421 Abre tu corazón en la oración para que el Espíritu Santo obre en ti
Ⅰ
La oración es de suma importancia para vosotros.
Cuando oras y recibes la obra del Espíritu Santo, Dios conmueve tu corazón
y surge la fuerza para amar a Dios.
Si no oras con el corazón,
si no abres tu corazón para tener charla con Dios,
entonces Dios no va a tener forma de obrar en ti.
Ninguna persona puede estar sin compartir con Dios.
Si no existe la oración, vives en la carne,
vives en la esclavitud de Satanás, en la esclavitud de Satanás;
sin la oración verdadera, vives bajo la influencia de la oscuridad.
Dios espera que los hermanos y las hermanas,
puedan dedicarse a la oración sincera todos los días.
No se trata de cumplir los preceptos, sino de conseguir cierto resultado.
Ⅱ
Lo mínimo que Dios exige del hombre es que le pueda abrir su corazón a Él.
Si el hombre le da a Dios su corazón sincero
y le dice lo que realmente hay dentro de este,
entonces Dios estará dispuesto a obrar en él.
Lo que Dios quiere no es el corazón torcido del hombre,
sino un corazón puro y honesto.
Si el hombre no le habla a Dios de corazón,
entonces Dios no se lo conmueve ni obra en él.
Si el hombre no le habla a Dios de corazón,
entonces Dios no se lo conmueve ni obra en él.
Por lo tanto, lo más crucial de la oración es hablarle a Dios de corazón,
contarle tus defectos o tu carácter rebelde y abrirte completamente a Él;
solo entonces Dios estará interesado en tus oraciones,
de lo contrario, Él te ocultará Su rostro.
Ⅲ
El criterio mínimo para la oración
es que puedas mantener tu corazón en calma ante Dios y que no se aparte de Él.
Tal vez, durante esta fase, no obtienes una visión más nueva o alta,
pero debes usar la oración para mantener el estado actual;
no puedes retroceder.
Esto es lo mínimo que debes alcanzar.
Uno de los indicios de si has entrado o no en la vida espiritual
es ver si tus oraciones están en el camino correcto.
Todas las personas deben entrar en esta realidad;
todas deben entrenarse de manera consciente en la oración,
no esperando con pasividad,
sino buscando conscientemente que el Espíritu Santo las conmueva.
Solo entonces serán personas que efectivamente buscan a Dios.
de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Acerca de la práctica de la oración