Dios es bastante justo
En septiembre de 2012, estaba a cargo del trabajo en la iglesia cuando conocí a la líder, Yan Zhuo. Descubrí que había pedido a hermanos y hermanas predicar el evangelio de puerta en puerta. Era una grave infracción de los principios. Entonces, mi compañero y yo le dijimos: “Al predicar el evangelio, debemos guiarnos por los principios de la casa de Dios. Lo que estás haciendo los contradice. Si acabamos teniendo a infieles y malhechores en la iglesia, perturbarán el trabajo de la casa de Dios. Además, es peligroso predicar el evangelio así. Si alguien llama a la policía, estás echando a nuestros hermanos y nuestras hermanas a los leones”. No solo no hizo caso sino que nos acusó de ser demasiado rígidos con las normas. Después de eso, en las reuniones solía criticarnos a mí y a mi compañero y decía que entorpecíamos el trabajo de la casa de Dios. Los dos nos sentíamos muy limitados por ella. En diciembre de ese año, los miembros de nuestra región fueron a predicar el evangelio como Yan Zhuo les había dicho y más de 100 personas fueron arrestadas. Fue un gran golpe para el trabajo de la casa de Dios, pero Yan Zhuo no mostraba arrepentimiento. Ni una sola vez la vi analizar ni reflexionar sobre su arrogancia o su imprudencia. En noviembre de 2013, estaba encargado de hacer vídeos para la iglesia. Entonces vi que seguía haciendo todo lo que quería con la misma arrogancia. Criticaba y condenaba a cualquiera que expresase una opinión diferente. Retenía una y otra vez los vídeos que la gente mandaba para revisar, por lo que los hermanos y hermanas no podían recibir consejos ni ayuda de la casa de Dios a tiempo. Hablé con ella sobre algunas carencias que había en su forma de trabajar e hice algunas sugerencias, pero ella siguió haciendo lo mismo. No escuchaba y decía que el arrogante era yo. En mayo de 2014, me despidió y me envió a casa. Cuando llegué, leí por casualidad algunos principios sobre cómo diferenciar a los anticristos y falsos líderes. Al comparar el comportamiento de Yan Zhuo con ellos, me di cuenta de lo arrogante y maliciosa que era. Su forma de trabajar era siempre cruel y dictatorial. No aceptaba la verdad ni las sugerencias de hermanos y hermanas, sino que reprimía y condenaba a las personas. ¿Acaso no era el comportamiento de un anticristo que odiaba la verdad? Ver su comportamiento como lo que era fue un gran golpe. Durante los dos años que llevábamos trabajando juntos, había visto su comportamiento y su enfoque, pero consideraba que eran manifestaciones de corrupción. Nunca había usado la palabra de Dios para diseccionar su naturaleza, su esencia o el camino que seguía. Siempre que estaba con ella, me esforzaba por seguir siendo tolerante y paciente, lo que retrasaba y perjudicaba el trabajo de la casa de Dios. Entonces pensé: “Si Yan Zhuo sigue siendo líder de la iglesia, perturbará aún más el trabajo de la casa de Dios”. Entonces decidí denunciarlo a la casa de Dios. Después de orar a Dios, escribí una carta para denunciarla. Al final de la carta, añadí una cosa más. Sabía que en aquel momento había un vídeo con algunos problemas, así que pedí que la casa de Dios tomara cartas en el asunto y lo revisara.
