Discernir con las palabras de Dios nunca falla
En abril de 2021, yo vivía en una casa con Chen Yue y otras pocas hermanas. Al principio, vi que ella hablaba a menudo con la gente acerca de su estado, y a veces platicaba sobre ello durante las comidas. Pensé en cómo era capaz de aprovechar las comidas, así que se centraba de realmente en la entrada en la vida y buscaba la verdad. Entonces, cuando platicábamos una vez, Chen Yue me dijo que de verdad le importaban las expresiones faciales y opiniones de los demás, y si alguien usaba un mal tono con ella, pensaba que la despreciaban y que ella era maliciosa. También dijo que siempre competía con los demás por la fama y ganancia y se preocupaba demasiado por el estatus. Yo pensé que solo nos conocíamos de hace poco tiempo, así que el que ella fuera capaz de contarme sus fallos fatales y sus debilidades significaba que ella era simple y abierta. En nuestras interacciones siguientes me di cuenta de que ella verdaderamente tenía estados mentales complejos. Le importaban mucho las expresiones y opiniones de la gente, y cuestionaba a los demás. A veces, cuando los hermanos y hermanas señalaban los problemas de la hermana, ella se preguntaba si la despreciaban, y después se sinceraba sobre lo que había revelado, y admitía que cuestionar a los demás era malicioso, entre otras cosas. Al principio, pensaba que ella solo era un tanto sensible y frágil. Sentía que todo el mundo tiene fallos y problemas y, como hermanos y hermanas, debemos tener más tolerancia y perdonarnos los unos a los otros. Además, ella era capaz de sincerarse y entenderse a sí misma tras mostrar corrupción, por lo que debería ser capaz de aceptar la verdad. No pensé demasiado en ello. Generalmente, cuando me hablaba sobre su estado, yo escuchaba con paciencia cuando abría su corazón, y en la conversación prestaba atención detenida a su estado de ánimo por miedo a ser descuidada y decir algo que le hiciera daño. Por ese motivo, le gustaba conversar conmigo. Esto me mostró, a través de sus palabras directas y lo que implicaban, que ella sentía que yo tenía un buen temperamento y personalidad, que era generosa y que le gustaba la gente como yo. Además, cada vez que hablábamos era acerca de su estado de cuestionar y preocuparse por las apariencias. A veces, una conversación breve se alargaba durante una hora y esto realmente demoraba mi deber. Al ver cómo confiaba en mí, temía que se sintiera herida si no le escuchaba. Me sentía cohibida para interrupirla. Después ocurrieron algunas cosas que cambiaron poco a poco cómo la veía.
Una vez, la hermana Li no se tomó demasiado en serio que Chen Yue la criticara por no doblar una colcha bien. Chen Yue se enojó y no desistió, e insistió en que la hermana Li hiciese lo que quisiese. Además, en general quería que la gente la halagase, le siguiera la corriente y le hiciera feliz, por lo que la hermana Li dijo que estaba demasiado centrada en el estatus y siempre quería tener gente a su alrededor, lo que era para controlar a los demás en realidad. Después, Chen Yue fue a sincerarse con la hermana Li, llorando y diciendo que no era verdad lo que la hermana Li había dicho, y que la había malinterpretado. La hermana Li se disculpó, pero Chen Yue no lo dejó estar y le hizo el vacío. Más tarde, solía aislarse y no hablaba mucho con nosotros.
