Cuando haya actuado bastante, esté cansado de su desorden y haya hecho suficiente mal, sus días habrán terminado. No necesitamos perder tiempo valioso diseccionando y analizando sus diversos rumores y acciones malvadas para desmentir tales rumores; es inútil y carece de valor. ¿De qué sirve diseccionarlos? ¿Puede eso significar que la gente entiende la verdad? Existen demasiadas verdades que las personas deberían entender; ni siquiera pueden escucharlas a todas, y mucho menos desmentir esos rumores. ¿Cuentan las personas con tiempo libre para hacerlo? Para ser honesto, realmente no me interesan esos asuntos, ni estoy dispuesto a mencionarlos ni a prestarles atención. Algunas personas dicen: “¿Es posible que en estos años no te atrevas a ir a ningún lado? ¿Será porque circulan tantos rumores que siempre estás ansioso y asustado dondequiera que vayas?”. Digo que no siento nada en absoluto. Algunos dicen: “¿No deseas defenderte de aquello que no has hecho?”. ¿De qué voy a defenderme? ¡Ni siquiera puedo mantenerme al tanto de Mis asuntos debidos! Converso con personas, con seres creados, no con diablos. Algunas personas preguntan: “¿No te enfurece escuchar esos rumores?”. Digo que no siento nada con respecto a ellos, no me generan ningún sentimiento; esos asuntos no me inquietan. Algunos preguntan, “¿No te sientes agraviado?”. Yo digo que no me siento agraviado, ¿por qué habría de sentirme así? Hago lo que puedo, hago lo que debo, hago bien lo que puedo y debo hacer, cumplo con Mis responsabilidades; es lo mejor y tiene sentido. No me distraeré ni perderé tiempo en esas cosas que no tienen sentido ni valor. No tengo tiempo para preocuparme por esos asuntos. Algunas personas dicen: “¿Y cuando tengas tiempo libre? ¿Te ocuparás de ellos entonces?”. No, ni siquiera cuando tenga tiempo libre. Prefiero hablar con Mi perro a conversar con diablos. Si sabes con claridad que se trata de un diablo que suelta su charla diabólica, ¿por qué molestarse con él? No deberías fastidiarte en absoluto; dejar que el diablo se avergüence por completo es lo correcto. En resumen, la actitud de Dios hacia esos rumores es la siguiente: al hacer cualquier cosa o decir cada frase, Dios no se está justificando ni está demostrando Su valía a la humanidad, y mucho menos justificándose ante Satanás, Su enemigo, diciendo que Él es puro, inocente y que está libre de culpa. Todo lo que Dios hace es a favor de Su gestión, para salvar a los humanos que Él se propone salvar. Sigue Su plan de gestión paso a paso; no lo hace para demostrar nada a nadie, ni para confirmar Su identidad. Para decirlo en términos humanos, todo lo que Dios hace lo realiza de manera instintiva, sin falsedad ni pasividad alguna. El hecho de que Dios lleve a cabo todas estas tareas instintivamente confirma Su identidad y Su esencia. La raza humana no puede cambiar el plan de Dios, ni puede superar Su autoridad ni Su poder; esto es un hecho. Por lo tanto, Dios ignora los rumores y las palabras diabólicas provenientes de cualquier rincón de la raza humana que lo atacan y lo calumnian. Decidme, ¿no le resultaría a Dios demasiado fácil pronunciar un capítulo de palabras o escribir una condena para arremeter contra los ataques y la resistencia a Dios por parte de los partidos gobernantes ateos del mundo y la comunidad religiosa? Sin embargo, Dios no actuará así con Satanás. Dios actúa basándose en principios; cuando Él debe destruir las fuerzas malignas de Satanás, tiene Su propio momento oportuno. Para Dios, actuar es demasiado fácil. Podría realizar algunas obras maravillosas en los cielos, y de repente los cielos se abrirían y una voz diría: “Yo soy el único Dios verdadero a quien vosotros calumniáis, atacáis y blasfemáis. ¡Yo soy el Todopoderoso a quien vosotros ahora estáis calumniando y blasfemando!”. Al escuchar esto, la humanidad quedaría inmediatamente estupefacta y desconcertada, no sería capaz de hacer otra cosa que postrarse en el suelo, llorar y rechinar los dientes. Esa sola frase resolvería y probaría todo; entonces, ¿se atrevería alguien a insultar a Dios? ¿No se asustarían tanto esos diablos de la comunidad religiosa que se esfumarían sin dejar rastro? Satanás inventa rumores acerca de Dios, lo calumnia y lo ataca, y hace que los creyentes se sientan furiosos y llenos de odio, incapaces de comer ni dormir, y que deseen escribir artículos y crear programas para refutarlo. Mientras tanto, Dios actúa de manera sencilla; podría simplemente decir unas pocas frases y toda la raza humana se doblegaría por completo, y ya no se atrevería a atacarlo ni a blasfemar contra Él. ¿Cómo fue que Pablo llegó a ser obediente? (Dios se le apareció en el camino a Damasco). Dios se le apareció. En realidad, no vio nada; solo hubo una luz que asustó tanto a Pablo que se postró en el suelo, y desde entonces no se atrevió a perseguir a Jesús. Lidiar con Satanás es así de simple; en realidad, a Dios le resulta sumamente fácil. Dios podría ponerlo en su sitio con solo una palabra. Hacerlo sería mucho más fácil que pasar décadas hablando con vosotros y dedicándoos todo este esfuerzo, pero Dios no actúa de esta manera. ¿Por qué? Hay un secreto que debo contaros: son los humanos a quienes Dios salva, es decir, a aquellas personas que Él ha elegido. El resto, los que Dios no ha elegido, no son considerados humanos, sino bestias, diablos, indignos de escuchar la voz de Dios, ver Su rostro y mucho menos conocer cualquier información acerca de Dios. Por lo tanto, Dios no actúa de esta manera. Su identidad es honorable; no cualquiera que desee verlo puede hacerlo, y Él no aparecerá ante alguien simplemente porque esa persona siempre mire atentamente, con empeño y con todo el corazón hacia determinado lugar en el cielo. ¿Crees que cualquiera que quiera ver a Dios puede hacerlo? Dios tiene dignidad; se presenta ante aquellos que le temen y evitan el mal, se aparece en lugares santos y se oculta en sitios inmundos. No hace falta discutir si toda la raza humana es inmunda o santa. Esta raza humana no merece ver a Dios; no reconoce que hay un Dios; por lo tanto, ¿por qué habría Él de aparecerse ante ella? ¡No es digna! Dios es capaz de hacer cosas, pero no las hace; esto confirma Su humildad, Su ocultamiento y la honra de Su identidad. Decidme, si Satanás pudiera hacer tales cosas, ¿cuántas veces al día las haría? ¿Cuánto se jactaría? Cuando los humanos que Satanás ha corrompido ocupan algún cargo menor y ejercen cierto de poder, ¿quién sabe hasta qué punto presumirán de ello? Por no hablar de Satanás, que abusará y alardeará de cualquier poder mínimo que posea de maneras inimaginables. Dios no actúa de esta manera; no midas a Dios con la lógica de Satanás; sería un grave error. En cuanto a lo que Él puede hacer, depende de si desea hacerlo; si Él quiere, puede hacerse en un momento, y si no lo desea, nadie puede obligarlo. La actitud de Dios hacia los rumores simplemente es esa, los ignora. Dios sigue haciendo lo que debe hacer, lo que tiene intención de hacer; ninguna persona, ninguna fuerza puede alterar ni cambiar Su plan. Esos rumores que lo atacan, lo calumnian y lo denigran no cambian nada. Los rumores, al fin y al cabo, son solo rumores y nunca pueden convertirse en hechos. Incluso si se alinean con la filosofía humana, la ciencia, la moral, la teoría, etcétera, incluso si toda la humanidad se alza para atacar a Dios, la verdad no estará del lado de la raza humana y esta tampoco la poseerá. Dios es Dios por siempre; Su identidad y Su estatus nunca cambian. Por consiguiente, no importa la manera en la que Satanás perturbe las cosas, la obra de Dios sigue avanzando de forma ordenada, porque esa es la obra de Dios. Si se tratara del trabajo del hombre, el régimen de Satanás capaz de causar tales perturbaciones y las diversas fuerzas de la sociedad que lanzan tales ataques y calumnias ya lo habrían hecho colapsar y desaparecer. Solo cuando Dios habla y obra, solo cuando el Espíritu Santo obra, la iglesia prospera cada vez más. ¿No es esto un hecho? ¿Habéis sido testigos de este hecho? (Sí). ¿Qué habéis visto? (El evangelio del reino ya se ha difundido a docenas de países y los rumores que Satanás inventó y propagó no han impedido que aquellos que aman la verdad se vuelvan a Dios en absoluto). Es obra de Dios; la obra de Dios y Sus palabras pueden lograr ese efecto y esto va más allá de las expectativas de Satanás. Las palabras de Dios tienen un poder inmenso; el evangelio se está difundiendo en una buena dirección y todo está avanzando de manera ordenada conforme al plan de Dios y sin ninguna discrepancia. La obra y las palabras de Dios se están difundiendo entre Su pueblo escogido, como ha sido predestinado desde hace mucho tiempo. El número de personas ganadas mediante la prédica del evangelio y la cantidad de personas que investigan el verdadero camino aumentan mes a mes. ¿No muestra esto cuánto se ha difundido el trabajo evangélico? Si no fuera obra de Dios, independientemente del número de personas que paguen un alto precio, no podrían lograr este efecto. Este es el poder de Dios, el efecto que el poder de Sus palabras ha logrado.