Cuando estaba a punto de enviar la carta, empecé a dudar una vez más. Pensé: “Ya le he hecho sugerencias antes y he señalado problemas que había en su trabajo, pero el resultado no fue el que yo esperaba y me mandó a casa. Ahora no puedo ni hacer mi trabajo. Si envío esta carta para denunciarla y por casualidad acaba leyéndola, me acusará de atacar a los líderes y a los trabajadores. ¿Dónde acabaré entonces? Debería olvidarlo. Ya que estoy fuera, será mejor no echar más leña al fuego”. Pero después me dije: “Hoy, Dios me ha guiado para ver que Yan Zhuo sigue el camino de los anticristos. Si no la denuncio, el trabajo de la casa de Dios se resentirá y los hermanos y hermanas sufrirán más. ¿No estaría ayudando a Satanás? ¿No estaría haciendo el mal?”. Sentía un fuerte conflicto entre los intereses de la casa de Dios y de los hermanos y hermanas por una parte y mis propias perspectivas de futuro por la otra. No sabía qué hacer. Durante unos días, me presenté ante Dios para orar y le pedí que me llevase por el buen camino. Más tarde, leí un fragmento de la palabra de Dios: “Debes tener aspiraciones y el valor para ser perfeccionado y no debes estar pensando siempre que no eres capaz. ¿Tiene la verdad favoritos? ¿Puede la verdad oponerse de manera deliberada a las personas? Si buscas la verdad, ¿te puede abrumar? Si permaneces firme por la justicia, ¿te derribará? Si tu aspiración realmente es buscar la vida, ¿puede la vida eludirte? Si no tienes la verdad, no es porque la verdad no te preste atención, sino porque te mantienes alejado de la verdad; si no puedes mantenerte firme por la justicia, no es porque haya algo malo con la justicia, sino porque crees que no coincide con los hechos; si no has obtenido la vida después de buscarla muchos años, no es porque la vida no tenga conciencia de ti, sino porque tú no tienes conciencia de la vida y la has ahuyentado; si vives en la luz y no has sido capaz de obtenerla, no es porque la luz sea incapaz de iluminarte, sino porque no has puesto atención a la existencia de la luz, y por eso la luz se ha apartado de ti en silencio. Si no buscas, entonces solo se puede decir que eres una basura despreciable y que no tienes coraje en la vida y que no tienes el espíritu para resistir las fuerzas de la oscuridad. ¡Eres demasiado débil! No eres capaz de escapar de las fuerzas de Satanás que te asedian y solo estás dispuesto a llevar esta clase de vida segura y protegida y morir en la ignorancia. Lo que debes lograr es tu búsqueda de ser conquistado; este es tu obligación ineludible. Si te conformas con ser conquistado, entonces expulsarás la existencia de la luz. Debes sufrir adversidades por la verdad, debes entregarte a la verdad, debes soportar humillación por la verdad y, para obtener más de la verdad, debes padecer más sufrimiento. Esto es lo que debes hacer” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio). Leer ese fragmento me dio fe y fuerza. “Sí”, pensé. “No puedo dejar que esa fuerza de la oscuridad me venza”. Nunca antes había comprendido a Yan Zhuo. Pero Dios me había permitido ver su naturaleza, su esencia y el camino que estaba siguiendo. Mi deber era plantar cara, tirar de la manta. Pero elegí seguir la filosofía de Satanás: “Deja las cosas vagar si no te afectan personalmente”. Lo hice para proteger mis posibilidades futuras. Veía lo egoísta que era, privado de conciencia y de razón. Pensé en todos los años que llevaba creyendo en Dios y saciando mi sed y mi hambre con la palabra de Dios. Pero en este momento crucial ignoraba mi conciencia para proteger mis intereses y hacía la vista gorda en vez de proteger la casa de Dios. ¡Qué persona tan desagradecida, mala y despreciable! Al darme cuenta de eso, pensé: “Debo actuar con conciencia y con sentido de justicia, practicar la verdad y proteger el trabajo de la casa de Dios”. Me presenté ante Dios en oración muchas veces más y al final tomé una determinación: “Sean cuales sean las consecuencias de escribir esta carta de denuncia, no puedo colaborar con Satanás para proteger mis propios intereses. He visto los problemas de Yan Zhuo, debo tomar partido, exponer toda su maldad y proteger el trabajo de la casa de Dios”. Entonces envié el informe a la casa de Dios. Al momento sentí alivio y una gran sensación de paz en el corazón. Después de eso, todos los días esperaba con ansiedad que la casa de Dios enviase a alguien para investigar la situación de Yan Zhuo, que los hermanos y hermanas la viesen como el anticristo que era y que la rechazasen. Lamentablemente, mi situación empeoró por la carta.