Una vez, cuando me hablaba de su estado, dijo que veía que las otras hermanas hablaban mucho con la hermana Li, así que sospechaba que a todas les gustaba la hermana Li y que a ella la despreciaban y excluían. Entonces evitó a todo el mundo, y pensaba que la hermana Lí era insincera cuando hablaba con ella. Después dijo que tenía poca humanidad y que cuestionar a la hermana Li de esa manera era muy malicioso. Pero no cambió después. Estuvo de mal humor con nosotras durante dos semanas a causa de ello, y todo el mundo se sintió muy constreñido. Me tomó desprevenida y no podia sacarle la vuelta al asunto. ¿Por qué no buscaba la verdad y aprendía una lección cuando se encontraba con problemas? Más tarde, pensé en cómo ella tendía a indignarse y estar de mal humor, y que teníamos que ayudarle por amor. Una vez, un vídeo que ella estaba produciendo tuvo que hacerse de nuevo porque surgieron problemas de la nada. En una reunión, el líder de equipo dijo que los productores tenían que cargar con la responsabilidad principal por los problemas en los vídeos. Chen Yue asumió que iba dirigido a ella, que el líder de equipo pensaba que ella tenía poco calibre y no era de su agrado. Se vió sombría durante días. Después, un líder compartió con ella, y dijo que no aceptaba la verdad y era demasiado reactiva, y que no cambiar nunca era muy peligroso. Chen Yue comenzó a llorar tras escuchar esto. Dijo que era demasiado maliciosa y Dios no la salvaría. Al ver que estaba tan molesta, el líder compartió con ella sobre la voluntad de Dios para que no malinterpretase a Dios y pudiese reflexionar sobre su problema. Ella no dijo nada en ese momento, y el líder pensó que debería cambiar algo, pero, sorprendentemente, en una reunión, ella dijo que no podía aceptar lo que el líder dijo sobre ella y había estado deprimida durante días. Más tarde, les dijo a algunos hermanos y hermanas que el líder de equipo la había despreciado por su bajo calibre y que no sabía cómo superarlo, y lo dijo llorando. Fueron comprensivos. Siempre ocurrían cosas así, y cuando alguien compartía con ella siempre “se conocía” a sí misma y reconocía su problema. Pero entonces armaba otro espectáculo unos días después cuando ocurría otra cosa.
Me confundió un tanto verla actuar de esa manera. Como siempre parecía conocerse a sí misma, ¿por qué no cambiaba nunca? Si los demás decían algo que impactase su orgullo, ella asumía que la despreciaban y malinterpretaban todo. ¿No había un problema con su humanidad y entendimiento? No podía comprender esto por completo, así que oré a Dios para buscar y compartí con otros que entendían la verdad. Una hermana me dijo que Chen Yue lo entendió todo tras años de fe, pero que no practicaba la verdad y era negativa a menudo. Eso significaba que no se conocía a sí misma. Esa hermana me envió un pasaje de las palabras de Dios. “Cuando algunas personas comunican su autoconocimiento, lo primero que sale de su boca es: ‘Soy un diablo, un Satanás viviente, alguien que se resiste a Dios. Le desobedezco y le traiciono; soy una víbora, una persona malvada que debe ser maldecida’. ¿Es esto un verdadero autoconocimiento? Solo dicen generalidades. ¿Por qué no aportan ejemplos? ¿Por qué no sacan a la luz las cosas vergonzosas que hicieron a fin de analizarlas? Algunas personas sin discernimiento los escuchan y piensan: ‘¡Eso sí es verdadero autoconocimiento! Reconocerse a sí mismos como el diablo, Satanás, e incluso maldecirse a sí mismos: ¡qué cotas han alcanzado!’. Muchas personas, en particular los nuevos creyentes, tienden a engañarse con esta charla. Piensan que el orador es puro y entiende los asuntos espirituales, que es alguien que ama la verdad, y que está calificado para el liderazgo. Sin embargo, una vez que interactúan con ellos durante un tiempo, descubren que no es así, que la persona no es quien imaginaban, sino que es excepcionalmente falsa y embaucadora, hábil en el disfraz y la suplantación, lo que supone una gran decepción. Entonces, ¿cómo se debe medir si alguien ama la verdad? Depende de lo que manifiesten habitualmente, y de si viven o no la realidad de la verdad, si hacen lo que dicen, si lo que dicen y lo que hacen es lo mismo. Si lo que