Reanudemos la charla sobre la manera en la que las personas tratan diversos rumores. La gente no logra la misma actitud que Dios frente a diversos rumores. No comprenden Sus intenciones y, cuando escuchan rumores, siempre se dicen: “Si no hago algo, estaría fallándole a mi conciencia. Si los que inventan rumores se salen con la suya, me sentiré intranquilo, descontento e indignado, tendré una sensación de desigualdad, así que debo refutarlos. Debo hacer un video o escribir un artículo para esclarecerlos”. Vale la pena reflexionar si actuar de acuerdo con esa mentalidad se corresponde con intenciones de Dios, si se ajusta a los principios-verdad. Si al realizar el trabajo de la iglesia y vuestros deberes, vuestro propósito y motivación se reducen a dilucidar rumores y a explicar con claridad que es en el Dios verdadero en quien creéis, que os encontráis en la senda correcta en la vida y que todo lo que habéis hecho para predicar el evangelio y dar testimonio de Dios ha sido recto, que os han acusado de muchos delitos infundados precisamente porque el mundo no conoce ni entiende la verdad de todos estos hechos, y por ende, esperáis que, una vez aclarado todo, el mundo reconozca que sois inocentes, que todos los sectores de la sociedad admitan universalmente que “creéis en el verdadero Dios, os encontráis en la senda correcta en la vida y que todo lo que Dios os ha pedido es apropiado y constituye una causa recta”, entonces, ¿qué? ¿Os sentiréis tranquilos y justificados en vuestra fe? ¿Habréis emprendido el camino correcto al creer en Dios? ¿Habréis tomado la senda de la salvación sin ninguna interferencia externa? ¿Habréis logrado un corazón temeroso de Dios? ¿Podréis entonces alcanzar la sumisión a Dios? ¿Podréis recibir Su aprobación? (No). ¿Es posible que la gente no tenga malentendidos sobre vosotros y que solo os elogien y reverencien, después de lo cual podréis creer en Dios con la conciencia tranquila? ¡Absolutamente no! Por supuesto, la gente no puede lograr la misma actitud hacia los rumores que Dios, pero uno debe contar con el enfoque correcto, una actitud y una postura precisas y decir: “Estos rumores son realmente odiosos y repugnantes. A partir de ellos, es posible observar que estos seres humanos corruptos son, de hecho, enemigos de Dios; ¡es absolutamente cierto! No debo juzgar si la obra de Dios es verdadera o falsa en función de los rumores de Satanás. Mediante la lectura de las palabras de Dios y las experiencias al cumplir con mi deber, confirmo que todas las palabras de Dios son la verdad y que todo lo que Él hace permite la salvación de las personas. Al presentarme hoy ante Dios para aceptar Su salvación, debo llevar a cabo mi deber y cumplir mis obligaciones y responsabilidades para propagar las palabras de Dios, proclamar Su nombre y dar testimonio de Su obra y Sus intenciones, para que aquellos a quienes Él elige puedan regresar a Su casa, escuchar Su voz y recibir de Él la provisión de palabras y vida lo antes posible, lo más rápido posible. Esa es mi obligación, mi responsabilidad. Coopero con la obra de Dios, pero no lo hago para justificar que la senda que sigo es la correcta ni que la causa que emprendo es recta; esas no son las razones. No cumplo con mi deber para vengarme por los ataques y calumnias de Satanás contra Dios. Más bien, asumo mis propias obligaciones y responsabilidades y, por supuesto, mi propia lealtad, para devolver el amor de Dios, aceptar Su comisión, y cooperar con Su obra”. ¿Es ese el enfoque correcto? ¿Es ese el enfoque que la gente debería tener? (Sí). Desde este ángulo, al crear diversos programas, ya sea cantando himnos, bailando, haciendo películas o produciendo obras de teatro sobre testimonios vivenciales, ¿no deberían la postura de las personas, el ángulo desde el cual se paran y algunas declaraciones específicas que hacen experimentar algunos cambios? (Sí). Sin embargo, la mayoría de las personas, en el momento de realizar todas estas tareas, las han llevado a cabo con impetuosidad y odio, y han mezclado en ellas las emociones humanas. Por lo tanto, han dejado demasiado en evidencia sobre las acciones y los comportamientos de los no creyentes, del partido gobernante y de la comunidad religiosa y sus palabras han sido excesivamente severas, lo que ha tenido un impacto un tanto negativo en los demás tras ver esos programas. La razón es sencilla: la gente emprende todas estas actividades con cierta emoción, desde un ángulo no del todo correcto. Y, aun así, sienten que es bastante recto y dicen: “Nos atacan, nos denigran e inventan rumores sobre nosotros; ¿qué tiene de malo exponerlos? ¡Es legítima defensa! Defenderse legítimamente no es ilegal, ni estamos inventando nada. Estamos diseccionando todo con base en los hechos. Ellos inventan rumores sobre nosotros de la nada; ¿está mal que los desenmascaremos y los diseccionemos? ¿No podemos vengarnos?”. ¿De qué sirve vengarse? Los diablos están llenos de mentiras y jamás emiten una declaración veraz; diseccionar sus mentiras constantemente para hacerlos reconocer que lo que dicen son mentiras y que, después de admitir que mintieron, nunca vuelvan a mentir, ¿tiene algún valor? ¿Pueden lograrlo? (No). ¿No es ese enfoque necio e ignorante? He dicho durante mucho tiempo que nuestra tarea principal es dar testimonio de la obra de Dios, de los efectos que Su obra y Sus palabras han logrado, y de las consecuencias de Sus palabras en las personas, y que, con respecto a la represión y persecución por parte del partido gobernante, y la resistencia y la condena de la comunidad religiosa, basta con mencionar brevemente algunos de los trasfondos al respecto. No obstante, sin importar cuánto lo escuchen, la gente no puede entenderlo. Siempre reaccionan ante estos asuntos con impetuosidad y quieren discutir. ¿Y cuál es el resultado? No produce ningún efecto en absoluto, porque es imposible hacer que las fuerzas malignas de Satanás entren en razón. ¿No refleja esto la necedad y la ignorancia de las personas?

