1158 El destino de una persona en la vida depende de la soberanía de Dios
I
De no ser por la predestinación del Creador y Su dirección, una vida recién nacida en este mundo no sabría adónde ir ni dónde quedarse; no tendría relaciones, no pertenecería a ningún lugar y no poseería un hogar real. Pero, debido a las disposiciones meticulosas del Creador, esta nueva vida tiene un lugar donde quedarse, unos padres, un lugar al que pertenece y familiares y así esa vida se embarca en su viaje.
II
La materialización de esta nueva vida queda determinada por los planes del Creador, y todo lo que llegará a poseer le es concedido por Él. La predeterminación del nacimiento de una persona por el Creador significa que Él le concederá todas las cosas necesarias para sobrevivir; y que una persona nazca significa, de igual forma, que recibirá de Él todo lo necesario para la supervivencia, que desde ese momento en adelante vivirá en otra forma, provista por el Creador y sujeta a Su soberanía.
III
El nacimiento de personas de todo tipo está determinado por el destino que el Creador tiene guardado para ellas; su nacimiento determina su destino en la vida presente, así como los papeles que desempeñará y las misiones que cumplirá. Todo esto está sujeto a la soberanía del Creador, predestinado por Él; nadie puede escapar de su suerte predestinada, nadie puede cambiar su nacimiento y nadie puede elegir su destino.
de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único III