dicen suena coherente y conveniente, pero sin embargo no lo hacen, no lo viven, entonces en esto se han convertido en uno de los fariseos, son hipócritas, y no se trata en absoluto de alguien que ama la verdad. Muchas personas suenan muy coherentes cuando comunican con la verdad, pero no son conscientes cuando muestran un brote de carácter corrupto. ¿Se trata de personas que se conocen a sí mismas? Si no es así, ¿son personas que entienden la verdad? Todos los que no se conocen a sí mismos son personas que no entienden la verdad, y todos los que hablan palabras vacías de autoconocimiento tienen una falsa espiritualidad, son mentirosos. Algunas personas suenan muy coherentes cuando pronuncian palabras de doctrina, pero sus espíritus están adormecidos y son torpes, no son perceptivos y no responden a ninguna cuestión. Se puede decir que están adormecidos, pero a veces, al escucharlos hablar, sus espíritus parecen bastante afilados. Por ejemplo, justo después de un incidente son capaces de conocerse a sí mismos de inmediato: ‘Hace un momento se ha hecho patente en mí una idea. He pensado en ella y me he dado cuenta de que era astuta, de que estaba engañando a Dios’. Algunas personas sin discernimiento sienten envidia cuando escuchan esto, y dicen: ‘Esta persona se da cuenta inmediatamente cuando tiene un brote de corrupción, y es también capaz de abrirse y comunicar al respecto. Reaccionan muy rápido, su espíritu es incisivo, son mucho mejores que nosotros. Se trata de alguien que busca realmente la verdad’. ¿Es esta una forma precisa de medir a las personas? (No). Entonces, ¿cuál debe ser la base para evaluar si las personas se conocen realmente a sí mismas? No debe ser solo lo que sale de sus bocas. También hay que ver lo que se manifiesta realmente en ellas, y el método más sencillo es observar si son capaces de practicar la verdad: esto es lo más esencial. Su capacidad de practicar la verdad demuestra que realmente se conocen a sí mismos, porque los que realmente se conocen a sí mismos manifiestan arrepentimiento, y solo cuando las personas manifiestan arrepentimiento se conocen realmente a sí mismas” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. El autoconocimiento es lo único que ayuda a buscar la verdad). Aprendí de las palabras de Dios que, cuando se considera si alguien ama y acepta la verdad, si realmente se conoce a sí mismo, no se trata de averiguar lo que reconocen con palabras, lo bien que escupan teorías, sino de lo que vivan a pesar de los problemas, si pueden practicar la verdad, si de verdad se arrepienten y cambian, y si la comprensión de la que hablan y su entrada real concuerdan. Algunas personas escupen la doctrina correcta, pero no pueden practicar la verdad cuando afrontan las cosas y actúan según su carácter satánico. Así es alguien que no acepta la verdad. Algunas personas pueden sincerarse sin importar qué tipo de pensamientos muestren, y conocer su corrupción, así que la gente piensa que son simples, pero no dicen nada sobre los motivos que hay detrás, y no diseccionan la esencia de su carácter corrupto en absoluto. Parecen simples y abiertas, pero en realidad confunden y engañan a la gente, y es muy deshonesto. El autoconocimiento de la gente es tan solo una ilusión, y aunque reconozcan de palabra que están equivocados, digan que son Satanás, el diablo, se maldigan y condenen, y digan que no son nada y que son inútiles, en cuanto a las cosas malignas específicas que han hecho, sus motivos ocultos y objetivos reales, o lo que les ha llevado a ello, no dicen ni una palabra. Al contemplar a Chen Yue, vi que le gustaba hablar a la gente sobre su estado, y parecía buscar y perseguir la verdad sin duda. Siempre decía cosas como: “Tengo una humanidad pobre, soy deshonesta, soy maliciosa”. Por fuera, parecía que se conocía a sí misma de verdad, pero no practicaba la verdad cuando encaraba problemas. No resolvía su propia corrupción en absoluto. Dos años antes, otros dijeron que cuestionaba a la gente y se centraba en el estatus, pero no había cambiado en absoluto. Claramente, solo hablaba en teoría, era falso y estaba embaucando a la gente. El conocimiento del que hablaba y lo que ella vivía no concordaban.