Algunas personas predican el evangelio, aprenden una profesión técnica o cumplen algún tipo de deber con el único propósito de aclarar rumores y explicarle a la gente lo que es verdad, y le declaran la guerra al mundo oscuro y a los humanos malvados que se resisten a Dios. ¿Es esto un acto de rectitud? Ya sea que estés en lo correcto o no al hacerlo, necesitas entender lo siguiente: ¿es posible que Dios salve a esas personas perversas que le son hostiles? ¿tiene algún valor que lo hagas? Si no entiendes a qué tipo de humanos Dios salva y das a conocer en todo momento ciertas opiniones que parecen correctas, pero que en realidad no lo son, ¿no obstaculizas tu propia salvación? Algunas personas cumplen con su deber solo para luchar contra las fuerzas malvadas que se resisten a Dios y para oponerse a las tendencias mundanas. “Dicen que descuidamos a nuestras familias y que no vivimos una vida normal, así que quiero demostrar lo que valgo realizando mis deberes bien. En el futuro, cuando vaya al cielo y entre al reino y ellos sean juzgados, ¡verán que yo tenía razón!”. ¿De qué sirve demostrar lo que vales de esta manera? Incluso si lo has hecho, ¿qué provecho puede traer? ¿Qué representa? ¿Qué valor tiene? Si realmente pudiera permitirte entrar al reino y obtener la aprobación de Dios, valdría la pena y tu senda sería correcta. Pero, lamentablemente, esa senda no es factible. No es la senda que Dios ha predestinado para las personas, y Él no les exige que actúen de esta forma. La gente siempre es necia; piensa que porque está del lado de la verdad y la posee debe emprender causas rectas, y le declara la guerra a este mundo malvado y a todos aquellos que inventan rumores: “Creemos en Dios y lo seguimos, cumplimos con nuestro deber, y ¡os mostraremos quién está en la senda correcta!”. ¿No es esto impetuosidad? ¿Tiene algún sentido discutir sobre estas cosas? No tiene ningún valor. Si de verdad tienes tiempo y energía, sería mejor aprender más sobre una profesión y adquirir conocimientos y saberes comunes relacionados con ella, y esto te sería útil y favorable para el desempeño de tu deber. ¿Por qué te enfrentas constantemente a las fuerzas malignas del mundo? ¿Por qué luchas en todo momento contra los rumores? ¿No es esto invertir esfuerzos donde no se necesitan? Independientemente de la manera en la que los demás te ataquen, no hace falta prestarles atención. Su naturaleza es diabólica y son bestias, simplemente así son ellos. Dios no los salva ni los trasforma y tampoco les habla. Él los ignora, así que, ¿necesitas prestarles atención? Si las personas insisten obstinadamente en hacer lo que Dios no hace, ¿no es esto en cierta medida necio y carente de sabiduría? Como mínimo, eres una persona que no posee un corazón sumiso a Dios, y no amas lo que Dios ama ni odias lo que Él odia. No ves cuál es la actitud de Dios hacia esas cosas; Él las ignora; ni siquiera te das cuenta de por qué es así. En cada una de las tres etapas de la obra de Dios, Él ha dicho muchas palabras. Existen innumerables conversaciones entre Dios y los seres humanos, y a partir de estos diálogos es posible ver las intenciones, el carácter y la esencia de Dios. Sin embargo, Él nunca habla sobre la manera en la que dialoga con Satanás en ciertas situaciones específicas. Así, desenmascara a Satanás y permite que los seres humanos vean su verdadero rostro con claridad y comprendan claramente cómo lo trata a Él. Existen muchas situaciones de este tipo, pero Dios no las menciona. ¿Por qué no las menciona? Porque hablar de ellas no te beneficia. Lo que más te beneficia son las palabras de la vida de Dios; esas palabras que te permiten presentarte ante Él y convertirte en una persona que se somete a Dios, que le teme y se aparta del mal, son las más provechosas para ti. Él te dice cómo vivir, cómo hablar, y también cómo discernir a las personas y los asuntos, aprender a practicar la verdad y ser sabio en distintos entornos y situaciones; todo esto te beneficia. Dios dice y hace todo aquello que sea provechoso para ti. Él no pronuncia ni una sola palabra que no te beneficie. ¿No sería muy fácil para Él decirlas? Entonces, ¿por qué no las dice? Porque la humanidad corrupta no necesita esas palabras. Esos rumores equivalen a las palabras de los diablos y Satanás, y Dios los ignora, así que no deberías lidiar con ellos tampoco. ¿Lo entiendes? (Sí). Una vez que comprendes, sabes cómo practicar, ¿verdad? No te esfuerces en diseccionar rumores, refutarlos, buscar sus orígenes, y demás. Si de verdad tienes un corazón dispuesto a dar testimonio de Dios y quieres mantenerte firme en tu testimonio y ganar la aprobación de Dios, hay muchísimas palabras que puedes decir y montones de cosas que puedes hacer. Las palabras y las verdades que Dios les proporciona a las personas requieren que las medites y experimentes, para que se conviertan en tus propios principios y sendas de práctica, y eventualmente en tu propia vida. Es necesario que dediques tiempo y energía para implementarlo. Si eres necio y tonto, siempre inviertes energía en los rumores y quieres aclarar tu nombre y justificar tu valía ante el mundo constantemente, tendrás problemas; no obtendrás la verdad y los rumores mundanos te enredarán y te agotarán por completo. Al final, no serás capaz de explicar las cosas con claridad. ¿Por qué no podrás hacerlo? Porque enfrentas al diablo, y él dice mentiras descaradas. ¿Qué dice el diablo en la actualidad? El gran dragón rojo dice: “China es la defensora del orden mundial, la defensora de la paz mundial, y su papel para mantener la paz y el orden mundial es crucial”. ¿Cuáles de sus palabras son hechos? ¿Se pueden considerar a estas palabras hechos? Cuando las escuchas, ¿no te pones furioso? Después de oír esto, piensas que Satanás es muy descarado al decir tales cosas. ¿Por qué discutirías con él? ¿No estarías actuando como un necio? Simplemente así es como es; Dios solo lo usa para rendir servicio, Él no tiene la mínima intención de salvarlo ni de transformarlo. ¿No es una idiotez ponerse a discutir con él? No hagas esas estupideces. Las personas sabias no escuchan esos rumores, ni se dejan limitar por ellos. Algunos dicen: “¡Después de escuchar los rumores, me siento perturbado!”. Entonces, deberías orar en tu corazón, usar la verdad para discernir y luego maldecir a esos diablos y Satanás, y esos rumores ya no afectarán tu corazón. Hay otro modo: debes desentrañar la esencia. Dices: “Aunque las acciones de Dios no coincidan con mis ideas y la raza humana corrupta las rechace y las condene, veo que Él es la verdad, mientras que los diablos y Satanás no tienen ninguna. ¡Estoy decidido a creer en Dios! Solo Él puede salvarme. Él posee la esencia de Dios, Él es Dios, y Su esencia nunca cambia. Por mucho que los diablos y Satanás se resistan a Dios, carecen de verdad, ¡y yo no creo en sus palabras!”. ¿Cuentas con tal fe? (Sí). Si la tienes, no deberías dejarte perturbar por ninguna persona, acontecimiento ni cosa, y mucho menos permitir que Satanás te desoriente o te ataque. Entonces, ¿qué debes hacer? Ignóralo; concéntrate solo en perseguir la verdad y en mantenerte firme en tu testimonio, y Satanás se verá humillado.

Hace un momento, hablamos sobre algunos problemas relacionados con propagar rumores dentro de la iglesia. La mayoría de las personas han escuchado algunos rumores provenientes del gobierno comunista chino y de la comunidad religiosa; también acabamos de hablar sobre cómo tratar y manejar estos rumores. Una vez que las personas entienden los principios-verdad, los rumores ya no las desorientan ni las perturban. Cuando en la iglesia se presenta una persona que propaga rumores, sin importar la forma ni el tono con el que propague cualquier clase de rumor, ¿cómo deberíamos abordarlo? ¿Deberíamos permitir que ocurra sin intervenir, o exponerla, diseccionarla y ocuparnos de ella? ¿Qué método se ajusta más a los principios? Algunos dicen: “¿Acaso no hay libertad de expresión? ¿Por qué no le permitimos que hable? Déjenla hablar. Después de escuchar los rumores, una vez que todos puedan discernirlos por lo que son, ya no creerá en esas palabras diabólicas, y los rumores naturalmente se desmoronarán”. Otros dicen: “Es inaceptable que propague rumores y calumnie a Dios. No podemos permitir que haga cosas que lo calumnien. Deberíamos darle una lección para despertarla. Dios ha soportado tanto sufrimiento para hablar y obrar para salvarnos, sin embargo, ¡esta persona propaga rumores! ¡No tiene conciencia! Solo maldiciéndola podremos aliviar nuestro odio; si no la enfrentamos, decepcionaremos a Dios”. ¿Cuál es el camino correcto? Ninguno de estos enfoques es bueno. Como hablamos anteriormente, aquellos que propagan rumores definitivamente no son nada bueno, y es necesario discernirlos. Si solo los propagan ocasionalmente, se les debe llamar la atención. Si lo hacen continuamente, deben ser expuestos, diseccionados, y luego echados de la iglesia, para que ya no puedan desorientar ni perjudicar a las personas. ¿Es fácil lidiar con este asunto? ¿Lo manejaríais vosotros de esta manera o esperaríais a que los líderes de la iglesia den órdenes? Una vez que se descubre que alguien propaga rumores constantemente y que cada vez que viene a una reunión habla de estas cosas, nunca lee las palabras de Dios, jamás ora, no aprende los himnos, y aún más, no conversa acerca de su entendimiento vivencial de las palabras de Dios, y siempre que alguien habla sobre las palabras de Dios y da a conocer su testimonio vivencial, le causa repulsión y siente aversión por ello, pero no es reacio a los rumores de los no creyentes y le despiertan mucho interés, una vez que todo esto se descubre, ¿por qué mostrarle alguna cortesía? Está claro que es un siervo de Satanás que se ha infiltrado en la iglesia para perturbar a Su pueblo escogido e impedirle que siga a Dios. ¿Apruebas su perturbación? (No). Si no la apruebas, entonces ponte de pie y di: “Fulano de tal viene a la iglesia y siempre propaga rumores, no lee las palabras de Dios y no comparte su entendimiento vivencial de las palabras de Dios. Es un incrédulo y se lo debe echar de la iglesia. ¿Tiene alguien alguna objeción?”. Si todos dicen que no tienen objeciones y levantan la mano en señal de acuerdo, hay que deshacerse de esa persona. ¿No es gratificante ocuparse así de aquellos que propagan rumores? (Sí). Así es como hay que ocuparse de ellos.