En agosto de 2014, la iglesia aceptó dejarme realizar me tarea de nuevo. Entonces, a mediados de octubre, una líder llamada Li vino a la casa en la que yo me alojaba. Con una mirada severa, me preguntó: “¿Has escrito una carta de denuncia?”. Le dije que sí. Con una mirada de enfado, me dijo: “Yan Zhuo está encargada del trabajo de la iglesia y suelo comunicarme con ella. Nunca he visto ni oído nada que indique que se comporta como una falsa líder o un anticristo. Tu carta era tan solo un ataque injustificado contra los líderes y los trabajadores”. Yo no podía creer lo que estaba oyendo. No esperaba una respuesta así después de cuatro meses de espera. Mantuve la calma a pesar de lo que me estaba diciendo. Sabía que mi carta sobre Yan Zhuo era fiel a los hechos y a los principios. De ninguna manera era una falsa acusación. Entonces, la líder Li me dijo: “Tu carta de denuncia también pedía la revisión de un vídeo, así que la casa de Dios dedicó dos meses a investigar y revisar. Eso ha perturbado profundamente el trabajo de la casa de Dios, es una ofensa contra el carácter de Dios”. Y dijo que eso era la opinión de los líderes superiores. Sus palabras me afectaron mucho. Nunca habría imaginado que mi carta podía causar tan graves perturbaciones en el trabajo de la casa de Dios ni ofender el carácter de Dios. Si las cosas eran como ella decía, había hecho algo muy grave. De pronto me quedé sin energía y no pude evitar llorar. La líder Li me dijo, “Recoge tus cosas, vete a casa y piensa en lo que has hecho. Cuando hayas reflexionado, podrás empezar a hacer tu trabajo de nuevo”. En el bus de vuelta a casa, estaba totalmente confuso y sentía un gran peso en el corazón. Llevaba muchos años creyendo en Dios pero me había convertido en un agente del mal que perturbaba gravemente el trabajo de la casa de Dios. La culpa y los remordimientos me consumían y no sabía lo que me reservaba el futuro. Llamé a Dios y le pedí que protegiese mi corazón. No me importaba lo que Dios quisiera hacer conmigo, iba a obedecer Sus disposiciones. Nunca echaría la culpa a Dios. Después de orar, me tranquilicé poco a poco. Tres días después de que Li me mandase a casa, pensé en lo que había dicho y empecé a tener dudas: Cristo y la verdad gobiernan la casa de Dios, y hay principios en todo lo que esta hace, también en su forma de tratar a la gente. No se comportaría así en el caso de un comportamiento ocasional de una persona. ¿Qué principios seguía Li y los demás para tratarme de esa manera? ¿Era verdad lo que decía la líder Li? No tenía forma de saberlo, pero sabía que, fuese cual fuese la verdad, era Dios quien permitía que sucediera y yo debía someterme a lo que Él decidía. Poco tiempo después, un líder de la iglesia me asignó un grupo para las reuniones. Más de un mes después de eso, me indicaron que debía asistir a las reuniones en casa, con mi madre, y ya no nos dejaban encargarnos de nuestras tareas. Entonces entendí que nos estaban haciendo el vacío. Llevaba tanto tiempo creyendo en Dios y ahora no solo me aislaban en mi casa sino que ya no podía cumplir con mi deber. Me sentía hundido. Durante aquel tiempo, casi todas las noches soñaba con que me reunía con mis hermanos y mis hermanas y volvíamos a trabajar juntos. Cuando despertaba, era incapaz de conciliar el sueño. Las noches eran muy largas, insoportables. Mi madre sufrió conmigo durante aquellos días. Sobre todo por las noches la oía llorar mientras oraba a Dios, Yo me sentía culpable, estaba muy triste. Creía que ella sufría por mi culpa. Aquellos días fueron los más duros y dolorosos desde que empecé a creer en Dios. Además de orar a Dios constantemente, no tenía ninguna otra forma de aliviar el dolor que sentía en mi corazón. Más tarde, pregunté a la líder de mi iglesia si podía volver a hacer mi trabajo. Ella dijo: “¿Quieres volver a hacer tu trabajo? Si no reflexionas sobre ti mismo como es debido, acabarás expulsado”. Al oírla decir eso, me sentí abrumado por la desesperación. Entonces entendí que volver a hacer mi trabajo era solo una fantasía. Cada semana, los líderes venían a reunirse con nosotros en nuestra casa, pero en realidad solo querían preguntar por mí y saber si había estado difundiendo sentimientos negativos o formando grupos. Cada vez que venían a preguntar por mí, yo me sentía muy deprimido. A veces quería preguntarles: “¿Por qué me tratan así? Mi denuncia contra Yan Zhuo se basaba en los principios, pero en vez de investigarla me han encerrado en mi casa. ¿Hay algo malo en practicar la verdad?”. Estaba muy disgustado. A veces pensaba: “¿Por qué practicar la verdad me ha llevado a esto? Creo que Dios es justo, pero no consigo ver Su justicia en lo que está pasando ahora”. Estaba muy confundido. Me aferraba al mínimo: no pecar con mis palabras ni culpar a Dios. Me presentaba ante Dios en oración y le pedía que me ayudase para entender Su voluntad, para no malinterpretarlo.
