¿Puede representar la Biblia al Señor?
Dios Todopoderoso dice: “Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, el apoyo y la provisión de la verdad, solo recibirás letras, doctrinas y, por encima de todo, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las normas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios pronuncia en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna). En mi fe solía atenerme al sentido literal de la Biblia, creyendo que la Biblia representaba al Señor y era la única vía para recibir la vida. Gracias a las palabras de Dios vi que esas solo eran mis nociones y fantasías. Dios es la única verdad y fuente de la vida humana. La Biblia es un mero relato de la obra de Dios y no puede sustituir a Su obra y Sus palabras actuales. Si como creyentes únicamente acatamos las palabras de la Biblia y no seguimos las huellas de Dios ni aceptamos las verdades que expresa Dios en los últimos días, creeremos hasta el final sin recibir la verdad y la vida.
Un día del verano de 2017, un colaborador me dijo seriamente: “Creo que tu madre está en contacto con el Relámpago Oriental. Mantente alerta. Su camino no sigue la Biblia, sino que la trasciende”. Me costaba creerlo. Mi madre era diaconisa de la iglesia y tenía una sólida base bíblica. ¿Cómo era posible que estuviera en contacto con el Relámpago Oriental? Estaba muy nerviosa, así que decidí volver corriendo a casa a comprobarlo.
Cuando llegué, mi madre me dijo que el Señor Jesús había regresado, que estaba expresando muchas palabras y realizando la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Me aconsejó que estudiara la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. Le respondí: “El pastor siempre dice que Dios inspiró la Biblia, que toda ella es palabra de Dios. Creemos en el Señor, lo que implica creer en la Biblia. Lo demás no es tener fe en el Señor. El camino del Relámpago Oriental trasciende la Biblia y se ha apartado del camino del Señor. Deja de tener contacto con ellos”. Pero mi madre me dijo sosegadamente: “Hace unos días que me reúno con miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso y he aprendido algunas verdades. Me han aclarado mucha confusión que he tenido en mi fe. Lo que comparten tiene luz. Tiene la guía y el esclarecimiento del Espíritu Santo. Son cosas de las que nunca habla el pastor. Mis reuniones con ellos me resultan muy amenas y de gran sustento. Recibir el regreso del Señor no es poca cosa. Primero, lee las palabras de Dios Todopoderoso y escucha lo que comparten los hermanos y hermanas”. En vista de su insistencia, no dije nada más. Me fui a mi cuarto y reflexioné con calma sobre lo que había dicho. Tenía razón. Estaba juzgando el Relámpago Oriental a la ligera sin escucharlos primero. No era sensato, pero luego pensé: “El pastor siempre afirma que todo lo que contiene la Biblia fue inspirado por Dios, que ese es el fundamento de nuestra fe. También él tiene razón”. Estaba llena de emociones encontradas y no sabía a quién hacer caso. Oré al Señor para pedirle que me guiara para saber distinguir el bien del mal.
Al día siguiente, mi madre me volvió a decir que debía estudiar la obra de Dios Todopoderoso. También que, si perdía esta oportunidad de recibir al Señor, sería demasiado tarde para arrepentirme. Pensé: “Supongo que puedo ir nada más que a ver qué predican para poder determinar si realmente Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús”. Acepté escuchar sus enseñanzas. En una reunión, el hermano Yang, de la Iglesia de Dios Todopoderoso, habló del plan de gestión de Dios, de 6000 años, para salvar a la humanidad, de cómo Satanás corrompe a la gente y Dios obra paso a paso la salvación de la humanidad. Nunca antes había oído unas enseñanzas tan esclarecedoras. Me atraían cada vez más. Decidí que debía estudiar el Relámpago Oriental.