D. Discernir varios tipos de rumores infundados que malinterpretan las palabras de Dios y juzgan Su obra

¿De dónde provienen los tipos de rumores de los que acabamos de hablar? Del gran dragón rojo, de la comunidad religiosa y de los no creyentes. Además de los rumores del mundo exterior, también hay dichos y chismes con respecto al interior de la iglesia. Existen incluso afirmaciones completamente falsas sobre Dios, Su obra, Su día y algunas de Sus palabras, así como acerca de algunos misterios que involucran a Dios y Su obra, que las personas inventan a partir de sus figuraciones y nociones, o basándose en la continua difusión de información incorrecta y conjeturas infundadas. Y debido a que las personas adornan estos dichos, chismes y afirmaciones, estos rumores acaban cobrando forma. En cuanto cobran forma, algunas personas que tienen predilección por ellos se dedican con entusiasmo a la tarea de difundirlos, los tratan como si fueran reales y los propagan por todas partes, los describen de manera tan vívida y detallada que estos rumores terminan desorientando completamente a algunos individuos que desconocen la verdadera situación, que no entienden la verdad y son necios e ignorantes. Una vez desorientadas, ¿se ven afectadas y perturbadas? (Sí). Estos también son problemas comunes que surgen en la iglesia. Si bien estos rumores palidecen en comparación con aquellos que calumnian y atacan a Dios y a Su casa, ya que no lo calumnian ni lo blasfeman y tampoco ocasionan ninguna perturbación ni dañan Su obra, aun así, afectan la entrada en la vida de algunas personas y es preciso acallarlos. Por ejemplo, cuando algunas personas oyen ciertos comentarios engañosos, los creen en su corazón y rápidamente los propagan entre aquellos que las rodean y con quienes tienen cercanía. A medida que los rumores circulan, los detalles se vuelven más numerosos y completos, y eventualmente, tales rumores comienzan a parecer acontecimientos reales. Factores como el tiempo, el lugar y los protagonistas encajan perfectamente. ¿Acaso no cumplen entonces con los requisitos para ser propagados públicamente? ¿Qué información se difunde? El que los propaga dice: “Hoy tengo algo importante para contarles. Si no lo hago, me sentiré incómodo por dentro; ni siquiera podré centrarme en leer las palabras de Dios. Me apasiona mucho este asunto. ¡Finalmente, nosotros, los que creemos en Dios, ahora tenemos esperanza!”. Cuando todos oyen que hay esperanza, se interesan y se entusiasman; este tema resulta muy atractivo. Dicen: “La obra de Dios está a punto de terminar. Ya se han presentado varias señales que Dios profetizó anteriormente acerca del fin de Su obra. Por ejemplo, el estado de la luna y el sol, la situación en Oriente y Occidente, el número de personas que Dios ha escogido en cada país, cuántas son capaces de cumplir con sus deberes, y demás; estas señales de la conclusión de la obra de Dios están ahora ante nosotros. ¡Tenemos que prepararnos rápido!”. Alguien pregunta: “¿Qué debemos preparar?”. El que propaga el rumor responde: “Debemos preparar buenas obras y comida, y entregar todos nuestros ahorros como ofrendas a Dios sin demora, así podremos asegurar un buen destino”. También dice: “En tal y tal año y mes, en tal y tal fecha y a tal hora, debemos reunirnos en un lugar específico donde Dios nos estará esperando para llevarnos. Él dijo: ‘Si no abandonas todo, no eres digno de ser Mi discípulo ni digno de seguirme’. Ahora el día de Dios finalmente ha llegado, y Sus palabras se han cumplido. Debemos desprendernos de todo lo mundano, no solo nuestras perspectivas y carreras, sino también nuestras familias, parientes y relaciones carnales. Debemos renunciar a todos los enredos mundanos; ¡vamos a encontrarnos con Dios!”. La mayoría de las personas pregunta: “¿Es cierto?”. El propagador del rumor dice: “Sí, he vendido mi casa y mi auto y retirado mis ahorros. Si no me crees, mira las palabras de Dios. En un capítulo, al decodificar una determinada frase, se revela una dirección, y en otro capítulo, al descifrar un pasaje, se revela el año y el mes…”. ¿Quién, al escuchar esto, no se siente conmovido? ¿Hay alguien que pueda discernir estas palabras? ¿No se trata de asuntos que preocupan mucho a las personas? ¿No son cosas que han estado esperando durante mucho tiempo? Algunas personas, tras oírlo y luego analizar las palabras de Dios y pensar que realmente coincide, comienzan a considerar un plan alternativo. Aunque algunas se muestran escépticas por dentro, aún esperan que sea cierto y piensan: “Aunque falta mucho tiempo para el año y el día especificados, al menos hay una fecha y una hora exactas, así que tenemos esperanza”. A pesar de que realmente no lo creen, igual le prestan algo de atención. ¿Qué demuestra esta atención? Que estas cosas influyen en las personas y las perturban con mucha facilidad. Una vez que este tipo de rumores comienza a propagarse ampliamente en la iglesia, el 80 o 90 por ciento de las personas se entusiasma en gran medida y siente un torrente de emociones. Piensan: “¡Finalmente, llega el día que tanto hemos esperado! ¡Dios ha escuchado nuestras oraciones! ¡Él nos ama y no nos ha abandonado!”. ¿Qué consecuencias traería propagar estos asuntos durante las reuniones? ¿Afectaría las emociones de todos? Las personas no serían capaces de rechazarlo, aunque quisieran; cada frase del rumor impactaría en sus corazones y haría que resultara imposible no creerlo. Lo más probable es que las personas crean en estas palabras; aunque no estén completamente seguras, aún desearían que fuera cierto, piensan: “Al reflexionar acerca de la cantidad de dificultades que hemos padecido al seguir a Dios —el mundo nos rechaza, el gobierno nos persigue, la comunidad religiosa nos acosa, apenas podemos respirar, vivimos con un miedo constante—, ¿cuándo acabarán estos días? Ahora, ¡el día de Dios finalmente ha llegado!”. Estos pensamientos hacen que tu corazón se acelere: “Nos hemos esforzado tanto por Dios, nuestra fe al seguirlo es tan firme; lo que estamos escuchando debe ser verdad. Ya no deberíamos seguir vagando y sufriendo en este mundo; ¡no merecemos eso!”. Cuando piensas de esa manera, y estás absolutamente convencido y sientes tanta pasión por este rumor, ¿todavía quieres leer las palabras de Dios? A estas alturas, ¿no parece superfluo leer cualquier pasaje de Sus palabras? Sientes: “¿Por qué conversar sobre el conocimiento vivencial de las palabras de Dios parece tan innecesario ahora? Ya no hace falta orar a Dios, ¿verdad? El día de Dios ha llegado, y pronto nos encontraremos con Él cara a cara. Entonces, orar en este momento, ¿no significaría que le faltamos el respeto? Cuando vivíamos en la carne, lejos de Dios, necesitábamos leer Sus palabras para aliviar nuestros anhelos. Ahora, estamos a punto de trascender este mundo y pronto nos encontraremos con Dios en persona, así que no hay necesidad de leerlas. Nada de lo que hagamos ahora es tan significativo como encontrarnos con Dios en ese año, mes, día y hora exactos. ¡Será maravilloso! Comparado con encontrarnos con Dios en ese día y lugar, leer Sus palabras parece totalmente insignificante”. Ya no puedes concentrarte en leerlas. Tu corazón está intranquilo, y ¡ansía que ese día llegue de inmediato! ¿No es complicado expresar este estado de ánimo? Tales rumores son muy atractivos para los gustos populares y pueden propagarse con mucha facilidad dentro de la iglesia. Una persona se los cuenta a dos, dos se lo dicen a diez, y los rumores se propagan más y más, de una iglesia a dos iglesias, de dos iglesias a cinco, y se difunden de forma creciente. ¿Cuáles son las consecuencias? Estos rumores hacen que la gente dude de Dios, se distancie de Él, olvide el amor genuino de Dios al salvar a la humanidad, el deber que deben cumplir y el camino que deben seguir. En cambio, persiguen exclusivamente ver llegar el día de Dios y saber si pueden recibir bendiciones. Cuando finalmente llega ese día y no ocurre nada, solo entonces las personas se dan cuenta de que creer en rumores ha perjudicado su vida. ¿Puedes entonces volver a ser como eras antes y comportarte como corresponde, atenerte a tu deber, perseguir la verdad con los pies en la tierra, buscar los principios-verdad en todo, comportarse correctamente y cumplir con tu deber conforme a las palabras de Dios? El tiempo ya habrá pasado y no se puede recuperar. ¿Quién tiene la culpa? Cúlpate a ti mismo por no haber sido nunca alguien que persigue la verdad. Has estado con la cabeza en las nubes y, como resultado, sucumbiste a los rumores.

Para aquellos que creen en Dios, pero no entienden la verdad, un solo rumor puede llevarlos a un abismo insondable y arruinar su vida. ¿Qué se entiende por abismo insondable? Al principio, creías en Dios de manera normal y esperabas lograr la salvación, pero un solo rumor te llevó por el mal camino. Al no darte cuenta de ello, Satanás te ha desorientado, has creído en las palabras endiabladas que él pronunció y lo has seguido. Caminas y persigues según la senda que Satanás te ha trazado y, cuanto más avanzas, más oscuro se vuelve tu corazón y más te apartas de Dios. Una vez que has abandonado y rechazado a Dios por completo, no solo albergas dudas respecto a Él en tu corazón, sino que, más grave aún, empiezas a quejarte de Él y a negarlo. Al llegar a este punto, ¿no es el final del camino para ti? ¿No es este el abismo insondable? ¿Es algo que desearías experimentar? Cuando llegas a este extremo, ¿puedes aún alcanzar la salvación? No, y regresar resulta muy complicado. ¿Por qué? Porque Dios y el Espíritu Santo han dejado de obrar y estás lleno de oscuridad. Se ha erigido un muro alto entre tú y Dios. ¿Qué es este muro? Son las nociones, figuraciones y rumores que Satanás ha inculcado en ti, y los deseos personales. Tu conocimiento respecto a las cosas positivas, como la identidad, la esencia y el estatus de Dios, y demás, de repente se vuelve borroso e incluso desaparece paulatinamente. Es muy aterrador. ¿No es esto caer en el abismo insondable? (Sí). Cuando te encuentras en esta situación, ¿puedes seguir soportando dificultades y pagar un precio para cumplir con tu deber? ¿Puedes aún recorrer la senda de perseguir la verdad para alcanzar la salvación? Te aseguro, es muy difícil volver. ¡Esto es dejarse llevar por el mal camino! Un solo rumor, si te descuidas un instante y te dejas desorientar, puede provocar resultados inimaginables. Por lo tanto, cuando surgen este tipo de rumores sobre la obra de Dios dentro de la iglesia, es necesario detenerlos y restringirlos con prontitud. No se deben inventar cosas de la nada, ni elaborar todo tipo de mentiras que a la gente le gusta oír, con el fin de desorientarla y hacer que se desvíe de la senda correcta. Aunque a las personas les gusten estos temas, ¿de qué sirve centrarse en ellos en lo más profundo de uno mismo y difundirlos? ¿Qué beneficio se puede obtener? Algunos dicen: “Esa persona puede decir lo que quiera, porque es su boca. Entonces, que hable como le plazca”. Depende de lo que diga. Si se trata de algo que edifica a las personas, puede decirse y propagarse; se lo puede propagar de cualquier manera. Pero estos rumores no edifican a las personas en lo más mínimo; solo las desorientan y desvían su atención, perturban su búsqueda y las apartan de la senda correcta. Afectan su relación con Dios, el normal desempeño de sus deberes y el orden normal de la obra de la iglesia. Una vez que las personas aceptan esos rumores, es como estar atrapados en un laberinto del que no pueden escapar. Así que, cuando los escuches, si alguien te los cuenta en privado, debes rechazarlos. Si los comenta frente a otros, no solo debes rechazarlos, sino también exponerlos y diseccionarlos; no permitas que más personas se dejen desorientar. Especialmente en el caso de aquellos que han sido creyentes solo durante uno o dos años, o dos o tres años, aún no pueden desentrañar claramente asuntos como el destino, el encuentro con Dios y el arrebatamiento. No han desarrollado aún un interés por la verdad, no cuentan con una senda para perseguir la verdad ni para perseguir un cambio de carácter en su fe. En tales situaciones, son los que se dejan desorientar e influenciar con más facilidad por estos rumores y, una vez desorientados, las consecuencias son inimaginables. Es como ingerir veneno; aunque haya un antídoto, ¿no le ha provocado ya un daño al cuerpo? Incluso si sobrevives, ¿es posible ignorar el sufrimiento y el mal que le ha hecho a tu cuerpo? Por lo tanto, cuando te enfrentes a estos rumores, debes discernirlos y rechazarlos; no debes considerarlos ni cuentos ni hechos reales. Algunas personas tienen un interés especial en ellos, los divulgan y los propagan por todas partes, y se los cuentan a los demás como si fueran la verdad. ¿Cuál es la naturaleza de esto? ¿No es actuar como siervos de Satanás? Es necesario podar a estas personas y llamarles la atención. Si no se arrepienten, se las debe echar. Si en algún momento entran en razón y dicen: “No fue correcto propagar rumores; estaba actuando como siervo de Satanás, y nunca los propagaré de nuevo”, pueden quedar sujetas a observación. Si se arrepienten y muestran un buen comportamiento, es posible aceptarlas de nuevo en la iglesia de forma provisoria. Si reinciden, es necesario depurarlas.