En el momento más difícil y más doloroso, leí unas palabras de Dios. “Exactamente, ¿cómo hay que llegar a conocer y comprender el carácter justo de Dios? Cuando los justos reciben Sus bendiciones y los inicuos Su maldición, estos son algunos ejemplos de la justicia de Dios. ¿Es esto correcto? Se dice que Dios premia el bien y castiga el mal y que recompensa a cada hombre según sus actos. Es correcto, ¿no? En la actualidad, no obstante, aquellos que adoran a Dios son asesinados o maldecidos, o jamás han sido bendecidos ni reconocidos por Él; por más que lo adoran, Él los ignora. Dios no bendice ni castiga a los inicuos, pero son ricos, tienen mucha descendencia y todo les va bien; tienen éxito en todo. ¿Esta es la justicia de Dios? Por tal motivo, algunos dicen: ‘Dios no es justo. Lo adoramos, pero nunca nos ha bendecido, mientras que, en todas las cosas, a los inicuos que se oponen a Él y no lo adoran les va mejor y tienen posiciones más altas que las nuestras. ¡Dios no es justo!’. ¿Qué os demuestra esto? Os acabo de dar dos ejemplos. ¿Cuál de ellos apela a la justicia de Dios? Algunos dicen: ‘¡Ambos son manifestaciones de la justicia de Dios!’. ¿Por qué afirman esto? El conocimiento que tiene la gente del carácter de Dios está equivocado; se halla entre sus pensamientos y sus puntos de vista, inmerso en una perspectiva transaccional o inmerso en una perspectiva de lo bueno y lo malo, una perspectiva del bien y del mal o una perspectiva lógica. Estas son las perspectivas que aportan a su conocimiento de Dios; esas personas son incompatibles con Dios y están condenadas a oponerse a Él y quejarse de Él” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer el justo carácter de Dios).