Más adelante, compartí una lectura de Dios sobre qué personas son verdaderos hermanos y hermanas y cuáles no, y así obtuve discernimiento sobre Chen Yue. Las palabras de Dios dicen: “Solo los que aman la verdad pertenecen a la familia de Dios; solo ellos son verdaderos hermanos y hermanas. ¿Crees que todos los que van a menudo a las reuniones son hermanos y hermanas? No necesariamente. ¿Quiénes no lo son? (Los que están hartos de la verdad, no la aceptan ni la buscan). Son los que no aceptan y están hartos de la verdad, los que son malvados, y algunas personas con mala humanidad. Incluso hay algunos que parecen tener buena humanidad en la superficie, pero que se les da muy bien jugar con las filosofías de vida; estas personas emplearán maniobras astutas, utilizarán a otros, los engañarán y harán trampas. En cuanto se comunica la verdad, pierden el interés, están hartos de ella, no soportan oírla, sienten que es aburrida y no pueden estarse quietos. ¿Qué clase de personas son estas? Este tipo de personas son incrédulas, y hagas lo que hagas no debes considerarlas como hermanos y hermanas. […] Entonces, ¿según qué viven? Sin duda, viven según las filosofías de Satanás, siempre se muestran astutos y taimados, no llevan una vida de humanidad normal. Nunca oran a Dios ni buscan la verdad, sino que manejan todo usando trucos, tácticas y filosofías humanas de vida, lo que supone una existencia agotadora. Se ofuscan hasta en los asuntos más sencillos, y si no están racionalizando, están poniendo excusas. Es agotador vivir así, ¿no? ¿Por qué, cuando algo podría explicarse en pocas palabras, sueltan tantas tonterías? Su pensamiento es enrevesado y no son capaces de aceptar la verdad. Discuten hasta ponerse azules, ya sea por su propia imagen o a causa de unas pocas palabras. Es como si tuvieran algún tipo de enfermedad nerviosa. La vida de estas personas es muy dolorosa. […] Al examinarlas más de cerca, sus acciones, las cosas que se pasan el día haciendo, están todas relacionadas con su propia imagen, su reputación y su vanidad. Es como si vivieran en una telaraña, tienen que racionalizar o inventar excusas para todo, y siempre hablan por su propio bien, su pensamiento es enrevesado, dicen muchas tonterías, sus palabras son muy intrincadas. Siempre están discutiendo sobre lo que está bien y lo que está mal, no paran de hacerlo, si no están tratando de quedar bien, están compitiendo por la reputación y el estatus, y nunca hay momento en el que no estén viviendo para estas cosas. ¿Y cuál es la principal consecuencia? Puede que hayan ganado prestigio, pero todo el mundo está harto de ellos, la gente los ha descubierto, se han dado cuenta de que están desprovistos de la realidad de la verdad, de que no son personas que crean sinceramente en Dios. Cuando los líderes y obreros u otros hermanos y hermanas los someten a unas pocas palabras de crítica, se niegan obstinadamente a aceptar, insisten en tratar de racionalizar o poner excusas, tratan de escurrir el bulto, y durante las asambleas defienden y tergiversan lo bueno y lo malo, provocando problemas entre los escogidos de Dios. En su corazón, piensan: ‘¿Acaso no tiene sentido lo que digo?’. ¿Qué clase de persona es esta? ¿Se trata de alguien que ama la verdad? ¿Es alguien que cree en Dios? Cuando oyen a alguien decir algo que les ofende, siempre quieren hablarlo, se enmarañan en cuanto a quién tiene razón y quién no, no buscan la verdad ni la tratan según los principios de la verdad. No importa lo simple que sea un asunto, tienen que complicarlo mucho, solo se buscan problemas, ¡merecen estar tan agotados!” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Al leer la palabra de Dios, nos es fácil distinguir a los hermanos y hermanas de los incrédulos. A algunas personas les encanta discutir sobre el bien y el mal. No aceptan la verdad, sino que están cansadas de ella. No buscan la verdad cuando se enfrentan a algo, ni reflexionan sobre ella, ni se conocen a sí mismos. Siempre se defienden y justifican. Ese tipo de persona piensa mucho y es engañosa naturalmente. No solo les resulta pesado a ellos, sino que también causan dolor y fastidio a los demás. Ese tipo de persona no es un hermano o hermana verdadero. Entonces, en cuanto a Chen Yue, debido al comentario involuntario de alguien, que impactase su reputación y le hiciera daño, ella cuestionaba, sospechaba y se volvía parcial contra esa persona. Entonces, se sinceraba falsamente para explicarse o hablaba de sí misma como modo de comentar los problemas de otros. Siempre estaba discutiendo sobre el bien y el mal. Por ejemplo, cuando el líder de equipo ofrecía una sugerencia, ella pensaba que el líder de equipo la despreciaba, y se ponía triste. Más tarde, en una reunión, ella se sinceró y dijo que el líder de equipo tenía una mala opinión de ella para que todos tuvieran compasión de ella y se crearan cierta opinión sobre el líder de equipo. La gente normalmente tenía que andar de puntillas en sus interacciones con ella, observando sus expresiones y su rostro, con miedo a decir algo malo que impactara su estado. Interactuar con ella era muy opresivo y nadie se sentía libre. Como siempre le daba vueltas a las cosas y estaba deprimida, se impactó notablemente el progreso del trabajo. Solía pensar que solo era sensible y frágil, que tendía a acalorarse y ponerse de mal humor cuando las cosas no salían como quería, que era un fallo humano normal, y no constituía una perturbación real para los hermanos y hermanas o la obra de la iglesia. Pero, al considerar los hechos, en realidad había perturbado el estado de los hermanos y hermanas y la vida de la iglesia. También impactó el progreso normal de la obra de la iglesia. En combinación con su presentación general, no aceptaba la verdad en absoluto y era muy deshonesta. No edificaba ni ayudaba a los demás, sino que era una incrédula. El líder tuvo una comprensión de su comportamiento general, le quitó su deber y la separó para que reflexionara.