Los rumores acerca de la obra de Dios no se limitan a estos. La gente usa sus figuraciones y nociones, así como sus mentes, para analizar y escrutar; escrutan las palabras de Dios y diversas profecías, así como una serie de catástrofes, señales e incidentes en la sociedad y el mundo, e incluso se basan en sus sueños para hacer comentarios sin reservas acerca de la obra de Dios e inventan muchos rumores. Muchas personas no leen con regularidad las palabras de Dios ni se esfuerzan habitualmente por la verdad, mucho menos ponen empeño en buscar principios al cumplir con sus deberes. En cambio, reflexionan sobre preguntas como: “¿Cómo comenzaron la aparición y la obra de Dios? ¿Quién lo inició todo? ¿Qué papel desempeñó la gente? ¿Qué acontecimientos se produjeron?”. Escrutan estos fenómenos externos y el esquema administrativo de la iglesia, el personal, y así sucesivamente. Después de todo este escrutinio, realizan un resumen de todo ello e inventan una serie de supuestas reglas o fenómenos y los propagan dentro de la iglesia como si fueran la verdad. Al difundirlos, los describen de manera vívida y detallada, y aquellos que no tienen discernimiento incluso es posible que piensen que están hablando sobre la obra de Dios. Sin embargo, aquellos que poseen discernimiento piensan: “¿No estás diciendo tonterías y lanzando herejías y falacias? ¿Acaso no estás juzgando la obra de Dios? Eso no es compartir entendimientos y experiencias; no tiene relación con la verdad. Eso es crear rumores y debe detenerse de inmediato; de lo contrario, algunas personas se verán desorientadas”. Estas falacias y herejías, que califican como rumores, no se ajustan a la verdad y perturban lo que las personas comprenden acerca de ella. Cuando el acto de propagar rumores se presenta en la iglesia, es necesario ponerle freno con prontitud.

También existen algunos rumores que equivalen a palabras endiabladas que juzgan la obra de Dios. Por ejemplo, con respecto a quienes Dios ama, salva y perfecciona, algunas personas que ponen en práctica su ingenio mezquino observan, elaboran una síntesis, y dicen: “Aquellos en este mundo que son capaces, los que han trabajado como funcionarios o han sido jefes de departamento o directores ejecutivos en empresas, cuando llegan a la casa de Dios, se convierten directamente en líderes o se encargan inmediatamente de los asuntos generales y las finanzas. Estas personas son a las que Dios hace perfectas”. ¿No es esto inventar rumores? En efecto, lo es. ¿Qué es un rumor? Es hablar de manera irresponsable, hacer juicios a ciegas y sacar conclusiones infundadas de una manera que no se ajusta a los hechos; todas estas palabras son rumores. Otras personas dicen: “Fulano hizo una ofrenda de decenas de miles de yuanes. Su fe es inmensa, puede entrar al reino”. Esto hace que aquellos que no tienen dinero se vuelvan negativos, se angustien y digan: “Aunque yo también he hecho bastantes ofrendas, no suman lo que ellos ofrecieron de una sola vez. ¿Significa eso que no lograré salvarme ni ser hecho perfecto? ¿Dios no quiere a alguien como yo?”. Otros que fabrican rumores a continuación dicen: “Los ricos no pueden entrar al reino; Dios quiere a los pobres”. Entonces, los pobres se alegran: “Aunque no haya ofrecido mucho dinero, aún puedo entrar al reino, mientras que los ricos quedan afuera”. Lo que digan quienes inventan rumores, de una forma u otra, influye en las personas pobres; no alcanzan a desentrañar que, en su totalidad, son solo rumores y palabras endiabladas. ¿Por qué? Porque no entienden la verdad y carecen de discernimiento, en consecuencia, resultan desorientadas constantemente. Tanto los que fabrican rumores como los que los propagan son todos diablos. No importa cuánto digan, no sabes cuáles palabras son verdaderas y cuáles son falsas, de dónde provienen exactamente, cuáles son sus propósitos precisos al propagarlas ni qué objetivos esperan lograr. Si alguien no puede desentrañar estas cosas, y acepta y propaga los rumores sin pensar, ¿no lo convierte eso en un necio? ¿No se llama a un necio también un sinvergüenza? Aunque esta palabra no sea elegante, la encuentro bastante adecuada. ¿Por qué es adecuada? Porque estas personas hablan irresponsablemente. Propagan rumores de forma despreocupada, sacan conclusiones precipitadas e inventan rumores basados en ciertos fenómenos, y luego los propagan despreocupadamente y los describen de manera verosímil, como si fueran sucesos reales. Como resultado, esto afecta y perturba a algunas personas. No leen las palabras de Dios ni entienden la verdad; pasan sus días propagando rumores y hablando disparates en la iglesia. Hoy ven a alguien haciendo muchas ofrendas y dicen que esa persona puede salvarse. Mañana, ven a alguien que ha estado en prisión y no se convirtió en un judas, y dicen: “Esa persona es un solo corazón con Dios. Puede entrar al reino y tener un buen destino. En el futuro, gobernará veinte ciudades en la casa de Dios; nosotros, simples soldados de a pie, no podemos compararnos con ella”. ¿No hablan así los diablos? ¿Acaso no son estos rumores? (Sí). Independientemente de los motivos y objetivos de la gente que dice estas palabras, ¿no afectarán y perturbarán tales palabras a algunas personas? Algunos tienen poca fe y, cuando escuchan estos rumores y palabras endiabladas, comienzan a preguntarse: “¿Me salvaré? ¿Se deleita Dios en mí?”. En su corazón, piensan en estas cosas todo el día, dudan y se preocupan por ellas. Debido a los disparates infundados de aquellos que inventan rumores, sienten que no tienen esperanza de salvación, así que se presentan ante Dios y oran: “¿No me amas, Dios? He renunciado a muchas cosas por Ti. ¿Cuándo podré complacerte?”. Rebosan de quejas. No ha sucedido nada, entonces, ¿de dónde provienen esas quejas? Surgen de esos rumores; a esos individuos los han envenenado y han caído. No sienten ningún remordimiento ni culpa por ninguna de las actitudes corruptas que revelan ni por ninguna de las transgresiones que han cometido, nunca lloran por ello, no derraman ni una sola lágrima, pero cuando escuchan a aquellos que inventan rumores decir que personas como ellos no tienen esperanza de salvación, inmediatamente se sienten angustiados. ¿Acaso no los ha afectado? Sí, los ha afectado y perturbado. Su estatura es inmadura, no entienden la verdad y son muy necios. Aquellos que crean rumores consideran que estas personas son fáciles de manipular y por eso inventan algunos rumores para embaucarlas. Hoy, dicen que tienes esperanza de salvarte, y te sientes feliz; mañana, dicen que no la tienes, y lloras y te sientes angustiado. ¿Por qué los escuchas? ¿Por qué permites que constantemente te limiten? ¿Acaso tienen la última palabra? Como mucho, no son más que bufones. Incluso su porvenir está en manos de Dios, así que, ¿qué títulos tienen para evaluar a los demás? ¿Qué títulos tienen para decir quién puede salvarse y quién no, o qué tipo de personas pueden y no pueden ser hechas perfectas? ¿Acaso entienden la verdad? ¿Cuál de sus palabras se ajusta a las intenciones y a las palabras de Dios? Ninguna de ellas concuerda con las de Dios, así que ¿por qué les crees? ¿Por qué te perturban? ¿No es el resultado de la necedad? (Sí). Ya sea por necedad e ignorancia o porque tu estatura es demasiado escasa y no entiendes la verdad, en todo caso, aquellos que propagan rumores en la iglesia son los más detestables. Es necesario discernirlos, exponerlos y luego restringirlos o echarlos.