“Dios hará lo que deba hacer y Su carácter es justo. La justicia no es en modo alguno justa ni razonable; no se trata de igualitarismo, de concederte lo que merezcas en función de cuánto hayas trabajado, de pagarte por el trabajo que hayas hecho ni de darte lo que merezcas a tenor de tu esfuerzo. Esto no es justicia. Supongamos que Dios hubiera descartado a Job después de que este diera testimonio de Él: Dios también habría sido justo entonces. ¿Por qué se denomina justicia a esto? Desde un punto de vista humano, si algo concuerda con las nociones de la gente, a esta le resulta muy fácil decir que Dios es justo. […] La esencia de Dios es la justicia. Aunque no es fácil comprender lo que hace, todo cuanto hace es justo, solo que la gente no lo entiende. Cuando Dios entregó a Pedro a Satanás, ¿cómo respondió Pedro? ‘La humanidad es incapaz de comprender lo que haces, pero todo cuanto haces tiene Tu benevolencia; en todo ello hay justicia. ¿Cómo sería posible que no alabara Tus sabias obras?’. Hoy has de entender que Dios no destruye a Satanás para enseñar a los seres humanos cómo los ha corrompido Satanás y cómo los salva Dios; al final, debido al grado en que Satanás ha corrompido a las personas, estas contemplarán el monstruoso pecado de la corrupción de Satanás en ellas y, cuando Dios destruya a Satanás, contemplará la justicia de Dios y verá que contiene Su carácter. Todo cuanto hace Dios es justo. Aunque pueda resultarte incomprensible, no debes juzgarlo a tu antojo. Si alguna cosa que haga te parece irracional o tienes nociones al respecto y por eso dices que no es justo, estás siendo completamente irracional. Tú ya ves que a Pedro le parecían incomprensibles algunas cosas, pero estaba seguro de que la sabiduría de Dios estaba presente y que esas cosas albergaban Su benevolencia. Los seres humanos no pueden comprenderlo todo; hay muchísimas cosas que no pueden entender. Por lo tanto, no es fácil conocer el carácter de Dios” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Cómo conocer el justo carácter de Dios). Las palabras de Dios brillaban como una lámpara en la oscuridad y de repente lo comprendí. No podía ver la justicia de Dios porque intentaba comprenderla utilizando mis nociones y suposiciones. Cuando veía a esos anticristos y falsos líderes que perturbaban el trabajo de la casa de Dios, creía que denunciarlos siendo fiel a la verdad era un acto bueno y justo que me haría merecedor del favor y la protección de Dios. Pensaba que el problema se resolvería de inmediato y que solo esa era la justicia de Dios. Pero después de denunciarlos, seguían en sus puestos y se comportaban con la misma crueldad mientras yo me veía castigado y aislado. En ese momento empecé a dudar de la justicia de Dios. Después de leer la palabra de Dios, entendí por fin que la esencia de Dios es justa. Tanto si Sus acciones se corresponden con nuestras nociones como si no, siempre expresan Su justicia. Es como las pruebas de Job. Era un hombre perfecto a ojos de Dios, pero Dios se lo entregó a Satanás y le arrebató toda su riqueza y a sus hijos. Así es la justicia de Dios. Job temía a Dios y despreciaba el mal y confiaba en su fe para ser un testimonio firme y sólido de Dios. Dios lo bendijo con una larga vida, muchas más riquezas y también mejores hijos. Esto también es la justicia de Dios. Imaginemos que, después de ser testimonio de Dios, Dios lo hubiese destruido en lugar de bendecirlo. Eso también habría sido la justicia de Dios. La esencia y el carácter de Dios son inherentemente justos así que todo lo que hace es justo. Entonces pensé en Pedro, que pasó por cientos de pruebas y refinamientos y seguía alabando la justicia de Dios. No podía comprender todo lo que sucedía, pero confiaba en que la justicia y la sabiduría de Dios estaban detrás. También en mi caso. Yo no entendía realmente la justicia de Dios, sino que la valoraba en función de si el aspecto y el resultado de las cosas se correspondía con mis nociones o no. Cuando lo que Dios hacía encajaba en mis nociones y me beneficiaba, yo creía en Su justicia. Cuando Él me ponía en situaciones que no me beneficiaban, yo empezaba a dudar de Su justicia y creía que lo que Él había hecho era injusto. Aunque nunca culpaba a Dios abiertamente, siempre discutía con Él en mi corazón. Entonces vi lo insensato que había sido. Dios no era injusto, era yo quien no entendía a Dios. Estaba siendo egoísta y falso. No buscaba la verdad ni aprendía de la situación que Él había creado para mí, sino que discutía y me obsesionaba por mi futuro y mis intereses. ¿Cómo no iba a sentirme mal y caer en la oscuridad y el dolor? Por fin comprendí la voluntad de Dios. Dios estaba usando esta situación para corregir mis opiniones erróneas para que no volviese a intentar entender Su justicia a través de mis nociones nunca más. Por fin sentí que entendía lo que estaba pasando. Me presenté ante Dios en oración, dispuesto a someterme a Sus disposiciones y a comprenderlo en esta situación.