Una vez, en una reunión, le pregunté al hermano Yang: “El pastor siempre señala que toda la Biblia fue inspirada por Dios y que todo lo que contiene es Su palabra; entonces, ¿por qué dices que no toda ella es palabra de Dios, sino que también contiene palabras del hombre?”. Me respondió pacientemente: “Muchas personas religiosas creen que toda la Biblia fue inspirada por Dios, que toda ella es palabra de Dios, pero nunca se ha investigado si realmente está basada en la palabra de Dios. De hecho, el Espíritu Santo jamás ha dicho eso, ni tampoco lo ha hecho el Señor Jesús ni está escrito en los libros de profecías. ‘Toda Escritura es inspirada por Dios’ es una afirmación de Pablo. Pablo solo era una persona normal, por lo que sus palabras no eran la verdad. Si no investigamos los hechos, sino que determinamos a ciegas que toda la Biblia es palabra de Dios basándonos en esa afirmación, ¿no sería una arbitrariedad? Lo cierto es que, en parte, los libros de profecías fueron inspirados por Dios, son Sus palabras. Se indica claramente con ‘así habló Jehová’, ‘Jehová me habló diciendo’ o ‘la visión de Isaías’, etc. Las palabras del hombre conforman el resto y, en general, son relatos del hombre sobre la obra de Dios. ¿No es confuso y engañoso que digamos sin fundamento que las palabras del hombre en la Biblia fueron inspiradas por Dios, que son palabra de Dios? El Nuevo Testamento, aparte de las palabras del Señor Jesús y de las profecías del Apocalipsis, contiene, mayormente, las epístolas de los discípulos y apóstoles a las iglesias, que son experiencias y conocimientos del hombre. Hay esclarecimiento del Espíritu Santo en estas cosas y concuerdan con la verdad. Son edificantes, pero, no obstante, son las palabras del hombre. ¿Cómo podríamos considerarlas palabra de Dios o inspiradas por Dios? Dios es la verdad, el camino y la vida. Únicamente Él puede expresar la verdad. Ningún ser humano puede expresar la palabra de Dios ni la verdad. Dios es Dios y el hombre es el hombre. Las palabras del hombre y las de Dios nunca pueden estar al mismo nivel. Si se consideran las palabras del hombre, de Pablo, en la Biblia como palabra de Dios, ¡eso es una blasfemia! Por ello, la idea de que toda la Biblia fue inspirada por Dios y es Su palabra es una mera interpretación humana absurda. No tiene fundamento”.
Estaba de acuerdo con el hermano Yang. Sin duda, en la Biblia hay palabras del hombre, no solo de Dios, pero no podía aceptarlo del todo inmediatamente. Pensé: “El mundo religioso al completo cree que Dios inspiró la totalidad de la Biblia. ¿Acaso están todos ellos equivocados?”. Oré a Dios en silencio: “Oh, Señor, si es cierto que no todo el contenido de la Biblia provino de Ti, te ruego esclarecimiento y guía para entenderlo”.
El hermano Yang prosiguió: “Si la Biblia hubiera sido íntegramente inspirada por Dios, no debería haber el más mínimo error en toda ella, pero en realidad hay unos cuantos. Por ejemplo, el ascenso al trono de Joaquín. 2 Crónicas 36:9 dice: ‘Joaquín tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses y diez días en Jerusalén’. 2 Reyes 24:8 señala: ‘Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén’. Ambos versículos relatan que Joaquín reinó, pero uno dice ‘ocho’, mientras el otro indica ‘dieciocho’. Uno afirma que reinó tres meses y diez días, pero el otro dice que reinó tres meses. También tenemos en los cuatro Evangelios el relato de cuando Pedro negó al Señor. Mateo 26:75 dice: ‘Antes que el gallo cante, me negarás tres veces’. Sin embargo, Marcos 14:72 afirma: ‘Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces’. Es el mismo suceso, pero hay claras discrepancias en la temporización. Es evidente que algunas partes de la Biblia son relatos humanos, no inspiración de Dios”.
Lo que compartió el hermano Yang me dejó sin palabras. Pensé: “¡Eso es! Hay discrepancias evidentísimas entre distintos versículos que relatan el mismo suceso. No las habría si provinieran del Espíritu Santo”. Antes no había reparado en estas cuestiones. Creía que toda la Biblia fue inspirada por Dios y era Su palabra, pero entonces vi el error de esa interpretación.
