I

“Todo debe dejar de existir; solo las palabras de Dios nunca morirán y, al igual que Dios Mismo, vivirán para siempre”. Recordad estas palabras en el corazón; no deberíais olvidarlas ni deshaceros de ellas en ningún momento. En cualquier momento y en cualquier situación, siempre debes pensar en estas palabras y dejar que te lleven ante Dios, y buscar que, en ese preciso momento, Él te provea de palabras; deja que las palabras de Dios te ayuden a liberarte de las tribulaciones, resuelvan las dificultades y la confusión en lo más íntimo del corazón, te hagan regresar de la senda errónea que sigues, solucionen tus transgresiones, tu intransigencia, tu rebeldía y demás cuestiones, y deja que las palabras de Dios resuelvan cada problema que afrontes.

II

Estas palabras te llevarán ante Dios, te llevarán a Sus palabras, a entender cuál es Su intención en este preciso momento, y te llevarán a adoptar la posición, el punto de vista y la perspectiva correctos para observarte a ti mismo, y para contemplar a otros y los acontecimientos y los entornos que te encuentres. De esta manera, bajo la guía de Dios y bajo la provisión, el esclarecimiento y la ayuda de Sus palabras, ningún problema te dejará sin capacidad de respuesta ni te impedirá perseguir la verdad ni detener tus avances. Esta es la senda de práctica. Comparecer ante Dios, buscar la verdad y Su ayuda, y permitir que Sus palabras te provean y resuelvan todas tus dificultades: esta es la lección que deberíais aprender.

de La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Qué significa perseguir la verdad (16)