Entonces leí estas palabras de Dios: “La mayoría de la gente no entiende la obra de Dios. Es cierto que no es fácil de entender; para empezar, hay que saber que toda la obra de Dios responde a un plan y que todo se lleva a cabo en el tiempo de Dios. El hombre es eternamente incapaz de comprender lo que Dios obra y cuándo lo obra; Dios lleva a cabo determinada obra en determinado momento y no se demora; nadie puede destruir Su obra. Hacerlo según Su plan y Su propósito es el principio por el que Él obra y nadie lo puede cambiar. En ese principio has de ver el carácter de Dios” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Sólo al conocer la omnipotencia de Dios pueden tener una creencia verdadera). “Todo lo que Dios hace es necesario, y posee un sentido extraordinario, porque todo lo que lleva a cabo en el hombre concierne a Su gestión y la salvación de la humanidad. Naturalmente, la obra que Dios realizó en Job no es distinta, aunque Job fuera perfecto y recto a los ojos de Dios. En otras palabras, independientemente de lo que Él hace o de los medios por los que lo hace, del coste o de Su objetivo, el propósito de Sus acciones no cambia. Su objetivo consiste en introducir en el hombre las palabras, los requisitos y la voluntad de Dios para él; dicho de otro modo, esto es producir en el ser humano todo lo que Él cree positivo según Sus pasos, permitiéndole comprender Su corazón y entender Su esencia, así como obedecer Su soberanía y Sus disposiciones, para que él pueda alcanzar el temor de Dios y apartarse del mal; todo esto es un aspecto del propósito de Dios en todo lo que Él hace. El otro aspecto es que, siendo Satanás el contraste y el objeto de servicio en la obra de Dios, el hombre queda a menudo en sus manos; este es el medio que Él usa para permitirles a las personas ver en las tentaciones y ataques de Satanás la maldad, la fealdad y lo despreciable de Satanás, provocando así que las personas lo aborrezcan y sean capaces de conocer y reconocer aquello que es negativo. Este proceso les permite liberarse gradualmente del control de Satanás, de sus acusaciones, interferencias y ataques hasta que, gracias a las palabras de Dios, su conocimiento de Él y su obediencia a Él, así como su fe en Él y su temor de Él, triunfen sobre los ataques y las acusaciones de Satanás. Solo entonces se habrán liberado por completo del campo de acción de Satanás” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II). Las palabras de Dios me mostraron que actúa siempre con principios y en el momento que Él decide, y que Su justicia y Su sabiduría están siempre ahí Yo creía que la justicia de Dios era una venganza inmediata y que los que hacían el mal recibían su castigo inmediatamente. Pero, si las cosas sucediesen como yo imaginaba, ¿cómo iba a exponer Dios a todo tipo de personas para permitir que Sus elegidos alcanzasen el conocimiento? Dios permite que aparezcan anticristos y falsos líderes en la iglesia y los utiliza para ayudarnos a crecer en la vida, para hacernos buscar la verdad y alcanzar el conocimiento. Cuando somos capaces de identificar a esas personas utilizando los principios de la verdad es cuando comprendemos y entramos en la verdad. En ese momento, los anticristos y falsos líderes ya han cumplido su función. Aunque algunos anticristos y falsos líderes estaban en posiciones de poder en la iglesia en aquel momento y parecían capaces de controlar y engañar a algunas personas, Cristo y la verdad seguían reinando en la iglesia, por lo que todos serían descubiertos y expulsado antes o después.