Tras la reunión, reflexioné seriamente sobre lo compartido por el hermano Yang y releí algunas palabras de Dios Todopoderoso que habíamos estudiado. “Hoy, las personas creen que la Biblia es Dios, y que Él es la Biblia. Así, también creen que todas las palabras de la Biblia fueron las únicas palabras que Dios habló y que Él las pronunció todas. Los que creen en Dios piensan incluso que, aunque los sesenta y seis libros del Antiguo y el Nuevo Testamento fueron escritos por personas, fueron, todos, inspirados por Dios y son un registro de las declaraciones del Espíritu Santo. Esta es la comprensión errónea que tiene el hombre, y no es completamente acorde con los hechos. En realidad, aparte de los libros de profecía, la mayor parte del Antiguo Testamento es un registro histórico. Algunas de las epístolas del Nuevo Testamento provienen de las experiencias de las personas, y, otras, del esclarecimiento del Espíritu Santo. Las epístolas paulinas, por ejemplo, surgieron de la obra de un hombre; todas fueron resultado del esclarecimiento del Espíritu Santo y se escribieron para las iglesias, y fueron palabras de exhortación y aliento para los hermanos y hermanas de las mismas. No fueron palabras habladas por el Espíritu Santo; Pablo no podía hablar en nombre del Espíritu Santo ni era profeta, y, mucho menos, tuvo las visiones que tuvo Juan. Sus epístolas se escribieron para las iglesias de Éfeso, Filadelfia, Galacia, y otras. […] Si las personas consideran las epístolas o las palabras como las de Pablo como declaraciones del Espíritu Santo, y las adoran como a Dios, sólo puede decirse que no discriminan correctamente. Dicho con mayor severidad, ¿no es esto simplemente blasfemia? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios? ¿Y cómo podrían las personas postrarse ante los registros de sus epístolas y ante las palabras que habló como si fueran un libro sagrado o un libro celestial? ¿Podría el hombre pronunciar a la ligera las palabras de Dios? ¿Cómo podría un hombre hablar en nombre de Dios?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (3)). Dios Todopoderoso aclara qué tiene la Biblia de palabra de Dios y qué de palabras, experiencias e interpretaciones del hombre. Tuve la certeza de que no toda la Biblia es palabra de Dios. Las palabras de Jehová Dios, el Señor Jesús y los profetas inspirados por Dios, así como las profecías del Apocalipsis, son palabra de Dios. El resto son, en su mayoría, palabras y relatos del hombre.
Al día siguiente le dije al hermano Yang en una reunión: “Ya comprendo que la afirmación de Pablo de que ‘Toda Escritura es inspirada por Dios’ no era acertada, pero aún hay algo que me confunde. Nuestro pastor nos dice que la Biblia es el fundamento de la fe cristiana, que representa a Dios y que atenerse a la Biblia es la única manera de creer en Dios. Eso pienso yo también, pero no sé si es correcto”.
El hermano Yang me dijo: “Muchas personas religiosas piensan eso. Equiparan la Biblia a Dios o incluso la sitúan por encima de Él. ¿Concuerda eso con la voluntad de Dios? Dios es el Creador, fuente de toda vida. Es la fuente de las aguas de vida que nunca se agotarán. La abundancia de Dios es inagotable. Sin embargo, la Biblia solo es un relato de la obra de Dios, un libro de historia. Sus registros de la obra y las palabras de Dios son muy limitados. ¿Cómo va a ser igual a Dios? ¿Cómo podría representarlo?”. Además, me puso dos videos de lecturas de las palabras de Dios. Dios Todopoderoso dice: “Desde el momento en el que la Biblia existió, la creencia de las personas en el Señor ha sido la creencia en la Biblia. En lugar de decir que las personas creen en el Señor, es mejor decir que creen en la Biblia; en lugar de decir que han comenzado a leer la Biblia, es mejor decir que han empezado a creer en ella, y, en lugar de decir que han vuelto a la presencia del Señor, es mejor decir que han regresado delante de la Biblia. De esta forma, las personas adoran la Biblia como si fuera Dios, como si fuera su vida, y perderla sería lo mismo que perder su vida. Las personas consideran que la Biblia es algo tan elevado como Dios, y están incluso aquellas que la ven como algo superior a Dios. Si las personas no tienen la obra del Espíritu Santo, si no pueden sentir a Dios, pueden seguir viviendo, pero tan pronto como pierden la Biblia o sus capítulos famosos y sus dichos célebres, es como si hubieran perdido su vida” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Relativo a la Biblia (1)). “Creen en Mi existencia solo dentro del alcance de la Biblia y me equiparan con ella; sin la Biblia Yo no existo y sin Mí no existe la Biblia. No prestan atención a Mi existencia o acciones, sino que dedican una atención extrema y especial a todas y a cada una de las palabras de las Escrituras. Muchas más incluso creen que Yo no debería hacer nada que quisiera a menos que las Escrituras lo predijeran. Le atribuyen demasiada importancia a las Escrituras. Se puede decir que ven las palabras y expresiones como demasiado importantes, hasta el punto de que usan versículos de la Biblia para medir cada palabra que digo y para condenarme. Lo que buscan no es el camino de la compatibilidad conmigo, o el camino de la compatibilidad con la verdad, sino el camino de la compatibilidad con las palabras de la Biblia, y creen que cualquier cosa que no se ciña a la Biblia, sin excepción, no es Mi obra. ¿No son esas personas los descendientes sumisos de los fariseos? Los fariseos judíos usaron la ley de Moisés para condenar a Jesús. No buscaron la compatibilidad con el Jesús de esa época, sino que diligentemente siguieron la ley al pie de la letra, hasta el grado de que, después de haberlo acusado de no seguir la ley del Antiguo Testamento y de no ser el Mesías, al final crucificaron al inocente Jesús. ¿Cuál era su sustancia? ¿No era que no buscaban el camino de la compatibilidad con la verdad? Se obsesionaron con todas y cada una de las palabras de las Escrituras mientras que no prestaron atención a Mi voluntad ni a los pasos ni métodos de Mi obra. No eran personas que buscaran la verdad, sino que se aferraban a las palabras; no eran personas que creyeran en Dios, sino que creían en la Biblia. En esencia, eran los guardianes de la Biblia. Con el fin de salvaguardar los intereses de la Biblia, de sostener la dignidad de la Biblia y de proteger la reputación de la Biblia, llegaron tan lejos que crucificaron al misericordioso Jesús. Lo hicieron solamente en aras de defender la Biblia y por el bien de mantener el estatus de todas y cada una de las palabras de la Biblia en los corazones de las personas. Así que prefirieron abandonar su futuro y la ofrenda por el pecado para condenar a muerte a Jesús, que no se conformaba a la doctrina de las Escrituras. ¿No fueron todos lacayos de todas y cada una de las palabras de las Escrituras?” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Deberías buscar el camino de la compatibilidad con Cristo).