Algunas personas dicen: “Mira a Fulano, tiene rasgos bien proporcionados; lo eligieron para ser líder de la iglesia. Mengana prospera en la sociedad; todos los que la ven sienten simpatía por ella; después de que empezó a creer en Dios, los hermanos y hermanas igualmente la encuentran agradable, y Dios también”. ¿Hay alguna afirmación correcta en estas palabras? (No). ¿Por qué? (No se ajustan a la verdad). Correcto, estas palabras no se ajustan a la verdad. Todas son palabras endiabladas. Algunos dicen: “La familia de Fulano es rica, tiene muy buena calidad de vida y está muy informada. Entonces, en la casa de Dios, maneja las finanzas y los asuntos generales. Es valioso y puede asumir ese deber. Es ordenación de Dios”. ¿Agregar “ordenación de Dios” hace que esta afirmación se ajuste a la verdad? ¿No son habladurías endiabladas? A estas habladurías endiabladas se las llama en su conjunto rumores. Cualquier aseveración irresponsable que no se ajuste a la realidad, que contradiga los hechos que Dios ha ordenado, son palabras imprudentes y conclusiones arbitrarias; todas esas aseveraciones son rumores. ¿Por qué calificarlas como rumores? Porque una vez que se dicen, perturban y dañan la mentalidad y los objetivos de búsqueda normales de algunas personas, se los define como rumores. Conforme a las palabras de Dios, Él solo dice que el lugar de nacimiento, el entorno familiar, la apariencia, el nivel educativo, y demás, los ordena Dios; nunca les ha dicho a las personas que la apariencia, el entorno social o las condiciones inherentes a cualquier categoría de personas son condiciones que les permiten recibir bendiciones. El único estándar que Dios les exige a las personas es que sean capaces de perseguir la verdad y lograr la sumisión a Él. Eso es lo más importante. Si las palabras de Dios no establecen algo explícitamente, y es simplemente producto de las figuraciones subjetivas o las especulaciones de las personas, tales afirmaciones también se consideran rumores. Las personas siempre quieren juzgar si alguien puede recibir bendiciones basándose en sus observaciones y entendimiento, así como en sus propias nociones y figuraciones. A continuación, divulgan estas falacias para influir en la búsqueda de la verdad de los demás y deciden a su antojo quién puede salvarse y quién no, quiénes son el pueblo de Dios y quiénes son la mano de obra. Son todos rumores. En cuanto a los rumores, también podemos llamarlos palabras endiabladas. Independientemente del tipo de rumores o palabras endiabladas que se presenten, los líderes de la iglesia deben intervenir rápidamente para frenarlos y restringirlos; por supuesto, si algunos hermanos y hermanas poseen discernimiento, también deben ofrecerse para diseccionar y discernir de dónde provienen y cuál es su naturaleza. Cuando estos hermanos y hermanas logran entender estos asuntos, pueden alzarse para refutar y rebatir los rumores, y también restringir a aquellos que los propagan y denunciarlos de forma colectiva. ¿De qué manera deben hacerlo? Denunciando abiertamente a esas personas frente a todos: “Lo que estás diciendo son solo rumores y palabras endiabladas; no se ajusta a las palabras de Dios ni a nuestras necesidades. Si a pesar de las advertencias sigues propagando rumores, ¡te echaremos y ya no te daremos la oportunidad de inventarlos y causar perturbaciones en la iglesia!”. ¿Qué opinan de esta práctica? (Es buena). Si se lleva a cabo de esta manera, se ajusta a los principios-verdad. Si compartes tu propio conocimiento vivencial mediante palabras que edifican a las personas, puedes expresarlo como desees. Puedes usar las palabras que quieras, ya sea lenguaje formal o coloquial; todo es tolerable. Lo único que no puedes hacer es propagar rumores.

E. El daño que provocan los rumores infundados

Los rumores que se propagan dentro de la iglesia no solo tienen que ver con negar a Dios o juzgar Su obra; también existen otros tipos de rumores. Es necesario discernirlos y diseccionarlos, y también pararlos y restringirlos. En resumen, los rumores no son en absoluto positivos; no benefician a las personas. Algunos dicen: “Quiero escuchar los rumores para saber qué dicen exactamente y así ganar discernimiento y sabiduría a partir de ellos”. Si realmente tienes cierta capacidad de discernimiento y no temes que los rumores te perturben, puedes escuchar, pero ¿cuáles serán las consecuencias? Una vez que te confundes y comienzas a dudar de Dios y de Su obra, resulta peligroso; significa que te han desorientado. Cuando no puedes discernir y, en su lugar, te dejas desorientar, ¿no supone un problema? ¿Tienes esa estatura? Piensas que tienes fe, pero ¿entiendes la verdad? Si no entiendes la verdad, tu fe no es genuina, y continuarás desorientado. Cuando entiendes una parte de la verdad, posees cierto conocimiento genuino de Dios y puedes discernir y resistir estos rumores, te será posible ganar sabiduría al escucharlos. Si piensas que simplemente tienes fe, pero en realidad esta fe no es la estatura genuina y todavía no comprendes la verdad, te digo que te será muy difícil obtener discernimiento y sabiduría a partir de los rumores. ¿De dónde provienen los rumores? Provienen de Satanás, quien aprovecha cada resquicio y oportunidad para ser selectivo con respecto a las frases empleadas en las palabras de Dios y encontrar algo de donde pueda obtener ventaja, y luego las saca de contexto. Parece tener un fundamento, pero en realidad lo presenta fuera de contexto para desorientar a las personas. Después de escuchar estos rumores, quienes no entienden la verdad piensan: “Lo que dicen se basa en las palabras de Dios. Debería ser cierto. No es posible que se trate de un rumor, ¿o sí?”. Como resultado, se dejan desorientar. Algunos rumores son evidentes y fáciles de discernir, pero en el caso de otros, no es sencillo discernirlos; en apariencia, parecen coincidir con los hechos, aunque en esencia no es así. No creas que solo porque esos rumores se ajustan superficialmente al significado literal de las palabras de Dios son correctos. En realidad, muchas de estas afirmaciones son teorías vacías, son trampas, y no edifican ni les aportan ningún beneficio a las personas y deben ser rechazadas por completo. Debido a que el nivel de comprensión que las personas tienen con respecto a las palabras de Dios varía, y los contextos en los que Él habla también son diferentes, interpretar y aplicar Sus palabras a ciegas es lo que tiene más probabilidades de causar errores. Satanás a menudo desorienta a las personas sacando las palabras de Dios de contexto y dándoles una interpretación errónea. Cualquier condena a la obra de Dios fundada en la Biblia o en las palabras de Dios es un truco de Satanás, su medio para desorientar a la gente. Son trampas; es necesario rechazar todas estas afirmaciones. A simple vista, los rumores son solo uno o dos comentarios, o unos pocos; no son suficientes para causar temor, y no hay motivo para tenerles miedo. A lo que sí hay que tenerle miedo es a los rumores que sacan conclusiones basadas en la Biblia o en la verdad presentadas fuera de contexto. Esto es lo que más tiende a desorientar a las personas; es lo que más perturba sus mentes, y hará que aquellos sin discernimiento tropiecen. Solo los que entienden la verdad pueden discernir esas habladurías endiabladas que dan lugar a la desorientación. Por ejemplo, algunas personas encuentran algunas de las palabras de Dios y las utilizan como fundamente para decir que Dios ama a este tipo de personas y no a aquel, que Dios salva a esta clase de personas y no a esa otra, que elimina a este tipo de personas y que ese otro tipo no significa nada para Él, y así sucesivamente. ¿No son estas afirmaciones conclusiones? Estas conclusiones en realidad no se corresponden con las palabras de Dios. Los fundamentos que encuentran, en realidad, se han sacado de contexto; pertenecen a contextos diferentes y son afirmaciones distintas. Es una interpretación completamente errónea. No desentrañan la esencia y aplican los preceptos de manera arbitraria. Sin embargo, después de escuchar estas falacias, aquellos sin discernimiento se dejan envenenar y desorientar, se vuelven negativos en su corazón y piensan que, dado que lo dicho se basa en las palabras de Dios, debe ser preciso. Después, no leen detenidamente las palabras de Dios para encontrar los errores en estas falacias, sino que creen plenamente que son verdaderas. ¿Acaso no los desorientan? Si nadie que entienda la verdad comparte con ellos, resulta muy peligroso. Como mínimo, podrían volverse negativos durante seis meses o un año; esto no solo retrasa su entrada en la vida, sino que, si se retiran y dejan de creer, quedarán completamente arruinados y perderán la salvación de Dios por completo. Por lo tanto, las personas que poseen una estatura escasa, que no entienden la verdad, ¡corren un gran riesgo de que Satanás las desoriente! Solo aquellos que entienden la verdad están a salvo y son estables. Si algún día de verdad te encuentras con alguien que propaga rumores para desorientar a las personas, la forma más eficaz de actuar es buscar rápidamente a alguien que entienda la verdad para que comparta contigo; solo así podrás salir a salvo de esa situación. Buscar ayuda de aquellos que no poseen entendimiento espiritual y que aplican los preceptos ciegamente no solo no resolverá el problema, sino que te desorientará aún más. Por lo tanto, dejarse desorientar no es algo que solo suceda en la religión; incluso aunque creas en Dios y vivas la vida de iglesia, si no persigues la verdad, aún es muy posible que te desorienten. Incluso si llevas creyendo entre tres y cinco años, o entre siete y ocho años, si no has obtenido la verdad, sigues corriendo el riesgo de que te desorienten; en especial, aquellos que a menudo albergan nociones y son negativos son los más propensos a resultar desorientados y pueden traicionar a Dios en cualquier momento. Debido a que Satanás deambula la tierra como un león rugiente y buscan a quién devorar, esto es un hecho. ¿Quién es este Satanás? Son todos aquellos que sienten aversión por la verdad y la odian, incluidos los anticristos, los falsos líderes, las personas absurdas y los que desorientan a los demás. Todos ellos son lo mismo que Satanás. Estas personas vagan por todas partes, desorientan y perturban al pueblo escogido de Dios dondequiera que vayan, así que todos son diablos que se resisten a Dios. Su pueblo escogido debe estar especialmente alerta para evitar que lo desorienten y para mantenerse firme.