También me di cuenta de lo perniciosa y maliciosa que es la naturaleza de los anticristos, totalmente desprovista de humanidad. Solo se preocupan por el prestigio y el status, no por los elegidos de Dios. Cualquiera que se enfrente a sus intereses se convierte en una piedra en su zapato. Entonces atacan a esa persona para vengarse y no paran hasta acabar con ella. Se comportan exactamente igual que el demonio Satanás. Hasta que se expulsa a los anticristos, los elegidos de Dios no tienen ni un momento de paz para vivir la vida de la iglesia y cumplir con su deber. Dios permitió que me sucediese a mí para que pudiese ver a esas personas, sus engaños y el daño que causaban, para reconocer su naturaleza y su esencia, identificar sus falacias heréticas y escapar de su control y su engaño. Dios también quería que aprendiese de sus errores para no ir por el mal camino. Todo eso me hizo ver que Dios estaba creando esa situación para salvarme y perfeccionarme. Como dice la palabra de Dios: “Con la ayuda de muchas cosas adversas y negativas, y empleando todo tipo de manifestaciones de Satanás, como sus acciones, sus acusaciones, sus perturbaciones y sus engaños, Dios te permite ver claramente el detestable rostro de Satanás, para que de ahí en adelante perfecciona tu habilidad para reconocerlo, para que puedas odiarlo y renunciar a él” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Los que serán hechos perfectos deben someterse al refinamiento). Doy gracias a Dios por guiarme y hacerme entender Sus grandes esfuerzos y por sacarme de la oscuridad.
En enero de 2015 escribí otra carta denunciando a Yan Zhuo. Una vez más, esperé ansioso todos los días a que la casa de Dios enviase a alguien para investigarla. Pero pasaron dos meses y yo seguía esperando que alguien viniese a ver qué pasaba. Nuestra líder venía a hablar conmigo una y otra vez: “¿Tienes algún problema con Dios o con la casa de Dios?”. Empecé a preocuparme cuando dijo eso. Pensé: “No sé qué me pasará ahora que he escrito esa carta. Ya estoy aislado, si pasa algo más seguro que me expulsarán de la iglesia”. Entonces me di cuenta de que estaba empezando a dudar de la justicia de Dios una vez más. Me apresuré a acudir ante Dios en la oración, “Dios, reconozco absolutamente Tu justicia y creo que Cristo y la verdad gobiernan la casa de Dios. Pero, cuando el tiempo y los hechos me ponen a prueba, veo que tengo poca fe y que todavía no entiendo bien Tu justicia. Quiero abandonar mis intereses y someterme a Tus decisiones. Guíame para entender Tu voluntad”. Entonces leí un fragmento de la palabra de Dios: “Para cualquiera que aspire a amar a Dios, no hay verdades imposibles de conseguir y ninguna justicia por la que no puedan permanecer firmes. ¿Cómo deberías vivir tu vida? ¿Cómo debes amar a Dios y usar ese amor para satisfacer Su deseo? No hay asunto mayor en tu vida. Sobre todo, debes tener este tipo de aspiraciones y perseverancia, y no debes ser como esos invertebrados, esos que son débiles. Debes aprender cómo experimentar una vida que tenga sentido y cómo experimentar verdades significativas, y de esa manera no deberías tratarte a ti mismo a la ligera. Sin que te des cuenta, tu vida te pasará por alto; después de eso, ¿tendrás otra oportunidad para amar a Dios? ¿Puede el hombre amar a Dios una vez haya muerto? Debes tener las mismas aspiraciones y conciencia que Pedro; tu vida debe tener sentido y no debes jugar juegos contigo mismo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Las experiencias de Pedro: su conocimiento del castigo y del juicio). La palabra de Dios me hizo ver que lo que Él perfecciona es nuestra ansia de verdad y justicia y nuestra resolución de amar a Dios. No importa con qué dificultades, obstáculos o ataques nos encontremos, no podemos retroceder sino que debemos vivir para Dios y para la verdad. No podemos inclinarnos ante las fuerzas de Satanás. Solo entonces alcanzaremos la verdad y seremos perfeccionados. Pero yo no tenía esa resolución ni esa fuerza de voluntad. Aunque oraba y me comprometía ante Dios a proteger la obra de Su casa y practicar la verdad, en el momento en que las fuerzas del mal se alzaban me daba miedo que me silenciasen y me acobardaba. Me di cuenta de que todavía no comprendía bien la justicia de Dios y que solo pensaba en mí mismo cuando había algún problema. Entonces me vino a la mente algo que dijo Dios: “Los malvados deben ser castigados”. La palabra de Dios se cumplirá, y lo que Él cumple dura para siempre. Todos los que hacen el mal sufrirán el castigo de la justicia de Dios. No importa cuánto tarde ni cómo suceda, la palabra de Dios se cumplirá al final. Entonces pensé: “Tengo que abandonar mis nociones, rechazar mi carácter satánico engañoso, confiar en la palabra de Dios y confiar en que Dios es justo. ¡No me inclinaré ante ninguna fuerza de Satanás!”. Cuando lo comprendí, me tranquilicé poco a poco y dejé de preocuparme.