Luego compartió lo siguiente: “Si idolatramos ciegamente la Biblia o incluso la utilizamos en sustitución del Señor y Su obra, eso, en realidad, es creer en la Biblia, no en el Señor. Aferrarse a la Biblia sin buscar la obra del Espíritu Santo ni seguir las huellas de Dios es oponerse al Señor. Los fariseos consideraban las Escrituras por encima de todo y se aferraban con firmeza a sus términos exactos. Cuando el Señor Jesús apareció para obrar, sabían que Su obra y Sus palabras tenían autoridad, pero no las buscaron ni investigaron. Simplemente trataban de criticarlas diciendo que Su obra y Sus palabras trascendían las Escrituras, por lo que lo condenaron y conspiraron para crucificarlo. También muchas personas religiosas idolatran ciegamente la Biblia en los últimos días y hasta la sitúan por encima del propio Dios. Cuando oyen que Dios está expresando verdades para realizar la obra del juicio en los últimos días, no lo investigan. Se oponen frenéticamente a la obra y las palabras de Dios Todopoderoso y las condenan por no estar en la Biblia. ¿En qué se diferencian de los fariseos, que se aferraban a las Escrituras y se oponían al Señor? Está claro que idolatrar la Biblia sin buscar la obra del Espíritu Santo ni seguir las huellas de Dios es un error y una desviación total del camino del Señor”.
Al oír esto, sentí mucha vergüenza y me convencí por completo. Comprobé que había creído en la Biblia, no en el Señor. No había buscado la voluntad del Señor en mi fe, sino que había creído ciegamente lo que decían el pastor y los ancianos. Creía que la totalidad de la obra y las palabras de Dios estaban en la Biblia, que esta representaba al Señor y que lo demás no era tener fe en Él. ¿No cometía el mismo error que los fariseos? Me llené de admiración por las palabras de Dios Todopoderoso. Pensé: “Sus palabras explican muy a fondo la verdad de la Biblia e incluso exponen a la perfección la actitud de la humanidad hacia ella. ¿Es posible que sean realmente palabras de Dios?”.