Después leí un pasaje de las palabras de Dios que expone el carácter corrupto de la gente, y así vi lo que había detrás de las palabras de Chen Yue y obtuve discernimiento. Las palabras de Dios dicen: “La astucia suele evidenciarse al exterior. Cuando alguien se va por las ramas y habla con mucha picardía y de manera taimada, eso es astucia. ¿Y cuál es la principal característica de la maldad? La maldad se da cuando lo que dice la gente es especialmente agradable al oído, cuando todo parece correcto, irreprochable y bueno lo mires por donde lo mires, cuando hacen las cosas y consiguen sus metas sin utilizar ninguna técnica obvia. Son sigilosos en extremo cuando actúan, alcanzan sus propósitos sin señales visibles ni reveladoras; así es como los anticristos engañan a la gente, y estas cosas y personas son muy difíciles de identificar. Algunos dicen a menudo las palabras correctas, emplean palabras adecuadas y frases que suenan bien, así como ciertas doctrinas, argumentos y técnicas en consonancia con los sentimientos de las personas para darles gato por liebre; simulan que van en una dirección, pero en realidad van en otra, para así conseguir sus objetivos secretos. Esto es maldad. La gente suele creer que esos comportamientos son astucia. Tiene menos conocimiento de la maldad y, además, la analiza menos; la maldad es, de hecho, más difícil de identificar que la astucia, ya que es más oculta y los métodos y técnicas que conlleva son más sofisticados” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 5: Engañan, atraen, amenazan y controlan a la gente). Las palabras de Dios exponen a la gente con carácter malvado. Esta gente dice algunas cosas que suenan bonitas y correctas, agradables, pero, detrás de ellas, hay motivos ocultos que la gente corriente no puede discernir. No pude evitar pensar en el comportamiento de Chen Yue. Me dijo que yo era muy generosa y no discutía con ella, y que le gustaba interactuar conmigo. Una vez, cuando vio que la hermana Li no estaba en casa, me envió un mensaje de texto diciendo que tenía miedo de estar sola en casa, como una niña cuando sus padres no están cerca. Esto haría pensar a todos que ella confiaba en ellos, y que los consideraba amigos de confianza, o incluso familiares. Entonces querrían cuidar de ella y seguirle la corriente en todo. Incluso cuando ella discutía sobre el bien y el mal, al pensar que otros la menospreciaban, nadie discerniría lo que decía y solo tendrían compasión y pena por ella. Claramente, decía cosas que sonaban bien, adulaban a los demás y eran lo que querían escuchar, pero el motivo oculto era atraerlos. Le solía gustar hablar con la gente sobre su estado para que vieran que estaba centrada en la entrada en la vida, y que buscaba y perseguía la verdad. Pero, en realidad, creaba a propósito una apariencia pseudo espiritual para que otros la admirasen. Actúaba como si hablase de su estado, pero, en realidad, tenía una pataleta para que la consolaran, para desahogarse y aprovecharse de los sentimientos ajenos. Incluso acaparó el tiempo de otros de cumplir con el deber. Pero yo no podía ver sus motivos ni discernir qué tipo de persona era realmente. Yo siempre compartía con ella amablemente, le ayudaba y apoyaba. Le ayudaba con entusiasmo cuando veía que batallaba en la vida, y la consideraba primero para cualquier beneficio. Por fin, las palabras de Dios me hicieron ver que ella tenía una naturaleza malvada, que era deshonesta de palabra y hecho, que embaucaba y engañaba a todos.