Es innegable que en la iglesia algunos nuevos creyentes o aquellos cuyo calibre es muy pobre y no tienen la capacidad de comprender las palabras de Dios, a menudo se dejan desorientar, influenciar y perturbar por diversos rumores. Los que inventan rumores son capaces de hundir con facilidad a un grupo de personas con una conclusión casual. Las palabras y afirmaciones que dejan escapar sin pensar pueden hacer que algunos se vuelvan negativos, débiles y reacios a cumplir con su deber. Cuando la casa de Dios los llama, se llenan de miedo, y buscan diversas razones y excusas para rechazar y evadir el llamado. Claramente, ¿qué rol desempeñan aquellos que crean rumores en la iglesia? Sin lugar a duda, actúan como siervos de Satanás. Por ejemplo, algunas personas dicen: “Al cumplir con tu deber, necesitas tener un plan alternativo. Si la casa de Dios te llama a cumplir un deber y no lo haces bien, podría dejar de usarte en cualquier momento. En ese caso, si vuelves a tu hogar, te será muy difícil salir adelante. ¡Nadie te apoyará!”. ¿Suena esto “alentador”? Se ajusta a los sentimientos humanos, y suena muy amoroso y considerado, pero ¿detectas en estas palabras algún tipo de consideración por el corazón de Dios? ¿Les ofrecen a las personas algún apoyo, sustento, ayuda o estímulo? (No). Decirles que preparen un plan alternativo, ¿no es refrenarlas? ¿Qué quieren decir con eso? “Tienes que ser precavido; ¡Dios podría volverse en tu contra!”. Este es el veneno que siembran en ellas. Después de escucharlo, la gente piensa: “Es cierto, ¿cómo pude ser tan tonto? Casi vendo mi casa. Si no cumplía bien con mi deber y me sustituían, ni siquiera hubiera tenido un hogar al cual regresar. Afortunadamente, me lo recordaron, si no, habría hecho algo estúpido”. ¡Qué recordatorio más “amable”! Sin embargo, está bastante lleno de veneno, ¡y cala muy hondo! ¿Habéis escuchado tales rumores? Suenan como si de verdad fueran muy positivos para las personas, muy considerados y como si manifestaran un “gran amor”. Estas personas no son ni parientes ni amigos de aquellos con quienes hablan, no comparten ningún lazo de sangre; es solo porque todos creen en Dios que estas personas pueden mostrar tanto “amor” hacia aquellos con quienes hablan. La gente piensa: “¡Es sin duda la protección de Dios! Entonces, primero, mejor lo pienso bien. Si al cumplir con mi deber siempre soy negligente, ¿qué haría si me envían lejos? Así que, cuando lo cumpla, debo ser cauteloso; debo realizar más trabajos que me hagan ver bien, evitar cometer errores y, si los cometo, no puedo permitir que los demás se den cuenta. De esta manera, no me enviarán lejos, ¿verdad? Incluso si lo hacen, no pasa nada; tengo un plan alternativo, tengo ahorros, y mi casa sigue ahí. ¿No es que Dios no se preocupa por lo que los humanos sienten ni se guía por los sentimientos carnales? De todos modos, ¿a qué hay que temer? Las personas siguen sus sentimientos, ¡en el mundo humano hay amor por todas partes!”. Esta frase “alentadora” crea “amistad” entre las personas, pero ¿dónde pone a Dios? Lo convierte en una tercera o cuarta prioridad, en un extraño, como si Dios no fuera digno de confianza y solo se pudiera confiar en las personas y únicamente ellas tuvieran en cuenta a los demás. Esta única afirmación produce un efecto muy significativo, ¡es tan “oportuna”! ¿Os agrada escuchar estas palabras? Aunque sabéis que sus palabras esconden malicia, aún esperáis que alguien os dé una pista, os ayude, que cuando no sabéis qué os depara el futuro os alerte desde la experiencia de alguien que ya pasó por eso y pueda deciros una palabra sincera. Esa afirmación es tan “crucial”, ¡tan “importante”! ¿No es esto dejarse convencer plenamente por sus palabras? Las palabras “irreflexivas” de este inventor de rumores han comprado a las personas y vendido a Dios. ¿Cómo es este proceder? ¿Es decente? (No). ¿Qué clase de persona diríais que es? A los ojos de la gente, es alguien bueno y amable, pero para aquellos que entienden la verdad, es un atolondrado. A juzgar por su proceder y su comportamiento, actúa completamente como un siervo de Satanás, ¡es un verdadero diablo! ¿Es acertado decirlo? (Sí). ¡Es muy acertado! ¡No existe ni el más mínimo error! Hace que se cuiden de Dios, se opongan a Él y no dice ni una palabra que pueda resultar edificante para las personas. ¿Por qué no lo hace? Porque su corazón está lleno de hostilidad y odio hacia Dios, su esencia-naturaleza es la de Satanás y se resiste a Dios y está en contra de Él por naturaleza. Algunas personas dicen: “Si oponerse a Dios se encuentra presente en su propia naturaleza, ¿por qué aún lo sigue?”. ¡Para obtener bendiciones! Pretende conseguir de la casa de Dios un resultado mediante engaños, sin pagar ningún precio ni perseguir la verdad. También quiere socavar a Dios, perturbar a Su pueblo y hacer que se aleje de Él y lo traicione. Alguien así es, sin lugar a duda, un verdadero diablo. Sin embargo, algunas personas necias nunca logran desentrañar ni reconocer el rostro endiablado de esta clase de individuos. Son capaces de aceptar todas las palabras endiabladas que se ajusten a las nociones humanas y las necesidades de los sentimientos carnales que estos individuos mencionan. Bajo su desorientación, es posible que traicionen y rechacen a Dios en cualquier momento; incluso si no desean hacerlo, está fuera de su control. ¡Satanás, los diablos y los siervos de Satanás son tan insidiosos y falsos! Ellos mismos se resisten a Dios y están en contra de Él, detestan la verdad y no la aceptan, y además quieren evitar que más personas sigan a Dios y persigan la verdad. En la casa de Dios, estos individuos desempeñan el papel de ser un medio para Satanás, y hablan y actúan en su nombre. Sirven como contrastes, en especial, para que las personas desarrollen discernimiento. Entonces, mucho de lo que dicen puede no parecer demasiado complicado a primera vista. Incluso suelen citar las palabras de Dios, encuentran ciertas evidencias y dichos en ellas, y luego las adornan para que lo que dicen aparente concordar en gran medida con Sus palabras. Pero una cosa es segura: lo que dicen contradice la verdad. Cuando los escuchas, probablemente sus palabras suenen correctas, pero si las comparas cuidadosamente con las palabras de Dios, podrás discernir que, en esencia, no se ajustan a la verdad. Todas esas palabras engañosas que pronuncian provienen de Satanás. Verifican a Dios, tratan de encontrar algo en las palabras de Dios de donde sacar ventaja, las interpretan erróneamente para condenar a Dios y desorientar a Su pueblo escogido, lo inducen a especular, malinterpretar, traicionar y rechazar a Dios, entre otras cosas. Por lo tanto, además de los anticristos y las personas malvadas, aquellos que inventan rumores para desorientar a los demás también forman parte de una categoría de personas en la iglesia que es necesario discernir, vigilar y echar.