En abril de 2015, empecé a recibir cartas de la líder Li y de otros líderes y trabajadores que me hablaban de cómo se habían dejado engañar por Yan Zhuo y me habían causado un gran daño. Todos me pidieron perdón. En su carta, la líder Li llegó a admitirlo: “No fueron los líderes superiores los que te acusaron de perturbar gravemente el trabajo de la iglesia. Fue Yan Zhuo”. Entonces supe que Yan Zhuo había leído mis dos cartas de denuncia. Para salvarse, había preparado argumentos para hacer que me expulsasen. Entonces, algunos líderes y trabajadores vieron sus errores y enviaron una carta conjunta a la casa de Dios para denunciarla. Al leer todas esas cartas, dejé escapar un suspiro de alivio. Me arrodillé ante Dios y lloré. Me sentía en deuda con Dios. Llevaba muchos años creyendo en Dios pero siempre había visto Su justicia a través de las lentes de mi imaginación. Cuando había algún problema, intentaba hacerlo encajar en lo que yo imaginaba. Si no funcionaba, lo entendía mal y culpaba a Dios. Pero Él no tuvo en cuenta mi debilidad ni mi corrupción y me acompañó a través del tiempo más doloroso e insoportable. Esta experiencia me hizo ver que Dios estaba usando la batalla espiritual de identificar y denunciar a todos esos falsos líderes para corregir mis nociones incorrectas y hacerme entender en verdad Su justicia. También me hizo entender que estaba mirando todo lo que Dios hacía a través de la lente de mi imaginación. Estaba blasfemando y limitando a Dios y ofendía Su carácter. Esta experiencia me hizo ver que la esencia de Dios es justa. Todo lo que Dios hace y dice, tanto si coincide con las nociones de las personas como si no, es una revelación de Su carácter justo. Dios Todopoderoso dice: “El carácter justo de Dios es la propia esencia verdadera de Dios. No es algo escrito o moldeado por el hombre. Su carácter justo es Su carácter justo y no tiene relación o conexión con nada de la creación. Dios mismo es Dios mismo. Él nunca pasará a ser una parte de la creación, e incluso si se vuelve un miembro de los seres creados, Su carácter y esencia inherentes no cambiarán. Por tanto, conocer a Dios no es lo mismo que conocer un objeto; conocer a Dios no es diseccionar algo ni es lo mismo que entender a una persona. Si el hombre usa el concepto o el método de conocer un objeto o entender a una persona para conocer a Dios, entonces nunca será capaz de alcanzar el conocimiento de Dios. Conocer a Dios no depende de la experiencia o la imaginación y, por tanto no debes imponer nunca tu experiencia o imaginación sobre Dios; no importa cuán rica puedan ser tu experiencia y tu imaginación, siguen siendo limitadas. Es más, tu imaginación no se corresponde con hechos y mucho menos con la verdad, y es incompatible con el verdadero carácter y esencia de Dios. Nunca tendrás éxito si confías en tu imaginación para entender la esencia de Dios. El único camino es este: aceptar todo lo que viene de Dios y después experimentarlo y entenderlo poco a poco. Habrá un día en el que Dios te esclarezca para entenderlo y conocerlo verdaderamente debido a tu cooperación y a tu hambre y sed de la verdad” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único II).
En mayo de 2015, ese anticristo que era Yan Zhuo fue expulsado de la iglesia por todo el daño que había hecho. La iglesia también se ocupó de sus cómplices. Cuando leí la noticia de su expulsión, sentí en el fondo del corazón que Dios es verdaderamente justo. La verdad y Cristo reinan en la casa de Dios. ¡Demos gracias a Dios!
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