Después de esto reflexioné sobre mí misma. ¿Por qué no había tenido discernimiento sobre Chen Yue? En mi reflexión, vi que tenía una perspectiva equivocada. Pensé que el que ella pudiera hablar de su estado era que ella era simple y abierta, que practicaba la verdad, y no presté atención a sus palabras. Fueron las palabras de Dios las que me hicieron ver lo que significa ser simple y abierto. Las palabras de Dios dicen: “Honestidad significa dar tu corazón a Dios; ser auténtico y abierto con Dios en todas las cosas, nunca esconder los hechos, no tratar de engañar a aquellos por encima y por debajo de ti, y no hacer cosas solo para ganaros el favor de Dios. En pocas palabras, ser honesto es ser puro en tus acciones y palabras, y no engañar ni a Dios ni al hombre. […] Si tus palabras están llenas de excusas y justificaciones que nada valen, entonces Yo te digo que eres alguien muy poco dispuesto a practicar la verdad. Si tienes muchas confidencias que eres reacio a compartir, si eres tan reticente a dejar al descubierto tus secretos, tus dificultades, ante los demás para buscar el camino de la luz, entonces digo que eres alguien que no logrará la salvación fácilmente ni saldrá de las tinieblas” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Tres advertencias). Las palabras de Dios me mostraron que ser simple y abierto es principalmente sincerarse en comunión cuando hay problemas o se revela corrupción, no disfrazar algo u ocultar los hechos. Sincerarse es ante todo buscar la verdad, y resolver rápidamente los problemas. Entonces, a través de esto se puede ver la esencia de la corrupción, y se puede tener una conversación franca con los hermanos y hermanas. Esto es edificante y beneficioso para la gente. Ver si alguien es simple y abierto se hacer principalmente al observar sus motivos y el resultado. Si hablan sobre prejuicios, pequeños asuntos domésticos y chismes sin autorreflexión o comprensión real, sincerarse de esa manera no es ser simple y abierto con autencididad. Es desahogarse sobre lo que no te gusta y culpar a los demás encubiertamente por sus problemas. No hay edificación o ayuda para las personas con este tipo de franqueza. Algunas personas incluso actúan como si fueran abiertas para fingir que son honestas y aceptan la verdad para que los demás las admiren. Abrirse de esa manera es exaltarse a uno mismo y jactarse encubiertamente, es engañoso. Al considerar el autoconocimiento de Chen Yue, principalmente se sinceró sobre sus sospechas de los demás, y los pensamientos e ideas que revelaba, pero nunca habló sobre sus actitudes corruptas ni sus intenciones ocultas ni motivos. No se sinceró para buscar la verdad o resolver su corrupción, sino que volcó sus quejas para que la gente le tuviera pena y la consolara. Incluso lo usó para justificarse para no ser malinterpretada. Así podría proteger su imagen a los ojos de los demás. Su franqueza no resolvió su carácter corrupto, y no les aportó ningún beneficio o edificación a los hermanos y hermanas. Eso no era ser simple y abierta. Era andarse con juegos y trucos. Gané algo de claridad interna al darme cuenta de ello, vi claramente que Chen Yue no buscaba la verdad, que no era simple y honesta, sino muy deshonesta y malvada.
Después de eso reflexioné sobre mí misma. Había interactuado con Chen Yue durante casi un año y ganado algo de conciencia sobre sus problemas generales, ¿por qué no había obtenido discernimiento de ella hasta ahora? Entendí que la causa de esto era que no miraba las cosas a través de las lentes de las palabras de Dios, sino que miraba las apariencias a través de mis nociones e imaginaciones. Interpretaba su sinceramiento y su deseo de compartir su estado con los demás como amor y búsqueda de la verdad. No miraba sus motivos o el punto de inicio en las cosas, o lo que se conseguía en realidad. No miraba cómo hablaba o actuaba, o sus enfoques, y no miraba las cosas a través de las palabras de Dios. Por eso no veía su esencia ni tenía discernimiento de ella. Incluso la traté como una hermana, la perdonaba, ayudaba y apoyaba con amor siempre. ¡Qué insensata era! Ahora entiendo que discernir si una persona ama y busca la verdad no consiste en cuánto buscan la comunión con otras personas o cuánto hablan de autoconocimiento, sino en si pueden buscar la verdad y practicar las palabras de Dios ante los problemas, y si tienen entrada y cambio reales. También me di cuenta de lo importante que es discernir la esencia de una persona según las palabras de Dios. Serán engañados si no pueden discernir a la gente. Amarán a la gente a ciergas, apoyarán y ayudarán a la gente equivocada como hermanos y hermanas. Esto perturbará la obra de la iglesia al final. Solo ver a la gente y las cosas a través de las palabras de Dios es adecuado, y la única manera de discernir a los demás. Esta es la única manera de saber cómo interactuar con los demás. ¡Gracias a Dios!