El hermano Yang continuó hablando: “Esto no pretende negar el valor de la Biblia, sino que la sepamos enfocar adecuadamente. El Señor Jesús dijo: ‘Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; y no queréis venir a mí para que tengáis vida’ (Juan 5:39-40). Las palabras del Señor Jesús son muy claras. La Biblia solamente da testimonio de Dios y relata Su obra en las eras de la Ley y de la Gracia. Si nos aferramos a la Biblia sin seguir a Cristo ni someternos a la obra actual de Dios, jamás en la vida recibiremos la verdad, y ni mucho menos la vida eterna. Solo podemos recibir la vida eterna siguiendo a Cristo. En la Era de la Gracia, el Señor Jesús fue crucificado para redimir a toda la humanidad y nos otorgó el camino del arrepentimiento. Aunque se nos perdonen los pecados por creer en el Señor, conservamos nuestra naturaleza pecaminosa. Seguimos viviendo en un estado de pecado y confesión. No hemos escapado del pecado, no nos hemos purificado. Si el Señor es santo, ¿cómo habría de dejar entrar en Su reino a quienes a menudo pecan y se oponen a Él? Por eso profetizó el Señor Jesús que regresaría para hablar y realizar la obra del juicio, con el fin de purificar y salvar plenamente a la humanidad y llevarnos al reino de Dios. Tal como profetizó el Señor Jesús, ‘Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad’ (Juan 16:12-13). ‘El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, esa lo juzgará en el día final’ (Juan 12:48). 1 Pedro dice: ‘Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios’ (1 Pedro 4:17). El Señor Jesús ha regresado. Es Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días. Lleva a cabo la obra del juicio y expresa todas las verdades que purifican y salvan plenamente a la humanidad; por ejemplo, cómo conocer a Dios y Su obra, la verdadera historia de las tres etapas de la obra de salvación de Dios y sus frutos, cómo corrompe Satanás a la humanidad y cómo la salva Dios, cómo entender la verdad de nuestra corrupción satánica y cómo purificar nuestro carácter corrupto. Asimismo, qué supone temer, amar y someterse verdaderamente a Dios, etc. La obra y las palabras de Dios Todopoderoso cumplen plenamente las profecías del regreso del Señor. Solo si seguimos de cerca las huellas del Cordero, aceptamos la obra de Dios Todopoderoso y nos sometemos al juicio y la purificación de Dios podemos recibir la verdad y la vida y entrar en Su reino”.
Quiero que miremos un par de videos más de las palabras de Dios con los que el hermano Yang: “Dios mismo es la vida y la verdad, Su vida y verdad coexisten. Los que no pueden obtener la verdad nunca obtendrán la vida. Sin la guía, el apoyo y la provisión de la verdad, solo recibirás letras, doctrinas y, por encima de todo, la muerte. La vida de Dios siempre está presente, Su verdad y vida coexisten. Si no puedes encontrar la fuente de la verdad, entonces no obtendrás el alimento de la vida; si no puedes obtener la provisión de vida, entonces, seguramente no tienes la verdad, y así, aparte de las imaginaciones y las nociones, la totalidad de tu cuerpo no será nada más que carne, tu apestosa carne. Debes saber que las palabras de los libros no cuentan como vida, los registros de la historia no se pueden consagrar como la verdad, y las normas del pasado no pueden servir como un registro de palabras que Dios pronuncia en el presente. Sólo lo que Dios expresa cuando viene a la tierra y vive entre los hombres es la verdad, la vida, la voluntad de Dios y Su manera actual de obrar” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna). “El Cristo de los últimos días trae la vida y el camino de la verdad, duradero y eterno. Esta verdad es el camino por el que el hombre obtendrá la vida, y el único camino por el cual el hombre conocerá a Dios y por el que Dios lo aprobará. Si no buscas el camino de la vida que el Cristo de los últimos días provee, entonces nunca obtendrás la aprobación de Jesús y nunca estarás cualificado para entrar por la puerta del reino de los cielos, porque tú eres tanto un títere como un prisionero de la historia. Aquellos que son controlados por los reglamentos, las letras y están encadenados por la historia, nunca podrán obtener la vida ni el camino perpetuo de la vida. Esto es porque todo lo que tienen es agua turbia que ha estado estancada por miles de años, en vez del agua de la vida que fluye desde el trono” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Solo el Cristo de los últimos días le puede dar al hombre el camino de la vida eterna).
Escuchar esto me iluminó enormemente el corazón. Comprendí que, aunque la Biblia sea un relato de la obra anterior de Dios, no es la fuente de la vida. Dios es la única fuente de nuestra vida. No podemos quedarnos atrapados en la Biblia. Lo principal es obedecer la obra y las palabras actuales de Dios. Supe sin dudar que las palabras de Dios Todopoderoso son las palabras de Dios de hoy en día. Explican muy a fondo nuestras nociones y la historia que hay detrás de la Biblia. ¿Quién sino Dios habría podido decir todo eso? En días posteriores, aprovechaba cualquier ocasión de hablar con los hermanos y hermanas de las palabras de Dios Todopoderoso. Entendí un poco el misterio de la encarnación de Dios, cómo juzga y purifica Dios al hombre en los últimos días, qué clase de fe concuerda con la voluntad de Dios, el resultado y destino de la gente y otras verdades. Me aseguré de que Dios Todopoderoso es el regreso del Señor Jesús y acepté la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días. ¡Demos gracias a Dios Todopoderoso!
Ahora ya han aparecido varios desastres inusuales, y según las profecías de la Biblia, habrá desastres aún mayores en el futuro. Entonces, ¿cómo obtener la protección de Dios en medio de los grandes desastres? Contáctanos, y te mostraremos el camino.