F. Discernir a las personas que propagan rumores infundados y los principios para lidiar con ellas

¿Cómo debemos discernir a aquellos que crean rumores para desorientar a los demás en la iglesia? Primero, estos individuos no persiguen la verdad en absoluto; sienten aversión por ella. Además, suelen inventar todo tipo de palabras endiabladas y afirmaciones absurdas, y las utilizan para desorientar y atraer a algunos hermanos y hermanas de escasa estatura, poseen una base poco profunda y no entienden la verdad. El efecto que logran es perturbar y dañar el orden normal de la vida de iglesia. Perturban la búsqueda normal que las personas realizan, las hacen desviarse de la senda correcta y las vuelven negativas y débiles, e incluso provocan que abandonen sus deberes y dejen de creer en Dios, lo que los hace aún más felices. Por lo tanto, llamar a aquellos que inventan rumores siervos de Satanás es una descripción completamente precisa; esta es la verdadera cara y la sustancia de tales individuos, y es fácil de discernir. Algunas personas poseen algo de razón; aunque ellas mismas no aman la verdad, no expresan opiniones ni interfieren en la forma en la que los demás persiguen la verdad. Es posible ignorarlas. Sin embargo, otras sienten envidia y odio hacia los que persiguen la verdad; constantemente los juzgan y los atacan con intenciones ocultas, e incluso aprovechan cualquier pretexto para condenarlos. Es necesario estar alerta respecto a ellas. Aunque lo que dicen puede parecer bastante correcto, lógico y acorde al sentido literal de las palabras de Dios, al discernirlo cuidadosamente, se descubre que en su mayoría son mentiras y rumores, pura tontería. Es preciso discernir estos rumores y mentiras engañosas. Algunos dicen: “No hace mucho tiempo que creo en Dios, he leído pocas de Sus palabras y no entiendo la verdad. ¿Cómo puedo discernir los rumores y las mentiras?”. La única manera es, a partir de hoy, enfocarse más en leer las palabras de Dios, buscar la verdad en ellas y permitir que se arraiguen en tu corazón. Con la orientación de Sus palabras y al evaluar las situaciones según la verdad, lograrás tener discernimiento. Los rumores que estas personas propagan no tendrán ningún efecto sobre ti ni perturbarán tu búsqueda normal. Sin importar los rumores ni las tonterías que digan, después de escucharlos no te afectarán ni te volverás negativo ni débil y mucho menos tendrás malentendidos respecto a Dios; simplemente te concentrarás en perseguir en la dirección correcta. Esto demuestra que posees resistencia; esos siervos de Satanás ya no tendrán ningún impacto en la iglesia. No existe un atajo para aprender cómo discernir los rumores. La única manera es escuchar más sermones y leer las palabras de Dios con mayor frecuencia y compartir más sobre la verdad. Cuando llegues a comprender la verdad, poseerás discernimiento de manera natural. ¿Con qué objetivo se leen las palabras de Dios y se comparte la verdad? Para entender la verdad y poder discernir rumores y falacias mediante su lectura. Si te das cuenta de que esos rumores contradicen y se oponen a las palabras de Dios, que son completamente contrarios a la verdad, caerán por sí mismos. Claro que hay quienes dicen: “No he hecho el esfuerzo de leer las palabras de Dios y no entiendo con precisión cuál es la verdad en ellas. Lo único que recuerdo es que, en cuanto a mi conducta, debo seguir a la mayoría. Lo que la mayoría rechaza, yo también lo rechazo; lo que esta acepta, yo también lo acepto. Solo sigo a los demás”. ¿Es esto correcto? (No). A veces, la mayoría también se equivoca, y seguirla implica equivocarse junto con ella. Debes aprender a seguir a quienes comprenden la verdad; solo ese es el camino correcto.

La propagación de rumores infundados es algo que ocurre a menudo en la iglesia. Aunque este problema no es grave, la perturbación y el daño que le ocasiona al pueblo escogido de Dios no es menor. Como poco, puede hacer que las personas se vuelvan negativas y débiles; en el peor de los casos, puede alejarlas de Dios e incluso llevarlas a traicionarlo. Por lo tanto, la propagación de rumores no se debe ignorar. Una vez que ocurre en la iglesia, es preciso pararla y restringirla con prontitud. Si los líderes de la iglesia son insensibles y lentos, son incapaces de hacer un trabajo real y no pueden detectar este problema, pero algunas personas con buen calibre que persiguen y entienden la verdad lo detectan, este último grupo debe dar un paso adelante para resolverlo. Mediante la búsqueda y la enseñanza junto con muchas personas, con el fin de llegar a un consenso y obtener la confirmación, una vez que se determine que se están propagando rumores, las personas deben buscar la verdad para resolver el asunto. Si no se tiene certeza de que una afirmación sea una falacia, no la etiquetes sin justificación. En el caso de afirmaciones que son evidentes e inequívocas, es fácil percibir que son rumores y falacias, y es necesario exponerlas y diseccionarlas con prontitud para que todos puedan discernirlas. Si no puedes discernir si lo que alguien dice es un rumor o una falacia después de escuchar uno o dos comentarios, debes manejar la situación con cautela y no sacar conclusiones a ciegas. Espera que termine de hablar para discernir con claridad. Una vez que se confirma que es un rumor o una falacia, es preciso parar y restringir a la persona con prontitud. Si los repetidos llamados de atención y restricciones no logran restringirla y sigue propagando rumores de manera persistente, se la debe echar de la iglesia. ¿Quedó claro el principio y la senda con respecto a qué hacer y cómo practicar al descubrir que alguien está propagando rumores en la iglesia? (Sí).

El contenido de los rumores no se limita a los problemas principales que mencioné; también existen algunos rumores que son minucias, como comentarios sobre la poda, sobre a quiénes usa la casa de Dios y a quiénes descarta, y otras afirmaciones falsas. Antes de depurar la iglesia cuidadosamente, existen falsos líderes, anticristos, diversas personas malvadas, atolondrados e ignorantes que no tienen entendimiento espiritual; hay todo tipo de personas en ella. Es frecuente encontrar mentirosos y creadores de rumores, y entre las personas se dan todo tipo de rumores y habladurías endiabladas. Con respecto a estos rumores, por un lado, las personas necesitan contar con una razón normal para juzgarlos; por otro lado, en el caso de rumores más graves que involucran la obra de Dios, Su plan de gestión, a Dios mismo, e incluso los decretos administrativos de la casa de Dios y otros asuntos, las personas deben tener la verdad para discernirlos. Para los asuntos externos, deben tener la razón de una humanidad normal a fin de juzgarlos. En cuanto a los asuntos que comprometen la obra de Dios y la verdad, necesitan poseer la realidad-verdad y estatura para discernirlos. En resumen, independientemente del tipo de rumores, las personas deben discernirlos y rechazarlos, no aceptarlos. Por supuesto, algunos no persiguen la verdad y simplemente viven según estos rumores. Hoy, alguien difunde un dicho que provoca que la gente se incline en una dirección, y estas personas lo siguen. Al día siguiente, otro dicho hace que la gente se incline en otra dirección, y entonces siguen este otro. Por ejemplo, un líder u obrero dice que aquellos que pueden escribir artículos testimoniales pueden ser hechos perfectos, así que se ponen a practicar cómo escribirlos, a estudiar sobre ello y a buscar recursos. Al día siguiente, otro líder u obrero dice que quienes cumplen con su deber podrán salvarse, entonces se disponen a ocuparse de su deber. Pero, por muy ocupados que estén, nunca se preocupan ni se interesan por lo más importante: la búsqueda de la verdad y la entrada en la vida. Las diversas corrientes perversas que se forman entre los diferentes grupos de la iglesia siempre arrastran a algunas personas. Los diversos rumores que se generan entre los miembros de la iglesia siempre desorientan e influyen en algunos. Sin embargo, también hay quienes permanecen indiferentes y no prestan atención a estos rumores que escuchan. No se percatan de cualquiera sea el trabajo que realiza la casa de Dios; no les interesa creer en Dios ni son creyentes verdaderos. Estas personas son creyentes nominales. Existe otro grupo que es en cierta medida mejor; pueden buscar la verdad y aceptarla, por lo que no se ven afectados por estos asuntos negativos ni por las personas negativas. Solo aquellos con una estatura escasa, sin una base y que no persiguen la verdad en absoluto, se dejan influenciar por diferentes dichos y comentarios constantemente. Debido a que estas personas siempre siguen a los demás, hay algunos que continuamente inventan diversos rumores para causar alboroto. Sienten que solo así creer en Dios se torna divertido y emocionante, y no aburrido, y es la única forma en la que pueden sentirse importantes. Estas situaciones ocurren con frecuencia entre los nuevos creyentes. Si en una iglesia se propagan rumores en exceso y muchos se dejan desorientar, significa que definitivamente hay muy pocas personas de esa iglesia que entienden la verdad. En la iglesia, las personas mencionadas anteriormente siguen cualquier rumor y cualquiera sea la incitación que aquellos con intenciones ocultas elaboren, lo que resulta muy problemático. Esto se debe en parte a su poco calibre y también representa una manifestación genuina de que no entienden la verdad. La mayor parte de lo que dice cualquiera que no entiende la verdad no es práctico y contiene impurezas; estrictamente hablando, todo eso equivale a mentiras. Si lleva consigo intenciones y propósitos, no solo es una mentira, sino que, más aún, es una intriga de Satanás y una conspiración de personas malvadas. Por lo tanto, la mayoría de lo que dicen aquellos que no tienen la verdad son habladurías diabólicas y es preciso no creerlo.

Esto concluye la enseñanza sobre el tema de la propagación de rumores infundados. Este asunto es el que más revela a las personas y permite que los comportamientos de cada uno se vean con claridad. Ahora deberíais entender qué actitud tomar frente a los rumores y aquellos que los propagan, así como qué métodos emplear para ocuparos de ellos, ¿verdad? (Sí). Una vez que entendáis, cuando os encontréis con asuntos similares, debéis compararlos con nuestra enseñanza y utilizar los métodos más correctos para abordar estos problemas. Esto se ajusta a los principios.

17 de julio de 2021

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